Ethgan Reild
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¿Por qué no nos divertimos un poco?
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Post by Ethgan Reild on May 18, 2017 15:05:32 GMT
Sintió que la luz regresaba... Los sonidos... Las sensaciones... Lentamente, emergiendo de un mar de penumbra e incertidumbre, nuevamente comenzó a ser consciente de quien era y donde se encontraba. Sus ojos se removieron bajo sus parpados y al llegar a abrirlos con un toque de dificultad, la claridad del día iluminó de nuevo el color de sus iris. Dolor, molestias, entumecimiento. Siempre había odiados los días posteriores a las noches de luna llena, todos los estragos que habría cometido entonces se notaban ahora en su acribillado cuerpo. No era la primera vez
un pequeño quejido escapó de su garganta al intentar moverse, no lo volvió hacer. Su campo visual solo le permitía ver hacia el techo y parte de la victoriana decoración del lugar, pero mas allá de eso no podía asegurar que mas había dentro de la habitación. Sin embargo, lo que no tenia necesidad de ver para saber con certeza que se encontraba ahí, era la mujer encargada de su cuidado
aspiró hondo aguantando el dolor solo para deleitarse con el aroma de su perfume y al exhalar de nuevo y comprobar, gracias a la agudeza de su poderoso su olfato, que nadie mas se encontraba dentro de la casa, se sintió mas relajado
- ¿ya morí? - preguntó con voz rasposa por las horas de desuso, bromeando de manera oscura sobre lo que sabia que le había pasado
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Post by Cereza Koslov on May 18, 2017 15:25:43 GMT
-¡Ethgan! -fue la respuesta de la mujer, entre regaño y alivio, al escuchar que ya había despertado al fin.
Cereza en ese momento se encontraba preparando una mezcolanza de hierbas finas que usualmente preparaba después de la luna llena, la pomada resultante era perfecta para ayudar contra el dolor muscular y los desgarres de ligamentos. Sólo necesitaba agregar algo de manzanilla para darle un olor agradable a la sustancia. Él tenía una nariz muy sensible después de todo.
-Ya te dije que no me gusta que juegues con ese tipo de cosas... además, no tiene sentido porque yo estoy aquí para cuidar que eso no pase -lo último lo murmuró con algo de humor, y después de unos cuantos minutos de moler el menjurge éste ya estaba listo.- No intentes levantarte ¿deacuerdo? Sabes que el reposo absoluto es necesario para tu cuerpo después de una transformación forzosa.
La pelimorada se acercó a la mesa en donde estaba recostado el hombre para dedicarle una suave sonrisa, una que inconscientemente sólo le dirigía a él.
-¿Cómo te sientes?
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 18, 2017 17:12:24 GMT
ethgan no habló hasta que la portadora de aquella voz finalmente se hizo visible por uno de los costados de la camilla. La sonrisa por la que habria apostado su vida estaba ahi, justo como siempre
-como en un spa - respondió con humor apagado adornando apenas su rostro con una media sonrisa. Ahora algo más llenaba el aire con un aroma que también conocía, sabia lo que era, quizas la única cosa que incluso lo hacia llegar a desear las noches de luna llena. Volteó su rostro en busca de lo que la curandera llevaba entre sus manos, pero al hacerlo, algo hizo picor dentro de su boca. Sin haberlo notado hasta ese punto, removió su lengua saboreando con desagrado los restos de un sabor amargo y pastoso. Alzó una mano y sacando de su boca lo que parecía ser un corto mechón de pelo grisáceo, adoptó una expresión de asco y desconcierto
-¿que demonios hice ahora?
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Post by Cereza Koslov on May 18, 2017 18:59:31 GMT
La curandera cerró un momento sus ojos, al decidir darle un par de vueltas al tazón que contenía el líquido aromático, mientras el hombre lobo comenzaba a darse cuenta de los estragos que cometió la noche anterior. Suspiró. -Afortunadamente para ti, sólo te comiste al gato del vecino. Fuera de eso, de la pobre dueña asustada y de su esposo odiándote a muerte, no pasó nada más. Por suerte me conocen y les ofrecí medicina gratis por un mes para reponer su pérdida... de lo contrario tal vez habría alguien tras tu cabeza en estos momentos -abrió sus ojos mirando hacia el techo pensativamente- Quiero decir, alguien más, tras tu cabeza.
Sin espera alguna colocó el recipiente al lado de la cabeza de Ethgan y metió sus dedos en éste. Cuando los sacó, sus extremidades estaban cubiertas por el líquido que pronto comenzó a untar en el brazo derecho, sobretodo en el área donde los músculos se veían claramente tensos. Con pequeños masajes en movimientos circulares haría que su piel fuera absorbiendo la sustancia.
-Si sigues así, a éste paso me quedaré sin clientes de tanto producto que tendré que regalar -lo miró con reproche-
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 19, 2017 3:41:19 GMT
El hombre no hizo mas que pestañear un par de veces al escuchar la pronta revelación ¿podía considerarse buena suerte haberse comido vivo a un gato? recordó la cara del viejo animal que en el pasado le había siseado con recelo arqueando furioso la espalda; el mismo que en estado relajado parecía tener una cara de pocos amigos y con la mandíbula inferior tan sobresaliente que fácilmente podía imitar la cara de un trool. Sintió asco de saber que el pobre animal había acabado dentro de su estomago y molestia de que seguramente incluso después de su muerte le complicaria las cosas con una terrible indigestión.
- pffff - resignado, dejó apoyar de nuevo su cabeza sobre la almohada y se concentró en restarle importancia al asunto - ya estaba viejo de todos modos - Sabia que Cereza lo desaprobaba, que no le gustaban esa clase de bromas malvadas. Aun asi, siempre se las arreglaba para salirse con la suya y terminar ganándose solo un pequeño gruñido a modo de reproche por parte de su compañera, para luego ser seguido por un prolongado momento de silencio. Uno que casi nunca resultaba incomodo
Cuando comenzó a sentir el tacto de aquella pastosa mezcla y los dedos de la curandera, inmediatamente sus músculos se relajaron. Habia aprendido a hacerlo luego de mucho tiempo de practica en la que la joven había perdido también su vergüenza por tocarlo. Inconscientemente, cada vez que eso sucedia, recordaba con detalle la primera vez que ella habia untado en él la mezcolanza de ingredientes y una sonrisa aparecía en su rostro haciéndolo olvidar los pequeños ardores proporcionados por las heridas abiertas al contacto con el viscoso material
- oh vamos, recupero mas de lo que gastas en mí cada vez que salgo a cazar... y te consta - adoraba tener la razon, mas aun, tenerla y vanagloriarse por eso. los pequeños ardores pronto daban paso a una sensacion de frio y relajacion que en poco tiempo hacian olvidar que las heridas seguian ahí
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Post by Cereza Koslov on May 19, 2017 4:12:27 GMT
En efecto, se ganó una mirada de desaprobación muy marcada en las cejas moradas de la mujer, quien apretó un poco su brazo en la zona de la herida. -Me agradaba mucho ese gato, era muy tierno y cariñoso... -Y era verdad, el gato resultaba ser un minino con la querubín, le ronrroneaba y hasta le dejaba regalitos en la entrada de su casa. Tal vez la eterna enemistad entre perros y gatos era lo que lo instaba a hisearle a Ethgan. Volvió a lo suyo, masajeando para desinfectar las heridas, que aunque cicatrizaran por sí solas dejarían una marca en la piel del rubio. Por eso mismo Cereza se encargaba de agregarle esa mezcla especial para que las cicatrices no se formaran dejando una superficie suave al tacto. -¿Pero sabes porqué pasó esto? Porque no comiste lo que te preparé el día anterior. -volvió a suspirar con pesadez.
Seguía el otro brazo, por lo que ella rodeó la mesa para tener fácil acceso a éste. Le bastó darle un rápido vistazo al rostro masculino para saber lo que estaba pensando. -... Te estás acordando de la primera vez ¿verdad? -Cereza apretó sus labios en una pequeña sonrisita penosa, mientras seguía en lo suyo- Era... bastante ingenua, y primeriza para tratar con "alguien como tú". No se como he sobrevivido hasta la fecha. -fingió algo de molestia, mientras sus mejillas se sonrosaban muy ligeramente-... Pero... admito que sin ti no podría haber llegado hasta donde estoy, con tu ayuda y tu compañía.
Le sonrió con mucha suavidad.
-¿Te lo he agradecido ya?
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 20, 2017 2:52:02 GMT
El hombre rodó los ojos con fastidio al escucharla hablar sobre las consecuencias de sus malas decisiones. Nunca necesitaba que ella se lo recordase, pero como si de un cronometro se tratase, jamas hacian falta las ganas y los momentos adecuados para echárselo en cara. Para ese punto de su vida, el comprendía qué recomendaciones eran las mas adecuadas a tomar durante los dias precedentes a la llegada de la luna llena, pero resultando mas facil hablar que actuar, siempre terminaba siendo una terrible tortura obedecer a sus propios consejos.
Odiaba tener que alimentarse durante esos momentos y ella lo sabia. La sensacion era similar a tener que beber galones de agua enteros sin siquiera tener sed. No hizo mas que bufar en respuesta moviendo su cabeza para no tener que enfrentar su rostro molesto, pero cuando sorpresivamente el tema no siguió por donde esperaba, dio gracias a los dioses y prestó de nuevo atencion a sus otras palabras
aquella pregunta lo sorprendió
- estabas aqui antes de que yo llegara - con su voz, ahora un poco mas clara, respondió con sutileza, haciendo constar que ella se las habría valido seguramente igual sin su compañía. Aunque ya casi llevaban seis años de haberse conocido, se preguntaba por qué durante todo eso tiempo habian decidido residenciar en Reapergate y solo en Reapergate. Él mismo no conocía territorios mas allá del bosque de los susurros y aunque sabia que la querubin no había nacido dentro del oscuro poblado, habia estado viviendo ahi durante sus últimos años. Cada vez que se interesaba por preguntarle acerca de cómo eran los otros lugares, terminaba por obtener una larga enciclopedia de definiciones sobre plantas con propiedades degenerativas y metales magicos con localizaciones raras y usos aun mas extraños
- aunque... si insistes en agradecerme... - en ese punto simplemente estiró los labios como si esperase dar o recibir un beso, manteniendo los ojos cerrados e imaginando prematuramente la posible reaccion de la curandera
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Post by Cereza Koslov on May 20, 2017 3:49:05 GMT
- Muchas veces me sentí tentada a dejarlo todo antes de conocerte... -admitió la querubín con una pequeña sonrisita triste, mientras reanudaba los masajes circulares con los pulgares de sus manos, sobre el área del bícep masculino. Era algo que ella nunca le había mencionado hasta ahora al lobo y con justa razón, no quería verse más débil de lo que ya era ante él. Jamás quizo endeudarlo moralmente con ella pero agradecía de todo corazón que él lo hubiera hecho en primer lugar- Porque éste lugar es el más difícil para que una persona de mi raza pueda vivir, extraño la luz del sol como no tienes una idea, y el aire cálido del verano sobre mi piel... el agua de las playas, de los ríos e incluso el calor sofocante del desierto. En todos los lugares de Mirovia me tratarían bien excepto aquí, y día con día era mucho más difícil soportar lo que decían los arcanos de mí por más que intentara ignorarlo. Hizo una pequeña pausa. - Pero entonces un día te trajeron cargando muy malherido e inconsciente, me dediqué a cuidar cada una de tus heridas e incluso a darte de comer... no se en que momento pasó pero ya no podía dejar de pensar en que tu estuvieras a mi lado en todo momento. Me ayudaste a crecer, a no darme por vencida pensando que tal vez alguien más llegaría necesitándome con urgencia... -había dejado de masajearlo y un pequeño rubor apareció en sus mejillas blancas cuando él alzó sus labios esperando recibir un beso. Algo con lo que usualmente la molestaba a sabiendas de su gran timidez para con los hombres. Pero él era especial... él la hacía sentir cosas que nadie más le provocaba en su pecho. ¿Qué mal había en corresponderle aunque fuera un poco? En probar esos labios que tanto había fantaseado con besar, en poder sentirse especial en sus brazos y sólo imaginar que él la veía diferente a todas las demás mujeres con las que compartía lecho. Él le rompía el corazón y a la vez se lo volvía a pegar, en un tortuoso limbo del que era presa. ¿Ethgan lo sabía? Sin darse cuenta su cuerpo se fue inclinando hacia el frente, pidiendo a gritos poder unirse al de la persona más especial para Cereza.
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 20, 2017 15:02:56 GMT
Ethgan no era un caballero, no era amable ni considerado, solía actuar impulsivamente y muchas veces con malas intensiones. Cuando estiró sus labios para pedirle un beso, no esperó a que ella accediera, sus intensiones solo estaban en hacerla fastidiar. Siempre lo hacia, cada vez que podia la molestaba con pequeñas bromas que en su mayoria acababan por hacerla sonrojar como cardenal. Habia sido así desde hace mucho, donde antaño sus bromas iban dirigidas con un poco mas de seriedad, pero ella se molestaba en gran medida por eso, algo que con el tiempo lo hizo cambiar; sin saber por qué y considerando que era debido solo a la deuda de vida que tenia con ella, comenzó a respetarla mas. Aun asi, y luego de todo el tiempo que habían convivido juntos, habían muchas cosas de las que nunca habian hablado.
Sus ojos permanecieron cerrados cuando la escuchó hablar. No quiso interrumpirla. La intensidad con la que había alzado en un principio sus labios fue menguando sin ser consciente de ello, pues Las palabras de la querubín lo cautivaban. Era cierto ¿cuanto tiempo había pasado ya sin recibir la caricia de los rayos del sol? se sumergió por un momento en sus propios recuerdos, acoplando cada uno de sus pensamientos al compás de las palabras de la joven mujer que lo atendía. Haber acabo en un lugar como ese, ¿qué razón tenia para hacerlo? ayudar a los demás; si ese era el caso, muchas otras personas podrian haberla necesitado tambien fuera de Reapergate. Pero entonces lo recordó, a sí mismo perdiendo la consciencia justo en el momento en que creyó verla por primera vez ¿qué habria sucedido entonces si ella no hubiese estado presente para ayudarlo?
El silencio se formó de nuevo. Sin querer abrir los ojos ojos aun y dejando de sentir por un momento las caricias sobre su piel, sintió que Cereza se movía, se inclinaba sobre él. Sintió entonces el aliento cálido de aquella boca ajena a solo centímetros de la suya y supo entonces que aquello ya no formaba parte de su imaginación. Entreabrió apenas sus ojos para poder asegurar que lo que sucedía era real y componiéndolo, sin atreverse a cuestionar nada, volvió a cerrarlos, alzando también una de sus manos para sostener apenas el delicado rostro
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Post by Cereza Koslov on May 21, 2017 4:03:49 GMT
Tembló. Tembló ligeramente cuando sintió las caricias que él le hacía en su mejilla... ¿era eso real? Su corazón palpitando con fiereza contra su pecho, el rubor que se extendía por todo su rostro y la sudoración de sus manos sólo eran indicios que lo que sentía era algo muy poderoso. La ansiedad... la expectativa... ¿y si no era como lo imaginaba? ¿Y si al besarlo todas las mariposas en su estómago dejarían de revolotear? Tal vez era lo mejor corresponder aquella muestra de cariño y dejar en claro de una vez por todas lo que sentía por él.
Dudó un poco a unos cuantos milímetros de separación, para poder respirar de cerca el aroma de Ethgan Reild... y entonces... tragó saliva con fuerza. El nombre del dueño de sus suspiros abandonó sus labios muy querido, logrando envalentonarse para cerrar el espacio que había entre ellos. Así fue el primer beso que Cereza le daba al hombre lobo después de 6 años de conocerse.
Y por todos los cielos... las mariposas sólo aumentaron. Los delgados labios masculinos rozaron los femeninos con suma suavidad, sus alientos se entrelazaron y la querubín casi podría jurar que su pierna se elevaba aunque fuera un poco. ¡Se sentía volar! ¡¿Con un simple beso?! De repente no se sentía anclada al suelo por tener sólo un ala. No podía ser de otra forma ¡NO HABÍA OTRA FORMA!
Lo amaba.
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 21, 2017 17:04:13 GMT
Sintió las caricias del corto cabello sobre su rostro, no hubo tiempo para sorpresas. Habiendo sucedido todo tan rapido como para poder siquiera dar disfrute de ello, se preguntaba incredulamente: ¿porque ahora? ¿por que no antes? ¿cuales eran las razones para que la joven querubín tuviese interés en corresponder finalmente a una de sus muchas peticiones? Dejó que esas preguntas se desvaneciesen, que perdiesen importancia. ¿acaso estaba soñando? sintió el toque de los castos labios estremecerse con temor y supo que no, que era real. Esa era la cereza que él conocía, no la que en su mente solía inventar teniendo vividas fantasías de las que ella nunca debía enterarse.
el sonido de la suave separación solo sirvió como advertencia para un segundo beso, uno en el que él ladeó un poco su cabeza para poder recibirla de mejor manera, moviendo la mano que antes había estado acariciando la tersa piel de su mejilla hasta posicionarla detrás de su cabeza. Mas profundo, mas real.
El olor a manzanilla y de hiervas naturales llenaba el ambiente. De pronto el tiempo parecía haberse congelado. Cereza no era, por mucho, la primera mujer a la que besaba, pero entonces ¿por que se sentía diferente? como si fuese la primera vez. Un sentimiento extraño y casi olvidado que por un largo tiempo había creído jamas volver a experimentar...
- ...Cereza... - aprovechado; había deseado tanto ese momento que con facilidad consideraba una perdida de tiempo permanecer quieto, teniendo que conformarse con la simpleza de mantener solo sus labios unidos. No, necesitaba mas. Sin aviso, se atrevió a abrir la boca y succionar un área de cereza un poco mas grande, dejando escapar el aire lento y pesado por su nariz y comenzando a pasar su lengua sobre los rosados labios de la mujer, pidiendo permiso para entrar, advirtiendo lo que quería que sucediera
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Post by Cereza Koslov on May 21, 2017 17:22:04 GMT
¿Era normal desear no separarse de aquél dulce contacto? El querer seguir sintiendo la cálida piel del hombre postrado bajo ella, el desear que aquellas manos acariciaran su ser, y que no la dejaran ir nunca ¿era demasiado? Su corazón latía como loco dentro de su pecho, poniendo en claro que Cereza Koslov se sentía desfallecer en cualquier instante, si es que podía morirse de mera felicidad. Sintió los gruesos dedos de Reild acariciar su nuca para acercarla aún más y profundizar la presión entre ellos, algo a lo que ella gustosa accedería sin dudarlo. La respiración a través de su nariz se volvió profunda, rítmica...
El único ruido además del contacto de sus cuerpos era el tronar de la madera de la chimenea, y el hervir de una nueva medicina sobre la lumbre.
Sin embargo la querubín abrió al instante los ojos cuando sintió aquella succión en su labio, su cuerpo se paralizó en el momento en que aquella inquieta lengua jugueteara contra su piel. Fue algo que rompió el encanto del momento obligando a la pelimorada a cubrirse la boca con una mano, a alejar su cuerpo del del hombre para caer en cuenta de lo que había pasado. ¡¿PERO QUÉ HABÍA HECHO?!
-Umm... -se puso nerviosa, roja, apenada, casi entrando en un estado de shock al no saber cómo actuar.- E-e-ese fue el agradecimiento... -tartamudeó sin atreverse a mirarlo a los ojos, su cabello sirvió como cortina para tapar su expresión-A-a-aún tengo que ponerte pomada... ¿podrías voltearte por... f-f-favor? Umm... ¡t-tienes heridas por el área de tu omóplato derecho! V-vamos, antes de que se seque lo que preparé...
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 21, 2017 18:31:13 GMT
aquel repentino movimiento lo sacó de su pequeño mundo de fantasía, no pudo tomar nota de lo que sucedía cuando de pronto ella ya no estaba unida a él; lo que había comenzado de una manera efímera e imprevista, había terminado esfumándose de la misma forma... viéndose obligado a abrir los ojos y observándola como si con eso la obligara a responder porqué había roto el beso, frunció apenas un poco el ceño y permaneció en inusual silencio. Eso nunca sucedía, nunca se quedaba sin palabras... y sin embargo, ahora...
escuchando entonces las palabras de la arcana de luz, no pasó mucho tiempo para que se moviera, pero no precisamente con el objetivo de obedecerla. Se incorporó hasta quedar sentado, pero lejos de pretender siquiera darse la vuelta, permaneció inmóvil, observándole, tratando de conseguir aquellos ojos azules debajo de la corta cortina de cabello estrictamente posicionada.
- ¿y si mejor...- habló de pronto con suavidad y lentitud, con la paciencia que casi nunca solía tener - me agradeces un poco mas? - acompañado de sus palabras, el movimiento de su brazo hizo que pronto alcanzara el de ella, tirando con suavidad e invitándola de nuevo a darle la cara - prometo no enojarme - bromeó en ultima instancia, sin darse cuenta aun de que la piel que había tocado llevaba encima una herida
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Post by Cereza Koslov on May 21, 2017 18:44:46 GMT
Por favor, sólo déjalo ir. Por favor, no pienses más allá de eso. Por favor, no me digas nada hiriente. Por favor, corresponde mis sentimientos. Por favor... Por favor... Por favor...
La cabeza de la querubín fue invadida por mil y un pensamientos de ese tipo que corrían a toda velocidad, que inundaban su ser y que prácticamente le hacían muy imposible el escuchar algo más a parte de sus plegarias internas. Quería que la tierra se la comiera, pues podía sentir la intensa mirada masculina encima suyo. Sabía que él no dejaría ir eso tan fácil... ¿pero y ahora qué pasaría entre ellos? ¿Que tal si él quería explicaciones? No podía decirle simplemente que él formaba parte de sus pensamientos durante todo el día, o que disfrutaba mucho su compañía, más que la de cualquier otra persona. Tampoco podía decirle que su corazón palpitaba más fuerte cada vez que pronunciaba su nombre.
Ethgan sólo se reiría.
-... ¡¿?! -la querubín alzó rápidamente su mirada, con los ojos en su totalidad abiertos cruzándose con aquellos rosados amatistas que la hipnotizaban-... ¿m-más...? -repitió incrédula.
¿Quería más? ¿Podían besarse más? ¿Pero... y luego...?
-¡Ouch...! -Antes de poder reaccionar como era debido, Cereza cerró un ojo a la vez que su expresión se tornaba de ligera molestia cuando la mano del hombre lobo tiró del brazo vendado, justamente el área donde hace poco le había pagado a Adrian Baskervile por aquellos ingredientes tan costosos. No recordaba que tenía eso ahí.
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 22, 2017 1:58:29 GMT
Cereza, a quien creía conocer bastante bien, en ocasiones resultaba para él un completo misterio.
Sintió una sonrisa adornar su rostro ¿como era posible? ¿como podía ser real esa inocencia? ¿esa sorpresa? ella era quien había accedido a besarlo, era ella quien en ocasiones lo hipnotizaba fácilmente con sus gráciles movimientos y se dulce voz. No, no tenia derecho. No podía simplemente lograr seducirlo sin siquiera ser consiente de ello... Él irónicamente, casi había usado ya todo su repertorio y no había logrado nada, hasta ahora, justo cuando menos lo esperaba. Sin embargo, habiéndolo conseguido y logrando haber probado de sus labios no pensaba dejarla ir, no tan fácilmente
tiró de ella hasta hacerla acercar de nuevo, obligandola incluso a tener que interponer una mano entre ambos pechos. Pudo entonces ver su rostro de cerca y su propia sonrisa se desvaneció al notar el cambio en la ligera expresión de dolor ¿que había ocurrido? ¿acaso la había lastimado?
- ¿que pasa? - se miró a sí mismo y luego al lugar de donde la tenia agarrada, no dudó en soltarle de inmediato,pues una venda, de la que hasta ahora no habia notado su presencia, adornaba el brazo de la joven, algo que, claramente, no formaba parte de su atuendo natural; tampoco recordaba haberla visto ahi desde antes de la luna llena - ... ¿yo hice eso? - de pronto su voz se tornó seria. Sabia que cuando su instinto lo devoraba perdía por completo el control de sus acciones y aunque se esforzaba por hacerlo, la mayoría de las veces no podia recordaba nada de lo que habia hecho. Tambien sabia, muy a su pesar, que Cereza era mentirosa. Era capaz de fingir haberse lastimado por accidente en lugar de dirigirle la culpa - déjame verlo - aquello no sonó como una petición - anda - insistió - siempre atiendes mis heridas, ¿que tal si por una vez yo me hago cargo de las tuyas?
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