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Post by Deleted on Apr 26, 2017 0:56:49 GMT
La sirena aprovechó el viaje que había hecho a la superficie para dar un pequeño paseo por los alrededores y buscar unos cuantos de esos deliciosos Mangos que sólo la tierra firme le podían brindar. Así que Ondine caminaba por la calle sintiéndose libre y talentosa en el arte de caminar, dado que en sus primeros pasos se había hecho daño en la rodilla y ahora hasta podía correr.
[Mangos... ¿Donde hay mangos?] Se preguntaba una y otra vez mientras veía puesto por puesto la mercancía que éstos ofrecían. Unos tenían frutos diferentes, incluso habían panaderías que desprendían un aroma delicioso. Pero Ondine estaba decidida a cumplir su capricho, por lo que por más llamativos que fueran los puestos no llegaba a pararse a ninguno. [Quizá no es temporada... ¿Debería volver a casa así sin más?] Se preguntó al llegar al que parecía ser el último puesto, teniendo una expresión totalmente neutral pero unos ojos llenos de decepción. La verdad es que sería una pena irse así sin más, pero se estaba haciendo tarde y el estar rodeada de tanta gente le daba cierta incomodidad.
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Post by Laia Bloodwalk on Apr 26, 2017 1:11:53 GMT
Andaba por el mercado en busca del algún otro trabajo, todavía faltaban dias para tener lista su espada por lo que, le inquietaba quedarse quieta tanto tiempo, en los plantíos siempre había algo que hacer, no podía evitarlo, se había acostumbrado a esa vida. Caminaba por entre los puestos de mercado viendo las cosas que vendían cada uno, algunos mercaderes se le acercaban creyendo que por ser una elfo estaría interesada en joyas y telas finas, Laia simplemente alzaba una mano y la movia despacio indicando que no quería nada de ello.
Pronto notó entre la multitud a una chica pálida y de apareciencia frágil, había aprendido a no juzgar por las apariencias pero el gesto que llevaba le hizo dar algo de lástima -eh te encuentras bien? -preguntó una vez se acercó a la joven, trató de no hablar alto para no sorprenderla, manteniéndo una sonrisa suave en sus labios, podía verse seria la mayoria del tiempo pero eso no le quitaba que de vez en cuando tuviera sus momentos para ser buena persona.
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Post by Deleted on Apr 26, 2017 1:37:46 GMT
Al escuchar la suave voz que la había llamado, Ondine reaccionó y volteó a ver a aquella persona, la cual no parecía que le fuera a hacer daño o algo parecido, por lo que no se preocupó mucho y sólo asintió con la cabeza. - Y-Yo sólo... Buscaba algo... No se preocupe... - Murmuró en un tono algo inaudible, bajando la mirada al hacerlo.
Como era de esperarse, Ondine comenzó a ponerse nerviosa debido a que no era muy común el hablar con alguien que no fuera un pez o un animal pequeño. [Quizá ella pueda ayudarme...] Pensó seriamente unos segundos, por lo que su timidez eso no le impidió levantar una de sus manos hacia la chica para intentar al menos saludar como es debido, ya que el ser tímida no significaba que fuera una maleducada (Y realmente deseaba esos Mangos). - Gr-Gracias por preocuparse por mi... M-Mi nombre es Ondine... ¿Puedo saber el s-suyo? - Dijo en un tono un poco más alto, tratando de sonreír al mirar a la desconocida a los ojos.
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Post by Laia Bloodwalk on Apr 26, 2017 2:09:09 GMT
Casi podía asegurar que de no ser por su buen oido no habría escuchado las palabras de la joven, alzó las cejas al verla estirar la mano para saludar y ante aquella muestra de educación, respondió de igual forma -Laia, un gusto -dijo de manera cálida agitando la mano de la chica, aunque no lo hacía a proposito su agarre era un poco fuerte debido a la costumbre de manejar la espada -y dime Ondine, ¿que andas buscando? -dijo al terminar el saludo, soltándo su mano - si te quedas en medio del camino algún orco terminará llevándote por delante -ensanchó su sonrisa mostrándo parte de sus dientes, el comentario le habia causado gracia sin pensar que tal vez podía asustarla, la pobre había perdido algunos toques de delicadeza con los años.
OOC: me causa curiosidad, cuanto mide Ondine? es que me la imagino pequeña >w< y Laia mide 1.76 :3
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Post by Deleted on Apr 26, 2017 2:45:07 GMT
Al notar como la chica le tomó la mano de forma tan dura cuando ella apenas y hacía fuerzas, sonrió de una forma algo incómoda pero divertida a la vez ya que eso le hizo dar cuenta de que tal vez estaba siendo muy blanda y bueno... Esa chica no era un pez al cual podía lastimar al primer toque. Además de que como mencionó, prefería eso a que la arrastrará un orco.
- A-Ah... He venido en búsqueda de Mangos, pero no veo ninguno... ¿Q-Quizá no sea su temporada? - Dijo mientras echó otra mirada a los puestos, pero nada... Estaba lleno de otras frutas que sí que le daban curiosidad a la pequeña Ondine, pero su objetivo principal eran sus amados Mangos, los cuales siempre eran dulces y le traían a la mente buenos recuerdos... Quizá por eso es que los anhelaba tanto. - S-Si es que no hay, creo que probaré algo más... - Dijo de forma decidida mientras que se asintió a sí misma, cerrando sus ojos al hacerlo.
(OOC: Es pequeñita cuando tiene piernas de hecho ;33 Mide como 1.57 en ésa forma, pero cuando está en su forma natural en el agua es más "larga" por sus tentáculos. UwU)
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Post by Laia Bloodwalk on Apr 27, 2017 0:25:20 GMT
-mangos? -repitió cn curiosidad -mmm no eres de aqui verdad? -preguntó por descárte, solo alguien de que no fuera de la ciudad tendría un objetivo tan... sencillo. Resopló con gracia y giró la vista hacia los puestos del mercado -no lo se- respondió con simpleza y regresó la vista a la chica -porque no preguntamos? -mostrando iniciativa, caminó hacia unos de los puestos poniendo una mano en la mesa para llamar la atención del vendedor -eh de casualidad vendes mangos? -mangos? -repitió por inercia el sujeto barrigón -no, están escasos, todavía no es temporada de cosecha Laia frunció la boca -mm que lástima, gracias entonces -dijo terminando la conversación con el mercader y regresó su atención a la chica, guardando silencio sin saber que decir, se mostró pensativa y después de unos segundos se le ocurrió una idea -!... creo que ya se donde podemos conseguir unos, sigueme -porque la ayudaba? era algo demasiado sencillo pero precisamente por eso, porque no habría de hacerlo?, emprendió camino dando zancadas largas, acostumbrada a su propia velocidad, simplemente esperaba que la chica se mantuviera tras ella.
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Post by Deleted on Apr 27, 2017 20:48:20 GMT
- L-La verdad es que no... Yo vivo en... En Aqualia. - Murmuró cuando la chica inesperadamente se giró a los puestos. ¿Será que iba a ayudarle? ¿Los dioses de la bondad la habían escuchado? - ¿P-Preguntar? - Respondió a la joven en un tono algo sorprendido, ya que ella a decir verdad nunca había preguntado por algo que no estuviera a la vista. Para ella, las compras eran más como: Llegar, tomar las cosas, pagarlas y dar una pequeña reverencia al vendedor. Simple, sencillo... Sin palabras.
Cuando la sirena vio que Laia mostró la iniciativa y hasta había preguntado en su lugar, Ondine sintió cierta admiración... ¿Cómo es que no le daba vergüenza? Tendría que aprender unas cuantas cosas de ella aprovechando que ya se habían vuelto conocidas. Al oír que se había dirigido nuevamente a ella y al ver que comenzó a caminar a un paso que a decir verdad para Ondine era algo rápido, comenzó a trotar para alcanzarla. - ¿A donde vamos? - Dijo cuando por fin logró llegar a su lado, aún caminando a un paso rápido para poder seguirle el ritmo.
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Post by Laia Bloodwalk on Apr 29, 2017 19:11:54 GMT
-Aqualia? -preguntó en susurro alzando las cejas con una creciente fascinación teniendo que pasar saliva para no emocionarse de más, miró a los lados con algo de sospecha, la chica lucía algo debil y que fuera de aqualia la convertía en un objetivo fácil, no tenía duda en que había tontos que creian que todos los habitantes de aqualia eran capaces de construir cosas, por lo que lo mejor era mantenerse en bajo perfil, por suerte la pequeña no hablaba con suficiente fuerza o más de lo necesario -no está tan lejos -comentó con ironia, claramente estaba lejos, ¿en serio habia venido desde aqualia por unos mangos? bueno, tenía que reconocerlo, la chica tenía determinación. Miró a la chica de reojo cuando logró alcanzarla en el camino, sonrió sutilmente -tengo un.. conocido que siempre tiene de todo, si los mangos están escasos, estoy segura de que el tiene unos cuantos -respondió continuando el paso, voltearon en una esquina y luego entraron a un pequeño callejón solitario y húmedo a mitad de calle, se detuvieron frente a una puerta con unos pequeños escalones, Laia tocó la puerta con algo de fuerza y miró a la joven sonriendo una vez más, pronto desde adentro empezaron a escucharse pasos, ruidos de cosas y los refunfuños de alguien acercándose y abriendo la puerta -quien es?! -preguntó con voz ronca, era un goblin gruñón, arrugó las cejas viendo a Laia y luego a Ondine, la habitación tras él estaba llena de cosas, cajas, armas y unos que otros cachibaches -que quieres? -preguntó el pequeño hombre verde claramente desinteresado en cordialidades - También me alegra verte Grom- dijo Laia con una expresión neutra, no muy sorprendida por la actitud del goblin -necesito unos cuantos mangos y creo que tu tienes unos cuantos-y que si los tengo? -torció la boca chasqueando la lengua -que me darás a cambio? a esta pequeña? -alzó las orejas hacía Ondine con interés -creí que no estabas de acuerdo con el intercambio de arcanosLaia frunció el ceño -no digas tonterias, se que quieres algo pero ahora mismo no tengo mucho para ofrecerte-entonces pierdete, Grom no hace caridades -el goblin se dio media vuelta empezando a cerrar la puerta. OOC: Ondine puede interactuar con el goblin si gustas o solo hacer una reacción a lo que está sucediendo
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Post by Deleted on Apr 29, 2017 23:13:58 GMT
Al escuchar aquel comentario esperanzador, Ondine sonrió bastante (Cosa bastante inusual) y juntó sus manos como agradeciendo al cielo. - O-Ojalá que los tenga... Hace mucho que no pruebo ni uno. - Dijo sinceramente, pues la última vez que ella recordaba haber comido dicha delicia ella tenía el cabello corto, y ahora le llegaba un poco más abajo de los muslos.
Cuando vio el camino por el cual la estaba llevando aquella chica, sintió un escalofrío recorriendo su columna debido al aspecto abandonado y a su parecer tétrico del lugar. ¿Acaso la estaba llevando directo a una trampa? ¿La iba a vender como pescado fresco e iba a ser consumida? Pero las medusas no se comen... ¿Debería comenzar a correr para salvar su vida? Sólo pudo pensar mientras veía como su acompañante tocaba aquella puerta y le sonreía. Aquella sonrisa no parecía de alguien que la fuera a vender como un rollo de atún, por lo que a pesar de estar un poco asustada permaneció en su lugar.
Al percatarse de que un goblin que no parecía muy amable abrió la puerta y las miró de aquella manera, Ondine se sintió muy intimidada por lo cual sólo pudo bajar la mirada y voltear a otra parte... ¿Aquel era el "guardián de los mangos"? De alguna manera Ondine se sintió como en aquel cuento que le contó Zack una vez, donde alguien tenía que resolver un acertijo para poder pasar un puente, lo cual le causó bastante gracia, por lo cual sonrió apenas notablemente. "¿Qué me darás a cambio, a esa pequeña?" sólo pudo escuchar en medio de sus pensamientos, por lo cual volvió de golpe a la realidad y volteó de forma horrorizada a ver al goblin. ¡¿Entonces sí la iban a vender como mariscos?! No, Laia parecía estar desagradada por esa respuesta, por lo cual Ondine se animó a acercarse a ella y esconderse a sus espaldas para ocultarse del goblin, el cual la estaba viendo de manera perturbadora y extraña. [S-Soy pequeña pero sé defenderme...] Pensó brevemente mientras que unos "listones" que tenía en su vestido comenzaron a moverse como si tuvieran vida propia y se asomaron por detrás de la espalda de Ondine, apuntando hacia el Goblin por mera precaución, pero aún escuchando la negociación. "No hago caridades", escuchó decir al goblin. Al parecer Laia no había tenido suerte con los mangos ya que no tenía nada que ofrecer, pero al fin y al cabo ella sólo había ido a ayudar, por lo que Ondine se animó a salir de su escondite después de haber buscado algo en sus bolsillos, mostrandole al goblin unas cuantas perlas grandes y brillantes antes de que cerrara la puerta completamente. - ¿T-Tal vez le interese ésto? - Dijo al goblin con miedo, pero el miedo era poco en comparación al deseo de mangos que tenía. - U-Un mango por perla, son 7 perlas... ¿Q-Qué le parece? -
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Post by Laia Bloodwalk on Apr 30, 2017 5:53:29 GMT
Podía sentir la inseguridad de la joven, decidió dejar que ella misma enfrentara la situación, de todas formas no iba a dejar que nada malo le pasara, la miró por sobre el hombro cuando esta se escondió detrás suyo, notando aquellos listones practicamente listos para atacar, Laia no fue la única en notarlo a lo que el goblin simplemente susurró ante la negación de la albina -una lástima...- ahora tenía más curiosidad por la pequeña. La mente de Laia empezó a trabajar super rápido en cuanto Grom se dio la vuelta para retirarse, no quería defraudar a la chica, estaba por hablar cuando de pronto Ondine tomó la palabra, la atención de ambos fue a parar a la joven, Grom dio media vuelta hacia ellas y salió del umbral de la puerta, bajando las escalerillas para quedar frente a ella, siendo claramente el más pequeño de los tres, achicó los ojos viendo las perlas en las manos de la chica, tomándo una sin permiso para observarla con cuidado, sin decir una palabra, sacó de uno de los bolsillos del delantal que traia, una lentilla que usó para corroborar la calidad de la gema, abrió los ojos al darse cuenta de que si era real, reconociéndo el origen poco despues -de donde sacaste estas perlas, muchacha? acaso son de... -eso no importa -interrumpió Laia -te parece un trato o no? -preguntó cortante no queriendo que el embustero sujeto indagara mucho en la chica Grom sonrió con malicia -me parece que es un trato -inclinó la cabeza siguiendo una cordialidad hipocrita, tomando las perlas y girándose hacia la puerta -esperen aquí- dijo antes de entrar a la habitación saliendo de la vista de ambas. Laia se cruzó de brazos mientras esperaban, no pudiendo evitar preguntarle a Ondine, girándo el rostro un poco hacía ella para verla bien -de que eran esas perlas? eran importantes?
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Post by Deleted on Apr 30, 2017 20:18:53 GMT
Después de que el goblin se llevará sus perlas, Ondine dio un suspiro realmente aliviado y esperanzado... Al fin iba a tener lo que quería... Todo el viaje había válido la pena, pensó. Pero igual algo se sentía como si no estuviera bien, sobretodo por la manera en que había sonreído aquel goblin. Mejor andarse con precaución.
Al escuchar las palabras de su compañera, Ondine volteó y negó con la cabeza. -A-A veces salgo a explorar el mar y encuentro cosas m-muy bonitas.- Respondió con una sonrisilla en su rostro. - Esas perlas las e-encontré cuando venía de c-camino...- Admitió.
Después de decir aquello volteó hacia la puerta, esperando con anhelo su preciada compra.
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Post by Laia Bloodwalk on May 1, 2017 4:39:53 GMT
Permaneció serena mientras la pequeña le explicaba el origen de las perlas, desvió la vista hacia el interior de la puerta -ya veo- respondió de manera vaga, parecía que la chica ignoraba por completo el verdadero precio de tales gemas, por ello era que el goblin había sonreido victorioso, y como no? tal intercambio por unos simples mangos, el muy infeliz debía sentirse satisfecho por abusar de la ingenuidad de Ondine, torció la boca molesta ante la idea, achicó los ojos y caminó subiendo las escalerillas, entrando al edificio -esperame aquí ya regreso -le anunció a la pequeña en lo que cerraba la puerta, dejándola sola.
Pasaron algunos minutos en los que varios ruidos secos provinieron del interior y luego hubo silencio. De pronto la puerta se abrió y Laia salió del lugar sosteniendo una bolsa grande llena de mangos, pero no había señales del goblin. Cerró la puerta y se acercó a Ondine preguntando con normalidad y una ligera sonrisa llena de confianza -ya está, nos vamos?
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Post by Deleted on May 1, 2017 5:04:38 GMT
- ¿Eh? Oh, e-está bien, la esperaré.- Sólo pudo responder cuando vio que la chica ya se estaba adentrando a aquella bodega.
La pequeña medusa esperó pacientemente cuando Laia había entrado a aquel lugar, pero sinceramente se preguntaba el por qué de aquellos ruidos extraños y también del por qué no se escuchaba que nadie hablara... ¿De casualidad ella también quería comprar algo? ¿O es que estaban jugando un juego de manos? Sus preguntas nunca fueron respondidas, pero al menos su acompañante ya había salido y traía con ella la preciada mercancía. - ¡OH! ¡LOS CONSEGUISTE! - Aplaudió la pequeña Ondine mientras daba unos cuantos saltos de felicidad, los cuales pararon un poco después. - ¿Qué pasó con el señor? - Dijo refiriéndose al goblin... Era raro que no hubiese salido a entregarle los mangos personalmente.
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Post by Laia Bloodwalk on Jun 13, 2017 6:29:39 GMT
Sonrió victoriosa moviendo la bolsa en sus manos, eran muchos más de los que la chica habia pedido en un principio!, ante la pregunta borró su sonrisa por un momento y luego la recuperó junto con su aire de confianza -tu tranquila, pensé que necesitaria ayuda, dijo que eramos muy amables y por ello nos regalaría unos cuantos mangos mas -evidentemente no era cierto, aunque tampoco había hecho nada del otro mundo, sabía que los chantajes no funcionaban con ese goblin gruñón, poco le importaba su reputación pero había algo que si tenía y eso era ser avaricioso, solo la había propuesto un trato; ella le llevaría unos cuantos ingredientes de su proximo viaje a cambio de aquellos mangos, asi Ondine no sería estafada ni tampoco se sentiría culpable de alguna forma por su decisión... todos felices!... bueno, quizás había dejado de lado el hecho de que para llegar al acuerdo había terminado por amarrar al goblin a un barril de vino, ya aparecería alguien para soltarlo si es que el mismo no lo hacía primero.
Avanzaron saliendo del mercado, acercándose a una bancas que habian cerca de una pequeña fuente, dejó la bolsa a un costado y tomó dos mangos de ella, sin esperar a que la joven la siguiera se acercó a la fuente y lavó ambos frutos, regresando a la banca donde tomó su lugar -espero no te moleste -sonrió de medio lado mirándo a la chica, moviéndo uno de los mangos en su mano, tomaría uno para ella pero tampoco quería ser tan descortés. Tomó entonces su daga y en pocos segundos cortó en rodajas ambos mangos sin separarlos del hueso para que pudieran comer con tranquilidad sin ocuparse demasiado las manos -oye Ondine, tengo una curiosidad.... ¿cuantos años tienes?
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Post by Deleted on Jun 15, 2017 2:17:02 GMT
- ¿De verdad dijo eso? ¡Al parecer no era tan malo como se veía! - Una vez más la vida le había dado una lección: "No juzgues por las apariencias ni por las intenciones malvadas que de vez en cuando muestra la gente, porque al final pueden ser buenas personas." Sería realmente una pena que aquella lección fuese producto de una escena manipulada...
Con una felicidad realmente notable, la sirena siguió a Laia dando un par de saltitos que la hicieron ver cual niña pequeña siguiendo a su madre hasta que llegaron a unas bancas. Ondine no dudó en sentarse y vio como su acompañante tomaba dos mangos, lo cual no le molestó en lo absoluto y simplemente se dignó a asentir con su cabeza mientras comenzó balancear sus pies al mismo tiempo que tarareaba una canción en lo que la elfa lavaba y preparaba los mangos, ofreciendole uno cuando terminó. - ¡Oh! Gracias, eres muy amable. - Tomó el mango entre sus manos y rápidamente lo acercó a su boca, pues el jugo que salía de los cortes se estaba derramando y no quería desperdiciarlo. - Uhm... ¿Mi edad? - Dijo la pequeña sirena mientras levantó la mirada y se quedó unos segundos en silencio, pensando. - ¡Tengo 234 años! ¿Puedo saber tu edad también? - Respondió con una gran sonrisa en su rostro. Al parecer la medusa ya estaba entrando en confianza, pues no había tartamudeado más e incluso se animó a hablar en voz alta... Vaya, esa elfa al parecer sí que le cayó bien.
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