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Post by Deleted on Apr 29, 2017 8:23:20 GMT
En uno de sus ratos de descanso se puso a revisar su tableta arcana; la pantalla se encontraba repleta de mensajes sobre situaciones que no comprendía o le parecían de lo más molestas. ¿Pero quién era él para decir que lo eran? Sólo leía, atento a todo lo que decían, recargado sobre uno de los pilares del templo, un tanto aislado de la gente y del ruido. Ya comenzaba a caer la noche, haciendo más gentiles los rayos del sol, tanto en su fuerza como en su brillo. En un momento, todos los participantes de la conversación se encontraban sumamente embriagados, al grado que comenzaron a discutir entre ellos. Y entre los que se encontraban platicando en ese momento se encontraba Kaira, el chico a quien había invitado al baile. No había podido llegar junto con él puesto que, como bardo, debía estar antes para prepararse además de que el otro había dicho que le tomaría tiempo arreglarse; no quería presionarlo y limitarlo a un horario por lo que hubo un silencioso acuerdo de verse ya en la fiesta.
Entre más pasaba el tiempo, podía ver que el embriago del unicornio empeoraba más y más. Parecía estarse divirtiendo pero tal vez podría llegar a quedarse dormido en algún lugar o peor, hacerse daño. Lo mejor sería ir a buscarlo, no tanto por imponerse como su acompañante sino simplemente ser un buen amigo y sacarlo de un apuro, si es que se metía en uno. El chico ya le había dado algunas referencias... flores... Sí, claro... las había por todos lados. Pero los lirios y las hortensias, esas parecían no haber en cada mesa y rincón por lo que se dedicó a buscarlo rodeado de ellas. El templo era muy grande y era aún más difícil moverse entre tantas personas. Seguramente que Aesther estaría de lo más contenta. Caminó entre la gente, colocando suavemente su mano sobre algunos hombros para hacerse camino. Hasta que por fin, en uno de los rincones, cerca de uno de los quioscos del lugar, se encontraba Kaira. Parecía que aún no lo veía; se encontraba con los ojos puestos sobre su tableta, seguramente aún al pendiente de lo que se decía por ahí. Admitía que era divertido pero las cosas parecían ir tomando caminos más... hostiles.
Caminó por fin hacia él, sintiéndose aliviado de haberlo encontrado por un momento ignorando su aspecto puesto que estaba muy enfocado a su misión de ir en su asistencia, si es que era necesaria. Sin embargo, estando más cerca, pudo notar los detalles de su manera de vestir. Aquél vestido que parecía encontrarse adherido a su piel, mostrando su cuerpo por debajo de la tela semitransparente. Inevitablemente se sonrojó. Se detuvo en seco, por un momento titubeando sobre si debía acercarse estando con semejante coloración en sus mejillas. Sí, debía hacerlo. Siempre podía culpar unas cuántas copas de aquellas bebidas que habían hecho su (travieso) trabajo. -Por fin te encontré- comentó llevando las manos a sus costados con cierta tensión. Por un momento no supo qué hacer con su cuerpo. ¿Debía estrechar su mano? ¿Tocar su hombro? No estaba acostumbrado a tales situaciones... vaya que había perdido la práctica. Carraspeó, llevándose uno de sus puños a la boca. Sentía un cosquilleo en las yemas de sus dedos mas se abstuvo de tocarlo por lo que se cruzó de brazos, consiguiendo al fin una postura que lo hiciera sentir más cómodo y en control. -¿Qué tan ebrio crees que estás?- preguntó de pronto sintiéndose ligeramente más tranquilo puesto que podía sentir la risa salir de su boca con mayor naturalidad.
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Post by Kaira Voll on Apr 29, 2017 8:46:26 GMT
No entendí absolutamente nada de lo que pasaba en el chat, se esforzaba en comprender la discusión pero no daba con el qué, tal parecía él había hecho algo pero sus amigos insistían en que no fue así. Les creería. Tristán se había ofrecido a ir por él, pues en su estado podría hacer mucho, qué lástima, porque se suponía aquello era una cita, o eso habían acordado... pero por cuestiones ajenas a ambos no habían podido verse en todo lo que llevaban en la celebración.
Tristán había tardado ya en aparecer, quizás no le había dado bien la referencia de su ubicación. Estaba atento a la tableta por si le escribía o algo, así podria decirle exactamente donde estaba... aunque no lo sabía pero, al sentir una sombra sobre de él y escuchar aquella voz supuso que ya no era necesario. - Hehehe... no sé... - respondió dejando la tableta de lado y poniendose de pie para recibir a su amigo. - Que guapo te ves... - acarició el pecho del peliverde quitandole algo de polen de la camisa. - Perdona... se supone que no debía ser así... - Ya en persona no se veía en tan mal estado como aparentaba en la tableta. Se sentía euforico pero podía hablar con fluidéz. - Creo que he tomado un poco de más... ¿por qué no me advertiste que esas bebidas no eran jugos? -le reclamaría dando un golpesito en su hombro.
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Post by Deleted on Apr 29, 2017 9:19:39 GMT
No esperaba ser tocado por aquellas manos en ese momento; sintió un pulso de energía sobre su cuerpo. Aquella cercanía había sido un poco más íntima que las veces anteriores en que lo había visto pero... Kaira acostumbraba tocarlo seguido, no se lo tomaría por otro lado, además de que, en ese estado, bien podría estar actuando con un poco más de impulso. Le ardían las mejillas con el sonido de aquellas palabras. ¿Por qué? ¿por qué? ¿por qué? Se sentía sumamente expuesto. -¿Tú crees?- comentó algo avergonzado, mirando hacia otro lado para aferrarse a un poco de compostura. Si seguía mirándolo, seguramente que su rostro competería con los rosales rojos de Aesther. -No creo opacarte ni por una pizca de segundo, Kaira-. Dudaba realmente que su aspecto resaltara entre aquella multitud y menos encontrándose al lado de alguien tan hermoso. -Ah... no, no te disculpes. Si de alguien es la culpa creo que es mía; apenas y pude tomarme un momento libre-. Llevó una de sus manos sobre su frente para sobarla; había estado tocando el harpa toda la tarde, debía admitir que sus dedos estaban ya algo cansados.
Rió al recibir aquél pequeño reclamo y un poco más con ese golpecito, el cual dejó un pequeño cosquilleo en su hombro. -Supuse que era de esperarse; es una fiesta de cumpleaños- acotó con cierta burla. -Pero supongo que... es fácil confundirse... las bebidas de Aesther son tan dulces que no puede percibirse su sabor embriagante-. Por un momento miró a su alrededor. Por eso la gente estaba especialmente activa aquella noche... tenía sentido. -Supongo que habrán varios con muchísima decepción esta noche; asumo que tu equilibrio no se encuentra en el mejor estado para bailar, ¿cierto?-. Al decir esto llevó su dedo índice sobre el brazo del chico para darle un pequeño empujón y probar su capacidad para mantenerse de pie. Tal vez, sólo parecía estar más ebrio por escrito... sólo tal vez.
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Post by Kaira Voll on Apr 29, 2017 15:25:41 GMT
Los halagos no paraban, a veces estaba bien recibirlos y se sentía bien con ello. Intentó esconder la risa que le provocó la invitación a la pista de baile, más no la rechazó; Tomando la diestra del unicornio de crin verde lo guió hasta donde la multitud danzaba. — Lo suficiente para no poder escribir bien .... pero no tanto como para tropezar. — esbozó una sonrisa. — Trataré de no pisarte... —bromeó, porque claro, de saber bailar lo hacía muy bien.
Tomó al muchacho de manera en que lo guiara en el baile, después de todo el otro era muchísimo más alto.
— Después de esto no volveré a tomar más — aseguró pues no quería terminar mal y perder la compostura en la fiesta de su soberana, menos con tantos invitados tan importantes ahí.
Levantó la cola de su traje, llevándola sobre uno de sus antebrazos para no tropezar, no quería pasar una vergüenza, nunca.
Lo rato era que en todo lo que llevaba en la fiesta no había visto a sus amigos para nada... supuso que estarían ocupados o llegarían más tarde.
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Post by Deleted on Apr 29, 2017 18:49:34 GMT
Tristán se quedó paralizado por un momento. Vaya que para ser un bardo era torpe con sus palabras. Aún no planeaba invitarlo a bailar pero parecía ser que el chico era lo que había entendido. No quería corregirlo puesto que lo que menos quería eran malinterpretaciones. -Creo que el que debe disculparse de antemano soy yo Kaira; tengo muy poca gracia- comentó con nerviosismo. Sonaba a broma pero habla en serio, muuuuy en serio. El don de la música era lo suyo realmente pero el baile... eso ya era aspirar a cosas imposibles. Se le escapó una risa al escucharlo decir aquello. -Eso suena a algo que diría una persona que está a punto de contradecirse-. Estaba colocándose ya sobre la pista de baile, encontrando un espacio entra la gente que ya se encontraba danzando. Algunas en pares y otras por separado, pero todos parecían estarse divirtiendo demasiado.
El lugar comenzó a iluminarse con una luz distinta; las hadas sobrevolaban las lámparas colgantes de papel y las encendían para alumbrar todo antes de que cayera la noche. Tristán alzó por un momento la cabeza y mirar a todas aquellas pequeñitas hacer su trabajo, incluso sonriéndole a varias que conocía. Torpemente se acomodó para bailar, sin embargo, estaba tan nervioso que la mano que debía colocar sobre la cintura, se encontraba más cerca del pecho que de aquél punto. Carraspeó. -Disculpa, ya perdí la práctica-. Dándose cuenta de su postura tan incómoda bajo un poco más la mano, apenas rozando aquél vestido. Podía sentir que por debajo estaba su piel y eso le hizo sentir un escalofrío detrás de la nuca, pero, no había otra manera de bailar. El cosquilleo en sus manos era increíble pero intentó ignorarlo para comenzar a moverse al ritmo de la música. Esperaba no tropezar, ni pisarlo, en resumen, no ser tan horrible bailando que Kaira no quisiera volver a hacerlo jamás. Un tropezón. Cerró los ojos por respuesta natural, como si con aquello pudiera borrar su torpeza. -Perdón... perdón- dijo suavemente mientras sus nervios comenzaban a delatarlo al liberar aquella risilla incontrolable. -Por favor, sólo dime qué has hecho hoy estoy tan nervioso...- se le hizo un nudo en la garganta en el peor momento. Oh no... ahí venía, ese calor, ese color... ¡Qué vergüenza! -¡Nervioso por mis habilidades tan inadecuadas!- completó mientras volteaba ligeramente su rostro para toser, justificando inútilmente aquél nudo en su voz.
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Post by Kaira Voll on Apr 30, 2017 1:47:15 GMT
Entre que Tristan se encontraba nervioso aunado a que no sabía bailar y que Kaira se encontraba algo mareado no daban una en la pista. Empezando porque sentía la mano de Tristán en su cintura pero... no lo tocaba con naturalidad, lo sentía demasiado nervioso ¿habría hecho algo? ¿Estaría enojado con él por verse tan tarde? Después de todo aquella era una cita, según habían acordado y no estaba yendo nada bien.
— ¿Pasa algo? — Lo cuestionó levantando su rostro para encontrar el del peliverde. El sonrojo en sus mejillas era demasiado intenso. Tantas disculpas, los tropezones... comenzó a reir, no en burla, jamás se burlaría de él, pero le enternecía que después de todo se estaba esforzando en ello. — Bueno, no todos estamos hechos para bailar... — era un alivio que solo fuera eso, no quería tener problemas con el bardo, le agradaba, era un buen chico.
— Que te parece si salimos a tomar un poco de aire... me siento mareado y... tú estás completamente colorado... qué calor... — sugirió deteniendo el baile, separandose un poco para comenzar a andar entre la multitud, pidiendo permiso para no importunar a los danzantes para salir de ahí sin mayor complicación.
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Post by Deleted on Apr 30, 2017 3:30:16 GMT
¡Ah! Kaira comenzó a reírse, por un momento sentía que debía hundir la cabeza en la tierra, pensando que se estaba burlando de él, pero no... su amigo no haría tal cosa. Por lo que en lugar de cohibirse más por aquello comenzó a reír. -¿Sí verdad?- comentó a manera de respuesta. Comenzaba a sentirse más relajado, realmente, no había por qué estar nervioso. Intentó llevar a cabo el baile por un rato, fallando por completo, hasta que el otro unicornio hizo una sugerencia que le pareció de lo más acertada. Necesitaba relajarse, suspirar un poco y estar tal vez lejos del grupo tan grande de gente. Accedió silenciosamente, moviendo su cabeza mientras apretaba sus labios con algo de vergüenza, pero era lo mejor. Estaba ya bastante apenado de pisar tantas faldas.
Siguió al joven hasta unas jardineras que se encontraban un poco alejadas de la pista aunque aún recibiendo de aquella iluminación proporcionada por las lámparas colgantes. -Sí... sí está muy caliente. Creo que se debe a la danza de la Corte de Verano- comentó recordando aquél número tan impresionante. Tomó asiento sobre la piedra de la jardinera, ayudando al chico con la falda tan delicada de su vestido. La tela parecía ser de un material sumamente delicado, sería una lástima que se manchara de polen o de tierra. Pasó na mano por su rostro para someter su rubor; podía sentirlo ya más apaciguado. El sentirse que pasaba más desapercibido comenzaba a calmarlo. -¿Habías venido al Templo de la Primavera antes?- preguntó de pronto, apoyando sus manos contra la jardinera. -Recuerdo que la primera vez que vine me sorprendió su belleza pero también la calidez con la que todos se tratan aquí; no me fue necesario conocer a las demás cortes. Inmediatamente supe que este era mi hogar-. En su tono podía percibirse un dejo de melancolía pero su rostro no dejaba ver otra cosa que no fuera alegría y un profundo amor. -Creo que para nosotros es importante estar rodeados de lugares como éste...-. Generalizaba en realidad; no todos los de su especie aspiraban a rodearse de pureza y de encontrarse en un entorno lleno de tanta vida, pero Tristán sentía que era lo más cercano a lo que había antes de que sucediera la Gran Caza. Kaira era muy joven por supuesto... muy probablemente era afortunado de no conocer la crueldad del ser humano.
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Post by Kaira Voll on May 1, 2017 2:22:11 GMT
- ¿También lo viste? - preguntaría emocionado cuando Tristán mencionara el espectaculo de Ajani. - Ra se veía tan guapo, bueno... ¡todos! Estoy seguro que la señorita Aesther está feliz. - Tomaría asiento junto al mayor agradeciendo sonriente la ayuda.
- He venido al bosque pero nunca había pasado al templo. Es muy hermoso, no me imaginaba que fuera así. Tiene un ambiente tan agradable, se puede respirar la paz, sin duda refleja la personalidad de la señorita Aesther. -tras escucharlo y notar a lo que se refería, o supuso que se refería a la Gran Caza, éste solo le dio un empujoncito con su hombro para animarlo.
Calló por un buen rato, extrañamente no tenía mucho que decir, pues hasta apenas cayó en cuenta de lo que estaba pasando ahí. ¡claro! Por eso Tristán tenía las mejillas encendidas y se encontraba tan nervioso, menos que hace rato, pero sí podía notarlo aún. - Entonces... - voltearía a mirarle a los ojos.- ¿Tenías algún plan para hoy?
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Post by Deleted on May 1, 2017 4:13:23 GMT
Tristán dejó soltar una carcajada ante aquél comentario; Kaira tenía razón, el fénix se veía bastante bien. -Es cierto, no me imaginaba que tuviera ese cuerpo en realidad-. También concordaba con algo; Aesther seguramente estaba muy feliz. Pudo verla desde la distancia, con aquella sonrisa alumbrada por el fuego de las antorchas. Podía identificar en su rostro alegría; no se tenía que conocerla mucho cuando ese sentir era tan genuino, tan grande y contagioso. De igual manera le sonrió al chico al escucharlo hablar de aquella manera. Aunque el Templo no era propiamente su hogar, sentía un orgullo inmenso el saber que le complacía encontrarse en él.
Recibió aquél empujoncillo riéndose y sobándose un poco, fingiendo dolor. -No tenía nada en mente-. Suspiró, apoyando sus manos sobre la piedra de la jardinera mientras echaba el cuello hacia atrás. Necesitaba relajarse, tanto rato sentado y concentrado en las piezas que le pedían había sido un tanto cansado, y aún más con tanta gente a su alrededor. -Recuerdo que dijiste en esas conversaciones tan caóticas con la tableta que deseabas tomar muchas fotografías; pensaba que tal vez te gustaría dar un tour por el Templo. Aesther tiene flores aún más extrañas... creo que te gustarían. No creo que se moleste si te doy algunas semillas-. Debía de hacer que el chico aprovechara su visita, realmente no es que fuera una oportunidad de una sola vez en la vida pero no se daba todos los días. -Aprovecha que tienes contactos en el Templo; no todos tienen acceso tan privado. Sea cual sea el proyecto que tengas, es buen momento para empezarlo- indicó.
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Post by Kaira Voll on May 2, 2017 21:53:25 GMT
Voltearía a mirarle con emoción al escuchar aquella propuesta, sin duda aceptaría. - ¡Me encantaría! -respondió casi levantándose de su lugar. - La verdad… las fotografías son para un amigo… que no pudo venir… - y seguramente ni quería hacerlo, pero bueno, no importaba.
¿En verdad me regalarías unas semillas? - sus ojos se volvieron a iluminar, no pensó poder tener tan preciosas flores en su hogar, poder estudiar de ellas y obtener algún remedio de ellas… o un delicioso té. - Me encantaría… - dijo sintiéndose conmovido ante tan mágica propuesta.
Poniéndose de pie, tomó a Tristán de las manos para que lo llevara al paseo por el templo, no podía esperar, todo parecía tan mágico que hasta la borrachera se le bajó. Sentía una calidez en el pecho, todos parecían ser buenos con él, que afortunado se sentía estar rodeado de gente tan buena.
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Post by Deleted on May 4, 2017 20:51:38 GMT
Le causó satisfacción ver el entusiasmo de Kaira ante su propuesta; qué bien, había sido una buena idea después de todo. -Ya veo- se sorprendía del motivo de su proyecto pero le pareció sumamente considerado. -Espero que algún día pueda visitar; que no quede sólo en las fotografías- comentó sonriéndole al unicornio. Lo siguiente que haría sería dejarse llevar por los movimientos del chico quien lo tomó en seguida para que comenzaran con su paseo. Tristán no pudo hacer más que sonreír; vaya que se había entusiasmado. -Espera, espera... no sabes ni a dónde vamos- comentó mientras se hacían camino entre los invitados. Kaira caminaba hacia la torre que daba a una de las cúpulas del Templo por lo que Tristán jaló un poco para redirigirlo al lugar a donde deseaba llevarlo. -Por aquí no es; ven-. Caminó con cuidado entre la gente, tratando de no chocar contra ellos. A este punto todos parecían estar ya muy abandonados por los efectos del alcohol. De sólo pensar el trabajo de los sirvientes para limpiar todo el lugar, se sentía mal por ellos. Entraron por una de las puertas del Templo, pasando sin problemas frente a uno de los guardias que protegía la entrada. Conocía bien al unicornio así que no hubo ninguna traba. Por dentro, el lugar era sumamente hermoso. Alumbrado de luces azules y rojas por pequeñas burbujas flotantes proporcionadas por las hada y decenas de enredaderas que colgaban de los techos. Era un bosque dentro del Templo. Las puertas que se encontraban en los pasillos se encontraban cerradas por lo que no podía verse mucho del interior de las habitaciones. Pensó en mostrarle todo lo que pudiera pero tampoco quería violar la privacidad de la Soberana, suficiente era con adentrarse a su pequeño y oculto jardín. Caminaron por los pasillos hasta llegar a una puerta al final de uno de los corredores. Tristán la abrió y al hacer esto crujió causando un eco que logró resonar a pesar de la música y las voces que venían del exterior. El camino se enroscaba hacia abajo, era oscuro y húmedo; se pregunta si Aesther no se asustaba al bajar por aquellas resbalosas escaleras. Sólo unas pequeñas luces azules alumbraban tenuemente. -Ten cuidado- dijo mientras descendían. Podían escucharse los ecos que hacían las gotas del sereno al caer sobre la piedra. Poco a poco una luz azul fue alumbrándolos, anunciando que estaban llegando al lugar indicado. Las flores parecían brillar por su propia presencia, era realmente impresionante. Pocas veces Tristán había entrado al lugar pero aún se sentía sumamente asombrado por tal belleza. Soltó la mano de Kaira para quedarse de pie y apreciar el lugar, lo miró sonriente, esperando a que el chico pudiera explorar y tomar todas las pictografías que quisiera. -Seguramente que esto le gustará mucho a tu amigo; deberías tratar de subirte al árbol, así podrás captar todo el lugar-.
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Post by Kaira Voll on May 8, 2017 17:48:57 GMT
Reía con nerviosismo, ¿a donde lo llevaba? Esquivaba la gente divertido e intrigado... ¿qué clase de secretos guardaba Aesther en el templo?
Sin soltar su mano, seguía a Tristán muy de cerca, sintiéndose cada vez más nervioso. Con cuidado bajó las escaleras, ¿que era eso que se escuchaba? ¿Agua? Podía sentir la humedad entre más descendía...
Finalmente estaban ahí, frente a un hermoso y abrumador escenario, nunca había visto algo así, no daba crédito a lo que veía. Se quedó pasmado por varios segundos, recorriendo el lugar con la vista. Hermoso. Cerró la boca pasando saliva, ni siquiera tenía palabras. — ¿Qué es esto? — preguntaría adelantándose un par de pasos escuchándolo. ¿Estaría bien tomar fotografías? Si Tristán decía que estaba bien, él le creería pero... aún así...
— ¿como me voy a subir al árbol? — su vestido se podría arruinar... pero, que importa. Oportunidades así no se daban todos los días. Después de pensarlo mucho se decidió finalmente a trepar semejante árbol. Se arremangó e intentó amarrarse el cabello en un chongo improvisado, sosteniéndolo con una rama seca que encontró en el piso.
— ¡Necesitaré tu ayuda! — no iba a poder subir solo, ese era un hecho. Iba a necesitar, él no era tan alto, mucho menos atlético y ágil después de todo.
Con cuidado, caminaba por las rocas del riachuelo con cuidado de no caer, menos mal que ya no estaba bajo los efectos del alcohol, si no, aquello sería doblemente peligroso.
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Post by Deleted on May 8, 2017 21:39:37 GMT
Se sintió avergonzado de ni siquiera ofrecerse para ayudar al otro unicornio. Por supuesto que necesitaría su ayuda. -Lo siento... qué tonto soy- exclamó dándose un pequeño golpe en la frente mientras se acercaba a él. Reía de nervios pero también al ver la preocupación del muchacho así como su determinación. Se apresuró para acercarse a él, tropezando un poco por la humedad del suelo. Llegó a la base del árbol, tratando de ver cuál era la rama más cercana y también la más resistente. Por suerte, parecía que sería posible llegar a ella sin ningún problema. -Creo que ya sé cómo- dijo más para sí que para Kaira. Rascaba su barbilla como si el plan en su mente fuera de lo más elaborado. No se le daba mucho la pictografía en realidad, pero de sólo imaginarse lo bien que se vería el jardín desde aquél ángulo se sentía entusiasmado.
Sin decir nada se hincó frente al muchacho, bajando un poco su cabeza. -Siéntate sobre mis hombros- dijo aún con el rostro hacia abajo, esperando sentir el peso de Kaira sobre él. No parecía pesar mucho por lo que no se le hizo una idea del todo descabellada, sólo debía tener cuidado de no resbalarse porque sino, el otro sería quien recibiría el impacto más fuerte. Levantó su cabeza para sonreírle al unicornio y dar unos pequeños golpes sobre sus hombros como si fuera necesario señalar dónde debía de colocarse. -No hay que hacer a tu amigo esperar-.
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Post by Kaira Voll on May 14, 2017 0:36:10 GMT
Lo único que no quería era caer y arruinar su vestido, eso era obvio pero si Tristán le ayudaría quizás no tendria de qué preocuparse. Apretó los labios no muy convencido de la idea, aunque confiaba en Tristán no podía confiar en sí mismo, no estaba dotado con habilidades atleticas, sería un problema, de igual manera lo intentaría. Levantó un poco el faldón que llevaba, así sería menos estorboso para su amigo y no hacerlo tropezar; con confianza se sentó con cuidado sobre los hombros de su amigo, rodeando su cuello con sus muslos; la parte buena es que Tristán era muy alto, no tendría problemas en alcanzar la rama más baja.
En cuanto el mayor se incorporara sentiría un poco de vértigo, lo mejor sería desde ya no ver hacia abajo... y aunque no estuviera tan alto aún, no quería dar pie a ansiedades.Instintivamente apretó un poco las piernas para sostenerse y manteniendo el torso firme se equilibraba para no caer tal cual largo era. — Tristán, no me dejarás caer ¿verdad? — aunque confiaba en su amigo totalmente debía estar seguro en ello.
Gracias a la ayuda de su amigo, logró alcanzar la rama más cercana, sujetandola con ambas manos colgándose del tronco aspero y húmedo; no poseía de mucha fuerza, por ello, le era complicado cargar su propio peso para impulsarse hacia arriba; abusando de la confianza de Tristán, pisó sin ver sobre él, no pudo ver, pero lo que usó para impulsarse fue la cabeza de su amigo. Ya había pedido todo el glamour, poco le importaba ya ensuciarse o mostrar de más, solo le interesaba poder trepar al árbol.
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Post by Deleted on May 17, 2017 14:31:30 GMT
Se tambaleó un poco al sentir el cuerpo de Kaira sobre él a la par que comenzaba a levantarse. Colocó sus manos detrás de las rodillas del unicornio para darse mayor seguridad. Su rostro empezó a ponerse muy rojo por el esfuerzo. Apretó sus labios para no dejar escapar ningún tipo de resoplido que delatara su lucha y preocupación, sin embargo, se llenó de determinación al escuchar las palabras de Kaira. Sólo iba a ser un poco lo que lo cargaría, era cuestión de acercarlo hacia el árbol para que se sostuviera sin problemas. -Sí, no te preocup... ¡AH!- a punto de responder, sus palabras se quedaron atrapadas en su boca al momento en que el chico, de manera muy descuidada usaba su cabeza como apoyo para subir. Se encogió de hombros mientras en su rostro podía verse totalmente el dolor que su cabeza estaba recibiendo en aquél momento.
No duró mucho en semejante situación ya que por suerte el unicornio había logrado subirse al árbol. Miró hacia arriba sólo para asegurarse y en poco tiempo dio un pequeño salto para sostenerse de la misma rama sobre la que Kaira ya se encontraba sentado y se impulsó con la fuerza de sus brazos. No fue tan fácil como pensó pero lo logró después de un par de fallos. Aún con las mejillas enrojecidas por el esfuerzo, se sentó al lado del otro, sosteniéndose de la rama con una de sus manos. -Bueno...- su respiración estaba algo entrecortada por lo que hizo una pausa para tragar saliva y rascarse un poco la nunca. -Sí, bueno, pues... toma todas las fotos que quieras. Aquí hay plantas de lo más raras... Aesther nunca me ha dicho de dónde proviene cada una. Siempre termina contándome otras cosas-. Volvió a quedarse callado, echando un vistazo general al lugar. Dejó escapar una sonrisa mientras sus ojos se paseaban por toda la gran habitación.
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