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Post by Azarel Mstislav on Feb 10, 2018 2:34:20 GMT
La mansión de Los Cazadores albergaba tantos arcanos como era posible, tantos los que sabían a lo que iban, o los que simplemente necesitaban de algún refugio temporal, o ayuda. Todos separados totalmente unos de los otros para evitar algún disturbio y no poder interferir en asuntos que no les incumbía.
Había varios jardines enormes, claustros donde en los pilares se esculpían piezas diferentes, y llevaban a diferentes pasillos tan largos y confusos que podías correr el riesgo de perderte, casi como las mismas calles de Reapergate, el desierto o una cueva desconocida y peligrosa. Miles de ventanas encaraban a la ciudad de diferentes lados, y las habitaciones se escondían tras enormes y gruesos muros, acompañados por puertas altas e imponentes.
En el lado este, los que creían tener lo necesario para ser parte de la organización, seguía una serie de señales dadas por los mismos arcanos puestos al servicio de guía de los reclutas o los que conocían el nombre de Azarel Záitsev para atender cualquier asunto que necesitara su presencia.
Mstislav caminaba por uno de los pasillos de uno de los claustros de el lado Este de la mansión, la gabardina de color azul oscuro se movía en conjunto con el aire agradable de la noche, era una lástima que dentro de poco el invierno se esfumaría, pero al menos las lluvias repentinas lograban adornar Reapergate con una sensación de frío y humedad.
Esa noche era especial en cierto modo, pues había sido notificado de que varios arcanos se habían enterado de la organización, y ofrecían a prestar sus servicios, llegar a acuerdos comerciales o incluso unirse a la red de comunicaciones para trabajar en conjunto, así como con muchas otras pequeñas empresas que estaban anexadas a Los Cazadores. Un arcano le avisó que la habitación de invitados estaba preparada para recibir a los arcanos, Mstislav agradeció con un gesto de la cabeza y continuó su camino.
La habitación de invitados no era demasiado grande, generalmente para mantener la voz moderada, estaba adornada de sillones de piel por todos lados, algunos cuadros de pintura se encontraban en las paredes, las cortinas daban al cuarto una sensación de tranquilidad y misterio con la poca iluminación que portaban los quinqués, había mesas donde descansaban vasos de vidrio y una bandeja con distintos tipos de bebidas con o sin alcohol, e inclusive algunos aperitivos deleitables a la vista. Dos arcanos de enormes proporciones estaban parados a cada lado de la puerta, tan solo esperando.
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Post by Salem Exitium on Feb 10, 2018 6:49:25 GMT
El cómo se había enterado sobre aquel lugar, sobre las personas que estaban allí, incluso sobre algunas cosas más era irrelevante en realidad, tal como todos los que se presentarían allí, sabían perfectamente porque lo hacían, la mujer de carnosos labios suspiro, había decidido por aquella ocasión estar algo más presentable, era una reunión de negocios finalmente y aunque era precavida, las apariencias también eran importantes, no era realmente algo elaborado, ella no acostumbraba a usar vestidos demasiado elegantes, con peso, como los que usaban las familias reales, pesados, con metales, capas y capas de la más fina tela revoloteando de un lado a otro, demasiado extravagante, para una reunión de esa clase algo más formal que su característico traje de combate era adecuado, resaltando mas aquel contoneo suave, seductor, femenino; Pero la vestimenta podía quedar de lado, era apenas uno de los tantos detalles, habían factores más importantes, más intrigantes, no tenía dudas sobre su presencia allí, si deseaba cumplir sus objetivos, debía seguir aprendiendo, tomando buenas decisiones, y aunque los riesgos eran bastantes lo había aceptado, después de todo, si seguía escondida solo consumiendo libros y experimentando no llegaría realmente lejos, sabía perfectamente las opciones que tenía para ofrecer y lo que buscaba obtener de aquel negocio, aunque una pequeña parte de ella deseaba probar cosas nuevas, experimentar más, aprender más, no sería malo hacerlo, quizás conseguía algo más interesante aun, o… Quizás podría retomar viejas costumbres que habían quedado prohibidas para ella al llegar a la isla, aquello la emocionaba
Los enormes ojos de la baphometh analizaban aquella nueva estructura que se presentaba, caminando lento, el resonar de sus tacones demostraba lo silencioso que era aquel lugar, bastante agradable en más de un sentido, la mujer de largos cabellos vino admiraba aquellos detalles, no creía poder crear algo así de bello y detallado pero admiraba mucho a quienes sí, sonrió de forma tenue, jovial, aquella apariencia tan femenina, suave, incluso delicada o frágil, la piel podía notarse suave, radiante, aquel aspecto hipnótico, no podía negar que con el pasar de los años más se parecía a su madre, y se alegraba de aquello, bastante, aunque no tenía por qué comentarlo en voz alta, eran detalles que guardaba para ella y la intimidad de su mente. Llego finalmente a su destino, el cuarto indicado, miro de reojo a los guardias en la puerta, dentro, la iluminación no le permitía detallar todo a placer, tendría que entrar, sonrió de forma más suave, esa noche deseaba divertirse de ser posible, y tal parecía que de momento era la única, al menos por lo que sus ojos anaranjados lograban captar –Buenas noches- saludo de forma educada a los guardias, entrando en la estancia para recorrerla, admirando las pinturas y los muebles, toda aquella mansión en general, le traía en cierta forma algo de nostalgia, le recordaba un poco al que había sido su hogar
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Yama
Los Grises
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Post by Yama on Feb 12, 2018 8:55:35 GMT
Yama era una sombra que extendia poco a poco sus alcances en el mercado negro. Habia comenzado nuevamente desde abajo, haciendo las típicas tareas de un peón o un capo, escalando lentamente hasta encontrar patrones mas pudientes que a su vez le sirvieran para conocer mas de la zona oscura de Mirovia.
Desafortunadamente formó parte de un clan que se disolvió con una facilidad remarcable, la estructura de ese sindicato no le había brindado ningún beneficio por lo que, paralelo a su duro y diligente trabajo como sombra, dedicó también su tiempo a buscar algún tipo de sindicato que le permitiera afianzar esa seguridad que se había ganado junto con su reputación. Era necesario por mas que prefiriese seguir trabajando solo pues el panorama político de Mirovia parecía estar tomando rumbos desconocidos que como podrían beneficiarle, podrían también perjudicarle bastante. Asi es como en la busqueda de tal plan de respaldo, habia llegado a sus oidos el rumor de un sindicato que planeaba dominar por completo el mercado negro, ese rumor era como música para sus oídos y algo digno de dar una oportunidad... Si era una trampa ya sabría como arreglárselas para escapar pero si no, habria matado dos pajaros de un tiro.
Indagando fue que dio con los detalles de esta mansión, era evidente que el amo había permitido que los rumores corrieran para atraer a tantos candidatos a capo como fuera posible ¿Que clase de pruebas pondría este amo como requisito para entrar? Su mente ya estaba diseñando todo tipo de reacciones y actividades que pudieran pedirle hacer mientras que sus ojos azules recorrían todo el camino desde la entrada de la mansión, hasta aquella habitación elegante donde ya habían algunas personas esperando.
Estaba justo ahí, a punto de abrir una nueva puerta, una nueva oportunidad.
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Post by Izrlo Miéville on Mar 1, 2018 0:19:45 GMT
Los arcanos saben ocultar secretos, pero no rumores y los rumores vuelan en estas tierras donde las aves tienen ojos y bocas de personas, donde las ratas y hasta la mas pequeña alimaña se encuentran curiosas por descubrir alguna palabra con la cual puedan ganar unas cuantas monedas por solo decirlas y él tenía muchas monedas.
Cuando uno mueve hilos en una telaraña es fácil atraer a las arañas a uno, la cosa es ¿Sería una desvalida presa o una abominable araña dispuesta a devorar a sus semejantes? Era una duda que hoy esperaba aclarar lo mejor posible.
—No tiene mal gusto— Declaro al momento de entrar a la sala de invitados, el tiempo que había pasado afuera observando el exterior ya había sido mas que el suficiente, ahora un tanto hambriento degustaba una pieza de calamar que bañando en soya degustaba con disfrute y lentitud.
Mientras masticaba la chiclosa textura del aperitivo observaba a los invitados, muchos los conocía de rostro, a otros solo les reconocía al escuchar su voz, había tanto peces gordos como pequeños a su alrededor y ello le convencía aun mas en que unirse a aquel gremio, ahora solo se preguntaba ¿Quién seria su anfitrión? Los bocadillos no durarían para siempre y la curiosidad le tenia pendiente a toda pequeña señal de su presencia.
Lo siento, no me di cuenta con que cuenta mande el mensaje hasta ahora, perdónenme.
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Post by Azarel Mstislav on Mar 18, 2018 18:38:10 GMT
La sala fue adentrándose de invitados tanto nuevos como conocidos en el gremio, los que iban llegando saludaban de manera cortés, mientras que otros, tan solo se metían en la habitación como si nada ni nadie importara en el mundo. Pronto, cuando la hora de llegada llegó a su fin, los guardias cerraron las puertas, dejando a los invitados en un ambiente de comodidad de una reunión. Un hombre recargado en un pilar observaba a los demás, mientras una serpiente de cascabel se acurrucaba en su brazo y un alacrán se paseaba por su cuello, sus ojos parecían portar el mismo grado de veneno que los animales que le acompañaban, y sus hombres, quien lo acompañaban, comiendo y bebiendo de lo que le ofrecían. Una mujer de cabellos tan blancos como la nieve con ambos lados rapados, ojos morados y con un arpón en vez de una pierna, caminaba entre los arcanos, dándoles la bienvenida, pasó primero por Salem, diciéndole lo bien que se veía con el vestido al momento que le entregaba un botón de plata con el símbolo de los cazadores en él, después se movió hacia Yama, mirándolo con una sonrisa de dientes afilados, nombrando que conocía su trabajo, y le gustaba, dejando sobre su mano el objeto plateado, y caminando hacia el niño de aspecto engañoso, le otorgó un saludo, pudiendo olisquear el agua salada en sus entrañas, al igual que ella, le entregó el botón de plata y luego se dedicó a lo suyo con cada uno de los invitados.
Antes de que pudieran preguntarse qué estaba pasando, una puerta a su derecha al fondo de la habitación arriba de un lugar donde se levantaba un sillón, se abrió de par en par, haciendo que el anfitrión entrara a la habitación, produciendo un silencio sepulcral.
Mstislav caminó hacia en medio de la reunión, portaba un traje negro elegante, con un tipo de capa de piel de lobo negra que caía hasta sus rodillas, el cuello largo blanco y un corbatín negro que se apretujaba contra su pecho tras el chaleco de un color que combinara con sus prendas oscuras, mientras su cabello largo caía en cascada sobre sus hombros, con la mirada oscurecida, observó a los invitados.
―Reapergate siempre ha sido una mina de diamantes ennegrecidos debido a la falta de la pulida de los minerales ―La voz gruesa del hombre resonó entre las paredes ―Les doy la bienvenida y espero que hasta ahora, haya sido agradable su visita, sin embargo, todos los que se encuentran en esta habitación, saben que el motivo de la invitación no ha sido solamente hablar entre ustedes y comer aperitivos ―Mstislav caminó hacia ellos, con las manos tras la espalda ―Han caminado hasta mí con sus propios motivos, ensoñaciones o visiones, han cruzado mis puertas para formar parte de algo, son conocidos por sus hazañas, por el miedo que producen ―Se detuvo en frente de algunos, mirándolo a los ojos ―Por lo que está aquí ―Dijo, señalando su cabeza, sus pensamientos…
Se dio la media vuelta, alejándose de ellos.
―Sin embargo, eso no es suficiente, sabemos que nada de lo que hacemos se debe tomar a la ligera, por lo que me he tomado la libertad de saber que todos los que se unan a Los Cazadores sean digno de ellos, y así evitar cualquier problema ―Sacó de su bolsillo un botón de plata de el bolsillo de su pantalón, mostrándolo en alto ―A cada uno de ustedes se le ha asignado un botón de plata como éste, lo que estén dispuestos a pertenecer a nuestro clan, va a tragárselo, si, me han escuchado bien, háganlo. ―Ordenó debido a las miradas extrañadas de algunos de los arcanos. ―Sabré quien lo ha hecho y quien no, así que no intenten engañarse a ustedes mismos.
Algunos lo pensaron, otros mantuvieron sus ojos fijamente en el objeto pequeño y circular, pensándolo bien antes de metérselo a la boca, y unos pocos se tragaron sin pensarlo un segundo el botón de plata como si se tratara de una pastilla. No era grande, así que podía ser digerido con facilidad, si así lo quisiera.
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Post by Salem Exitium on Mar 23, 2018 4:48:16 GMT
La habitación comenzó a ser más concurrida, la mujer de largos cabellos tan rojos como el vino o la sangre analizo los nuevos rostros, reconocía algunos, por algún trabajo o rumor, pero a muchos no los había visto jamás en su vida, y aquello no le gustaba ¿Por qué se había alejado tanto de aquello? Suspiro suavemente, acomodándose en una parte más tranquila de aquel salón, esperando pacientemente a que todo comenzara; El sonido de las puestas cerrarse tras de ella le hizo voltear ligeramente, tal parecía que sus pensamientos habían sido leídos, se alegraba de que por fin comenzara, había tomado la decisión de estar allí y no se iría fácilmente, no tenía realmente algo muy grande que perder, la mujer de intensos ojos se le acerco, alagando su vestimenta, Salem sonrió con cortesía y encanto –Gracias- Agradeció recibiendo aquel botón y mirándolo detenidamente, analizando el símbolo impreso en él, no lo reconocía, pero era bastante llamativo, lo toco con cuidado, las cosas jamás eran así de fáciles, y si les habían dado un objeto como ese no sería un regalo simplemente por asistir, si aquellas personas tenían una línea de pensamiento como el de ella, podía esperar cualquier cosa, paso sus dedos presionándolo, viendo si tenía algún elemento extraño, en su misma experiencia había envenenado hasta los objetos más inocentes, razón por la cual no comía, y tampoco dejaba demasiada de su piel al descubierto, miro sus guantes, nada, curioso cuanto menos, al menos era un objeto agradable a la vista, no se parecía en nada al tatuaje que ella tenía del escudo, este podía reflejar un significado completamente diferente, este se sentía más acorde a su propia naturaleza
El anfitrión de aquella reunión por fin entro, Salem desvió su vista para ver al hombre que entraba con elegancia, aquella aura le intrigaba, no muchos habían logrado que ella sintiera interés real como le estaba sucediendo ahora, sonrió disimuladamente, escuchando las palabras del hombre, ella no estaba allí para ser bonita, estaba allí para ganarse un lugar y podría demostrar que lo merecía, sin lugar a dudas, sabía hacer bastantes cosas, y tenía bastante conocimiento, aunque sabía que entre aquellas personas era una desconocida, se había portado lo mejor posible después de todo y lo mayor que había hecho había sido la obtención de información, ah, y fácil, era una lástima, sus pobres cerdos habían muerto después de comerse sus restos hasta los huesos, al menos eso le había servido para saber más sobre el veneno de su madre
Miro el botón de plata en la mano e aquel hombre imponente, y su instrucción clara, su voz profunda y demandante, “lo sabía” miro los rostros ajenos, confusos, y viendo a todos comenzar a tomar una elección, ella volvió a mirar aquel objeto –Estoy segura que me eh tragado cosas más raras…- Murmuro para sí misma, mirando nuevamente al hombre y al broche en sus manos, pequeño, no sería realmente problema tragárselo si se lo proponía, la mujer de labios carmesí suspiro, debía demostrar que valía, aunque sería irónico si terminaba envenenada por algo así, de todas maneras tenía ya una fecha en su piel “No tengo algo más que perder, ya tengo una maldición encima…” Ordeno su cabello justo antes de finalmente tragarse el objeto de plata, no tenía un sabor agradable para ser sincera
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Yama
Los Grises
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Post by Yama on Mar 28, 2018 8:46:07 GMT
Siempre era placentero saber que la calidad de su trabajo hablaba bien de el, una simple sonrisa de medio labio y una reverencia con la cabeza al recibir aquel botón fue la respuesta que encontró mas adecuada, jugueteó con el entre los dedos a manera de moneda. Cuando aquel hombre apareció, Yama no tuvo ningún temor en mirarle a los ojos, analizarle, podía notar que era un hombre con una visión muy clara del panorama político de la isla y su porte reafirmaba de manera imponente que tenia experiencia en posiciones de poder ¿Su edad? No podía calcularla ¿Su raza? Necesitaba estar un poco mas cerca para poder analizarle con sus capacidades extra sensoriales... Este hombre estaba sembrando bastante intriga en su interior. Por un momento miro de reojo a su alrededor, la forma en que algunos embobados tenían la mirada llena de luz y fe en aquel hombre.. ¿Que era lo que este personaje representaba para ellos que mostraban tan despreciable expresión en el rostro? ¿Seria para ellos algun tipo de figura mesiánica alternativa al Lord de reapergate? A decir verdad ese tipo de sentimiento no lo conocia, no podía comprenderlo pero él mismo estaba desarrollando una extraña fijación por este líder de sindicato, se acercaría tanto como él se lo permitiera para conocer sus verdaderas intenciones. ...Tal vez al fin habia encontrado aquella sociedad que llevaba décadas buscando. "―A cada uno de ustedes se le ha asignado un botón de plata como éste, lo que estén dispuestos a pertenecer a nuestro clan, va a tragárselo, si, me han escuchado bien, háganlo. ―"Alzó una ceja, le pareció una orden bastante curiosa y las expresiones ocasionadas en los demas le parecian por demás graciosas. Aparentemente no todos ahi tenian experiencia tragandose cosas, en varias ocasiones habia tenido que tragarse objetos comprometedores que ponian en riesgo su trabajo, por desgracia los dentros de las manticoras son acidos para alimentar aquel terrible telson que alimenta a su vez el aguijón de su cola y las espinas... por lo que llegó a perder documentos importantes al tardarse en vomitarlos. Seguía analizando el material de aquel boton, era una lastima terminar tragándose tan bonito trabajo. Y así lo hizo, lo tragó esperando alguna reacción toxica o venenosa, alguna reacción negativa con sus corrosivos dentros pero todo parecía estar normal, ahora que aquel objeto extraño estaba alojado dentro de él tendría mucho cuidado si notaba alguna reacción extraña en caso de disolverse. ¿Ahora que? Al parecer, si hubieron algunos asistentes que no tragaron el botón...
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Post by Izrlo Miéville on Apr 1, 2018 5:21:39 GMT
En silencio el cecaelia miraba a su alrededor, observaba cada cara conocida y desconocida, intentaba escuchar cada palabra que le resultase de utilidad, deseaba saber quienes eran parte de este grupo de interesados y realmente el pequeño arcano parecía verse muy satisfecho con los integrantes que parecían componer la junta, peces gordos, manos rápidas y mentes bastantes brillantes, aunque también existían entre el grupo arcanos que bien el cecaelia no conocía o no parecían ir mas allá de simples lacayos aun así la atmosfera que se daba en aquellas instancias de lujo e importancias hacían todo aquello gratificante para el arcano.
Siendo interrumpido de sus pensamientos mientras se llevaba una pieza de queso a su boca observo el objeto que se le había dado como a su mensajero, aunque al segundo le dio mucha menor importancia que al objeto que ahora descansaba en la palma de su mano. Un botón de plata el cual tenia grabado el sello de los Cazadores, pero nuevamente en lo que examinaba el botón intentando ver si tenia este alguna aguja para ponérsela en el pecho cosa que se vio nuevamente interrumpida por el ingreso del en apariencia anfitrión de aquella estupenda velada.
—…— No quiso agregar mucho a las palabras que termino de escuchar por parte del anfitrión, mas solo observo el pequeño artilugio en su mano por largo rato ¿Tragarlo? Resultaba la idea incomoda más que nada por la sospecha que podría tratarse de algún veneno o una forma creativa de eliminar a la competencia, por ello mismo espero un par de segundos, espero a que otros se tragaran primero el botón para luego seguirles así bien podría ver si estos reaccionaban de alguna forma extraña a cualquier sustancia que el botón llegase a tener.
¿Por qué se lo trago? Puyes bien, los beneficios eran claro, un gremio entre las figuras que podía distinguir, muchas de gran peso en Reapergate se mostraba como una perfecta situación de la cual el debería sacar provecho, además de que tenia confianza en poder darse a tomar algún antídoto de ser envenado pues como siempre bajo su cuerpo entre sus tentáculos traía una pequeña caja con una gran variedad de brebajes de los cuales podría intentar crear un antídoto.
Los beneficios terminaban por ser iguales a los riesgos en aquella ocasión.
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Post by Azarel Mstislav on Apr 2, 2018 1:10:11 GMT
En silencio esperó a que el barullo se calmara en cuanto dio la orden. Esperó de pie, mientras algunos simplemente negaban con la cabeza y se retiraban del lugar, creyendo que las cosas serían mucho más sencillas, o simplemente no confiaban lo suficiente como para llegar a tales extremos que pudieran costarle la vida. Las puertas estaban abiertas, dando al fresco de la noche a aquellos hundidos en la negación.
Cuando todos los inconformes se fueron, y dejaron nuevamente el aula en silencio, Azarel bajó algunas escaleras mientras acomodaba sus manos tras su espalda, observando a cada uno de los que se habían quedado.
―Estoy seguro de que cada uno de los arcanos en esta habitación ha pensado que se trataba de un veneno letal, o quizá alguna bacteria… habrán pensado en escupirlo, vomitarlo, o estar lo suficientemente seguros y confiados de que sus entrañas son lo suficientemente poderosas para deshacerlos al instante ―Mstislav miró a cada uno de ellos, caminando con pasos lentos, haciendo que el eco del zapato bailara entre las paredes silenciosas. Mstislav se detuvo ante un arcano en específico, sin voltear a mirarlo directamente ―De antemano les aviso que el botón de plata no puede salir de su cuerpo, porque no existe, lo que acaban de tragarse era solo un dulce con un simple hechizo encima, se deshará tarde o temprano, tengan o no los utensilios necesarios para sacarlos. ―Fue entonces cuando miró al arcano a su lado, acercándose lo suficiente hasta meter la mano en su chaqueta de cuero, el arcano tragó saliva cuando sacó el botón, talló con el dedo pulgar dicho objeto, hasta que se transformó en un huevo de aquellos rellenos de nuez y chocolate.
―La palabra confianza viene del latín confidentia, “con” que llevaría siendo “todo” “junto” y el termino “fendis” significa fé, lo que nos llevaría a “con toda la fe” “con absoluta convicción” ―Mstislav se metió el dulce a la boca ―Conocerán o no a los hombres y mujeres en esta habitación, los odiarán o amarán, confiarán en ellos o no, pero mientras estén en esta organización, me servirán a mí, y mientras trabajen bajo mis órdenes, no toleraré el desorden o las peleas innecesarias… ―Se acercó al arcano ―...la desobediencia, el engaño... ―Mstislav tomó el rostro del hombre, mientras se arrancaba un botón de plata de su saco y comenzaba a metérselo entre los labios, obligándolo a tragárselo por completo. ―Mucho menos si creen que aquello resultará sin que yo me de cuenta de ello… ―Mstislav acomodó la mano sobre su pecho, apretando las garras contra la piel, mientras el alma del arcano comenzaba a arrancarse de sus huesos, no pudo siquiera gritar, pues cuando se dio cuenta de que le robaban el alma, su piel ya era tan seca como una hoja en invierno.
El hombre se peinó el cabello hacia atrás, dejando caer al cascarón de lo que alguna vez fue un cuerpo con vida.
Se dio la media vuelta, encarando ahora a sus otros invitados.
―Ustedes no solo han venido aquí por un simple trabajo, han venido hasta mí para formar algo mucho más grande, una red de conexiones por toda Mirovia, una red inquebrantable, impenetrable, poderosa y maravillosa. ―Una sonrisa se alumbró en su rostro mientras sus apagados y fríos orbes observaban a su alrededor ―El mercado negro es nuestra mejor prioridad, evitar que la ley se entrometa en nuestros asuntos es otra, ayudar a aquellos que buscan nuestras habilidades es otra, ¡Tomar que por derecho nos pertenece! Trabajar unidos, trabajar con orgullo, entre las sombras, con paciencia, ser más inteligente que el enemigo, estar un paso adelante. ―Mstislav volvió a subirse a su escritorio de donde los miró a todos desde su lugar ―¡Porque no solo Reapergate, no solo los lugares más escondidos y bajos de la isla, todo Mirovia es nuestro!
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Post by Salem Exitium on Apr 10, 2018 4:09:35 GMT
Se cruzo de brazos mientras observaba a su alrededor, lentamente se retiraban, otros lo comían, espero a que todo aquel ritual terminara y fijo sus ojos naranjos en el hombre de penetrante mirada, acechándolo con su mirada escondida entre la gente, atenta a las explicaciones del que era evidentemente el jefe, el silencio de aquel salón era sepulcral, respetuoso, Salem intentaba no perderlo de vista sin ser demasiado descuidada, dudaba de todas formas que alguien se revelara en un momento así, sería una idea suicida cuanto menos; El hombre de cabellos blancos se detuvo frente a uno de los asistentes luego de revelar lo que en realidad era aquel medallón que se les había entregado, Salem evito mostrar alguna mueca, le molestaba el hecho de haber comido algo dulce y no haberlo disfrutado, apreciaba esos pequeños detalles en la vida, el sabor dulce de la fruta, los gritos de agonía antes de que la vida abandonara un cuerpo, aprender algo nuevo sobre plantas, cosas pequeñas, sencillas, no estaba realmente lejos de donde estaban hablando los dos hombres, habría que ser demasiado iluso para creer que aquella falta no llevaría un castigo justo, ella comprendía la lógica de esta clase de reuniones y si les habían pedido que se lo tragaran no era con otro motivo de confirmar su confianza, lealtad… y quizás algo mas
Estuvo segura de escuchar un zumbido en sus oídos que cayó en definitiva sus pensamientos, observaba cual animal admirado por la luz como el hombre mientras hablaba, tomando el rostro de aquel descuidado que se había atrevido a intentar engañarlo, era una muestra de poder, pero eso no era lo que a Salem le importaba, estaba observando como el alma de aquel arcano abandonaba su cuerpo, se movió involuntariamente, acercándose para ver con mejor detalle, pasando suavemente entre los presentes que estaban hipnotizados del discurso, sus pisadas fueron ahogadas por la tela, no quería llamar la atención demasiado, estaba mucho más cerca y aprecio como la vida fue arrebatada finalmente, dejando que el cuerpo vacío cayera al piso Salem deseaba ver más de aquella magia, deseaba ver más de aquel acto, había venido por eso, había venido buscando aprender más y ahora frente a sus ojos se presentaba una oportunidad perfecta, esa magia que siempre había escapado de su control
El discurso prosiguió, dando a entender lo que todos hacían allí, la mujer ya había tomado sus decisiones, no era fácil ganarse su lealtad, siempre había hecho el papel de espía en más de un sentido, seguramente a lo único que le fue fiel antes fue al escudo de plata, y a sus propias convicciones, pero no se arriesgaría a traicionar a alguien así, a una mano que le estaba ofreciendo demasiadas cosas sin decirlo, debía proceder con cuidado si quería obtener ese conocimiento; Pero la idea le gustaba, se sentía extrañamente a gusto con esa idea, con poder dominar un poco más, ordeno su cabello, la tentación de examinar el cuerpo era bastante, se mordisqueo disimuladamente el labio, no era una mujer que se dejase llevar por sus impulsos, los controlaba perfectamente, esperaría, tenía todo el tiempo ahora para aprender
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Yama
Los Grises
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Post by Yama on Apr 12, 2018 14:33:21 GMT
Años.
Años habian pasado desde la ultima vez que Yama habia caido engañado por un hechizo, no porque no fuera lo suficientemente ingenuo o se sintiera lo suficientemente inteligente si no que en ese tiempo nadie habia tenido la necesidad de engañarle, al no saber siquiera que existia.
Ese habia sido un movimiento muy inteligente y de alguna manera, saber que se habia tragado y manipulado algo simple como un dulce le daba algo de calma y explicaba por que sus corrosivos dentros estaban tan tranquilos, despues podria comer mas, sin peligro.
Lo que vino a continuacion fue lo que mas picó su curiosidad, siendo un hombre de mundo habia sido testigo de muchos rituales de magias prohibidas, todas con el fin de ir mas allá de las capacidades arcanas que sobre el humano ya eran superiores. Esa ambicion era nata de quienes se consideraran en evolucion, una batalla en la que él, personalmente, se veia siempre beneficiado por sus capacidades de sometimiento pero aquello... Aquello era algo nuevo. En un par de segundos imagenes vinieron a su mente, miles y miles de imagenes repitiendo con increible precision horridos gritos de dolor y escenas de muerte, de sufrimiento. Por entre todo aquello resaltó la imagen de una mujer en sus brazos, herida de muerte, entregandole un ultimo recuerdo antes de expirar. Un zapatito de infante al lado de un rio, el cadaver de un neonato.
Asi mismo, la escena en la que traian "de vuelta a la vida" a un arcano que esa misma tarde habia muerto.
La inevitable pregunta regresó a su cabeza despues de tanto tiempo.
¿Será capaz de traer la vida asi como ha podido arrebatarla? Esa pregunta era herejia ante sus creencias y habia abandonado la idea hacia tanto, pero ahora, al ver las cenizas desvanecerse y volverse no mas que suciedad en la alfombra, volvia a plantearse la idea de regresar a alguien a la vida.
Tendria que quedarse el tiempo suficiente para aprender si aquello era posible. Su atencion entonces regresó al aqui y ahora, esperando la reaccion de los demás espectadores y la primera instruccion de aquien a partir de ese momento, consideraba su maestro.
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Post by Izrlo Miéville on Apr 12, 2018 19:52:26 GMT
—¿Un dulce?— Apenas como un suspiro inaudible fueron dichas esas palabras al escuchar las declaraciones de su anfitrión, cosa que aun así no llego a tranquilizar del todo al arcano el cual debajo de su cuerpo dos de sus tentáculos aun sostenían firmemente la pequeña caja que traía oculta consigo. Pero fueron sus palabras y sus acciones que hicieron recordar a Izrlo la enorme oportunidad que se presentaban delante de él.
Ver como arrebataba el alma de aquel arcano, como demostraba no solo su poder, si no su percepción al notar como ese arcano no había hecho caso a sus palabras y orden, todo aquello infundio en el cecaelia una sensación que no sentía hace mucho, mucho tiempo. Respeto.
Aquella asociación resultaba prometedora, se podía ver la el interés en los rostros de quienes habían seguido la orden y como el tragado el botón de dulce.
Mirovia es nuestra. Resonó en la mente de Izrlo.
Una idea tan ambiciosa como encantadora, no solo la idea de poder controlar todo el mercado negro ni solo Reapergate, no. Mirovia en su totalidad.
Una idea exquisita que hizo sonreír al pequeño arcano de forma maliciosa como tantos otros en aquella reunión ahora mas que interesado el mismo en los beneficios… y términos de su anfitrión para llegar a tan maravillosa visión.
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Sirophas Faehra
Los Grises
En la noche floto y le cantó a la Luna mientras dejó que mi cuerpo brille de un color ¿Qué soy?
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Post by Sirophas Faehra on Apr 13, 2018 3:12:07 GMT
Silenciosa, estática cual boa esperando a su presa, aquella corrediza que solamente llegaría a sus fauces si hacía un mal movimiento el roedor. Se escuchaba un pequeño golpeteo, una uña contra el suelo, haciendo un leve temblor pero no era el suficiente para llamar la atención de los que estaban lejos. No. Había estado presente, recibido el mismo trato que los demás; una mujer de cabellos cual nieve se había acercado para darles un botón de plata. Lo observó con su mano, las uñas se incrustaron en este, observando detenidamente. Solo un “simple botón”. Eso creía y había pensado cuando lo había recibido. Cuando la figura tan potente y dominante había mencionado aquello de tragarselo… Sirophas solamente alzó la mano y sin dudar, ni pensarlo al mencionar esas simples palabras se la trago. ¿Iba a dudar? ¿Por qué lo haría a esa altura? De los errores se aprende, de cualquier forma podría regurgitarlo a su voluntad con bastante facilidad, solo era cuestión de segundos y minutos, debía ser más rápida que los ácidos estomacales. Muchos dudaron, aunque otros lo aceptaron, los que no eran tan valientes lo rechazaron. Solo debían ser pacientes. Los actos con tal peso de voluntad o fuerza mental, esconden una carga liviana y sobretodo de lealtad y confianza en palabras de alguien con tal. Escuchó los pasos, bajaba con tanta gracia y encanto… Comenzó a hablar de una forma que la cockatrice se atrevió a avanzar, si avanzó de su lugar. La cola decorada con espinas y plumas se alzó un poco, luego se iba envolviendo a sus pies para evitar que alguien se tropezara con ella o quien sabe… ser la presa. - Nui~ - murmuró en su lengua natal al descubrir que simplemente era un dulce, no había razones para hacer esfuerzo para expulsarlo de su cuerpo. Tenía la capacidad aquel hombre en que Sirophas se viera interesada en cada palabra, conocía algunas palabras, la Gula y la Codicia de conocimiento que había y tenía aún la fémina eran algo interesantes… Era un libro el cual debías saber tratar para explorarlo, cada letra, cada palabra escrita en él; toda magia, todo conocimiento humano como cerebral… era alguien que debías tenerlo de amigo y aprovecharse hasta de su cerebro tan lunático. Lo que le impactó, no, no era esa la palabra; le interesó, la curiosidad de ver como aquel arcano había querido jugarle un truco a tal hombre… cual pájaro en una jaula, chillando en agonía en silencio, la jaula había sido quebrada y destrozada por las manos del hombre de cabellos blanquecinos liberando el pájaro… Se había esfumado. No había nada más que una jaula vacía e inerte, fría y sin calor alguno… solo una jaula desplomada en el suelo. Sirophas no contuvo la emoción y tan solo sonrió. ¿Hace cuánto que no presenciaba aquello? ¿Hace cuánto no sentía aquel sentimiento de seguir a alguien? Sus hermanos apartaron la vista, ignoraron lo sucedido y sus pasados, las huellas de sangre clavadas en la arena… Sirophas le molestaba, no, odiaba que sus hermanos hubieran decidido apartarse del camino y no ahogarse en la avaricia... pero no podía odiarlos había algo en ella que negaba hacerlo. Pestañeo. Sus piernas se movieron hacia adelante, aun manteniendo aquella sonrisa lunática mientras el discurso proseguía. Se detuvo, hubo algo que en las palabras de aquel hombre, aquel que desprendía tanta grandeza, confianza y sobretodo un aura autoritaria y determinada le provocó que flaqueara los pies. No fueron las mismas palabras de él eran otras, eran unas escondidas entre la gente, formas desconocidas que acechaban, no, tan solo era una ilusión, lo sabía muy bien pero… ¿Por qué ahora? Sacudió la cabeza, dio unos cuantos pasos más y simplemente elevó un poco la mano, aquella aun factible de movimiento mientras miraba a su alrededor. - No quiero ser grosera, ni faltarle el respeto… pero permítame decirle algo… - comentó con una sonrisa y las plumas de las sienes levemente se movieron al igual que esa fila de espinas de su cola. - Deberíamos pensar que van unos pasos adelante nuestro, dejarlos disfrutar un poco más de aquella… libertad de libre albedrío. - Porque si vamos a tomar que estaremos unos pasos hacia adelante, seremos destruidos por esa “despreocupación”. - comentó en un sono seco casi que desafiaba a las palabras dichas por él hombre de cabellos blancos y de largas pieles.- Es cierto, caminaremos entre sombras perdiéndonos, siendo confundidos unos con otros… porque, si uno se lo toma tan a la ligera, no solo le afectará a uno... - mencionó caminado hacia aquel arcano en el suelo. - ...Sino a todos, y tarde o temprano, la cadena llegará a ti. Ser inteligentes, es primordial; cuidadosos y mantener nuestros oídos curiosos, bocas cerradas y ojos atentos a cualquier cambio entre los miembros. - dejo una suave risa escapar al ver aquel que sufrió la desgracia por tratar de engañar a aquel hombre que les había dado la bienvenida. - Disculpe~ disculpe~ pero es solo una observación y solamente es algo que suele ocurrir; creerse desde antes que uno puede superar a la ley es dejar que la torre caiga en algún momento. Eso no quita que… hay otras formas de jugar con la mente. - finalizó dando una pequeña reverencia para finalizar su comentario, si fue demasiado atrevida para decir algo lógico, pero presentía que la seguridad ante las palabras, ante el futuro por tal tranquilidad que iba cediendo “alguien” iba a ser la perdición. Por alguna razón, no podía mantener su boca callada en aquellos casos, recordaba exactamente como su familia había caído en su propia seguridad, como fueron presas rápidas de los acontecimientos de la Gran Caza. Tal vez se preocupaba de más quién sabía, Sirophas se mantuvo callada y volvió a erigirse con una mirada seria. Nui significa "Magnifico" en maorí.
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Post by Azarel Mstislav on Apr 17, 2018 23:31:01 GMT
Meditó cada uno de los rostros presentes, sus facciones, su manera de percibir la muerte y sus palabras, los nuevos reclutas jamás eran fáciles, la mayoría resultaban ser jóvenes que creían que podían tomar todo el mundo en sus manos sin siquiera saber cómo moverse en él, demasiado desesperados en tomar lo que quisieran, pero, al menos los que se merecieran seguir adelante, llegaban muy lejos con el paso del tiempo. Mstislav se dio la media vuelta listo para proseguir con la siguiente fase de la reunión, cuando una voz femenina inundó la sala de palabras que dictaban de parecer una rebeldía ante sus órdenes y sus promesas, el hombre volteó hacia atrás, con el rostro sereno y los labios cerrados, demostrando completa tranquilidad mientras escuchaba la teoría de la arcana de coloridos matices sobre su piel, no la interrumpió, tan solo la miró desde lejos, en completo silencio, mientras algunos presentes le dirigían la atención. Cuando estuvo seguro de que había terminado, Mstislav comenzó a caminar hacia ella, primeramente, bajando escalón por escalón.
―La libertad siempre tiene un precio ―Habló con un tono jovial, mientras miraba sus propios pasos sobre el manto rojizo de la alfombra ―¿Qué hace un cazador cuando ve al ciervo en el bosque? ¿Qué hace un jugador de ajedrez cuando va a hacer el siguiente movimiento? ¿Qué hace un general cuando va a tomar el siguiente reino? ―Levantó la mirada azul con negro, observando los bicolores de la mujer que de a poco se iba haciendo cada vez mas cerca debido a su paso ―Ataca, si, en algún momento, en algún lugar, en algún tiempo, pero para llegar a aquello, se tiene que pensar ―Llevó su dedo índice a su sien ―No confunda la estrategia con la despreocupación.
Azarel Mstislav solo se había confiado una sola vez. Una. Creyendo que un grupo de rebeldes arcanos no podrían llegar demasiado lejos, creer que dejando un solo arcano vivo no desataría el caos. Desde ese momento había aprendido a jamás subestimar, ni relajarse ante las victorias de la batalla, sin una guerra terminada.
―Si saltas antes de acorralar al ciervo, se escapará. Si mueves la pieza por frustración, perderás el juego. Si corres al campo de batalla con el puro afán de matar, morirás. ―Mstislav comenzó a caminar alrededor de la mujer, sin dedicarse a mirarla directamente. ―Y por eso, aún entre la oscuridad, hay un guía… ―Mstislav ahora la miró, con aquel rostro frívolo ―Todo llegará a su tiempo, señorita Sirophas, todo se explicará completamente cuando sean dignos de ello, cuando sepa que son lo suficientemente competentes de entenderlo y seguirlo sin cuestionamientos ―Los pasos se detuvieron a escasos metros de la mujer, imponiéndose ante ella, clavándole ambos orbes azul claro.
―Por ahora, en este momento, absténganse a escuchar y a obedecer ―Dijo finalmente con voz ronca, en un tono bajo y gutural, dejando entre líneas que bien la puerta estaba abierta para cualquier arcano que pensaba retirarse en ese punto, pero, a diferencia de la primera prueba, no aseguraba un cómodo retorno a casa. Alejándose de la arcana se abrió paso entre los demás, volviendo a su lugar.
―Si no hay más inconvenientes, por favor, prosigamos. ―Mstislav acomodó sus guantes, sentándose en una silla tras un escritorio, cuando tomó asiento, las luces de los quinqués a su alrededor se atenuaron, llevando a la habitación un poco más oscura a través del manto de la noche.
―En este momento ustedes trabajan para mí, seguirán mis órdenes, su lealtad, su confianza, su silencio y su responsabilidad estarán ligadas ante la organización, ante mí. ―Entrelazó los dedos ―Tendrán lo que se merecen conforme sus acciones, podrán ser gratamente recompensados o castigados, consecuencias de sus propias acciones y decisiones… en lo personal, me satisface más recompensar a mis aliados.
Su mano danzó entre la madera y cuando todo fue silencio, chasqueó los dedos. En ese momento, el calor se apoderó de el cuerpo de cada uno de los arcanos, como si un pedazo de metal ardiendo les estuviera carcomiendo la piel lentamente, no había fuego, ni color, solo la sensación. Pronto, en el brazo izquierdo de cada uno de los individuos, apareció como una marca negra y roja en su piel, la cual comenzó a tomar una forma exacta, el sello del lobo con las espadas incrustadas a cada lado: El símbolo de Los Cazadores.
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Post by Salem Exitium on May 13, 2018 5:31:20 GMT
Por primera vez en esa jornada otra voz se escuchó, creando un ligero eco ante el silencio absoluto que había dominado aquella estancia, una femenina, contraria, que buscaba casi rebatirle al imponente hombre sus ideales, rebajarlos, minimizarlos, Salem busco con su mirada hasta encontrar a aquella criatura que hablaba desde ese punto de vista, pudo ver asomada una sonrisa casi retorcida en el rostro femenino adornado de blanquecinos cabellos largos y plumas exóticas que adornaban su atuendo, la analizo, lo que lograba divisar entre la distancia y la multitud que las separaba, prestando atención a las palabras de la fémina hasta que termino con su monologo, su contestación a las palabras del imponente hombre de mirada fría, subió suavemente y sin llamar la atención una de sus manos a la boca con la única intención de cubrirla, ocultando una sádica sonrisa que afloro, una risita ahogada e imperceptible, acallada, placentera; Su diversión había comenzado mucho antes de lo que siquiera había premeditado, estaba sin dudas emocionada con todo lo que ya había visto y ahora, tal parecía que había encontrado alguien con quien divertirse, pobre e idiota mujer, podía ver la inexperiencia en aquellas palabras, el impulso y el poco control sobre su lengua, no juzgaría si era lista o no, pero no era lo suficientemente cuidadosa, relamió los labios con un gozo poco sano, oculto, esperando la respuesta de la figura de autoridad; No pudo evitar compararlo en cierto sentido con su padre, las memorias que tenia de el en sus años de juventud ¿Cómo no hacerlo? Había cierta relación entre lo que el proponía, y los relatos que había escuchado de la boca de su padre cuando deseaba hacerla dormir, una buena historia de sus años gloriosos siempre le complacía. Si realmente aquel imponente hombre se parecía a su padre, sabía perfectamente que debía y no debía hacer o decir, pero era apenas una suposición, demasiado apresurada, apenas una sensación familiar
Quito la expresión de su rostro cuando aquella deleitable muestra de poder termino, volviendo a una expresión más seria, respirando para calmar las ansias que sentía en ese momento, sentía como si le estuvieran ofreciendo algo semejante al paraíso… “Pero todos los paraísos son falsos” No era tonta, sabía que siempre se pagaba un precio mayor, una perdida en comparación de lo aprendido. Las luces bajaron su intensidad, atenuándose, no demoro en acostumbrar su vista, cruzando ligeramente sus brazos, mirando a sus lados, buscando analizar los rostros junto a ella, a pesar de ser una mujer alta había quedado escondida entre personas de una mayor altura, hizo una mueca, sentía que se perdería de algo, aunque no era así, tenía una perfecta vista desde allí. Era hora por fin de iniciar con la verdadera diversión de aquella reunión
El sonido vibrante de aquel chasquido recorrió veloz hacia sus oídos seguido del ardor, volteo ligeramente, levantando su brazo, no tenía necesidad de levantar la tela del vestido, podía verlo a través de la suave transparencia de la fina tela, una marca, un símbolo tatuado con el fuego de un pacto sobre su piel, casi como una marca de nacimiento; Sonrió, esperando, volviendo su mirada hacia el líder, ninguna iniciación era así de sencilla y considerando las circunstancias en las que se había desarrollado toda aquella escena, no estaba segura de la posible misión que tendrían que cumplir
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