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Post by Melpómene Katsaros on May 11, 2017 7:11:00 GMT
Mientras tomaba entre sus manos un broche de una rosa se quedó pensando un rato en su madre, a ella le gustaban mucho estas cosas, los vestidos elegantes, los brillantes adornos que no sirven para nada más que presumir, todo lo que tuviera que ver con adornar el cuerpo. En fin, todos somos basura adornada con un bello lazo dorado. Se preguntó porque ahora pensaba en su madre, jamás lo había hecho antes, también sintió su cara roja, se tocó una mejilla para confirmarlo.
Escucho a Eerie diciendo algo sobre una borrachera, no sabía el significado de eso. Sonrió al verlo aproximarse y cuando lo tuvo cerca, levanto una mano, acercando un dedo a su cara, volvió a hacer esa maña que tenía con él, darle un pequeño toque en la nariz –boop- rió levemente, le parecía tan gracioso que fuera tan alta y el tan pequeño. pero claro que no era natural que estuviera actuando así. No sabía que era débil al alcohol, jamás había tomado antes.
-No quiero agua, vivo alrededor del agua ¿Por qué quisiera agua?- inclino su cabeza como si fuera un cachorro confundido y lo dejo tomar su mano, entrelazo sus dedos con los del sujeto –hehe pero mis manos son más pequeñas que las tuyas, quien diría- se quedó por unos momentos viendo sus manos mientras dejaba el broche en la mesa, confundida y adormilada
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Post by Deleted on May 12, 2017 21:05:00 GMT
Frunció el ceño sobre el dedo cerrando la boca para contener la mueca de confusión que se le escapaba por las comisuras, levantando la vista hacia los ojos negros ajenos. Rodando los ojos ante su afirmación para sujetarla con menos delicadeza y pegándola más a su cuerpo, si tenía que echársela al hombro...a la espalda lo haría y cargaría con ella antes de que todo aquello se complicara.—Porque el agua te hará bien, muchacha—Le contesto resuelto escudriñando su rostro y disfrutando de verla así de relajada y de desinhibida y sonriente.
—Muchas partes de nuestra anatomía tendrán esas diferencias, querida mía.
Jugando con sus cejas negras su pulgar froto la piel morena, admirando el contraste por el rabillo de ojo, sus manos eran más frías también. Saliendo de la tienda la recostó plácidamente sobre la pared, dejando que los rayos les lamieran por el costado. Temiendo dejarla ahí, se movió aún lado para pedir el agua a la mujer que atendía la pequeña tienda y aprovechando para mencionar el espejo. Alejándose unos pasos para coger el vaso de agua, renuente en un principio de dejar en la mano ajena, se la llevo a los labios disfrutando del momento que tenía, mejor que no recordará, mejor que no le diera importancia...pensaba tras dejarla ir y tomar el agua para guiar el liquido a sus labios.
—Aquí querida...bebe
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Post by Melpómene Katsaros on May 12, 2017 22:35:34 GMT
-no me digas muchacha eerie...- contestaba muy suavemente, sintiendo que su rostro caliente y su cabeza no podía formas frases coherentes. Lo primero que llegaba a su cerebro era lo que salia de su boca. Su respiración se hacia mas agitada de lo normal y de su boca salia un suspiro particular, mas parecido a un jadeo que un susurro. Movió una mano temblorosa por su cabello, arreglando lo levemente, empujando mechones que caían en su cara hacia atrás para poder observar al rededor. Estaba sintiendo un calor comparable a estar en la playa en una tarde bochornosa, no sabia como pasaba eso.
De ninguna manera noto cuando el joven se aparto de su lado para tomar el vaso con agua, de un momento a otro estaba tan cerca de ella que pudo sentir el toque de sus labios con la mano de ella. No lo vio venir, ya era la segunda vez que el se acercaba tanto. Tan rápido como el la dejo ir, la Nayade sonrió y rió suavemente, cubriendo su boca con su temblorosa mano -¿porque tus besos son tan terribles? incluso cuando son en mi mano- Tomo la mano de el, que sostenía el agua y se inclino, empujándose ligeramente cerca de su cara, hundiendo sus labios con los de su compañero, cerro sus ojos momentáneamente . Aunque el toque de sus manos era frió sus labios eran cálidos y sus besos estaban llenos de la pasión que tenia escondida dentro de si. Parecía que ella tenia practica en el tema y le regalo un poco de todo lo que sabia.
Le robo el vaso de sus manos. Cuando el contacto se rompió, tomo de el recipiente, bebiendo todo su contenido. Abrazo el vaso fuertemente con sus palmas, inclino su cabeza hacia arriba riendo felizmente. Dentro de ella le parecía muy divertida la situación. Aunque al final esa manera de pensar era debido a la bebida consumida, la risa era sincera -No seas frió conmigo, No te eh hecho nada, si tienes razones para actuar así, dime las, nos hemos tocado lo suficiente para dejar de ser solo conocidos- sonreía y movía su cabeza levemente, esperando respuestas del sujeto que parecía como el sin vergüenza que decía ser -en realidad eres muy amable, ¿que te hace decir que eres un sin vergüenza? de algún modo llegas a ser tolerable -
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Post by Deleted on May 13, 2017 2:38:32 GMT
—Tiene razón usted es una niña.—Sonrió su respuesta mientras la miraba con el corazón un poco más blando al verla intentar arreglar sus prendas, empujando con un dedo un mechón mientras sostenía el vaso con agua. Frunciendo las cejas y los labios con diversión al escucharla vigilando que no se lanzará el liquido encima antes de beberlo, con ella aceptaba y esperaba cualquier cosa.
—porque usted es una mujer terrible, por eso los siente así, ahora beba cielo.—Confundido en un principio al verla tomar su mano y luego frunciendolas aún más al verla descender sobre el, en la oscuridad sintiendo el suave roce de los labios, tomándolo por sorpresa, no pudo evitar abrir la boca dejándola colarse. ¡Maldita seas mujer terca!, gruño en su fuero interno, perdiendo el control malicioso que siempre poseía ante la calidez y el sabor, inclino el rostro y decidió que lo tomaría y ya lidiaría con ello. Incapaz de pensar más ala su lengua barrio sobre la ajena, burlándola, dejándose perseguir, la persiguió después batiéndose en duelo entre los muros de carne, delineo el paladar suave y los dientes y chupo con placer los llenos labios llenando el espacio a su alrededor del sonido acuoso del beso hasta que el aire fue necesario, se separo relamiendo sus propios labios. Torturado más que aliviado, no confundido pero si adolorido más allá de lo que imaginaba. Dejo que le quitara el beso mientras la miraba, evaluándola con los ojos negros, aún la sujetaba temiendo de que cayera. Y al escucharla reir realmente lo temió ciñendola contra su cintura, su rodilla se metió entre las de ella para sostenerla en caso de que ocurriera, apretándola contra la pared y entre su propio cuerpo.
—¿Cuando he sido frío con usted querida mía?—Susurró con ronquera en la voz por el rastro del beso, aclarándose la garganta.—Si yo soy feliz cada que aparece en la tableta, si tuviésemos una hora en concreto comenzaría a ser feliz desde el comienzo de la mañana...—Agrego peinandole los cabellos que saltaban entre sus dedos.
Turbándose ante sus ultimas palabras, con el asomo del pánico en sus facciones, barriéndolo en un minuto, lento y con torpeza, dejando una sonrisa amarga en sus labios se quedo callado por un instante antes de hablar.—No soy amable, no digas que lo soy, es mejor de esa manera, así proteges tu corazón, no vale la pena dejarme entrar en él mi niña. Ladeo el rostro para acercarse y barrer la sensación agridulce con otro beso, encontrando la boca hinchada por el anterior de ella, lamió la unión antes de colarse dentro, una vez más y todo estaría bien...
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Post by Melpómene Katsaros on May 13, 2017 3:59:09 GMT
Su pecho se movió rapidamente, su boca se mantenia semi abierta mientras trata de respirar, solo se separaron un momento despues de el beso que ella le dio y parecia que la mujer que derretia, claro que no literalmente. Su cuerpo era calido, el toque frio se desvanecio, una de sus manos tomo un brazo de el que la sostenian sin muchas ganas de quitarselo de encima, solo lo acariciaba, sabia que sin el ella probablemente caería y eso seria inconveniente. Aquella mujer que era claramente mas alta y mas fuerte que el unicornio ahora estaba moviendo se con torpeza, dejando le la responsabilidad de su cuerpo a su amigo. Su brazo libre movió un par de sus cabellos negros que cayeron en su cara después del roce. Sus labios se mantenían abiertos levemente, jadeando ligeramente, estaba segura que habia dejado a eerie escuchar unos cuantos gemidos fugases mientras se besaban, la sola idea la molestaba porque no queria verse vulnerable enfrente de su opuesto.
Noto como el estado de animo de el compañero cambio despues de revelar le su franca opinion, sentia que cualquier cosa que dijera seria lo primero que vendría de su cerebro. Acerco sus labios a su oreja y susurro gentilmente-Usted preocupe se por su corazón y yo del mio- antes de que pudiera contestarle algo mas, sus labios se juntaron nuevamente, probocando que la las manos de la mujer pasaran por sus brazos hasta llegar a su espalda donde lo sostuvo gentilmente. Ella lo dejo deslizar su lengua por cada rincón de su boca mientras ella hacia lo mismo con la suya, seguia su juego y peleaba cada vez que el intentaba dominarla. Los sonidos indecentes de aquel beso pasional eran audibles a cualquiera que pasara cerca. La nayade no tenia intensiones de parar pronto y solo se rompia el beso cuando queria respirar pero en realidad gemia discretamente, casi como un suspiro.
Escucho una voz cerca de ellos, habia olvidado que estaban en publico, parecia que alguien les hablaba pero ella no estaba preocupada por entender lo que la persona decia pero estaba segura que por su tono de voz no estaba contenta de verlos asi en su establecimiento. Continuo pegada al cuerpo de Eerie, acariciando los laterales de su cintura, susurrando para que solo se enterara él -¿me vas a dejar ir a mi casa en estas condiciones? estoy segura que sin ti podria caer- sonrio cariñosamente, no era por malicia lo que decia, era la verdad, ya se estaba dando cuenta de que su estado no era el mejor y el lago donde vivia quedaba muy lejos de ahi, solo le quedaba burlarse de la misma situacion que la llevo a esto en lugar de expresar quejas que no resolverian nada.
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Post by Deleted on May 13, 2017 5:35:18 GMT
Se trago el resto de la frase junto con cualquiera de sus propias objeciones, lamiendo su lengua con placer rodó en el calor y el sabor de la húmeda cavidad. Su sabor acanelado se mezclo con el suave de ella. Fresco, como el agua de las montañas, se inclino y sofoco otro quejido al escuchar a alguien quejarse a sus espaldas, jugando a placer, memorizando e imprimiendo su propio toque en el duelo, a ella le gustaba provocarlo y él se lo daría. Separándose con los ojos mucho más oscuros y pesados y la boca húmeda con la respiración entrecortada levanto una ceja a la encargada y una lánguida sonrisa de sexo derretido.
Arreglandole el pelo a la nayade, volvió la mirada hacia ella besandole la sien para recomponerla y recomponerse así mismo. Con el movimiento, el vestido de ella se había levantado y jugueteaba con el borde de sus muslos así como la capa que se había volado hacia atrás cuando busco el espacio entre ellos para profundizar el contacto.
Pasando una mano por su frente, se relamió asintiendo con los parpados caídos. —Vamos a casa, soy un caballero...no podría no auxiliar a una dama en apuros, incluso una con una lengua afilada como la suya.
Le sonrió tomándola de la mano y con movimiento fácil, paso la otra alrededor de la cintura ajena para tirar de ella y echar a andar. Por suerte no vivía lejos del mercado. Su casa era pequeña pero acogedora y en cierta medida, todo aquello le tenía los sentidos sacudidos y el instinto adolorido que pasear hubiera resultado tedioso e incomodo. Le ofrecería una ceja, su ducha y su cama...y esperaría por lo que vendría.
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Post by Melpómene Katsaros on May 13, 2017 6:43:27 GMT
Trato de bajar su vestido y lucir calmada e imponente como siempre, pero esa sonrisa juguetona en su rostro no se iba, paso una mano por su cara para calmarse pero era imposible. Estaba en el limbo de una alegría provocada y la excitación por el jugueteo. Miro a otro lado y trato de que las personas dentro del local no vieran como roja estaba su cara, ni tampoco que estaba un pasada de copas... que en realidad había sido una pero su control con el alcohol era exageradamente bajo.
-Gracias señor sin vergüenza-acaricio su cabello, colocan dolo apropiadamente como veía que lo hacia y dejo que la sujetase para irse de ahi antes de que la encargada llamara a un guardia.
Mientras comenzaba el camino hasta donde el señor unicornio la llevara, se inclino y beso su mejilla, una especie de agradecimiento por cuidar de ella o por hacerle pasar un buen rato, lo que el creyera que fuese. Pensaba en volver a su hogar en la mañana si no había contratiempos, en esos momentos olvido del espejo que venia a buscar y también del bolso que colgaba de su hombro, este se mecía gracias a los movimientos torpes de ella.
Fin de este thread (te toca eerie)
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