Atlas
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Post by Atlas on May 6, 2017 23:57:39 GMT
A pesar de la profunda herida y la debilidad que la péridida de sangre le había causado de aquel ataque, en un par de días Atlas ya se encontraba resguardando Aqualia nuevamente. Por más que los soldados Aqualianos le insistieran sobre tomarse un par de días y reposar, el tritón gigante negó repetidas veces. No quería estar echado haciendo nada pues sabía que eso solo lo hacía sentir más miserable de lo que ya era. Aquellas largas horas que pasaba sentado o simplemente flotando cerca de las puertas le sirvieron para pensar en lo que había pasado. Si, Sabrina y Kaira lo habían ayudado. No quería admitir que le habían salvado la vida. Atlas, de cierto modo, sabía que con ello o sin ellos, iba a vivir. ( De todo modos no estaba peleado con la idea de morir. ) Pero a pesar de todo, quizá debía intentar de ser un poco más amable con ambos, por más difícil que le pareciera aquello. El sol comenzó a ponerse sobre el horizonte y las aguas se tornaron anaranjadas. Sintió el ímpetu de dejar su tridente cerca de la puerta, tomar aquella bolsa en donde guardaba sus cosas y nadar hacia la superficie para ver el atardecer. Un ardor en el pecho lo hacia nadar un poco más lento de lo usual, pero más tarde que nunca, asomó la cabeza por sobre el agua para poder ver la puesta de sol y como el cielo se coloreaba de hermosos tonos cálidos. Se dirigió sin prisa a una formación de rocas cerca de la playa y, sin mucha conciencia, apoyó sus manos sobre las rocas para alzarse y sentarse sobre ellas y, así, poder observar mejor. El esfuerzo logró que la herida se le abriese un poco, y apretando los dientes se llevó la mano al pecho, dejando salir pequeños quejidos guturales. - Imbécil...- Se dijo a sí mismo al ver lo que se había ocasionado. No era de gravedad, sin embargo, no debía estarse moviendo tanto por ordenes de Sabrina. ( Algo que bien le valió, pues de todos modos se había subido a aquellas rocas.)
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Post by Kaira Voll on May 7, 2017 3:54:04 GMT
Las cosas parecían ir bien, aunque la angustia no parecía desaparecer, al contrario, sentía un peso encima, algo que lo mantenía con la cabeza abajo. Intentaba distraerse, conversar con sus amigos... pero la tranquilidad solo era momentánea.
Suspiró como si con eso fuera deshacerse de esa ansiedad, cerró el enorme libro que estudiaba. Sin pensarlo más, cerró con seguro la puerta de la botica, incluso el aroma a gordolobo lo tenía harto. Salió, con rumbo fijo.
El viaje fue largo, cuando sus pies tocaron la fina arena el cielo cálido le daba la bienvenida a la noche. La arena estaba fría y el viento revolviendo su cabello; cerró los ojos dejando que la brisa acariciara su rostro... más su sorpresa fue que al abrirlos de nuevo vislumbró la enorme figura del guardián de Aqualia.
Un sentimiento de tranquilidad lo invadió, estaba bien... o eso parecía. Corrió sobre las rocas impaciente por acercarse, por saber cómo estaba, resbalando torpemente sobre las piedras empapadas.
— ¡Atlas! — de la impresión fue lo único que pudo decir. — ¡Atlas! — repitió intentando no caer, ayudándose con sus manos para sostenerse, avanzando casi a gatas hacia él. — ¡¿Estás bien?!
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Post by Atlas on May 7, 2017 4:09:18 GMT
Entre el tronar de las olas impactando contra las piedras y el viento que soplaba fuertemente, Atlas escuchó una voz familiar acercándose. Su tono era algo histérico, como si estuviese siendo atropellado. Volteó su cabeza lentamente, aun con la palma de su mano puesta sobre su pecho. Cuando vió a Kaira, pudo haber jurado que la herida se le había abierto un poco más por la punzada que sintió. El unicornio caminaba torpemente entre las rocas, a punto de resbalarse y perder equilibrio. Le dejó la mirada encima, algo sorprendido de verle ahí y también al pendiente de que no cayera.
- ¿Qué haces aquí? - Preguntó sin responder a lo que Kaira le había preguntado primero. Su voz era seria, apagada como siempre.
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Post by Kaira Voll on May 7, 2017 4:22:22 GMT
De la euforia estuvo a punto de caer pero logró mantenerse, con las manos se aferró a la roca quedando estático por un momento hasta que recuperó el equilibrio. — No sé... solo tuve deseos de venir a desahogarme al mar... — respondió incorporandose, poniendose de pie. — ¿Qué pasa? — preguntó algo curioso, pues el tritón llevaba una mano en el pecho, supuso que le dolería, desde donde estaba no podía ver la herida. — ¿Te duele? — se estiró poniendose de puntas para intentar mirarle pero la mano del otro se lo impedia.
— ¿Tú qué haces aquí? Deberías de estar descansando... — reclamó fingiendo enfado aunque por dentro se encontraba aliviado de verlo. Sin más, se sentó a su lado para ver el horizonte.
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Post by Atlas on May 7, 2017 4:38:12 GMT
Levantó las cejas al ver como Kaira casi cae, pero al haber logrado mantener su equilibrio, volvieron a su posición relajada. ( ¿Qué era esa reacción? Atlas por favor. ) Escuchó su respuesta. ¿Venirse a desahogar al mar? ¿Para qué? ¿Qué clase de cosas podía aquejar a una criatura como Kaira? Era casi ridículo.
Pronto, se dió cuenta de la posición de su mano sobre su pecho, a lo que Atlas simplemente bajó la mano como si no fuese nada. Sin embargo, las vendas denotaban que claramente se había abierto un poco su herida debido al manchón de sangre que se había filtrado entre las telas. - Hmm. - Ya no le serviría decir que no era nada. Pero al menos si podía mentir sobre el dolor. - No. - Respondió.
Otra pregunta más. ¿Que qué hacía? La puesta de sol era respuesta suficiente. - Me gusta ver el atardecer. - Respondió escuetamente. Pero era una respuesta sincera al fin y al cabo. Bien, lo que se había propuesto sobre ser mas amable parecía no ser del todo difícil o... eso creía.
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Post by Kaira Voll on May 7, 2017 5:01:58 GMT
— Ya veo... — Mantenía la vista al frente, pensando en la herida del tritón pero no diría nada al respecto. — Es una vista magnífica... — Comentó observando los colores como se fundían en el horizonte, el sol reflejado en el gran azul a punto de ocultarse, estar observando aquello en compañía del tritón le provocaba una sensación extraña en el estomago, seguro no era nada; aquella era la primera vez que veía al guardían de aquella manera, la primera vez estaba herido, la segunda vez... mejor no pensar en ello.
Lo único que podía escucharse era el viento silbar en sus ojidos, las olas chocar contra las rocas y algunas gaviotas que se despedían del astro. No quería decir nada, por primera vez no sabía exactamente de qué hablar, cosa que lo ponía cada vez más ansioso ¿por qué? nunca había tenido problemas en hablarle, ¿Sería qué debía tocar el tema? ¿Qué era lo que debía decir? No quería alterarlo, aún estaba recuperandose.
— Pronto se hará de noche... ¿Cómo regresaré a mi casa? — soltaría finalmente entre risas, pues no era algo que le preocupara realmente.
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Post by Atlas on May 7, 2017 5:14:49 GMT
El silencio entre ambos se hizo tan abisal como el fondo del mar mismo. El sol cada vez se ocultaba más en el horizonte y para cuando acordaron ya se había hecho se noche completamente. Era poco decir que el cielo se veía hermoso. Podía fácilmente identificar las constelaciones y algunos planetas gracias a la nitidez del manto estelar. Hubiese sido como cualquier otra noche para Atlas, pero esta vez, estaba siendo acompañado por alguien que al principio, creyó que arruinaría el momento con millones de preguntas y palabrería. Pero esta vez, se mantuvo silencioso. ¿Por qué? No lo sabía. Pero de cierta manera, muy, muy debajo de todas las capas que Atlas podía llegar a tener, estaba aceptando la compañía silenciosa del muchacho. ( ¿Cuánto tiempo había pasado ya desde que...? No. No lo traigas a tu mente, no de nuevo. )
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la pregunta de Kaira que, a pesar de que había reido, Atlas se había tomado en serio. Aunque, había fruncido un poco el entrecejo. ¿Acaso era una pregunta capciosa? - ... De la misma manera en que llegaste. ¿No? -
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Post by Kaira Voll on May 7, 2017 5:39:26 GMT
Escuchandolo dar aquella solución se encogió cubriendose la boca con ambas manos, le hizo mucha gracia pero no quería reírse, el otro seguramente lo tomaría a mal — Vaya, no se me había ocurrido... — respondió tratando de aguantar la risa y ya dar por muerto el asunto. De nuevo, se limitó a guardar silencio y observar el firmamento iluminado por miles de estrellas, podía reconocer algunas constelaciones y ya pensandolo bien, no recordaba haber tenido una vista así del cielo nocturno, y con toda confianza se recargaría en el coloso para acomodarse mejor a observar.
- ¿En qué piensas? - justo hizo la pregunta frunció el ceño como quien hubiera cometido una equivocación, trataría de ser más cuidadoso y no atosigarlo más.
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Post by Atlas on May 7, 2017 5:52:17 GMT
Meneó la cabeza ante tal respuesta. ¿Era tonto o se hacía el tonto? Fuese como fuere, seguro tendría que partir pronto. Atlas nuevamente se limitó a mirar las estrellas y nombrar lo que veía en su mente. Conocía los cielos muy bien, eran su guía cuando solía viajar hace ya muchos años. Recordaba aquellas noches en las que se tendía en la superficie y flotaba hacia direcciones inciertas, solamente con las estrellas acompañando su misterioso camino.
La sensación de Kaira apoyándose sobre su regazo lo sacó de su trance. Casi de inmediato, bajó su mirada para verlo. Sus cejas se habían arrugado, más por incomodidad que por enojo. Se mordió la mejilla por dentro. ¿Qué había sido esa punzada dentro de su pecho si ya no estaba tocando su herida? Dejó salir un suspiro. No podía... Simplemente no podía dejar que Kaira pensara que podía ser cercano a el. Era... Era por su bien. ( Recuerda lo que pasó con el. Recuerda como lo defraudaste. ) No quería que la historia se volviera a repetir.
Acercó su mano al unicornio y, con gentileza, usó sus dedos para enderezar su posición y que de ese modo, no estuviese recargandose sobre el. - Pienso que es tarde y deberías marcharte. - Su voz estaba apagada, muerta. Aquel tono sumamente depresivo podría ser preocupante en cualquiera, pero en Atlas, era la voz con la que había nacido.
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Post by Kaira Voll on May 7, 2017 6:14:41 GMT
Sintió que le movía separandolo de él, confundido pero no extrañado voltearía a mirarle frunciendo el ceño. Tras escuchar aquellas palabras bien pudo haberse ofendido y marchado en el acto pero esta vez no tenía pensado hacerle caso. — Yo creo que aún podría quedarme un rato más. — Ya sin recargarse, tomó parte de su cabello para hacerlo de lado y comenzar a trenzar las hebras rosadas sin ninguna prisa. La luz era escasa, apenas la luna era suficiente para iluminar, se podía apreciar el reflejo del manto estrellado sobre el mar.
— ¿En verdad quieres que me vaya? ¿no me quieres cerca? — le preocupaba cual sería la respuesta a eso, no quería escuchar que efectivamente, Atlas no lo soportaba y lo quería lejos de él.
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Post by Atlas on May 7, 2017 7:47:49 GMT
Se quedó pasmado con la respuesta de Kaira. ¿Se quería quedar más tiempo? ¿Para qué? ¿Ver las estrellas? Eso bien podía hacerlo desde su hogar. Tragó saliva ruidosamente, y si, era más que ruidoso puesto que su garganta era gigantesca y no había otra manera de ocultarlo. Sus ojos se pasearon sobre su propio regazo y luego se dirigieron a lo que Kaira hacía con su cabello. Era como un rompecabezas. Se preguntó si lo que hacía podría ser relacionado con las matemáticas.
No esperó la pregunta que le siguió a eso. Puso su mirada de nuevo en el agua y luego, hacia el horizonte. (¿Por qué tenía que ser tan directo? ¿Por que tenía que tener una personalidad tan parecida a ... Basta. )
- Kaira... - No sabía que responderle. Por primera vez en su vida, se cuestionaba si quería a alguien cerca o no. Podía decirle que se largara. Podría correrlo y decirle que ya no lo volviera a molestar. Pero ese rostro que vió mientras se debatía entre el envenenamiento y la pérdida de sangre. Aquel rostro humedecido en lágrimas que intentaban mantenerlo ahí. La insistencia en una forma que hace mucho tiempo no veía.
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Post by Kaira Voll on May 7, 2017 8:01:39 GMT
Al no obtener ninguna respuesta excepto su nombre sonrió aliviado. Suspiró como si quisiera quitarse un peso de encima y volvió a recargarse en el tritón. — Yo tampoco me quiero ir... — era la verdad, se estaba acostumbrando a su compañía, y había notado un cambio en su trato, eso era bueno, finalmente Atlas lo aceptaría como su amigo, quizás. Después de un rato, finalmente terminó de trenzar su cabello; se puso de pie mostrando su nuevo peinado, no era perfecto, su cabello estaba húmedo y un poco enredado pero aún así ... — ¡Mira! ¿Cómo me veo? — extendió ambos brazos y girando modelaba orgulloso su peinado improvisado.
— Apuesto a que podría hacer algo con el tuyo... — comentó casi como un reto personal.
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Atlas
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Post by Atlas on May 7, 2017 8:11:58 GMT
No supo por qué, pero sintió como sus hombros cayeron de su posición tensa y uraña en cuanto el chico volvió a recargarse sobre el. Quería decirlo. Quería decir que se fuera, que no podía estar ahí. ( Todo volverá a terminar como terminó con... Ya... ) La boca de Atlas se quedó cerrada y simplemente tuvo que aceptar la compañía del unicornio. Solo por esa noche. Pensó para si mism que sería como una clase de agradecimiento por estar al pendiente de lo que le había sucedido, de ayudarle a cerrar sus heridas.
Kaira se separó de el y le mostro su peinado. Al principio, Atlas no supo como reaccionar. Ese tipo de preguntas no era algo que hubiese recibido jamás. ( ¿De quién? ) Paseó sus ojos para ambas direcciones, como si asi pudiese encontrar la respuesta a la pregunta de Kaira. -Eh... - ( ¿Bien? Y si decía eso... ¿qué clase de consecuencias tendría? ) - No sé. - Fué lo unico que se le ocurrió decir, mientras pasaba su mano por la nuca, generado por el nerviosismo y lo ajeno de la situación.
Sus ojos se volvieron aponer en Kaira cuando escuchó aquella sugerencia. - De ningún modo. - Eso si pudo decirlo rápidamente. Entendía que Kaira fuese... un hombre peculiar y que le gustara comportarse como una chica. Pero Atlas no era así y prefería no ser tocado del cabello. ( O de cualquier otro lugar. )
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Post by Kaira Voll on May 7, 2017 8:35:27 GMT
De aquello tampoco obtuvo respuesta ¿Seria que lo estaba atosigando otra vez con tantas preguntas? — uhm... — Frunció el ceño pensativo — Entonces interpretaré tu silencio... — Sonrió como un niño quien estaba a punto de cometer una travesura — Yo creo que sí te gusta... — rió por la pronta respuesta. — Era broma, no tocaré tu cabello, creo que así te ves bien... muy guapo. — era costumbre para él decirle eso a sus amigos, pero lo invadió una sensación de haber cometido algo indebido. Apretó la mandibula y fingiendo no haber dicho nada guardó silencio clavando la mirada en algún punto del estrellado firmamento. Las olas del mar continuaban rompiendo en la playa sin parar, era un sonido repetitivo, constante, pero no podría cansarse nunca de ello. Entre más entrada la noche la temperatura iba descendiendo, el agua comenzaba a helar, pero ¿qué importaba? No sabía si una noche así se repetiría; quizás así se le quitara la vergüenza y el calor de sus mejillas bajaba, ya no volvería a ser tan boca floja, no con él.
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Atlas
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Post by Atlas on May 7, 2017 8:49:10 GMT
Sus cejas se arrugaron al escuchar la interpretación de su silencio. Dejó salir un respiro molesto, como un refunfuño leve, un suspiro atropellado. Era obvio que Kaira quería jugar con el. Quería hacerle reir. ( ¿Hace cuánto tiempo no sonries? ) Pero no lo lograría... Hace mucho tiempo su sonrisa se había roto y su sentido del humor se había apagado por completo.
Sintió un tirón en el estómago al escuchar a Kaira decir que se veía guapo. ( Eso nunca te lo dijeron. No. Tu no eres eso. Kaira solo trata de ser amable. ) No lo creía. Sin embargo, no podía evitar sentir algo parecido a las náuseas. ¿Quería vomitar? Sentía calor en su rostro. ¿Qué estaba pasando? Carraspeó y meneó la cabeza de un lado a otro. Kaira parecía entender el mensaje de que lo que había dicho no tenía cabida en Atlas. Cualquier comentario acerca de su apariencia, fuese bueno o malo, el tritón lo tomaría a mal. ( Qué se puede esperar de un ser tan miserable. )
La temperatura bajó considerablemente y el viento se volvía cada vez más frío. Atlas era tan grande que su calor corporal se conservaba bastante bien, asi que no le prestó mucha atención a la brisa. Sin embargo, Kaira era un ser más pequeño y por lo que veía, parecía estar sucumbiendo ante la temperatura . Era necio. Tampoco parecía que se iría pronto.
Atlas suspiró con pesadez y fastidio. Estiró su brazo y tomó parte de su capa, la cual, ya se había secado gracias al viento y al haber estado tanto tiempo sentado afuera. Acercó la tela a Kaira, ofreciéndole aquel gigantesco manto para que se tapara del frío con el.
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