Finally, some fun! (Priv. Tsuyume ~ Blyer) (Cerrado)

Le agradaba bastante la buena vibra que la contraria le otorgaba en aquel paseo, no era algo que pudiera sentir todos los días, ni siquiera algo que fuera de semanas o meses, era algo distante, de años, décadas, y aun así, la Sirena se estaba encargando de que todo aquel paseo se sintiera tan familiar, como algo que jamas dejo de hacer, en familia, con amigos, con cualquier tipo de compañía nostálgica, lo agradecía realmente de corazón aun si con sus palabras no lo decía del todo, pero a la vez le hacia preguntarse si el pasar aquellos momentos significaba que toda la gente que sus manos masacraron, en su pueblo, su hogar, se preguntaba si sus pecados habrían sido perdonados por sus almas, que por fin podían darle un descanso a aquel tormento, aquellos fantasmas de los recuerdos que lo carcomían al punto de romper en llanto casi todas las noches de su vida desde ese momento.- ¡Si, realmente lo estoy disfrutando!.- Contesto al comentario de la pelirosada con una gran sonrisa en su rostro, no recordaba la ultima vez que había sonreído tantas veces en tan poco tiempo, ¿Pero como evitarlo? ¿Como evitar sentirse tan alegre cuando en tan solo unas cuantas horas había logrado ver tantas cosas?, No se podía evitar, simplemente no, iba a disfrutar de cada momento que pasara en las profundidades, hasta que el paseo acabara o simplemente ya no hubiera lugares que recorrer con la contraria, cosa que solo pensar le entristecía, pero no podía quitarle todo su tiempo solo por un mero capricho, algo infantil incluso.

Sintió aquel suave apretón de su mano, cosa que lo impresiono un poco pero no le molesto para nada, muy por el contrario, logro sentir aquel confort que la contraria quería transmitirle, dejando ir por al menos esos momentos los recuerdos dolorosos, enjaulando aquellos demonios del pasado para poder disfrutar al cien por cien el paseo. Espero de manera paciente que la contraria tomara alguna decisión de donde podían ir en aquel enorme centro de la ciudad, las opciones eran muchas y estaba claro que era difícil decidirse cuando era así, por lo que no iba a presionarla para nada, le daría todo el tiempo que necesitara para meditar. La voz de la pelirosada no tardo en hacerse escuchar, diciendo que habían bastantes tiendas para visitar tal como él Minotauro se esperaba, pero hubo algo que resonó en su cabeza, repitiéndose unas cuantas veces mientras su mirada se quedaba un tanto perdida en el rostro de la contraria, aun escuchando sus palabras más no poniendo una total atención.- Es... Cierto... .- Dijo en voz baja llevando sus manos a tocar suavemente la burbuja, evitando reventarla, y poniendo un rostro un tanto decepcionado mientras un suspiro un tanto triste salia de sus labios.- No puedo comer con esta burbuja... .- Agrego casi como un llanto en sus palabras más luego simplemente alzo la mirada para verla, tratando de esbozar una sonrisa, reemplazando el tono triste por uno un tanto animado.- Bueno, creo que podríamos comprar algo de comer... Y más tarde subir un poco a la superficie a alguna roca o algo por el estilo, y comer ahí... Creo...- Comento levantando un poco la cabeza para mirar el brillo que venia de la superficie, a diferencia de la contraria que podía comer sin problemas, el no podía despojarse de la burbuja para ello, pues el aire se acabaría y se ahogaría, esperaba no le molestara aquella idea a la Sirena.

Ahora que había encontrado una especie de solución para aquel tema de la comida, pudo pensar en las demás cosas que había dicho la contraria, posteriores a aquel tema anterior, realmente le interesaba ver que tipos de artesanías, accesorios y más cosas hacían en Aqualia, compararlas con las cosas que se hacia en Grecia y ver que tan diferentes eran las unas de las otras.- ¡Quiero ver esas Artesanías!.- Comento con gran animo mientras agitaba un poco la mano de la contraria con la propia, realmente habían muchas cosas que hacer, y por más simple que fueran, al Minotauro realmente le emocionaba verlas.- Podría llevarme alguna pulsera... O un collar...- Comento mientras intentaba pensar que otra cosa podría llevarse de recuerdo a la superficie ademas de aquellas pictografías que había tomado en el arrecife de coral.- ... ¿Quizá una nueva bandana?.- Pregunto en voz baja, a pesar de ser una pregunta casi totalmente para si mismo, la ajena seguramente había podido escucharlo. La bandana en su cabeza le gustaba, aunque sentía que la actual tenia un aspecto un tanto ya demacrado por el tiempo que la tenia, y un cambio no le vendría mal, y quien sabia, quizá podría encontrar una que le gustara más en Aqualia.

- ¿Crees que debería cambiarla?.- Pregunto finalmente a la contraria, apuntando a la bandana en su cabeza.

Se sentía ciertamente aliviado de que la contraria haya aceptado y le haya gustado la idea de ir a la superficie a comer en el momento que ambos sintieran hambre, liberándose de aquella sensación de estar molestándola con aquel curioso problema de no poder comer bajo el agua, aunque también tomo bastante en consideración la recomendación de la Sirena sobre comer luego de visitar aquel lugar llamado Domo Operetta, la verdad en ese momento no se encontraba con hambre y seguramente podría resistir bastante más sin alguna especie de bocado, tampoco quería arruinar aquel itinerario mental que Tsuyume tenia, por lo que una sonrisa se formo en su rostro para asentir con bastante animo.- ¡Esta bien, en cuanto terminemos de ver aquel Domo, ya podremos ir a comer!.- Tenia bastante curiosidad de como seria el Domo Operetta, pues había logrado escuchar de varias personas en la superficie de aquel lugar pero nunca nada realmente contundente con lo que imaginarse del todo el como seria, por lo que se encontraba ciertamente emocionado por ver aquel lugar, pero claramente, todo a su debido tiempo, pues aun debían ver las tiendas del Centro de la Ciudad. Se mantuvo bastante paciente en espera de la respuesta de la contraria respecto a la bandana en su cabeza, ciertamente tenia bastantes años con ella, por lo que se podía considerar vieja, cambiarla no seria para nada una mala idea, por lo que no tardo en ser llevado por la contraria a una de las tiendas donde vendían bandanas de aquel estilo, se sentía feliz de que ella supiera donde encontrarlas.

Sus ojos recorrieron con bastante detalle aquella tienda, la ropa que había ciertamente se veía de buena calidad, y por lo que podía observar, los precios eran bastante accesibles, cosa que le aliviaba, así que sin más, se adentro en la tienda para comenzar a buscar aquel objeto que reemplazaría al de su cabeza. Le pregunto a uno de los vendedores en donde se encontraban las bandanas, este lo miro con bastante curiosidad puesto que era un ser totalmente terrestre bajo el agua, aun así, era un cliente y simplemente no iba a rechazarlo por eso, por lo que no tardo en indicarle el lugar y dejar ver la gran cantidad de bandanas, de varios diseños y colores. El Minotauro se impresiono y comenzó a buscar una que le gustara, ni siquiera había notado que la Sirena que lo acompañaba se había alejado de aquel lugar, estaba demasiado concentrado viendo la mercancía, en una constante observación y descarte de cada bandana que veía, no lograba hallar una que le gustara del todo, hasta que sus ojos se posaron en una de color bermellón, el diseño parecía ser igual a la que tenia actualmente, solo que de un color más oscuro, pero esa si que le había gustado, simple y eficiente, por lo que no tardo en dirigirse donde el vendedor para enseñarle su elección, pagando los Mirvos correspondientes, y agradeciendo por la amable atención. Se dirigió a salir de aquella tienda totalmente conforme con su compra, cuando vio a la Sirena volver a una velocidad considerable, recibiéndola con una sonrisa y listo para enseñarle su nueva adquisición, pero esta se le adelanto totalmente, con unas palabras que lo sorprendieron totalmente, ¿Un regalo?, ¿Porque razón?, continuo escuchando las palabras de la contraria, hasta que finalmente, aquel regalo fue dejado a la vista del Minotauro, quien se quedo en silencio observándolo.

Sus manos se movieron lentamente a tomar el collar entre estas, acercándolo a su vista para mirando con unos ojos curiosos, sorprendidos y en total silencio, analizando cada mínimo detalle de aquel accesorio: Aquel colgante, las pequeñas piedras que lo sostenían, sus amarres, todo. Alzo suavemente la mirada a la contraria sin quitar esa vista sorprendida, para luego volver a mirar el collar, pensando en este, en aquel gesto de la Sirena... Como si se tratara de algún momento del pasado que se repetía, pero no era así, no se trataba de su hermano, quien le entregaba aquel collar tan especial, rodeado por los verdes prados de Mantinea... No, se trataba de la Sirena, con quien se había conocido de una manera particular, quien le había dado la oportunidad de conocer tan magnifica Ciudad, y quien le estaba dando aquel hermoso presente a pesar de decir que no era tan importante. Aquel gesto de sorpresa en su rostro fue reemplazado por una suave sonrisa, y unos ojos que parecían querer soltar lagrimas con cierta felicidad más están no salieron. Sus manos tomaron con cuidado el collar, para comenzar a rodear su cuello con este, y amarrar el broche detrás, para que este por fin colgara de su cuello y se moviera con cierta gracia por el agua que los rodeara.- Me gusto mucho... De verdad... Gracias, Tsuyume...- Comento con una sonrisa y con gran sinceridad y amabilidad en sus palabras, pensando un poco en lo dicho por la contraria mientras agachaba su mirada a ver aquel collar, llevando su mano a acariciarlo suavemente, ¿Especial? Definitivamente lo era.- Lo cuidare mucho, lo prometo.- Agrego mientras estiraba su mano para tomar la de la contraria, aun manteniendo esa delicadeza en sus acciones.- ¿Que sigue?.- Pregunto en un tono calmado, para luego exaltarse un poco y llevar su mano a aquel bolsillo de su pantalón, para sacar la bandana que había comprado.- ¡Cierto, esta fue la que compre!.- Exclamo con un animo mayor, mostrando aquella nueva prenda, aunque, tendría que esperar a que estuviera en la superficie para poder cambiarla de su cabeza, por lo que simplemente volvió a guardarla en su bolsillo para continuar con el recorrido.

No podía describir la felicidad que sentía en ese momento al recibir aquel presente por parte de la contraria, se sentía alegre, animado, casi eufórico incluso por la emoción que sentía, y todo gracias a la Sirena que se encontraba frente a él, quien le dio una muy breve explicación de a que pertenecía aquel collar, lo cual ciertamente impresiono al Minotauro, quien volvió a mirar a aquel collar con esa impresión bastante notoria en su rostro.- ¿¡Diente de Tiburón Toro!? Eso es increíble, conseguirlo debió ser muy difícil para quien lo hizo...- Comento con un tono bastante impresionado en su voz, para luego esbozar una gran sonrisa en su rostro al tomar la mano de la contraria.- ¡Entonces eso me da más razones para cuidarlo!.- Agrego con ese animo tan distintivo de su persona, pues de alguna forma sabia que aquella personalidad no le desagradaba a la contraria, quizá lo había comprobado el día que se conocieron, realmente no podía saberlo, pero era una curiosa corazonada que tenia. En cuanto la ajena dijo que la bandana que había comprado había sido una buena elección, simplemente esbozo una sonrisa de orgullo, sabia que había sido una buena elección, pero las palabras de la contraria se lo confirmaban y eso lo hacia feliz, y estaba claro que apenas subieran a la superficie para poder comer, cambiaría de bandana para finalmente despojarse de aquella que actualmente llevaba puesta. De cierta forma le daba tristeza despojarse de ella, por todo el tiempo que la había tenido, pero, debía dejarla ir pues su tiempo también debía llegar a su fin a esas alturas, así que sin más, siguió a la contraria con sus manos tomadas, para dirigirse a la tienda que ella le indicaba.

Esta tienda se encontraba considerablemente cerca de ellos, por lo que casi no tardaron en llegar a ella, dejando ver la gran cantidad de comida ya preparada que se encontraba ahí, con precios igual de generosos que la de aquella tienda de ropa que había visitado, ademas de que todo se veía realmente delicioso, no sabia que escoger realmente.- Ah~ ... Es mucha comida...- Dijo en un tono de admiración al ver toda la variedad que había en aquella tienda.- No puedo decidir entre tanto...- Agregó en un tono un tanto triste, aun mirando todo lo que aquella tienda tenia que ofrecer, pero debía decidirse rápido para no hacer que la Sirena perdiera tiempo, definitivamente no, por lo que analizo de mejor manera las comidas, para finalmente decidirse.- Llevare dos porciones de Arroz condimentado con carne de cangrejo y... ¡Muchos camarones!.- Exclamo con bastante animo de por fin haberse decidido, mirando a la contraria con una gran sonrisa en su rostro, esperando que a ella también le gustara aquella comida, por lo que no tardo en pagarle al dueño de la tienda los Mirvos correspondientes a aquella compra, y dejando la bolsa con la comida bien asegurada en su cinturón para que nada le ocurriera a esta.- Bueno, ya tenemos la comida, ¡Hora de ir al Domo de Operetta!.- Exclamo con bastante animo mientras volvía a tomar de la mano a la contraria, para dejar que esta lo guiara a aquel lugar, incluso podía notar que cada vez que ella hablaba de el, hablaba con cierta emoción en sus palabras, como si ese lugar fuera algo querido por ella.

El camino continuo en dirección a aquel lugar, con cierta calma por su parte, dedicándose a ver un poco más las construcciones que los rodeaban y que quedaban de camino a su destino.- He escuchado que el Domo de Operetta es de las construcciones más significativas de Aqualia... ¿Es eso verdad?.- Pregunto a la Sirena sin detener el paso, pues eso es lo que había escuchado de comerciantes o incluso de algunos compañeros acuáticos del Coliseo, que hablaban de aquel lugar como algo de ensueño incluso.- Estoy ansioso por verlo...- Comento en voz baja mientras volvía a llevar su vista al frente, hasta que al cabo de varios minutos, finalmente se encontraron de frente con tan enorme lugar. Los ojos del Minotauro se abrieron como platillos, admirando la magnifisencia del tan renombrado Domo de Operetta.- Es... Increíble...- Comentó en voz baja mientras desviaba un poco su mirada a la Sirena.- ¿De verdad existía un lugar así en Mirovia?.- Pregunto sin ni siquiera ocultar la impresión que sentía, tragando saliva para luego sonreír emocionado.- Ahora veo porque te emocionaba enseñarme este lugar...- Agrego sin dejar de mirar aquel lugar, simplemente impresionante a sus ojos.

Le sorprendía demasiado encontrarse con aquel lugar, a pesar de que la contraria había dicho que se encontraba cerrado en ese momento, a sus ojos aun así era algo increíble, cada pequeño detalle era algo que lo maravillaba, pues no había visto algo así en la superficie, ni siquiera en Grecia había existido una construcción así de impresionante para admirar, y ser capaz de presenciarlo en Mirovia, simplemente era algo irreemplazable, lo que solo lo hacia agradecerle más aun a la Sirena que lo acompañaba. En cuanto las palabras de la pelirosada se hicieron escuchar, se quedo un tanto pensativo en porque otras personas no visitaban aquel lugar aunque estuviera cerrado, era algo triste pues parecía que desmerecían la real belleza de aquel lugar, pero no se podía hacer nada para cambiarlo, o eso creía. Quería preguntar el porque la contraria había dejado de visitar el Domo de Operetta, ademas de aquel tono desanimado que había alcanzado a escuchar, pero el animo cambio de inmediato a uno más alegre para decir que aun no había visto lo mejor, por lo que solo asintió con una sonrisa para sentir el apretón de su mano y seguir a la ajena hasta donde ella lo guiara. Llegaron hasta una puerta que parecía abierta y en efecto lo estaba, sin pensar realmente en la razón de eso, se dispuso a entrar con ella a aquel lugar, que mostraba carecer de una luz que le permitiera ver del todo, pero parecía que la Sirena conocía bien el camino por lo que solo se dedico a tratar de observar un poco los alrededores aunque realmente estaba siendo algo dificultoso por la poca luz que lograba llegar dentro, pero no tardaron en llegar a lo que parecía ser el escenario en el interior del Domo, donde una luz iluminaba claramente el centro del lugar.

El silencio perduro durante algunos momentos en los que el Minotauro miraba alrededor, el lugar se veía más grande por dentro que por fuera, cosa que era impresionante a sus ojos, le recordaba un poco al gran coliseo que había en Grecia, era realmente impresionante, aunque no entendía del todo porque comparaba ambas cosas, quizá solo por su magnificencia. La voz de la Sirena lo saco de sus pensamientos, más aun el hecho de que al momento de hablar, se pudo escuchar perfectamente el eco de su voz en los alrededores, cosa que lo impresiono, estaba claro que era el lugar perfecto para quienes desearan cantar, no había ninguna duda que cayera.- Ya veo...- Comento en voz baja y aun así causando cierto eco en el lugar. Se quedo un tanto extrañado ante las palabras de la pelirosada, pues no entendía del todo a que se refería con ''Pequeña porción'', respecto al potencial de aquel escenario, y esa confusión aumento aun más cuando sintió su mano ser soltada, y su cuerpo cayendo lentamente hasta que sus pies tocaron el suelo con suavidad, mirando a la contraria con cierta sorpresa, conectando aquellos ojos bermellón con los contrarios de iris ámbar, sintiendo de alguna manera esa cercanía entre ambos, el gesto de acercar su mano al rostro propio, no pudo evitar tragar saliva ante ello. Ante aquel susurro que parecía como si la pelirosada le estuviera contando algún importante secreto causo que esa sorpresa aumentara más, a lo que solo pudo asentir para posteriormente cerrar lentamente los ojos, ¿Para que quería que hiciera eso? La duda le estaba entrando lentamente, dejando escapar un suave suspiro mientras la ansiedad comenzaba a atacarlo, pero debía ser paciente, pues si ella se lo había pedido, era por algo.

Nuevamente el silencio y la tranquilidad se adueño del momento, dejando escuchar claramente el sonido del agua, el oleaje en las partes más altas, o los simples sonidos de pequeños animales marinos, algo que realmente podía brindar una paz embriagante. Lentamente se pudo escuchar la voz de la Sirena dejar escapar un cántico, que iba aumentando su tono con cada segundo que pasaba, hasta el punto que su voz comenzó a resonar en cada pared y rincón de aquel lugar. El Minotauro se impresiono de gran manera al escucharla, ¿Era Tsuyume de verdad? Sabia que las Sirenas tenían la capacidad de entonar hermosas melodías con su voz, ¿Pero a ese punto? Impresionante, no había otra palabra con la que pudiera describirla, o quizá si, hermosa, magnifica, esplendida. Sentía como la calma lo llenaba, como aquella voz se adentraba en su mente, en sus oídos, brindándole una tranquilidad que lo embriagaba lentamente, y no solo eso, si no también sintiendo como su corazón se agitaba con la emoción que sentía, disfrutando de cada nota entonada por su voz, como si la voz de alguna diosa Griega fuera la que estuviera cantando aquella melodía, dejando a todos los simples mortales escuchar su voz para deleitarse con su divinidad. Quería abrir los ojos, observarla cantar, admirarla, pero debía mantener al menos aquella pequeña promesa de mantener su vista sellada, al menos, hasta que la voz comenzó a apagarse y esta ceso junto con la melodía. Lentamente los ojos bermellón volvieron a hacerse presente, clavando de inmediato una mirada sorprendida en la Sirena, quien parecía no querer moverse de su lugar, pero el Minotauro no lo dudo, sus manos se juntaron frente a él, para luego separarse y volver a unirse, dedicándole un aplauso y una gran sonrisa a la contraria, realmente había sido una hermosa sonata.

Se mantuvo aplaudiendo durante algunos momentos, para luego detenerse, y con algo de esfuerzo, comenzar a nadar en dirección a la pelirosada con esa sonrisa aun manteniéndose en su rostro, hasta quedar frente a ella, mirándola a los ojos, queriendo decir algo para que supiera lo increíble que se había escuchado, más cuando estuvo frente a ella, no pudo evitar quedérsele viendo durante unos momentos, para luego reaccionar con un suave sonrojo en su rostro.- A-Ah... ¡Cantaste increíble! ¿Porque no me dijiste que tenias una voz tan hermosa?.- Exclamo con gran animo mientras la veía, realmente había disfrutado mucho de aquello, no entendía del todo porque le había demostrado aquel canto, quizá solo por enseñarle la capacidad acústica del lugar, o quizá había otra razón de por medio, por la razón no era importante en ese momento.- Espero poder escucharte cantar en otro momento...- Comento en voz baja, con una sinceridad notoria en sus palabras, cuando un sonido lo saco de ese enternecido momento, el de su estomago haciendo presente el hambre que sentía, lo que causo un gran sonrojo en su rostro.- E-eh... Y-yo... Creo que d-deberíamos ir a... Comer...- Comento totalmente avergonzado mientras agachaba la mirada, esperando no haber puesto incomoda a la Sirena.

Aun le costaba creer que aquella Sirena tuviera una voz de esa magnitud, aunque la sorpresa era más por su voz que por el efecto de aquel gigantesco Domo de Operetta, incluso casi había olvidado que se trataba de una demostración de aquel escenario y no solo que le permitía escuchar su voz, aun así se lo agradecía y lo había disfrutado bastante. Noto como el rostro de la contraria se había tornado de un leve rojo ante los cumplidos del Minotauro, ¿Pero como no halagarla? Su voz había sido increíble, así que no pudo evitar dejar escapar una pequeña risa ante el gesto avergonzado de la contraria, para luego mirarla con una suave sonrisa en su rostro, notando aquel tono un tanto inseguro, diciendo que no estaba segura de si volvería a cantar, cosa de no sabia la razón, pero el pensarlo lo ponía un tanto triste.- ¿No volver a cantar? ¡No digas eso! ¡Estaba claro que podrías! Digo... Tu voz es increíble, y bastante bonita...- Comento en un tono un tanto avergonzado mientras giraba un poco la cabeza para mirar a otro lado, sin comprender del todo porque continuaba halagándola casi de manera inconsciente. De verdad quería en algún momento volver a escucharla cantar, sentía que de algún modo podía ser una petición un tanto extraña, pero esperaba que se pudiera repetir algún día, aunque claro, todo dependía de la decisión de la Sirena respecto a ello, y esperaba que esta fuera una respuesta positiva, pero al parecer su estomago no iba a darle oportunidad de responder aun.

Aun tenia ese sonrojo notorio en su rostro por el sonido que había provocado su estomago, el hambre se había hecho presente sin poder hacer algo para evitarlo, y realmente no quería arruinar el momento, cosa que lo hizo avergonzarse más junto a la pequeña risilla de la contraria, más esa vergüenza de alguna forma logro calmarse de cierta manera, en el momento que Tsuyume volvió a tomar su mano de una manera más delicada y amable, diciendo que conocía el lugar perfecto para poder comer lo que habían comprado con anterioridad en el Centro de Aqualia.- Entonces... Guiame...- Comento en voz baja mientras le dedicaba una suave sonrisa a la contraria, comenzando a nadar fuera del Domo y dirigiéndose así hasta el lugar donde la Sirena dijo que podían comer tranquilos. El camino no duro más de algunos minutos tal como había dicho la contraria, siendo casi guiados por la luz del sol que los cubría, filtrándose esta por la superficie del agua, y así, finalmente llegar a unas enormes rocas que sobresalían del mar.- Este lugar es enorme...- Comento mirando alrededor una vez salio del agua, para luego escuchar a la contraria hablar, y verla subir de a poco a aquellas rocas. El Minotauro dejo escapar una suave risa para acercarse a aquel lugar, y comenzar a subir lentamente.- ¡No te preocupes! Estaré bien, ya ver...- Su voz se vio interrumpida en el momento que su pie resbalo de la superficie de la roca, viendo todo como en cámara lenta mientas su cuerpo se iba hacia atrás, y caer de golpe al agua, hundiéndose de inmediato, y saliendo a los pocos momentos, con el rostro un tanto rojo, para comenzar a subir en silencio por la roca, y sentarse cerca de ella.- ... No digas nada...- Dijo en voz baja, en un tono totalmente avergonzado.

Dejo escapar un pesado suspiro para luego disponer a reventar la burbuja en su cabeza, tomando una bocanada de aire.- Ah... Se siente bien tener la cabeza libre.- Dijo tocando su rostro con sus manos y arreglando un poco su cabello, para luego sacar la bandana de su bolsillo, quitando la que llevaba puesta y dejando que su cabello largo cayera un poco más, llegando este hasta el cuello y tapando parte de sus ojos. Acto seguido, tomo la nueva bandana, y la posiciono en su cabello para que este quedara con el estilo previo, solo que con una prenda más nueva y limpia que la anterior.- ¡Ya esta! ¿Que tal se ve?.- Pregunto a la contraria con una gran sonrisa, mirando el paisaje que aquella posición les otorgaba, de verdad era hermoso. sin más tardanza, saco de su cinturón la bolsa con comida, teniendo el debido cuidado de no arruinar nada de ella, para sacar todo de la bolsa y posicionarlo sobre la roca con las debidas porciones de cada uno, aunque, el Minotauro había dejado más camarones para la contraria que para él mismo.- De verdad se ve delicioso... .- comento en un tono casi hambriento, tomando los debidos cubiertos que venían con la comida, y darle una pequeña probada al arroz condimentado.- ¡No solo se ve, lo esta!.- Exclamo degustando bastante alegre el sabor de la comida, para luego tomar un poco de arroz con su cuchara y extenderla a la contraria, sin notar el acto un tanto vergonzoso que estaba haciendo.- ¡Pruébalo!.- Exclamo sonriendo de gran manera.

Su mirada se poso en la contraria en cuanto esta había mostrado preocupación ante su caída, si, había sido una considerablemente fuerte, pero con el aguante del Minotauro, tan solo parecía un ligero clavado en algún lago.- ¡No te preocupes, mi cuerpo es bastante resistente aunque no lo parezca! ... Aunque creo que si lo parece...- Comento esas ultimas palabras en voz baja, pensando que su cuerpo era considerablemente grande, aunque no siempre le tomaba importancia a ello, no entendía del todo porque de la nada se había puesto a pensarlo. En cuanto a la respuesta de la contraria respecto a aquella nueva bandana, un sonrojo notorio en su rostro se formo por sus palabras.- A-Apuesto...- Comento en voz muy baja mientras desviaba suavemente la cabeza, tratando de calmar el repentino nerviosismo que lo había invadido ante aquellas palabras, no creía que fuera para tanto, solo era una bandana pero... El comentario respecto a su cabello largo había sido totalmente inesperado para el Minotauro, ¿Era así realmente? Para él solo era un estilo descuidado que realmente no le gustaba usar mucho, ¿Quizá a la gente le agradaba? No podía saberlo del todo, y preguntarle a la contraria no era una opción, pues la vergüenza no iba a dejarlo ni siquiera pronunciar una palabra sin enredarse o al menor tartamudear por el nerviosismo que le causaba el solo pensar en eso.

Seguía sin comprender porque había hecho aquel gesto de darle de comer a la contraria a pesar de considerarse un acto más hecho en parejas, pero la emoción del momento le había ganado y al parecer a la Sirena no le había molestado, muy por el contrario, esta había aceptado sonriente aquel hecho, comiendo el arroz que había en la cuchara y degustándolo, comprobando por si misma lo deliciosa que se encontraba la comida.- ¿¡Ves!? ¡Te lo dije!.- Expreso con bastante emoción a las palabras de la contraria, y dispuesto a continuar comiendo por su cuenta, pero en ese momento noto como la mano de la contraria se acercaba a su rostro con uno de sus camarones con la intención de dárselo de comer. A pesar de todo, aquellos camarones se veían realmente deliciosos por lo que el Minotauro no dudo en abrir la boca para recibir aquella comida.- Ah...~.- El camarón llego hasta su boca y comenzó a masticarlo y degustarlo con calma, para luego tragarlo y mirar a la contraria con unos ojos casi brillantes.- ¡Esta delicioso, sin duda!.- Exclamo con gran animo y con una sonrisa en su rostro, para luego aterrizar de aquella burbuja en la que se encontraba y darse cuenta de los actos vergonzosos que acababan de hacer ambos arcanos. El rostro del Minotauro se encendió de un notorio rojo, casi podía verse en sus ojos lo nerviosos que se encontraba.- A-A-Ah... P-Perdón por eso, creo que me e-emocioné...- Dijo rascando su cabeza de manera rápida tratando de calmar la vergüenza que sentía.

Trataba de respirar de manera tranquila, pero realmente le estaba costando, eso, y el hecho de que los latidos de su corazón habían aumentado su ritmo a uno bastante agitado, ¿A que se debía? ¿Fue por aquellas acciones o era por algo más? No tenia una idea concreta de que podía ser, por lo que debía calmarse y tratar de comer.- B-Bueno, sigamos comiendo haha...- Comento tratando de sonar animado mientras tomaba su cuchara para tomar otra pequeña porción de arroz y comenzar a comer de manera pausada y disfrutando de cada pequeño bocado a su comida. De vez en cuando su mirada se desviaba y se conectaba con los ojos ámbar de la contraria, lo que causaba que volviera a desviar la mirada nervioso.- ¿Q-que sigue después de comer?.- Pregunto para calmar un poco el aire nervioso que tenia, aunque realmente tenia curiosidad por saber que más tenia planeado la contraria para aquel recorrido, aunque seguramente había gastado bastante de su tiempo, aun así le gustaría que esa visita durara bastante más, y a pesar de que era por querer conocer mucho más sobre Aqualia, sus costumbres y sus lugares, había otro sentimiento que no lograba comprender pero que le causaba querer seguir en ese lugar algún rato más por lo menos.

Trataba de calmarse, de verdad que intentaba que su corazón no continuara latiendo de manera tan agitada como lo estaba haciendo, pero la situación no se lo estaba permitiendo para nada. Cada vez que sus miradas se conectaban, la agitación de sus latidos aumentaba considerablemente y no entendía el porque, si, habían hecho aquellos actos curiosamente vergonzosos pero aun así no era una razón total para sentirse así de nervioso, ¿Quizá se había enfermado de alguna forma en las profundidades del mar? Era una opción un tanto absurda pero en la mente del Minotauro era lo único que explicaba el nerviosismo y la vergüenza que sentía en ese momento. Continuo comiendo aquel arroz condimentado junto a la carne de cangrejo y los camarones que habían pedido aparte, cuando escucho la respuesta de la contraria respecto a su pregunta de que seguía en el trayecto. El Minotauro dejo escapar un triste suspiro ante sus palabras, realmente le hubiera gustado continuar con el recorrido por Aqualia, pero la contraria le había dicho que no conocía tantos lugares, aun así, luego de ese suspiro, una gran sonrisa se esbozo en su rostro para mirarla, se había divertido mucho y había visitado lugares bastante hermoso, ademas, había tenido la oportunidad de escuchar cantar a la contraria, y eso, había sido la mejor parte del día para su persona.- La pase increíble hoy, Tsuyume, uno de los mejores días que he tenido desde que llegue a Mirovia.- Comento con sinceridad mientras aquella sonrisa se mantenía en su rostro, realmente había sido una experiencia única en su vida.

La comida finalmente se había terminado, a excepción de los camarones que la contraria había dejado, no la culpaba, había comprado muchos y no pensó que se iban a llenar tan solo con lo que habían comido, a decir verdad, Blyer también se encontraba bastante satisfecho con la comida. Un suspiro de alivio por la buena comida salio de sus labios, cuando la petición de la Sirena llego a sus oídos y la razón de esta, ademas de notar aquel tono nervioso con el que decía aquellas palabras. Blyer solo pudo sonreír ante ello, levantándose de su posición para mirarla con una sonrisa, acercándose y ofreciendo su mano para que la contraria se levantara.- Por mi no hay problema, aunque tendremos que sacar dos, ¡Porque yo también quiero una!.- Comento con gran animo mientras ambos se posicionaban de modo que el vasto mar y el paisaje marino se encontraba detrás de ellos en las rocas, a la par que el Minotauro extendía su tableta arcana para que ambos quedaran bien posicionados, con sus rostros bastante cercas el uno del otro, y así sacar una buena pictografia de ambos para rememorar aquel día.- Bien, tu turno.- Comento a la contraria, para que ella también usara su tableta para tomar una pictografia de ambos, posicionándose nuevamente para que saliera igual de perfecta que la previamente tomada. Una vez que ambas fueron tomadas, el Minotauro se acerco a comprar ambas, habían quedado igual de increíbles.- ¡Ya esta, con esto nos acordaremos siempre de este día!.- Exclamo en un tono bastante alegre, guardando su tableta arcana, y dejando escapar un triste suspiro.- Bueno, creo que es hora de volver a la playa...- Comento un tanto desanimado, pero sabia que debían volver a ese lugar, por lo que volvió a poner aquel hechizo para que la burbuja apareciera en su cabeza, y tomando la mano de la Sirena, volvieron a sumergirse en el agua, esta vez para tomar el camino devuelta a la playa de Aqualia.

El camino nuevamente los recibió con aquel paisaje marino lleno de plantas tan exóticas y coloridas, al igual que de peces con las mismas características. A pesar de ya haber visto varias de aquellas cosas, a Blyer estas seguían impresionándole como si las viera por primera vez.- Este lugar me sigue pareciendo increíble... ¡Espero volver a visitar Aqualia pronto! .- Exclamo con una sonrisa mientras seguían avanzando en dirección a la playa. En medio del camino, un cardumen de peces avanzo a gran velocidad por entre ambos individuos, molestando un poco a Blyer y causando que se soltara de la mano de la Sirena, lamentablemente no fue solo eso, pues uno de esos peces había por accidente reventado la burbuja en la cabeza de Blyer. Unas burbujas salieron de su boca al sentir como el aire se escapaba de su cuerpo, llevando sus manos a su boca para taparla al igual que a su nariz, lamentablemente el agua comenzó a entrar de igual manera, el aire directamente se acababa y el Minotauro comenzó a hundirse lentamente, a la par que su vista se tornaba borrosa, estirando su mano lentamente en dirección a la Sirena, para luego simplemente cerrar los ojos sin poder hacer nada más.