Abraham Shelley
Los Invictos
El pasado por más que se deje atrás, te alcanzara.
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Post by Abraham Shelley on Oct 30, 2017 18:57:09 GMT
Aun a pesar de que deseaba que los rumores que escuchaba en el restaurante por parte de los comensales fueran solo eso, rumores, pronto descubrió que aquellas noticias eran verdad por parte de las noticias que habían sido dadas por la tableta arcana, luego de eso los rumores empezaron a convertirse en inquietudes, pesadillas que volvían a emerger en los sueños del arcano.
Necesitaba saber, informarse, eliminar aquel temor del cual había logrado huir, pero ahora parecía que aquello era imposible pues nuevamente parecía que el lugar donde se dijo tendría nuevamente una vida tranquila y pacifica se sumía entre rumores en el temor de una posible confrontación solo que esta vez los humanos no jugarían un papel en ello.
Quizás eran conclusiones rápidas que se estaba dando el vampiro por ello cuando supo de aquella reunión donde la alcaldesa iba a participar no dudo en pedirle a Van unas horas libres para asistir a la junta.
Al llegar lugar donde se celebraría la reunión el vampiro con su parasol negro en su brazo se apoyó en la pared al final de +l salón, no deseaba sentarse pues no necesitaba observar lo que ocurriera en aquel lugar, solo escucharía con su agudo oído todo lo que sucediera en aquel lugar sin prestar atención a ningún individuo en aquel lugar, solo esperando a que sus dudas con aquella junta se lograran despejar como sus propios temores.
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Post by Iphine Vorgel on Dec 5, 2017 17:24:48 GMT
La campana daba los ultimos toques, advirtiendo el inicio de la sesión. Conforme los invitados entraban y algunos se acercaban para saludarle cortésmente, la alcaldesa en su simpatía y apego a con los ciudadanos los saludó respectivamente de manera modesta, instándolos a que tomaran asiento de la forma más respetuosa posible. Al detenerse la campana y cada quién establecerse en un área respectiva, la alcaldesa levantó la mirada para analizar en un vistazo rápido los rostros de los que allí se encontraban; desde aquellos que se postraban en las esquinas de sombra, intentando estar fuera del alcance de las miradas capciosas, hasta los que se encontraban en más cercanía. La campana hubo cesado, por lo que asintiendo casi imperciptiblemente se dirigió a sus guardianes, los cuales en unísono dieron un paso y tomaron posición de defensa, a lo largo de sus postes dentro y fuera del recinto. Finalmente, Vorgel se levantó de su asiento e infló su pecho, aspirando el aire mañanero de aquel nuevo día con algo de pesadez.
-Ciudadanos, Mirovianos, Arcanos.- Inició su discurso con una voz notoriosa y clara, acompañada de su altura y porte -Es un placer el ver que muchos de ustedes pudieron apartar tiempo para reunirse hoy conmigo, con respecto a asuntos pertinentes a su hogar.- acotó con la barbilla en alto, mas no en un semblante altivo. Aunque presentarse de manera pública y extender temas de la índole ante el público era algo que conformaba sus labores diarias y más conocidas, siempre había esa espina de intranquilidad que se clavaba en los recovecos de su mente, acosando su paz. -Entiendo que los cambios políticos más recientes han consternado a más de uno, y muy probablemente los ha plagado con amarga incertidumbre y mal augurio- cómo no. Que aquel vástago que danzaba entre tinieblas y era abrazado por horribles rumores, algunos inclusive confirmados dentro de las áreas grises de la ley, hubiese tenido el nervio de hacer algo como aquello simplemente representaba una amenaza potencial que no podía ser ignorada
-Por ello, el día de hoy me acerco a ustedes más allá de títulos, renombres y puestos. Me acerco a ustedes como una arcana más que comparte la historia de dolor y tragedia que los trajo a estas tierras a sentar raíces.- explicó, tratando de establecer empatía, conforme bajaba de aquel pedestal y caminaba entre las mesas con platillos aún sin tocar, rodeada por arcanos con miradas preocupadas, tristes y hasta furiosas.-Esta isla, cuya tierra fue una promesa directa de los dioses para que pudiesemos ser libres y autónomos, lejos de la incredulidad y la opresión de los infames e ignorantes- aunque su paso era lento, se detuvo abruptamente a medio salón, estirando sus manos a los costados, como si estuviese clamando a los cielos -Hoy vengo a decirles que, a pesar de la tormenta que amenza con empapar nuestros hogares, inundar nuestros plantíos y hostigar nuestra tranquilidad, no desesperen. Justo ahora es el momento en que debemos guardar la calma y pensar de manera más clara y precisa, y prepararnos ante lo que se avecina- sus puños se cerraron decisivos, intensificando aquel argumento -Más allá de la soberanía, de los reinados, de la alcaldía, soy un arcano más que tuvo que vivir en carne las atrocidades del viejo continente. Las barbaridades que la megalomanía, la codicia y el ego perpetraban a lo largo de los inocentes, sin mencionar la intolerancia, la ignorancia y el racismo- pausó, dedicando una mirada a los presentes -Mirovia no es perfecta, es verdad, hay mucho aún que debe ser mejorado, y demás en qué ser trabajado, sin embargo, es nuestra tierra y de nadie más- dio un paso único, estableciendo un enfoque especial a lo que mencionaba, acompañando con ademanes de sus manos -Les pido que crean en mi. No para liderar, para guiar o anteponerme sobre ustedes, si no para protegerlos y ofrecerles consejo.- argumentó, dejando entrever un sentimiento de dedicación y calidez.
-De boca en boca se ha asomado frases perturbadoras, como armadas civiles o inclusive, una guerra.- llevó las manos detrás de su espalda, bajando la cabeza para recoger sus pensamientos y exhalar pasivamente. Levantó la cabeza de nuevo, firme y precisa, clavando la mirada en Rulzrom, uno de sus guardianes más fieles -Desde un punto idealista, hallaré la manera de segregar el acontecimiento de tales hechos. La guerra es cruel y nunca cambia.- dijo en un tono rudo -No hay necesidad de armadas civiles, y aquellos que consideren esto como una alternativa viable de tomar cosas por su 'propia cuenta', sólo estarán contaminando con caos, miedo y terror el progreso, condenando innecesariamente a los más vulnerables a un futuro peor.- movió su vista al vacío, y reanudó su caminata a cercanía de la salida principal -Mas desde un punto realista, tendremos que tomar medidas. En conjunto a importantes aliados, mercaderes, artesanos y demás, se estan tomando medidas preventivas para fortificar la muralla que envuelve la ciudadela, fortalezer la armería a disposición de la guardia, e incrementar los números de vigilantes.- extendió su mano hacia los atendientes -No olbigaré a ninguno a formar parte de esto, después de todo, abogo por su individualismo, su libertad y autonomía. Como una promesa de mi parte, desde que arrastré mi primer aliento a este mundo y hasta el último día que tenga la capacidad de hacerlo, cederé mi cuerpo, alma y mente para proteger su libertad, paz y sonrisas. Sin distinción, sin peros.- la mano que la mujer extendía dejaba entrever cicratices a raíz de quemaduras, unas profundas que habían sido provocadas semanas atrás por el incendio que cobró la vida de inocentes tras una explosión. -De haber quien quiera extender su brazo en una misma promesa, bienvenidos sean a mi lado- extendió la oferta, dejando su mano a la vista de todos por algunos minutos antes de bajarla. No esperaba que nadie le interrumpiera en ese momento, puesto que aún habían cosas que decir de su parte.
-Hasta el más tétrico de los demonios canta el más dulce de los versos. Que la luz no los ciegue de ver la realidad que se esconde tras el velo negro.- pausó, permitiendo un pequeño espacio para que los demás vociferaran sus opiniones en caso de que así lo deseasen, antes de retomar la palabra nuevamente y tocar otros puntos de su argumento.
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Aagron
La Resistencia
"Con o sin Sol en los cielos, con o sin tormentas por delante. Este mi hogar, esta es mi gente"
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Post by Aagron on Dec 5, 2017 21:50:50 GMT
Aagron esperó en silencio total. Gabriella se le acercó y saludó, él regreso el gesto inclinando la cabeza con lentitud antes de regresarla a su posición. Era reconfortante, un rostro conocido cerca era para él el equivalente a una crítica menos a la que temer y eso se notó a la distancia al momento que sus hombros se relajaron a duras penas. La mujer pelirroja que se sentó a su otro lado, sin embargo, le pareció cuanto menos mal ubicada o algo por el estilo. Tal forma de hablar... no era ni el lugar ni el momento apropiado para decir tales cosas, mucho menos para mencionar a los soberanos. La tensión entonces regresó.
Fue ver a Hiro, reconocer esa forma de expresarse y como gesto de absoluto respeto, Aagron se enderezó, sus hombros permanecieron rígidos mientras realizaba una reverencia bastante pronunciada ante el Rakshasa que tanta sabiduría le había prestado a lo largo de algunas conversaciones. Al enderezarse le miró a los ojos durante algunos instantes, por último habló:
—es bueno saber que también has decidido venir, compañero.
La última campanada resonó entonces en sus oídos. Con prontitud, el dracónico realizó otra reverencia hacia Hiro y retomó su asiento. Entonces el discurso de la alcaldesa comenzó
Cada una de las palabras de la mujer, llegó con firmeza a sus oídos. La alcaldesa sin dudas hablaba en pos de la seguridad de los suyos, en pos de guardar la calma y ceder tranquilidad a aquellos que tanto la necesitaban en aquellos tiempos tormentosos. Aagron escuchó, sintió un nudo crecer en su garganta al recordar la enorme división que se había provocado al disolver las cortes de las estaciones. Él, había estado intentando mantener a sus colegas unidos, en paz, varias veces ya en el templo se había alzado para mantener el orden que entre antorchas y tambores de guerra incitaban a un enfrentamiento inmediato. Ninguno de ellos, o al menos no aquellos con los que había dialogado luego de las revueltas parecía siquiera tener idea de contra qué querían enfrentarse.
Y había una sola cosa contra la que actuar: contra el daño que el juicio apresurado les había hecho. Aagron vio en la postura de la Vorgel la calma para entender que aún no estaban bajo amenaza directa, y la firmeza para saber que ella era la primera persona en la que podrían contar si las cosas terminaban por salir mal- mejor dicho: peor de lo que ya era en el actual panorama. Sus puños se apretaron con ligereza.
¿Habría encontrado ella el balance entre un guerrero y una figura política, quizá? ¿Algo a lo que él, era tan distante como las estrellas lo eran a la tierra?
Su corazón rugía de ira, de tristeza, de impotencia, de tantas cosas. Rugía y bramaba suplicando ser liberado mediante sus puños, al igual que el de muchos de sus compañeros quizá. Y ahí estaba: intentando contenerlo a como diera lugar.
"La guerra es cruel y nunca cambia"
Su cabeza se alzó, aflojó los puños y sus pulmones se llenaron logrando que su figura volviera a enderezarse en el asiento. Intranquilo. Estaba intranquilo también, le costaba ocultarlo, sus manos encontraron con qué distraerse cuando sujetó un trozo de pan y empezó a arrancar primero la corteza para llevársela así como así a la boca, luego desgarró la miga haciendo lo mismo.
Voces se alzaron al momento de que la alcaldesa calló. Hombres desesperados, mujeres preguntando si reclutarían a sus hijos y maridos de haber una guerra. El dragón entonces, desde su lugar, se puso de pie; su postura recta, los músculos entrenados casi fibra por fibra para cualquier enfrentamiento, la marca dorada del sol se mostraba con orgullo en su hombro izquierdo, simplemente el cuerpo de un guerrero de lo que fue la corte del verano que, por más que lo intentara ocultar, en sus ojos reflejaba toda la preocupación que sentía por la gente de esa tierra, preocupación que no era poca. No tenía nada que objetar, quería aportar también; contuvo el aliento unos instantes y luego su voz se alzó.
—¡hay que mantenernos tan unidos como sea posible! —el gentío bajó la voz lentamente. Pronto el dragón sintió los ojos sobre él, sus manos empezaron a sudar ¿nervios? No los había echado de menos— debemos permanecer tan unidos como sea posible —repitió— nos están dividiendo, nos están quebrando y esas divisiones lograrán que nos hiramos a nosotros mismos sin que se alce una sola espada ¿de ese modo pretendemos hablar de guerra? No hay tal cosa cuando nadie ha alzado armas aún. —luego su voz se fue apagando, toda la seguridad que sentía, se estaba drenando poco a poco ante los ojos críticos de varios que quizá, lo consideraron un joven idiota. Fue así que su siguiente frase fue dirigida directo a Vorgel, a la autoridad— ¿me equivoco?
Suave, casi un murmullo. Era obvio lo mucho que se había dejado llevar por el coraje y sus emociones, lo poco que había escuchado el "no te levantes" en su cabeza, lo poco acostumbrado que se encontraba a las multitudes.
Necesitaba ayuda, en definitiva.
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Post by Deleted on Dec 6, 2017 1:33:55 GMT
La reunión no tardaba mucho por empezar, sin embargo poco a poco las bancas se iban llenando de gente, con rostros asustados, confundidos o completamente serios, con un temple inquebrantable, el ver esas expresiones en rostros no solo de los pueblerinos si no de gente que conocía provocaba que el ambiente estuviera tenso, más de lo que debería. Una peculiar mujer se acercó a Aagron, desconocía si esta era alguna conocida suya, pero pude notar que su forma de hablar era bastante informal y poco medida para una situación como esta, no solo yo lo noté, también pude notar en el rostro del pelirrojo una ligera incomodidad ante las palabras de aquella muchacha. Preferí silenciar, sentí que sería lo más prudente en una situación como esa.
Los Arcanos que se distribuían por el salón se veían tan particulares, de diferentes razas, colores, personalidades y vidas, todo por una misma razón, la seguridad de nuestra sociedad, aunque claro jamás faltan aquellos que se ocultan entre las sombras para aprovecharse de todo lo que sea posible. Aveces me cuestionaba que tan eficaz era la seguridad de la Ciudadela... Han ocurrido catástrofes en tan cortos periodos de tiempo y los guardias poco o nada han hecho y se dejó en evidencia con aquel incendio en el cual jamás se supo quién fue capaz de cometer tal atrocidad.
Las campanas sonaron marcando el inicio de la reunión, la cual esperaba no fuera muy estresante, lo que menos quería en estos momentos era sentirme así. La postura de la alcaldesa se hizo imponente frente a las rústicas bancas llenas de gente sentada en ellas, gente la cual observaba a la mujer sin un aparente juicio, solo dispuestos a escuchar lo que hasta el momento es la figura más importante de la Ciudadela. Las palabras de Vorgel no se hicieron esperar, comenzando por mencionar aquello que afectaba a la mayoría de los presentes, lo cual era el inminente cambio político por el que estaba pasando la ciudad, aunque no hizo mucho enfoque en esto y en todo lo que envolvía a lo que se supone eran los soberanos de las estaciones. Continuó hablando, pero esta vez, más que hablar sobre aquellos temas de importancia como lo eran que tipo de buenos cambios nos traería todo esto o por el contrario los problemas que provocaría, se tomó el tiempo de dar un apoyo moral a todos aquellos afectados por el tema. "Me acerco a ustedes como una arcana más" Esas frase rondó por mi cabeza unos instantes, me preguntaba si de verdad aquella mujer que mostraba un carácter impenetrable sentía tanta empatía por su pueblo. Estas dudas me nacían ya que era común que aquellos que poseyeran un control sobre las masas tiendan a volverse seres que ven por su propio bien más que el del resto, se vuelven manipuladores y abusadores, características con las cuales he escuchado que se refieren al señor Velfast. Sus palabras continuaban, se quería mostrar como cualquiera de nosotros, una mujer que ha pasado por las atrocidades del otro mundo, aunque con todo lo sucedido recientemente me hacía preguntarme de que tanto nos diferenciamos de ellos. guerra, envidia, egocentrismo, ira, codicia, sentimientos que resaltamos de los humanos pero que poseemos, incluso más de lo que creemos, incluso podemos ver en nosotros mismos la ignorancia, intolerancia y racismo, pero unas palabras que pronunció y se encargó de recalcar eran algo que no negaría, ni dudaría... Esta era nuestra tierra... Y si algo no nos parecía, nosotros tendríamos la última palabra y haríamos algo al respecto para cambiar, no podemos quedarnos con el conformismo y dejar que las élites se encarguen de decidir por nosotros y por nuestro estilo de vida.
Todo parecía tomar buen rumbo, el ambiente no se sentía tan tenso gracias a ese discurso que formó una especie de unidad entre los presentes, pero más tarde que temprano se terminó por asomar aquello que todos temían... Los rumores de la guerra. La gente como era de esperarse comenzaron a murmurar y el ambiente se volvió a tensar. No era un tema fácil de tratar y más cuando la misma Iphine terminó por dar a entender que al parecer tomaría medidas, aunque no sería una guerra explícita la gente se lo tomó así, esas actitudes eran un tanto molestas... La alcaldesa habló con claridad, aquellos que no quisieran participar eran libres de no hacerlo, aquellos que quieran defender al pueblo, lo harían, pero supongo que por motivo de la tensión y paranoia terminaron por no entender del todo aquellas palabras de Vorgel.
El discurso terminó con una alegoría muy poética por parte de la Alcaldesa. Me mantuve tranquila durante todo el discurso, no podía permitirme que mis emociones me dominaran y terminara por hacer algo que lamentaría tarde o temprano. Las voces se alzaron, algunos cometían el error de gritar lo que sentían y otros simplemente murmuraban entre ellos, sin duda todo se estaba volviendo demasiado polémico. Hubo una voz que se realzó sobre el resto, provocando que súbitamente el bullicio comenzara a bajar de magnitud. Cuando me di cuenta de quién era el que lo había provocado, terminé por descubrir que era nada menos que Aagron, el cual comenzó a dar su opinión con respecto al tema de la guerra. Todas las miradas se clavaron en él, y al pasar de sus palabras se podía notar como aquella confianza que conservaba desde el principio se iba desvaneciendo, aunque probablemente si fue algo apresurado actuar así, tenía algo de razón ¿Como hablaríamos de guerra cuando ningún arma ha sido levantada? No planeaba ayudarle completamente pues no estaba segura de que pasaba por su cabeza, pero sostenerme de aquello funcionaría.
Así fue como decidí levantarme yo también, con voz suave con tal de inspirar calma en aquellos que la incertidumbre los consume dije -" El señor Aagron tiene un punto, es apresurado hablar de guerra cuando aún no se ha levantado una sola arma y cuando aún no se ha movido una sola pieza de este ajedrez "- Puse mi mano sobre el hombro de Aagron con la intención de darle algo de confort -" Lo mejor hasta el momento es claramente tener los recursos listos en caso de que lo peor se presente, pero no debemos actuar con apresuro, más si aún no ha ocurrido nada lo cual nos esté afectando a gran medida "- Dije para luego quedarme callada, aunque las miradas se posaban sobre mi, con bastantes prejuicios quería mantener mi postura de esperar hasta ver si esto era conveniente. Los murmullos no se hicieron esperar, era obvio que despertaría algo de desconfianza al ser una figura dueña de partidos económicos y que el gobierno de Lysander me traería beneficios, pero esto es más por mi moral que por mi avaricia.
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rosse
La Resistencia
Persiguiendo sueños
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Post by rosse on Dec 6, 2017 18:21:03 GMT
Intentando la kelpie establecer una conversación con el dragon , tanto a el junto con una dama le miraron con una cara poco agradable. En fin de cuentas se había dado cuenta que no le caian nada bien a ella. Por prudecencia decidió quedarse callada y esperar que comenzara la reunión, por suerte había sonado las campanas anunciando el comienzo de la actividad de la alcaldesa.
Observo con determinación como la alcaldesa se ponía en pie y con una voz bien fuerte para que todos los presentes podieran escucharla. Al mencionar el propósito deL por que los Dioses de la creación de la isla, unas lágrimas le salieron de su ojos, recordando el triste pasado que tuvo en la cual tuvo que escapar para poder sobrevivir, y de la ruda realidad de que jamás volvería a ver su familia.
Ahora con el nuevo planteamiento que la alcaldesa menciona, su corazón latía, deseaba que su nuevo hogar en Mirovia pudiera ser un lugar agradable para vivir, si, había que trabajar muy duro y sabia de experiencia propia el sudor de ganar el sustento y el pan de cada dia; además de vivir en un lugar donde no implicaría comportarse como los horribles humanos que siempre han entado en las afueras de otros mundos.
Su ultimas palbras, ofreciendo a los arcanos la oportunidad de unirse a ella para mejorar la situación de la isla, el joven dragón con quien había conversado junto con la otra dama, comenzaron a expresar sus opniones, pero para Rosse, había ciertas cosas que había que aclarar.
Creo que se equivoca, señor Rojito...
Valientemente se levanto de su lugar y camino hacia el centro, algo nerviosa pero no se mantendría callada. Debería decir la verdad aun cuando los presentes no estén de acuerdo con ella.
Hay un arma que si han utilizado con nosotros, pero es probable que ninguno de ustedes se han dado cuenta...el arma que me refiero...es el miedo, la desesperación, la desconfianzs...sentimientos que puede ser utilizado para controlarnos y ser sus esclavos sin fijarnos en ello.
Extendió sus brazos y controlando el agua elevo en el aire un circulo de agua que fluia .
Nuestra comunidad esta conformada por este circulo de agua..¿Lo ven? Cada uno de nosotros realizamos ciertos trabajos aquí para ayudar a los demás aun cuando sea algo pequeño, pero si dejamos que alguien se pone en control de lo que hemos hecho,metiéndonos con comentarios que solo son una mezcla de mentiras, este pequeño circulo de vida se romperá.
Pronto creo una flecha de agua que se movía hacia el circulo, que al atravesarlo, hizo que la kelpie transformara en gotas de agua que hizo que regara sobre los presentes.
Yo estoy dispuesto mi vida dar para que mirovia vuelva a sus días de gloria, con todo gusto me unire a su causa alcaldesa.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 16, 2017 0:07:56 GMT
Hiro venía con la convicción de escuchar y no intervenir. Él sería un espectador de lo que ocurriese, un escucha de las situaciones. Asintió luego del intercambio de saludos con Aagron. Aquel dragón era de su interés y quería escucharle si éste alzaba su voz.
Las campanas sonaron. Iphine Vorgel, la alcaldesa habló, se movió por el salón dando uso a su retórica y su conocimiento. Era admirable la forma en la que desarrollaba sus ideas, ideales y causa. El Rakshasa se aseguró de no emitir juicio sobre nada de lo que allí se dijese, ya que hacerlo de forma apresurada le llevaría a encontrar respuestas equivocadas a sus preguntas. Aguardó.
Frente a él se alzó la voz de Aagron. Le miró, fijamente mientras daba esa perorata, palabras que provenían del corazón de su compañero de corte. Palabras que llevaban el peso de muchos pero el entendimiento de pocos. Asintió con satisfacción ante el vehemente discurso que entregó y le dedicó una pequeña reverencia con la cabeza para mostrarle su apoyo. Anteriormente habían intercambiado palabras en la tableta, y pronto les tocaría encontrarse cara a cara.
Otras voces se levantaron y abundaban los murmullos. Cerró los ojos, y comenzó a localizar las voces, e identificar temor, valentía y pasión. Sonrió.
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Post by Iphine Vorgel on Jan 6, 2018 21:12:07 GMT
Hubo mucho bullicio de repente, algunos se alzaban en apoyo y algunos pocos en duda, mas los sentimientos e intenciones empezaban a aflorar entre los presentes de forma más transparentes e identificables. Entre los individuos más notables, hubo un pelirrojo que se vociferó con convicción, tocando un punto muy importante. La unidad.
Lo escuchó sin alzar palabra, pero cediéndole vasta atención. Seguidamente una mujer de cabello blanquecino, denotando la relevancia de prepararse y estar listos. Y finalmente, una dama de ojos verdes que se acercaría al centro del salón a capturar la atención de todos, haciendo hincapié en distintos temas y partiendo a su lugar tras hacer su punto. Vorgel esperó paciente hasta que hubiese un momento para retomar la palabra.
—Como mencionaron, es de suma importancia el mantenernos unidos, confiar en nuestros ideales y prepararnos ante la adversidad. Nunca olviden que su libertad es lo más preciado y la razón por la que vinieron a esta tierra.— añadió con sinceridad, llevándose las manos a la espalda y dando unos pasos al centro del salón.
—Con respecto a lo que prosigue, iniciaré formalmente el proceso de reclutación para aumentar nuestros números y crear divisiones especiales. Pero eso no es todo lo que la Ciudadela necesita, distintas alianzas han sido formadas, por lo que pueden contar con apoyo externo en diferentes ámbitos dentro de poco. Y por supuesto, es primordial la unificación de nuestra propia gente. Si cuentan con información importante que puede ayudarnos a prepararnos o enfrentar la adversidad, no duden en acercarse a la alcaldía. En los próximos días verán cambios en el pueblo, fortificaciones y demás edificaciones predispuestas con la intención de incrementar la seguridad. Nuevas líneas de comercio se van a abrir con nuestros aliados, ademas del intercambio de información entre otras cosas.— La mujer parecía caminar de un lado a otro conforme explicaba, sin específicos, los planes pertinentes al desarrollo de la ciudadela.
—Conforme sea necesario, se darán más convocaciones de este tipo para tomar en cuenta su opinión e ideas sobre el futura de su ciudad. De momento, lo que les pido es paciencia, que se preparen, estén vigilantes, y eviten interceder en negocios o tratos sospechosos que los expongan a ustedes y al pueblo. De momento, terminen su comida y expongan sus quejas o comentarios de ser necesario, estaré aquí para atenderles.—
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