Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Dec 16, 2017 22:29:18 GMT
La suave brisa seguía mezclando su andar tranquilo con los distintos sonidos de la naturaleza que los rodeaba, pero con cierto más volumen el de aquella colorida ave que se encontraba posada sobre la frente del Minotauro, mirando alrededor curioso, como un muy pequeño explorador descubriendo un lugar nunca antes visto para nadie. El pelicastaño se encontraba ansioso de que la Sirena observara a tan hermosa criatura, tan llena de vida, algo que estaba maravillado de ver. No tardo la pelirosada en escuchar a Blyer hablarle para que lo mirara, notando esa sonrisa enternecida que disfrutaba mucho de ver, la verdad de las cosas es que la presencia de esa mujer le otorgaba una paz inexplicable, algo que, a pesar de dudar si era cierto o no, se asemejaba mucho al sentimiento que su padre le había explicado décadas atrás, ¿Pero era un sentimiento real? Quería que lo fuera, quería ser capaz de sentir aquellos que muchos llamaban el sentimiento más maravilloso en la vida, pero quería estar realmente seguro de que así fuera, y de que la contraria quizá podía pensar lo mismo. Sus ojos se posaron en la pelirosada quien con lentitud y delicadeza, tomo su Tableta arcana para enmarcar el momento con una pictografia.- Coral~.-Dijo en voz muy baja para no asustar a la pequeña ave, y así la pictografia fue tomada, lo cual le saco una sonrisa más amplia al pelicastaño.
Según la contraria, aquella pictografia había sido una hermosa, y de hecho lo era gracias a aquella pequeña criatura, pudiendo comprobarlo gracias al acto de la Sirena quien le enseño con cuidado esta.- Si, lo es...- Comento en voz baja. Aquella pequeña ave también se acerco dando pequeño saltos para observar la pictografia, ladeando suavemente la cabeza y quedándose observando a la pantalla de la tableta, dejando escapar su canto como si quisiera decirle algo a ambos individuos. No tardo el pequeño colorido en volar y posarse sobre la cabeza de la pelirosada, de frente a Blyer quien se reincorporo lentamente con una sonrisa, ¿Era lo que pensaba? Eso esperaba, por lo que no tardo en acercar su mano a su mochila para tomar su tableta arcana, y posarla para poder tomar el una pictografia a Tsuyume con el ave sobre su cabeza.- Di ''Pastel''~.- Dijo en voz baja y comenzando a tomar algunas pictografias con el cuidado para que estas salieran hermosas, aunque para él, la presencia de la Sirena ya la hacían hermosas. En cuanto estas fueron tomadas, volteo lentamente la tableta para enseñárselas a la Sirena, y no solo a ella, si no a la pequeña ave que también parecía interesada.- Salieron hermosas... Te ves muy bien en ellas.- Dijo con una sonrisa mientras veía que el ave también parecía feliz de aquellas pictografias, para luego emprender el vuelo, dando algunas vueltas alrededor de ambos arcanos y finalmente yéndose del lugar, a lo que el Minotauro alzo suavemente la mano como despidiéndose de la criatura.
- Eso fue muy bonito...- Dijo mientras volteaba un poco su cabeza para ver a Tsuyume, luego desviando su mirada a su tableta, pensando en los hermosos recuerdos que ya habían hecho, a pesar de que aun quedaba mucho de aquel recorrido. Guardo su tableta arcana en su mochila nuevamente para recostarse en el césped, mirando al cielo y disfrutando de algunos momentos más de relajación antes de ir al siguiente punto, quizá podía enseñarle el templo de la primavera,o el pueblecillo de las hadas, pues para el final del recorrido, quería que lograra ver el Manantial del Unicornio, un lugar aun más hermoso que en donde ya estaban, aunque en el fondo, quería usar ese lugar para comprobar si lo que sentía era real. Pensaba un poco en su vida durante sus tantos años en Mirovia, sus batallas en el Coliseo y sus trabajos de caza recompensas habían quedado muy de lado ese ultimo tiempo, o más bien, él mismo había decidido dejar de hacerlos, ya no quería ser unicamente alguien que solo servia para luchar, para matar, quería ser algo más, algo digno... Algo de lo que pudiera estar orgulloso, incluso había pensado en volverse leñador, pero eso era una meta un tanto lejana a decir verdad.- ¿Quieres que sigamos ya?.- Pregunto mientras giraba la cabeza aun recostado en el césped.
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Tsuyume
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Post by Tsuyume on Dec 17, 2017 19:31:19 GMT
Aquel momento junto al minotauro era invaluable, casi parecía un sueño, pero no lo era, todo lo que estaba sucediendo era real y era por situaciones como estas que comenzaba a sentir que todo lo que había vivido antes de esos días solo eran pesadillas, al fin podía reír como antes y volver a aquellos días en los que era feliz y no estaba asediada por paranoias o temores. La voz del contrario se escuchó a penas un poco para que la avecilla no saliera volando, estaba feliz de que la pictografia hubiera sido de su agrado y al parecer al pequeño plumifero también se sentía atraído por aquella imagen estática en la pantalla de la tableta cosa que hizo reír a la sirena ya que no había presenciado ese comportamiento antes; el que la avecilla volara hasta su cabeza fue algo inesperado, no sabía que hacer así que solo se quedó quieta riendo al sentir las patitas del pájaro en su cuero cabelludo lo cual le hacía cosquillas, para cuando se dió cuenta el minotauro ya tenía su tableta arcana frente a su rostro para repetir las acciones que ella había realizado. -Pastel~.- dijo con una sonrisa alegre en su rostro aún con las risas presentes mientras las pictografias eran tomadas y luego le eran mostradas. -Gracias, pero creo que este amiguito es mas fotogenico que yo.- expresó con un leve sonrojo en su rostro debido al pequeño halago del contrario.
Luego de unos momentos el ave decidió emprender vuelo no sin antes despedirse de ambos arcanos no sin antes volar alrededor de ellos mientras trinaba una melodía alegre y finalmente desaparecía de la vista de ambos individuos. -Es verdad, fue muy lindo... nunca había visto un pájaro tan confiado.- comentó mirando al minotauro y luego alrededor dejando caer su cabeza sobre el césped una vez más, cerrando sus ojos para relajarse lo cual no era muy difícil considerando el lugar donde se encontraban. El bosque de las hadas era sin duda un lugar bellísimo y para su suerte ya tenia muchos recuerdos de aquel día junto al minotauro aunque claro, nunca serían suficientes; se preguntaba cuantos lugares mas podría haber y si habría tiempo de visitarlos a todos, se sentía como en la excursión anterior hacia Aqualia aunque esta vez ella no era la que tenía el papel de guía sino la de turista, pero sabia que la visita sería mas larga que la de la excursión a la ciudad submarina ya que sin duda el contrario conocía muchos lugares a diferencia de ella.
La pregunta del contrario se hizo presente interrumpiendo un poco sus pensamientos, mas ya habían descansado lo suficiente así que podían continuar sin problema alguno por el resto de los lugares, ya estaba ansiosa por ver el resto de los sitios que tenía para ofrecer el Bosque de las Hadas. -Por supuesto, solo dame un minuto. - comentó para luego ponerse de pie y dirigirse hasta donde había dejado sus medias y su calzado, volvió a colocarselos, acto seguido guardó su tableta en su morral revisando que todo estuviera en orden. -Bueno, estoy lista. Podemos continuar.- expresó ya estando de pie con una actitud entusiasta lista para proseguir con el viaje junto al minotauro. -Dime, ¿Cuales son los lugares que visitaremos?.- preguntó a pesar de que parte de ella deseaba que fuera una sorpresa pero la curiosidad también era muy grande, al final no había podido controlar su curiosidad.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Dec 17, 2017 20:27:07 GMT
No se espero realmente aquel sonrojo por parte de la pelirosada por un halago como ese, después de todo, para él estaba diciendo nada más que la verdad, pues de verdad creía que se veía muy bien en aquellas pictografías recién tomadas, pero no podía negar que ver sonrojada a Tsuyume era algo que le causaba gran ternura, como una imagen que no le gustaría dejar de ver nunca. No había duda de que la actitud de aquel pájaro había sido muy osada y confiada, pero gracias a eso habían pasado un momento muy hermosos con la contraria y aquella pequeña criatura de colores exóticos, algo que jamas le había sucedido ni en los más de 100 años que llevaba en Mirovia.- Tienes razón, ese pájaro si que tenia agallas, ¡Ya me agrada!.- Exclamo de una manera bastante animada, como si considerara a aquella ave una especie de compañera, aunque eso era algo estúpido si se le pensaba con detenimiento, pero sin duda le agradecía al ave el buen momento que les hizo pasar a ambos arcanos que pudieron captar esa situación con sus Tabletas arcanas. Aun tenia algunas dudas de donde podía llevar a la Sirena, si bien el Manantial del Unicornio seria el lugar perfecto, quería reservarlo para el final, como una especie de sorpresa que estaba seguro a la pelirosada le encantaría, o al menos eso quería pensar, pues lo que menos quería era que ella se aburriera de aquel paseo, quería que disfrutara desde principio a final de cada momento que pasaran en el Bosque de las hadas.
Ante la pregunta del Minotauro, la mujer dijo que ya se encontraba lista para irse, aunque claro, aun debía ponerse sus pantimedias y su calzado, pues no iba a ir descalza por aquel lugar, seria bastante incomodo a decir verdad, o al menos para él. El entusiasmo de la Sirena realmente lo estaba animando, se podía notar la sinceridad en su alegría y en sus palabras de que estaba disfrutando bastante el viaje que estaban teniendo, si bien seria un tanto más largo que la visita a Aqualia, la hermosura de ambos lugares era casi igualada, pues aun llegaban a su mente todos los bonitos recuerdos que creo en el recorrido con la ajena en aquella ciudad submarina. A su mente llego el recuerdo de cuando la pelirosada decidió enseñarle su voz para el canto, la melodía que ella había entonado aun pasaba por su cabeza, como un recuerdo que jamas se iría por más que intentara borrarlo y de hecho, no quería hacerlo, quería conservar esa memoria que se sobreponía a muchas de las dolorosas imágenes de aquel trágico pasado donde lo había perdido todo, ahora sentía que todo era diferente, que podía pensar en un futuro, en un mañana mejor para él... En vivir tal y como su hermano le pidió que viviera, con su mente tranquila, pero... ¿Realmente podía? ¿Merecía de verdad un perdón y un cambio de pagina? No estaba seguro, pero si de que al final del día, su respuesta llegaría y podría decidir que hacer.
La pregunta de Tsuyume lo hizo pensar nuevamente, aun no decidía del todo donde llevarla, pero mejor se daba prisa para no aburrirla.-Que tal... ¿Visitar el Templo de la Primavera?.- Pregunto con una sonrisa mientras la miraba de manera animada.- Ese lugar es hermoso, como un castillo de un cuento, seguro que podríamos ver a la Soberana.- Agrego mientras esperaba por una respuesta de la pelirosada. Se percato de que había algo que quería hacer, conseguir algo para comer en el camino pues el Bosque era bastante amplio.- Antes de ir... ¿Puedes esperarme aquí? Iré a buscar algunas frutas del bosque, el camino es largo y necesitaremos energías de camino.- Explico mientras le sonreia, y tomaba su hacha para dejarla en su espalda pero dejaba su mochila junto a la roca donde estuvieron antes.- No me tardare, ¿Si? Ya vengo.- Termino para comenzar a caminar con una sonrisa y adentrarse lentamente entre los troncos de los arboles, buscando desde ya con la mirada alguna que otra fruta para poder comer con ella, que les diera energía y a la vez fuera deliciosa para el gusto de ambos.
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Tsuyume
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Post by Tsuyume on Dec 18, 2017 0:44:41 GMT
Estaba ansiosa por saber cuales serian los lugares a los cuales irían y sin darse cuenta estaba actuando tan infantil como el minotauro ese día el había visitado Aqualia por primera vez pero ¿Como evitarlo? era la emocion de conocer sitios nuevos, los cuales no había visto jamas y también, el estar junto al pelicastaño que hacia que el viaje fuera mucho mas agradable para la sirena. Ante las palabras del contrario sobre los lugares a los que podrían ir sus ojos se iluminaron con alegría mientras miraba al contrario. - Oh, ¡tenemos que visitarlo! seguramente es belicismo y me gustaría mucho conocer a la Soberana de la Primavera, seguramente es hermosa al igual que el Templo donde reside. - respondió con una sonrisa en su rostro lista para comenzar a caminar rumbo al destino mencionado por el ajeno hasta que este retraso un poco mas salida diciendo que antes de que se fueran iría por algunas frutas y que no tardaría mucho. - Muy bien, tomate tu tiempo, yo te esperare aquí.- respondió con una sonrisa calma para quedarse al lado de la mochila del contrario sentada tranquilamente en la roca mirando al minotauro hasta que este se perdió entre los troncos de los arboles. La sirena permaneció sentada tranquilamente disfrutando un poco mas de la tranquilidad del bosque, reviviendo todo lo que había pasado junto al minotauro hasta ese momento y riendo sola sin darse cuenta, totalmente perdida en sus pensamientos, tanto que ignoraba por completo lo que sucedía a su alrededor; pensaba que podía darse el lujo de distraerse de esa manera ya que había asumido que el bosque era tranquilo, sin embargo para su mala suerte estaba equivocada. Tres figuras se acercaban hacia donde estaba la pelirosada sin ser percibidas por ella hasta que el sonido de una de las rocas que habían pisado hicieron que la mujer saliera de sus pensamientos y mirara directamente hacia la dirección del sonido, dos hombres y un goblin se hallaban de pie a poca distancia de ella mirándola fijamente cosa que puso nerviosa a la mujer. Trato de calmarse, puesto que no quería hacer un juicio rápido de aquellos ... ¿Viajeros quizas? no podía estar segura pero seguramente iban de paso, o al menos eso se decía así misma para no ponerse mas nerviosa de lo que ya estaba, aunque no podía calmarse por alguna razón, estaba inquieta y aquellos hombres lo notaban. - Huelo... a agua salada... esa mujer huele a agua salada. Apostaría a que es una sirena.- comento uno de los hombres olisqueando el aire, podría decirse que se trataba de un licantropo, a lo que otro de ellos respondió. - No es lo que estábamos buscando, pero encontrarnos una sirena tan lejos del agua... es un golpe de suerte, ademas... viéndola con mas detenimiento... ella no esta nada mal y no hemos tenido un descanso de la cacería en semanas. Nos vendría bien pasar un buen rato con una mujer...- una sonrisa maliciosa se formo en la cara de dicho hombre mientras iba cambiando de forma mostrando unos cuernos los cuales pertenecían a un Baphomet. - ¡Tiene una mochila! ¡Lleva muchas cosas cosas con ella! ¡Alguna podría servirnos!- exclamo el goblin saltando en su lugar de un lado a otro, notándose ansioso. Aquellas palabras dichas por esos hombres hicieron que un escalofrío recorriera todo su cuerpo sintiendo un poco de nauseas, ahora para su desgracia había confirmado que aquellos arcanos no eran viajeros y mucho menos inofensivos, el miedo comenzó a apoderarse de la sirena en cuando los vio avanzar hacia donde ella estaba quedándose completamente petrificada sin saber que hacer o como reaccionar ante esa situación. Quería correr y alejarse de ese sitio, ir la dirección en la que se había ido Blyer y con suerte podría hallarlo en el camino antes de que esos hombres la alcanzaran en caso de que decidieran perseguirla, pero... estaba paralizada, mientras que recuerdos de lo que había pasado en aquel barco llegaban a su cabeza y se mezclaba con lo que estaba pasando en ese momento, como su estuviera reviviendo una vez esos momentos de temor, de desesperación, de angustia; los tres arcanos se abalanzaron contra la sirena quien estaba completamente en shock y solo atino a intentar usar lo único que podría salvarla en ese momento, su voz, si lograba aturdirlos podría ganar tiempo para escapar y para llamar a Blyer, era lo único que podía hacer. Lamentablemente el temor le jugo una mala pasada y tardo un poco en reaccionar, un pequeño grito agudo salio de su boca antes de que este fuera cortado bruscamente por la mano de uno de los hombres la cual se presiono fuertemente contra su boca acallandola de una vez, mas un pequeño eco se escucho en esa zona haciendo que algunos pájaros volaran de las copas de los arboles cercanos, pero esperaba y rogaba porque eso hubiera sido suficiente para alertar al minotauro. Los hombres rieron ante el intento fallido de la sirena por salir de aquella situación y no dudaron en sujetarla bien a pesar de que ella forcejeaba, acercaron un cuchillo a su garganta amenazando con cortarla si les daba mas problemas, sus ojos estaban abiertos como platos y las lagrimas no paraban de salir de estos junto a los sollozos ahogados mientras los hombres comenzaban a tocar su cuerpo y posteriormente trataron de quitarle la ropa haciendo que la sirena se retorciera aun mas tratando de escapar. "Blyer... ¡Por favor! ¡Ayuda!" pensaba entre lagrimas y no pudiendo hacer nada mas que intentar evitar que los hombres llegaran mas lejos pero no tenia muchas oportunidades de ganar esa pelea.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Dec 18, 2017 1:27:50 GMT
No había pasado mucho tiempo desde que se había separado de la Sirena para adentrarse entre los coloridos arboles para buscar toda clase de frutas para poder comer de camino en dirección al Templo de la Primavera. Lo hacia demasiado feliz esa idea, podría presentarle a varios amigos de aquella corte, enseñarle el Templo, incluso, la posibilidad de conocer a la Soberana en persona, era algo que lo estaba emocionando bastante. Apoyaba su hacha en los troncos de los arboles para subirlos y sacar algunas frutas, repitiendo este proceso con varios arboles diferentes que dejaban ver unas frutas maduras y realmente deliciosas, no podía esperar para compartirlas con la pelirosada, aunque esperaba que ella no se estuviera aburriendo mucho mientras lo esperaba, ¿Quizá si le hubiera ofrecido que lo acompañara? Aunque tampoco quería que se lastimara intentando escalar un árbol o algo por el estilo, así que creía que era mejor que hubiera ido él solo, pero claro, se encargaría de llevar una buena cantidad de frutas para que tuvieran para el resto del día que les aguardaba, el cual era bastante largo. Su hacha nuevamente se encontraba en su espalda, con sus brazos formando una especie de arco, donde una gran cantidad de frutas se encontraban reunidas mientras el rostro del Minotauro dejaba ver una gran sonrisa.- ¡Seguro le enca...!.- Mientras hablaba, algo lo saco totalmente de su pensamiento, un grito, con una voz que reconocía.- ¿Tsuyu...? ¡TSUYU!.- Exclamo soltando todas las frutas y corriendo en dirección a donde la ajena se encontraba. Aquel grito de verdad lo había impactado, no quería pensar en algo malo, quería pensar que fue algún susto vago, algo sin importancia o simplemente una de las torpezas de la Sirena, pero el miedo lentamente comenzaba a consumirlo, ¿Y si se había metido en un peligro realmente? Sentía culpa de que así fuera, por haberla dejado sola, por no haberla protegido mejor, si tan solo la hubiera llevado con él, pero no podía sacar conclusiones así, debía saber que pasaba realmente, por lo que el paso de su carrera aumento considerablemente notando que estaba cerca del lugar donde se encontraba la pelirosada.Al llegar corriendo, se dio cuenta de que la Sirena no se encontraba sola, si no que habían unos sujetos totalmente desconocidos, pero dos de ellos tenían rasgos que de cierta manera daban a conocer su raza, un baphomet y un goblin, aunque el otro era un misterio. Al parecer ellos no se percataban aun de su presencia, pero eso no duro mucho, pues en el momento que el Minotauro diviso que uno la amenazaba con un cuchillo, notando el rostro lleno de lagrimas de la pelirosada, sus ojos parecían haberse contraído, su respiración se torno agitada, para luego sin pensar, comenzar a correr en dirección a los tres sujetos con sus ojos clavados en ellos, y un gesto totalmente furioso en su rostro. Su mano se dirigió a sujetar con fuerza el rostro del baphomet que sujetaba el cuchillo.- ¡ALÉJENSE DE ELLA!.- Exclamo completamente enojado, levantando al Baphomet y arrojándolo con gran fuerza en contra del sujeto de raza desconocida para él, obligando a ambos a retroceder por el impacto de sus cuerpos, para luego mirar con una mirada totalmente fría al Goblin, y sin tardar, sacar el hacha de su espalda y estrellar el filo contra el suelo.- Cual es su problema...- Comento de manera fría agachando la mirada, dando un paso hacia adelante, la ira lo estaba consumiendo lentamente.- Que les da el derecho... ¡DE JUGAR ASÍ CON ELLA!.- Exclamo en un grito, dando un movimiento con su hacha, y dar un gran corte en toda la extensión del pecho del Goblin, no un golpe letal, pero si que lo dejaría bastante incapacitado.- Tsuyu... Sal... De aquí...- Dijo en voz baja, agachándose a sujetar al Goblin herido, y arrojarlo cerca de sus compañeros, mirando a los tres individuos. La mirada del Minotauro era como si jamas hubiera existido aquel amable y risueño joven pelicastaño, como si aquella faceta hubiera muerto en ese mismo instante. Lentamente comenzó a dar pasos en dirección a aquellos cazadores, sin quitar su mirada de ellos.- Creen... Que tienen derecho... A jugar con la vida de alguien...- Dijo en voz baja, mientras el hacha se arrastraba por el suelo dejando un ligero rastro de sangre.- Entonces... Seré yo quien juegue con la suya... Y yo digo... Que se acaba... AHORA.- Sentencio alzando el hacha sobre su cabeza, y preparándose para atacar a los tres sujetos.
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Tsuyume
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Post by Tsuyume on Dec 19, 2017 0:49:16 GMT
El miedo, la desesperación y la impotencia en ese momento eran tan grandes que no podía pensar con claridad, sabia que tenia que luchar, que ser fuerte para que nada de lo que había ocurrido en el barco volviera a suceder pero simplemente el pánico la superaba haciendo que sus intentos por liberarse fueran en vano , sentía que de nuevo estaba sola... desahuciada... que solo podía resignarse a que la tortura se repitiera sin que nada pudiera evitarlo; sus sollozos ahogados no se detenían al igual que las risas y las manos de los tres arcanos cuyas intensiones eran la de profanar su cuerpo, a pesar de todo... aun rogaba a los dioses que Blyer hubiera escuchando el grito de auxilio y que este viniera para que aquella tortura terminara de una vez. "Blyer... Blyer... Blyer... ven rápido..." era lo que repetía en su cabeza una y otra vez, mientras se retorcía debido al miedo con sus lagrimas deslizándose desde sus ojos y su pánico cada vez peor debido al filo del cuchillo que amenazaba con cortar su garganta si se movía recordandole de nuevo todo lo que había ocurrido en ese barco; lo consideraba una desgracia que volvía a suceder debido al hecho que aquella cicatriz en su cuello, la cual estaba cubierta bajo su ropa, podría volver a abrirse y si eso sucedía estaba la posibilidad de una muerte segura.
Estaba comenzando a perder un poco la conciencia, las voces de los tres arcanos se oían lejanas, lentamente sus ojos se fueron cerrando para sumirse en la oscuridad que tanto odiaba hasta otra voz, una que reconoció al instante, se escucho con un grito que sus ojos se abrieran de inmediato y que las lagrimas se detuvieran por unos momento, al menos hasta que observo en cámara lenta como el Baphomet que la amenazaba con el cuchillo era apartado de ella con una fuerza tremenda para que luego el cuerpo de este terminara siendo aventado contra el del licantropo haciendo que ambos cayeran lejos y dejando solo al goblin cerca con la pelirosa. Por su parte ella aun estaba en shock y apenas había podido procesar lo que había sucedido, solo podía escuchar el ruido de su respiración agitada y su corazón palpitando a un ritmo alto mientras que el resto de los sonidos permanecían apocados; la voz del minotauro podía oírse furiosa, llena de ira y no solo eso, sus acciones estaban bañadas con el enojo cosa que impacto aun mas a la sirena al momento de ver la herida que el goblin había recibido. Estaba petrificada, su mente tenia problemas para procesarlo todo, mas la voz del pelicastaño se escucho fuerte y clara en cuanto este le dijo que se alejara de aquel lugar.
-Blyer...- apenas pudo mencionar su nombre mientras lo miraba pero no pudieron hacer contacto visual en ese momento, con algo de dificultad para moverse se puso de pie y corrió torpemente hasta los arboles para esconderse detrás de un tronco sin poder recuperar la calma y mirando con terror como el pequeño cuerpo del Globin era arrojado contra los otros dos arcanos que lo acompañaban. Era increíble ver aquel lado del minotauro, uno salvaje guiado por la ira y el deseo de matar, como si de entrada aquel arcano tan amable que le había obsequiado el collar que le había pertenecido a su hermano, que la había hecho reír, que la había hecho sentir segura y que mas que nada... había provocado que sentimientos mas intensos comenzaran a manifestarse en ella... no hubiera existido jamas. No pudo seguir observando, solo se quedo apoyada contra el tronco del árbol sin dejar de llorar mientras su respiración era errática, tratando de acallar su llanto con sus manos, deseando que esa horrible pesadilla terminara lo antes posible.
Mientras tanto los dos arcanos que no habían sido heridos por el minotauro lejos de escapar estaban enojados por lo que había sucedido a su compañero por lo que se prepararon para enfrentarse al minotauro aprovechando que eran dos contra uno, el licantropo tomo su Forma Horris Lupus para abalanzarse sobre el pelicastaño con intensión de morderlo mientras que el ser de oscuridad tomaba su lanza para también dirigirse a atacar a Blyer en conjunto con su compañero, definitivamente esos eran unos arcanos muy tercos que no dudarían en darle batalla al minotauro a pesar de que uno de ellos necesitaba atención medica.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Dec 19, 2017 1:26:04 GMT
El enojo aumentaba con cada momento que pasaba en esa situación, no iba a permitir que esos sujetos le pusieran una mano encima a la pelirosada por nada del mundo, por lo que en su mente, matarlos si era necesario no iba a ser ninguna especie de problema, pues lentamente se iba perdiendo en aquel abismo del que había sido victima por tanto tiempo, esa sed de batalla, de sangre que lo dominaba cada vez que combatía, pero esta vez no era por una razón tan vaga como una batalla por honor o algo por el estilo, era para proteger a la persona que lo estaba haciendo creer que realmente podía volver a vivir sin remordimiento una vez más. El goblin herido ahora se encontraba a un lado de sus compañeros cazadores, mientras miraba de reojo como la Sirena hacia caso a sus palabras para pararse y correr en dirección a los arboles para ocultarse. Su vista se guio a su hacha la cual estaba goteando sangre por la herida provocada en contra del pequeño arcano, para luego fijarla en contra de los hombres frente a él, no le importaba si era un dos o tres contra uno, no le importaba si recibía una herida mortal, si con eso conseguía salvar a la pelirosada, haría lo que fuera, y cuando pensaba en lo que fuera, realmente lo era. Podía notar el enojo en los sujetos, la rabia por haber herido a su compañero, pero no le interesaba, su mirada se mantenía fría aun con la reacción de ellos que fue básicamente contraatacar.- Les haré pagar... .-Murmuro en un tono seco, preparándose para el combate que se aproximaba.
Su suposición había sido acertada, el tercer arcano se trataba de un licantropo pues su transformación lo hizo notar, atacando en conjunto con el Baphomet al Minotauro. Uso su hacha para bloquea el ataque con la lanza, a la par que usaba su brazo para recibir la mordida del licantropo.- La hicieron llorar... .- Comento en voz baja mientras miraba al licantropo morder su brazo con enojo.- No se los voy a perdonar... Ni aunque rueguen por sus vidas...- Sentencio empujando con un pie al Baphomet, y alzando su hacha para golpear con la base de la empuñadura justo en la costilla del lobo, repetidas veces y con bastante fuerza para que este soltara sus fauces de su brazo, y posteriormente lanzar un ataque con su hacha que termino en un corte horizontal en la espalda del licantropo, siguiendo esta de una patada. Inconscientemente los ataques de su hacha estaban dirigidos a lastimar más no a matar, tratando de mantener un poco el control de la situación, pero realmente se le hacia difícil con la ira que estaba sintiendo ''No te descontroles...'' Podía escuchar vagamente la voz de su hermano en su cabeza, sabia que no debía perder el control, que debía mantener la calma, pero tampoco iba a permitir que le hicieran daño a aquella chica, no volvería a verla llorar, no dejaría que esa sonrisa que tanto le encantaba se perdiera por actos como esos.
No tardo el pelicastaño en lanzarse contra el Baphomet, empujándolo con su hombro y casi todo el peso de su cuerpo, y posteriormente alzar el hacha y hacerla bajar no con tanta fuerza, clavando el filo de aquella gran arma en el hombro del Ser de Oscuridad, salpicando parte de su mejilla y rostro con sangre, presionando hacia abajo como si tuviera la intención de cortarle el brazo y mirándolo con frialdad y odio, y obligándolo a soltar su lanza, a la vez que lo hacia arrodillarse. Lentamente retiro el filo del hacha, dejando gotear la sangre del contrario y arrojándolo al suelo de una patada, volteándose al Licantropo, y acercarse a él lentamente, clavando su hacha en el suelo a un lado de él, y levantándolo al sujetarlo con fuerza del cuello, dejándolo sin poder tocar el suelo.- Se han condenado en el momento que le han puesto la mano encima a esa mujer...- Dijo mientras acercaba el rostro del licantropo al suyo mientras lo asfixiaba.- Y si no quieren que los mate aquí mismo... Se irán por donde vinieron... ¿Entendido...? .- Sentencio para luego voltearse y arrojar al licantropo contra el baphomet, azotando los cuerpos de ambos. Volvió a tomar su hacha, preparado en caso de que esos arcanos no aceptaran su advertencia, pero esta vez, aunque terminara en prisión, su hacha iría a matar.
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Tsuyume
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Post by Tsuyume on Dec 19, 2017 20:25:47 GMT
Cuando pensaba que había dejado aquel trauma atrás, que ya podía seguir adelante y podía volver a ser quien era... la realidad se encargó de recordarle lo dura que podía ser y que en realidad aquel trauma iba a quedarse con ella por el resto de su vida, las cicatrices que tenía jamas iban a desaparecer, los recuerdos de aquella pesadilla que había vivido en carne propia no iba a abandonarla nunca, lo que hacía que un sentimiento desolador la llenase en ese momento. Su cuerpo no paraba de temblar y las lagrimas no podían ser contenidas, estas caían desde sus ojos deslizándose por su rostro con total libertad, era demasiado para ella, el volver a sentirse tan cerca de la muerte, sentir que su vida no era mas que un juguete al igual que su cuerpo, aquel sentimiento de suciedad y rechazo hacia si misma volvía a presentarse de golpe sintiéndose menos que basura en ese momento, era como si un manto negro la cubriera en ese instante mientras se le hacía escuchar aquellas palabras que le fueron dichas por el pirata mientras mientras estaba en el barco las cuales se clavaron como un puñal en su pecho y hasta ese día todavía parecía estar allí, incrustado en su corazón mientas que las palabras se repetían en su cabeza. "Das asco..." una y otra se repetían sin cesar, convenciendola de que era cierto, estaba manchada, sucia, y las pruebas yacían en su cuerpo cubierto por la tela de la ropa, no era mas que alguien manchada a la cual todos repudiarian por eso.
Los sonidos que se escuchaban justo detrás de aquel árbol donde se estaba escondiendo la distrajeron de aquellos pensamientos depresivos, podía oír bien lo que pasaba pero no se atrevía a mirar, la situación la superaba y no podría soportar el ver tal muestra de violencia en frente de sus ojos, mas no necesitaba verlo para saber que sucedia, tan solo las voces de los hombres eran suficientes. Los ataques por parte del licántropo fueron inútiles, las mordidas parecían ser solo pellizcos para el minotauro y mientras que el ataque de la lanza por parte de baphomet también fue bloqueado hábilmente por el pelicastaño; tanto el enorme lobo como el baphomet resultaron seriamente heridos en aquella batalla que ellos habían decidido continuar y que para su mala suerte definitivamente no ganarían. Luego de que ambos arcanos recibieran heridas al borde de ser fatales y fueran intimidados por el minotauro ambos, humillados y bastante heridos, tomaron a su compañero y se retiraron del lugar entre quejidos mientras dejaban un rastro de sangre a su paso.
La sirena lo había oído todo, cada palabra, cada grito de dolor, cada corte y cada ruido proveniente de la batalla, más luego de una fría advertencia por parte del pelicastaño estos por fin se fueron de la escena, entonces solo se escuchó calma otra vez; la respiración de la pelirosa se mantenía agitada y las lagrimas aún salían pero debía ver que Blyer estuviera bien, aunque por lo que había podido oír quienes estaban en peores condiciones eran los cazadores que ya se habían retirado. Se asomó lentamente desde atrás del tronco viendo solamente la enorme espalda del minotauro y notando el hacha con rastros de sangre al igual que el rojo que ahora teñía el suelo cerca de él, era una escena horrible y la verdad era que el miedo todavía no abandonaba su cuerpo pero aún así se acercó lentamente hacia el pelicastaño notando que el brazo de él estaba con unas marcas de mordidas bien notorias y las cuales estaban sangrando mucho. - ¿B-Blyer?... T-Tu brazo... esta herido...- expresó con algo de nerviosismo mientras extendía su mano temblorosa hacia el pelicastaño, algo temerosa por ver con que mirada se encontraría en cuanto él volteara, estaba algo temerosa debido a lo ocurrido pero solo quería tratar la herida de Blyer lo antes posible.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Dec 20, 2017 2:35:10 GMT
Sus manos de cierta manera parecían temblar en ese momento, pero en realidad no eran solo sus manos, todo su cuerpo lo hacia, pequeños temblores acompañados de la respiración agitada del Minotauro mientras su mirada se mantenía fija en los sujetos que se disponían a escapar de la manera más patética posible, ¿O quizá fue la opción más sabia para no caer ante el filo del arma del Minotauro? Posiblemente había sido eso ultimo. El rastro de sangre que habían dejado los tres sujetos al escapar le hubiera permitido al pelicastaño perseguirlos perfectamente, después de todo, en las condiciones que estaban no podrían ir corriendo muy lejos, pero no lo hizo, luego de aquellos actos sanguinarios, Blyer solo se quedo parado, con su hacha en una mano y el otro brazo sangrando por la herida provocada por el licantropo, con su mirada perdida en la nada y la cabeza levemente agachada, aun sin poder procesar del todo lo que había sucedido en ese lugar, no reaccionaba, solo se encontraba ahí, como una especie de muñeco que no era capaz de moverse sin alguna orden, sin que alguien externo a él lo ayudara, ¿Como había casi caído en la ira nuevamente? Había logrado salvar a la pelirosada, ¿Pero a que coste? ¿A que ella viera ese lado sanguinario? ¿A generarle tal miedo que probablemente ella también escapo al verlo así? No entendía nada, ni de si mismo, ni de lo que había hecho.
Pudo escuchar unos pasos, suaves, lentos, ¿Un cazador se había quedado? Se volteo lentamente para mirar de reojo que no se trataba de ninguno de esos hombres, si no que de la Sirena que se acercaba a él de una manera temblorosa, aterrada incluso, ¿Él le había provocado eso? ... ¿Esa reacción había sido su culpa? Y cuestionándose eso, lentamente comenzó a reaccionar de ese estado de shock que lo había dominado. La contraria no tardo en divisar el brazo herido por las fauces del licantropo, la cual era una herida profunda pero en ese momento al Minotauro no le importaba, y cuando la ajena extendió su brazo, el pelicastaño retrocedió suavemente.- Esta... bien... ¿Te lastimaron...?.- Pregunto en un tono bajo, preocupado y a la vez desganado, como si la fuerza que hace algunos momentos tenia jamas hubiera existido, como si el Blyer tan animado se hubiera fragmentado y nada hubiera quedado detrás ademas de vestigios de lo que había sido en algún momento. Volvió a retroceder algunos pasos, alejándose suavemente de ella, para así soltar el hacha y que esta cayera al suelo a un lado de él, junto con el mismo Minotauro quien no tardo en caer de rodillas.- Casi... Casi lo hago de nuevo...-Dijo en voz muy baja llevando sus manos frente a sus ojos, dejando ver los rastros de sangre que había en estas, cerrando así los puños y golpeando el suelo con ambos.- Lo siento... Esto no era lo que quería... Esto... Esto no era...- Comento con gran frustración, ¿Como aquella hermosa salida se había convertido en eso? ¿Como el rojo tiño lo que era un colorido día con la Sirena? Ya no podía pensar en nada.
Respiro profundamente a la par que dejaba caer sus manos, casi sin fuerzas, para luego levantarse lentamente y mirar de reojo a la pelirosada, ¿Que debía decir ahora...? Disculparse no iba a calmar el miedo que probablemente le había causado en ese estado de rabia. No sabia si ella querría seguir con aquel paseo, con lo que había pasado, no la culparía si no era así, pero al menos, quería mostrarle ese lugar que quería dejar para el final.- Tsuyu... Quiero... Quiero enseñarte un lugar... .- Dijo en voz baja, tratando de darle más energía a sus palabras, pero lo moribundo que se encontraba era difícil de remover, por sentirse lo que siempre se había sentido, una completa bestia. Se agacho a levantar su hacha, y lentamente camino hasta donde estaba su mochila, abriéndola y tomando un pequeño pañuelo para comenzar a limpiar los rastros de sangre de esta, en total silencio, hasta que termino con aquel pequeño trabajo, devolviendo el hacha a su espalda y limpiando la sangre que había en su rostro. Se desvió a mirar a la Sirena nuevamente, ni siquiera sabia si ella aceptaría en ese momento, si no era así, se resignaría, y solo la llevaría devuelta a la playa para dar por concluido el viaje... ¿Acaso era su maldición? ¿Que no seria capaz de sentir algo por nadie? Al parecer... Después de todo el perdón no era algo que tenia permitido.
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Tsuyume
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Post by Tsuyume on Dec 20, 2017 21:51:38 GMT
Después de aquella experiencia tan amarga que había tenido, la cual había traído a la luz aquellos traumas que tanto se había esforzado en olvidar y también había dejado a Blyer herido, aunque él no parecía darle importancia a eso, solo se quedó de pie mientras miraba al bosque justo en la dirección en la que los tres arcanos habían desaparecido, no se movía, era como si no fuera a moverse hasta que se lo dijeran o algo así; la sirena de verdad estaba preocupada por él, después de todo había terminado con aquellas heridas tan profundas por defenderla de esos arcanos maliciosos, por eso el sentimiento de culpa que la invadía era grande aunque no era solo eso, en ese momento había tantos sentimientos negativos en su interior que sentía que no podía con todos ellos. En cuanto el pelicastaño volteó a verla se encontró con aquel rostro manchado con la sangre de uno de los cazadores, eso le provocó un escalofrío que recorrió todo su cuerpo recordando haber visto aquella mirada fría en el rostro del minotauro en cuanto había venido a su rescate y también todos esos sonidos violentos que había escuchado durante la batalla, pero a pesar de todo la sirena mantenía su preocupación por el contrario y quería tratar la herida de su brazo lo antes posible.
Mas obtuvo una reacción que hizo que su pecho le doliera, él se había alejado de ella. "¿Por qué?". Fue lo que pensó en ese momento y esa pregunta se repitió en su cabeza incontables veces hasta que nuevamente la voz de aquel pirata se escuchó. "Das asco". ¿Esas palabras tan hirientes era la respuesta de todo? ¿Esa era la razón por la que él no quería ser tocado por ella? En su cabeza había una fuerte batalla campal, parte de ella se decía a sí misma que esa no era la razón del porqué el contrario se había alejado mientras que otra parte de ella estaba mas que segura de que de hecho esa era la razón y poco a poco se estaba convenciendo de ello, después de todo se consideraba alguien manchada a la que todos iban a aborrecer en cuanto se enteraran de todo lo que había sucedido y aunque en el caso del minotauro el ignoraba todo lo sucedido la paranoia de la pelirosada le hacía creer que de alguna manera lo sabía, que podía ver aquellas cicatrices que se esforzaba por esconder y contaban todo lo que había sufrido para obtenerlas. -E-Eh.. no, no... y-yo... estoy bien.. pero tú...- respondió mientras lo miraba y se acercaba un poco más sin embargo la respuesta del ajeno fue retroceder otros pasos, algo que hizo que la sirena se le hiciera un nudo en la garganta.
Poco después las palabras rotas, llenas de frustración mientras el suelo era golpeado fuertemente por el contrario, la sirena dió un pequeño salto mientras mientras llevaba sus manos hasta su pecho observando aquella escena que le generaba tanta tristeza mientras veía al contrario en ese estado. -L-Lo se, se que tu no querías... que esto pasara... p-pero.. me salvaste... lamento... que terminaras herido a causa de eso...- respondió triste mientras bajaba la mirada con algunas lágrimas frente a sus ojos más las limpió de inmediato antes de mirar a aquellos ojos bermellón de nuevo sintiendo que no podía sostener la mirada por lo que la desvió de inmediato mas en cuanto escuchó las palabras del contrario sobre que quería enseñarle un lugar su mirada volvió hacía él. No sabía de que se trataba y ciertamente tenía mucha ansiedad en ese momento, similar a como había estado antes de conocer al pelicastaño pero aún así hizo un esfuerzo y después de pensarlo mientras el contrario se limpiaba estuvo lista para responder. - ¿Enseñarme un lugar? ... esta bien...- trataba de que su voz sonara tan natural como le fuera posible mas esta solo era algo temblorosa e insegura, aun así quería ir con Blyer a pensar de que también quería salir corriendo de ese lugar pero iba a hacer su mejor esfuerzo porque la excursión volviera a ser la alegre salida que había sido.
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Dec 21, 2017 2:42:36 GMT
La sangre derramada en ese lugar solo podía recordarle lo que por tanto tiempo había creído, que solo era una especie de maquina especializada en hacer daño, en luchar, y en matar, mientras comenzaba a cuestionarse si es que haber intentado vivir otro tipo de vida había sido lo correcto, ¿No podía simplemente aceptarlo? ¿Que las Moiras ya habían sellado su destino tejido en los finos hilos del destino? Pero en el fondo quería poder... Quería tratar de vivir una vida tranquila, sin el miedo de causarle daño a alguien importante... Sin el remordimiento de arrebatarle la vida a todos sus seres queridos en el pasado. La Sirena seguía preocupándose del estado de su brazo a pesar de que el Minotauro le había dicho que se encontraba bien, no entendía porque se seguía preocupando de él, ella podía perfectamente correr, ya fuera por el miedo o por el asco de haberlo visto en ese estado de descontrol donde la ira casi lo había dominado por completo, donde lo único que tenia en mente era hacerles pagar a aquellos cazadores que tenían pensado hacerle daño y abusar de la pelirosada.- De verdad... Estoy bien...- Volvió a repetir en voz baja mientras su mirada se mantenía en ese estado desganado, como si no hubiera sido capaz de dormir ni un minuto en más de un mes, a eso se le podía comparar el rostro que mostraba en ese momento, un rostro sumido en lo que era el arrepentimiento, la frustración, y la mismísima miseria... ''Hermano... Vive... Por favor...'' La voz de su hermano cada vez se hacia más débil en su cabeza, como si esa voz que le generaba esperanza fuera desapareciendo lentamente.
Sus ojos volvieron a desviarse a la contraria cuando esta dejo escapar su voz, nuevamente respecto a la herida que se encontraba en el brazo del pelicastaño, a lo que este solo negó con la cabeza mientras seguía limpiando sus manos, su rostro y su hacha principalmente.- No te preocupes, no... iba a permitir que te hicieran daño... .- Respondió mientras ya terminaba su trabajo de limpiar su arma, ahora tratando de quitar algunos rastros que habían quedado en su ropa de manera lenta, pausada y suave, aunque la verdad era que no tenia el animo de estar haciendo eso. Que Tsuyume aceptara ver aquel lugar que el minotauro quería enseñarle, le había devuelto algo de felicidad, la cual se fue rompiendo lentamente al ver aun ese estado atemorizado por su parte... ¿De verdad ella veía a una bestia en ese momento? ''¿Por qué...?'' Se pregunto mientras agachaba un poco la mirada, hasta hace poco habían reído y se habían divertido juntos, en momentos que parecían sacados de un cuento de hadas, y ahora... Todo era oscuro, silencio, uno doloroso y que generaba que el pelicastaño ya no quisiera estar ahí, pero debía enseñarle ese lugar, aun había esperanza dentro suyo... Que ese lugar tan conocido, el Manantial del Unicornio, les devolvería la felicidad que ambos estaban teniendo, aunque era una fe vaga, ciega incluso, quería que fuera real, que ambos volvieran a verse con las sonrisas que siempre llevaban.
Ya habiendo preparado sus cosas, se reincorporo para mirarla de reojo, dejando escapar un pesado suspiro.- Es por aquí... .- Dijo mientras levantaba un poco su mano con la intención de tomar la de ella, pero se detuvo apenas unos segundos después, ¿En que pensaba? ¿Que ella querría ensuciarse tocando a alguien... A algo como él? Probablemente no, por lo que solo apunto en dirección al lugar para comenzar a caminar en dirección a aquel sitio. Sus pasos eran torpes, como si no tuviera un destino realmente, mientras pasaban entre los arboles a la par que el alrededor parecía oscurecerse un poco más por la cantidad de arboles que rodeaban el manantial, mirando de vez en cuando hacia atrás para asegurarse de que la contraria aun se encontraba ahí y en efecto lo estaba. Al cabo de varios minutos de caminaba, una brisa más fresca los recibió en un lugar donde el sol solo llegaba hasta aquel manantial cristalino, rodeado por arboles que proporcionaban bastante sombra y creaban un ambiente tan hermoso como armonioso. El Minotauro miro con una impresión desganada alrededor, tragando suavemente saliva, ¿De verdad lo haría? No le quedaba otra, seria su ultimo intento de querer vivir, de buscar un rumbo distinto para su vida... Uno para redimirse.- Este es el lugar... El Manantial del Unicornio.- Dijo a la contraria en voz baja mientras se acercaba un poco a la orilla del lugar.
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Tsuyume
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Post by Tsuyume on Dec 21, 2017 19:31:42 GMT
Estaba realmente preocupada por el pelicastaño, su brazo ostentaba muchas marcas bien profundas, que seguro dejarían cicatrices, las cuales habían sido dejadas por las fauces del licántropo, la sangre que salía de dichas heridas era mucha y no podía dejar de pensar en eso incluso si el contrario repetía una y otra vez que estaba bien; realmente le importaba mucho el bienestar del minotauro así también como a él también parecía preocuparse por ella y no dejar que nadie le pusiera un solo dedo encima, apreciaba de verdad eso y a pesar de haber sido testigo de una escena tan violenta agradecía enormemente el que Blyer hubiera llegado en su rescate en ese momento aunque para su desgracia no podía sentirse bien al cien por ciento, todo gracias a aquellos recuerdos que habían vuelto a asediarla. El pelicastaño no se veía para nada bien, se lo notaba algo desganado y muy afectado por lo que había sucedido, es por eso que ella no podía dejar de pensar en como se encontraba incluso ignorando en ciertos momentos lo mal que ella se estaba sintiendo también, se sentía desolada y también asquerosa, realmente le era difícil mostrarse feliz como había estado hacía tan solo momentos antes de que la mala suerte se presentara.
Ahora que había aceptado el acompañar al contrario al lugar solo quedaba esperar a que este le mostrara el camino, aún tenía esperanzas de que quizás ese malestar que sentía se esfumara en cuanto el paseo continuara pero eso no sucedió, no podía dejar de sentirse nerviosa o paranoica, la verdad era que deseaba volver a su casa en ese momento mas no podía decircelo al contrario, no quería verlo mas triste de lo que ya estaba, solo... deseaba ver aquella sonrisa alegre y contagiosa por parte de él pero ahora eso no parecía ser mas que un sueño distante de aquella cruda realidad por la que ambos transitaban. Nunca había deseado tanto volver el tiempo atrás en su vida hasta ese momento, quería que aquel incidente en el barco jamás hubiera sucedido y haber podido conocer al minotauro en otras circunstancias mas felices, donde no hubiera nada que borrara la sonrisa de sus rostros y pudieran pasarla bien, tal como había sucedido en la excursión a la ciudad submarina, aunque incluso en esa ocasión hubo un momento se tensión donde la vida del minotauro pendía de un hilo más gracias a los dioses todo había salido bien.
Una vez que el pelicastaño le indicó el camino esperaba y anhelaba de cierto modo el volver a unir su mano con la suya, sentir aquella calidez que estaba segura de que seguía presente, más eso no sucedió, se sentía como una tonta por haber creído que había una posibilidad de que eso sucediera, "Lo sabía... él ... no va a..." fue lo que pensó resignada mientras caminaba justo detrás de él con una mirada algo triste aunque pensaba que él en realidad no tenía porqué darle la mano y sin embargo en su interior deseaba que sentirla de nuevo. El andar de la sirena era desganado, y el camino lleno de risas se había transformado en uno donde no había mas que silencios largos e insoportables que solo era acallado por los sonidos del ambiente, deseaba poder decir algo, lo que fuera para que el ambiente mejorara pero no lo conseguía, las palabras que podía decir simplemente desaparecían sin llegar a ser pronunciadas cosa que odiaba pues quería poder hablar con Blyer y escuchar su voz feliz al menos. El tiempo pasó lentamente, los pocos minutos de silencio parecieron ser horas pero al final llegaron a su destino, el Manantial del Unicornio, dicho lugar era bellísimo, sin duda parecía haber salido de un sueño mas la sirena estaba algo distante en esos momentos. -Es... muy hermoso...- respondió con una voz algo baja para seguir al contrario con mirando alrededor, era una vista increíble pero a la sirena no parecía generarle tanto asombro luego de lo sucedido sin embargo hizo un esfuerzo para no menospreciar la intensión del contrario. -Es... maravilloso, un lugar increíble. Gracias por traerme hasta aquí Blyer...- expresó mirándolo y mostrando una leve sonrisa calma.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Dec 22, 2017 1:50:39 GMT
En el fondo de su ser realmente quería que la situación mejorara respecto a lo que había pasado, que por culpa de aquellos cazadores, ese paseo no se arruinara y se volviera algo lúgubre, en lo que ambos no iban a querer seguir, no quería eso, quería que todo fuera tan bonito como había empezado, como había sido aquella excursión a la Ciudad submarina, pero al parecer, esa salida no estaba destinada a terminar así. Sus ojos iban de un lado a otro en aquel hermoso manantial, tratando de encontrar esa felicidad que había tenido hasta hace poco, pero no lo lograba, no lograba encontrarla, se sentía vació al punto que no podía estar seguro de si sentía algo en ese momento ademas de frustración... Era tan extraño sentirse así, el haber pensado que todo seria diferente y que el destino vuelva y te pisoteé de forma que dejes de creer, de tener esperanza y fe en un futuro mejor, pero quería mantener aunque fuera algo de positivismo, de que al salir de ese bosque se encontrarían nuevamente felices, riendo, jugando incluso como lo habían hecho hasta hace unos momentos, pero quizás no era algo a lo que debiera aferrarse. Desvió su mirada a la Sirena que había respondido en una voz baja sobre lo hermoso que era el lugar, a lo que el Minotauro asintió mientras continuaba caminando por la orilla con la pelirosada siguiéndole.- No es nada... No quería que te quedaras sin verlo, después de todo... Era una de las cosas que más quería enseñarte...- Dijo mientras se detenía y se giraba a ver al amplio manantial, a su agua cristalina, era un paisaje realmente tranquilizador.
Se encontraba realmente indeciso con lo que haría a continuación, podría significar un resultado realmente hermoso, como podía terminar en un alejamiento definitivo entre ambos, después de todo, ella lo había visto en ese estado de casi ira total, ensangrentado, violento, incluso con su brazo herido y sin querer tratarlo, ¿Tenia esperanzas aun? Era posible, sentía una presión extraña, como si no fuera capaz de pronunciar palabra alguna, como si estas murieran en su garganta antes de siquiera dejar escapar un sonido desde sus labios. El silencio se hacia un tanto más incomodo con cada segundo que pasaba, debía pensar rápido, decidir y arriesgarse antes de quedarse callado.- Tsuyu...- Pronuncio su nombre en voz baja mientras ella se encontraba a un lado de él.- Hay una razón por la que... Quería enseñarte este lugar...- Agrego mientras respiraba profundamente, dudando, sufriendo incluso por ser tan cobarde en ese momento y no ser capaz de ser directo con ella, con lo que sentía, con lo que le había tomado tanto tiempo darse cuenta.- Hay algo que debo decirte... Algo importante... Se que es... Tonto después de lo que ocurrió... Pero...- Se pauso unos momentos mientras se giraba a verla, mirándola a los ojos, aquellos ojos bermellón que a pesar de mostrar el notorio estado desganado del Minotauro, podía verse esperanza, una notoria, aquel sentimiento de aferrarse a algo y creer en ello hasta el final, ¿Pero a que coste?.- Ya no puedo ocultarlo más...- Dijo preparándose para ya decir las palabras.
- Tsuyu... Tú... Me gustas...- Comento finalmente mientras agachaba la cabeza y sentía su corazón comenzar a latir con fuerza, sentía inseguridad, una que lo llenaba, pero quería seguir hablando.- Durante todo el viaje a Aqualia... Me hiciste sentir muy feliz... Gracias a ti pude conocer un lugar que jamas había visto... Reí... Sentí una felicidad real...- Explico mientras volvía a tomar una bocanada de aire para continuar hablando.- Y ahora... Paso lo mismo... Con tan solo el inicio de este viaje, yo... Me sentí realmente vivo... .- Agrego mientras sus ojos volvían a conectarse con los de ella, sentía que quería salir corriendo de ese lugar, pero simplemente no podía, sus piernas parecían estar congeladas en ese punto, a la par que aquella esperanza crecía muy lentamente.- Jamas había sentido esto... Pero... Puedo decir con seguridad... Que tu me gustas...- Finalizo mientras volvía a agachar la cabeza luego de esas sinceras palabras, los sentimientos que recorrían al Minotauro eran incontables: Ansiedad, miedo, preocupación, cierta felicidad incluso, ¿Como terminaría eso? No podía saberlo, solo le quedaba creer, seguir aferrándose a la ligera esperanza que aun le quedaba, a las palabras de su hermano que le pedían que viviera y que fuera feliz, ¿Lo merecía realmente? Estaba por comprobarlo.
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Tsuyume
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Post by Tsuyume on Dec 22, 2017 19:51:12 GMT
Aquel lugar de ensueño tan tranquilo y armonioso recibía a ambos arcanos quienes estaban allí para apreciar el hermoso paisaje y olvidarse de todo lo malo que había sucedido antes de eso, pero realmente era algo difícil para la sirena quien todavía podía oír aquellas voces de los cazadores peleando con Blyer y aún estaba preocupada por él y sus heridas mas estas ya no sangraban pero no podía evitar sentir esa preocupación por él; quería dejar de pensar en todo eso, quería volver a reír junto al pelicastaño y disfrutar de tan hermosa escena que se desplegaba frente a sus ojos mas no podía, los recuerdos se lo impedían. Luego de unas palabras dichas por el contrario el silencio reinó en el ambiente opacado solo por el ruido de los animales o insectos, la brisa entre los arboles o el agua del manantial frente a ellos, escuchó su nombre siendo pronunciado por el ajeno justo a su lado y por ese instante si corazón comenzó a retumbar en su pecho sintiendo cada latido. - ¿Si Blyer? - preguntó algo nerviosa por alguna razón mientras volteaba a verlo a sus ojos con ese color bermellón que tanto le atraía, estaba algo intrigada por lo que este diría a continuación.
Las palabras que pudo oír luego de su pregunta le hicieron temblar un poco, la razón por la que estaban en ese lugar era porque él quería decirle algo importante pero ¿De que se trataba? No lo sabía y esa incertidumbre provocaba que su corazón latiera más rápido mientras que sentía sus manos templar por alguna razón, aquellos ojos bermellón tenían cierto brillo que no se asemejaba al de hacía unos momentos era difícil de describir pero era algo verdaderamente hermoso. El contrario realmente parecía sufrir por no poder decir las palabras siguientes hasta que por fin se escucharon, esas cuatro palabras que hicieron que los ojos de la sirena se abrieran con notoria sorpresa y que los latidos de su corazón se incrementaran. "Tú... me gustas". Solo eso se necesitó para hacer sentir que las lagrimas comenzaban a formarse en su rostro y esas palabras se repetían una y otra vez en su cabeza mas lo siguiente que el contrario dijo fue mucho mas enternecedor para la pelirosada, el escuchar que había provocado tal sentimiento como lo era la felicidad y esperanza era simplemente algo que no podía describir. Las lagrimas comenzaron a salir sin que pudiera hacer nada para detenerlas pero tampoco quería hacerlo simplemente las dejó fluir libres por sus mejillas. Estaba feliz por oír todo lo dicho por el contrario, y ahora que él lo había dicho podía estar segura de que ella se sentía igual, la calidez que sentía estando con Blyer era muy reconfortante, y gracias a él había podido recuperar parte de su felicidad antes del accidente e incluso más, por eso era que su corazón latía tanto... ahora podía estar segura de que a ella también le gustaba Blyer, el sentimiento era mutuo y quería poder decírselo pero no podía porque de la nada aquella voz del pirata resonando una vez más en su cabeza opaco a todo lo demás. "Das asco...". Su expresión cambio en ese momento mientras bajaba su cabeza, recordando todo lo que había sucedido en ese barco y haciéndose una pregunta de repente. "Si le digo todo lo que sucedió... ¿Aún... voy a gustarle?". Sentía miedo, no quería oír las mismas palabras que salieron de la boca del pirata salir de la suya pero no podía estar segura de cual iba a ser la reacción del minotauro al saber por lo que había pasado y mas que nada de que estaba sucia, tenía que decírselo pero... ¿Cómo? No había hablado de lo sucedido con nadie, ni siquiera con Skye y no quería que Blyer la rechazara luego de enterarse de todo, ella simplemente no podía imaginárselo y tampoco quería hacerlo. Necesitaba tiempo, no podía pensar con claridad, solo queria marcharse de ese lugar aunque sabía que no era lo correcto. -Blyer... yo...- quería decirle lo que sentía, decir que le correspondía, decir... "Tu también me gustas Blyer" y sin embargo las palabras que salieron de su boca no reflejaban lo que sentía.
-No puedo....- respondió apenas, sollozando mientras cubría su rostro con sus manos. - No puedo... responderte ahora... perdón...- se sentía terrible por no haber podido decir lo que sentía pero el miedo al rechazo era grande y en ese momento luego de todo lo que había sucedido no podía superarlo, solo queria huir de ese lugar y estar sola.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Dec 22, 2017 20:26:41 GMT
La ansiedad en ese momento era notoria, en sus manos, que solo podían mantenerse apretando sus ropas para tratar de mantenerse calmado, sus piernas temblaban apenas de manera notoria y su corazón se encontraba tan agitado que sentía que en cualquier momento podría salirse de su pecho, la espera de verdad lo estaba matando al punto de que los segundos parecían minutos, horas incluso después de haberse confesado de esa manera tan sincera e incluso podía decirse enternecida, pero solo le quedaba esperar a la respuesta de la contraria, a que dejara salir su voz, cosa que no tardo mucho. Las palabras de la pelirosada comenzaron a salir, lentamente llegando a los oídos del Minotauro quien solo había aumentado su ansiedad luego de las primeras dos palabras, ¿Aceptaría? ¿Lo rechazaría? La impaciencia comenzaba a apoderarse de ella pero casi de manera repentina, la expresión de la ajena cambio, los sollozos y las lagrimas fueron notorias, y las siguientes palabras que salieron de la boca de la mujer parecían haberle helado la espalda, calmando lentamente su corazón al punto de que los latidos se volvieron lentos, despacios... Vagos. Su mirada se agacho lentamente mientras escuchaba aun los sollozos por parte de la pelirosada, a la par que la cabeza también bajaba de a poco ''Lo sabia...'' Pensó mientras sentía como sus ojos amenazaban con soltar lagrimas, y algunas cayeron por sus mejillas pero estas se detuvieron al cabo de unos pocos momentos.- Entiendo...- Dijo en voz baja, ¿Por que dolía tanto? Su corazón se había comprimido, dolía, quería caer al suelo y no levantarse, pero solo se mantuvo de pie ahí, sin hacer nada por unos momentos.
Desvió un poco la mirada al lago, la luz del sol había sido obstruida momentáneamente por una nube que paso.- Esta bien... No importa...- Respondió a sus ultimas palabras mientras caminaba un poco en dirección a la salida de aquel lugar, más sus pasos eran torpes, débiles, como si fuera a desplomarse en cualquier momento mientras, sin mirarla, dejaba escapar su voz.- Mejor nos vamos... No es... Seguro quedarnos ahora... Te llevare a la playa... .- Dijo tratando algo de saliva y comenzando a caminar nuevamente esperando que ella lo siguiera. No dijo nada más en lo que caminaban hasta donde se encontraban antes, ya no tenia nada más que decir, las dudas que lo habían recorrido durante todo el transcurso del día se habían aclarado con tan solo una respuesta por parte de la mujer que lo había acompañado ''Lo sabia...'' Seguía repitiéndose, no entendía en que momento creyó poder dar ese paso que tanto quería, el querer pasar la pagina... No era más que una ilusión, debía aceptarlo, no había sido perdonar ni siquiera en los más de cien años que había sufrido con esos fantasmas, esos demonios que rasgaban su espalda todas las noches y no lo dejaban conciliar el sueño, rememorando el pasado, la sangre, los gritos... Ya nada tenia sentido para él, la única esperanza que había tenido de volver a vivir como una persona normal, el ser feliz... Había muerto como una flor que se marchitaba en medio de un vasto desierto.
Llegaron nuevamente al corazón del bosque, aun estaba la mancha de sangre de donde se había librado la lucha con esos cazadores, mirando con odio esa escena, recordándola, y sintiendo asco de si mismo, sintiendo culpa... Y una ira hacia su persona. No tardaron mucho en llegar a la salida del Bosque de las Hadas, donde el sol se mantenía brillante y el paisaje tan hermoso, pero el Minotauro seguía manteniendo la mirada baja, como si estuviera rodeado de nada, nada que observar, nada que sentir, por lo que aun sin decir nada, miro en dirección a donde la playa de Aqualia se encontraba, y comenzó a caminar junto a la Sirena en ese lugar. El hacha en su espalda se movía junto con los movimientos del pelicastaño, unos pasos lentos que apenas y avanzaban una distancia con cada uno, ¿Debía decir algo en ese momento? No creía que era la mejor idea, solo quería asegurarse de que ella llegaría a salvo a su hogar, y luego... Irse, olvidar todo... Olvidar el querer ser feliz, ya no quería lastimar a nadie, no quería darle asco a nadie, incluso el pensar que todos a su alrededor eran capaces de hacer su vida... Sentía envidia, de quienes lograban superar sus problemas, ser felices... Una envidia que quería matar, dejar de depender de esos placeres de la vida... Quería dejar de lado todo a lo que sentimientos se refería ''Lo único que merezco... Es la muerte...''
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