Little Wolf [Abierto]

La interacción entre Niku y Roma era tan adorable que le provocaba tomar una pictografía pero por la pena no lo hizo. El curioso cachorro trepaba por el cuerpo del cazador curioseando sobre los castaños hasta que el se puso a responder como eran estas clases de frutas.

Noto que estaba interesado en preparar algo de comer en casa de Roma y que por la cuestión del tiempo debían regresar a sus hogares. -No esta nada mal la idea señor Niku, pero al igual a usted, también vivo por el bosque de las hadas pero cerca de un lago.-

Se preguntaba que clase de comida iban a preparar, sus pasteles dulces solo serian un postre nada mas y eso no era la energía suficiente para fortalecer el cuerpo. -Bueno..supongo que usted tiene idea de que clase de comida podemos preparar- En ese momento en un ataque de nervios empezaba a rascarse la nuca.

Tampoco era de ir muy lento, era enorme y sus zancadas eran amplias como para fácilmente dejar a cualquiera de menos de 1.90 atrás pero mantenía el paso en lo que decidían que hacer. Toda esa reflexión era demasiado para su instintivo cerebro así que mejor puso prioridades: Jugarían, Cenarían y ya después se iba a preocupar de lo demás.

Así, con un poco mas de calma en el corazón, apresuró el paso para salir por el norte de la Ciudadela, en realidad no estaban tan lejos de la zona de viviendas cuando los castaños estuvieron a la vista, solo a unos 10 minutos de andar rápido siempre checando que no dejaban a Rosse atrás, deteniéndose apenas unos momentos para reunirse. El cazador no era muy conversador, pero en el camino se echaba encima en hombros al cachorro, lo invitaba a ponerse de pie mientras le sostenía con una mano y así hacerlo sentir enorme, listo para atraparlo si se dejaba caer o resbalaba, disfrutaba de verlo disfrutar al menos por unos instantes de esa libertad que los cachorros gozaban en sus momentos de distracción y extrañaba también ser un cachorro. Niku sonreía al ver su descripción materializarse, a él le gustaban los castaños aunque no había visto aun un castaño como el que solía darse en las tierras de Arakan, donde nació, aquí en Mirovia eran todos de semilla redonda y sabor mas amaderado a comparación de aquellas aplanadas que eran mas saladas y aceitosas ((nuez de la India, no confundir con la castaña del cajú)), se relamió pensando en lo sabroso que eso era.

-Mira cachorro, ese es el árbol del castaño. En realidad esta mas cerca de ti de lo que pensaba, cuando tengas las piernas mas largas vas a poder llegar así de rápido, por ahora te vas a tardar mas pero espero hayas puesto atención al camino por si deseas regresar- volvió la vista a Rosse y de su alforja sacó la cantimplora con agua, ofreciendola por si la dama se había agitado.

El castaño tenia muy pocas hojas y ningún fruto, el frió aun no cedía pero la templanza de aquella zona había permitido al árbol empezar a crecer algunas hojas que el cachorro podría tomar fácilmente, Niku le dejó bajar para que comenzara entonces con su exploración. Las tan esperadas hojas del castaño esperaban ser capturadas para ser añadidas a la colección de Roma.

-Hnmm... Aun hace mucho frió como para que el árbol de castañas, pero recuerdo haber visto un lugar donde las vendían en el mercado. Sería buena idea pasar a comprar algunas para prepararlas- para él era tan fácil proponer ir y venir por toda la ciudadela, tenia muy buena resistencia y podía caminar por días enteros cargando mucho peso.

Viajar en león era de lo mejor. Muy veloz y todo alto, podía ver más lejos y se sentía seguro ahí arriba. Era como viajar con su padre, que también solía subirlo de aquella manera. Apartó la melancolía para sonreir, era bueno recordar cosas que había hecho con sus padres, no quería ponerse triste ese día. Ya era un cachorro grande y debía ser más adulto, dejar cosas en el pasado y ser valiente. Igual agradeció mucho cuando los castaños ya estaban a la vista. Los enormes árboles eran una distracción bienvenida sobre los hombros del adulto.

- Son árboles muy bonitos, no sabía que se llamaban castaños. Recordaré como llegar- posiblemente los había visto antes en sus acampadas en el bosque, pero ni forma de saberlo. Lo que si sabía era que el árbol era muy escalable.

Demasiado escalable. El cachorro se irguió interesado. El necesitaba subir y recolectar las mejores hojas allá arriba. Sin más aviso saltó sobre el tronco, aferrándose con habilidad y trepando, era un chiquillo ágil y poco a poco subió más y más. - ¡Wooaaa! desde acá puedo ver todo- se balanceó como una ardilla en la rama. Una delgada rama.

Por poco a Rosse le entraba un poco de miedo al ver que Roma saltaba hacia la una rama sin saber si podia aguantar el peso del infante pero no paso nada grave, sus fuertes ramas aguantaba todo. - Ten cuidado por donde caminas quieres por favor- Por si las mosca le sugirió con precaución con una pequeña sonrisa. Volteó su rostro hacia Niku. Sentia satisfacción de que estuviera de acuerdo con ella. Roma necesitaba conocer un poco más allá de su casa y conocer los alrededores de la ciudadela, bajo el cuidado de un tutor o tutora...pero le preocupa del oficio..¿Un empleo para un cachorro pequeño? No...le daba una nostalgia de tristeza, poner trabajar a alguien como la edad de Roma no era un asunto que había que llevase a la ligera.

- Hay que pensar muy bien Señor Niku..primero hay que conocer cuales son las habilidades que puede hacer Roma para luego escojer cuales serían sus mejores opciones- Le contesto con un aire de seriedad pacifica. No quería entrar conflicto con nadie, ni menos con el felino con quien tanto el pequeño Roma se había encariñado, la seguridad de el era importante.-Tome un pequeño pañuelo que cargo aquí...para que se limpie..puede quedárselo si quiere...consideralo como un pequeño recuerdo de nuestro encuentro.- le respondió después de sacar de su bolso en donde estaban los pasteles dulces un pañuelo color verde como las gramas suaves que decoraban la tierra en el alrededor de su casa para ofreserselo a Niku.

-Muchas gracias- Niku hizo un Namasté a la altura de la frente en señal de respeto y agradecimiento a Rosse, tomando después el pañuelo para frotarse la nariz y aliviar su comezón. Ahora tenia un presente de la kelpie... Sentía ese característico compromiso de honor que los de su estirpe solían tener, pero en realidad no cargaba con algo que pudiera darle a cambio así que se propuso cocinar algo verdaderamente sabroso para corresponder la amabilidad. El chasquido de los murciélagos hizo que se le movieran las orejas, vibrando un poco al tiempo que volvía la vista al árbol, encontrando al cachorro aun entretenido en su aventura.

-Oye! ya tienes hojas de abedul?- Le gritó desde abajo pero algo llamó su atención en el suelo, un pequeño brillo que apenas tintineaba a la luz del día... Se inclino para revisar y escarbó un poco con una garra, los ojos se le iluminaron -Cachorro! Aquí abajo hay algo muy interesante!- en efecto, ahí había una castaña enterrada, seguramente alguna ardilla la habría dejado olvidada antes de comenzar el invierno, como les era costumbre a las olvidadizas criaturas.

Dejó que los murciélagos tuvieran su cueva intacta para cuando volvieran. Tampoco quería meter una pata y toparse con popó de bicho volador, y ahí dentro olía muy fuerte. Soltó otra risita y rascó más el árbol, de aquí para allá, mientras jugaba a ser una ardilla en su árbol. Porque ahora era su árbol. Lanzó un gruñidito posesivo y de advertencia soltó un corto aullido al aire. Era su árbol. Nadie le diría si podía morderlo o no.

¡Mio! frotó su mejilla feliz. Mi árbol.

Y no hubiera bajado en un buen rato. Pero Nikku tuvo que llamarle. No solo eso, además tentó su curiosidad con decir aquello. ¿Qué era eso interesante? Se inclinó desde el tronco del árbol y trató de ver, pero no había caso, de ahí arriba no vería nada. Giró en su sitio antes de lanzarse muy impetuosamente desde el árbol, cayendo en cuclillas como todo buen cachorro, ágil y equilibrado.

-¡Cosa! ¿Qué es? ¿Qué es?- se asomó al montón de tierra y vió una cosa extraña con pinchos. Sus cejitas se alzaron con intriga y usó una mano para moverla un poco. - ¡WOW! es… como la cosa más rara que he visto ¿es una castaña? dijiste que eran como bolitas con pelo, pero se ve rara ¿y eso de dentro? eso café - la giró un poco más y la alzó en una mano rodandola para verla de todas partes.

No era una novedad de que Roma asustara a los murciélagos por estar revisando en los alrededores del árbol aunque se sentía feliz viéndolo gozar de la exploración.Roma se había bajado rápidamente del árbol para descubrir lo que el Niku había descubierto y con los ojitos de cachorro estaba maravillado de la castaña.- ¡¡Esa información bastante interesante..quisiera probarlo con algún receta pronto!! contesto Rosse imaginando los numerosos platillos que se podría combinar con la castaña, pero cuando el felino mencionó de que si tenian hambre, el tema de la cocina ya le había despertado su apetito.-Yo si tengo..y bueno..podemos preparar algo rico para variar..en mi cesta creo que tengo algunas bebidas guardadas....tengo chocolate y vino recién traído de los plantíos-

Se había olvidado que en medio de ese día un señor por el mercado andaba vendiendo los jugos y como nunca había tomado una bebida como el vino, era la oportunidad de tomar algo nuevo, y claro si no le gustaba, al menos la bebida chocolateada le redimiría lo perdido por su compra.- ¿Que esperamos? Mejor nos vamos antes que nos caiga la noche encima- comento prudentemente la kelpie con una mirada preocupante al felino.