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Post by Sven Velfast on Jul 3, 2017 14:55:21 GMT
Hubo una sensación que Sven no sentía hacía un puñado de décadas, por lo que a la hora de presentarse fue algo desconocido y extraño. Aquello era emoción. Sus ojos estaban abiertos como platos, y sus sentidos a punta, analizando la situación en mano. No tenía tiempo para reprocharse lo torpe que había sido al caer en la misma trampa que la arcana, por lo que dedicó su atención en encontrar una solución al peligro que los acechaba.
Primero que nada, las cadenas. Guardando el mapa en la parte interior de su chaleco, el cual era anti-térmico, Sven procedió a su forma fated, el cual encendía su cuerpo en llamas y conservaba a cierta medida su aspecto humanoide. Dirigiendo el calor que emanaba su piel a sus pies e incrementándolo a temperaturas de embullición, con la intención de que sus ataduras cedieran y librarse. Conforme actuaba, su rostro se mantenía imparcial y sereno, contrario a la expresión de Zaniah al verlo con sus ojos bicolores.
El calor natural por el abrazo del sol y el escenario eran beneficiarios para el áve, ya que desenvolvía sus habilidades raciales de una forma mas efectiva. Igualmente, la personalidad de Sven era atrevida y sin miedo a la muerte, por lo que a la hora de razonar se aventaja un poco más.
Dado el hecho que habían dos criaturas masivas colocadas al frente y espalda, él necesitaría ayuda, por lo que tendría que liberar a la mujer. Sólo esperaba que de la misma manera en la que se metía en problemas, pudiera liberarse de los mismos. Siempre consigo cargaba su confiable Shaska, cuya hoja estaba diseñada para lidiar con calores extremos sin deformarse. Acató a encender la misma con sus llamas azules hasta que se recalentara, para poder romper las cadenas que ataban a la arconte de manera estratégica.
Estando ambos libres, el mayordomo giró para encarar la bestia a sus espaldas, mientras la otra miraba la del frente. No había necesidad de desperdiciar palabras para explicar la obviedad que presentaba la situación. Sven se quedó expectante de la primera acción de aquel monstruo.
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Zaniah Neshmet
Los Invictos
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 3, 2017 19:03:45 GMT
Si bien, la forma sellada de los arcanos atraían increíbles dudas sobre lo que éstos eran en realidad, y eso era el mayordomo que se encontraba a su lado, un simple hombre vestido de forma elegante, con una forma tan diferente a ella de ver las cosas.
Todo eso cambió cuando el hombre de pronto se prendió en llamas coloridas, los ojos de la arcana se abrieron de par en par, maravillada por lo que estaba a su lado, tanto, que ignoró por algunos segundos el hecho de que estaban demasiado cerca, y las llamas podrían llegar a quemar las plumas blancas de sus orejas. Cuando el arcano se soltó, llegó a su mente que la iba a dejar allí tirada en la arena, por lo que su sorpresa aumentó cuando el fénix la liberó de las cadenas con las que estaba atada.
Se puso de pie, desenvainando su espada, la cual, había tomado una forma más gruesa y curveada, como si se tratara de un sable. A Zaniah le gustaba combinar con el lugar donde viajaba. Y se puso en posición, mirando a la criatura que se movía de un lado a otro, de manera amenazante, Zaniah apretó la mirada con una sonrisa expectante. La llama en su interior comenzó a arder con ferocidad.
El primer ataque de la criatura fue directamente a su pecho, listo para atravesar su corazón, la arconte se preparó, y el aguijón pegó directamente en el pecho, haciendo resonar un eco metálico a su alrededor, la arcana retrocedió un par de centímetros, hundiendo ligeramente sus pies en la arena por el impacto, aguantando la respiración, movió sus piernas con agilidad, y se subió a la cola de la criatura, comenzando a correr por la longitud, tomando el sable, dio un salto, evitando las cadenas que la criatura le lanzaba encima, se agachó, tomando con la mano la cola de la criatura, aprovechando que ésta se situaba de manera vertical de nuevo, y clavó su espada en el lomo. Ésta soltó un chillido de dolor mientras movía sus patas de manera agresiva, y en un movimiento de cola, golpeó a la arconte fuera de su lomo, haciéndola volar varios metros lejos de ésta.
La mujer quitó la arena de su rostro entre manotazos y escupidas, miró hacia en frente, con ojos severos. Y su rostro cambió a uno más preocupante cuando observó que la criatura ya no se encontraba allí.
Mientras tanto, el segundo escorpión miraba con ojos llenos de furia al fénix en frente de él, haciendo el mismo movimiento de cola serpenteante, intentando confundir al arcano de, dónde exactamente haría su primer ataque, saltó hacia Sven, soltando las cadenas de sus patas, buscando atar al arcano entre sus cadenas, dirigió su venenoso aguijón hacia el cuerpo del arcano. Listo para matar a su presa.
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Post by Sven Velfast on Jul 3, 2017 20:27:26 GMT
Sven no le agradaba exactamente asumir ninguna de sus formas liberadas, pero tampoco se restringía si era necesario. Muchas de las incidencias de su pasado se debían precisamente a su naturaleza, por lo que secuelas como mantener una imagen opuesta a la real estaba muy arraigado en su persona. Al menos, aquel desagrado ya se encontraba en un plano incosciente, y no lo exteriorizaba del todo. Con el rabo del ojo, pudo notar que la arcana se había adentrado en la acción del desafío en el que se encontraban, por lo que se preocupó por lo suyo- un enorme escorpión, enfurecido, siseante, intranquilo y letal. El arcano mantuvo la mirada clavada en el mismo, caminando lentamente hacia un lado, con la intención de iniciar un paso en el radio del mismo. Indiferentemente del lenguage corporal que denotaba el monstruo, el áve le observaba directo a lo que consideraba su rostro, como si lo estuviera desafiando con su mirada. Tenía un plan entre manos, por lo que lentamente guardó su arma de vuelta a la funda, tomándo aire.
Y de un momento a otro, se abalanzó en contra del fénix, intentando utilizar las mismas cadenas nuevamente en su contra, aparte de su aguijón.
De una forma grácil el mayordomo se movió, impulsando su propio salto por una bola de fuego que escupió tras inflar su pecho al cargarla, así mismo transformándose en su forma verdadera para agitar la arena y el viento con el batir de sus alas. Aquello sucedió de una forma fugaz pero elegante- poniendo en uso su habilidad para manipular el fuego, Sven sobrevoló la criatura en círculos, alborotando las llamaradas azules en forma de un tornado candente y básicamente dedicándose a quemarla viva. El arcano descendió a las cercanía de la muralla de fuego que aprisonaba el monstruo, regresando a su forma fated y levantando su brazo izquierdo en señal de control de aquel elemento conforme regresaba a su caminata circular. No obstante, su extrema confianza a con su habilidad le jugó una mala pasada, ya que el fuego ocultaba la figura de la criatura, y no pudo anticipar un ataque de la cola del mismo.
El enorme escorpión batió su cola como un látigo en forma circular, sin importarle quemarse más de la cuenta, barriendo el suelo e impactando las piernas de Ulgriff, el cual rodó por la arena un par de metros, perdiendo control del torbellino.
-Molesto... molesto...- dijo en un tono más profundo, destilando desencanto. Su mirada era más afilada que antes, dejando entrever un poco más de expresividad, aunque mínima. Desenfundó nuevamente su espada conforme se levantaba del suelo. La criatura se encontraba más rabiosa debido a las quemaduras, lo cual le ocasionaba un poco de placer al arcano. Tomando la espada con su mano izquierda, levantó la derecha para tratar de levantar aquella llamarada, y corrió hacia la criatura, encendiendo su shaska.
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Zaniah Neshmet
Los Invictos
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 3, 2017 22:03:11 GMT
¿Dónde?
¿Dónde estás?
Zaniah miró a todos lados, portando el sable por lo alto, dejando que el brillo del fino hierro grabado dejara caer los rayos del Sol sobre él. Volteó hacia arriba, observando como un ave sobrevolaba al escorpión entre un tornado de fuego, viento y arena, Zaniah se quedó allí por unos segundos con la mirada perdida sobre el fuego azul que el arcano desataba sobre la criatura.
Sus orejas se movieron de un lado a otro, y ahora todos sus sentidos se clavaron en la arena bajo sus pies, podía sentir el movimiento, como si una serpiente acariciara la arena. Estas criaturas no eran tontas, la arcana comenzó a correr en dirección a Sven lo más rápido que pudo. La arena se movía como un río imparable, haciendo que el suelo donde Zaniah pisaba se moviera como una alfombra siendo jalada con rapidez. Pero eso no la detuvo.
Mientras Sven clavaba su vista al escorpión prendido en llamas, el otro que, anteriormente atacaba a Zaniah, salió de entre su escondite en la arena, aprovechando distracción del arcano, muy lentamente, la cola se desprendió de la arena, y se puso en posición, para que su aguijón se clavara directamente en la espalda del arcano, y entonces así, liberaría al fin el caliente y feroz veneno sobre él, para que tuviera una muerte lenta y dolorosa.
La cola se precipitó con velocidad, sin titubear, directamente a su objetivo mientras el escorpión en llamas hacía todo el ruido posible para que su compañero no fuera oído. Antes de que la punta mortal tocara a Sven, Zaniah se abalanzó ante el arcano, empujándolo con todas sus fuerzas, haciendo que éste cayera al suelo por el impacto y la velocidad con la que corría. La cola se clavó contra la arena, y la criatura, llena de rabia, chilló de una manera aguda, mirando a ambos arcanos en el suelo, se acercó con voracidad. Zaniah agitó su espada, llegando a cortar una parte del demacrado rostro de su atacante, el animal gritó, dejando soltar un líquido morado de sus entrañas, salpicando a la arconte en el brazo.
El líquido comenzó a arder, atravesando la ropa con facilidad hasta que empezó a carcomer la piel de la mujer. Zaniah soltó una maldición, agitando su brazo, lo metió a la arena caliente, hasta que se calmó un poco.
―Su sangre parece agua hirviendo ―Se quejó la arconte, no le parecía extraño, estar tanto tiempo en un lugar tan ardiente, tenían que resguardarse. Volteó hacia Sven, y luego a la criatura en llamas, quien, libre por unos momentos, aunque débil por el fuego, se hundió en la arena.
―La arena es su forma de atacar sin que veamos de dónde van a salir ―La arcana se puso de pie, mirando con el ceño fruncido al escorpión, derramando sangre morada. Mientras éste les regresaba la mirada furioso.
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Post by Sven Velfast on Jul 4, 2017 14:33:00 GMT
Aquel dato era claro. No había necesidad de explicar algo que se había desatado justo frente a sus ojos. Después habría espacio para conversar, no era momento de dar mente a menciones molestas, el problema aún estaba presente y ahora contaban con la ventaja del terreno. El arcano únicamente le dedicó una mirada fría y malagradecida, a pesar del esfuerzo que había hecho la arconte para resguardarlo del ataque mortal del otro escorpión.
El ave dio un vistazo rápido conforme se levantaba del piso, analizando cual sería una táctica conveniente para perpetrar en contra de aquella monstruosidad. Se decidió por usar los cielos nuevamente, pero esta vez sería más agresivo al respecto- dejaría a Zaniah detrás para que proporcionara distracción terrestre conforme el sobrevolaba sobre la criatura visible. Clavó la espada en la arena, se apoyó en la misma con sus pies para saltar y expulsó una llamarada azuloide, que denotaba su transformación vistosa en una criatura mítica. Con sus patas aprovechó a sujetar su confiable Shaska y voló prontamente a los cielos, colocándose justo sobre la amenaza que serpenteaba su cola y siseaba con sus patas de manera bastante ofensiva.
Los movimientos del mayordomo eran diestros y precisos, ya que su agilidad le proporcionaba la habilitar de ejectuar dichas acciones. Puesto en lo alto, con el sol brillando a su espalda, colocó el arma en su pico y procedió a desplomarse en forma de taladro, tal cual un meteoro implacable decidido a impactar despiadadamente contra su objetivo. Conforme caía y estando cerca de estrellarse contra el escorpión que había capturado en su vista, el anterior que se hallaba escondido hizo su vistosa aparición, con suma agilidad y rapidez saltando de entre la arena con la intención de interceptar al fénix antes de que este se incrustara en la espalda de su amigo. Los espacios entre segundos fueron cruciales y el segundo escorpión se abalanzó en contra del arcano. Para su imprevisto, Sven acató a pasar a su forma fated y mover su cuerpo de manera que recibiría con un abrazo a la bestia, con la variable de que ahora había capturado su espada en la mano y la apuntaba contra el monstruo.
La inercia del salto y el peso de la enorme criatura hicieron que no pudiera evitar aquella ofensa, y aventajaron a Ulgriff para apuñalar al escorpión cerca del rostro, enterrando su espada profundamente. Al impactar ambos contra la arena, detrás de la posición de Zaniah, la fuerza del golpe provocó que la espada se hundiera aún más profundamente, atrapando el brazo del arcano junto a su arma dentro del corte. Igualmente, el cuerpo del mismo estaba parcialmente aplastado por el peso del monstruo, por lo que debía actuar rápido antes de que este decidiera usar su aguijón para aniquilarle en aquel momento. Haciendo uso de su dominación elemental, guió el arma hasta salir por la espalda de la misma criatura, moviendo la shaska con el abrazo de las llamas de forma letal, cortando todo adentro de aquel animal. Inevitablemente, mientras efectuaba este acto, la sangre del mismo bañó sus brazos y parte de su pecho, ocasionándole quemaduras cuyo nivel aún no podía determinar, ya que su cuerpo aún estaba plagado en llamas.
Esperaba que aquello hubiera sido suficiente para aplacar, aunque fuera de manera parcial, al monstruo.
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Zaniah Neshmet
Los Invictos
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 5, 2017 2:50:29 GMT
Zaniah le dirigió una mueca con la misma frialdad que le había hecho el fénix, soltó un suspiro, fijándose mejor en el peligro que tenían ante ellos, pues no había tiempo de peleas sin sentido entre tantas cosas que hacer. La arconte comenzó a correr cuando Sven decidió sobrevolar las criaturas, y con su espada, comenzó a hacer cortes en distintas partes del cuerpo del escorpión, para hacerlo desatinar. Una de las cadenas se dirigieron a la arcana, “No esta vez” Zaniah tomó impulso, y se arrojó contra la arena con las rodillas, curveando toda su espalda hacia atrás, haciendo que las cadenas apenas si rozaran su mentón erguido; En cuanto estuvo lejos de la trampa, se volvió a poner de pie, apoyando una mano en la arena, y dirigió su espada a una de sus patas, haciendo un corte en línea recta, la sangre morada salió de la herida, lo que hizo que la arcana se hiciera para atrás lo más rápido que pudo, para evitar ser quemada.
Miró hacia arriba, con el ceño fruncido debido al resplandor del Sol y las llamas de Sven, las cuales se dirigían hacia la criatura. Pero entonces, el otro escorpión, decidió salir de su escondite, empujando al fénix lejos de su compañero.
Zaniah chasqueó la lengua, agachó la mirada, observando las cadenas cerca de sus pies, pegadas a la criatura, levantó la cadena negra, alzando la cabeza hacia donde el arcano estaba. Comenzó a correr, y, pegando un salto, subió al lomo de la criatura que estaba atacando, jalando las cadenas con fuerza.
El animal miraba con todo el odio hacia el hombre de cabellos carbón debajo de él, intentando aplastar con todo su cuerpo el del arcano, tenía hambre, mucha hambre, ¿Habría suficiente carne en sus huesos para devorar? La gruesa piel dura del escorpión estaba mucho más negra de lo que era, debido al ataque del fénix. Iba a acabar con esto, justo ahora, para que pudieran comer de una maldita vez, y luego seguiría el otro inquilino, un poco más pequeño, pero seguía siendo comida.
Levantó el aguijón, aguantando con todas sus fuerzas el horrendo dolor que se propagaba por su acorazado cuerpo, mientras intentaba que su sangre quemara al atacante. Sven estaba en una posición en la que un ataque de su cola podría ser crucial para que éste muriera con un buen piquete en el rostro. El animal tembló, debido a la pronta muerte que tocaba a su puerta debido a la espada. Pero no se iba a rendir, y con todas las fuerzas que le quedaban, si aguijón se dirigió sin piedad alguna al rostro del arcano.
La punta del aguijón quedó a solo unos centímetros del entrecejo de Sven, dejando ver el pálido líquido de su veneno, el animal viró su mirada hacia un lado, Zaniah sostenía las cadenas negras con ambas manos; Había utilizado la misma trampa que les habían impuesto con anterioridad, lanzando en forma de soga las cadenas, atrapando la cola del adversario, Zaniah sonrió, mientras el escorpión bajo sus pies de movía de un lado a otro, desesperado, mientras soltaba picotazos a su lomo. La arconte esquivó unos varios, y uno en específico rozó su brazo, dejando un pequeño corte, frunció la nariz, pateando la cola mientras jalaba las cadenas, alejando el aguijón del rostro de Sven. La gotas de sudor recorrieron la frente de la arcana mientras amarraba como podía las cadenas alrededor de una parte acorazada del escorpión.
Corrió, sacando su espada, y dando un gran salto, soltó un grito, blandiendo su espada, haciendo que el frío hierro fuera parte del brillo que el escorpión podía ver. Y en un movimiento rápido, su espada pasó con un corte limpio el aguijón, separándolo de su cola por completo. El animal soltó un chillido de dolor, mientras, en conjunto con la Shaska atravesando su corazón, se movió de un lado a otro, intentando aplastar a Sven con sus poderosas patas, o por lo menos atarlo, el otro escorpión, atado con sus propias cadenas al cuerpo del otro, fue víctima de el movimiento feroz de su compañero.
Zaniah cayó al suelo, dejando que todo su cuerpo fuera presa de la arena, y rodó algunos centímetros lejos de la batalla.
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Post by Sven Velfast on Jul 20, 2017 13:16:20 GMT
El arcano intentó mantener su forma fated conforme aquel animal daba sus últimos respiros, con la intención de evaporar la oscura sangre de este y minimizar el impacto sobre su persona. Muy a pesar de esta táctica, la proximidad y la intensidad con la que el escorpión perdía su líquido vital, alcanzaron a ocasionarle algunas quemaduras en su cuerpo y brazos. Pero aquello no sirvió de excusa para detener sus acciones. En toda pelea, existía un momentum, fuese al recibir o dar un ataque, y el momento crítico de ese evento en particular estaba desenlazándose- una inusual ventisca latigueó a los presentes, a lo que el fénix aprovechó, desprendiendo fuego arcano de su ser y manipulándolo para que se entrelazara con aquella agitada brisa; paralelamente intentando escabullirse entre las patas del monstruo, que le había dado una peligrosa ventaja al retorcerse desesperadamente en agonía.
Habiendo formado un tornado de fuego nuevamente, lo manipuló con la intención de recoger tanto su espada como asar a la otra criatura restante. Corrió del rango del ahora muerto de escorpión, para evitar que el peso del mismo lo aplastara al desvanecerse, y saltó, convirtiéndose momentáneamente en fénix, con el propósito de atajar su confiable Shaska conforme esta danzaba entre las llamas del tornado naranja. Recobró su forma fated y aterrizó abruptamente en la cercanía de la arcana, la cual se había recuperado de su caída tras tan certero corte. Le dedicó una fugaz mirada para analizar el estado de la misma, y retornó su atención al escorpión, el cual inteligentemente estaba usando la sangre del cadaver de su compañero para quemar las cadenas que los ataban uno al otro. Ciertamente era una criatura ingeniosa y de recursos.
Conforme algunas cadenas se deshacían, el tiempo era evidente que se les acababa y el momentum para aventajarse sobre el enemigo se escurría entre sus dedos. El arcano prontamente atormentó al masivo escorpión con el tornado, interrumpiendo sus intentos por liberarse y al mismo tiempo, provocándole quemaduras considerables. Los chillidos de este se hacían cada vez más evidentes y agudos, por lo que el arcano no pudo evitar sonreír. Una sonrisa tétrica y algo torcida, provocada por el dolor ajeno de su enemigo. Con una mano mantenía las llamas controladas, y con la izquierda, preparaba su confiable arma. Si los dos atacaban juntos, iba a ser un golpe de gracia, ya que el estado de prisión del monstruo no permitía que tuviera la capacidad de evitar dos ataques al mismo tiempo. Miró a Zaniah, cuyos ojos rebosaban de adrenalina y actitud parecía estar planteándose la misma idea que él. No le dedicó palabra alguna, pero asintió levemente para dar a entender que estaba listo- sólo era cuestión que ella dirigiera el ataque inicial para seguirle de similar manera.
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Zaniah Neshmet
Los Invictos
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 20, 2017 17:12:08 GMT
Había logrado levantarse, apoyando las manos en la arena, la mujer se puso completamente de pie, ignorando el mareo que sentía debido al ligero roce del veneno contra su piel, sabía que iba a tener problemas más tarde, pero el peligro en frente de ellos era más importante en ese momento, la arconte recogió su espada, sacudiéndola de la arena que llegó a tener debido al impacto.
Las llamas en contra del escorpión hacían que el animal se viera atrapado entre la agonía y la desesperación, en conjunto con la derrota de su compañero, inerte en la suave arena. Zaniah observó al fénix por un momento, el rostro de satisfacción en sus labios era más que inminente, la mujer soltó un pequeño suspiro en conjunto con una media sonrisa, al menos había ciertas cosas que lo hacían sonreír. Cuando Sven le dio la señal, la arcana asintió con la cabeza y el ceño fruncido.
Comenzó a correr, y conforme sus pies se movían en la arena, la arcana comenzó a crecer, tomando su forma verdadera, sus músculos se tonificaron y sus ojos se volvieron más oscuros, dejando las pupilas de un color blanco total. Su espada tomó el tamaño de su amo, formando algunas runas en el fino hierro, dio un brinco, y alzando su espada, soltó un grito, ignorando las llamas que rodeaban al animal, al caer, el filo atravesó con ferocidad su cabeza, haciendo que el escorpión soltara un chillido atroz, y se moviera salvajemente de un lado a otro, tirándose, revolcándose, intentando por todos los medios quitarse de encima a la arconte.
La mujer soltó un chasquido con la lengua, pero a pesar de los golpes, de los raspones y de los chillidos que aturdían sus oídos, no se soltó de la bestia. En un movimiento acelerado por parte del animal, este se volcó por completo, dejando expuesto todo su cuerpo inferior, la parte más débil.
―¡Ahora! ―Gritó la arconte, bajo el cuerpo del animal.
Zaniah enterró con mucha más euforia la espada, esperando a que Sven diera el golpe certero.
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Post by Sven Velfast on Jul 20, 2017 18:44:19 GMT
La arcana resplandeció en una transformación que develaría su naturaleza lumínica, aumentando su tamaño e incrementando visiblemente el tamaño de su arma. Completamente envuelta en un aura de guerra, entregada a un esfuerzo definitivo, esta saltó, sin importarle los peligros que representaba el adentrarse en la muralla de fuego, o siquiera lo que le esperaba del otro lado. Con precisión, el fénix apaciguó las llamas, para evitar daño colateral hacia la arconte, y esperó el momento preciso para perpetrar su ataque. El monstruo y la dama alada danzaron en un intercambio letal de golpes, en donde ella se aventajaba gracias al preciso corte que había logrado por el atrevimiento preliminar de sus acciones. Era un espectáculo sanguinario pero elocuente, caótico y elegante. La mente del arcano se embriagó con sensaciones de agasajo y guerra, pudiendo avistar de primera mano la gracia de una buena pelea. La bestia se batía y el ser de la luz se aferraba con extrema fuerza a su espada, convirtiéndose en un pilar inamovible de voluntad.
El aire había cambiado, y el sol resplandecía más quemante que antes, alimentando el calor de la ocasión y la naturaleza del fénix. Fue entonces cuando la voz de Zaniah partió el ruido como un trueno, acaparando los sentidos del mayordomo. Era el momento.
El escorpión había revelado la zona más delicada de su ser, y la espada del ave ardía con la intensidad del astro naranja. No lo pensó, y de una forma temeraria y atronada saltó a la batalla, alzándose en el aire, impulsado por su forma verdadera y las llamas que controlaba, para ganar velocidad y convertirse en un meteoro fatalista. Aprovecharía la oportunidad y se regodearía en la victoria que se asomaba pronta a la ventana. Conforme se acercaba al abdomen descubierto del masivo monstruo, recobró su forma fated e impulsado por la inercia de la velocidad que había tomado gracias a su agilidad y el impulso de antemano, colocó la espada hirviendo de modo que provocaría un corte profundo, recto y preciso a lo largo del cuerpo del insecto. Al recibir semejante ataque, la criatura se agitó, inundando el aire con sus chillidos aturdidores. Del otro lado, Sven cayó en la arena, rodando a lo largo de la cola de la bestia, la cual estaba alterada y latigueaba el suelo con la intención de empalar lo que fuera que tocase.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 20, 2017 19:02:30 GMT
Zaniah pudo escuchar el estruendo del animal sobre ella, dando a entender que, Sven había logrado con éxito su cometido. El chillido del animal estuvo en una perfecta armonía con el chorro de sangre morada que soltaba de aquí para allá, en unos últimos movimientos, más por venganza que por defensa, se aplastó contra la arcana y la arena, y en cuanto sintió que un peso menos se deshacía de su cuerpo, picoteó al suelo como desesperado, llegando a hacer una pequeña cortada en el rostro del arcano.
Pero aún después de tantos movimientos incontrolables, la bestia al fin sucumbió bajo el peso de la muerte, a penas con el cuerpo a medio hundir en el manto de arena. Su cola cayó estrepitosamente encima del cuerpo del fénix, debido a la muerte repentina, y pronto, todo quedó en silencio.
Una mano se arrastró bajo la arena, y Zaniah salió de entre los escombros de piel y sangre tomando una fuerte bocanada de aire, se acostó en la arena un momento antes de levantarse poco a poco, se volteó, quitando la espada de la cabeza del monstruo. La arconte sacó de entre sus alforjas un frasco transparente, el cual había sufrido una ligera raspadura debido a tanto ajetreo, se acomodó en cuclillas, aún en su forma verdadera, y de uno de los extremos de la cabeza del escorpión, donde aún brotaba sangre como un pequeño ojo de agua, acercó la botella, llenándola del líquido violáceo, cuando estuvo llena, le puso una tapadera y la guardó dentro de su cinturón.
―Usaré tu sangre con sabiduría ―Zaniah acomodó una mano sobre el caparazón ―Y espero que alguien más encuentre un buen uso a tu cuerpo ―Un buen herrero podría hacerse una armadura o una buena espada con la piel del animal, a pesar de haber sido chamuscada, después de todo, se merecían eso y más, pues había sido una buena batalla. La arconte rodeó el animal, volviendo a su forma Fated conforme caminaba, sintiendo el peso de las heridas y las quemaduras, cuando llegó hasta el arcano y lo vio en las mismas condiciones, se asomó, haciendo sombra sobre Sven.
―¿Estás bien? ―Soltó la arcana mientras estiraba una mano, para que Sven pudiera tomarla y levantarse con su ayuda. ―Quien lo diría, estas resultando ser un mejor acompañante de lo que creí.
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Post by Sven Velfast on Jul 30, 2017 19:38:18 GMT
Tras la muerte del escorpión y su último ataque, una cortadura al lado de su rostro, el fénix se sentó sobre la deslizante arena, apoyando la espalda en la coraza del cadáver. Retomó su forma sellada y se llevó una mano a la mejilla, acariciando con sus yemas aquel fino hilo que derramaba su sangre. Chasqueó su lengua en desagrado, y llevó su mirada al resto de sus ropas y heridas- el área de su pecho, donde guardaba entre su vestimenta el mapa de la arcana estaba lacerado y carcomido por la sangre de la criatura fallecida, por lo que inmediatamente llevó su mano dentro de su chaleco para corroborar el estado de aquel pergamino. Al extraerlo pudo notar que sufrió unos cuantos daños, y se encontraba arrugado mayoritariamente, pero esperaba que fuera lo suficiente como para ser legible aún.
Al inspeccionar más su cuerpo, había sufrido otras quemaduras en sus brazos y abdomen que si alcanzaron a tocar su piel, la cuales ocasionaron unas notables llagas y salpullidos en su carne. Su ropa estaba maltratada y en muchas partes desecha, por lo que arrancó la mayoría de esta, dejando al expuesto la parte superior de su cuerpo. Procedió con su mano libre encenderla en llamas, e inmediatamente cauterizar las heridas expuestas en su cuerpo, exceptuando la de su rostro. La cicatrización acelerada de su sistema ayudaría a apaciguar el impacto de una marca, una vez que curara de manera correcta.
El sol se vio bloqueado por unos segundos, lo cual sería a causa de la presencia de Zaniah, la cual le extendía una mano al ave. A pesar de la colaboración y haberse salvado la vida mutuamente, la naturaleza recia del mayordomo se mantenía inamovible e incambiable, por lo que rechazó la mano ajena y se levantó por su propia cuenta.
-No es nada- respondió secamente, regresando a su rostro serio e inexpresivo. Tomó un poco de aire antes de formular palabra alguna y continuó -Si estas bestias comparten la fisiología de sus versiones miniatura, me temo que debemos encontrar un antídoto pronto- advirtió, tratando de autoinspeccionarse con el propósito de encontrar alguna seña de envenenamiento o intoxicación. Conforme aquellos dos debatían, los vientos del desierto parecían intensificarse y azotar con más fuerza de la normal.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 31, 2017 0:23:57 GMT
La arconte se encogió de hombros al ver como el fénix negaba su ayuda, “había que intentarlo” así que prefirió simplemente moverse hacia un lado, para no estorbarle.
Ambos arcanos parecían realmente magullados, a pesar de que tan solo había sido el primero de sus problemas, Zaniah frotó su rostro, donde una marca de quemadura se notaba en su mejilla izquierda, podía sentir el ardor de su cuerpo y un dolor algo preocupante en sus costillas, debido a que la criatura prácticamente le había caído encima, la tela de sus brazos se había deshecho por completo debido a la sangre de las criaturas, así que la mujer decidió dejar las telas atrás, al ver sus manos, se dio cuenta de que tampoco servía de nada traer sus guantes puestos, pues la tela estaba rajada y las manos quemadas, a pesar de que aquello le causara una severa molestia, pues nunca salía a ningún lado sin sus guantes, al final, la mujer decidió por despojarse de aquello también, dejando a la libertad los tatuajes en las palmas y dorso de sus manos, los cuales, extrañamente, no habían sufrido ningún daño, y como si aquellos pudieran respirar, brillaron de una manera peculiar bajo la luz del Sol. La arconte dirigió su mano a su brazo, donde una fina línea era prueba de que el aguijón la había alcanzado también.
―Tienes razón ―Comentó la arcana mientras observaba hacia el horizonte, sintiendo el aire caliente sobre su piel lastimada. ―Tengo algunas medicinas que nos darán el tiempo suficiente para buscarla, por ahora, lo mejor sería buscar refugio ―Dicho esto, se dio la media vuelta, caminando con pesadez hacia su montura.
El animal de seis patas y ojos como cabra, tan solo miraba con toda la paciencia del mundo a los arcanos a unos metros lejos de él, no se había inmutado ante los peligros, pues bien estaba acostumbrado a ellos. Zaniah agradeció por acariciar el hocico del animal, lo tomó de las riendas y bajó con cuidado en conjunto con él hasta llegar de nuevo con Sven, al lado de los cuerpos inertes de las criaturas.
La mujer se puso su capa, y se acomodó una bufanda en torno al cuello, los cuales le daban protección contra la ventisca. Antes de avanzar, rodeó a la criatura, sacando de sus alforjas una tela lo bastante grande para cubrir a Sven y una bufanda, Zaniah se acercó al fénix, y a regañadientes, le puso la capa encima, amarrando con precisión la bufanda alrededor de su cuello, para que no fuera fácil quitárselas en caso de que Sven volviera a negarle su ayuda, a pesar de que tuviera que ponerse puntas; Zaniah siguió con su trabajo, intentando ignorar el hecho de que el hombre se encontraba con el torso al descubierto, cuando terminó, la mujer carraspeó mientras tomaba a su compañero de las riendas y comenzaba a caminar.
―Tengo lo necesario para construir un refugio fuerte con palos y telas ―Comento Zaniah mientras caminaba ―Pero hay que alejarnos lo suficiente, pues este sigue siendo terreno de escorpiones ―Algunas gotas de sudor se mostraron por su frente, mientras sentía un ligero mareo, la mujer suspiró mientras agitaba la cabeza, y comenzó a caminar más rápido.
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Post by Sven Velfast on Aug 29, 2017 0:03:46 GMT
Tras aquel gesto tan descarado de cubrirle con la tela y rodearlo con la bufanda, Sven no pudo hacer nada más que arrugar el entrecejo. Dicha libertad de tocarle o tomar acción alguna sin previo aviso se le hacía desagradable. No obstante, tenía cosas más importantes por las qué preocuparse en ese instante- el veneno, por ejemplo. Aunque fuese de una complexión resistente, y su cuerpo predispuesto a curarse a una velocidad más acelerada que el arcano promedio, eso no lo volvía inmune ante un agente tóxico dentro de su sangre.
Qué molesto... qué molesto...
Repetía en su cabeza, la cual se enturbiaba con efectos secundarios de aquel roce con el aguijón. Llevó una mano a un costado de su rostro y acarició su temple, como si intentara pensar en algo más productivo con respecto a la situación en la que se encontraban. El viento continuaba azotando y un extraño pero leve oscurecimiento empezó a perseguirlos. No le prestó suma importancia en ese momento, puesto que estaba debatiéndose entre irse de ahí y dejar aquella arconte a su suerte, o "acampar" pobremente en algún ridículo rincón de aquel infinito mar naranja. La curiosidad era una arma de doble filo para él, puesto que a veces acrecentaba sobre su racionalidad, y lo ataba a situaciones que bajo otro contexto, ni siquiera prestaría atención al respecto.
El fénix exhaló entre dientes, como si estuviera enojado consigo mismo por su terquedad de querer saber qué más podría pasar en aquella aventura. Conforme Zaniah caminaba apresurada, el mayordomo había volteado momentáneamente, tratando de deshacer aquel atuendo improvisado que se le había impuesto encima, sólo para encontrarse con un inconveniente mayor al que acababan de superar- una tormenta de arena.
Era común en zonas áridas y desérticas como esa que se formaran dichos fenómenos naturales, pero las dimensiones de la misma eran descomunales. A sus espaldas, en el horizonte se marcaba como una masiva y devastante ola dicha tormenta, que a pesar de estar a kilómetros de su posición, tronaba con rayos y retumbaba con estruendos del clima eléctrico que se generaba dentro de la misma. Aquello no era bueno. Para nada bueno. Por un momento la ira quiso asaltar a Ulgriff, pero el sentido común fue más rápido. Previamente al haberse arrancado los trozos de su ropaje, el mapa que había escondido entre el mismo se hizo ver, algo arruinado pero hasta cierto punto legible. Sven se volteó en dirección a la pelirroja y se movió con cierta adrenalina, empujándola sobre aquel animal de carga y cediendo el mapa en sus manos.
-Agárrese fuerte, o muera.- advirtió el arcano de cabello azabache, conforme se apartó unos cuantos metros para tomar su forma verdadera, desplegar sus alas en vuelo, y con sus patas (la única área ausente de llamaradas) agarró a la mujer y su animal, tratando de alejarse lo más rápido posible en dirección opuesta a la tormenta. Esperaba que encontrara la manera de leer aquel mapa y descubrir un dichoso refugio en el cual pudieran esconderse, puesto que una tormenta de dicho calibre era una amenaza letal contra cualquier que se metiera en su paso.
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Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
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Post by Zaniah Neshmet on Aug 29, 2017 1:27:27 GMT
La mujer no tuvo tiempo de responder, o si quiera quejarse por las ropas que vagamente había desperdiciado al verlo sin prendas de nuevo, aunque se sintió mucho más segura al sentir el mapa en su posesión de nuevo. No dijo nada al respecto, tan solo se agarró fuerte del cuello de la criatura mientras sentía que la altura ascendía cada vez más, hasta que solo los escorpiones fueron manchas oscuras entre tanto color naranja, los cuales, dentro de poco, serían tragados por la naturaleza, Zaniah dirigió su mirada hacia atrás; La tormenta rugía, temblaba y esperaba tragarse todo lo que pudiera a su paso, y ellos no serían una excepción, al menos si no se daban prisa.
Zaniah estiró el mapa en frente de ella, observando cada detalle de la ruta.
―¡Se a donde ir! ―Gritó para que Sven pudiera escucharla, y acto seguido, le dio varias indicaciones a seguir, para que ambos llegaran a un lugar seguro, antes de que la tormenta llegara.
Pasados unos cuantos minutos, los cuales les hubiera tomado horas a pie, Zaniah podía sentir el aire caliente golpear contra su nuca desnuda, frunció el ceño, acomodando su mano por encima de sus cejas para que la arena no la golpeara en los ojos. La tormenta les pisaba los talones, advirtiéndoles con sus rugidos y rayos atronadores.
―¡Ahí! ―Vociferó mientras apuntaba a lo que a primera vista parecían ser un montón de rocas apiladas una sobre la otra, pero conforme se fueron acercando, las estructuras tomaron forma, la pequeña ciudad se amontonaba al lado de una montaña de piedra anaranjada, donde tan solo las puertas y cientos de salidas eran presentes, pues la verdadera ciudad se encontraba dentro. Algunos arcanos quitaban carpas y movían los brazos, indicando a los mercaderes que mejor se metieran, avisando de la tormenta.
Zaniah observó la ciudad de la montaña, pensando en alguna habitación lo más cerca que se pudiera de la entrada, pues era bien sabido que adentro, extensos pasillos se perdían por toda la montaña, era como un laberinto lleno de pecados, ambiciones, y tentaciones, pues mercaderes de todo tipo se dedicaban a comprar y vender sus productos; joyas, alfombras, ropa, hechizos, libros, pociones y una que otra cosa del mercado negro se encontraba allí. No era de sus lugares favoritos, pero viendo las diferentes situaciones en las que se encontraban, no tenían muchas opciones.
―Kavan Aram ―Comentó la mujer, observando la ciudad ―La ciudad misteriosa de piedra.
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Post by Sven Velfast on Aug 30, 2017 4:10:45 GMT
El tiempo era inexistente y la tormenta aruñaba sus nucas. Sven sintió la toxicidad por parte del veneno hacerse presente en un mareo, el cual ocasionó que su agarre flaqueara y sus pasajeros resbalasen ligeramente de entre sus garras, pero teniendo la agudeza de sujetarlos oportunamente antes de que pasara a mayores. El ave sacudió su cabeza y puso su mente a trabajar lo más rápido que podía, siendo presionado desesperadamente en hacer algo, lo que fuera, cuanto antes.
Fue entonces cuando escuchó la voz de la pelirroja denotar algo en la distancia, llamándolo por nombre. Una distinguida ciudad sin duda, pero no tenía las ganas, el humor o tiempo suficiente para prestarle un gramo de atención. Lo poco que pudo recabar fueron multiples balcones como posibles rutas de acceso. Y un burro. ¿Qué hacía un burro ahí?. Ulgriff retornó su atención a los hechos en mano, e ideando la manera más peligrosa aunque pronta de resguardarse, hizo aprovecho del momentum en que se encontraban, utilizando la fuerza de la inercia de aquel desesperado vuelo y la velocidad en que viajaban, para tirar a la montura hacia una de las entradas, y retomar su forma sellada y atrapar a la mujer con sus brazos, puesto que saldrían disparados como una flecha, en dirección a la primera apertura al interior de la ciudad que sus ojos divisaran.
Tal cual lo planeó, lanzó la criatura, y seguidamente le acompañó en su versión sellada, entrando de forma precisa, aunque sumamente estrepitosa y dolorosa, por una de las puertas de un balcón de la zona más alta de aquella área rocosa. Sin embargo, protegió a la arconte con su propio cuerpo y rodaron incontables metros después de estrellarse contra el suelo de una de las habitaciones que habían invadido. El golpe dejó los sentidos de fénix timbrando, volviéndolo ajeno a cualquier estímulo externo por unos cuantos minutos.
A su alrededor, habían unos cuantos arcanos consternados, pero precavidos que corrieron a intentar arreglar la puerta y sellar la entrada, para evitar que la tormenta invadiera su refugio. Gritaban cosas entre ellos que Sven no podía discernir, ya que estaba más enfocado en recuperarse. Lentamente abrió sus brazos para soltar a Zaniah, y toser un par de veces, aún tirado en el suelo.
-¿Está muerta?- esbozó entre dientes, con cierta dificultad. Todo le dolía.
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