Denard Fantôme
Los Grises
El pasado es solo una sombra que yo mismo puedo pisotear
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Post by Denard Fantôme on Jun 22, 2017 22:49:58 GMT
El aire en sus pulmones entraba y salía conforme sus pies se aventuraban en el oscuro bosque, siguiendo las luces. Denard jamás había visto nada igual desde hacía años, se detuvo, sacudiendo sus ropas oscuras mientras miraba a todos lados alerta. La puerta inerte en medio del bosque no le traía buena espina, ¿Sería una trampa? ¿Sería un señuelo, esperando ser tocado para que un depredador mucho más grande cerrara sus fauces?
Denard miró a Desdemona con los ojos sombríos, tanto por la oscuridad, como por el momento. --Tendremos que tocar primero --Dio algunos pasos hacia el extraño artefacto, observó como la Baphomet rodeó el marco, asegurándose de que no fuera algún truco barato de su anfitrión, no se detuvo hasta que estuvo a solo un paso de la puerta, con la punta de sus zapatos a punto de tocar el material, frunció el ceño, pensándosela bien en cual iba a ser su siguiente movimiento. Había estado en muchas situaciones de alto peligro, pero esto... no le gustaba.
Su brazo izquierdo se llenó de plumas negras mientras su mano se transformaba en garras largas y brillantes, acomodó su otra mano en el picaporte, con la mirada centrada a la puerta, tragando un poco de saliva por el temor hacia lo desconocido. Abrió la puerta rápidamente, haciéndose a un lado, para lo que sea que estuviera adentro, no le diera la bienvenida de frente.
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Post by Muérdago on Jun 24, 2017 17:36:21 GMT
Del otro lado, Desdemona sonrió a Denard. ¿Acaso era una ilusión, un cruel juego de un ser maligno?
No. No había nada detrás de la puerta, solo el bosque, el claro, el musgo, la noche y Desdemona. Parece que no han sido invitados aún.
Denard dio vuelta al marco un par de veces. Estaba tan derruido que era un milagro que permaneciera en pie. Algo llamó la atención del detective: en la parte superior del marco había un mango en donde se supone habría una campana (Inteligencia 4). El significado de esto los eludió. ¿Quizás deberían tocar antes de entrar?, ¿cómo? Tendrían que encontrar la campana...
¡Cuánto caos! Las cosas no están donde deberían. Mirovia parece estar de cabeza. ¿Qué pasaría una vez que lo perdido haya sido recobrado?, ¿quién o qué está detrás de todo esto?, ¿qué es lo que quiere?
Una estrella fugaz iluminó el cielo un instante. Pensamientos oscuros turbaron sus almas.
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Post by Desdemona Grimm on Jul 3, 2017 4:55:06 GMT
Notó aquella campanilla que colgaba del marco... ¿por qué no la había visto antes. Ya con la adrenalina habiendo abandonado la punta de sus dedos, una vez que la puerta había sido abierta y nada apareció con aquél movimiento. Se acercó sin perder la vista del metal que brillaba de pronto con la luz de la luna. Estaba casi hipnotizada por el destello y por el ligero tintineo del objeto al moverse suavemente con el viento.
Reflejada sobre su superficie, alcanzó a distinguir el brillo de una estrella que atravezó el firmamento. Alzó la cabeza, alcanzando aún a figurar en su mirada aquél astro que en segundos desapareció entre un manto oscuro creado por las copas de los árboles en el horizonte. Por alguna razón sintió un peso extraño en su pecho; frunció el ceño, sólo por un instante. Bajó de nueva cuenta la mirada para volver hacia aquela campanilla. Lentamente estiró la mano para darle un ligero golpesillo con sus dedos. -Tal vez no lo estamos haciendo de la forma correcta- comentó sin despegar su mirada del objeto. Su corazón palpitaba fuertemente; ¿estarían al fin a punto de descubrir de qué iba todo?
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Denard Fantôme
Los Grises
El pasado es solo una sombra que yo mismo puedo pisotear
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Post by Denard Fantôme on Jul 3, 2017 19:25:57 GMT
―La puerta está incompleta para ser abierta ―Murmuró el detective, observando la puerta como si de un rompecabezas se tratara, frunció el ceño, si necesitaban aquello para abrirla, o para pedir permiso, ¿En dónde iban a encontrar la pieza que faltaba? ¿Acaso el extraño delincuente estaba jugando con ellos? Odiaba jugar al gato y al ratón. Porque en ese momento, ambos arcanos parecían ser los roedores.
Una estrella fugaz atravesó el cielo, tan brillante y rápida que solo sirvió para dar una pequeña luz al cielo. Donde, en otros lados de Mirovia, otros arcanos pedirían un deseo, encantados.
Pronto, Denard comenzó a sentirse muy pesado, obligándolo a recargar su mano en el marco de la puerta, volteó hacia atrás, como si algo lo llamara. Un niño estaba parado a solo unos metros de él, el cual, solamente el detective podía verlo. El niño lo miró con ojos apagados, ropas desgastadas y una pequeña mancha en la frente, parecido a Barleem, pero con pequeños detalles que dictaban de que no eran la misma persona.
“Lo prometiste, Denard” Se escuchó dentro de su cabeza “En la parte más sana de tu corazón, cuando tu alma aún no estaba negra, lo prometiste”
El detective se hizo unos pasos hacia atrás, sin quitarle la vista a la nada.
―No… ―Susurró el detective, encaminando sus pasos en reversa.
“¡No me puedes abandonar ahora!”
El marco se atravesó en su caminar, haciendo que Denard se tropezara, atravesando la entrada de la puerta con todo su cuerpo. Un extraño sentir en toda su alma se sintió de pronto, ¿El miedo a lo desconocido? No lo sabía. Cuando su espalda sintió el pequeño dolor contra el suelo, volvió a la realidad, y, arrastrando sus pies, alejándose lo más que pudo de la puerta, su mano rozó el pie de Desdemona. El hombre dejó de escuchar las voces, y pronto volvió a ser tan ligero como lo fue hace muchos años, pero su mirada permanecía en la puerta, con el ceño fruncido, y la boca temblorosa.
Se puso de pie, observando el lugar donde debería estar la campana.
―Una campana… ―Denard intentó poner su mente en el caso, aunque le costaba un poco de trabajo, “Mente fría, Denard” Pensó mientras sacaba su pipa, para comenzar a fumar.
―Algo no está ocurriendo bien del todo aquí, quizás nos enfrentamos a algo más grande, algo… algo en cual necesitemos un poco de más ayuda. ―Denard soltó el humo por sus labios y nariz, intentando ignorar cualquier mirada de Desdemona, debido a su comportamiento de hace unos segundos.
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Post by Muérdago on Jul 4, 2017 17:41:05 GMT
Cuando Denard terminó de pronunciar esas palabras, una mariposa blanca se posó sobre su nariz. La asustó, pero la mariposa insistió y volvió a posarse. De reojo, notó que Desdemona miraba con ojos bizcos otra mariposa blanca. Desdemona abrió la boca y la despedazó de un mordisco, pero otra mariposa reemplazó su lugar. Pronto ambos se dieron cuenta de que estaban rodeados de una tormenta de mariposas blancas que giraba en torno a ellos.
Era un acontecimiento que en otras circunstancias les parecería muy bello. Las mariposas se acercaban cada vez más hasta que estuvieron cubiertos de pies a cabeza en aleteos. No parecían querer hacerles daño y, aunque hubieran querido, no lo hubieran conseguido. Algunas trataban de meterse a sus bocas, oídos u ojos, pero un rápido movimiento las hacía caer al piso como pañuelos descartados. Denard y Desdemona trataron de encontrar cubierta, pero no lograban ver a través de los millares de alas, y salieron corriendo de ahí.
Finalmente, escucharon un tintineo. Las mariposas se alejaron en la oscuridad de la noche como una ola que retrocede a las profundidades del mar. Ya no estaban en el claro de bosque. Trataron de regresar sobre sus pasos, pero la puerta y el claro habían desaparecido.
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Post by Desdemona Grimm on Jul 6, 2017 2:11:38 GMT
Todo el asunto, tan extraño... ajeno a este mundo. Desdemona se encontraba totalmente desubicada al ver cómo lo que habían encontrado desapareció entre un centenar de mariposas. Por un momento su mirada se mantuvo perdida en aquél espacio que creía debía estar ocupado por aquella puerta mas no quedaba rastro alguno. Jamás se había topado con una pared así; ni los misterios más enredados ni los tabús más oscuros le habían hecho cuestionar su propia sanidad. De no ser porque Denard atestiguaba lo mismo que ella, consideraría seriamente tomarse un descanso.
Se llevó las manos a las caderas, manteniéndose en silencio de cierta manera recobrando consciencia y atendiendo el hecho de que aún se encontraban en la búsqueda de un jovencito. -Hay cosas que es mejor consultarlas con la almohada- dijo al fin, por primera vez mostrándose consternada y estando en aquella piel, clara y pálida, sin su aspecto espectral parecía aún más vulnerable. Caminó hacia el otro, con la cabeza gacha y sus cejas encajadas en su ceño. -Recolectemos la información... Pero veámonos pronto- alzó la cabeza y le sonrió a su compañero. Colocó su mano sobre su hombro mientras su piel recuperaba el rojo ardiente que tanto la hacía llamar la atención. Sus grandes alas, oscuras como si recién emergieran de un incendio, abriéndose detrás de ella. Aquella sonrisa de nuevo, traviesa e insolente frente a ese hombre. Dio un par de pasos hacia atrás, dándose espacio suficiente para mover sus alas y tomar altura. Lo vería después, por ahora, la noche llamaba y el vicio era necesario para descansar de tanto desconcierto.
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Denard Fantôme
Los Grises
El pasado es solo una sombra que yo mismo puedo pisotear
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Post by Denard Fantôme on Jul 6, 2017 2:33:16 GMT
No había nada más que hacer.
El tintineo fue distante, pero removió la mente del detective, con el ceño fruncido, metió sus manos a sus bolsillos, observando el basto bosque que se levantaba ante él, y por unos segundos, se perdió en sus propios pensamientos, con la mirada fría como el hierro encajándose en algún árbol cercano, todo esto, había sido tan extraño que era difícil explicarlo. Denard salió de los rincones de su mente en cuanto sintió la mano de Desdemona sobre su hombro, la tomó antes de que se desprendiera de su cuerpo, como verificando que había algo de realidad en todo lo que había pasado, deslizó con cuidado su mano, y dándole un pequeño beso en el dorso rojizo, la miró a los ojos.
--Descanse, Desdemona --Sonrió, soltando la mano de la Baphomet, volviendo de lleno a la realidad. --Esperaré con ansias su visita y su trabajo --Dijo al final, observando cómo la mujer se iba volando, no sin antes dirigirle una mirada intensa con las que la mujer cargaba consigo siempre.
Se quedó con el mentón erguido, observando como Desdemona desaparecía en el amplio cielo Miroviano, cuando no hubo nadie a su alrededor, se viró hacia atrás, donde el bosque aún susurraba cosas que el no pensaba descifrar. Encaró al bosque, con las manos a los bolsillos, sacó de nuevo la pipa, prendiendo el tabaco, soltando un pequeño olor a hierbas aromáticas a su alrededor.
--Escúchame bien, no sé quien seas, o qué es lo que quieres --Denard mantenía su mirada en el bosque oscuro, consciente de que alguien lo escuchaba --Pero me aseguraré de detener los juegos en los que te estás entrometiendo... Decidiste jugar con el ratón equivocado. --Cuando la amenaza del detective dio por terminado, se dio la media vuelta, dejando que dos alas negras salieran de su espalda, y poco a poco, su cuerpo se volvió en cuatro patas, asumiendo su forma verdadera, meneó la cola negra como la oscuridad, y su pelaje en conjunto con las plumas.
Sin mirar atrás, dio un salto hasta llegar a una distancia favorable para volar lo más rápido que sus alas pudieron darle.
Esto no se iba a quedar así.
De eso estaba seguro.
Y también de que el juego solo estaba empezando. Si no es que ya les llevaba ventaja.
-Fin del Thread-
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