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Post by Beltaine Waters on Mar 19, 2018 1:17:56 GMT
Dos semanas de pesadilla, pero finalmente el sol había salido sobre las montañas y los árboles, marcando un nuevo comienzo para los que sobrevivieron en la tierra de Mirovia. De todos los años que Beltaine vivió en la isla, nunca recordó que una luna roja se cobrara tantas vidas. Sus agudos instintos sumado a la capacidad de sentir la existencia de otros arcanos en las cercanías hizo que le fuera difícil no sentirse obligado a luchar cada vez que salía. Hombres lobo enloquecidos, Vampiros con sed de sangre, Demonios desalmados y criaturas de ceniza rondando por doquier. Por pura suerte todavía estaba entero, pero las cicatrices en su cuerpo no desaparecerían por más tratamientos que tomase en el Spa de la ciudadela. Esos días habían pasado, porque ahora su vida no solamente le pertenecía, ahora estaba ligado al cuidado de Jouna, el hijo de su difunto amigo el doctor Dann Marino.
Esa mañana, Bel había dejado a Jouna en el apartamento y al cuidado de una compañera suya de la guardia de Aqualia. Se sentía agotado por todo lo que había ocurrido días pasados y finalmente pensaba que podía tomarse un descanso y respirar un poco de aire fresco.
Salió entre las olas y la espuma cristalina de la playa con su habitual manto celeste cubriéndole los hombros y parte del pecho. Caminó hasta un tronco refugiado bajo la sombra de las plameras y se sentó a contemplar las nubes en el horizonte.
¿Por cuanto tiempo duraría esta paz que parecía eterna? tenía la sensación de que la luna roja había sido solo el comienzo de algo más horrible que asomaría su fea cara en el futuro. Y no podía permitir que otro compañero suyo cayera en las garras de otra bestia enloquecida. Así como había pureza y bondad en la tierra de Mirovia, había amenazas y cosas que todavía no podía entender, cosas que preocupaban su mente y hacían que su cabeza diera vueltas intentando encontrar una respuesta y una solución. La idea de estarse volviendo paranoico no le agradaba, pero si no se preparaba entonces algo peor podría ocurrir.
Se echó hacia atrás, apoyando su amplia espalda contra el tronco de una palmera y dejando que la suave brisa marina alejara sus problemas poco a poco, ajeno a los enormes cocos que crecían sobre su cabeza, listos para caer en cualquier momento.
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Enzo
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Post by Enzo on Mar 28, 2018 2:10:34 GMT
Se encontraba caminando por la playa, teniendo en la boca una pipa con la que fumaba unas hierbas que lograban calmarlo. El día había sido pesado... los peces huían y poco pescó esa mañana. El comercio en la playa era pobre... la gente no la frecuentaba tanto como antes. No estaba seguro a qué se debía en realidad, tal vez que mucha gente comenzaba a encontrar diversión en otros lugares y la playa ya no estaba dentro de los planes de muchos. Vivía a esas alturas de sus ahorros y del poco dinero que ganaba al vender su pescado en las aldeas cercanas. Comenzaba a preguntarse si seguía siéndole conveniente estar asentado en la playa...
Perdido en sus pensamientos, caminó frente a un grupo de palmeras, rodeado del humo que salía de su boca. Se detuvo al ver con el rabillo del ojo una figura más grande entre los árboles. Al darse la vuelta, miró a un hombre recargado sobre uno de los troncos. No estaba seguro si podía verlo, no estaba de frente. Le veía el perfil. Alzó la mirada para ver al tope varios cocos que estaban más que listos para caer y seguramente quebrarse sobre su cabeza. Enzo caminó, quedando a sólo unos pasos cerca de él. -No me vendría mal que se partan esos cocos, tardo mucho en hacerlo. Si caen sobre tu cabeza me harías el trabajo más fácil- bromeó. Se quitó la pipa de la boca, dándole unos cuántos golpecitos sobre su cadera para guardarla en los bolsillos de su túnica.
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Post by Beltaine Waters on Mar 28, 2018 2:45:24 GMT
Desde lejos pudo percibir y escuchar los pasos de otro individuo caminando por la arena, entreabrió uno de sus ojos al oírlo y después lo abrió más para ver hacia arriba
-Si no me mató la luna, sería deplorable que lo hicieran unos cocos -Levantó el brazo y dio un fuerte golpe en el tronco, clavando la cuña de su codo en la madera que tembló dejando caer las duras semillas de la palmera, las cuales el Kelpie atrapó con ambas manos y ofrecer una al transeúnte.
-Si es muy difícil para ti, también puedo abrirlos -Dejó el resto de los cocos en la arena y con su mano extendida sostuvo firmemente el fruto antes de darle por encima un fuerte golpe seco que fracturó la corteza en pedazos, no por hacer alarde de su fuerza, sino para expresar que no era muy ameno a las bromas.
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Enzo
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Post by Enzo on Mar 30, 2018 2:34:50 GMT
Se sobó la nuca con cierta incomodidad. Tal parecía que el hombre era algo serio o tal vez muy denso para haber entendido que se trataba de una broma. Sin embargo, su mandíbula se abrió más de lo usual al ver la forma tan... ¿brutal? No... ¿Tenaz? No tenía palabras para eso, era ignorante y poco elocuente. Se acercó, tomando un pedazo de coco que se hallaba en las manos del tipo y se sentó a su lado. -Bueno... gracias. Sí como podrás ver no poseo los músculos que tú llevas en... pues en todo tu cuerpo- comentó raspando el interior del coco para comer un poco. De momento hubo silencio puesto que se sentía un poco intimidado por la fuerza del extraño pero agradecido por su buen gesto. -¡Ah! ¿La luna?- preguntó quebrando de pronto con su timidez. -¿En serio te has topado con cosas de miedo?-. Había sorpresa y curiosidad en su rostro. Enzo jamás había visto los efectos de la Luna Roja en persona, generalmente no llegaba gente así a la playa y tenía la precaución de mantenerse quieto dentro de su casa; hasta ahora, había corrido con suerte.
Tan ensimismado estaba en escuchar relatos que se había olvidado por completo de que no se había presentado aún. Era sumamente distraído, especialmente cuando se trataba de extraños. Tan acostumbrado estaba a convivir con visitantes en la playa que a veces hasta parecía que pensara que formaban parte tan elemental como la misma arena.
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Post by Beltaine Waters on Mar 31, 2018 22:32:40 GMT
Abrió la boca, y dio una mordida al coco como si este fuera de chocolate, sus poderosos dientes trituraron la dura cascara sin oponer resistencia, a pesar de que su mandíbula no era tan poderosa como la de los dragones, fácilmente podía destrozar un coco de un mordisco y después inclinarlo para beber el agua que se derramaba por su boca y resbalaba por los músculos de su cuello, algo común que estaba acostumbrado a hacer en el templo del verano y que compartía con muchos de sus camaradas, en aquellos días en que frecuentaba más los aposentos de Shangri Lax.
Volteo a ver al hombre y después a si mismo cuando salió el tema de su musculatura, ¿En verdad era tan grande?, sabía que era más alto que muchos arcanos de Mirovia, pero también sabía que había otros mucho más grandes que él, razón por la cual nunca pensó estar más allá del promedio. Nunca se fijo mucho en su apariencia o el como lo miraban los demás, todo eso siempre lo tuvo sin cuidado.
Y cuando mencionó el tema de la luna roja, el hombre se exaltó con emoción y asombro. Afortunado, afortunado todo aquel que permaneció confinado durante el tiempo que tomó lugar aquel evento desafortunado para muchos, momentos en los cuales solo se escuchaban gritos de pena y horror.
-Nunca has llegado a ver la luna roja? -Preguntó al no entender el interés nacido del tema hacia la luna -Lo peor es pensar que el próximo año se volverá a repetir -Su tono albergaba ciertas huellas de melancolía en un fallido deseo de nunca más volver a ver como la luna retomaba el temido color rojo.
-Beltaine Waters -Se presentó después de sostener el prolongado silencio que las suaves corrientes de la playa hacían más llevadero- Vives por aquí cerca o solo estás de visita? -Inquirió al ver lo relajado que se mostraba el hombre y al mismo tiempo envidiando la calma que reflejaba en su ser.
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Enzo
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Post by Enzo on Mar 31, 2018 23:44:46 GMT
Enzo notó inmediatamente que el comentario sobre la luna tuvo un peso sobre el tipo. Volteó hacia otro lado, hacia el coco que tenía en las manos pensando de qué manera podía reponer su imprudencia. -Mh, no realmente. He escuchado sobre ella, leído sobre la tableta. La he visto en el cielo pero no he sido víctima de los que terminan afectados por ella-. Se quedó callado por un momento pensando que tal vez había sido mu privilegiado de su parte. Dejó el coco sobre la arena, sobándose las manos para deshacerse de la humedad. -Las cosas han estado muy extrañas últimamente, no me sorprendería... No es común que se repita una luna roja en menos de un año.-
Finalmente el tema se quebró pero con ello una nueva vergüenza; como siempre, olvidaba presentarse, dar su nombre como primer paso de una conversación. -Ah, disculpa. Enzo- extendió la mano para presentarse, sonriendo con amabilidad. -Vivo aquí a unos cuántos metros tengo una choza; la verdad es que aquí tengo todo lo que necesito. Pesco y vendo pescado. También rondo la costa por si alguien necesita mi asistencia de cualquier tipo... Pero no mucha gente frecuenta la playa ya- respondió borrando un poco de aquél gesto de alegría que llevaba consigo. -¿Tú qué haces aquí Beltaine? ¿Viniste a tomar un descanso después de la luna? Suena a que la tuviste difícil-. El hombre parecía perturbado y un tanto cansado pero no estaba seguro si ese era su aspecto de siempre o que realmente su intuición le estaba atinando.
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Post by Beltaine Waters on Apr 2, 2018 5:50:52 GMT
Escuchar con atención a Enzlo le hizo pensar a Beltaine que el chico había nacido en una cuna de treboles de cuatro hojas vigilado por duendes que le echaban oro para que no llorase. Era increíble pensar que había corrido con la suerte de no haber sido afectado de alguna manera por la luna roja tras haberla visto y también la primer alma que atestiguaba haber sobrevivido intacto las dos semanas sin ningún atentado del tercer tipo. Pero saber que no volvería a ver esa luna hasta el proximo año no le traía ningún alivio.
-Para los arcanos un año es casi nada -Soltó junto con la cascara hueca del coco que un cangrejo se llevó apenas tocó la arena- Solo he vivido 50 años pero el último se sintió como un siglo entero -La disolución de las cortes, su trágico romance con Wild, el encuentro con los piratas de Jormungander y otros muchos combates, la desaparición de varios de sus conocidos y ahora era padre soltero del hijo de su difundo amigo... Demasiadas cosas como para vivirlas en menos de 365 días.
Agradecía el hecho de que el tema hubiera cambiado y ahora tocaban la mención de sus viviendas. El ambiente se distendió ligeramente y Beltaine comenzó a relajarse mientras conversaba. Tanto que no le importaba mencionar un par de cosas más sobre la luna.
-Los exploradores siempre la tenemos difícil con la luna -Recargó más su espalda en el tronco y llevó sus brazos a descansarlos tras su nuca, revelando una cicatriz reciente que atravesaba su basto pectoral de modo diagonal y otras de mayor antigüedad por su abdomen y su torso, todas producto de las batallas contra seres de la oscuridad- Amigos que enloquecen y te atacan, criaturas de ceniza que debes destrozar sin piedad y arcanos que se escapan y debes inmovilizarlos sin hacerles daño -Echó un largo suspiro por la nariz como si sacara un enorme peso interior- Pero seguramente lo más difícil fue rescatar a Jouna...
Sin pensarlo sacó su tableta arcana, donde guardaba una foto de él y Jouna mientras le enseñaba al pequeño como tomar las capturas. Al contemplar la imagen, una sonrisa se dibujó sin querer en el rostro de Bel junto a una mirada de ojos tristes.
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Enzo
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Post by Enzo on Apr 3, 2018 23:17:45 GMT
Mordió el interior de su mejilla sintiendo algo de culpa por ser tan descuidado con sus palabras. Poco sabía él de sufrimiento; todo eso lo había dejado atrás cuando abandonó su pueblo, a su familia y a toda la gente que creía eran sus amigos. Se había propuesto no hacer del dolor y el miedo parte de su vida y hasta ahora lo había logrado. Pero se avergonzó de ser tan privilegiado en aquél momento. Bebió del agua de coco, desviando la mirada al frente como si no pudiera sostenerla con el kelpie; se veía fuerte en su físico y también en su espíritu pero perturbado y cansado por lo que le había tocado vivir. Tragó saliva a manera pesada de escucharlo hablar así; de escuchar las verdades tristes de perder el control bajo los efectos de algo incontrolable. -Lo siento mucho- dijo al fin teniendo el coraje de verlo. -Realmente lo siento- acotó con firmeza. -Creo que no sé lo que es sentir ese sufrimiento pero de sólo imaginarlo siento algo de tristeza-.
El hombre habló de alguien llamado Jouna y acto siguiente sacó su tableta arcana. Enzo levantó la cabeza para ver mejor; vio a un chico de aspecto frágil; intercambió su mirada entre la fotografía y el rostro de Beltaine y en seguida reparó en la melancolía de sus ojos. -¿Él está bien?- preguntó ya que no estaba seguro si el chico había sido salvado y en qué condiciones estaba. Podía ver que era alguien importante para el hombre; podía verlo en la forma en que hablaba de él, el timbre de su voz, la suavidad de sus ojos. No estaba seguro si podía recordar en él mismo un sentir así por algún otro ser.
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Post by Beltaine Waters on Apr 4, 2018 4:12:02 GMT
La situación quizá se le había salido un poco de las manos, como era costumbre suya al hablar de más. Necesitaba desahogarse de una manera pacifica pero nunca quiso transmitir su pesar a otros, mucho menos a quien acababa de conocer. Se irguió y estiró la espalda, negando con una sonrisa para aparentar que todo ese pesar ya no le hacía ningún daño.
-Gracias por escuchar a este enorme idiota -Repuso golpeando suavemente el hombro de Enzo en una expresión amistosa. Lo único que le causaba cierto agovio en aquel momento era Jouna y tal parecía que eso llamó la curiosidad de su nuevo amigo quien paseaba la mirada entre su tableta y el rostro de Bel. ¿Acaso intentaba encontrar algún parecido?. De algún modo hablar con otros ayudaba a dejar ir sus pesares.
-Al principio creí que iba a morir en mis brazos -Su tono había retornado con cierta nostalgia al hablar, al recordar a su estimado amigo y las circunstancias que debió vivir- Lo encontré durante la luna roja siendo asechado por criaturas de ceniza, le debo mucho a mis amigos que me ayudaron a salvarlo, era hijo adoptivo del Doctor Marino.
Las nubes y cirros lejanos indicaban que pronto la marea podría cambiar, pero no para desatar una tormenta, simplemente elevaría el nivel del agua para limpiar y traer nueva arena de regreso a su punto de origen, llevándose tesoros y conchas marinas al fondo marino; así como pasa el tiempo, las olas y el tiempo tiñen las memorias amargas en recuerdos más dulces. En memorias y en historias cruzadas.
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Enzo
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Post by Enzo on May 12, 2018 18:14:48 GMT
Escuchó callado a la respuesta de Beltaine y no pudo evitar sentir algo de curiosidad y temor respecto a estas criaturas de ceniza. Había escuchado relatos sobre ellas pero como había mencionado antes, jamás había sido víctima de los días tan temibles durante las noches de luna roja. Esa realización lo hizo sentirse inseguro e indefenso. Sus habilidades se limitaban bastante, no tenía ningún conocimiento de defensa personal más que sus capacidades mágicas y aún así, no hacía mucho uso de ellas en realidad. -Bueno, es muy noble de tu parte cuidarlo, Beltaine -. Comprendió entonces por contexto que no era su hijo, al menos no biológico, pero podía ver rastros en su mirada de lo que realmente era ser un padre. Eso era algo que no estaba del todo seguro de poder identificar siendo que sus padres no eran ejemplos dignos de mencionar. -Qué fortuna que Jouna haya encontrado personas que estén dispuestos a protegerlo y darle cariño; si algún día gustas distraerlo puedes traerlo a la playa y podrá aprender una cosa o dos sobre pescar y montar algunas olas… -
Inevitablemente sentía una sensación rara en el estómago. Los relatos del kelpie lo habían hecho considerar seriamente su situación y la comodidad en la que siempre había vivido. ¿Estaba madurando acaso? Aún era un joven inexperto que sólo se había dedicado a aventurarse por pocos años para terminar aislado en una isla en donde bien hubiera podido empaparse de las experiencias de otros arcanos que como él, habían encontrado un refugio en Mirovia. Pero era realmente ignorante de todo; no había quién lo molestara en la playa. -Vaya… si un grandulón como tú tiene problemas durante la luna roja, ¿qué se puede esperar de un debilucho como yo? - rió amargamente pero en su mirada podía verse un temor recién nacido que comenzaba a causarle ansiedad.
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Post by Beltaine Waters on May 14, 2018 22:24:36 GMT
Dos cangrejos pequeños se pusieron a pelear a la orilla de la playa, en el límite entre la sombra fresca arena y la sombra de los árboles y los granos dorados bañados por el sol. Era en esas extrañas ocasiones donde podía conversar libremente y con fluidez que se daba cuenta de muchas cosas que ignoraba estando solo. Como el enorme cariño que le tenía a Jouna y que no solo lo había acogido por compromiso con su difunto amigo Dan Marino. Realmente se había enamorado de la ternura de su hijo y estaba dispuesto a entregar la vida por él de ser necesario.
-Estoy seguro de que le encantaría aprender a montar olas -Después de todo su hijo no correría riesgos mientras Beltaine mantuviera su dominio sobre el agua. Lo único que le preocupaba era que las emociones fuertes pudieran despertar la enfermedad cardíaca del pequeño.
El comentario de Enzo levantó un sentimiento de intriga y de miedo sobre lo que podría depararles el futuro. La luna roja acababa de pasar, pero el proximo año regresaría y nadie aseguraba que no empeoraría año con año. Esta última ocasión perdió a un amigo y casi pierde a su hijo; si quería que algo así no se volviese a repetir, tendría que hacer algo para evitar que la luna roja siguiera tomando víctimas.
Entonces una imagen apareció en su cabeza: Su mansión hundida en los manglares, esperando a ser levantada y reconstruida.
-No te preocupes -Repuso agachándose para mirar a Enzo a los ojos- En la próxima luna roja levantaré un fuerte, y juro que los protegeré a todos -Su resolución determinada se sujetó con firmeza a su convicción de no volver a sentir miedo. Por él, por Jouna y por toda Mirovia.
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Enzo
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Post by Enzo on May 16, 2018 6:05:30 GMT
La respuesta de Beltaine la tomo como quien agradece un buen gesto pero no tiene intenciones de tomarlo. Estaba bien, su invitación era sincera y estaba dispuesto recibirlos si así lo deseaban. Podía darse cuenta que estaba pensativo y no era algo de sorprenderse, finalmente el hombre venía de una lucha extenuante. -¿Un fuerte? ¿Dónde? - preguntó con curiosidad genuina. ¿Sería lo suficientemente grande como para proteger a toda Mirovia? No quiso sonar pesimista puesto que no quería tampoco romper la burbuja que tal vez el hombre estaba creándose por lo que se limitó a escucharle y a mostrar interés en su proyecto. -Suenas convencido de que así será… Pero mi poca experiencia me ha enseñado que no se puede hacer todo solo – era irónico viniendo de su parte puesto que llevaba años aislado del resto pero lo decía en serio… las cosas terminaban truncas la mayor parte del tiempo si sólo se limitaba a realizarse por una sola persona.
Se puso de pie, sacudiendo sus ropas de la arena que se le había quedado en las telas. Se cubrió la cara para mirar hacia arriba y ver el cielo; estaba despegado y el sol brillaba más fuerte que nunca. Las gaviotas cantaban anunciando que era su hora cazar; seguramente los peces estaban picando en alguna parte de la playa. -Deberías tomar un poco del agua de coco; el calor es engañoso – dijo sin mirarle guiñando un ojo por la intensidad de los rayos solares que lastimaban un poco su vista. -Pues bien Beltaine, supongo que eres un héroe, es más de lo que yo puedo decir de mi persona – volvió a mirarle. Se cruzó de brazos tratando de recordar si alguna vez había sido tan valiente como el tipo decía serlo pero nada; no se le veía nada a la mente. -Creo que nunca he hecho algo como lo que tú has hecho por alguien, ni tampoco he sentido esa necesidad de proteger a alguna persona. Todo lo que he hecho ha sido para mí y para mí solamente pero ha de ser… distinto vivir como tú – el monólogo del chico era tal vez un reflejo de una minúscula inseguridad por ser ignorante a las experiencias del kelpie. ¿Tal vez se sentía celoso?
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Post by Beltaine Waters on May 18, 2018 21:26:03 GMT
Las inquietudes de enzo sobre la hazaña planeada por Beltaine entablaron la constante de lo que se requería para llevarla a cabo, pero eso no desanimaba al Kelpie quien se sentía más relajado tras haber mantenido una comoda charla con el chico.
-Nunca he estado solo -Respondió mirándolo por encima del hombro, recordando a todos los arcanos que se habían topado con el pese a cualquier situación que se hubiera formado, cada uno había sido un como un martillazo que moldeo su carácter, eso incluía a Enzo que con gratitud Beltaine le sonrió.
La marea había subido un poco más y la espuma rascaba los bordes de la sombra del árbol donde ambos conversaban. De solo mover un poco la muñeca, una ola siguió su avance hasta mojarle los pies a Enzo y ser absorbida por la arena, una manera en la que Beltaine reflejaba ya no estar tan tenso, pero el resto de las olas mantenían el mismo transcurso y dentro de poco ambos se mojaban los pies sin acercarse a la orilla.
-Hace mucho que no hacía esto -Dijo quitándose su chaleco largo traslucido y dejándose caer de espaldas en la arena mojada a la espera de que las olas le trajeran su espumoso abrazo a su amplia espalda y remojaran su pesado cuerpo. Con los brazos extendidos empezó a inhalar profundamente- La soledad solo es una compañera ocasional, inevitablemente encontrarás compañeros y amigos que valdrá la pena proteger -Sin importar cuanto tiempo pueda tomar, pero ya lo supiera o no, Enzo ya había encontrado uno.
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Enzo
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Post by Enzo on May 26, 2018 19:45:16 GMT
No estaba seguro de poder creer en las palabras de Beltaine y no porque pensara que estaba mintiendo de manera deliberada pero no estaba seguro si su destino había sido hecho para estar acompañado. Las cosas siempre le salían mal de alguna manera y por eso es que terminó por aislarse a la soledad de la playa. -Bueno, nunca está de más tomar un descanso en la arena… Aunque el Sol a veces no sea muy gentil – respondió aún sin mirarlo. Enfocaba su vista a los riscos altos que rodeaban la orilla en algunas partes que quebraban con la pureza del color de la arena y la vastedad del océano. Un paisaje de lo roto de la tierra y de la forma tan necia de salir de entre la quietud.
Sintió el agua sobre sus pies; la marea subía. Estaba de más advertirle a un ser acuántico sobre ello, no corría ningún riesgo. -Últimamente el mar está inquieto – murmuró bajando la mirada hacia el agua y las pequeñas burbujas que quedaban en la superficie de la arena, justo después de que la corriente se meciera por encima de ella con diligencia. -Con los años he aprendido a entender el lenguaje del océano… Algo está por ocurrir, algo distinto, no como lo que hemos visto antes… siento. Tu fuerte parece ser una necesidad más que un sueño o un anhelo personal -.
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Post by Beltaine Waters on May 27, 2018 22:34:11 GMT
El macho harpía resultó ser más inquisitivo de lo que Beltaine había pensado. Sentía como las suaves olas hacían huecos debajo de la arena moldeandola a su cuerpo. Se quedó mirando las ramas del árbol que les daba sombra antes de responder a la suposición que Enzo había hecho
-Cada vez hay más anomalías en Mirovia, la isla necesita protección -Y el quería recuperar la tranquilidad y seguridad que alguna vez había sentido cuando llegó, asolado por la cacería de arcanos en el exterior que llegó a su fin cuando el Kelpie llegó a lo que se había convertido en su hogar.
-¿También llegaste aquí guiado por una voz? -Echó la pregunta al aire con cierta añoranza al mirar recuerdos dibujados entre los orificios de las ramas de palmera donde se metía la juguetona luz del sol. Días en los que su alegría era batirse a duelo con sus camaradas en el templo del verano hasta caer agotado por las ardientes batallas de fuerza y vigor. Últimamente ya no peleaba por gusto, sino para sobrevivir; la diversión se había esfumado al apretar sus puños contra los enemigos de Mirovia que también eran los suyos. Peleaba, pero para que nadie más tuviera que hacerlo. Pero la idea de protegerlos a todos en un fuerte era mucho más factible que pelear contra un ejercito de monstruos que figuraban en su cabeza como la mayor amenaza que pudiera surgir en un futuro. Todavía quedaban cientos de incógnitas sin resolver que si se ponía a pensar, podrían destruir a toda la isla de resultar tan amenazantes como la exagerada imaginación de Beltaine podía hacerlos lucir. Eso solo lo hacía querer levantar un fuerte de la misma manera que pudo levantar una mansión con ayuda de un herrero, un carpintero y un constructor.
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