Niku
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Post by Niku on Dec 1, 2017 7:21:08 GMT
Durante su recorrido por el Gran lago de las hadas, donde ya había hecho su hogar temporal, Niku escuchó de las pequeñas hadas que charlaban despreocupadas por el bosque un rumor que le pico en lo mas profundo de la curiosidad. Mientras dormía debajo de unos arbustos, las pequeñas criaturas hablaron sobre unos peces gigantes que las atacaban cada que trataban de darse un baño en el cristalino lago y que se habia vuelto sumamente dificil el andar por ahi, ninguna de las criaturillas tenia idea de si los peces habian sido hechizados o simplemente empezaron a comer hadas y por eso habian crecido tan enormes. Ningun hada habia notado que el felino descansaba placidamente mientras escuchaba su cuchicheo y mucho menos iban a imaginarse que se pondria en marcha a ver si tal rumor era veridico.
Al llegar al lago no vio nada distinto, pero sabia perfectamente que nada es lo que parece por lo que se tomo unos momentos para sacar sus herramientas; una daga bastante afilada, dos pequeños trozos de metal sumamente delgado (alambre) y un delgado pero largo trozo de bambú que habia traido de shangri lax y que usaba como vertebra para levantar un refugio.
Unos minutos le tomo utilizar el hilo que llevaba en la alforja con la caña de bambú, improvisando asi una caña de pescar pero.... Tuvo una sensacion muy familiar y esta estaba cada vez mas cerca.... Quien interrumpia su pesca?
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 1, 2017 7:33:35 GMT
Pasear por el lago ayudaba al Rakshasa a meditar. Su actuar en los manglares había sido muy impropio de si mismo. Tomó muchos riesgos, y su armadura era testigo de ello. Había tenido que dejar la coraza en una herrería de la ciudadela. Su lanza rota no tenía arreglo y aunque conseguir otra no le había sido muy difícil y no era la primera vez, ambas cosas sumadas hacían que Hiro estuviera enemistado con esa faceta suya. Había logrado salir sin mayor rasguño de la situación, pero él mismo se había metido allí.
Caminaba utilizando sus guanteletes, hombreras, faldón y grebas, pero la falta de la coraza, aunque lo volvía más móvil y flexible, le hacía sentir de alguna u otra forma incompleto. Llevaba vendajes ajustados y sobre ellos una túnica de hilo y cuero, la cual normalmente era cubierta por esa preciada pieza de metal. Había dejado su tridente en su dojo, ya que quería acostumbrarse a esta nueva lanza.
Luego de haber practicado toda la mañana, se dirigió bordeando un riachuelo hacia el lago, y no a mucho de andar, vio a alguien que ya le era conocido. Podría haber dado media vuelta y caminado de vuelta, o observado al Rakshasa oculto entre los árboles. Pero sin darle rodeos al asunto, caminó directamente hacia él, sin empuñar sus armas en señal de que iba en paz.
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Post by Niku on Dec 4, 2017 10:00:06 GMT
Al alzar la vista pudo distinguir a Hiro. Podía reconocerlo perfectamente aunque notó que le hacia falta parte de la coraza que lucio aquel dia en el manglar... Tal vez habia quedado completamente carcomida despues de haber estado en contacto con todo el despojo corrosivo de los escorpiones. Aun no habia colocado un anzuelo a la caña cuando el rakshasa estuvo al alcance, a decir verdad no tenia ni idea de cuales eran sus intenciones, no habia ningun conflicto en el cual participar y no compartian mayor relacion como para compartir una larga charla (de cualquier manera no era de los que solian hablar mucho). Se puso de pie, a la expectativa, si bien no habia ninguna tension ni señal de violencia en ninguno de los felinos, nunca estaba de mas estar alerta, un rápido análisis de su indumentaria le dio un par de ideas para neutralizarle en caso de ser necesario, ya tenia la alforja llena de artilugios tras haberse surtido de materiales en el bosque... SPLASH!! Un ruidoso chapoteo llamó su atención, sus orejas giraron buscando la procedencia del ruido, no muy lejos de la orilla del lago había saltado un enorme pez tratando de atrapar a un pobre pato que a duras penas había logrado aletear fuera de su alcance, al ave no le quedaba de otra mas que bajar de regreso al agua, solo para ser engullido por la enorme criatura. He ahí el rumor aclarado, fue testigo de la captura de peces mas grandes en sus viajes pero ese definitivamente iba por un buen camino si aspiraba a convertirse en un megalodon. Miró a Hiro como si aquella escena hubiese sido mas que suficiente para aclararle el porqué estaba ahí con una caña en la mano. El destino los había puesto frente a frente nuevamente, esta vez sin ningún interés violento... Se rindió ante la posibilidad de utilizar alguno de sus artilugios y saludó. -Salam.- Juntó ambas manos a la altura de su frente y reverenció. -El destino nos vuelve a reunir, Rupali sinha... Para nuestra raza no existen las coincidencias. Soy Niku, el cazador.-
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 6, 2017 20:17:01 GMT
Las mirada cruzada de los Rakshasas se extendió por varios segundos. Ambos analizaban y estudiaban al otro, y, al menos Hiro, buscaba respuestas a preguntas no conocía. El fuerte SPLASH! cercano captó su atención brevemente, más su interés estaba en el Rakshasa. Se acercó un poco más y casi al mismo tiempo que el otro le extendía un saludo tradicional, realizó un námaste a la altura de su frente, para igualar el respeto que el otro le ofrecía. "Sambandh ka, Parijan. El destino guía al viento, y el viento me guía a mi. Le ofrezco la paz, Niku el cazador. Soy Genshukuna Hiro."
Su mirada se mantuvo en el otro. Sabía que tenía que haber algún motivo para que el viento lo trajera frente a frente hacia su compañero de especie. En sus años en Mirovia, había conocido muy pocos Rakshasas. Probablemente por la tendencia a luchar hasta la muerte de los mismos. Pero aún menos que tuvieran rasgos leónidos. Su encuentro con Niku habría de ser significativo.
Se llevó una pata al pecho empuñada, y luego la otra. Al juntarlas, realizó una reverencia con la mirada hacia el suelo. Al levantarse habló en voz calmada, mesurada, midiendo sus tonos y sus pausas. "Ruego ante el viento y la luna que pueda disculpar mi actuar en los Manglares. Actué de forma precipitada, indigna."
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Niku
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Post by Niku on Dec 6, 2017 20:52:07 GMT
Niku resopló y todo el pelambre de su pecho se erizó con orgullo, habiéndose hecho a la idea de dejar ciertas cosas atrás, el hecho de que el destino eligiera a Hiro por sobre Yama era su principal preocupación.
Habia pasado tanto tiempo entre guerreros, mercenarios y cazadores, que tanta educacion le era chocante pero esa era solo su forma de relacionarse con otros, moldeada a golpes hasta su forma de ser actual. Respetaría lo poco que le quedaba de las costumbres, entre hermanos de diferentes hordas y hacia los humanos era como ellos se referían, con ese desesperante respeto... Niku era un anarquista, después de todo.
-Alza tu frente Rupali Hiro. Interrumpiste una batalla vieja como mi camino pero la suerte no existe para nosotros los que vivimos al filo de nuestras garras, si llegaste a ese lugar debió ser por una buena razón y si el destino te involucró en nuestra batalla debe ser por algo aun mas importante. Podemos enmendar ese accidentado encuentro ahora, parijan.- ladeó el rostro con curiosidad -Admito que me intriga la manera en la que contienes todo rastro de agresión, en nuestra raza la agresión no es indigna pero si un ultimo recurso que no tendríamos por qué agotar-
Volviendo su atencion a la caña de pescar que habia terminado de armar, habia hecho tambien un aditamento extra; una afilada y delgada lanza de bambú atada en la base con mas cuerda.
-Haz llegado en el momento mas adecuado, estaba por comenzar la pesca. Corre el rumor de que el lago alberga a peces de desmesurado tamaño y al parecer se debe a que desarrollaron un enfermo gusto por comerse a las hadas que toman su baño a la orilla, desprevenidas y confiadas. Eso explicaría el porqué de su tamaño y seguramente justificarían un sabor indescriptible...- se relamió inconscientemente.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 6, 2017 22:20:57 GMT
Las ondas en el agua aún convergían desde donde hacía unos momentos había salido el gran pez. Hiro volvió la mirada al lago mientras escuchaba a Niku y analizó sus palabras. La naturaleza en Mirovia estaba muy viva, y latía cómo un corazón, como decenas de ellos.
La sabiduría que ofrecía el otro Rakshasa era algo que siempre buscaba en los demás. Desde el Arcano más joven hasta el más viejo, vivir era aprender, y aprender era saber. El saber de sus culturas, de sus familias, del yo. Niku mostraba un balance entre el conocimiento que entregaba y el que buscaba, y estaba interesado en el león de la armadura de metal. "La agresión desmedida lleva al desastre, como un huracán sin control. Contenerla sin darle espacio para salir nos vuelve vulnerables. Pero usted, Niku el cazador, ya lo sabe." Las ondas en el agua se disiparon poco a poco, hasta que el agua estuvo nuevamente en calma.
La mirada de Hiro se volvió a la del Rakshasa. Era tan distinto en estas circunstancias, calmado y con las patas en la tierra. Miró una de sus propias patas, la empuñó y tras escuchar lo que tenía que decir el otro león, suspiró suavemente. "La magia de los Arcanos puede ser peligrosa en situaciones como esta. Dejar una criatura así sin control afectará inevitablemente el equilibrio del lugar." Abrió su pata y luego léntamente la bajó, miró a Niku y finalizó su frase "Permítame ofrecerle mi ayuda en su tarea."
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Niku
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Post by Niku on Dec 11, 2017 8:57:17 GMT
-Bueno... Que tan adepto eres a la pesca, Rupali Hiro?- Niku sonrió, ofreciéndole una de las dos herramientas que había improvisado. -Probablemente no vaya a ser tan sencillo capturar estos peces pero algo me dice que su sabor va a ser algo digno de recordarse- Un rato de pesca con un hermano rakshasa sonaba mucho mejor que aquel altercado con los escorpiones... Aunque en realidad no tenia ni idea de lo que les esperaba, esos peces eran mucho mas grandes de lo que se habia imaginado ya. Con la herramienta restante ((espero a que elijas que herramienta va mejor con Hiro, suponiendo que la caña tiene una linea bastante larga y la lanza es especia para apuñalar peces)) Niku empezó a desvestirse, se retiró la camisa y los pantalones, quedando únicamente en Langot, el calzoncillo tradicional sobre el cual usaba el taparrabos con el símbolo de su horda. Planeaba adentrarse al menos un poco en el agua y usaría su cola como cebo, era algo que solía hacer cuando no tenia disponible la materia prima para hacer una caña.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 13, 2017 16:49:40 GMT
Viendo que su pariente tomaba de inmediato preparativos para poner las patas a la obra, bajó la mirada hacia el agua. Ver su reflejo, incompleto y humillado por su propia culpa, le hicieron sumirse un momento en la meditación. Cuando volvió la vista hacia el otro Rakshasa, entendió que si había de conservar sus tradiciones, debía aceptar adaptarse también.
Sin prisas, le quitó las amarras a sus guanteletes, a sus hombreras y faldón. Se sentó en el suelo a retirar sus grebas, dejando cada una de las piezas de metal, además de sus garras metálicas y el tridente a un costado, y al quedar sólo en la túnica y los vendajes, se levantó a mirar nuevamente el agua. ¿Hacía cuanto que caminaba ataviado en blanco metal? ¿Hacía cuanto que era el segador blanco?
Retrocedió, avergonzado de atormentarse a si mismo con recuerdos destellantes y memorias que fugazmente cruzaban su mente. Finalmente, se despojó de su túnica, quedando en ropa interior del mismo tipo que Niku, sin ninguna marca visible. Las vendas sólo cubrían su torso, y con algo de dificultad, las desamarró y enrolló, mostrando algunas cicatrices algo profundas sobre su pelaje, el cual era bastante más claro en todo su cuerpo que en su cabeza y patas. Era el efecto de las décadas, el efecto de vivir en una coraza de metal. Tomó la lanza que el otro había fabricado, le dio un par de vueltas, midió el peso, la clavó suavemente en la tierra, y sonrío. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de esa movilidad. Su coraza era su escudo, su piel y también su identidad. Pero también era sus cadenas, grilletes y ataduras. La dualidad del metal, hacía años que no la vivía con tanta fuerza.
"Parijan Niku, estoy listo para la tarea que tenemos por delante."
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Niku
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Post by Niku on Dec 14, 2017 7:45:26 GMT
Los breves momentos que habian compartido en los manglares le habian dejado la impresión de que Hiro no podía estar sin vaciar su confianza en esas herramientas; El cascarón de metal y las garras falsas, asi como el tridente y otros artilugios que pudiese llevar encima. Pensó por un instante... Seria el capaz de ir por el mundo sin ninguno de sus artefactos? Probablemente si, habia vivido sin ellos por un largo tiempo y se habia sometido a fuertes experiencias de supervivencia, era interesante tratar de imaginar como es que ese león que tenia al frente, y que tenia tan disparejos los colores del pelaje, podria desempeñarse sin ninguna de sus pertenencias.
Era satisfactorio el haberlo visto privándose de todo aquello que, personalmente, consideraba que le sobraba, verlo manipular la lanza... Ya se imaginaba que Hiro seria capaz de manejarla a la perfección.
-Trataré de atraerlos hacia la orilla, veamos que tamaño tienen para saber como proceder... Para mi lo ideal seria sacar 5 peces de existir.- Otra cosa que se imaginaba era el festin que se iba a armar con uno solo de esos peces y lo bien que pudieran venderse salados sus filetes en la ciudadela.
-Ayudaremos a las incautas hadillas y cenaremos mejor que un Rajá.- dijo mientras se relamía los belfos.
Posicionado en la orilla con la cola ondeándose suavemente sobre la superficie, midió la distancia adecuada y puso unos cuantos pelos en el anzuelo, eso bastaría para llamar la atención de un pez come hadas. Tomó impulso y lanzó la linea con cuidado de no lanzar accidentalmente el carrete de hilo.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 15, 2017 19:19:13 GMT
Sosteniendo la lanza en sus manos, el Rakshasa esperó el momento de actuar. El silencio era primordial, no mermar la concentración de su compañero león. Miraba las aguas, viendo las ondas ir y venir a medida que el viento mecía suavemente la orilla. Una hoja cayó en en el agua, generando ondas cómo si hubiera sido una piedra. Así era el ciclo de la vida, donde cada pequeña hoja que caía influía hasta lugares muy lejanos.
Esperó. Escuchó y puso suma atención. Los sonidos de la naturaleza lo tranquilizaban.
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Post by Niku on Dec 15, 2017 20:46:30 GMT
Niku consideraba que esperar era la parte mas dificil de toda la pesca pero... No pasaron ni 20 segundos cuando un enorme pez saltó fuera del agua.
-QUE?- Iba a empezar a jalar la linea pero entonces otro pez, de mayor o igual tamaño, salto tambien, tratando de ganarle el anzuelo a su contrincante. El reflejo de Niku fue voltear a ver a Hiro, como tratando de consultarle algo sobre aquellos peces pues eran muy grandes para la especie a la que parecian pertenecer.
-Esos no son bagres... O si lo son?- tragó pesado y empezó a jalar la linea hasta que uno picó, ahora era cuestion de que la caña resistiera y que Niku fuera lo suficientemente rápidoregresando la linea para que Hiro clavara su lanza en la presa.
Contando los segundos, de haber tenido manos humanas la linea le habria cortado de forma horrenda las palmas, pero afortunadamente sus almohadillas eran gruesas y asperas, permitiendole jalarla con las manos cuando el pez estuvo lo suficientemente cerca. Sin embargo.... El otro pez parecía seguirle de cerca.
-Peces ignorantes, estan tan seguros de ser los reyes del lago que ni siquiera se esperan esto...- Jaló con fuerza la linea, obligando al pez a saltar y dejándolo completamente al descubierto, blanco fácil para la lanza.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 15, 2017 21:40:29 GMT
El momento había llegado. Tocaba la parte de Hiro.
Viendo que Niku le consultaba por los peces le contrarió. Él no sabía de peces, apenas y sabía que el salmón era anaranjado. No era momento de titubear, de cualquier forma. Sin esperar la confirmación, dio un paso adelante, y balanceando el escaso peso de la lanza en sus manos, lanzó un golpe horizontal de barrido a ambos peces, sacándolos del agua hacia la tierra. Eso les daría más tiempo de decidir si ameritaban ser ensartados o no.
"Desconozco la especie de aquellos especímenes, pero ya en tierra mucho no pueden hacer." Así se quedó, sosteniendo la lanza en postura de ataque, cosa de que Niku asintiera y acabaría esa agonía.
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Post by Niku on Dec 23, 2017 9:35:36 GMT
Niku asintio para que Hiro diera el golpe de gracia a los peces, asi podria acercarse a revisar de que especie se trataba -No parecen bagres... Creo que mas bien serán de alguna especie de carpa.- Aun se movían, luchando por regresar al agua antes de quedar completamente inmóviles, esos movimientos eran los últimos reflejos del pez al ser sacado del agua, los tenían también al estar atravesados y a veces incluso después de degollados -Si, definitivamente carpas... Estos peces son sabrosos a las brasas y en sopas- Se relamió, detrás de ellos se escucho un fuerte chapoteo. Al entrar de nuevo al agua el chapoteo se volvió mas fuerte... Por el contrario de como sucede con los peces comunes, la conmoción de la orilla alertó a otras carpas que pensando en el delicioso bocadillo mágico, atraídas por el ruido se acercaban con curiosidad esperando encontrar a alguna hadilla que engullir. Niku volteó rápidamente a donde Hiro, nuevamente buscando su reaccion, eso si que no se lo esperaba. -...Esos... peces son enormes...- lo primero que hizo fue recoger su cola y abrazarla, una de esas cosas podría fácilmente jalarlos lago adentro, no con la suficiente fuerza como para arrastrarlos y ahogarlos pero si para jalar sus colas de una manera muy dolorosa. La idea de usar su cola como cebo en mancuerna con la caña ya no era tan buena, tenia que pensar rápido porque aquellos peces no eran los 5 que había imaginado, probablemente eran mas de 10 con una ventaja de movimiento bajo el agua, tuvo que correr de regreso a tierra para tomar sus herramientas y desarmar la caña, tratando de improvisar una lanza como la que le había dado a Hiro, solo esperaba que los peces no alcanzaran a su compañero o le tocaría enfrentarlos solo. Para no dejar en evidencia lo contrariado que estaba, debía inspirar algo mas de seguridad a su compañero, después de todo no parecía un adepto a la pesca. -Rupali Hiro! No dejes que los peces te arranquen los calzones!- le gritó desde tierra, corriendo de regreso al agua con su improvisada lanza de pesca y una sonrisa nerviosa.
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Post by Hiro Genshukuna on Jan 2, 2018 3:14:30 GMT
Sin titubear ni un segundo, el Rakshasa ensartó al pez en con la lanza y rápidamente la retiró para tomar nuevamente una postura adecuada para proseguir. Las agitadas aguas y los chapoteos de las colas de los peces turbaban ligeramente la concentración que tenía, pero de igual manera se acercó a socorrer a Niku mientras éste armaba la segunda lanza. "Carpas o bagres, un golpe certero es suficiente, ¿No? ¿Cuántos quiere pescar, Rupali Niku?"
La escena de Niku abrazando su cola era ligeramente cómica, pero la seriedad de Hiro evitaba que este se riera del asunto. En cambio, desde la orilla dio un golpe fuerte a la suave tierra y pasto que tocaba apenas las aguas con una de sus patas traseras, salpicando en un arco y dispersando levemente a los enormes peces. Entendía que ahora se valdrían sólo de las lanzas y por consiguiente adoptó una postura más propicia para sacar de a un pez a la vez del agua, encorvando un poco su espalda y alineando el arma de asta con sus brazos, hacia abajo. "Diría por su reacción, que estos peces son bastante anormales. Tendré cuidado." Ni un segundo pasó de haber dicho eso cuando un pez se adelantó a los que se habían dispersado y saltó buscando la cola de Hiro. Con un hábil movimiento el león lo ensartó con la lanza y lo arrojó con un agujero de lado a lado hacia la orilla.
Era relativamente divertido hacer eso, y servía como acondicionamiento físico. El agua era un elemento agradable, y cooperar con uno de los miembros de su raza le hacía recordar los comienzos de su vida. Habían cosas que deseaba preguntarle a Niku, pero todo a su tiempo. El viento aún no era el propicio.
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Niku
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Post by Niku on Jan 5, 2018 9:01:04 GMT
Niku volteó para ver cuantos peces habían capturado ya.
-Los 5 planeados serán mas que suficientes, Rupali Hiro. No creo que podamos erradicarlos a todos en una sola sesión de pesca!- unos peces de tamaño normal ya le rondaban entre las piernas, habían visto su cola y la buscaban.
-Podriamos volver otro día!!!- dijo pujando al tiempo que arrojaba su lanza, esta voló hasta empalar a un pez de lado a lado, justo en la cabeza y atravesándole las agallas, jaló de regreso la cuerda que tenia al final para traer a la orilla su presa, los demás peces se dispersaban paulatinamente buscando la manera de acercarse a la orilla donde estaban los felinos.
-Aunque podríamos esforzarnos un poco más para llevar unos cuantos a la ciudadela y venderlos en el mercado- le gustaban los trueques y las ventas, no tanto como la cacería y la exploración pero era algo que se estaba volviendo su hobby.
-Rupali Hiro, tienes algún amigo con quien compartir estos peces? Familia?- con los peces a raya pudo darse el lujo de charlar, sin dejar de estar alerta.
Cuando ya tenían los 5 peces acordados y un par mas para la venta, Niku salio del agua, tenia un pequeño pez agarrado de la cola, luchando por arrancarle al menos unos cuantos pelos.
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