E2 Luna Roja: Keep Calm (PRIV. Wild - Beltaine) (FINALIZADO)

La verdad no supo cuanto tiempo se quedaron mirandonose el uno al otro a los ojos. Pero por un instante de verdad creyó que las horas habían sido bondadosas al dejar al pequeño cachorro dormido sobre él.

Luego se percató de lo cruel que puede ser el paso de los segundos.

Estaba seguro de que no fue el único que sintió que algo malo estaba a punto de suceder. Es ese mismo presentimiento que tienes cuando algo te asecha entre las sombras. Sus aletas se tensaron tanto que pensó que se separarían de sus verdes membranas. Abrazó a Wild cuanto pude para que no escapara, pero se llevó una sorpresa cuando el cachorro, o mejor dicho "Lobo" pudo escapar de la llave con la que intentó dominarlo.

Contempló lo que se avecinaba sin ánimos de poder pelear con él. Estaba demasiado cansado, tres combates continuos bajo la misma noche que podía sentirla como si fuesen 10 días seguidos. Ahora frente a él estaba la manifestación de todo lo que la luna roja traía consigo:

Un encarnizado y primitivo apetito por la sangre de los valientes.

Ya se había enfrentado con otras bestias abominables en el pasado. Pero esta era la primera vez que no deseaba aplastar a una de ellas. El monstruo que tenía frente a él, era algo que nunca pensó ver de Wild. 

-Eres un terreno desconocido...-Dijo poniéndose de pie despacio, sin siquiera voltear a ver al lobo, pero podía gracias a sus aletas, podía sentirlo- Y como explorador, debo conquistarte y no parar hasta encontrarte de nuevo! -Su voz resonó por toda la cueva, imponiendo su presión por encima de esas garras y colmillos que chorreaban espuma. 

Estaba preparado para recibir un ataque en cualquier momento. Pero alzó la mirada al ver que ese ataque nunca llegó. Wild retrocedió y clavó las garras en la roca como si experimentase mucho dolor. Sumido en el trance de una locura con los ojos color carmín.

El corazón bondadoso de Wild lo había detenido de atacarlo. Pero Beltaine sabía que no sería por mucho tiempo, pues en cualquier momento el cachorro enloquecido se lanzaría a atacarlo. Pero de ninguna manera permitiría que Wild viviese con el recuerdo pesado de que lo destrozó, no dejándolo dormir por las noches y llevándolo al límite del agotamiento por días enteros hasta que su debilitado espíritu solo podía reposar.

Solo dos de sus dedos se movieron para redirigir un tramo del flujo de la cascada hacia ellos. Con ambas manos Beltaine recibió la poderosa tromba de agua que venía hacia él y la lanzó contra el Lycan, aprisionándolo en una burbuja de remolinos internos que sujetaban sus brazos y piernas.

Aún cuando su cuerpo estuviera envuelto en la oscuridad, su espíritu refulgía como una fuerte luz.

-¡Eres más fuerte de lo que crees! -Le gritó con el rostro cerca de los cuchillos de marfil de su hocico, No le importaba- ¡Lucha contra esto Wild! Se la bestia de esta bestia! -Bien lo sabía alguien a quien por más de 20 años le temieron como un monstruo, a pesar de que lo único que quería era sepultar su pasado como sepultó las vidas de aquellos humanos que le quitaron lo más importante.

"Si tengo que adentrarme en este pozo sin fondo para salvarte de ti mismo, lo haré aunque me hagas pedazos"

Sus ojos otra vez se encontraron, colmados de ira con manchas de sufrimiento y la intención de infligirle miedo al Kelpie. Beltaine se acercó más, confrontándolo con el riesgo de que le arrancara la cara de un solo mordisco. Sin embargo en su mirada no existía un solo rastro de duda. Aún cuando el Lycan no pudiera escucharlo, él seguiría insistiendo hasta que su voz lograra llegar a su cabeza. 

Cuanto más luchaba el lobo para tratar de liberarse, más clavaba sus ojos sobre él. Esos ojos brillantes y amarillos que se sobreponían incluso a la oscuridad. ¿Para verte mejor?

Entre más rugía y se retorcía, más abría él sus aletas como abanicos. ¿Para oírte mejor?

Cuando sus colmillos temblaban cerca de su cara, el más apretaba los dientes, luciendo sus propios colmillos en el lugar más alejado de sus molares. ¿Para comerte mejor?

Dicen que solo los cuentos de hadas pueden acabar en un final feliz. Que mientras más luchas mas puedes sentir un ardor en tu alma y cosquillas en tu pecho tras correr hacia lo que todos exclaman que no se puede alcanzar.

Y Beltaine sintió que la pesadilla se iba terminando tan rápido como comenzó. Su tosca expresión se fue suavizando al sentir el roce húmedo de la cola mojada de Wild contra su abdomen, acariciándolo como siempre lo hacía cada vez que ambos se encontraban.

-Ganaste- Le dijo después de que su rostro fue lamido con cariño por el Lycan. Reconfortado ahora podía respirar más tranquilo.

No deshizo la burbuja ni quitó los candados aquiferos de las extremidades del lobo. En lugar de ello, entró en la burbuja para abrazar a Wild, que ahora era tan grande como él. Por primera vez podía verlo de frente y no hacia abajo como se había acostumbrado.

Despacio sus grandes manos acariciaron el mullido pelaje del licantropo al abrazarlo con fuerza. Se sentía sumamente feliz por haber podido llegar a él sin herirlo de por medio. Seguía recibiendo lamidas en el rostro, esta vez sin dejar de sonreír. Había pasado lo peor, eso quería creer, pero por el momento, dentro de esa burbuja, ambos se encontraban a salvo. 

Lo mantuvo estrechamente junto a él en todo momento. Sin soltarlo. Pese a ser tan grande, todavía podía sentirlo como el tierno y alegre cachorro que se le presentó sin ropa la primera vez que lo vio. Ni él mismo hubiera imaginado que se convertiría tan rápidamente en alguien tan valioso.

Poco a poco la frialdad de la caverna, así como la esfera de agua que los resguardaba, iban deshaciéndose sin que lo notaran. Liberando al licantropo y al Kelpie de las cadenas líquidas que este último había creado para sujetar a la bestia del Lycan.

Al voltear un momento hacia abajo, Beltaine pudo ver su capa hecha girones en el piso de la cueva. No era la primera vez que esta terminaba hecha pedazos. La había zurcido antes cuando salió de la búsqueda de BlackStag por el bosque de las hadas y de nuevo cuando partió de Reapergate. Pero eso no evitó que el Kelpie la levantara del piso usando un brazo de agua. Al tenerla en sus manos la extendió para revisar el daño y se la colocó a Wild alrededor de los hombros.

-Te queda -Le dijo apenas sonriendo. Todavía le hacía falta acostumbrarse a las muestras de afecto a los otros, pero con Wild, todo eso resultaba más fácil por alguna razón. Pero se lo atribuía a toda la confianza que se tenían entre ellos.
Se percató de como Wild intentaba hablar aún en la forma en la que se encontraba. Beltaine le acarició el hocico suavemente mientras negaba con la cabeza sin dejar de mirarlo con ternura.

-No tienes que esforzarte tanto -Verlo tan frágil e indefenso solo potenciaba su deseo de querer protegerlo más- Me quedaré contigo hasta que pase la luna roja -Le prometió cuando el lobo descansó la cabeza en sus hombros. Un ser amable y un corazón de oro puro no podían esconderse ni siquiera en un cuerpo tan intimidante como ese. Sabía que algún día, Wild podría dominar esa forma y explotaría todo su potencial si alcanzaba a ver otra luna roja, pero por ahora, lo cuidaría del peligro que esa noche suponía para ambos. 

Wild se agachó recogiendo sus brazos y piernas. Beltaine se preparó para atraparlo una vez más dentro de su candado de agua. Pero bajo los brazos al ver que poco apoco el cachorro retornaba a ser el mismo de antes.

Caminó hacia él, pasando su mano por la mejilla del pequeño y después por sus orejas y encrespado pelo.

-Bienvenido -Su rostro le dedicó una mirada gentil y sus brazos el cobijo que seguramente necesitaba ahora que tenía menos pelo que antes. Su capa, que antes le cubría solo los hombros y lomo, ahora caía hasta las rodillas del pequeño cachorro.

Se dirigió a la salida de la cueva, dejando a Wild atrás solo para asegurarse de que algo de la extraña luz no lo volviera a convertir en un descontrolado Lycan. Saltó al exterior de la catarata siendo arrastrado por la poderosa corriente hasta ascender al exterior, de pie sobre el lago se puso a observar el cielo con los brazos cruzados. Un cumulo de nubes grises obsequiaban a los licantropos una oportunidad para mantener el control sobre sus cuerpos.

Beltaine se sintió bendecido al ver todas esas nubes, una vez más, el agua era su salvadora en momentos de crisis como la luna roja.

Tras descubrir aquel hallazgo, saltó hacia la atronadora caída de la cascada, recogiendo sus brazos y piernas para entrar como una bola de cañón recubierta de agua que amortiguara el daño. Esta vez no traía su Aquafortis con él para partir en dos la poderosa cascada, pero eso no tenía problemas para entrar por si mismo a la cueva.

-¿No quieres salir al exterior? -Le preguntó después de atravesar la cortina de agua y caer de pie, empapado y con el agua chorreando por su torso desnudo y sus pantalones- Es seguro, esta nublado.

Antes de avanzar al exterior, su antebrazo fue tomado por el cachorro que insistía en que ambos se quedaran adentro, rodeados de la frescura y el vapor helado de la cascada que toda la noche había enfriado las paredes y el piso.

Notó como el pequeño de repente se puso nervioso. Lo que hizo que el Kelpie alzara una ceja buscando el origen de su estupor. ¿Sería acaso el frío? Las botas de Beltaine aislaban sus pies pero Wild desde que se transformó estaba descaso.

Cuando el cachorro lo abrazó, Beltaine lo tomó de la espalda baja para ayudarlo a subir. Su cintura fue abrazada por las piernas de Wild y sus brazos se colgaron a su cuello. Pero antes de decir algo más, sus palabras se atoraron en su garganta, casi asfixiandolo cuando escuchó a Wild pronunciar lo que nunca en su vida creyó que sucedería.

Beltaine se quedó en blanco, con los ojos muy abiertos y su boca semi abierta por el shock; su cuerpo comenzó a calentarse al sentir un relámpago cruzar por todo su cuerpo y colorear sus mejillas de un intenso color rojizo.

Nunca se esperó que algo asi sucediera, la forma en la que actuaba con Wild era producto de toda la confianza que se había construido entre ellos dos, pero siempre pudo sentir que era un tipo distinto de confianza que separaba los otros vínculos que había formado con otros arcanos como Garkal o Desdemona que pertenecían a distintas cortes, incluso era una confianza que no tenía ni con el resto de los cortesanos o con el mismo soberano del verano. Era una sensación cálida, reconfortante, muy parecida a las caricias del sol naciente sobre una placida costa.

¿Así era como se podía sentir el amor?

Al volver en si, sus labios se estrechaban con los de Wild, en un profundo beso que en lugar de detenerlo, correspondió profundizándolo todavía más.

En el exterior, los peces y pájaros podrían haber jurado que por un instante, todo el flujo de la cascada se había detenido.