You make my World light up - Priv.{Blyer ~ Tsuyume}TERMINADO

El sol finalmente dejaba escapar su brillo a través de la ventana del cuarto del Minotauro, quien no tardo en despertarse rápidamente para levantarse de su cama, con una sonrisa bastante animada en su rostro, ¿La razón? El día en que volvería a reunirse con la Sirena había llegado finalmente, después de casi un mes sin verse, ese día irían a aquel paseo al Bosque de las hadas, cosa que de verdad tenia emocionado a Blyer. Sus pies caminaron de manera calmada de un lado a otro por su cuarto, buscando su ropa, comenzando a vestirse de manera rápida con los ropajes que siempre llevaba encima, pero esta vez había una diferencia bastante notoria en el estilo del pelicastaño: Su bandana ya no se encontraba en su cabeza, ahora su cabello largo se encontraba libre, tapando parte de su frente y totalmente su cuello y orejas. No le gustaba mucho tener su cabello largo pues sentía que era incomodo al momento de luchar o de ir a aquellos trabajos de caza recompensas que se había reducido considerablemente el ultimo tiempo, pero desde que Tsuyume le había dicho que aquel aspecto se le veía bien, había decidido mantenerse con el, quizá solo por gusto propio, o quizá por darle cierto gusto a ella, aunque seguía sin entender del todo lo que sentía en ese momento, el porque le importaba bastante querer estar bien presentable para la Sirena. Una vez se termino de vestir, sus manos se dirigieron a tomar aquel collar tan hermosos que la pelirosada le había regalado, acariciándolo un poco entre sus manos con una sonrisa, antes de finalmente posicionarlo en su cuello y dejarlo a la vista, pues se sentía orgulloso de portarlo.

Tomo su mochila para guardar varias cosas de utilidad: Algunos cubiertos, carne de jabalí comprada tan solo el día anterior, envuelta en una manta para mantenerla fresca, después de todo debían tener comida pues el paseo seria bastante largo y probablemente a la Sirena le daría hambre, y como había dicho que le gusto la carne de jabalí, quería repetirle el plato. Ademas de aquellas cosas, también habían algunos vendajes y sus recursos para hacer alguna fogata, ya se encontraba totalmente listo para dirigirse al lugar de reunión con la contraria. Mientras se preparaba para salir de su casa en la Ciudadela, sus ojos se desviaron en algo, su Hacha de combate, la compañera que había tenido desde que se había ido de Grecia. Se acerco de manera lenta a verla, siendo suavemente iluminada esta por la luz del sol que entraba por la ventana, pensando si llevarla seria una buena idea, después de todo, a pesar de que el bosque era bastante hermoso también podían haber posibles peligros. Dejo escapar un suspiro, y tomo el mango del hacha para posicionarla en su espalda, dejando esta ahí, y acomodando su mochila para ahora si, salir de su casa en dirección a la playa de Aqualia. Corrió en dirección a la salida de la Ciudadela, saludando a varios conocidos del Coliseo o compañeros Caza recompensas, llegando finalmente a la enorme puerta que separaba el exterior de la Ciudad, notando que una carreta parecía dirigirse en esa dirección, y pidiéndole al dueño de esta que por favor le diera un viaje a la playa, cosa que aquella persona acepto sonriente al ver el animo del Minotauro.

El cabello de Blyer se movía al son de la brisa que había en ese día tan hermoso, mientras sus ojos se mantenían observando el collar que colgaba de su cuello. De vez en cuando intercambiaba palabras con el señor de la carreta, quien le preguntaba si tenia algún compromiso, ya que se veía muy feliz y ansioso de llegar a su destino, a lo que el Minotauro respondía bastante animado y de manera afirmativa. La carreta se detuvo a una distancia consideradle de la playa, bajando de la carreta y despidiéndose de aquel amable señor, para comenzar a caminar por la cálida arena que se conectaba con los suaves oleajes del mar. Llevo su mano a posarse entre sus ojos y su frente, tratando de ver mejor alrededor sin la obstrucción de la luz solar, visualizando así a su compañera ese día, la Sirena quien se encontraba sentada en una de las rocas del lugar pero parecía aun no haberse percatado de su presencia. Se acerco de manera lenta, tratando de no hacer ruido mientras la distancia entre ambos se acortaba cada vez más, para luego posar ambas manos en los hombros de Tsuyume con una sonrisa.- ¡Aquí estoy!.- Exclamo con un tono bastante animado mientras veía el aspecto de la contraria, sonrojándose suavemente.- Te ves... Muy bien...- Comento en voz baja casi de manera inconsciente, para luego separarse algo nervioso.- E-espero no hayas esperado mucho...- Agrego dejando escapar una risa un tanto nerviosa, para luego respirar profundamente y luego mirarla sonriendo de manera suave.- ¿Lista para ir al bosque?.- Pregunto finalmente.

Su voz se torno en una suave risa al ver la reacción de la contraria a su pequeña jugarreta de sorprenderla con que ya había llegado, no sabia porque lo había hecho, quizá un pequeño impulso solamente, algo infantil a decir verdad, pero le agradaba que la contraria no se hubiera enfadado por ello.- ¡Perdón, perdón! no pude evitarlo.- Comento a modo de disculpa mientras le sonreía de manera suave, se sentía feliz de ver que se encontraba bien, aunque claramente era más que eso. En cuanto ella respondió a su halago, llevo su mano a rascar suavemente su nuca mientras desviaba un poco la mirada, de cierta manera la Sirena tenia razón, era difícil acostumbrarse al cabello largo después de tenerlo acomodado con una bandana casi todos los días durante más de 100 años, eso era mucho tiempo.- Gracias hahaha... Pues tienes razón, aun me incomoda un poco pero, que le puedo hacer, perdí la otra bandana también...- Dijo dejando escapar un suspiro, no era del todo cierto, la bandana antigua que tenia aun se encontraba en su hogar, más no había querido usarla solo por llevar el cabello largo para ella, una razón bastante vergonzosa que obviamente no iba a reconocer.- Me alegro de que no esperaras mucho.- Se sentía aliviado ciertamente, tenia miedo de haber llegado tarde y de hacer esperar a la contraria en el día que irían de excursión a aquel Bosque que era una de las maravillas de Mirovia sin duda.

Sus ojos miraron de manera curiosa a la contraria en cuanto esta dijo que aun no partieran el viaje, eso de verdad había dejado con curiosidad al Minotauro, aun así decidió sentarse donde la contraria le pidió que lo hiciera, quitando el hacha de su espalda y dejándola a un lado del piedra. Su mirada se quedo en vista del vasto mar frente a ellos mientras sentía como las manos de la contraria hacían suaves jugueteos en su cabello, cosa que realmente no le estaba molestando, muy por el contrario, estaba siendo algo agradable de verdad, acompañado ese momento por la suave brisa que llegaba a ellos, era un momento de verdad muy tranquilo. En cuanto la ajena termino con su cabello, sus manos se dirigieron a su cabello para notar la cola de cola de caballo que ella le había hecho, de verdad era mucho menos molesto ahora que la Sirena se había encargado de ordenarlo.- Oh... ¡Muchas gracias!.- Respondió a sus palabras mientras se levantaba de la roca con una sonrisa en su rostro, de verdad le había gustado como había quedado su cabello con su ayuda. Asintió de manera bastante animada mientras volvía a dejar el hacha en su espalda, bien acomodada al igual que su mochila.- ¡Vamos entonces!.- Comento mientras se acercaba a la contraria para comenzar ya con aquel viaje.

El camino los recibió con el hermoso paisaje de una gran extención de planicie delante de ellos, a la distancia se podía ver el bosque bañado por la luz del sol.- ¡Ese es nuestro destino!.- Comento con una sonrisa mientras caminaban en dirección a ese lugar, siguiendo un camino de tierra en el que pasaban varias carretas de comerciantes o carruajes con otros destinos, pero los caminos de tierra conectaban entre la Ciudadela, Shangri Lax y El Bosque de las Hadas. La brisa no se calmaba, seguía moviendo el cabello de ambos individuos, acompañando este viento por el canto de las aves que los sobrevolaban o simplemente se posaban en el pasto cercano a descansar sus alas. El camino fue un poco largo, esperaba que la contraria no se sintiera muy cansada con aquel viaje.- ¿No quieres descansar un poco?.- Pregunto un tanto preocupado, a pesar de no decirlo, no quería que el viaje empezara siendo aburrido o algo por el estilo. Continuaron caminando hasta que finalmente llegaron a la entrada del Bosque de las Hadas, el cual ya desprendía ese aire armonioso y tan bello sobre ambos arcanos.- Aquí estamos... El Bosque de las Hadas.- Comento con una orgullosa sonrisa, para luego mirarla.- ¡Vamos!.- Exclamo para ya comenzar a entrar al bosque.

Aun cuando la ajena le había dicho que no se encontraba cansada y que podía seguir con el viaje, seguía preocupado porque ella se agotara, más que nada porque quería que aquella excursión fuera agradable de principio hasta el mismísimo fin, aun así le dedico una suave sonrisa ante su respuesta, confiaba en que ella decía la verdad, además de sentirse bastante feliz de verla a ella bastante alegre tomándo pictografias al paisaje que se encontraba alrededor de ellos, era un muy augurio al menos para él. En el momento que llegaron a la entrada del hermoso Bosque de las Hadas, sus ojos mostraron sentirse bastante enternecido por la reacción sorprendida de la contraria, el notar como el brillo de los arboles se hacia ver con tan solo acercarse, acompañados por el suave y agradable viento que llegaba a ellos y a los mismos arboles.- Pues eso creo, al menos a mi jamas me ha pasado algo grave en este lugar.- Comento mientras su cabeza se movía suavemente de un lado a otro, como recordando con nostalgia varios momentos que había pasado en ese lugar, podía decirse que era de sus lugares favoritos junto con el Gran Lago, por eso le gustaba ir ahí ya fuera para descansar o solo por ir a recorrer. Miro a la contraria a aquellos ojos ámbar que le parecían tan hermosos, devolviéndole la sonrisa que la Sirena le dedico, y escuchando aquella petición por su parte, a lo que el Minotauro no dudo en aceptar.- ¡Claro!.- Respondió mientras se acercaba a ella, sacando su Tableta Arcana de su mochila y comenzando a fotografiar no solo a ellos juntos, si no que a la contraria rodeada por toda esa naturaleza, con una sonrisa imborrable en su rostro.

Cuando habían sacado suficientes pictografias con ambas Tabletas, el Minotauro se acerco a ella para comenzar a comparar las que aparecían en ambas pantallas, dejando ver una sonrisa alegre.- Todas se ven muy bien...- Comento en voz baja mientras miraba a la contraria, sonrojándose suavemente al notar la cercanía de sus rostros, para luego separarse de manera lenta y guardar su Tableta Arcana en su mochila.- ¡Dentro del Bosque podemos tomar más pictografias!.- Exclamo con bastante animo mientras la miraba, pensando en la ruta menos obstruida por arboles del Bosque.- Veamos... Ven, por aquí llegaremos más rápido a la parte más hermosa del Bosque.- Comento con seguridad y una sonrisa en su rostro, para entrelazar sus dedos con los de ella al tomar su mano, sin ninguna especie de vergüenza de momento, ya que lo único que quería era que ella disfrutara de cada parte del lugar, y así, comenzó a guiarla a través del Bosque. Sus ojos no podían dejar de mirar alrededor aquel hermoso paisaje que los recibía, como la luz del sol se filtraba entre la unión de miles de hojas por la cercanía de los arboles entre si, siendo acompañados por el cántico de los pájaros mientras avanzaban de manera lenta.- Adoro este lugar... Espero que estés disfrutando hasta ahora.- comento en un tono amable mientras se giraba un poco a verla, y luego continuaba mirando el camino.

Luego de varios momentos de caminata, no tardaron en ser recibidos por un lugar más iluminado que el resto del Bosque, donde varios animales pacíficos podían observarse, yendo de un lado a otro, acompañados de un rio que fluía de manera tranquila con su agua totalmente cristalina y pura. Las aves iban de árbol en árbol, algunos animales observaron a los desconocidos con cierta desconfianza para luego retirarse del lugar.- Este es el Corazón del Bosque... Uno de los lugares más hermosos en toda Mirovia...- Comento con impresión a pesar de haber visto ese lugar demasiadas veces en su vida, pero simplemente no podía cansarse de el, era imposible. Sus pies comenzaron a moverse lentamente, continuando con el guiar a la contraria aun tomados de la mano, acercándose un poco al rio y caminando cerca de la orilla de este, viendo los peces que nadaban tan tranquilos por ahí, jugueteando o buscando alimento, hasta llegar a algunas rocas en las que perfectamente podían sentarse a descansar.- Descansemos aquí, ¿Te parece?.- Pregunto a la contraria mientras le dedicaba una sonrisa, soltando su mano para tomar su mochila y su hacha, y dejarlas a un lado de las rocas.

El que la Sirena dijera que lo estaba pasando muy bien con aquella salida con el Minotauro, había despertado una gran felicidad en el interior de él, sacándole una sonrisa que se marco en su rostro casi de manera permanente mientras iban camino al Corazón del Bosque.-Me alegra escucharlo...- Comento mientras se mantenía mirando al frente, a paso lento y seguro, sintiendo la calma de aquel lugar ya llenarlo de buena manera. Podía notarse la impresión en la pelirosada al ver tan hermoso lugar frente a sus ojos, desconocido totalmente hasta ese día, mientras los ojos del Minotauro se mantenían recorriendo cada detalle del alrededor para pensar por donde empezar el recorrido, pues el Bosque de las Hadas era un lugar amplio, había mucho que ver, ademas debía pensar en el tiempo que se tardarían en cada sector.- Lo se... Demasiado Hermoso...- Respondió a aquel comentario embobado de la contraria, tan solo aquella vista había valido el viaje que habían hecho desde la Playa, pero aun quedaba mucho por ver. En el momento que soltó la mano de la Sirena, alzo los brazos para estirarse y ver un momento el agua cristalina del rio, los peces que iban de un lado a otro, incluso su propio reflejo en el cual noto algo, estaba sonriendo de manera sincera, una felicidad verdadera... Tan solo por encontrarse en ese momento con Tsuyume, lo que solo hizo que esa sonrisa se expandiera más en su rostro.

Ante las palabras de la contraria, su mirada se desvió a ver como esta se despojaba de su calzado y de las pantimedias que llevaba en sus piernas, sonrojándose suavemente al ver la piel de las piernas de la contraria. Acto seguido, ella se dirigió al agua para humedecer sus pies en el rio, notando como los peces se acercaban curiosos a tantear la piel de esta con sus pequeñas bocas, cosa que le causo cierta ternura al Minotauro.- Entiendo... Supongo que debe ser algo n...-Fue totalmente interrumpido por el acto de la contraria de lanzarle agua del rio con sus manos. Llevo su mano a su rostro para quitar un poco del agua que había caído en este para luego dejar escapar un suspiro.- Tú... Esta bien, lo siento... Pero... .- Dijo en voz baja, para luego despojarse de sus zapatos y de los calcetines que llevaba, corriendo para meterse al agua y repetir el acto que ella había hecho, lanzándole agua en el rostro y parte del cuerpo.- ¡No es razón para lanzarme agua, toma esto!.- Exclamo volviendo a lanzarle agua, pero la Sirena volvió a hacerlo, y así empezó una infantil escena de ambos Arcanos jugueteando y lanzándose agua en aquel rio. Los animales alrededor solo los observaban cuales niños peleando de manera inocente, por razones que podían parecer bastante poco importantes, pero el Minotauro de verdad lo estaba pasando bien, se estaba divirtiendo como nunca en la vida.

Aquella ''lucha'' duro durante varios minutos entre risas y sonrisas, para luego el Minotauro alzar las manos en señal de rendición.- ¡Bien, bien, me rindo! Tu ganas.- Comento entre risas mientras notaba lo mojados que ambos habían quedado, pero realmente no le importaba, la buena vibra del momento era mucho más fuerte, la alegría era incomparable.- Estaba pensando en descansar, comer algo, y luego continuar con el recorrido, ¿Que te parece?.- Pregunto mientras se acercaba un poco a ella después de aquel jugueteo, con la intención de que ambos salieran del agua y se prepararan para poder comer algo de lo que había llevado el Minotauro para cocinar, aunque también podía buscar frutas por el Bosque, después de todo, estas abundaban de gran manera en aquel lugar y probablemente a la Sirena le agradaría mucho comer algo de camino, pero luego iría a por ellas, por el momento, esperaría la respuesta de ella ante su propuesta.

Aun cuando aquel curioso e infantil jugueteo en el agua del rio había terminado, la felicidad del momento simplemente no podía irse, parecía estar impregnada y marcada en el cuerpo de ambos arcanos que habían sido parte y habían disfrutado de ese momento tan enternecido y alegre. El Minotauro no podía dejar de sonreír, incluso esta sonrisa se amplio más acompañada de una suave risa, en el momento que la contraria había dejado escapar su voz sobre sus propias habilidades en las peleas con agua, a pesar de que era claramente un alardeo por el hecho de que el pelicastaño se hubiera rendido ante ella.- Tuviste suerte...- Comento Blyer tratando de excusarse un poco mientras se rascaba la cabeza, dejando escapar un suspiro para luego volver a sonreírle a la pelirosada, a pesar de todo, había sido un buen inicio de aquel recorrido por el tan hermoso Bosque de las Hadas. Tsuyume había aceptado el hecho de que fueran a descansar y a comer algo en las rocas que se habían encontrado, eso era bueno pues necesitarían muchas energías para recorrer todo lo que les quedaba de expedición lo cual era bastante o al menos en la mente del Minotauro lo era.- Exacto, voy a preparar todo.- Comento en respuesta del comentario de la contraria para comenzar a salir del agua de manera lenta, en espera de poder disfrutar de una buena comida con la Sirena.

Se detuvo en el momento que había salido del agua, mirando sus cosas y un buen lugar para poder preparar las cosas para cocinar, debía buscar algunas rocas y ramas para preparar una fogata y así preparar la carne que llevaba en la mochila, por lo que iba a pedirle ayuda a la Sirena para buscar montones de esas cosas para empezar.- Tsuyu, ¿Puedes ayudarme a...? ¿¡...!?.- En el momento que se volteo para verla, solo vio a esta acercarse a él, como si estuviera cayendo y de hecho lo estaba, y al no haber nada de que sujetarse en el desafortunado momento, el Minotauro fue lo único que la pelirosada había encontrado, sujetándose de él, y gracias al impulso de la caída, ambos arcanos terminaron en el suelo pero sin ninguna especie de herida grave, cosa que al menos aliviaba al pelicastaño. Quería preguntar a la contraria si se encontraba bien o si no se había lastimado mucho, más las palabras no podían salir, se formaban y morían en su garganta a la par que el intenso rojo se posaba en el rostro de Blyer, todo por la posición en la que se encontraban donde la figura masculina se encontraba sobre ella, con sus rostros lo suficientemente cerca para poder sentir claramente la respiración del otro, y con tan solo un movimiento los labios de ambos podrían rozarse. El silencio reino por momentos, se podía escuchar de manera clara los latidos frenéticos de ambos arcanos, sus respiraciones, incluso parecía que el sonido alrededor se había apagado solo para permitirles escuchar esos sonidos de mejor manera, al menos hasta que la voz de la pelirosada se hizo escuchar.- N-no te p-preocupes... ¿Te en...cuentras bien...?.- Pregunto casi en un susurro mientras seguía admirando aquellos ojos ámbar que parecían tenerlo hipnotizado en el momento.

Nuevamente los minutos pasaron en aquella posición, hasta que el Minotauro reacciono un poco, pero a causa del intento de salirse de encima de la contraria, sus labios se habían rozado notoriamente causando que el corazón del pelicastaño volviera a latir de manera intensa a la par que se quitaba de encima de la contraria, tragando saliva y ayudándola a levantarse con la mirada desviada.- Eh... Y-yo... Iré a b-buscar ramas para... Fogata...- Comento totalmente nervioso para luego comenzar a caminar rápidamente en dirección a algunos arbustos que habían cerca de donde se encontraban. Se agacho frente a los arbustos mientras sentía su respiración mantenerse agitada, bajando la mirada para observar el collar que la Sirena le había regalado en Aqualia.- Calmate Blyer... Calmate...- Se decía en voz baja mientras llevaba una de sus manos a rozar sus labios con los dedos, pensando en lo que había pasado en la playa la vez anterior, y el roce que habían tenido hace tan solo unos minutos, tan solo aumentando los latidos de su corazón mientras seguía reuniendo ramas y algunas piedras pequeñas. Junto muchas con sus manos, llevándolas lentamente hasta donde se encontraba Tsuyume a un lado de las rocas, dejando las ramas y rocas en el suelo, y comenzando a ordenarlas para formar la base de la fogata.- Ya casi estará...- Comento en voz baja sin poder mirar a la contraria, pues sabia que el nerviosismo le ganaría en cualquier momento, y al cabo de unos momentos más, la base de la fogata estuvo lista, por lo que no tardo en llevar su mano a su mochila a sacar los utensilios para encender el fuego, y dejarlo listo para preparar la carne.- Hoy... Eh... Traje carne de jabalí... Aunque si gustas algo más podría ir por algunas frutas, en el Bosque abundan...- comento mientras se reía un tanto nervioso y preparaba la carne en la fogata para que esta se empezara a preparar, sintiendo su rostro aun con aquella notoria franja roja.

Había algo que no le permitía calmarse en ese momento, era una sensación cálida en su pecho que a pesar de ponerlo nervioso en muchos sentidos, también era algo que le generaba cierta alegría indescriptible, como una energía que fluía, que le causaba no querer que ese sentimiento se detuviera en ningún momento, pues en el fondo lo que había pasado con la Sirena en ese momento accidental si le había gustado, pero obviamente no iba a decirlo así como así, ademas de no saber que es lo que pensaría ella de todo eso. Lo había aliviado el hecho de que la pelirosada dijera que tenia ganas de comer carne de jabalí, menos mal se había asegurado de comprar unas buenas porciones el día anterior.- M-Me alegra saberlo...- Comento en voz baja con una risa un tanto nerviosa acompañando sus palabras, pues aun sentía su corazón latir de manera agitada porque en su mente no dejaba de aparecer la imagen de la Sirena tan cerca de su rostro, en un estado donde ambos se encontraban igual de avergonzados, y donde sus labios se habían rozado notoriamente. Su labor de seguir encendiendo la fogata se mantenía tranquila pues quería que todo estuviera bien preparado para una deliciosa comida con la pelirosada, pero la disculpa de esta lo saco un poco de aquella concentración en la que se encontraba, alzando suavemente la mirada luego de terminar de preparar la carne para que esta se cocinara lentamente en el fuego de la fogata.

- ¡N-no te preocupes! Yo aveces también soy muy torpe... ¿Recuerdas? Cuando me caí de la roca y luego... C-cuando se rompió la burbuja...- Dijo mientras llevaba una de sus manos a rascar su nuca de manera nerviosa, nuevamente a su cabeza llego aquel despertar donde sus labios se encontraban unidos con los de la contraria, sabia que había sido una respiración boca a boca, que ella lo había hecho para salvarle la vida de aquel trágico destino, el cual llamaban muerte, pero aun así, y aunque el Minotauro no lo supiera de manera directamente, en el fondo deseaba que la razón de aquella unión no hubiera sido solo por un accidente, o por una mala jugada del destino. Se levanto dejando que las llamas dejaran escapar el sonido de las ramas quemándose, mientras la carne comenzaba a tomar de una manera calmada aquel tono más rojizo que mostraba que esta se estaba cocinando, para luego caminar hasta las rocas que se encontraban a una muy poca distancia del fuego, sentándose ahí.- Solo nos queda esperar a que este listo...- Comento a la contraria con una suave sonrisa en su rostro, conectando sus miradas, causando que esos ojos ámbar tan hermosos se encontraran con los propios bermellón, quedándose un tanto perdido en ello para luego reaccionar y desviar un poco la mirada.- E-Este es solo uno de los muchos lugares que te mostrare... .-Comento tratando de cambiar un poco el tema para evitar que la vergüenza fuera más notoria en ese momento, aunque en el fondo creía que solo causaba que esta se hiciera notar más.

Su vista se quedo pegada en el fuego que dejaba escapar aquel humo ennegrecido para luego este perderse con el viento que había en el lugar, estaba tan calmado que los nervios parecían haberse ido por completo, o eso creía.- La próxima vez traeré algunos dulces, ¿Te parece?.- Comento con una sonrisa mientras la miraba, había recordado que ella le había dicho que amaba las cosas dulces, cosa que el también hacia y por lo tanto podían disfrutar de algunos pasteles o cosas por el estilo, no le importaba gastar por su cuenta si eso significaba ver la sonrisa de la Sirena, era algo que lo hacia feliz, aunque la razón de ello aun le avergonzaba bastante, recordando aun las palabras de su padre, ¿De verdad significaba eso? ¿Ese sentimiento que podía ser tan hermoso como también tan horrible en muchos sentidos? No llegaba a comprenderlo del todo, pero al ver feliz a Tsuyume, era como si esas dolorosas sensaciones de su pasado se esfumaran y solo dejaran la imagen sonriente de la mujer que se encontraba frente a él, y todo gracias a que aquel día había decidido pasar la noche en la playa de Aqualia, agradecía haber hecho ese recorrido, realmente lo agradecía. La carne no tardo mucho en estas lista, dejando escapar un exquisito aroma a ambos individuos.- ¡Bueno, hora de comer!.- Exclamo invitando a la contraria a tomar su vara con la carne, mientras el hacia lo mismo con la suya.

En el fondo sabia que aquel accidente con la burbuja no había sido su culpa, pero aun así, quizá si hubiera sido más atento a ello, hubiera podido evitar que los peces rompieran su burbuja, y así evitar que la contraria pasara por ese momento tan terrible, el ver al Minotauro al borde de la muerte. Nuevamente pensó en ese momento, en como la Sirena lo había salvado con la respiración boca a boca, causando que el rojo se posara en su rostro, de cierta manera aquel accidente había sido más vergonzoso que otra cosa. En efecto el Bosque de las Hadas era un lugar enorme, lleno de un aire tan pacifico que era casi imposible que algo peligroso sucediera en ese lugar, incluso se preguntaba porque había llevado el hacha a aquel lugar, pero ya no había mucho que hacerle, estaba ahí y tendría que cargar con ella aunque fuera un tanto molesto.- Lo son, los demás lugares de este bosque son realmente increíbles, dignos del dominio de la Soberana de la Primavera.- Comento mientras miraba con impresión alrededor, no entendía del todo porque, pero aquel paisaje le recordaba mucho a los paisajes de Grecia, la hermosura de estos, la paz, todos eran factores nostálgicos que le hicieron esbozar una suave pero algo triste sonrisa en su rostro. No pudo evitar sonreír ante las palabras de la contraria respecto a comer dulces juntos, era una idea que esperaba con ansias poder hacer.- ¡Claro, muchos dulces!.- Exclamo mientras el olor de la carne ya se hacia notar mejor.

No tardo en anunciar que la carne se encontraba lista para ser degustada, el olor de esta llegaba a las narices de ambos y parecía querer incitarlos a que empezaran a comer, lo cual realmente hicieron casi de inmediato en cuanto ambos tomaron sus trozos de carne correspondientes y comenzaron a comerlo con bastante ansia.- ¡Si, tienes razón!.- Expreso luego de tragar lo que tenia en su boca, estaba pasándola muy bien ese momento, quería que todo el día fuera así de animado, con esas buenas vibras saliendo cada segundo que pasaba y que nada pudiera arruinar el feliz momento que estaban pasando ambos arcanos. Continuo comiendo su carne, disfrutando de cada bocado a esta como si fuera la ultima comida que tendría en días, semanas, o incluso meses, simplemente le estaba encantando, hasta que esta finalmente se había acabado por parte de ambos casi al mismo tiempo, escuchando las palabras de la contraria que parecían realmente a gusto por la comida que habían probado en ese momento.- Me alegra mucho que te gustara, esta estaba mejor que la anterior, ¡Me encargue de comprar la mejor disponible!.- Exclamo mientras le devolvía la sonrisa que la Sirena le había dedicado, sin poder realmente dejar de verla, el ver esa sonrisa parecía volverse lentamente algo que necesitaba, como una medicina a alguna enfermedad que le provocaría un gran malestar si es que no la veía.- Dejemos pasar la comida y seguiremos con el recorrido, ¿Te parece?.- Pregunto mientras se encargaba de apagar lentamente el fuego y con el debido cuidado al hacerlo, para luego estirarse un poco y recostarse de espaldas en el césped tan suave que había por todo el lugar.

El sonido de los pájaros cantar se escuchaba y parecían hacer una sonata alrededor de aquel hermoso lugar, donde el sol llegaba y lo iluminaba como si fuera un lugar encantado. El Minotauro cerro los ojos para disfrutar de los sonidos de la naturaleza que llegaban a sus oídos.- Ah... Amo este lugar...~.- Comento en voz baja en un tono bastante relajado mientras un suspiro de alivio salia de sus labios.Mientras seguía en ese estado de relajación, pudo sentir cierta presión sobre su cabeza, en su frente específicamente, lo que hizo que abriera los ojos de manera dudosa, solo para que ver un pequeño pájaro de plumas coloridas se había posado en ese lugar, mirando alrededor con curiosidad y bastante inquietud. El pelicastaño se quedo totalmente quieto para luego hablarle muy despacio a la pelirosada.- Hey... Tsu... Mira...- Dijo mientras la miraba, no quería que la pequeña ave se asustara y saliera volando antes de que la contraria lo viera, era extraño como ese momento podía ser tan fascinante para el, el como una criatura tan pequeña sintiera la suficiente confianza para posarse sobre una criatura más grande, pero era realmente feliz con eso.