Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 9, 2017 0:47:43 GMT
El sol de Mirovia, tan cálido, brillante y reluciente, el cual llenaba de vida hasta los arcanos más pequeños, era un dios totalmente diferente en climas tan áridos como el desierto, pues toda aquella virtud se transformaba en crueldad, su brillo pasaba a ser un castigo para los desafortunados y la luz que emanaba, podría dejar ciego hasta al más valiente.
Zaniah miró hacia atrás, observando todo el camino que había dejado pasar conforme el poco tiempo que llevaba en ese lugar, las pisadas se borraban con el movimiento de las poderosas arenas, indicando que nadie más que ellas, mandaban en aquel desolado e imponente territorio, el viento soplaba cálido, y el sol abrasador, llenaba de Luz el Desierto de Mirovia. La mujer pelirroja acomodó su capa y una pequeña bufanda que le cubría la nariz de la brisa de arena, y sin dejar de mirar hacia el frente, palmeó el fuerte cuello de la criatura que había comprado para que fuera su acompañante y transporte. Le había salido muy caro, pues casi había gastado la mitad de las gemas que traía en uno de sus bolsillos, pero valía completamente la pena para las cosas que traía, y la estadía que iba a tomar en esos calurosos días.
En cierto modo le gustaba el desierto, era callado, pero no tan atemorizante como el Bosque de los Susurros, además de que, a parte del mar, era uno de los pocos lugares a los que le tenía un profundo respeto. Además de que era un buen lugar para pensar, quitarse de las cosas de encima por un momento, sobre todo la pesadez de los pensamientos a los que había sido sumida a rastras desde ese beso con Eerie, frunció el ceño, quería ahorcarlo, y en realidad no sabía el por qué le dolía cada vez que se insinuaba cual mujer u hombre se le apareciera en frente. No. Las cosas del corazón se dejan donde están, y las cosas de la libertad se ponían en frente.
Decidió relajarse, recargándose en una de las mochilas que llevaba para el viaje, y sacó un mapa casi del tamaño de su antebrazo de un color mascabado con las orillas quemadas y rotas, lo abrió, dejando ver cientos de manuscritos escritos en el, con algunos dibujos de seres con cabezas de animal y cuerpo de humano, haciendo distintas formas con sus manos, en el mapa había un manuscrito que Zaniah había descifrado después de horas y horas encerrada en su árbol, aún recordaba cuando, a la mañana siguiente, después de no haber dormido nada, casi echaba el mapa en la chimenea en vez de un pedazo de madera, ¡Vaya desgracia que hubiera podido ser! Enroscó el mapa, con una gran sonrisa en el rostro bajo aquella manta de color rojizo, tomó las riendas de la criatura, y siguió su camino por el feroz desierto.
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Post by Sven Velfast on Jun 13, 2017 1:37:28 GMT
El Desierto de Mirovia. Un lugar árido, cálido y despiadado para el que no lo conocía, o contaba con la condición para soportarlo.
Sven se hallaba sobrevolando el mismo, tal cual si estuviese tomando un baño de sol sobre su plumaje azul cándido y flameante. Siendo un ser abrazado por el fuego, el calor era un elemento bienvenido en su ser, por lo que en definidas ocasiones gustaba de volar por aquellas áreas para energizarse y nutrir su naturaleza arcana. Sin embargo, aquella visita a la planicie arenosa no era únicamente por gusto, si no por un sentimiento que venía agobiándolo hacía un par de días. Era algo que no podía describir del todo, pero aún así lo mantenía intranquilo.
Siendo un hombre racional, jactoso de su autocontrol e inteligencia, aquella sensación era sumamente molesta. Aquel paisaje y horizonte serviría para meditar y determinar la raíz de dicho sentimiento. El ave se clavó hacia la tierra, abriendo sus grandes alas justo antes de estrellarse contra la cama de arena, levantando una vistosa cortina de polvo y poco a poco, regresando a su forma sellada, hasta tocar suelo firme.
No hay nada, no hay nada que pueda regresar
Se repetía una y otra vez dentro de su cabeza, tratando de recordar y recabar que no había ninguna razón lógica por la cual atormentarse. Sin mirar, vagó por el desierto, perdido absolutamente entre sus pensamientos, llegando a un punto que inclusive, perdió noción del tiempo. Al levantar el rostro tiempo después, lo único que alcanzó a mirar a su alrededor era arena, montes de arena y más arena... salvo una silueta apenas perceptible en la distancia.
Quién es lo suficientemente torpe como para... su pensamiento se cortó, sospechando un poco sobre la identidad de aquel ser.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 13, 2017 4:48:45 GMT
Zaniah inspeccionaba el mapa mientras quitaba algunas gotas de sudor por su frente, rebuscó entre sus cosas hasta que sacó una cantimplora de cuero café, con algunos detalles hechos del mismo material, bebió un poco, pues sabía que en una búsqueda en un lugar tan extraño y peligroso como ese, nada debía de tomarse a la ligera, el agua estaba fresca, y dulce, pues el recipiente servía específicamente para eso, después de beber lo necesario para no desmayarse, guardó la cantimplora en su lugar, bien resguardada de la luz del Sol.
--Veamos... --Se dijo así misma mientras estiraba el mapa, recargándose en las mochilas nuevamente --...Si estamos aquí, entonces... debemos de pasar por aquel lugar --Decía en voz alta mientras apuntaba con su dedo el lugar donde sus palabras se unían con sus movimientos, sería un viaje largo, más por las circunstancias que podrían llegar a pasar, pero a pesar de eso, ¿Qué podría salir mal?
--¿Tu que opinas? --Zaniah se recargó en los cuernos de su amigo de seis patas mientras le acariciaba la cabeza, la criatura tan solo se limitó a soltar un sonido grueso, pero sin afán de molestarse, agitó su cabeza mientras Zaniah le seguía dando caricias. --Yo también pienso lo mismo...
Una ráfaga de aire caliente chocó contra su cuerpo de pronto, haciendo que la viajera se hiciera ligeramente hacia un lado, soltando una maldición, se sostuvo de las riendas con fuerza para evitar caerse, pero mientras recobraba el equilibrio, el mapa fue raptado por el viento, separándolo de su dueña, volando algunos centímetros lejos de ella. Cuando Zaniah se dio cuenta, era demasiado tarde para alcanzarlo, y su piel se volvió tan transparente como el agua que estaba bebiendo hace un momento.
--¡No, no, no, no! --La pelirroja se bajó de la criatura, y ésta no se inmutó, quedándose en su lugar, obedeciendo a su dueña.
El mapa sobrevoló la arena a corta distancia, haciendo algunos movimientos chuecos de izquierda a derecha, hasta que el papel se encontró con una interferencia que lo obligó a detenerse: El rostro de Sven.
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Post by Sven Velfast on Jun 13, 2017 13:34:52 GMT
De un parpadeo a otro, un largo pergamino se estrelló contra su rostro, abrazándole la cabeza de un modo molesto. El fénix en su forma sellada permaneció quieto por unos largos segundos, finalmente llevando su mano a la cara y retirando aquel papel de manera pronta. La forma que lo agarró fue brusca, causando algunas arrugas y dobleces en el mismo.
Sven inhaló de una manera audible, y al recargar sus pulmones, dejó salir el aire de similar forma, haciendose notar su incomodidad ante la presencia de la otra
-Zaniah- musitó Ulgriff, con un tono y rostro neutrales, pero un semblante que ciertamente intimidaba.
De todos los lugares, precisamente aquel tenía que ser en el que se encontrara a alguien como ella. Parecía como si cualquier lugar que visitase, indiferentemente de la hora o lo recóndito del mismo, el destino estaba colocando inconvenientes para importunarle. No olvidaba aquella visita al Castillo Velfast. ¿Y cómo habría de? Era su labor recordar y analizar todo visitante que estuviese o habiese puesto un pie en los territorios Velfast.
Juzgando por la forma en que se encontraba vestida, el fénix determinó que aquella aparición no era mera casualidad. Era evidente que el ser de Luz estaba en búsqueda de algo, por lo cual la curiosidad y malicia del arcano se vio picada. Aquella mujer era misteriosa y sumamente sospechosa, siempre parecía ocultar alguna cosa y ese momento no era excepción.
Para su propia fortuna, Sven no estaba laborando en ese momento, ni tenía la obligación de darle un trato preferencial como usualmente lo haría dentro de la residencia de su amo, por lo que se tomó la libertad de abrir aquel pergamino y observar el mapa que yacía en su interior. Intentó descifrar aquellas especificaciones y alzó la mirada hacia la dama, para finalmente enrollar el pergamino y aprisonarlo en su puño sin intención de devolverlo -¿Qué hace usted aquí?-
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 13, 2017 17:18:00 GMT
Zaniah maldecía todo lo que estaba pasando en su interior, ¿Cómo había sido tan torpe? El pergamino ahora volaba sin dirección alguna, mientras ella corría, levantando las piernas en cada movimiento que hacía para evitar tropezar y caer, era una escena bastante vergonzosa... La arconte decidió dar un salto y utilizar sus piernas para resbalarse en la arena, al llegar a una parte horizontal, estuvo a punto de tropezar, observando el mapa en frente de ella, en manos de alguien más.
--Tú... --Zaniah lo miró desde abajo, con los ojos muy abiertos. El mayordomo del castillo Velfast. La arcana se irguió, para parecer un poco más alta, aunque, a diferencia del fénix en frente de ella, no ayudaba mucho. La mujer se quitó la capucha de la cabeza, dejando ver su pelirroja cabellera, la cual estaba atada en varias trenzas, encima de la cabeza, dejando así, libre su espalda del cabello para evitar tanto calor. Aún recordaba aquella noche en el castillo, cuando en frente de sus narices, había robado un libro de la biblioteca, a pesar de su cuidadosa vigilancia, no escondía que eso le traía cierta satisfacción, pero en ese momento, al parecer el karma la había alcanzado.
"No es de tu incumbencia" Tenía ganas de decir, pero debido a la situación, era mejor permanecer más calmados. --Debería hacerle la misma pregunta --Zaniah enarcó las cejas, acomodando una mano en su cintura. Extendió la palma de su mano hacia Sven, con los ojos fijos en los de él, aunque con algunas miradas hacia el mapa que estaba en su mano.
--Estoy de viaje --Dijo Zaniah, dispuesta a no revelar el motivo de su visita al desierto --Y como verá, necesito aquel mapa que tiene en las manos, ¿Me haría el favor de devolvérmelo? --Zaniah intentaba mantenerse firme y tranquila, a pesar de que todo su cuerpo le cosquilleaba por arrojarse encima de él y quitárselo de las manos, para después huir lo más rápido que podía. La sonrisa de la arcana era más falsa que los rubies de una mujer de clase baja de Reapergate.
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Post by Sven Velfast on Jun 18, 2017 20:58:58 GMT
El hombre tomó un largo vistazo a Zaniah, inspeccionándola de pies a cabeza, dejando los segundos de silencio convertirse en minutos y que el viento caluroso y arenoso les azotara repetidas veces.
-No-
Nuevamente, aquella misteriosa criatura andaba haciendo de las suyas, y ante los secretos que sus labios sellaban, Sven se veía en la dichosa obligación de negarse ante las demandas de la mujer, de modo de retribución por querer ocultarle dichos detalles. Su puño simplemente se aferró más a aquel mapa y su cuerpo giró de modo que le dió la espalda a la arcana.
Sin ser necesario, respondió a la pregunta previa sobre su estadía en aquella zona, mientras daba algunos pasos en direción a la montura de la mujer -Medito-
Si bien era una respuesta seca y corta, era certera. Visitaba aquel lugar simplemente para pensar, y regodearse en las brasas del sol. Por esa misma razón, Sven no paraba de imaginarse que razones atraerían a alguien como aquella arconte al área. Según aquel pergamino, había un secreto oculto, y Ulgriff quería saber de qué se trataba.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 19, 2017 4:36:25 GMT
Zaniah se desesperaba por cada segundo que pasaba el arcano en frente de ella estando en completo en silencio, era tiempo perdido, los cuales podía seguir con su búsqueda. Frunció el ceño, mientras se mantenía en el mismo silencio, con la mano extendida hacia el arcano, algunas gotas de sudor resbalaron por la frente de la Arconte mientras iba perdiendo la paciencia. Hasta que escuchó la respuesta de Sven.
--¡¿Pero que es lo que..?! --Soltó Zaniah mientras tomaba su cabeza, !Qué tipo más detestable! Apretó su puño, observando con rabia el berrinche que armaba el fénix, el cual le había dado la espalda, como si se tratara de un niño, levantó el brazo, pensando en que en ese mismo instante podía darle un coscorrón para que dejara de estarla molestando, pero se calmó, terminando todo con una ligera sonrisa aún cargada con un poco de enfado.
--Ah... ya entiendo --Dijo, intentando seducir al mayordomo con sus palabras, si bien podría jugar con lo que el mayordomo hasta ahora era un poco más débil: El misterio, el deseo de indagar --Así que sí tienes algo de curiosidad en ti, y yo que pensé que eras un palo seco --Zaniah se encogió de hombros, mientras comenzaba a caminar en la misma dirección que él --Estoy buscando un templo perdido... --Sonrió la mujer mientras se miraba las uñas, actuando como si le restara interés alguno, miró a Sven de reojo con una sonrisa. No iba a revelar nada más, ¿Qué esperaba que le dijera? ¿Esperaba a caso que le dijera el significado de todos esos símbolos y que luego pudiera abandonarla en medio del desierto con las manos vacías?
Jamás.
--¿Te interesa? --Dijo Zaniah mientras seguía caminando, no lo miraba, pero aún seguía sosteniendo aquella sonrisa suya maliciosa --¿Es acaso una excusa para viajar conmigo? --Dijo aquello mientras se acomodaba una mano en la mejilla, ruborizada, pero por el calor que hacía a su alrededor, aunque sonaba tentador, ¿Qué cosas podría ella descubrir de tan frío arcano, en un ambiente tan alejado de la mansión?
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Post by Sven Velfast on Jun 21, 2017 13:33:07 GMT
En el desierto de Mirovia, un templo perdido. Él visitaba con frecuencia aquella área y no recuerda haber visto uno. Pero claro está que el terreno arenoso era vasto y lleno de singularidades, yendo desde montículos y montañas de esa marea naranja, hasta rocas erosionadas de formas curiosas que se alzaban impetuosas e imposibles.
Sven le restó importancia a las palabras de la criatura de luz, conforme continuaba divagando en sus pensamientos la circunstancia en mano. El puño no dejaba de apretar aquel pergamino, pero su otra mano viajó a su barbilla a modo de frotarla en son introspectivo. ¿Acaso estaría diciendo la verdad? No estaba del todo seguro. Podría ser una rusa, podría estar cayendo en uno de sus juegos. Pero aquel pergamino era importante para la mujer, puesto que perdía compostura por querer obtenerlo, y también por cuidar los contenidos que él no podía descifrar a simple vista tras darle un vistazo.
Se detuvo en seco, y volteó para encarar a Zaniah, siempre con su rostro cargando una seriedad de ultratumba.
-Veremos si no es un simple juego de niños- decidió el ave, invitándose solo a la búsqueda de la arconte.
Podría, inclusive, ser provechoso. pensó para sus adentros. La precaria cotidianidad e incertidumbre habían estado aplacándolo desde los eventos de la Luna Roja, y su mente al estar intranquila no podía condicionarse en sus estudios. Convencido con su decisión, estiró el brazo en el que sostenía el mapa, como si estuviese ofreciéndoselo a la mujer, pero interrumpiendo el acto, y ahora soteniendo el rollo con ambas manos lo abrió, aún sin soltarlo.
-Me quedo con esto- sentenció el mayordomo. De cierto modo sentía que tenía control sobre la alada si mantenía aquello en su posesión, por lo que lo mantendría consigo de momento. Se limitó a mostrarle el mapa para que tomara nota mental y continuaran el camino.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 21, 2017 22:51:13 GMT
Zaniah sonrió complacida ante la respuesta de Sven, y le dio cierta gracia que aún preservara ese porte tan serio, aún cuando todas sus acciones anteriores lo habían hecho ver como un niño curioso ante cosas nuevas y desconocidas, quiso reír, hasta que escuchó el último verso del fénix, y sus cejas volvieron a entrejuntarse.
"Claro" Pensó la arcana cruzándose de brazos, sabía que no iba a ser tan fácil recibir de nuevo un objeto tan valioso si venía de las manos de él, puso los ojos en blanco antes de darle una leída rápida al mapa, algo era algo. Acomodó sus dedos en su barbilla intentando olvidarse de todo lo ocurrido hace unos segundos para ponerle la total atención al mapa, los símbolos susurraban palabras que solo Zaniah podía escuchar, y sus ojos trazaban una línea imaginaria en todo el papel. No era un lugar difícil de encontrar, el problema era el templo en sí. Se separó de el mapa cuando supo la siguiente parada, y terminó con un gran aplauso.
--¡Listo! ¡Vámonos! --Se dio la media vuelta hasta que llegó a la criatura que había comprado, y acariciándola con ternura, se trepó con agilidad al lomo, tomando las riendas, apoyó sus botas en los estribos y se hizo para adelante, dándole un espacio suficiente para que el arcano se subiera.
--Sube, a menos que prefieras ir a pie --Podría ser una posibilidad que Sven podría tomar, pero quería tenerlo cerca, en el caso de que se le atreviera a hacer algo con su preciado mapa, además de que el camino a pie iba a ser mucho más pesado, ya que en algunos puntos iban a necesitar de sus piernas, pero por ahora, el terreno era perfecto para que la criatura pudiera andar sin problemas, lo miró con una ligera sonrisa mientras le mostraba al Fénix que había suficiente espacio para él, en caso de que estar demasiado cerca de ella le incomodara, sin embargo, lo miró tranquila, esperando a su respuesta.
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Post by Sven Velfast on Jun 21, 2017 23:21:07 GMT
El semblante que tomó la arconte conforme leía aquel mapa se le hizo ciertamente curioso. Había algo en aquel trozo de pergamino que sólo ella podía identificar, y era como si el mismo papel le estuviera hablando. Sven analizó con sumo cuidado cada movimiento y gesto que la arcana hizo, hasta ser interrumpido por las palabras incitadoras de la misma.
Enrolló el papel y lo resguardó en su puño, dándole unas pequeñas palmaditas para asegurarse que estaba seguro. Sacudió de sus ropas unos excesos de arena y se dispuso a dirigirle la mirada a Zaniah, la cual le invitó a subirse a su montura. Si existiese algún gramo de emoción en el corazón de aquel hombre, probablemente hubiera reído. No obstante, al ver la forma sincera en que la otra lo ofreció, logró alcanzar que el ave levantara una ceja y tomara una pronta decisión, seducido claro, por indagar en experiencias atípicas. De una manera similar a la que Haru, la otra sirvienta longeva del castillo, le entretenía con su mera presencia y manojo singular de expresiones y reacciones, Zaniah comenzaba a apelar un poco a ese lado del arcano.
Sin expresar una palabra, se subió a la particular criatura. Hubieron roces entre ambos arcanos conforme el mayordomo encontraba su lugar, uno que otro demasiado cercano y hasta posiblemente inapropiado, para finalmente ubicarse a una distancia en la que la espalda y el pecho de cada quién se rozarían casualmente conforme aquel animal caminaba.
-Andando- informó Sven, al levantar una mano sutilmente en dirección a la vasta nada que ofrecía aquel panorama.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 21, 2017 23:46:14 GMT
Le sorprendió al notar que Sven había decidido acompañarla en el mismo medio de transporte, pues no esperaba que accediera a su propuesta, miró hacia atrás, observando como el pesado pero ágil cuerpo del fénix se subía a su primer acompañante. Zaniah sintió un escalofrío al sentir a Sven demasiado cerca de ella, mientras sus mejillas se prendían de una manera involuntaria, no se movió de su lugar hasta que el polizonte se acomodó por completo en la montura. Se hizo para atrás, tensando las correas de cuero café de los ligamentos del estribo, al sentir un cabello negro del arcano sobre su melena pelirroja, lo hizo a un lado, aclarando la garganta.
--Vamos, compañero --Palmeó el cuello de la criatura, y, acomodando la tela sobre su cabeza, movió las riendas. La criatura se movió, haciendo que se hiciera un poco para atrás por el repentino movimiento del animal, y entonces, tomando un trote más calmado, avanzó por el árido desierto. Zaniah sonrió de una manera en la que se alegró de que Sven no la miraba, era una sonrisa llena de emoción y de sensaciones que a la arcana le encantaban cuando el peligro estaba cerca. Movió sus hombros, irguiéndose por completo y siguió el camino.
Después de algunos minutos andando por la arena, Zaniah miraba hacia el frente, siguiendo el objetivo que su mente ya había puesto al instante en el que había visualizado el mapa.
--Así que... --El silencio cuando otro ente te acompañaba era algo incómodo --¿Meditando, uh? --Se atrevió a comentar la Arconte mientras no le quitaba la vista al camino. --¿Que a veces necesitas un respiro del castillo velfast? --A pesar de que Sven no podía ver su rostro, en cada una de sus palabras se notaban ciertos grados de sarcasmo.
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Post by Sven Velfast on Jun 25, 2017 18:03:20 GMT
Sven arrugó un poco el rostro, cuando oleadas de arena que arrastraba el viento golpeaban su cara. Con mucho cuidado retiró el exceso de aquel polvo naranja con un pañuelo que cargaba en el lado interior de su chaleco. Al alzar la vista, nuevamente vio que una vasta nada estaba frente a ellos. Las dudas siguieron alimentándose en la escéptica mente del fénix. De manera pronta, Zaniah nuevamente empezó con la plática pequeña que le molestaba. No había ganancia en responder algo de ese tipo, ni posibilidad de extener conversación. ¿Cansado del castillo Velfast? Qué chiste de tan mal gusto.
-No. Simplemente vengo a meditar y esclarecer la mente en días libres- se repitió, pero se extendió más de lo que normalmente lo haría, puesto que parecía que la alada no pudo, o no pensó, en la obviedad de la posible respuesta antes de efectuarla.
Ulgriff es un hombre que disfrutaba del silencio, y la incomodidad que este normalmente ofrece para la mayoría, era una néctar pacífico para él. Sin embargo, de cierta manera sabía que aquello no iba a acabar ahí. La arconte era una mujer inquisitiva y hambrienta por conocer, lo cual le daba el aire que no iría a simplemente mantenerse en silencio. El arcano ladeó la mirada e inahló de manera un poco sonora, siempre manteniendo el semblante serio.
-¿Dónde adquirió usted este mapa?- preguntó vacíamente, mientras observaba su mano que sostenía aquel pergamino.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 25, 2017 21:09:55 GMT
Zaniah respondió con un ligero "Hmmm" ante la respuesta del mayordomo, volteando ligeramente hacia un lado cada vez, para luego centrar su vista en la arena, movió las riendas, indicándole a la criatura que podía ir un poco más rápido. ¿Que clase de pensamientos podría tener él, en un lugar tan desolado?
Estuvo a punto de soltar alguna otra broma o comentario sarcástico, pero se contuvo, no es que le importara demasiado que Sven fuera un hombre o no de paciencia, pero quería llevar un viaje tranquilo, al menos en la parte de los pasajeros.
--En una tienda de antigüedades, un viejo pirata retirado me lo cambió por una botella de alcohol añejo, le ofrecí gemas, e incluso algo de mi inventario, pero al parecer había muchas penas que solo podía ahogar con alcohol --Zaniah se encogió de hombros, pensando en el pobre hombre barbudo, al menos le había dado una pista de donde buscar para entenderle al mapa. No era un hombre tonto. Pero si con muchos males.
--Antes de que digas algo, sí, si bebo, pero no mucho, la botella la compré con fines de investigación --Zaniah lo miró de reojo con una pequeña sonrisa en sus labios rojizos, dejando ver su ojo dorado brillante entre los rizos anaranjados. De pronto su mirada cambió a una más seca, donde sus cejas se entrejuntaron y formaron una fina línea sobre sus labios. Sus orejas de pluma se movieron de un lado a otro, y Zaniah guió a la criatura a una piedra alta de color marrón.
Se bajó de la montura, ayudándose con el cuello de su amigo y la pierna de Sven, al tocar la piedra, ésta estaba caliente, aunque no le lastimaba en lo absoluto. Zaniah miró un gran claro de arena frente a ellos, miró hacia abajo, la arenilla caía en forma inclinada, que por el movimiento del aire, daba la impresión de que fuera una pequeña cascada de arena. Zaniah acomodó en cuclillas, tomando una roca suelta y la lanzó hacia el frente, la roca se incrustó en el suelo rápidamente, la mujer se quedó mirándola fijamente, esperando. Pasaron un par de segundos y nada ocurrió, soltó un suspiro mientras se iba levantando.
--Qué raro, por un momento pensé que... --El pie de la arcana tropezó con algo duro, el cual se escuchó como si fuera algún tipo de metal, Zaniah miró hacia abajo.
Estaba segura de que eso no estaba ahí antes.
Más rápido de lo que pudo imaginar, unas cadenas negras rodearon los tobillos de la arcana y tiraron con mucha fuerza, soltó una maldición mientras su cuerpo era arrastrado por la piedra, y antes de caer a la arena, sus dedos se aferraron a la rocosa superficie, evitando que cayera, las cadenas se tensaron, haciendo que la arcana soltara un pequeño quejido, pues éstas se cernieron a sus pies con rabia, mientras la mujer ponía toda la fuerza en sus brazos para que no cayera.
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Post by Sven Velfast on Jun 29, 2017 0:48:04 GMT
Aquella explicación fue alargada, teniendo justificaciones innecesarias de por medio, pero de cierto modo interesante. Tenía su manojo de relatos que contar asociados estrechamente con sus aventuras y vivencias, lo cual era un razgo positivo que Sven podía rescatar de entre toda la apariencia infantil, impetuosa y caótica que la dama lucía.
Conforme el viaje avanzada, llegaron a un punto en donde la arcana desistió de su montura para investigar más a fondo. En contraparte, el mayordomo se mantuvo en su lugar, sin moverse un centímetro. Simplemente observada todos y cada uno de los movimientos de la mujer, analizando de forma hostigante las acciones de la otra. Pudo notar como un evento desafortunado la conllevó a importunarse, siendo una cadena que casi la arranca de la superficie hacia una caída segura. Pudo observar como se aferraba con todas sus fuerzas, pero la cadena sumada a la arena que cubría el área hacían del terreno un lugar difícil al cual apegarse.
Y a pesar de la escena que se desenvolvía frente a sus ojos, Sven no se inmutó. Pasaron unos cuantos minutos alargados hasta que el hombre se dignó a bajar del transporte, y otros más antes de que se acercara a la dama. Aún así, no le ofreció una mano. La observó y luego la caída debajo de ella, habiendo un gran puñado de ese mar dorado abajo, esperandola para que aterrizara.
-¿Qué espera?- preguntó Sven secamente. Aquello no parecía mortal y la dama estaba en una forma sellada que hacía de su situación una más complicada.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 29, 2017 1:22:50 GMT
La mujer estaba agarrándose desesperadamente de la piedra, mientras sus dedos se resbalaban de a poco, usó la fuerza de sus brazos para intentar subirse, con suma lentitud y cuidado. Si bien, siendo una arconte, podría sacar de una manera veloz por lo menos un buen par de alas, para volar lejos de las cadenas. Pero no lo hizo. ¿Por qué? Zaniah miró hacia abajo con una expresión de cuidado mientras se concentraba en subir de nuevo a la piedra mientras movía sus tobillos lentamente para quitarse las cadenas. Todo lento. Sumamente lento… como una hormiga intentando desprenderse de las feroces telarañas…
La voz de Sven la sacó de sus pensamientos, haciendo que la mujer volteara hacia arriba, y su rostro empalideció.
―¡No! ―Gritó moviendo su brazo en un ademán de que le ordenaba al fénix que volviera a la montura.
Pero fue demasiado tarde.
Al igual que a ella, una cadena de color negro, saltó de entre la arena como serpiente venenosa y se ató con fuerza a los tobillos del arcano, esta jaló con la misma intensidad, provocando que Sven cayera de bruces contra la piedra, siendo jaloneado hacia la misma dirección que la de Zaniah.
―¡Por un…! ―La mujer no pudo terminar la maldición, ya que el cuerpo del mayordomo se había estrellado contra ella, haciendo que se soltara de la piedra.
Ambos arcanos sucumbieron a una caída libre de no más de un metro y medio de altura, para luego desplomarse en la suave arena, antes de caer, las cadenas se entrelazaron unas contra las otras, formando un nudo, provocando que, al momento de tocar la arena, los cuerpos de ambos arcanos se golpearan uno contra el otro. Pero ahí no se detuvo. Las cadenas jalaron al fénix y a la arconte algunos metros lejos de la piedra, donde la criatura miraba todo con tranquilidad desde las alturas.
Zaniah sobó su frente debido al golpe de cabezas que habían tenido.
Se detuvieron.
―No.. hagas.. ningún.. ruido.. ―Inquirió Zaniah, susurrando lo más bajo que pudo, mientras comenzaba a desanudar las cadenas.
El suelo comenzó a temblar, y ambos arcanos se movieron de un lado a otro con fiereza.
De la arena, comenzó a emerger una bola de color negro, aún cubierta por el fino manto de los puntitos anaranjados y amarillos, seis patas fueron liberadas, clavándose con furia sobre la arena, y pronto, dos enormes tenazas de color negro brillante se dejaron ver. Zaniah aguantó la respiración, moviendo sus pies de forma lenta pero desesperada para quitarse las malditas cadenas de encima.
Todo el cuerpo oscuro de la criatura de más de dos metros de alto y cuatro metros de largo fue iluminado por el Sol, donde, detrás de él, siendo parte de la criatura, una cola se levantó, en forma de espiral, dejando ver un filoso y enorme aguijón. Las patas de la criatura estaban atadas con las mismas cadenas que aprisionaban a los arcanos, como si, en un pasado, hubieran intentado cazarlos a ellos también, pero habían utilizado las armas que habían arremetido contra ellos a su favor.
Y tras las cabezas de Zaniah y Sven, sobresalió otra criatura exactamente igual.
La mirada bicolor observó los fríos ojos de Sven, en señal de advertencia.
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