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Post by Sven Velfast on May 23, 2017 12:05:13 GMT
Lord Lysander había sido claro y preciso, sin embargo, las criaturas de la oscuridad podían ser impredecibles. Durante dos semanas, todos y cada uno de los sirvientes del castillo debían resguardar los arcanos que bajo propia voluntad se habían internado en las mazmorras del lugar. Así mismo, era su tarea el capturar aquellos campantes que estuvieran en los alrededores para someterlos de manera similar a los que se encontraban encarcelados. Había además un detalle particular que no sólo Sven había pensado en un inicio, y aquel era que entre ellos habían dos arcanos oscuros que debían vigilar con especial atención, puesto que se trataba de los mismísimos sirvientes de la residencia Velfast.
El mayordomo de cabello azabache había tomado medidas y comentado la situación con su compañera de servicio, Haru, con la cual curiosamente formaba un grandioso equipo en circunstancias del tipo, a pesar de que traían diferencias marcadas entre ambos. Se podría decir que su fuerte lealtad y deseo de excelencia por la labor que prestan a su amo es lo que los une a la hora de convertirse en un dúo letal y efectivo. A todo caso, la situación que sacudía en aquel justo momento al fénix era que, tal y como se lo imaginaba, una de las criadas más jóvenes de laborar, Akane, era especialmente volátil y peligrosa ante el abrazo del astro carmesí. Lo que la diferenciaba de los arcanos promedios era la disciplina y entrenamiento que la hacía merecedora del título "Serpiente de Velfast", además de su implacable fuerza gracias a su raza.
Analítico sobre la situación, Sven ya había creado en su cabeza posibles escenarios, desde los más favorables hasta los más indeseables, con respecto a qué cosas podrían salir mal en aquella eterna noche. Y uno de sus pensamientos se estaba tornando en realidad. Se suponía que la Oni estaría de vuelta en el atardecer, para ser asegurada de manera apropiada en uno de los encierros reforzados, justo antes de que el sol hibernara en el crepúsculo. Pero los días habían transcurrido, y no había señales de la dama en las cercanías. Era claro que había caído víctima de la locura sanguínea y tal era el deber de Haru como Sven, de mantener la reputación de Velfast en lo alto y neutralizar a uno de sus compañeros.
-Haru, es hora- mencionó Sven con un tono sobrio y suave, mientras caminaba unos cuantos pasos frente a su compañera, firmemente acomodando sus guantes de cuero negro especiales sobre sus palmas. Conociéndola bien, no era necesario decir nada más. Ambos entendían la situación y sus posiciones dentro del juego. Ambos se hallaban en el salón principal del castillo, a unos cuantos metros de la masiva puerta principal. Sven vestía negro en su mayoría, exceptuando por una camisa de vestir dorada bajo su chaleco con relieves elegantes. En sus bolsillos, guardaba artículos que nunca faltaban cuando tenía que salir, y especialmente con la posibilidad de enfrentarse a una pelea de tal magnitud.
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Post by Deleted on May 25, 2017 1:03:37 GMT
- Entendido. - Respondió la pelimorada de manera seria y clara, siguiendo a su compañero mientras sujetaba su cabello en una cola de caballo. Haru sabía bien cual era su trabajo y qué era lo que conllevaba el ser una sirvienta del castillo Velfast en vísperas de Luna Roja. Sin embargo, ésta vez sentía cierta incomodidad sobre el objetivo que tenían. Akane. Sí, a partir de esa noche y hasta dentro de dos semanas no iba a ser la misma de siempre. Pero eso no lo hacía menos extraño.
Desde el problema que había surgido con la fauno y la ninfa hacía unos días atrás, las dos sirvientas se habían vuelto algo... Cercanas. No había otra forma de describir la relación que habían desarrollado la Oni y la Dragona, puesto que habían pasado mucho tiempo juntas e incluso hablaban informalmente a la hora del té. Ésto sin duda había afectado al comportamiento habitual de Haru, en especial en ésta ocasión. La sirvienta se sentía preocupada y hasta cierto punto angustiada por lo que ocurriría una vez que encontrasen a Akane. Así que se mantuvo en silencio todo el trayecto hasta que llegaron a las puertas del castillo. En circunstancias normales, la dragona hubiese comenzado a hacer comentarios sarcásticos y fastidiosos sobre el atuendo que llevaba el fénix. Pues el verlo vestido de aquella manera no le recordaba a otra cosa mas que a un bailarín promedio de los que solían abundar en las tabernas, de aquellos patanes que gritaban por atención y solían recibir tantos golpes por parte de sus conquistas fallidas. Pero ahora... Simplemente no estaba de humor.
Cuando por fin salieron del castillo, Haru no pudo evitar levantar su mirada hacia la luna y suspirar de manera nostálgica. Quien sabe qué pensamientos tendría en ese momento, pero evidentemente no eran cosas muy alegres que digamos. - Bien, mi querido amigo. - Dijo en su clásico tono de cariño fingido mientras esbozó una leve sonrisa. - A partir de aquí las cosas se ponen interesantes. -
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Rallis
Los Invictos
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Post by Rallis on May 25, 2017 2:38:29 GMT
El joven explorador estaba de regreso hacia un lugar donde se podria encontrar asalvo de las criaturas obscuras de Reapergate, tenia la opcion de quedarse en el castillo de Lord Velfast, sin embargo habia tenido tiempo que no veia a Kouhei su pareja, sabia que tomaria un gran riesgo, pero tenia que intentarlo, volando conseguiria llegar mas rapido, cuando la flora de Shangri Lax le impidio seguir surcando los cielos, penso durante un largo momento pero no tuvo muchas opciones, descendiendo al nivel del suelo. El ser de luz prefirio mantener sus alas en lugar de brazos por si algo le atacaba, podria facilmente defenderse, caminaba por entre las lianas, entre los arboles hast aescuchar un ruido, de manera instantanea el arconte estiro su ala izquierda y con el poder de la luz comenzo a formar una flecha de luz pura, quiza brillaba de manera notable pero si un ser de la obscuridad se acercaba, seria un arma poderosa.
-.....si algo piensa atacarme...le tendre que dar el castigo que merece...-
Dudaba de sus palabras, no le agradaba la idea de pelear cuerpo a cuerpo, preferia 1000 veces tener que defenderse con palabras, pero en la luna roja esa opcion no era fiable, tendria que pelear por mas que odiara hacerlo, atento a los sonidos de donde se encontraba.
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Post by Akane Enomoto on May 25, 2017 5:01:38 GMT
Otra vez, otra vez en donde los mas oscuros pensamientos dominarian a la Oni, donde no seria dueña de su cuerpo ni de sus acciones, donde haria lo que concientemente tacharia como "inaudito", "inmoral", "bajo". En contra de sus principios y en contra de su naturaleza, pero era inevitable. Como si fuese su primera vez, decidio que lo mejor seria que su familia la controlasen, pero pensandolo bien el viaje desde el castillo hasta su hogar era mucho mas largo que el que hizo la ultima vez. No le importo para nada y salio corriendo horas antes del anochecer, decidida a que fuerzas conocidas fuesen la que la controlaran y no perderse entre gemidos de extraños que la harian perder mas la cabeza dentro de ese mugroso calabozo donde se supone que debia de estar.
-No señor...no me meteran ahi....- trataba de controlar como podia sin exito...la piel carmesi iluminada por la luna...los cuernos...las garras...sus colmillos...todo era un caotico conjunto de mente e instinto luchando a muerte para dominar su tambaleante cuerpo, gritaba desesperada como una maniatica, gruñia, se aruñaba los brazos, hacia un monton de maromas mientras seguia luchando. -No...me meteran....ahi....- decia jadeante mientras se ponia de pie, la selva, estaba lejos de casa y la luna traicionera estaba en su cuspide, alzo la mirada para encontrarse cara a cara con aquel astro ensangrentado. -No...eres tan hermosa....pero...tan....letal...- peleaba internamente con aquel astro, de que no la llevase al borde de nuevo, pero ella ganaba, la luna siempre ganaba.
Un ultimo grito a todo pulmon, resonando entre las plantas y criaturas del Shangri Lax, delatarian su posicion pero advertirian de su ausente cordura. Tambaleo sonriendo como si nada estuviese pasando, las criaturas que la veian corrian despavoridas y ella, como predador en caceria iba tras de ellas riendo, se les abalanzaba encima y las mordia, llenando sus ropas con sus sangre, mordiendo y quebrando sus huesos, extasiada por los alaridos agonicos de sus victimas antes de perecer, las devoraba poco a poco, parte por parte, cada organo, tejido, hueso eran machacado por sus colmillos.
-Delicioso....- dijo riendo para terminar lo que era un pequeño fauno quien se habia perdido de su famila cayendo entre las garras de la Oni. -La flor del Jigoku es la mas hermosa...rojos sus petalos de la sangre de la que se nutre...- cantaba al terminar su festin. Sus ojos inyectados de sangre interceptaron a otra victima...unas alas blancas ligeramente conocidas, pauso por un momento, los recuerdos eran vagos, lo habia visto antes...?, no lo sabria. Sin pensarlo dos veces gruño y corrio para abalanzarcele encima a aquella victima desamparada -Kagome...kagome...el pajaro que esta en la jaula se ve....¿cuando saldra...?...nadie lo sabe- la criatura se habia dado cuenta de su presencia y salio a correr temiendo por su vida -¿QUEN ESTA DETRAS DE TI AHORA?- grito persiguiendo a toda marcha a quien seria su segunda merienda.
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Post by Sven Velfast on May 30, 2017 1:33:24 GMT
Sven prestó atención con la simpleza y sequedad con que su compañera respondió, lo cual despertó su curiosidad. No sabía de primera mano, pero dados los recientes incidentes y situaciones en el castillo, que llegaron con prontitud a sus oídos, empezó a maquinar en su cabeza la posible razón por la que los ánimos de la otra se encontraban un tanto aplacados. Una que otra vez había avistado a Haru compartir una taza de té con Akane, y entablar conversaciones que no recaían en su marcada personalidad cínica y fría, por lo que aquello apuntaba a un dirección un tanto singular; ¿Preocupación, quizás?
A pesar de estar hombro a hombro con la dragona por más de setenta años, no era hasta recientemente que había empezado a notar ciertas contrariedades en la actitud de la arcana, pero lo que era más curioso, era el interés que él había acumulado y dedicado hacía ella, al punto de encontrar entretenido el estudiarla para analizar todos aquellos pequeños pero cautivantes detalles. Para su beneficio, aquel estoico rostro no daba pistas de lo que pudiese estar cruzando su cabeza, por lo que ahora se dedicó a regresar al asunto en mano: la cacería. Tenían que apresurarse si querían minimizar el daño que podría ocasionar la oni, por lo que no demoró más en salir a un área con campo frente al castillo y desenlazar un verdadera forma. Aquella transición siempre era vistosa, ya que las llamas que brotaban de su cuerpo no eran el común naranja con pinceladas rojas que destellaban en otras aves de su tipo, si no una gama de azules y púrpuras atípicos que tenían cada rincón de su contextura, quemando caóticamente todo en su radio. Alzó vuelo, esperando que su compañera siguiese su paso.
No sabía con exactitud dónde podría encontrarse aquella serpiente de Velfast, pero algo le decía que estaba lejos. Sobrevoló apresuradamente áreas que su lógica dictaba que la arcana de la noche podría encontrarse, pero sin resultado alguno. La búsqueda parecía alargarse, y sin noción del tiempo debido a la eternal noche los minutos se volvían pesados. No obstante, Sven sabía mantener la calma, continuó con la labor. De un momento a otro pudo escuchar un chillido provenir de la espesura de un bosque tropical de las cercanías en las que patrullaba, lo cual captó su atención e inmediatamente dio un giro que lo pondría en camino a Shangri Lax.
Algo le decía que aquel era el lugar indicado.
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Rallis
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Post by Rallis on May 30, 2017 3:47:44 GMT
El Arconte daba pasos nerviosos, pero a la vez con algo de seguridad, sabia que si tenia algo a lo cual enfrentarse tenia la desventaja de que su defensa no era de las mejores, pero su velocidad si que lo compensaba, asi que creyo que eso le serviria de momento al menos por su habilidad de estamina aumentada tambien resistiria ataques que podrian considerarse criticos, no fue hasta que...¿una cancion acaso? no estaba seguro del todo, para notar una cabellera totalmente blanca como la hermosa luna antes de impregnarse con la sangre de la noche eterna, sin duda la conocia, para bajar su ala y la flecha de luz disiparse como un respiro, mirando con duda aquel ser. -¿Akane?¿eres tu?-
Pregunto con duda en sus palabras, trato de acercarse a la joven pero en un instante aquella imagen de dulzura y bondad habian sido borradas como una flor en pleno invierno, miedo...sintio miedo ante lo que estaba viendo frente a sus ojos, corriendo por la espesura de la jungla nervioso por que su amiga ahora lo atacaria sin pensarlo dos veces ¿por que?, el arconte enfoco su vision hacia el cielo, eso era...la luna de sangre, la luna que apesar de ser hermosa era letal, los seres obscuros se volvian titeres de la maldad cuando esa luna se presentaba, que estupido fue. -¡¡Akane detente, soy Rallis!!-
Grito mientras corria, no queria dañarla no a su amiga, corria pero sus alas eran estorbosas entre las lianas y los troncos de la jungla, para tragar saliva, no tenia eleccion su vida estaba en juego, no moriria esa noche, no mientras Kouhei lo esperaba en casa. El arconte dio un giro con sus alas para estirarlas y lanzar tres flechas creadas por luz divina, claro un ser de luz peleando ahora contra un ser de la obscuridad, Shangri Lax se habia iluminado como si una parte del sol estuviera ahi mismo pero pequeña, compactada en esas tres flechas que eran antes las hermosas plumas blancas que sustituian los brazos del arconte en su forma fated.
-N-no quiero herirte pero...no me dejas alternativa, solo te detendre y escapare...perdoname Akane...-
Dijo mientras preparaba otras flechas esperando que las tres primeras que lanzo fueran a darle a la Oni que estaba dirigiendose hacia el...dispuesto a devorarle.
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Post by Akane Enomoto on May 30, 2017 4:26:54 GMT
Sabia que lo conocia....era aquel muchacho que vino aquella ocasion al castillo para hacer una especie de "turismo" en el. A partir de ese momento se habian vuelto cercanos y ella con una maternidad irremplazable lo cuidaba desde la distancia...hasta ahora. Los chillidos, alaridos de la noche ensangrentada que mitigaban toda conciencia de los seres de oscuridad, seres que o bien admitian su naturaleza y otros como ella: quienes negaban aquella sed de caos, de ruina, de todo lo putrido que la mente mas macabra pudiesele ocurrir.
-Ra......lis....- un susurro casi audible salio de su boca, seguia corriendo como si fuese una marioneta controlada por la misma luna, su mente estaba en blanco y observaba al pequeño quien le recordaba quien era, de ese poco rastro de conciencia que quedo miro fijamente su objetivo, frenando en seco cuando la luna empezaba a taparse por las nubes. -Ralis.....- dijo su nombre mientras este le apuntaba con unas flechas luminicentes, embobada viendo las bellas armas que en menos de un silbido impactaron en su pecho y sus brazos.
-UGH!!- un quejido de dolor seguido por la oni quien, cayendo de bruces tomaba de manera temblorosa las punzantes flechas, arrancandolas de su carne sin piedad consigo misma...la sangre salia a borbotones, pero no era lo unico que fluia: lagrimas afloraban de los negros ojos de Akane, quien miraba por ultima vez a Rallis. -Corre....n...no...quiero...lastimarte...- su rostro por un segundo volvio a ser el mismo de antes, sus amables ojos y una sonrisa lastimera pudieron observarse en ella. Nunca comprendio porque aquel astro maldito era quien la manipulaba a su antojo, solo actuaba guiada por ella, sin compasion.
-Ugh....- gimoteo irguiendose y retrocediendo de el, al menos mientras las nubes estuvieran le dejaria correr lo suficiente para que el buscase un refugio. Las lagrimas seguian cayendo mojando el suelo cubierto de sangre y plantas maltratadas por sus pasos. -yo.....- no pudo decir nada porque aquel pitido volvia a su cabeza -AAAAAAH!!!!!- tapo sus oidos y grito, su conciencia se desveneceria en poco, con el dolor aumentando, se arrastro lo mas lejos que pudo del chico, asi no podria atacarlo tan facil, tan mala fue su suerte que encontro restos de carne y hueso: su primera victima consumada. -No....no....no......NOO!!!!!- se levanto como pudo, apoyandose entre tumbos para correr en direccion opuesta al chico, tropezando con unas raices y cayendo por una pendiente.
-Hah....hah....- el impacto no fue tan doloroso como ella penso, sus ropas estaban hechas un desastre, su cabeza daba vueltas y las nubes estaban yendose, para asi destapar la luna. "Ojala...me maten rapido....o si no....yo...." se negaba desde lo profundo de su ser a seguir atacando gente inocente, pero sus instintos sobrepasaban todo. Al menos que la encontrasen y la amarrasen podria estar menos docil, el efecto de la caida duraria poco por la estamina de su raza...unos minutos mas y saldria de ese foso para perseguir a quien fuese.
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Post by Sven Velfast on May 30, 2017 13:54:10 GMT
Con su intuición acertada, conforme se acercaba al corazón de la jungla de Sangri Lax pudo notar destellos tan brillantes como las brasas de su piel, pero en tonalidades tal cuales como las del sol. Así mismo, pudo notar un par de figuras familiares que identificaría al acercarse lo suficiente: Akane y Rallis. Al parecer, uno tuvo el infortunio de encontrarse al otro, dando pie a la víspera de una catástrofe.
El fénix aterrizó lejos del área, mezclándose entre la vegetación, de modo que la espesura del foliaje y el caos de aquel encuentro escondiesen su llegada. Para evitar ser avistado, se transformó de vuelta a su forma sellada. La magia que le permitía cambiar entre formas le hacía mantener sus ropas intactas, además que aquel atuendo en específico lo había elaborado a medida y con afinidad elemental de fuego para que tuviera notable resistencia de convertirse en cenizas en cuanto su temperatura corporal incrementara.
Con sigilo proporcionado por su notable agilidad, se posó sobre el terreno enmarañado en enredaderas y otra dlora vistosa de áreas tropicales. El ambiente era un tanto húmedo, lo cual causaba cierta molestia a Sven. Sin embargo, caminó con paso ligero y apagado hasta lograr encontrar un punto con una vista favorable, sin sacrificar su escondite, para observar de primera mano el enfrentamiento entre aquellas dos criaturas. Reposó una palma sobre el mango de su shaskua y se agachó en una pose similar a la de un corredor a punto de iniciar una carrera, expectante y listo en caso de ser necesario.
Por el momento, sólo deseaba ver el teatro que la luna carmesí había formado en aquel escenario.
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Post by Deleted on Jun 2, 2017 3:17:08 GMT
Haru ni siquiera se dio cuenta de en qué momento su compañero había alzado el vuelo y se fue sin ella, cosa que atribuyó a la gran distracción que tenía debido a la delicada situación en la que se encontraban. Igual, aunque se hubiera quedado atrás. la pelimorada no tardó mucho en alejarse un poco más del castillo y adquirir su forma verdadera: Un gran dragón Lung blanco con algunos toques de rojo, los cuales teñían mayormente en su rostro, rostro que a simple vista parecía perteneciente a un ser incapaz de hacerle daño a nadie, cosa bastante extraña en un dragón de semejante tamaño. Sin embargo ésto se veía fuertemente contrastado por los tres pares de cuernos que yacían en su cabeza, los cuales parecían tan afilados que con una sola embestida con ellos uno podría decir "adios entrañas". En fin... La dragona rápidamente siguió los pasos de su compañero, elevando su gran cuerpo por los aires y mirando atentamente a su alrededor, buscando cualquier indicio que pudiera decirle hacia donde se había ido.
No pasó mucho tiempo para cuando notó como a la distancia se podía ver la luz que desprendían las llamas que el fénix producía, por lo que se apresuró para ir en aquella dirección. Ella era notablemente más lenta que Sven, así que gracias a ello y al ir notablemente atrasada, Haru tardó bastante en siquiera poder acercarse a una distancia donde podía verlo perfectamente. Bueno, al menos de ésta manera podría seguirle sin perderse.
Aprovechando el tiempo a solas y el tranquilo clima que hacía allá arriba, Haru se puso nuevamente a pensar en... Varias cosas. ¿Qué es lo que haría cuando viera a Akane? ¿Tendría la fuerza necesaria para enfrentarse a ella? No sólo fuerza física, sino... Fuerza mental. Siempre el enfrentarse con alguien conocido era algo difícil, al menos para Haru. No quería lastimarla, no quería herirla, no soportaría herir a un ser cercano para ella. ¿Y si se sobrepasaba? ¿Y si moría? Evidentemente no estaba siendo muy positiva, pero... Nunca lo era en fechas como esas.
Levantó la mirada para ver si ya estaba por alcanzar al fénix, pero al hacerlo se percató de que ya no estaba allí. ¿A qué hora había bajado? Como sea... Haru también comenzó a descender lentamente, buscando con la mirada algún movimiento que pudiera decirle donde estaba el otro sirviente. Todo lo que veía eran árboles, arbustos... Un niño pájaro temblando como gallina... ¿Donde estaba Sven? Eh, espera... ¿Un niño pájaro? Tan pronto vio a Rallis, Haru decidió bajar a una distancia considerable y cambió a su forma fated, ya que en caso de ser necesario no dudaría en arrojar ácido al primero que se le acercara. La dragona saltó de árbol en árbol, viendo atentamente aquella escena digna de ser representada en un cuento de horror, pues tenía toda la pinta de ser uno: Una luz roja bañando todo lo que se podía ver, un viento fuerte y frío, un niño viendo directamente hacia quien podría fácilmente ser su verdugo... Un verdugo demasiado familiar si se le veía de cerca, a decir verdad. Aguarda... ¿ERA AKANE?
Tan pronto como pudo reconocer a la Oni, Haru tuvo unos deseos tremendos de bajar de su escondite y llevarse a ese niño de allí. No era sólo porque estaba en un tremendo peligro, sino porque ella sabía bien que Akane se veía muy afectada después de haber sacado su lado salvaje. La pelimorada bajó silenciosamente del árbol en el que se encontraba y comenzó a avanzar entre la densa vegetación, buscando un buen punto por el cual entrar sin ser reprendida tan fácilmente. Pero lo único que encontró fue a su compañero, el cual sólo estaba allí escondido y mirando con su arma en mano, sin hacer nada. Haru frunció el ceño notablemente al ver que no pensaba hacer nada al respecto y se acercó demasiado a él por detrás, mirándolo fijamente. -¿Qué crees que estás haciendo aquí sin hacer nada? ¡Sal de aquí y ve a ayudar a ese niño, inútil!- Le susurró a forma de regaño y remató pateándole el trasero al fénix, haciendo que saliera bruscamente de su escondite.
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Rallis
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Post by Rallis on Jun 3, 2017 7:09:00 GMT
La obscuridad comenzo a retornar, lagrimas cayeron por los ojos dorados del arconte inexperto en peleas, en realidad era un inexperto en pelear con alguien que no tenia control de sus acciones y solo se guiaba por el instinto animal, cuando logro notar como las nubes habian obstruido aquella luna de sangre, dirigio su vista hasta la Oni que habia frenado en seco hacia el ataque directo a Rallis, trago saliva sintiendo un dolor muy atroz, un dolor en su pecho como si le hubiesen partido el corazon al escuchar a la Oni que era una de sus amigas cercanas desde que conocio el castillo Velfast. "Akane" Fue doloroso pues noto como un quejido de dolor salio de los labios de la joven que comenzo a tener aquel momento de lucidez que habria dado lo que fuera por que hubiese sido antes de tirar sus flechas que habian impactado en torso y antebrazos para lograr inmovilizarle un poco. -N-no...no Akane no...¡No te las quites asi, dejame remediarlo!- Grito desesperado al notar como tomo las flechas arrancandolas de su carne sin piedad ni al parecer dolor consigo misma, notando como el color carmin comenzo a emanar de sus heridas como si se trataran de mermelada en algun postre o sabia de un arbol que tenia una avertura
Las lagrimas se derramaban de los negros ojos de quien habia sido su primera amiga en Mirovia o al menos de Reapergate, una joven que le demostro una sonrisa en el palacio donde solo se notaba en la mente y mirada de los que le conocian "-Despreciable. Imprudente. No deberias mostrarte aqui-" le dolia, le dolia el ver que la unica que le estiro la mano y hablo de manera amistosa y amorosa como su madre alguna vez habia hecho en el pasado le trajo a su mente aquel dolor amargo de la noche que su familia humana habia sido masacrada...obscuridad...obscuridad...OBSCURIDAD TOTAL,gritos de dolor, de miedo suplicas de que se les perdonara la vida a cambio de entregar al ser "Divino" que vivia entre su pueblo, pero ninguna escuchada. Sangre...el rojo de la sangre bañando las telas de la tienda donde vivian aquellos nomadas de tierras no descubiertas por quiza algunos hombres y arcanos, la penitencia debia hacerse pagar a los pecadores que en sus negros corazones le arrebataron el amor de su familia, fue asi hasta que la voz de la Oni se habia hecho notar y trajo de regreso al presente al Arconte que le miro abrumado. -Corre....n...no...quiero...lastimarte...-
Correr...habia hecho eso toda su vida dejando atras a los que queria con todo su corazon, que le suplicaron hacerlo, no...no queria abandonarla queria apoyarla aunque eso significara poner su vida en riesgo por un segundo volvio a ser el mismo ser amoroso y comprensivo de antes, sus amables ojos y una sonrisa llena de dolor que luchaba por decirle que no se preocupara se plasmo en aquel hermoso rostro blanco, sintio mas dolor para estirar su ala derecha hacia ella con lagrimas en los ojos. -Akane...no, no te vayas...ven conmigo encontraremos la forma de que estes asalvo y no dañes a nadie...- Dijo cuando un notable gimoteo surgio de la garganta de la mujer que sufria, irguiendose y retrocediendo de manera abrupta y a la vez tambaleante de el.
Las nubes comenzaron a permitir que aquella luna se abriera camino y tomara control de quienes tenian buen corazon pero los genes de sus ancestros obscuros predominaban y tomaban el control con sed de nada mas y nada menos que sangre, saciar su sed de sangre...escuchando como la joven perdia la cabeza, gritaba aterrorizada y mas aun cuando noto el cuerpo o mas bien los restos de un pobre inocente que cayo en sus manos, pero...Rallis supo que ella no lo habia hecho a conciencia, para notar como escapo aterrada de aquel claro de la jungla donde estaban. -¡¡¡AKANE!!!- Dijo en voz alta para ir corriendo tras ella, dejando de lado todo lo demas a su alrededor.
Maleza, lianas, trozos de arboles y los mismos arboles obstruian su camino, notando un rastro no muy alentador de la sangre que sabia que era de su amiga, su amiga que ahora por su culpa estaba herida, todo por la luna que no la dejaba ser aquella joven que queria tanto, mirando molesto a la luna como si le culpara de aquello, pero en el fondo sabia que habia sido su culpa y de nadie mas el atacarla, cuando noto como habia ramas rotas, hojas aplastadas y la tierra habia sido movida como si de una larga caida hacia un pequeño fozo de el follaje donde miro el platinado cabello de akane, Rallis se acerco, iluso...habia ignorado la luna por completo, habia perdido su buen juicio y se acerco entrando al fozo, para tomar a Akane de los hombros y abrazarla con fuerza. -Perdoname...perdoname por favor...no queria herirte...no queria herirte, trata de calmarte...no dejes que te domine...- Decia para girarla y mirarle con las lagrimas cayendo por sus mejillas, sabia que perderia la cordura, pero no le importo, la abrazo con fuerza y acaricio su cabeza entrelazando sus dedos ahora tomando aquella forma sellada que tenia, tan vulnerable. -Tu no eres como tus ancestros, eres mejor...eres buena...debes confiar en ti...en que no perderas la cordura, confio en ti...tengo fe en ti...Akane se que estas ahi...- El arconte habia sellado su destino.
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Post by Akane Enomoto on Jun 8, 2017 4:53:05 GMT
El pitido que sintio al impactar el duro suelo fue indescriptible, el dolor de las heridas causadas por la defensa propia de su amigo, de su hermanito a quien habia aterrorizado con su forma verdadera eran motas de polvo en el recuerdo de la Oni. En su inconciencia solo veia oscuridad, la oscuridad de sus ancestros quienes en epocas pasadas este "evento" era para ellos cuestion de risa y de jolgorio...no como ahora que evitaban rotundamente salir si quiera fuera de sus hogares. "Me odio tanto en este momento..." se decia a si misma cuando entre todo ese negro ambiente aparecia un espejo, ella ingenua se acerco para ser revelado ante sus ojos lo que habia aterrado a tantos inocentes: su aspecto terrorifico, su rostro, sus ropas desgarradas, manchadas de sangre, hojas y tierra. En su inconciencia las lagrimas siguieron fluyendo de sus lastimeros ojos, escuchaba a lo lejos en su dolor la voz del pequeño.
Se disculpaba ante ella, tenia fe de que ella era "diferente", el calor de su abrazo la lleno de mas asco por si misma, queria despertar pero el mareo, la perdida de sangre y el impacto no ayudaban de a mucho. Sintio como su pecho ardia de ira, de desprecio, haciendo que ella despertase de golpe encontrandose en el mortal abrazo del pequeño. Ah, tan ingenuo que se habia puesto en bandeja de plata para ella...con la facilidad que sus actos erroneos le manipulaban abrazo al chico, sintiendo su calidez de manera mas profunda, sintiendo su aroma, sus lagrimas...su miedo. Habia logrado componerse un poco y actuar con conciencia...solo seria hasta que el mareo pasara pero aprovecharia eso para dedicarle unas cuantas palabras a Rallis. -Pequeño....y...yo...- tosio un poco para proseguir -quiero confiar...pero la luna es traicionera...esta no soy yo....este es un monstruo....que...no merece tu compasion....-.
Terminando de decir lo ultimo aquella amable mirada se inyecto de aquel abismo infernal, tomando bruscamente al chico y aruñandole la espalda para salir de su prision, le mordio repetidas ocasiones causando que de su piel brotara la sangre: era como un gremlin rabioso que deseaba liberarse para devorarlo. No podia dominarlo ni podia evitarlo, era la maldicion con la que habia nacido, la mandicion de su gente y todos aquellos quienes habian nacido de la oscuridad...por mas noble que fuese su corazon el pasado era latente en cada uno de ellos. Empujo al pequeño lejos de ella, recobrando su feral postura para despues tirarsele encima hiriendolo con sus garras en el estomago, brazos y piernas. "Lo siento...lo siento tanto" reflejaron por un momento sus ojos al ver el macabro espectaculo que estaba ejecutando en ese preciso momento.
OOC: Disculpen la demora ;w;
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Post by Sven Velfast on Jun 8, 2017 14:02:45 GMT
Sven estaba esperando el momento indicado. Analizando fervientemente la situación que se desenvolvía frente suyo, siendo aquel niño con nulo sentido común buscando su muerte desesperadamente, al dejarse amarrar por sentimientos irrelevantes con un ser que, claramente, había perdido toda cordura. Pero eso no era de su incumbencia. Aquel niño no era de su preocupación. Pero una clara patada lo sacó de sus pensamientos y su postura. Dando pasos un tanto torpes para no perder el equilibrio, se integró en el escenario dirigido por Akane. Al voltear para conocer al que tuvo la osadía de hacer tal acto, se encontró con los ojos de Haru y sus crudas palabras. El sentimiento inmediato e impulsivo era de reprimirle de vuelta, pero su auto control le hacía mantenerse en sus cabales. Este no es el momentoPensó para si mismo, pero dejando ver una mirada apretada y cargada con desagrado hacia la mujer. Claramente era otra siendo manipulada por sus propias emociones y preocupaciones con seres irrelevantes de momento. Su labor era cazar y neutralizar a una de los suyos, y regresarla a las mazmorras a que terminara de pasar la luna. No rescatar un niño, y menos uno tan imprudente como aquel. El fénix se irguió y pensó brevemente su siguiente acción. De un momento a otro su cuerpo se transformó parcialmente, estallando en llamas azuladas de la cintura para arriba. Su boca desapareció y solo se podían observar unos orbes vacíos y blanquecinos, una melena desordenada qye se ondeaba con las mismas llamas, y sus brazos con cierta cantidad de plumas naciendo de los mismos. En su forma fated aún mantenía una figura humanoide, pero con detalles que comformaban parte de su verdadera naturaleza. El pecho del mayordomo se infló, para escupir una prominente bola elemental, la cual manipularía para que acertara de una forma precisa Aquel proyectil de llamas arremetió exactamente en la zona donde tanto la Oni como el Arconte se hallaban, causando una explosión moderada que colateralmente incendiaría algunas ramas y arbustos en los alrededores.
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Rallis
Los Invictos
Luces y estrellas en los ojos de oro
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Post by Rallis on Jun 21, 2017 4:18:36 GMT
Dolor...no...no mas dolor no quiero sentir mas dolor, rojo, veia el rojo brotar por cada parte de su cuerpo, cuello, hombros pecho, brazos y estomago, Rallis se veia horrorizado por lo que estaba sucediendo su amiga le estaba hiriendo de gravedad hasta que sintio como su espalda habia sido impactada contra la roca, tosio sangre y se habia golpeado la cabeza, para caer al suelo con fuerza, temblo de dolor. -a-aaah....agh....cough cough...a-akane no..para m-me duel...- no pudo terminar de hablar cuando alzo la mirada tenia aquella figura tan terrorifica frente suyo, la Oni jadeaba y gruñia cual bestia furica a punto de matar a su presa cuando sintio como su estomago habia sido perforado, dolor latente, horrible penitencia, el arconte escupio tanta sangre y no pudo evitar un grito audible de su dolor.
-AAAAAAAAAAAAAAAAAAGGH!!-
Cuando menos lo espero una luz dorada lo envolvio de pronto, empujando al ser de la obscuridad lejos de su ser, alzandose y estirando unas alas que se encontraban heridas, el Arconte presento su forma verdadera una gran armadura envolvio el cuerpo herido sin embargo no sanaba las heridas que eran increiblemente graves, para escuchar un sonido similar a las brazas en la hoguera, el ser de luz se giro hacia donde lo que parecia estaba un Fenix atacando, para volar alto evitando aquel ataque hasta reaccionar a la Oni, que se llevaria parte del impacto, quiza era algo estupido de su parte pero, se lanzo hacia ella empujandola fuera del acance del fuego y alejarse al instante de la misma, se veia la armadura jadeante, llena de dolor para mirar hacia el fenix confundido aunque con el casco no se podia ver su expresion.
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Post by Narrador on Jun 22, 2017 22:24:34 GMT
Toda la sangre que ha sido derramada comienza a coagularse en ciertas partes del piso, burbujeando y mutando en formas orgánicas. Parece que de la tierra comienzan a brotar pequeños pétalos carnosos y rojizos.
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Post by Akane Enomoto on Jun 23, 2017 2:25:09 GMT
Su conciencia siendo arrebatada del todo por el astro, la llevaron a una locura impresionante, razguñaba, mordia y gruñia atacando al pobre de Rallis, quien le rogaba clemencia a la mujer, quien ignorando sus suplicas seguia en su faena de lastimarlo y devorarlo. El grito que salieron de los labios del arconte aturdieron a la oni, a tal punto que se tapo los oidos retrocediendo de manera torpe de el, una luz la encandilo por completo, sus ojos solo veian un blanco puro, hasta que frente a ella la figura de una armadura preciosa comenzaba a alzarse sobre la maleza corroida por la sangre de susodicho ser.
Quedo deslumbrada por un momento, y de nuevo la luna fue cubierta por las nubes dandole chance de reaccionar: el noble muchacho habia tomado la decicion de empujarla para recibir por ella el impacto de ataque de Sven...a quien distinguio en la distancia. -Ugh...- se levanto lo mas rapido que pudo, para erguirse y ver como de la sangre que borboteaba de la armadura brotaba una especie de flor escarlata...dejo de mirarla y se concentro en ver a los ojos de Rallis.
Captando la atencion del chico, le hablo de manera cortante: -Vete de aqui ahora mismo....no quiero ver mas sangre derramarse....¡VETE EN ESTE INSTANTE RALLIS!- los colmillos brillaban al gruñir y gritarle al arconte, acto seguido la mujer emprendio marcha, perdiendose entre la maleza, su objetivo era buscar ayuda para que le tratasen las heridas asi que su destino era el castillo, no le importo dejar tirado al pequeño, o que la estuviesen persiguiendo...lo que le importaba era irse de ahi antes de que cometiese otra tonteria en contra de sus principios.
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