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Post by Deleted on May 6, 2017 20:28:32 GMT
—Entonces debe ser difícil para usted, no creo que existan muchas cosas así aquí ni para los nuestros—dijo mientras que girando a la izquierda daba el pase para que ingresara a la pequeña tienda de chucherías, cosas de la vida diera se encontraban en aquel negocio, desde trastos, prendas y por supuesto los bolsos de viaje. A un precio razonable y en útiles condiciones, aunque también existían artículos lo suficientemente bonitos.—No puedo leer sus pensamientos, pero puedo intuir su comportamiento y temperamento, madame.—Agregó echándole una ojeada al viejo que descansaba tras el mostrador, con rostro ceniciento y apagado, el cual a penas levanto la vista hacia ellos.—Si no le gusta lo que hay aquí podemos ir a un lugar más…elevado. Enarco una ceja negra, siempre pensaba en la practicidad, antes que en la apariencia de los objetos, pero ese era él y ella podía ser diferente.
Manteniendo el resto de las respuestas a su conversación para si un tanto más, con la boca puesta en una sonrisa pero con una nube sobre los ojos, reclinándose contra una de las columnas de madera de la construcción, miro hacia ella con los brazos cruzados en actitud relajada. Como si buscará arrancarle el fin a esa curiosidad, alguna razón real de porque quería saber, el porqué se mostraba renuente él lo sabía aunque últimamente, a veces, pensaba ¿y qué importa?, ¿Qué eres?, ¿Qué era en si la importancia?, ¡ El respeto de los necios, el asombro de los niños, la envidia de los ricos, el desprecio del sabio….aquí y en el mundo humano. ¡patrañas!— “La vérité, l'ápre vérité”…
Susurró masajeando el cuello mientras encendía de nueva cuenta el cigarrillo que se había extinguido por el viento.—No es cuestión de deber, el deber me ata a la apuesta no ha lo que pueda o no decir…sólo—chasqueando la lengua en concentración, busco su mirada.—Me pareció curioso…o me pareció que podría decírselo—se encogió de hombros.—aunque no más…
La sonrisa depredadora tan poco propia de su natura se afirmo a las comisuras de sus labios y levantando el mentón se acaricio el borde pensativo.—¿Qué está dispuesta a revelar, dulzura?—Negando con la cabeza se relamió los labios para dar otra calada al cigarrillo.— Dígame lo que desee decirme, no voy a exigir nada sino a escuchar…pero lo que se es su nombre ”Melpómene”, su estatura la calculo y al igual que su longevidad…¿Qué tal sus medidas?
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Post by Melpómene Katsaros on May 6, 2017 23:26:01 GMT
Pasando por la puerta agachando un poco para hacerlo, su cabello era el cual ella dudaba que pudiera pasar por aquel umbral. Contemplo las cosas a su alrededor y con una observación fugar miraba al dueño del negocio, parecía alguien que no los molestaría así que no tenia porque preocuparse. Sus pasos se dirigiendo prontamente a donde se encontraban los bolsos, estos se veían simples, algo practico que no estaban hechos para que alguien los usara para presumir si no para tener una larga vida de uso útil -esto esta bien- una de sus manos encontró un bolsos de color oscuro, con un forro un poco simple, hecho de una piel que lo logro identificar al instante, lo tomo entre sus manos para inspeccionar lo que tenia dentro, que tanto espacio tenia, si no estaba en malas condiciones. Sus ojos se paseaban por el objeto pero su oído seguía escuchándolo
-¿es eso francés?- curiosa veía las costuras de el bolso y también los pequeños detalles internos. Levanto el rostro para mirar a su acompañante, que yacia acomodado en esa columna, a una distancia relativamente alejada de ella. ¿ya no le diría sobre la tumba? "que pena" pensó en seguida. su mirada volvio a los productos de la humilde tienda, dejo el bolso para revisar otro, solo realizando una comparación rápida y asegurarse de que lo que tenia era de calidad -no soy un libro abierto pero si esta dispuesto a satisfacer mi curiosidad, yo estoy dispuesta a poner mis cartas sobre la mesa, no tengo nada que esconder-
Todo lo anterior lo dijo mientras obserbá el bolso nuevo, no habia contacto visual entre los dos individuos por el momento hasta que escucho las curiosas afirmaciones del hombre -medidas... mmh... honestamente lo ignoro- Uno su mano libre, mientras con la otra sostenía el bolso, para pasarla desde su cintura hasta su pecho, no tenia ni idea cuanto seria de cada parte o si era posible medirlo. Su cuerpo era diferente para ser una nayade, las ninfas solían ser delgadas y delicadas, sin mucha cadera o busto, esta mujer tenia mas curvas de las que requería. Sus ojos miraron al techo, ladeando la cabeza como si las respuestas se encontraran en un lugar de la habitacion -pero mi nombre... rescuerdo que mi padre me nombro asi por una musa que los humanos adoraban, la musa del teatro dijo el, decia que las musas eran la inspiracion de los artistas pero yo nunca eh conocido una- se mantenia con una mirada distante,pensativa
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Post by Deleted on May 7, 2017 6:55:24 GMT
—Lo es, muy buena madame—apremio ante el conocimiento ajeno, haciendo un puño contra sus labios para limpiarse la garganta.—“La Verdad, la amarga verdad”. Sus ojos negros disfrutaron de verla pasear por ahí, con todas esas costumbres que a veces distinguían sutilmente los géneros. Paladeando el humor entre sus labios. — Quid pro quo, ¿huh?, nada que esconder, me gustaría decir lo mismo, es usted mucho más madura que yo… Corroboro con un movimiento de cejas y hundiéndose de hombros regresando a su postura relajada mientras acomodaba un mechón liso que se pegaba a su frente. Abriendo los labios estupefacto ante la negativa, o mejor dicho la falta de interés respecto a su pregunta.—Ya lo averiguaré, detectaré aquello y luego veré una forma de sacarle provecho.
Agrego con una sonrisa cruel y al mismo tiempo lozana, casi perezosa como si ante la idea considerará rendirse por un segundo. No conocía a mucha gente, sin embargo los pocos con los que trató eran suficiente singulares para gravarse lentamente en su memoria.— "La melodiosa"…—Susurró tras repetirlo en griego, levantando la vista con una película de dolor aferrándose a su mandíbula.—Es un nombre un poco triste, hermoso pero triste…—Pensativo la miro por un largo instante sin decir nada, viéndola como si lo hiciera por vez primera para después recuperar ese semblante medio aburrido de siempre.—Si es un artista o desea crear le conocerá…”la inspiración” a algo es una musa…es sencillo encontrar a alguien que la inspire, aunque sólo sea a sentir un poco más, un día a la vez… viene y va incluso para mí.
La consoló lo mejor que pudo viendo que era un reflejo de su propio rostro de un momento atrás, tratándola como a una niñita, un niño debe ser guiado con afecto y verdad. Siguieron en las compras durante un rato más en silencio. Moviéndose el unicornio vio un brillo dorado que descansaba en una mesa yendo hacia él lo tomo para pagar por él de manera inmediata al llamarle la atención el objeto y guardándolo entre sus prendas.—Al menos no usa coturnos, sería demasiado para mi orgullo…
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Post by Melpómene Katsaros on May 7, 2017 7:32:02 GMT
Dejo que el hablara todo el tiempo no dijo nada en un buen rato, pensando...y pensando... mas que nada en los bolsos. Escucho lo que el señor unicornio decía, sobre la frase en francés que dijo minutos atras, sobre las medidas de su cuerpo, como su propio nombre era triste en la opinión de él. Se contuvo a contestar cada una de esas palabras pero estaba mas concentrada en escoger el primer objeto de lista mental. Después de un rato tomo uno de los bolsos que colgaban de, uno de color azul, "perfecto". Giro para dirigirse hasta el encargado, en ese momento pudo verlo recoger algo y pagar por el, pero no distinguió que era, eso despertaba su curiosidad.
Camino hasta que estuvo frente, lo mas cerca para tener un poco de intimidad a lo que estaba a punto de decir, levanto la mano que tenia libre por el momento y coloco un inocente dedo en la nariz de su acompañante, le dio un pequeño toque, captando su atención, rápidamente tomo su mano de regreso -primero....a veces usted se contradice, me llama como una niña pero ahora dice que soy mas madura que usted, decida se- sonrió levemente, ese comentario contradictorio era divertido a sus ojos, irónico de cierta manera -segundo...- le dio otro toque a su pecho -no tengo idea de como planea sacar mis medidas pero le aseguro que no le servirán de nada, la gente decía que soy gorda, tal vez eso si le sirva para saber mas de mi anatomía- se quedo viendo lo por los siguientes segundos, si el estaba por responder esperaba que fuera pronto ya que se disponía a pagar por el bolso que tanto le había costado escoger- tercero...¿que es eso que guardo en su bolsillo?- la curiosidad infantil salio a relucir, sus ojos brillaban cada vez que esta aparecía
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Post by Deleted on May 7, 2017 8:22:24 GMT
Al verla acercarse se cuadro de hombros, esperando con cierta desconfianza a su hacer, mirando sus manos y el bolso seleccionado con suspicacia, esperando que no fuera a consultar con él sus compras, no tenía idea de lo que podría o no gustarle a una dama, y seguramente no sería de ayuda más allá de incordiarla.
Al sentir el dedo sobre su nariz, lo miro frunciendo el entrecejo en automático parpadeando hacia la punta para volver a mirarla a los ojos. Siguiéndola de nuevo hasta que solo quedo su huella en su piel.—Soy un oxímoron, si pero no, soy un errante, no puedo evitarlo…está en mi naturaleza, en lo que le da el peso a mi nombre. Y usted es voluble también, a veces es infantil, a veces madura, a veces sólo es.
Con su propio índice tocando su nariz el segundo toque lo volvió a sacar de órbita, mirando hacia abajo, viéndose mucho más joven de lo que era en realidad, sus pestañas hicieron sombra mientras la seguía.—Usted no es gorda, es clásica, es preciosa…
Moviéndose hacia atrás con una sonrisa perezosa en los labios le dio el pase para que pagará, volviéndose sobre sus pies hacia la salida.—Se lo diré más tarde—Arrullo con un humor malicioso, metiendo las manos en los bolsillos de su gabardina para salir y esperarla afuera.—o podría ser la revancha del juego…
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Post by Melpómene Katsaros on May 7, 2017 9:12:44 GMT
Al verlo partir hasta la puerta susurro levemente -mi nombre triste sienta muy bien con la persona que realmente soy señor- dejando que sus palabras volaran como el viento, algo que solo ellos podrían escuchar. Camino sin ningún problema hasta el viejo encargado y pago por el bolso, tenia mucho dinero guardado en uno de los compartimientos que hizo para la funda de su tableta, esa era una ventaja de haberla manipulado a su antojo solo usando algunos instrumentos a su alrededor. Cuando el bolso era suyo, con prisa, coloco la correa en su hombro para meter la preciada tableta. se aferro a la bolsa, manteniendo la siempre cerca y camino fuera del establecimiento.
Miro a su alrededor, por una ultima vez,para estar segura que el articulo siguiente no estuviera ahí, un espejo buscaba, pero nada, no había nada parecido a lo que necesitaba. Con paso lento y seguro llego al pie de la puerta del establecimiento, saliendo del lugar con cuidado isa como entro, agachando la cabeza para no topar con el borde superior de la puerta. Ya en la calle busco con la mirada a su compañero, se acerco hasta el, quedándose a su lado, donde frunció el ceño levemente - ¿ahora me dirá lo que consiguió?- esas simples palabras no eran ordenes solo una simple petición amistosa, se estaba quedando sin opciones de como pedirle las cosas, a veces era sencillo saciar su curiosidad pero otras veces era tan difícil, ya no sabia como, era cuestión de si se encontraba aburrido o no.
Decidió usar otra de las alternativas que quedaban, para ello inclino su cuerpo cerca para quedar de la misma altura que su acompañante, puso sus manos sobre el pecho del unicornio, sin intensiones de empujarlo solo de acariciarlo gentilmente, su rostro quedo tan cerca que pudiera ver el brillo de sus labios rosas y su voz altanera se convirtió en un dulce murmullo, mas que amable era seductor -ahora... ¿podría dejar de ser tan errante y solo contestar mis simples preguntas?... por favor...- estaba tan cerca que el olor a cigarro era intenso y supuso que su olor natural, que era flores y el mar, podía llegar a las narices del sujeto.
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Post by Deleted on May 8, 2017 8:09:23 GMT
La escucho, pero no dijo nada ya que no había en su corazón poder para remover su resignación, ni verdad que asegurará mejores tiempos, en su lugar imprimió sus buenos deseos entre sus dedos manteniendo su entendimiento en la sensación de distancia y conexión que compartían sin decirlo o sin saberlo.
Encontrándose con la cabeza gacha, pensativo mientras frotaba su mentón al escucharla presurosa levanto la cabeza con una sonrisa acariciante e irresistible estirándose en sus delgados labios.—Y pensé que no llegaría el día en que la vería perder el aliento por mí, querida.—Susurró humedeciéndose los labios tras chasquear un par de veces la lengua con oscura diversión, clavando sus orbes negros en el bolso azul y de nuevo hacia su rostro.—¿Es eso el saldo de la apuesta?—Agregó con una ceja en alza, divertido, hablando en clave como el actuar de un gato y curioso por su reacción, hundiéndose de hombros, saco una mano para frotarse el cuello un tanto incomodo, cosa que perdió un instante, junto al habla y su ligero semblante y su apariencia ladina y apagada. Su mentón cayó un segundo al verla abordarlo con incredulidad y la sensación cruda de sentir que jugaba con él y no por ese conocimiento, menos divertido. Si ella jugaba él se uniriá, sus brazos se movieron siguiendo los movimientos ajenos, desperezándose para enredarse en uno de los largos mechones torcidos, enredando este entre sus dedos los acaricio como si fuera una criatura mansa, disfrutando del aroma que se desprendía cada que los manipulaba, la otra mano la acerco apoyada en su espalda disfruto del toque y de su reacción con una sonrisa tortuosa.
—Puedo responderlas, aunque con usted así no sé si tenga la capacidad…—Y acto seguido se encogió fingiendo inocencia, mientras que dejaba ir el toque y con manos rápidas manejaba lo que guardaba en su capa inclinándose sobre ella, consciente de que estaba sobre las puntas de sus dedos dentro de las botas. Sintió el aliento fresco de ella golpearle el mentón y parte de la boca y el suyo acariciar un pómulo. Un hilillo de oro delgado de eslabones de donde colgaba un círculo. La pequeña “herramienta”, se abría, su tapa con forma ovalada era en realidad un peine con dientes delgados de madera y bajo este su base llevaba incrustado un espejo. Cabía en un puño y era discreto, fácil de llevar en los viajes.
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Post by Melpómene Katsaros on May 8, 2017 9:37:23 GMT
Cualquiera que los viera diría que estos dos eran algo, amantes, pareja, estar tan cerca el uno del otro en una zona publica no era cualquier cosa pero para la Nayade era solo un juego mas. ¿como había conseguido esa tableta? facil ¿como obtenía mucho dinero de un trabajo tan simple? ha! Nadie se lo había preguntado antes y la mujer estaba segura que nadie lo haría. ¿A quien le importan los detalles de su vida con una cara tan bonita que mostrar?. Se negaba a cualquier atadura amorosa, el juego eran mas importante que dejarse llevar por una persona que apague el fuego. El joven era entretenido a sus ojos, un amigo, pero no lo diría en voz alta, ya que el lo negaría rotundamente y aunque ella mantuviera su expresión indiferente, eso le dolía. la primera persona que quiso llevar a esa categoría y se negaba, no era una cosa que pudiera ignorar con facilidad.
Sintió como las manos del sujeto tocaban alguna parte su cuerpo, no le importo, detecto que rápidamente siguió su juego, era de esperarse para una persona con los modos de él. Escuchando al fin lo que quería era mas que satisfactorio, ignoro las palabras anteriores "perder el aliento por el" de ninguna manera, jamas se había quedado sin palabras y en este momento no le daría el gusto. Aprovechando la situación, el tener tan cerca su mentón de sus labios, inclino su cuerpo mas abajo para que su boca quedara cerca de su cuello y asi susurrar -no creo que a usted se le dificulte actuar en este tipo de situaciones...-
Vio el objeto que yacía en su mano y su cabeza se retiro del cuerpo del unicornio, solo para poder ver bien lo que había obtenido. "que extraño" murmuro para si misma -¿usted necesita esa clase de cosas?- su voz volvió a la normalidad pero seguía cerca de eerie. parecía un peine como los que ella usaba pero mas pequeño y delicado, esas cerdas tan delicadas no pasarian por su cabello nunca. Lo que le llamo la atencion fue el espejo incrustado, no se detuvo y lo toco ligeramente, necesitaba algo asi...pero mas grande - es algo practico...seguro que le hará bien llevarlo..-
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Post by Deleted on May 10, 2017 5:17:32 GMT
-Depende, si usted fuera un tipo gigante y estúpido poco agraciado definitivamente sudaría o una fémina problemática de esas que les gusta causar polémica…—Negando con la cabeza chasqueó la lengua, estrechando los ojos, sabía de algunas, algunas con las que mantendría su interacción al mínimo, sin importar lo fácil que era entrar bajo sus faldas, no valía la pena.
Volviendo a la realidad dejo el broche en la mano ajena, fue un impulso, ¿y qué? Eso era parte de su carácter, más allá de lo que se decía incluso aunque la flama se apagaba fácilmente y se extinguía dejándolo frío después en el momento que ardía encontraba difícil reponerlo.—Pero con quienes son de mi gusto me es imposible no hacerlo, y es que los cajones no existen dentro de mi donde agrupar sus distintos colores.
Agregó quitándose de encima el peso referente a las razones de amor, amar era amar, independientemente de la forma en la que se presentaba, falso o real, como una traición incluso el odio era una especie de reconocimiento…mejor el odio a la indiferencia. —No es por necesidad, es por deseo de hacer, de dar…de poseer. —Inquirió apartando el cigarrillo para aplastarlo entre los dedos sin mucha complicación, deteniendo la extinción para fumarlo más tarde. Girando la cabeza se inclino un poco hasta que sus labios rozaron las comisuras ajenas, frotándose su boca en una huella caliente sobre la esquina de la ajena, no un beso sí, pero era un rastro de uno.
Separándose para recuperar el cigarrillo y colocarlo entre los muros de carne.—quédeselo, por diversión, por burla, por un memento…quédeselo.
Y echo a andar sin saber si le seguiría o no, las mujeres eran criaturas extrañas, ligeramente perversas que ahuyentaban su soledad mejor que cualquier objeto o bebida.
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Post by Melpómene Katsaros on May 10, 2017 6:03:41 GMT
Debió verlo venir, debió haberse quitado antes, pero ya estaba ahí tan cerca y aun así no lo vio venir. Parpadeo varias veces cuando sintió el leve toque de su boca, tenia que admitirlo eso era algo nuevo. Cubrió sus labios lentamente, no para limpiarlo ni para evitar otro asalto, estaba sorprendida y un poco molesta. Nadie se metía en su camino, nadie la trataba así, por su actitud y apariencia nadie hacia eso. No importaba cuantas veces se acercara a un hombre este no respondía así, lo consideraba un reto mas que una diversión, pero ese toque era una burla...si eso era una burla, si eso fue un beso fue algo muy mal hecho. Sentía como si la fantasía de haber tenido el control se desvaneciera de golpe. Miro que en su mano aun tenia ese singular objeto, trato de dárselo pero lo vio marchar. ¿Tan rápido se retiraba? no, no lo iba a dejar darle un golpe a su orgullo y huir así...ademas tenia otras cosas que hacer.
-¿No cree que esta olvidando algo?- camino detrás de el, lo siguió, con honestidad podría decir que el objeto era solo una escusa para seguirlo para no aceptar que sin el estaba perdida en el lugar, confiaba plenamente en la experiencia de el muchacho en la ciudadela, tenia que admitir que ella si necesitaba de el en ese momento.. ademas que...la actitud del contrario le parecía de lo mas entretenido, supuso que debía aprovechar esa compañía lo mas que pudiese. Camino hasta llegar a su lado y le enseño el pequeño peine que yacía sobre su palma y se lo ofreció gentilmente de vuelta -no estoy segura si usted tiene asuntos pendientes por realizar y por eso esta huyendo de mi, pero su experiencia en la ciudadela me serviría mucho para los artículos que aun me faltan por adquirir ademas que su compañía seria muy placentera... pero es su decisión- se notaba que la mujer sonreía ligeramente mientras caminada, esperando la respuesta de su compañero.
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Post by Deleted on May 11, 2017 1:07:31 GMT
Ante la pregunta y el que ella llegara rápidamente a su lado enarco una ceja mirando el objeto tomándolo de vuelta, no diría nada al respecto, aceptar en lugar de esperar, podía decir que era mejor en muchos casos. Devolviendo le la sonrisa tomo el objeto con tosca elegancia para guardarlo en uno de los múltiples bolsillos de su capa.—Si usted lo dice madame.—Masculló con tranquilidad mientras la miraba, no es que se hubiera adelantado para perderla, sino para mantenerse en movimiento, el moverse ayudaba a que el interés estuviese en los alrededores y no recayera en ellos, si uno se concentraba en lo que había no quedaba espacio para indagar de sobra. Pellizcando el pitillo entre los labios se inclino hacia un lado para encenderlo de vuelta, escuchándola en silencio, relamiéndose los labios espero un momento para responder, mucho más repuesto.—¿Como podría negarme cuando una dama ha dicho que encuentra placer en mi persona?—Susurró con voz cadenciosa, ronca por el humo que se deslizaba lamiendo sus comisuras. Se quedaría y haría de menos la insoportable muchedumbre, el polvo del camino que se le pegaba al cuerpo y el calor. El sol comenzaba a ocultarse tiñéndolo todo de arrebol, dándole un aspecto dorado y placido a los edificios.
—Además así podré decir que sufrí terriblemente, acompañar a una dama de compras me dará una Fama...—agregó displicente, empujando un mechón negro que caía con terquedad sobre sus ojos ante el viento que daría paso a la noche, pronto se separarían seguramente ella iría a su hogar y él al propio ya que no tenía nada más por hacer ni era de los que gustaban de vagar por los alrededores.
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Post by Melpómene Katsaros on May 11, 2017 1:47:01 GMT
Mirando al cielo levemente, solo un momento para confirmar que la noche llegaba, el viento que soplaba era mas húmedo, en su mente se preguntaba si llovería o solo seria otra calmada noche en aquel lugar. El sonido de la gente hablando alrededor y de sus pensamientos la alejo del momento, tantos sonidos llegaban a ser abrumadores -no me gustan los lugares concurridos...- Al fin regreso a la conversación cuando escucho la pregunta tan extraña, sabia que perdió algo que el joven dijo anteriormente pero lo ignoro -supongo que no puede...así que ¿Usted sabe donde puedo conseguir un espejo?- El humo de el cigarro que sostenía eerie robo su atención, como se lo colocaba en los labios, se preguntaba si aquello era agradable, como alguien podría disfrutar de un objeto como ese, el olor era como el que desprende un árbol quemándose -¿que provoca que las personas como usted fumen?- Esperaba la respuesta a sus preguntas cuando un olor aparto su mirada a la de el.
Miro de reojo a los puestos en los alrededores del camino, le parecía que entre mas pronto llegaba la noche todo se empezaba a ver concurrido. EL olor venia de un local de comida, no tenia hambre pero lo que le llamaba la atención era que había muchas especies dentro del lugar conviviendo plácidamente, hace mucho que no veía una escena así. Caminando cerca de una de las mesas vacías y olvidadas en el exterior , dado a lo lejos que se encontraba de las demás, noto que en esta yacía un vaso lleno de agua clara y transparente. Aprovechando que nadie prestaba atención, excepto por su acompañante, movió su muñeca rápidamente, haciendo que el agua se volviera una burbuja que flotaba hasta llegar a su lado. Por el estado de la mesa supo que nadie respondería por aquello asi que mejor ella que nadie, la sed era algo que tenia que satisfacer en ese momento.
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Post by Deleted on May 11, 2017 3:38:08 GMT
—Comparto su opinión— Su ceño fruncido alimento el sentimiento mientras se apartaba para no chocar con un grupo que se había detenido a charlar en medio de la calle, acercándose a ella, al menos jamás se le perdería de vista, incluso aunque se separaran. Plácidamente la nube de humo también la guiaría a ella. Pensando en su duda, la tomo de la muñeca para tirar suavemente de ella en el siguiente callejón pasando inadvertido de que se había tomado la burbuja de agua o de su forma, las baldosas húmedas refrescaban bajo los pies y el olor del barro era suave y agradable en el fresco ambiente.
—Por aquí, dulzura, existe un lugar que le gustará seguro. Asintió dejándola ir, avanzando un par de pasos por enfrente para doblar en un otra esquina oscura y subir un par de peldaños. Entonces la calle se hizo un tanto más pintoresca y brillante, con flores en los balcones, unos diez pasos más y una pequeña y discreta boutique se abrió paso frente a sus ojos. Con cortinas de seda y raso de color perla y complicados trajes tras las ventanas.—Cualquier cosa consagrada a la vanidad seguro aquí la tienen.
Pasándose una mano por la mata de cabellos negros se peino el cabello hacia atrás y cuadro las ropas componiendo una sonrisa ladina y acariciante en sus labios.—No es un cigarrillo común, cada mezcla contiene un encanto, una propiedad mágica o curativa...son mi arma, mi salud y mi entretenimiento querida arantxa.
Contestó al fin, con un movimiento grácil para apagar la colilla y guardarla discretamente en la pitillera. —Entremos...
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Post by Melpómene Katsaros on May 11, 2017 5:05:20 GMT
El agua que tomo, no era exactamente agua, lucia como agua, la pudo levantar en el aire como siempre pero el sabor era diferente. Antes de que fuera estirada del lugar y llevada al callejón...lo cual sonaba muy mal en su cabeza, acerco sus labios a la burbuja y se la bebió toda de una sola vez. Su sabor era horrible, lo cual le hizo hacer una mueca de disgusto y cubrir su boca por si el liquido planeaba salir. No le dio tiempo de reaccionar apropiadamente cuando ya estaba caminando sobre las baldosas. Se quedo callada todo el camino, pensando que había sido eso, había bebido un vaso completo ¿le haría daño? torcía la boca mientras anotaba algo mentalmente "jamas volver a hacer eso".
Su rostro tenia un leve sonrojo cuando empezó a ver las flores en las nuevas calles, jamas creyó que un lugar tan brillante existiera en una zona tan común y concurrida, era hermoso ver como el espíritu urbano convivía con la naturaleza, le encantaba. Junto sus manos y las coloco en su espalda. Una sonrisa mas grande de lo habitual apareció en su rostro mientras su mirada no podía desviarse de los diferentes balcones con flores que se encontraban ahí. Volteo su cabeza, viendo directamente los ojos de su amigo, sonriendo gentilmente, como si lo que hubiera dicho la hiciera feliz y con ese sonrojo indiscreto seguía presente -así que te preocupa tu salud, que bien-
No perdió tiempo en abrir la puerta del lugar, se quedo inmóvil un momento al ver toda la variedad de artículos que tenia, los vestidos y trajes estaban sumamente cuidados, apartados en una pared, relucían los encajes y los patrones tan exuberantes. Varios accesorios se extendían por varias mesas, no pudo mover sus ojos por los demás lugares del local puesto que los objetos brillantes fieron los que primero llamaron de inmediato su atención.
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Post by Deleted on May 11, 2017 6:52:16 GMT
Desde el momento que escucho su respuesta la idea de que algo no andaba bien disparo alarmas en su mente. Sin girarse, en un principio no e dio importancia atribuyendo aquello a la emoción femenina de encontrar, ¿Qué sabia él?, un broche especial con brocados...o lo que sea, disfrutando de la vista de su acompañante y al resto de damas se sentó en el mullido silloncito de la estancia mientras esperaba, lucir bien era parte del asunto para que a uno lo dejaran sentarse a sus anchas y repartir sonrisas complacientes a diestra y siniestra. —Entonces sobre el espejo...—Frunció el ceño al darse cuenta de que a ratos los movimientos de ella eran erráticos, y a ratos se tambaleaba y su cabello comenzaba a ser lanzado como si fuera un estorbo y no con la gracia que le caracterizada. Aquello era como si...
Estrechando los ojos negros se levanto de un salto y en un par de zancadas estuvo junto a ella, acercando su nariz a su rostro, el olor del alcohol lo golpeo.—¡Por los dioses!, ¡borracha, y lo consiguió en un santiamén!—Negando con la cabeza espero a tomarla de la mano con delicadeza.—Deje primero debemos llevarla al fresco y conseguirle un poco de agua...mujer parece que usted me tienta de las peores maneras...no su boca, esa me construye y me desmorona con una exhalación...
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