Pip pip (abierto 4/4)

El león pedía que lo dejaran en paz y Ciaran esperaba que sus palabras calmaran a los otros 2 arcanos. -(Señor león, y yo que pensé que usted sólo era un tipo genial en armadura. Ahora es más genial de lo que creí)- pensaba mientras que aún se ocultaba en el agujero.

El sujeto de los lentes era quien tenía su hota faltante, por suerte estaba dispuesto a devolvérsela. Le preguntó si la quería de vuelta, osea, eso es obvio ¿no? En el suelo del bosque hay piedras y espinas que le harían daño en sus patitas. Lástima que en su forma verdadera no podría responder eso, esperaba que unos cuentos de sus lindos soniditos sirvieran de respuesta para un "sí", ayudándose un poco del lenguaje corporal al asomarse un poco del tronco y asentir 2 veces.

Aquel comentario del íncubo era algo que le molestaba algo a Ciaran; ¿Aterrado? Él?... Tal vez estaba un poco bloqueado al pensar su siguiente jugada, pero con su forma verdadera no había mucho qué temer, a pesar de que esa mini bolita de pelos parecía ser totalmente inofensiva. El arcano le ofrecía algo llamado "pastelillo", por lo que el goblin se asomó para ver de qué se trataba, aparentemente era sólo una bolsa que olía extrañamente bien. No era la gran cosa a su parecer, pero de todos modos se atrevió a bajar rápidamente por el tronco para ver qué era en realidad.

Al ver a la criatura salir de su escondite y asomarse haciendo ruiditos y asintiendo, se sorprendió un poco pues no había visto cosa igual hasta ese momento pero terminó sonriendo enternecido; tan pequeño y tan peludo.

Mientras la criatura bajaba del árbol el cerbero captó un dulce olor y dirigió su mirada hacia lo que sostenía el incubo -ah...de que es el pastelillo? Huele muy bien- preguntó mientras se ponía de cuclillas para estar a la altura del pequeño arcano quien ya estaba cerca de ellos -casi lo olvido, aquí tienes- extendió su brazo y le dejó la botita en el suelo; pensó que esa era la manera correcta y menos invasiva posible.

No pudo evitar sonreír de nuevo pues al verle más de cerca comenzaba a imaginarse que tan suave sería ese prominente pelaje que tenía y contenía sus ganas de querer acariciarlo.

En lo que la bota fue dejada en el suelo, Ciaran bajó a toda velocidad por el tronco para insertar su patita en la bota nuevamente, y subir a la misma velocidad otra vez al lugar en el que estaba. El suelo no era un lugar seguro por ahora al tener en frente a tantos arcanos grandes que podrían pisarlo sin querer.

Miraba tanto a Fernno como a Malak, ya que eran lo que estaban más cerca de él, pero en realidad, quien captaba más su atención era Hiro. Los brillos de las luciérnagas reflejados en su armadura le hacían desear que esas piezas de metal pudieran hacerse más pequeñas para ser puestas como decoración del diminuto jardín que habita el goblin.

Obvio que ya había perdido la oportunidad de darles un buen susto a todos, pero quizá, esta vez estaría mejor estaría mejor compartir con ellos y aprender un poco más de los pocos arcanos que se acercan a esta parte del bosque.

El íncubo tomó asiento y partió el pastelillo en 4. -(Así que no se trataba del pañuelo mada más...)- pensó Ciaran, ganando curiosidad por saber de qué se trataba aquello que Malak tenía entre sus manos. Su porción se le fue acercada y el dulce aroma que este desprendía lo impulsó a saltar desde el tronco hasta el pastelillo, abrazándose de este al aterrizar.

Vomenzó a olfatearlo. Le parecía extraño que su olor no fuera como la comida del bosque, pero que al mismo tiempo tuviera esencias similares a las que conocía, como la manzana. Inmediatamente se atrevió a darle un mordisco, uno que dejó una marca cuestionablemente grande en la masa. Era un gusto nuevo, mucho más dulce y esponjoso de lo que acostumbraba, pero no dejaba de ser tan delicioso. Incluso se podían escuchar leves pips cada vez que masticaba. Estaba encantado con su sabor.

Después de ver como la criatura se ponía su botita y salía corriendo de nuevo, volteó a ver a Malak quien comenzó a partir el pastelillo (nos va a invitar también?) Pensó con emoción pues realmente quería probar un bocado.

Aún en cuclillas se acercó un poco más al incubo hasta quedar a su lado; escuchó un "pip" lo que le hizo notar que la pequeña criatura ahora estaba sobre un pedazo del pastelillo y se lo estaba comiendo (que lindo) pensó de nuevo mientras sonreía -muchas gracias- dijo antes de tomar su parte del pastelillo partido que estaba sobre la palma de Malak, para luego meterselo completo a la boca y comenzar a masticar con lentitud, saboreandolo (uhm~ si es de manzana).

Viró sus ojos para ver que el león ya se les había unido; en lo que dejaba que Malak le respondiera, el había fijado su atención en la magnífica melena de este león (se ve muy suave y esponjosa...cómo se sentirá si la toco?) Tragó lo que tenía en boca y lentamente, casi de manera involuntaria, extendió su mano hacía la melena intentando alcanzarla para acariciarla.

Puede que aquel trozo de comida fuera más grande que él, pero lo hizo desaparecer sólo con 3 bocados. Su barriguita ya estaba llena, pero tal vez podría guardar el trozo que le ofrecían para más tarde, por lo que le sonrió a Malak mostrando sus dientes afilados que contrastaban con su tierna apariencia.

Al no tener más razones para mantenerse sobre la mano del íncubo, Ciaran saltó hacia una flor que estaba en medio de donde se encontraban sentados los demás arcanos. Miraba a cada uno de ellos, girando la cabeza para cambiar de objetivo. Tenía ganas de saber más de ellos. Por suerte, Malak decidió presentarse, cosa que haría que los demás también lo hicieran, revelándole así más datos al pequeño goblin.

Por ahora Ciaran sería el último en dar su nombre. Se había puesto pensativo al tratar de recordar de dónde era que había escuchado ese nombre antes. Quizá se estaba confundiendo por la semejanza de este nombre al de una piedra preciosa (Malaquita).

Estaba a punto de rozar la melena del león hasta el momento en el que escuchó ese comentario, apartó de inmediato su mano de allí con un ligero rubor en sus mejillas pues estaba avergonzado -lo siento, me deje llevar- agachó la cabeza y junto sus manos apretujandolas un poco con nerviosismo.

Viró solo sus ojos para ver a Malak quien se estaba presentando y luego llevó su atención al león nuevamente pues sería su turno de presentarse (Genshukuna Hiro, uhm...el nombre más complejo que he oído hasta el momento) Pensó mientras levantaba la cabeza pues al parecer era su momento de presentarse; aún no sabía socializar del todo pero iba aprendiendo de los demás -ah...mi nombre es Fernno- hizo una pausa pues no sabía si también debía decir su apellido esta vez pero de todas formas lo hizo -Rossetti, también es un placer conocerles aunque a Malak ya le conozco- completó con una leve sonrisa mientras dirigía su mirada al incubo.

Un viento frío paso por ellos, lo cuál le hizo encogerse de hombros y abrazarse a si mismo, tendría que buscar un buen lugar para dormir esa noche. Miró a los arcanos a su alrededor y pensó si debían saber que es lo que exactamente estaba haciendo en ese lugar.

Intentarían detenerlo como aquel licantropo?

No quería ser interrumpido por ellos y antes de que quizás tocasen el tema del porque de su presencia en el bosque, decidió levantarse -mis disculpas pero me he desviado de mi camino, aún así, ha sido grato compartir un momento con ustedes- se quitó la tierra de sus pantalones con ambas manos -pero ya me debo retirar. Que tengan buena noche- les regaló una amable sonrisa a todos y agitó levemente su mano en forma de despedida.

Sin más que decirles se fue apartando de allí con una expresión seria en su rostro, y luego de un rato se perdió de la vista de los demás entre los árboles y la oscuridad de aquella noche.

-pip pip pip- Ciaran se rió al ver cómo Hiro detenía a Fernno de acariciar su melena. El cerbero parecía ser alguien tan curioso como él, pero mucho más tímido, más cercano a cierto kitsune que de vez en cuando veía pasar por el bosque.

Luego, los 2 que faltaban por presentarse, dieron sus nombres. El modo de hablar que tenían era muy diferente; el león hablaba como un caballero elegante y el de los lentes era un tono más dulce y con bastante balbuceo. Era entretenido conocer gente diferente.

Entonces, a ver...eran Ferno Resetti, Malaquita, digo, Malak y Ganshi...Gunsha...ni modo, se queda "el león". Como pueden ver, Ciaran no es muy bueno con los nombres. Al menos con el tiempo llegaría a aprendérselos bien, pero por ahora eran recién conocidos...casi desconocidos.

Como ya habían pasado todos, ya era el turno del goblin, quien tomó su sombrero con la intención de hacer una buena presentación, pero la despedida del Resetti le hizo parar por un momento. -(Bueno...no todos los arcanos tienen tanto tiempo libre como yo)- pensó, comenzando a agitar uno de sus bracitos para despedirse de él.

Ahora sí, todo bien y listo para la presentación. Ciaran se bajó de la flor, dando unos cuantos pasitos lejos de ella. Tomó su sombrero y se lo quitó al mismo tiempo que una nube negra escarchada creció como una explosión a su alrededor. Esta se desvaneció poco a poco, revelando así a un niño que aparentaba unos 13 años de edad. Era necesario poder tomar su forma fated como mínimo si es que este quería hablar con normalidad. -Mi nombre es Ciaran Hollow, pero pueden llamarme "El Pequeño Oscuro" que es mi nombre de monstruo por ahora. Más adelante seré "El Gigante Oscuro"! pip pip pip pip pip...algún día! >:3- aún conservaba la risa de su forma verdadera y se movía a la vez que hablaba como si fuera un actor de teatro, terminando de presentarse al ponerse nuevamente su sombrero gris. Parecía que había ensayado esto desde hace un tiempo...o tal vez así era él cuando improvisaba(?

La otra pregunta no la respondió, pensó que era demasiado obvio preguntarle a una criatura del bosque qué era lo que hacía en el bosque. Pos viviendo aquí ¿no? :v