Lumina
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Post by Lumina on Jan 8, 2018 9:16:45 GMT
Respiro profundo mientras se dejaba caer con gracia hacia el suelo, sus pies tocaron suavemente la tierra de aquel lugar y sus alas en un suave destello de luz desaparecieron cual lluvia, habían pasado demasiadas cosas, subida y bajada, se había sentido como un vuelo descontrolado, como las primeras veces que se volaba contra el fuerte viento y se perdía el control, con la sensación de vacío en el estómago, la sensación de estrellarse; Apretó suavemente aquel paquete que estaba entre sus manos, se sentía un poco nerviosa, estar allí era quizás un error pero necesitaba verlo, necesitaba saber que estaba bien y necesitaba hablarle, quizás confesarle que extrañaba hablar, solo saber que él estaba bien la calmaría, aquel vampiro tan educado no tenía ni por asomo la costumbre de abandonar una conversación a medias, había prometido hablar después, pidiéndole un par de horas… horas que se convirtieron en días y los días en semanas, pero no quería dejar pasar más tiempo. Camino a paso lento hasta la puerta, aquella enorme edificación sin duda cautivaba a cualquiera, era sencillamente hermoso, todo en Reapergate parecía tener esa mezcla entre lo siniestro y lo elegante, lo imponente, sonrió, quizás algún día le pediría permiso al vástago para poder dibujarlo y anotarlo en su diario, quizás incluso se atrevería a mostrarle aquel objeto tan preciado a Jago Santori
Las puertas estaban finalmente frente a ella, las admiro con detalle en silencio y respirando nuevamente acerco la mano para tocar, no muy fuerte, había notado que el vampiro no reaccionaba cómodamente a los sonidos altos, una vez alejo la mano miro sus ropas, había cambiado su típico conjunto de viaje por algo un poco más acorde a la ocasión, algo un poco más oscuro para entonar con el ambiente, aunque no sabía si todos ellos amaban los colores oscuros o solo reflejaban su tristeza a través de estos, podría intentar preguntarle a Jago, pero eso sería después, debía asegurarse de no ofenderlo, eso era lo que menos quería. Incluso ella se sorprendía de lo unido y lo importante que el Santori se había vuelto para ella, desde aquella noche en el cementerio, con cada encuentro el hombre se acercaba más a su rota alma, y a pesar de todos sus miedos, de todas aquellas voces que gritaban él lograba darle una paz que no sentía normalmente, quizás era esa aura de tranquilidad, de comprensión que emitía Jago a su percepción… Quería… Quería contarle aquello, aquel hecho que había destrozado su ser, quería confesarle aquella pequeña mentira sobre ese libro que encontraron, quería hablar de tantas cosas y a la vez no podía, no salían simplemente palabras de su boca
“Tiempo” Eso era lo que necesitaba, tenía el presentimiento de que con el tiempo podría hablar más, podría tener el valor de simplemente confesar sus temores, sus historias, mostrar sus demonios escondidos debajo de sus alas, pero si no cuidaba su amistad seguramente ni el tiempo le permitiría fortalecerse a sí misma, bajo la mirada hasta su muñeca, aquel trozo de tela se asomaba, lo conservaba con cariño, arreglo la manga de su traje para cubrirlo, no sabía muy bien que era lo que Jago sentía ante esa marca en su muñeca, marca que aun después de todo ese tiempo seguía presente en su pálida piel, como si estuviera recién hecha, bajo la mirada, recordaba aquel incidente y el golpe que le había propiciado a su amigo en medio de una de sus alucinaciones, recuerdos ¿sueños? No lo sabía, pero si lamentaba mucho aquel hecho; Movió la cabeza para salir de su ensoñación, debía concentrarse, apretó nuevamente el paquete, esperaba que aquel presente le gustara, cuando abriera la puerta… Si es que el venía a abrirla ¿Y si estaba comiendo? No, había calculado el tiempo, no era ni muy temprano ni muy tarde, pero ya no era hora de almorzar, en su conocimiento al menos… Pero no estaba segura, esperaba no importunarlo
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Post by Deleted on Jan 9, 2018 5:19:06 GMT
Las semanas habían pasado, y no había mejor palabra que describiera el estado de la mansión Santori como el silencio. Y no eran de esos que llevaban consigo tranquilidad al ambiente, no, era un silencio que helaba la sangre de los más débiles, uno que creaba una inmensa tensión sobre los hombros de cualquiera, uno que te obligaba a indagar en lo más profundo de tu ser, haciéndote toparte con aquellas imágenes que simplemente querrías borrar de tu memoria. El silencio de la mansión Santori era un arma de doble fijo sumamente mortal, tanto así que hasta el mismo Izark se veía afectado.
Sentado con el rostro entre sus manos en medio de su oficina, la imagen de Jago no abandonaba su mente por más que intentara no pensar en ello. Era un momento sumamente extraño para el vástago, no tenía absolutamente nada que hacer, sus papeles estaban en orden, todos los convenios estaban al día, todo parecía tener un orden demasiado estricto, todo menos su mente. La idea de salir a cazar no era mala, debía despejar su mente, mantenerse ocupado para evitar que sus malos recuerdos le consumieran la inmortalidad, debía hacer algo inmediatamente.
Debido a lo silencioso del lugar, los golpes de la puerta principal hicieron eco dentro de la mansión, llegando a oídos de la persona correcta. Los segundos pasaron y la puerta se abrió, dejando ver a una mujer alta, de piel oscura, mirada seria y vestida de manera formal. -¿Se te ofrece algo?- pregunto un tanto tosca la dama, mirando a la contraria de pies a cabeza, examinándola completamente sin siquiera disimular.
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Post by Lumina on Jan 9, 2018 5:47:09 GMT
El sonido de la puerta abriéndose la saco de su momentánea divagación, su cuerpo corrigió automáticamente su postura, parándose erguida y dejando ver aquella característica altura de la mujer de cabellos blancos, demasiado alta, pero la puerta seguía siendo más alta que ella, ahora que lo pensaba Jago era casi de su misma altura, unos centímetros más alto nada más, seguramente si se ponía zapatos más altos lo alcanzaría sin problemas, una mujer de piel oscura fue quien la recibió su voz se notaba seria, tosca, quizás si había interrumpido algo, eso deducía Lumina por su forma de actuar, o quizás solo estaba mal interpretando, no era momento para eso; Una sonrisa cálida afloro de los labios oscuros del ángel mientras aquellas pupilas blancas buscaban las ajenas – buenas tardes – Saludo con voz melodiosa – Mi nombre es Lumina – Se presentó, inclinando ligeramente la cabeza, más que nada un movimiento educado y de respeto, no le molestaba para nada aquella mirada escrupulosa sobre su cuerpo, le era realmente indiferente, comprendía que con la situación actual de la isla no se pudiese confiar de cualquiera, quizás esto último explicaba aquel silencio sepulcral que había captado la atención de la mujer adulta en cuanto la puerta se abrió –Quisiera hablar con el señor Jago, por favor – Pidió amablemente mientras acomodaba nuevamente aquel rectangular paquete entre sus manos, las cuales estaban frente a ella
Recordaba en aquellas charlas nocturnas durante su aventura hablar sobre niños, niños pequeños, y los pequeños retoños inevitablemente hacían ruido, aun si fuera mínimo, un cuchicheo, incluso si los pequeños no se encontraban debería sentirse un mínimo cuchicheo de la servidumbre, la vida normal de un hogar, el suelo resonando, la plática, cualquier cosa… Pero solo habia silencio, y más que el silencio, sentía algo diferente, no sabía explicarlo, sentía… tensión, con solo ver aquel interior desenfocado detrás de la mujer lo había sentido, como si hubiera alguna preocupación en el ambiente ¿Seria por los conflictos en la isla? Recordaba el mensaje de Jago luego de faltar a su encuentro, una reunión prometida luego de retornar a sus hogares después de su aventura en la nieve, las restricciones y la preocupación del padre de su amigo ¿Habría pasado algo? Si era así no dudaría ni un segundo en ofrecer su ayuda, aunque era probable que fuera rechazada, Jago le importaba, lo apreciaba, lo quería y el protegerlo la llenaba de determinación, protegería a su amigo sin dudarlo, aun si el vampiro se negaba, tal como la primera vez que se conocieron y entraron en aquel mausoleo
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Post by Deleted on Jan 9, 2018 7:22:05 GMT
Ante las palabras de la contraria, el cuerpo de la dama se tensó bajo su ropa y de no haber sido por su rudeza y disciplina habría dibujado una expresión de pánico en su rostro. Pero no ocurrió, se mantuvo seria y serena, apenas mostrando micro expresiones en su rostro, como un pequeño espasmo en sus labios y ojos, nada que la chica frente a ella pudiera notar. Después de un par de segundos de completo silencio, la puerta se abrió aún más y la mujer se hizo a un lado dejando pasar a la arconte.
-Sígueme- dicho eso, la mujer comenzó a caminar en línea recta hasta unas largas escaleras al fondo del pasillo que conducía a otro pasillo más largo. Aquel corredor tenía puertas a cada 3 metros de distancia y a ambos lados, pero la verdaderamente importante, era una al final del corredor. una puerta un tanto más pequeña que la principal, del otro lado, la oficina del líder Santori.
Nirka se detuvo frente a aquella puerta, dándose media vuelta e indicándole a la contraria que se detuviera y la esperara con un simple movimiento de manos. Toco un par de veces el contorno de la madera y sin esperar respuesta entró, cerrando la puerta detrás suyo. Izark frunció el ceño al ver entrar a la mujer tan repentinamente, estaba parado justo delante de su escritorio, con un largo trozo de tela sobre el mismo que contenía unas cuantas dagas de plata.
Por fin, Nirka pudo mostrar aquella mirada preocupada que tanto se había estado guardando –Señor, tiene visitas- entrelazo los dedos de sus manos, parándose a unos cuantos metros del hombre, sumamente erguida y con la mirada fija en él. –Voy a salir de caza- dijo mientras tomaba una de las dagas y la inspeccionaba minuciosamente –Despacha a quien quiera que sea, no estoy del mejor humor para recibir a nadie- hablo sin voltear a verla, dejando la daga sobre aquella tela, la enrollo lentamente y se la llevo hacia los pliegues de su ropa. –Señor, buscan a Jago- la mujer tragó saliva, tensandose aún más y bajando la mirada.
Izark se paralizo por un momento, sus cejas se alzaron ante el movimiento repentino de sus ojos y, de forma sumamente lenta, se dio la vuelta -¿Quién?- dijo serio mirando a la mujer. –Es una chica de pelo blanco- no podía ni verlo a los ojos, estaba demasiado nerviosa. El vástago suspiro pesadamente, con pasos sumamente lentos llegó hasta la silla detrás de su escritorio y se sentó en ella, posando sus codos sobre el mueble y entrelazando los dedos –Déjala entrar- dijo manteniendo la vista fija en la puerta.
Nirka asintió rápidamente, se dio media vuelta, dio un largo respiro y volvió a su semblante serio. Abrió la puerta, topándose con la chica y, sosteniendo la puerta con una de sus manos, extendió la otra hacia adentro del cuarto –Adelante- dijo con voz suave.
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Post by Lumina on Jan 10, 2018 5:24:14 GMT
Obedeció sin rechistar, sonriendo un poco más relajada, mas no tranquila, al entrar y sentir la puerta cerrarse aquella tensión se acercó a su cuerpo, intentaba quitar esas ideas de su cabeza, no quería suponer cosas, quizás el ambiente normal de aquel hogar era así y ella estaba juzgando de mala forma. Analizo aquellas paredes, aquel largo pasillo mientras seguía a la mujer a paso firme pero conservando una distancia respetuosa, alzo la mirada, viendo el techo, luego las paredes, el piso, las decoraciones, la estructura en general, abrió ligeramente su boca, sorprendida y maravillada de aquella arquitectura, los pequeños detalles que tenía esa casa contaban sin duda un centenar de historias, historias que esperaba poder preguntarle a su amigo después, estaba segura que un recorrido por aquel hermoso lugar
Las escaleras aparecieron frente a ella, el camino cambio, aunque quisiera seguir recorriendo aquel corredor, había algo muchísimo más importante que hacer, sujeto con fuerza aquel paquete envuelto en papel y de forma elegante y suave comenzó a subirlas, admiro el barandal, admiro las luces, admito la madera, realmente todo en aquel lugar le recordaba a Jago, él tenía la esencia de aquel hogar, sonrió de forma suave, debía comentárselo, de seguro tendría mucho de qué hablar sobre eso, siguieron nuevamente por un pasillo con puertas, cada una era hermosa a los ojos de Lumina, sencillamente le gustaban esos detalles y aquella sonrisa en su rostro la delataba, se detuvo, asintiendo y esperando, ordeno sus ropas, las sacudió y las estiro, también ordeno aquella corona dorada que siempre llevaba y miro el paquete, de tanto apretarlo el liso y bonito papel se había arrugado, suspiro, pero al menos lo importante no era la envoltura, era lo que contenía, paso suavemente sus manos por él, intentando quitarle unas cuantas arrugas en vano
Subió la mirada al ver la puerta abrirse, mas esa cálida sonrisa cambio por un gesto de sorpresa y desconcierto, el hombre frente a ella en el escritorio no era Jago, para nada, no necesitaba de mucho tiempo para sospechar de quien podría tratarse, respiro hondo y con un semblante un poco más serio pero no así menos amable y amigable entro en la estancia a paso firme y elegante, estando de pie cerca del escritorio, una distancia prudente y respetuosa, llevo disimuladamente la mano a su manga, tratando de ocultar lo mejor posible aquella tela, no sabía cómo iba a reaccionar aquel hombre, si sabía de aquel acontecimiento, nada, no le había preguntado al vampiro realmente sobre las mordidas, se veía incomodo, a tal punto de que le había regalado su corbata para que cubriera la herida –Buenas tardes- Saludo cortésmente, inclinando un poco la cabeza –Soy Lumina, es un placer… - Se presentó de forma suave, esbozando una sonrisa cálida y maternal, con un semblante pacifico, no se veía realmente preocupada o alterada y aquella esencia de paz que emanaba de la mujer era fuerte
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Post by Deleted on Jan 11, 2018 4:43:05 GMT
Segundos después de salir Nirka del cuarto, una mujer de cabello blanco hizo acto de presencia en la habitación. En el tiempo que ella se llevó caminar hasta quedar frente a él, Izark la examinó detenidamente, sin cambiar en ningún momento su semblante serio. Jamás la había visto, no la conocía ni por asomo y el hecho que de estuviera allí en busca de su hijo lo ponía ligeramente nervioso y molesto. Nervioso por la situación en sí, aquel secreto que no debía ser revelado por nada del mundo, y molesto porque Jago nunca había dicho nada sobre aquella mujer, era una enorme lástima que dejara cabos sueltos tras su sueño.
El vástago asintió ante el saludo cordial de la dama –El placer es mío señorita Lumina- con la palma abierta, señaló una de las sillas que tenía frente al escritorio –Tome asiento por favor- dicho esto y esperando a que la mujer se sentara, soltó un ligero suspiro y la miro fijamente –Mi nombre es Izark Santori, líder del clan Santori- se presentó debidamente –Padre del hombre al que usted busca el día de hoy- quizás estaba siendo muy directo y algo agresivo, pero así era la mayoría del tiempo y no podía evitarlo -¿Puedo saber por qué?-
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Post by Lumina on Jan 11, 2018 5:30:51 GMT
La mujer obedeció, sentándose suavemente en aquella silla, dejando el paquete en su regazo y mirando a su interlocutor, escuchando atentamente su pregunta y guardando silencio por unos instantes, meditando, la actitud del hombre le hacía sospechar, pero no estaba realmente segura, no era que desconfiara, era algo más, recordaba haber escuchado aquellos rumores sobre el líder del clan, un hombre duro de corazón, la mujer miro los ojos, profundos, aquella pupila blanca analizaba los ajenos, sonriendo aun con esa amabilidad notoria –Bueno… vera- No sabía realmente como explicarlo, no deseaba meter en problemas a su amado amigo pero debía ser sincera, en especial con alguien que era tan importante, soltó un casi imperceptible sonido mientras llevaba la mano con la tela hacia su cabeza para ordenar un mechón de cabello que se había desordenado, destapando su rostro– Hace un tiempo que Jago no responde mis mensajes… Y estoy preocupada por el- Comenzó a relatar, no diría demasiado, pero tampoco mentiría, no era la forma de empezar una buena relación de amistad –Tengo muchos deseos de hablar con el después de nuestro viaje – explico en tono suave, tomándose una breve pausa –Nos reencontramos en las montañas nevadas, camino al templo del invierno, luego de eso quedamos de reunirnos para platicar pero el no pudo asistir debido a compromisos familiar, y en verdad extraño conversar con él, su hijo es realmente alguien muy amable y con quien disfruto mucho hablar, lo considero un amigo muy preciado, por si tiene alguna duda de mi relación o intención con el – Su sonrisa creció, comprendía quizás los nervios del hombre, no era tan normal que alguien como ella se presentara así nada más y había escuchado historias de toda clase, ella no estaba interesada en poder ni en fortuna, ella solo quería un amigo, no buscaba nada más del vampiro de hermosos ojos – Una vez dicho esto… ¿Podría decirme que sucede? ¿Es un mal momento? ¿Jago se encuentra bien? - Interrogo, cambiando su semblante a uno más preocupado
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Post by Deleted on Jan 11, 2018 5:57:22 GMT
Escuchó atentamente las palabras de la contraria, ablandando un poco su semblante serio para no parecer tan dominante a la vista ajena. Ante el relato de la dama, no pudo evitar sentirse ligeramente traicionado o engañado, el hecho de estarse enterando apenas de la existencia de aquella mujer y el tipo de relación que tenía con su hijo solo le añadía más peso a sus hombros sobrecargados. Sin embargo, y muy en el fondo, tenía previsto que algo así podría llegar a pasar, Jago era el más “social” de todo el clan, era de esperarse que alguien se percatara de su ausencia y fuera a buscarlo. Si bien en la mente del vástago las posibilidades de que eso pasara eran mínimas, frente a él estaba la prueba de que sus acciones podían tener repercusiones y que su plan no era del todo perfecto.
-Entiendo- dijo el vástago, asintiendo ligeramente y posando sus manos sobre el escritorio –Es una pena estarse enterando de la situación de ambos hasta ahora- desvió su mirada un momento –Él no dijo absolutamente nada sobre usted en ningún momento- regresó su mirada bicolor a la dama –No me gusta dar malas noticias- acerco más su silla al mueble –Tuvimos una pequeña discusión ya hace un par de semanas- recargo su espalda contra la silla y se cruzó de piernas -Desde entonces no ha vuelto a poner un pie en este lugar- su semblante cambio a uno más decaído
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Post by Lumina on Jan 11, 2018 6:43:35 GMT
La boca de la mujer se abrió con sorpresa ante la noticia, los labios negros de la dama y sus cejas alzadas de incredulidad demostraban que aquel sentimiento era real, algo no le cuadraba, las alertas en su mente se dispararon pro completo –Perdón pero… eso es…- su semblante se volvió serio, saliendo de aquella sorpresa, acercando también más su silla, los ojos de la mujer se clavaron directamente en los del hombre –Puedo comprender perfectamente porque Jago no le conto de mí, entiendo sus razones – “Por supuesto que sí” ¿Y cómo contarle? ¿Qué decirle? Las situaciones en las que ambos se habían reunido, las cosas que habían hecho, e incluso la mordida y aquel puñetazo, su reunión en el templo, todas las cosas que habían realizado no serían en definitiva del agrado del líder del clan, mucho menos saber en la situación en la que se habían conocido, antes de meterse a un mausoleo profanado en busca de respuestas, demasiadas cosas – Pero… él lo respeta mucho, sé que lo quiere mucho… El no... no se...- Jamás había visto un rastro de enojo, de ira en el rostro masculino de su amigo, simplemente no le calzaba “Quizás… no lo conozco tanto aun” Aquella posibilidad era latente, la mujer frunció los labios, apretándolos
– Jago no es así…- murmuro contrariada, confundida, no podía simplemente creer algo así – Quizás… le ocurrió algo…- Seguía murmurando, la preocupación y angustia se instauraban en su pecho, se podía ver en el rostro de la mujer, comenzaba a apretar demasiado fuerte el envoltorio, hasta que el sonido del papel rompiéndose la saco de aquella burbuja de teorías, bajo la mirada para verlo, soltando un suspiro – No es normal en el Jago que conozco desaparecer de esta forma… Sé que quizás no es una gran amistad de años pero… Se que el lo respeta y lo ama mucho, a su familia, y no se iria por tanto tiempo asi como si nada… Ni sin avisar, él sabe que puede contar conmigo y mi hogar, tal como el me ofreció asilo la primera vez que nos conocimos- Explico, respirando hondo para calmarse, mirando con cierta tristeza el papel –Algo debió sucederle… comprendo que la situación de la isla es políticamente compleja y a eso se le debe agregar el incremento de ataques nocturnos por parte de las criaturas de ceniza, como les llaman…- Subió la mirada, su mente pensaba en uno y mil escenarios, esperaba alguna pista, cualquier cosa por parte del líder, por parte de aquel padre - ¿Y si esta herido? ¿O necesita ayuda? - Cuestiono, sintiendo su pecho oprimirse
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Post by Deleted on Jan 11, 2018 7:13:18 GMT
-Lo sé- dijo el hombre algo cortante y con aquella voz grave y profunda que le caracterizaba –No pretendo restarle importancia a la relación de ambos, pero conozco muy bien a mi hijo- posó las palmas de sus manos sobre sus escritorio, usándolas como soporte para incorporarse y ponerse de pie –Yo también puedo llegar a entender el por qué no me dijo nada sobre usted señorita- llevo sus manos hasta su espalda baja, escondiéndolas y entrelazándolas –Llevamos décadas juntos, manteniendo el clan a flote, era válido para el tener uno que otro secreto- con pasos sumamente lentos y pesados, comenzó a rodear su escritorio.
-Mi gente y yo llevamos buscándolo desde el segundo día que no llego a casa- se plantó justo a un lado de la mujer, mirándola desde arriba con seriedad –No aparece por ningún lado- suspiró y desvió la mirada –A mi parecer hay dos posibilidades en esta situación- alzo la mirada, contemplando la nada frente a el –Nuestro desacuerdo le afecto bastante y decidió seguir adelante con su vida, lo cual es totalmente valido, llevaba muchos años viviendo bajo mi mando y sombra- la expresión del vástago cambio al decir esto, alzando un poco sus cejas y mostrando una actitud un tanto despreocupada. –O algo verdaderamente malo le paso- su semblante volvió a caer al igual que su mirada, posando sus ojos en la mujer.
El hombre se inclinó ligeramente para quedar a la altura de Lumina y estar ambos cara a cara –Quiero que sepa señorita- se permitió posar su mano en el hombro de la contraria –Que estoy haciendo todo lo posible para encontrar a mi hijo- sus ojos se arrugaron ligeramente, mostrando una mirada preocupada –Si sigue en la isla, voy a dar con el- apretó ligeramente su agarre en el hombro de la mujer, solo para transmitirle algo de seguridad –Si algo malo le paso… el culpable la pagará muy caro, eso se lo aseguro- los ojos del vástago parecieron oscurecerse ante aquellas palabras.
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Post by Lumina on Jan 11, 2018 7:40:42 GMT
La mujer se tensó al sentir aquella mano masculina en su hombro, pesada, miró fijamente a aquel hombre, escuchándolo en silencio, cada palabra parecía darle más peso a su pecho, su corazón se sentía oprimido y pequeño, la angustia la recorría, no creía factible la primera opción, para nada, por ningún motivo, si bien Jago tenía derecho a formar su vida, no empezaría de esa forma, el definitivamente no era esa clase de persona, que abandonaba a los suyos, a los niños, a su familia misma por una discusión, eso solo dejaba la segunda opción como algo casi tangible, la mirada de la mujer se volvió seria y aquellas pupilar blancas parecían centellar, Lumina había tomado una decisión –Señor Santori… Permítame ayudarlo en su búsqueda –Pidió, mirándolo a los ojos con determinación – Sé que no me conoce aún, pero puedo darle mi palabra que seré leal y será mi prioridad encontrarlo, llevo dos años recorriendo esta isla y se cómo viajar por ella – a cada palabra que salía de su boca, la mirada de la mujer se endurecía, aquella actitud propia de una líder, de una guerrera, no podía quedarse de brazos cruzados, no cuando su amigo la necesitaba, no cuando su vida podía estar en riesgo – Por favor…- Pidió, manteniéndole la mirada, esperaba obtener ese permiso, la información que tenían, y aun si no se la daban lo haría de todas maneras, bajo sus propios medios –Fui un soldado hace muchos años, se cómo realizar una búsqueda – Agrego, esperando que con aquello pudiera ofrecerle más al hombre, no le importaba cual fuera el precio, si podía ayudar, si podía rescatarlo y traerlo a casa
-Jago es… realmente importante para mi señor Santori…- Admitió, suavizando un poco su rostro, la tristeza se denotaba, la preocupación y la angustia – No puedo sencillamente quedarme de brazos cruzados cuando existe una gran probabilidad de que él esté en peligro, que su vida esté en riesgo nuevamente…- Apretó su mirada, llevando su mano sobre su muñeca mordida – No puedo abandonar a mi amado amigo así… Debo ayudar… Sé que quizás no pueda comprender por qué yo querría hacer esto peor Jago me ha dado algo muy especial, algo que no había sentido en mucho tiempo y ayudarlo ahora es… quizás… la forma en la que el destino desea que yo devuelva el favor- No mentía, aquel hombre había dado luz a su vida, sus conversaciones, incluso algo de valor, el deseo de vivir, tantas cosas que no podía expresar, recordaba aquel abrazo, aquel consuelo, su paciencia y su perdón, cosas que habían parchado un poco su alma
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Post by Deleted on Jan 12, 2018 6:20:41 GMT
Su semblante se endureció, alejando su mano de la contraria e incorporándose frente a ella, manteniendo su espalda recta y sus brazos escondidos, Izark dio media vuelta y dio un par de pasos hacia el centro de la habitación. La situación se estaba saliendo de sus manos, no esperaba que la mujer se fuera tranquila después de todo lo que le había dicho, pero tampoco esperaba tanta insistencia por su parte. Podía seguir alargando aquella mentira, era demasiado fácil darle por su lado y que ella se uniera a una búsqueda inútil, pero las cosas eventualmente terminarían saliendo mal y eso es lo que menos quería.
-Con todo respeto señorita, no quiero gente externa a mi clan metida en esto- su voz sonaba ruda, decidida y dominante –Tengo una reputación que mantener, y no me refiero a las simples apariencias aristocráticas- camino hasta un par de cortinas que daban a una ventana considerablemente grande –Mirovia pasa por una situación delicada y yo tengo que cuidar de mi clan en todo sentido- sostuvo la tela entre sus manos y las recorrió ligeramente, topándose con la vista de Reapergate del otro lado –No puedo dejar que ellos piensen que somos débiles o sumisos, no puedo permitir que sepa el gran dolor que estamos pasando- soltó las cortinas con cierto asco –Usted mi querida dama ya sabe demasiado- caminó lentamente de regreso a ella –Pero confió ciegamente en que mantendrá la boca cerrada- regreso a su silla detrás del escritorio, sentándose y soltando un enorme suspiro –Llevamos más tiempo del que usted cree en estas tierras, sabemos movernos con los ojos cerrados por los callejones más estrechos y sabemos dónde conseguir lo que queremos a un precio sumamente justo- su mirada seria se plantó en la arconte –Si quieres embarcarte en tu propia búsqueda egoísta, eres totalmente libre de hacerlo- el vástago encogió los hombros –Pero toma en cuenta que desataras pánico y duda colectiva si no cuidas tu boca y tus acciones, a la larga, eso me generara problemas y es ahí donde tomare cartas drásticas en el asunto- sus palabras, más que amenazas parecían advertencias muy estrictas –No necesitamos de su ayuda en el campo de batallas- poso sus codos sobre el escritorio y volvió a entrelazar los dedos –Sin embargo, parece tener información útil, dígame ¿Qué tanto paso entre usted y mi hijo como para querer encontrarlo tan urgentemente?-
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Post by Lumina on Jan 12, 2018 7:19:22 GMT
Los ojos de la mujer seguían fijamente a aquel hombre, escuchando cada palabra, cada letra, su mirada ya no era amable, no tenía ese toque maternal, era fría, afilada, aquellas brillantes pupilas blancas lo seguían “Realmente… ¿Acaba de…?” Escuchaba, repasando en su mente las mordaces advertencias del vampiro, no obtendría nada de él, y ella misma tenía un debate dentro de su ser, comprendía en cierto punto su postura, pero se sentía insultada, horriblemente insultada ¿Quién se creía que era para decirle aquello? ¿Qué sabia el sobre su forma de hacer las cosas? ¿Qué sabia el sobre “abrir su boca”? Aguanto una tortura, violación, agonía por 7 días sin decir nada, jamás diría algo que pudiese perjudicar a quienes amaba, intentaba calmarse, no deseaba meter a Jago en más problemas de los que seguramente iba a tener, ahora comprendía muchas cosas sobre la misma personalidad de Jago, aquel hombre sentado frente a ella, se mordió con fuerza la lengua, comenzaba a molestarse, jamás nadie le había tratado así “Egoísta” aquella palabra le hacía hervir la sangre, respiro profundo, aun manteniendo su vista fija en la del hombre, aquellos ojos destellaban, Lumina estaba guardando un silencio demasiado largo, no quería hablar, sencillamente sabía que si hablaba podrían salir ciertas palabras desagradables de su boca, soltó un suspiro, acomodándose en la silla y arreglando el paquete entre sus manos, sonriendo lentamente, una sonrisa que si bien podría mostrar amabilidad, los ojos de la mujer no mostraban lo mismo, eran fríos, crueles, juzgaban el alma del hombre frente a el
-Con todo el respeto que usted merece señor Izark Santori – comenzó, enanchando más esa sonrisa –Debo recordar que usted mismo comento, que su hijo podía tener sus secretos, después de todo, todos los tenemos ¿No es verdad? –Las últimas palabras se arrastraron lentamente, no dejaba de sonreír – Estoy segura de que el podrá contarle cosas muy interesantes sobre nuestra relación y por supuesto, las cosas que hemos hecho, una vez que vuelva obviamente– Sonrió, cerrando los ojos, no respondería nada, ni siquiera si aquel hombre veía la tan característica corbata del vástago en su muñeca, no podía sencillamente hacerlo, no iba a jugar a su manera, había tomado su decisión, encontraría a su amigo, con o sin la ayuda de ese hombre, y esperaba hacerlo, no solo por el bien del vampiro – Ah sido un placer conocerlo y dialogar con usted señor Santori – comenzó a despedirse, levantando su mano de forma educada frente al hombre, un apretón de manos, la mano vendada específicamente, blanca, suave, los ojos de la mujer se calmaron, Lumina era una mujer educada después de todo, esta vez esbozo una hermosa sonrisa amable, una sincera – Lamento haberle hecho perder el tiempo – La voz suave y melodiosa de la mujer era dulce, aterciopelada e hipnótica
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Post by Deleted on Jan 13, 2018 4:28:18 GMT
Observo a la mujer con la mano tendida por un largo rato, con suma seriedad en su mirada y un aura sumamente oscura. Intercalo miradas entre los ojos de la contraria y su mano extendida, ante de poder hacer algo, regresando la vista a ella, un enorme escalofrío le recorrió el cuerpo. Se paralizó por un momento justo donde estaba, abriendo más sus ojos y alzando las cejas en una obvia expresión de sorpresa, sentía el pecho sumamente oprimido, a tal punto que llegaba a doler. No le gustaba para nada lo que la mujer estaba haciendo con él, pero si quería jugar sucio, lo haría.
Con sumo esfuerzo, se puso de pie y estrecho la mano de la dama, sosteniéndola con fuerza sin soltarla en ningún momento, mirándola directamente a los ojos con aquellas pupilas bicolores que poseía. –Está muerto- dijo sin más, librándose de la tensión en sus hombros y endureciendo la mirada –Lo encontramos muerto en el bosque de los susurros, su cuerpo tenia quemaduras muy graves, creemos que fue una criatura de ceniza- soltó la mano de la mujer, volviendo a sentarse con cierta pesadez y bajando la mirada, en su rostro fácilmente se podía notar una expresión de tristeza y dolor, a tal punto que parecía que el vástago rompería a llorar en cualquier momento.
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Post by Lumina on Jan 13, 2018 6:05:19 GMT
El rostro de la mujer cambio, palideciendo por completo, su boca descendió sorprendida, incrédula, pensó que sería alguna jugarreta, alguna broma, pero no, la mirada del hombre era sincera, su boca se abrió y se cerró, buscando preguntar, no podía, sencillamente no podía, su voz no salía, retiro lentamente la mano que ahora temblaba, trago saliva, sintiendo como su corazón se detenía, se oprimía, sentía que iba a reventar, quería llorar, las lágrimas se asomaron demasiado rápido por sus ojos y se derramaron por sus redondas mejillas –No…No puede ser…- Temblaba, apretando sus labios, no quería llorar delante de ese hombre, no podía permitírselo, dolía, ardía, sentía como su alma se desgarraba, la rabia, la ira, el desespero amenazaban con consumirla, paso sus manos por su rostro, intentando limpiar aquellas lagrimas –Lo… Lo siento yo…no puedo…- trago saliva, respirando hondo, se mordía tan fuerte los labios que no tardó en hacerse daño, se relamió, buscando calmar el dolor, quería hablar, quería decir varias cosas...Quería responder a su pregunta anterior, se tardo unos largos minutos en hablar, su voz sencillamente no quería salir
-Jago y yo…-Comenzó, en un tono de voz suave, tímido, ahogado, carraspeo un poco – Nos conocimos hace algún tiempo en el cementerio…- estaba respondiendo la pregunta anterior “¿Qué sentido tiene ocultar la verdad?” Jago ya no estaría para responder a aquella pregunta después de todo ¿Qué sentido tenía todo? – Siempre nos encontrábamos en situaciones curiosas… el…me ofreció su amistad… y me trato con respeto… Me hizo sentir segura… y que no sería juzgada… que…- Prefirió callar lo último, negando con la cabeza –Su hijo fue un gran hombre señor Izark…Lamento… haber hecho que tocara este tema…- ahora comprendía por que todo estaba tan silencioso, porque estaba esa sensación de pesadez, de tristeza, de acongoja, un luto, uno duro –no diré nada…puede confiar en que de mi boca no saldrá nada de esto… Por respeto a su memoria…- no podía sonreír, aunque quisiera… Una sensación familiar la atacaba… ¿Qué sentido había tenido ir? ¿Qué sentido había tenido poner reglas? Si el había muerto… Si no había logrado despedirse… Se sentía demasiado similar al viaje de regreso a la utopía… las imágenes pasaron por su cabeza “¿De qué había servido soportar aquello… si de todas formas fueron asesinados cruelmente?” Su corazón se sentía cada vez más pesado, más pequeño… Pareciera que ella era alguien con la muerte detrás… Su hijo… sus amigos… sus soldados… su gente… y ahora Jago… quien ni siquiera se había metido en una guerra… Lentamente comenzó a desamarrar la corbata del vástago, mirándola, dejando ver por fin aquella enorme marca de colmillos, el ultimo recuerdo que tenia del vampiro
- ¿Lo…?- le costaba formular la pregunta, no podía creerlo, no podía, su mente se negaba a aceptar esa realidad – ¿Lo enterraron?... ¿Dónde? ... ¿Pu…Puedo saberlo? – Los ojos de la mujer se veían tristes, sin brillo, un sentimiento que no podía fingir, no sabía si aquel hombre le daría el permiso de ver esa tumba –solo…quisiera despedirme…y entregarle su bufanda…- Comento sacando por fin el paquete que llevaba, junto con una hoja enrollada, un retrato del rostro del vampiro, uno de los momentos que habían pasado en el templo del invierno, riendo, disfrutando de la compañía del otro, ella lo retrato, capturando aquella esencia del hombre, la tomo con delicadeza y la estiro hacia Izark, dejándola en el escritorio, sabía que el líder del clan no querría volver a tocarla después de que la mujer hubiera usado su poder en el –Esto…creo que se… lo puede quedar usted señor Izark – Las lágrimas se detuvieron, la mujer sentía como algo dentro de su alma se rompía, pero no podía ser egoísta, debía comprender al hombre frente a ella –disculpe… mi atrevimiento anterior… No debí…- ¿De qué servía disculparse? Izark solo le hacía un favor, un favor que no era el mejor, pero un favor al fin y al cabo al no decirle directamente la verdad, dolía, como el infierno
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