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Post by Mio Kuro on Oct 9, 2017 5:01:40 GMT
Otra vuelta, otro rechazo, ya era la décima vez que sus servicios eran rechazados de forma seca, apresurada, sin tacto alguno ¿O seria la onceava? Había perdido la cuenta en realidad, quería creer que al ser la décima no sería tan malo, no quería perder el optimismo, pero siendo realistas ya llevaba desde tempranas horas recorriendo la enorme ciudadela en busca de cualquier, absolutamente cualquier empleo con el que pudiera asegurarse comer por el día, y los siguientes obviamente… No, no mendigaría, jamás llegaría a eso, tenía su dignidad, poca a esas alturas de su día seguramente, pero le quedaba. Suspiro de nueva cuenta sentándose en una banca en algún lugar de aquella enorme zona, ya eran pocos los restos que quedaban de aquel festival tan encantador al que por cierto sí asistió, al menos tocar con más gente en las calles fue algo reconfortante, así llegaron varios rumores a sus oídos, como que la taberna del dragón ahogado era quien contrataba bastantes músicos, lo había pensado, pero al escuchar esto tantas veces, de tantos músicos diferentes le hizo rechazar la idea, de seguro ya eran demasiados y no estaba seguro de que su música fuera realmente para un lugar así; paso las manos por su rostro sintiendo por momentos aquel cansancio venir de golpe, acompañada del hambre y del sueño, lo último que tenia de dinero lo había gastado ya en una posada la noche anterior y se había comido el ultimo cacho de aquel delicioso pan dulce “Pero no queda nada más que seguir adelante” Se animó un poco y se levantó, dispuesto a seguir mientras acomodaba su vieja maleta en su mano, y en su espalda, su fiel instrumento resguardado del sol con una vieja tela
Pero nuevamente su búsqueda no rindió frutos, y termino tropezándose varias veces, odiaba su torpeza, la odiaba y en el fondo sabía que eso le impediría conseguir un trabajo pronto, se tropezaba con el mismo viento, no tenía equilibrio ni gracia, no podía dar demasiados pasos sin tastabillar, pero si había algo en lo que era bueno, bastante de hecho… la música, su amada música… Se sentó en el mismo suelo, recargándose en una pared cualquiera y tomando en sus brazos su viejo Biwa, su único recuerdo de sus padres, demasiado importante, prefería perder todo su dinero, incluso su ropa o su preciada cinta con la que sujetaba su rebelde cabello antes que a ese instrumento de madera, acomodo las piernas para recargarlo de forma correcta mientras tocaba las primeras notas, no le interesaba conseguir monedas de eso, lo haría para sentirse mejor, la música siempre podría curar un corazón afligido “No sabes cuánta razón tienes madre” sonrió de forma suave mientras más notas se escapaban de las cuerdas
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Post by Frits Gouden on Oct 9, 2017 18:28:45 GMT
Frits había pasado la mañana en su tienda, y después de almorzar había paseado por la ciudadela buscando floristas que tuviesen Dipladenias. Una delicada flor, de un pálido y tímido rojo, con un agradable aroma. Era lo que necesitaba para uno de los perfumes que estaba preparando. El color y el aroma serían ideales para harmonizar con pétalos de rosas blancas y suave vainilla. Había logrado encontrar una florista callejera, que vendía las lindas flores, y luego de conseguir un amplio ramo, caminó con él en brazos por la ciudadela.
No llevaba mucho rato caminando, cuando escuchó una melodía. En general, siempre escuchaba melodías por toda la ciudadela, pero esta era diferente. Era una melodía encantadora, cautivante, y sin darse cuenta dirigió sus pasos hacia el origen. Un Kitsune de estatura algo pequeña, tocaba las cuerdas de un instrumento que Frits nunca había visto, aunque parecía un laúd. Embobado, se dedicó a mirarle, a escuchar la magia musical que estaba realizando, mientras el ajetreo de la ciudadela desaparecía de su mente. Sonreía, y mucho. El joven era un amante de la buena música y de las artes, y la harmoniosa melodía le traía las mismas sensaciones que buscaba él entregar con el perfume que estaba haciendo. Paz, serenidad, dicha.
Aplaudió con cuidado de no estropear sus flores, pero con ganas y dicha, sonriente y muy alegre, cuando el Kitsune terminó su canción.
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Post by Mio Kuro on Oct 10, 2017 22:46:47 GMT
Una nota, dos, tres, un conjunto, repetición, aquella melodía tan suave, especial para él, cerró los ojos suavemente, sus manos se movían por cuenta propia, una melodía tan conocida y sin embargo se sentía tan intensa como la primera vez que la escucho, tocada por su amada madre cuando él era apenas un cachorro, inocente, sencillo, el mundo parecía tan grande y a la vez tan sencillo, en momentos como ese extrañaba esa visión de niño, el mirar y admirar lo enorme que era todo “Aun sigue siendo bastante grande” soltó una ligera risa ante su propio chiste, no le molestaba ser pequeño, para nada, seguía cabiendo en lugares pequeños si lo necesitaba. Suspiro, la canción lentamente lo hacía sumergirse en los recuerdos, pequeños fragmentos, la calidez de los brazos de su madre, la risa estruendosa de su padre, incluso el olor a dulce que siempre llevaba Gertrudis, la mujer que de forma amable le dio la llave de su futuro “Espero que podáis verme… y sentiros orgullosos de mi” Ese era un anhelo demasiado grande para alguien tan joven, pero su corazón seguía guiado por aquel sentimiento puro; La canción se acercaba a su final, junto con los dulces y nostálgicos recuerdos del kitsune
Las mejillas del joven zorro se coloraron de forma obvia cuando al terminar las ultimas notas un sonido peculiar le hizo voltear, aplausos, se había concentrado tanto en la melodía, en tocar aquellas suaves cuerdas que no se había percatado en absoluto de la presencia del joven a su lado, un kirin, era sorprendente, solo conocía los rumores sobre aquellos arcanos, trago saliva, bajando la mirada y sonriendo avergonzado, riéndose de manera torpe mientras se rascaba la nuca, teniendo obviamente el debido cuidado de no despeinarse el flequillo que a diario le tomaba unos momentos ordenar, era lo único que peinaba para ser sincero, junto con el sobreesfuerzo que hacía para amarrar su rebelde y rizado cabello. Volvió a mirar al joven de cabellos azules, se sentía muy alagado de que a ese joven le hubieran gustado su música, independiente de su raza, deseaba hablarle, conocerlo, desde que había llegado allí no había tenido momentos para conversar de forma tranquila con otro arcano, así que levantándose con lentitud comenzó a guardar su amado instrumento - Mu….Muchas gracias… Espero que… te haya gustado – hablo el joven de cabellos violetas con ese tono apenado aun, pero feliz sinceramente, un sentimiento de regocijo le llenaba cuando a alguien le gustaba su música, era la mejor sensación que conocía, termino de envolver su instrumento como si fuera el objeto más delicado del mundo y con destreza amarro aquella enorme tela por frente a su pecho, estaba listo para continuar su viaje – Mi nombre es Mio – se presentó, repasando aquella sencilla oración en su cabeza, le había costado un poco acostumbrarse a las presentaciones de ese tipo, en sus tierras acostumbraba tanto a presentarse de una forma más sencilla para él, apellido y luego su nombre, pero aquí todos se llamaban por el nombre y aunque era incomodo… No había de otra – Kuro Mio, es un placer- Ya con maleta en mano se terminó de acercar a su auditor, mirándolo bien unos momentos antes de inclinarse, reverenciándose con suavidad, la educación siempre estaba primero que todo
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Post by Frits Gouden on Oct 10, 2017 23:44:23 GMT
El joven Kirín sonreía mientras el otro Arcano se daba cuenta de su existencia. Sabía lo envolvente que era para un músico tocar, y cuando le aplaudió, sabía recién ahí notaría su presencia. Sonrío aun más cuando el chico se presentó y ordenando un poco el enorme ramo de flores, hizo una leve reverencia con la cabeza, agitando un poco sus cabellos y saludó. -Buenas tardes! Soy Frits, Frits Gouden.- Su sincera y cálida sonrisa no desaparecía de su rostro. -Tu melodía fue muy grata, a decir verdad. Me gustó mucho- Dijo con un tono algo tierno.
Frits siempre era amigable, pero era especialmente amigable con Arcanos que le recordaban cosas buenas, y Mio le recordaba cosas muy buenas. Su melodía le recordaba sueños de esperanza. Separó tres flores del ramo y ordenando sus pétalos, se las acercó a Mio. -Me regalaste un momento dichoso, déjame al menos darte unas pocas flores- Eran gestos de amabilidad que siempre tenía. Más de alguno lo tachó de homosexual o afeminado, pero no le importaba. Lo habían educado para ser agradecido y dar cuando recibía. Y él amaba las flores, por lo que eran un obsequio que regalaba con mucho cariño. Su sonrisa creció mientras tenía la mano estirada hacia el muchacho. -Eres... ¿Eres nuevo por aquí?- Preguntó para ayudar a que la conversación fluyese. Le encantaba conocer arcanos nuevos, y su relajada postura mostraba que estaba cómodo.
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Post by Mio Kuro on Oct 12, 2017 2:18:26 GMT
Mio se sorprendió bastante al ver las flores ofrecidas, con cuidado tomo aquel preciado regalo y las acomodo en un bolsillo de su algo gastada chaqueta de manera que no fueran a caerse y sin embargo pudieran relucir aquella exótica hermosura, las mejillas del joven zorro seguían estando con aquel suave tono rojizo, la vergüenza era el sentimiento que predominaba su rostro, eso, y la marcada alegría e inocencia – Se lo agradezco muchísimo…Son bellicimas- Se irguió de forma inconsciente, como si buscara lucir aquel obsequio – Efectivamente, no llevo mucho tiempo aquí, creo que podrían ser a lo sumo un par de meses, no demasiados…- Explico con suavidad en su tono, una atmosfera de confianza se creaba poco a poco y el joven de brillantes ojos esmeralda miraba los contrarios con curiosidad – Si se refiere a la isla… en el caso de la Ciudadela es un poco menos de tiempo, pero siento que la eh recorrido completa- soltó una risa nerviosa, volviendo a rascarse la nuca para aliviar esa tensión que se creaba en el - ¿Usted es nativo? ¿O también vino desde las tierras lejanas? – Pregunto con la curiosidad marcada en el rostro
Ahora que lo miraba mucho mejor, se veía bastante bien con aquellas ropas, y las flores ¿sería florista? ¿Boticario? ¿Comerciante? ¿O un joven enamorado? “Oh…” –Disculpe si suena descortés interrumpir nuestra conversación, pero… ¿Iba a usted a alguna parte? – La posibilidad había asaltado su mente como una alerta, sabia lo envolvente e hipnótica que eran las notas que conformaban la música, simplemente relajante, la perfección, podía ser tan dulce como la miel y tan amarga como… ¿Qué era lo más amargo que había comido? “Concéntrate” – Si es así permítame acompañarle unos momentos más, debo volver también a mis asuntos – Aclaro quitándose del camino para posicionarse junto al Kirin, Mio estaba ya acostumbrado a mirar hacia arriba, aunque su cabello no demoro en mostrar su rebeldía y encaramarse en su hombro, bloqueándole una pequeña parte de su vista, no le impedía ver pero si era molesto, solo suspiro para quitárselo en un gesto suave, inevitable, lo estaba presionando contra su amada Biwa y en vez de aplacarse, parecía esponjarse más “No tiene caso” - ¿A qué se dedica Frits? – bien, la curiosidad le había atrapado, había tantas cosas que quería saber y a la vez sentía que no tenían relevancia ¿Podría el joven Kirin contestar sus inocentes dudas?
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Post by Frits Gouden on Oct 12, 2017 3:22:50 GMT
El muchacho sonrió cuando el otro Arcano aceptó sus flores y que le agradeciera. Ordenó un poco su flequillo algo sonrojado y escuchó al chico con atención. Sonreía comprensivo mientras el otro hablaba y cuando le preguntó sobre su origen respondió: -Llegué a Mirovia hace varios años, vengo de tierras lejanas en efecto. Pero, la vida ha cambiado, y me siento parte de Mirovia.- Ordenó un poco las flores y golpeó suavemente el suelo con uno de sus pies para acomodar su calzado.
Al escuchar la siguiente pregunta, miró hacia el camino por el que hubiese seguido de no haberse detenido y asintió con la cabeza. -Iba de camino a mi casa, pero no tenía apuro. Se disfruta más el día conociendo gente y estando con amigos. ¿Y usted Mio? ¿Donde irá ahora? Sería un placer compartir un poco más de tiempo con usted.
Al ver Mio se colocaba a su lado, entendió lo acompañaría caminando y empezó a avanzar lentamente asegurándose se mantenía a su lado. Volvió a acomodar las flores y las cambió de brazo para ver mejor al chico.
-Tengo una tienda de pociones y hace poco empecé a preparar perfumes. Para eso son las flores- Aclaró sonriente mientras dirigía sus pasos a su casa. Le agradaba Mio, y caminaba lento, inconscientemente, para pasar un rato con su nuevo conocido. -¿Usted es músico?-
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Post by Mio Kuro on Oct 12, 2017 4:34:16 GMT
El joven zorro lo miro mientras hablaba, caminando a paso medianamente rápido, sus pasos eran demasiado cortos, acostumbrado a caminar con gente mucho más alta que el – Pues no tengo un lugar específico al que ir ahora… Llevo todo el día intentando conse- un tropiezo, se movió de forma rápida avanzando torpemente unos pasos, se quedó quito unos segundos antes de volver a hablar – conseguir un empleo pero… como puede ver soy…torpe – sentencio mirando a otro lado, apenado, ¿Por qué tiene que pasarle esas cosas? ¿Dónde quedaba la gracia y elegancia con la que su madre andaba? Nada, no había heredado nada de eso, y sin embargo no tenía ese perfecto equilibrio de su padre ni para andar con los tradicionales Geta, suspiro, volviendo a sonreír aunque con menor emoción – Esto me pasa seguido y en los lugares donde tuve que hacer una prueba bueno… me… no me fue tan bien- se sentía nuevamente derrotado, no como para demostrarlo pero en el fondo sentía ese peso en su pecho, esa opresión, frustración, otro tastabilleo, no podía hacer más que resignarse “me pregunto si fue esa vez…” recordó aquel trágico accidente antes de que su madre se enfermara, creía aun tener esa cicatriz, su hermoso pelaje negro le había llevado a ser confundido con un zorro común, pequeño, extraño, un premio perfecto para un cazador ignorante de cultura, quizás los golpes de la huida lo habían hecho crecer así – ¡y suena genial! Mi padre antes vendía pociones y objetos mágicos antes de casarse con mi madre, así fue como se conocieron, es una bella historia la verdad pero no me gustaría incomodarlo, debo decir que mis padres no comparten una misma raza y eso a algunos les ha causado desagrado…- explico con cierta tristeza, no comprendía a aquellas personas que con comentarios despectivos veían la unión de sus padres como algo malo, pero eso era también el motivo por el cual no había conocido a la familia de su madre, una bastante prestigiosa, pero con problemas morales
La caminata era pacifica, bastante, Mio se sentía cómodo acompañando al joven kirin, conversando, dialogando – Así es… me costó lograr llegar lejos pero gracias al apoyo de mis padres y de una persona muy amable llegue a tocar muchos instrumentos, participe en música callejera y en temas más extensos… antes de emprender mi viaje hasta Mirovia toque por última vez en la orquesta de la ciudad donde residía, fue hermoso y triste también… no comprendo de donde nació ese odio humano hacia los arcanos… Pero al menos no todos eran malos…- sonrió con ternura, animándose nuevamente - ¿Es difícil hacer perfumes? – se sentía intrigado por ese negocio, habían aromas realmente exquisitos
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Post by Frits Gouden on Oct 12, 2017 5:16:25 GMT
Mientras caminaban y escuchaba, el otro chico se tropezó. Frits más que reirse, intentó estirar el brazo libre para sostenerle, pero Mio no se cayó. De todas formas lo había alcanzado a coger por la manga, pero lo soltó casi de inmediato para no incomodarle. -¿Se animaría a beber una taza de te conmigo?- Le dijo intentando animarlo, sonriendo de forma calmada y contagiando alegría.
Siguió andando y escuchando a su acompañante, mientras recorrían lentamente las calles de la ciudadela. La brisa del atardecer refrescaba a Frits y ayudaba a mantener saludables las flores, por lo que no tenía prisa. -No es el fin del mundo, Mio.- Cerró los ojos y ladeó un poco la cabeza sonriendo. -Apuesto que si le hubieran pedido tocar música lo hubieran contratado de inmediato.-
La historia sobre su padre resultó interesante, pero hizo una leve mueca al oír el final. -El amor es amor. Eso es algo que nunca entendí en los humanos y que no entiendo por qué los Arcanos heredaron... Si dos hombres se aman, es amor tan válido como si un hombre y una mujer lo hacen. Lo mismo si dos Arcanos de distintas especies se aman, tiene el mismo valor. El amor es la belleza del mundo y creo sus padres, Mio, no deberían ser reprochados por ello- Solía evitar dar declaraciones sobre su punto de vista tan pronto, o tan directamente, pero veía que al chico le afectaba el tema y quería hacerle saber él estaba bien con ello. -Tu eres producto de ese amor y nadie debería oponerse a ello- Bajó la vista al suelo, y sonrió, sin dejar de mirar hacia abajo, por unos segundos. Cuando miró a Mio, su sonrisa era muy cálida y cercana, cómo si fuese un amigo sonriendo luego de años sin verle.
-No se tampoco de donde surgió el odio por los Arcanos. Supongo... Supongo fue porque le tenían miedo a algunos, cómo a los Dragones. Mi padre es un Dragón, pero es de corazón puro y vive... vivía, no estoy seguro la verdad. Pero, vivió cuando aún estábamos juntos por su familia, por sus hijos.- Sonreía mientras decía eso. Le dolía el corazón recordar a su extraviada familia, pero la esperanza la mostraba en su sonrisa. Si dejaba de sonreír, estaría admitiendo ya no había esperanza. -De donde vengo, a veces con mis tres hermanos íbamos de visita a los pueblos a oír a los músicos. No pudimos hacerlo más cuando la guerra se llevó a mi hermano mayor.-
Estaba entretenido y a la vez muy cómodo de conversar tan abiertamente con el chico. Era amable, gentil y podía sentir su bondad. Las preguntas que hacía y las historias que contaban no le molestaba escuchar ni responder, por lo que nunca dejó de sonreír. -No es tan difícil, pero hay que tener paciencia. Extraer el aceite de las flores toma entre un día y dos, y preparar las fragancias y sellarlas otros dos más. Si le sumo conseguir los materiales, podría tardarme hasta una semana en una fragancia en particular, y cómo lo hago directamente en la tienda, sólo puedo preparar una a la vez para no contaminar el aire. Ya verás... Este, si aceptas mi invitación, claro.- Se sonrojó un poco, por dos cosas. La primera, por haber asumido la invitación estaba aceptada. Segundo, por que empezó a llamarle "tu" en lugar de "usted". Pequeños detalles que Frits notaba pronto.
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Post by Mio Kuro on Oct 27, 2017 5:55:37 GMT
El joven de cabellos oscuros sonrió suavemente al sentir aquel suave jalón en su manga ante su pérdida de equilibrio, a pesar de que el otro joven a su lado le había soltado de inmediato Mio disfruto de ser consciente de la amabilidad del joven florista, pero cuando la invitación fue ofrecida el kitsune no supo cómo contestar, quedándose en silencio de forma inconsciente, ansiaba decirle que sí, no solo porque el hambre ya comenzaba a hacer estragos en su cuerpo, sino que ansiaba aún más volver a tener esa sensación cálida de compartir unos momentos del día a día con alguien, así fuera la conversación más ridícula de todas, pero esa calidez no podía ser reemplazada con nada… Y no podía simplemente decir que no, miro sus pies, sabia lo torpe que podía llegar a ser y entrar en un lugar con cosas tan delicadas era casi… provocar de forma intencional un accidente. Miro de reojo al joven a su lado hablar, la conversación seguía sin problemas y Frits no parecía molestarle el no haber tenido una respuesta inmediata a su propuesta, lo que calmaba enormemente al nervioso zorro; sonrió de una forma más alegre al escucharlo defender de esa forma el amor, soltando una muy leve risa – Mis padres vivieron su vida amándose lo más que pudieron, más que ser algo externo era algo de la familia de mi madre principalmente… supongo que algunas costumbres humanas se pueden contagiar a los arcanos, así como nosotros les heredamos también las nuestras… Lamento escuchar lo de su padre y hermano, tenga usted mi sentido pésame… Yo creo ser uno de los pocos arcanos que tuvieron la suerte de no vivir directamente los horrores de esa guerra, mejor dicho, de esa casería, una barbarie… Pero si vi familias destruirse cuando venía buscando esta isla… es duro… ¿quizás si los humanos vieran esto sentirían piedad? – Murmuro aquello último, sentía que era casi un pecado hablar así de aquellos seres que les dieron la espalda, le daba sinceramente miedo haberlo dicho tan al aire, miro a su alrededor, no parecía haber nadie más que ellos… Y aun así no sabía cómo iba a reaccionar el joven a su lado
El camino seguía suavemente, relajado, cómodo, cálido, Mio miro fijamente los rasgos de Frits, tan suaves, su cabello le daba curiosidad, no recordaba haber visto antes un cabello de aquel hermoso color, suspiro para seguidamente poner su atención en la explicación del joven dragón, intrigado, podía imaginarse aquel proceso tan curioso y entretenido, sonrió con vergüenza al escuchar nuevamente la invitación y aquel apodo que pasaba a ser más íntimo, trago saliva, debía ser sincero – Veras- comenzó, tratándolo de igual, no veía problema, debía acostumbrarse después de todo ¿No? – De verdad me gustaría aceptar tu invitación, no solo para ver tu magnífico trabajo… Extraño la compañía de otro arcano y esta conversación es realmente interesante y grata, me siento cómodo después de mucho tiempo y es maravilloso, eres alguien maravilloso – se detuvo por unos segundos allí ¿Habría sonado muy extraño haberlo dicho así? Las mejillas del músico se colorearon un poco más y el termino apretando las telas de su ropaje, nervioso – Tengo…miedo de dañarlo… con mi torpeza… no me gustaría que por mi culpa salieras afectado al perder objetos delicados…- confeso finalmente para luego bajar la mirada, nuevamente sus zapatos eran la cosa más intrigante del mundo, junto con el camino que recorría a pasos cortos y rápidos, estaba acostumbrado a aquello ante su baja estatura, siempre daba uno o dos pasos más que el resto para mantener el ritmo
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Post by Frits Gouden on Oct 28, 2017 2:45:41 GMT
-Honestamente, pese a todo no puedo juzgar a los humanos. Se que hay bondad en muchos de ellos, y que si vieran todo esto- Dijo mientras extendía su brazo libre para hacer enfasis describiendo un arco. -Seguro entenderian. Pero no pueden verlo.-
Siguió escuchando las palabras del musico. Su forma de hablar era casi tan cautivante como su musica. Pero nada hubiera preparado a Frits el cual al oir "eres maravilloso", simplemente se ruborizó casi por completo. No sabia si cubrirse la cara, voltear, reír o que. Sonrió tontamente mientras tartamudeo -T...tu crees? Tu eres increíble... haces música increíble... yo sólo soy un simple mercader que trabaja con flores- Aun sonrojado el joven kirin siguió caminando junto a Mio.
Escuchar el dilema del chico por su invitación. Tenia razón, su tienda estaba repleta de cosas delicadas. Pensando un momento, se le ocurrió una solución. -Vamos de todas maneras! Se me ocurre la forma de poder tomar te juntos sin problemas.-
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Post by Mio Kuro on Oct 29, 2017 3:59:17 GMT
El joven de rizados y esponjosos cabellos dejo aflorar en su rostro una suave sonrisa, tímida, alegre al escuchar las dulces palabras del kirin ante su cumplido, admirando como el rostro masculino se tornaba inevitablemente rojo, algo adorable según Mio, en el rostro ajeno también se posó una sonrisa aunque más expresiva que la del joven zorro, escucho atento todo lo que respondió a quien consideraba como su nuevo amigo – no deberías menospreciar tu trabajo, yo pienso que es algo maravilloso, no cualquiera puede trabajar con las flores, mi madre siempre me enseño que cada trabajo, sea cual sea es respetable y especial y sinceramente…. Por las hermosas flores que me has dado creo que tienes un toque para esto… Las flores al igual que los animales tienen un sentido especial, pueden saber cuándo los ambientes están cargados de la esencia de las personas y… no con cualquiera se muestran de esta forma tan cautivadora… Así que no deberías decir que eres solo un mercader que trabaja con las flores y ya… Estoy seguro de que tu trabajo es sencillamente espectacular – Animo con tono gentil mientras poco a poco el color carmín bajaba de sus mejillas y se podía ver la emoción en su rostro, deseaba realmente poder observar aquellas flores en su tienda, y la esperanza se mantuvo aún más cuando Frits volvió a insistir esta vez, con la solución a los problemas del joven kitsune
Mio lo medito unos segundos, por la expresión que había puesto su acompañante debía ser realmente una solución, y el realmente lo deseaba, muchísimo, suspiro suavemente antes de asentir con energía, tastabillando nuevamente – Esta bien… tomare él te contigo y si gustas… volveré a tocar mi música para ti – ofreció con nuevo entusiasmo, acomodando el instrumento en su espalda y de paso, el esponjoso cabello mientras seguía siendo guiado por el chico, esta vez con el destino ya marcado a la tienda de Frits
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Post by Frits Gouden on Oct 30, 2017 1:02:10 GMT
Con elegancia y gracia, Frits hizo una leve reverencia ante Mio antes de empezar a caminar hacia su tienda. Por la hora la gente se había ido reduciendo, por lo que caminar por las calles era más sencillo. -Me gusta mucho mi trabajo, y se el valor que tiene. Sueño con hacer de Mirovia un lugar mejor. Una poción a la vez, un perfume a la vez. De a poco se logran grandes cosas.- Continuó su camino contento ante la respuesta de Mio, y el recordar la bella melodía que llenó su corazón lo hacía sentir algo apresurado por llegar, como un niño que vuelve a casa tras oler su pastel favorito en la ventana.
-¿Qué te prefiere...s, Mio? ¿Suaves notas de limón, un sabor maderoso de la canela o dulce y fragante lavanda? ¡Tengo mucha variedad en casa porque me encanta!- Exclamó con evidente emoción. Sonreía en todo momento, y volteaba a mirar al otro Arcano cada pocos segundos para asegurarse no caminaba demasiado rápido. Su emoción era tal que no se dió cuenta, y en una de esas que volteó, chocó con un Arcano que se encontraba detenido allí. Se disculpó muchas veces, reverenciando y agitando su pelo cada vez, pero el otro Arcano le traía sin cuidado y simplemente se alejó. Las flores del Kirin se había estropeado un poco, pero más que deprimirse, el muchacho exclamó con una sonrisa: -Unos pocos pasos y habremos llegado y podré poner a hervir estas pequeñas para que me brinden su fragancia. Mio, ¿Cúal dirías es tu aroma favorito?- Preguntó manteniendo su evidente emoción. Le hacía muy feliz hacer nuevos amigos.
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Post by Mio Kuro on Nov 5, 2017 20:17:46 GMT
A Mio no parecía molestarle avanzar más rápido, aunque de seguro y vista de lejos aquella caminata era una escena curiosa, divertida, ver la emoción de ambos jóvenes al caminar, el joven zorro iba ya casi en un trote, con una sonrisa de oreja a oreja, su cabello rebotaba y se mecía suavemente ante cada paso que las botas del músico marcaban en el suelo, estaba realmente feliz de escuchar aquellas palabras salir de la boca de su nuevo amigo, estaba tan emocionado que quería correr y saltar “Oh madre, padre, de seguro estarías felices de saber que hice un nuevo amigo” Esa era una realidad, Mio no era quizás tan bueno para entablar relaciones debido a su torpeza principalmente, pero al joven kirin no parecía importarle tanto – ¡Oh! ¡Son muchas opciones! No sabría cual escoger – se encontraba en un dilema, solo recordaba haber probado el delicioso sabor del té de lavanda, a su madre le encantaba y en sus últimos años de vida lo bebía casi a diario, el joven zorro no dudaba en acompañarla, aprendiendo etiqueta, haciendo reír a su madre con alguna tontería mientras bebía él te o sencillamente, hablando de cosas interesantes que habían en el bosque – La verdad es que me encantaría probarlos todos pero eso sería abusar de tu hospitalidad- los ojos verdes brillaron, había por fin tratado a alguien de tú a tú sin dudar o equivocarse, una zorruna sonrisa salió de sus labios, esa sonrisa no podía ser oculta por nada. Se detuvo en seco al ver como su amigo chocaba, disculpándose enseguida, no hubo necesidad de intervención, la situación paso a segundo plano y el otro arcano lo considero algo de poca importancia, volvieron a la andanza
- Creo que me gustaría probar la canela, eh escuchado tanto sobre aquel sabor que sería una magnífica oportunidad de por fin saber cómo es – termino de responder, no paso mucho antes de que una segunda pregunta, esta vez más compleja lo asaltara, Mio frunció la boca, pensando – Es algo difícil de decidir, es que hay tantos aromas magníficos en este mundo…- Explico avergonzado, sintiendo los nervios comenzando a recorrerle el cuerpo, pronto llegarían, respiro profundo – Creo que las rosas… me recuerdan no solo a mi madre sino a una querida amiga que, lamentablemente no eh visto en décadas… Me traen recuerdos de una infancia hermosa junto a mis padres en los lejanos bosques, al canto de las aves por la mañana, a la sensación en mi pelo al revolcarme sobre la hierba fresca y- se detuvo, siendo consciente de que había hablado de más, sus mejillas se tornaron aún más rojas – lo lamento, me eh desviado del tema- una tímida sonrisa se asomó en los labios rosáceos del joven kitsune – las rosas… de momento las rosas son mi aroma favorito…- esa era la respuesta final
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Post by Frits Gouden on Nov 6, 2017 15:13:58 GMT
Escuchando con suma atención cada palabra del músico, Frits sonreía encantado y contagiado de la felicidad de su nuevo amigo. Oír sus experiencias y cada pequeño detalle de sus palabras le causaba mucho interés. -No te preocupes, si quieres podemos preparar varios y acompañarlos con galletas de miel. ¡Estaría encantado de compartir contigo!- Respondió el Kirin ante la indecisión de Mio.
-Podemos primero tomar té con canela si es el que prefieres. Aquí es- Dijo emocionado el muchacho mientras buscaba su llave entre sus cosas, pero ms dificultad de hacerlo con una mano le jugaba en contra. Miró a Mio y le ofreció las flores -¿Me las sostienes un momento mientras busco la llave?- Preguntó en un tono de confianza.
El relato sobre las rosas le hizo pensar al chico en su propia madre, y la emoción con la que hablaba el otro chico de aquellas delicadas flores le parecía encantador. -Creo que dejarse llevar genera las mejores conversaciones y másc memorables recuerdos. Atesoraré tu gusto por las rosas en mi memoria y haré un perfume con ese recuerdo que has compartido conmigo. Muchas gracias.- Sentenció con una cálida sonrisa el Kirin mientras esperaba a que Mio se acomodase y tomase las flores. Se le notaba en el rostro esa clase de felicidad que nos invade cuando nos ocurre algo bueno, ese tipo de felicidad que no podemos esconder. -Espero te sientas a gusto en mi casa. No tengo visitas a menudo salvo mis clientes, ya que la tienda y la casa están juntas. Me alegra mucho tenerte aquí- Admitió Frits levemente sonrojado. Su mente estaba alborotada y feliz. No se había detenido a pensar antes, lo solitaria que era su vida sin su hermano, e incluso cuando él si estaba allí. Ver clientes a diario no se le parecía en nada a invitar a un amigo a tomar el té.
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Post by Mio Kuro on Nov 22, 2017 4:11:16 GMT
Las emociones del joven zorro estaban a flor de piel, se sentía tan bien, tantas cosas, alegre de las respuestas de su amigo y a la vez avergonzado, agradecido de su amabilidad, gustoso de poder beber diferentes tipos de té, ocultando el hambre que tenía, nuevamente vergüenza, sentía que se estaba aprovechando de su amabilidad, pero Frits no había tenido molestia en ofrecerle probarlos, seria cortes y no abusaría más de aquel gesto. Se detuvo de golpe al ver al joven kirin detenerse igualmente, y sin dudarlo recibió aquellas flores con la mayor delicadeza, ya se habían visto afectadas y no quería que su torpeza lo estropeara aún más, las miro con cariño, recordando a su madre inevitablemente. Un suave color rojizo se apodero de las mejillas del músico quien miraba con sorpresa al florista – Me halagas, no creo ser digno de algo tan fino y precioso como lo que tú haces… Pero si es tu deseo, lo respeto y debo admitir que me siento emocionado de que quieras realizarlo, de seguro será el perfume más exquisito de todos – estaba nervioso, había llegado el momento de la verdad y se podía palpar los nervios del joven en su rostro, en sus manos, se mordía los labios y su cabello se había crispado un poco más, aunque al ser naturalmente rizado apenas se veía la diferencia, Mio desde lejos podía ser fácilmente confundido con alguna oveja -Yo debo agradecerte Frits… es realmente un placer poder compartir contigo este momento, estoy a gusto y disfruto de tu compañía incluso aun en esta caminata…- bajo la mirada avergonzado – Hacia mucho no me sentía así de a gusto… y no tengo suficientes palabras para agradecerte todo esto, es muy valioso para mi…- confeso en tono bajo, sintiendo su pecho presionado y a su corazón latir desembocado, como si quisiera huir, los ojos se le humedecieron por momentos, todo ese tiempo se había sentido muy solo, era duro comenzar de nuevo… otra vez – Muchas gracias Frits, por charlar conmigo este día y aún más por invitarme a tu hogar…- levanto la vista para ver a su compañero, los enormes ojos esmeralda brillaban de emoción, demostrando esa gratitud sincera y especial en silencio
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