Cytka Niraj
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Yo doy hasta lo último de mí por los que amo
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Post by Cytka Niraj on Aug 21, 2017 6:38:49 GMT
Podía sentir como el arconte se aferraba a él con fuerza por la cintura, esto le provocaba un sentimiento cálido en su ser, se sentía querido y feliz. Las palabras de Zadquiel le conmovían de sobremanera, en especial la última parte que solo provocó que él peliblanco se aferrará más al contrario con una sonrisa plena y dulce. La seguridad en aquella promesa era notable y hermosa, Cytka esperaba con anhelo que las dos propuestas hechas por los dos arcanos se mantuvieran hasta el final de todo, mientras ellos siguieran juntos. El joven kirin se encontraba ansioso por todo lo que estaba ocurriendo, solo quería tener a su pareja lo más cerca posible para demostrarle cuánto significaba para él y lo feliz que lo hacía.
Escuchar aquella respuesta a su pregunta le sorprendío, mirando al contrario confundido y rojo como un tomate. ¿Desde hace tanto? Eso sí lo tomo de sorpresa, pues el kirin jamás lo hubiera imaginado en ese entonces-"¿E-En serio? Y-Yo no tenía idea..."-respondía nervioso, los halagos hacia su persona le provocaban inseguridad y muchas preguntas ¿qué era lo que a Zadquiel le encantaba de el? Tal vez en otro momento sería esa charla, pues el beso cesó sus pensamientos súbitamente.Lo correspondía de igual manera sin duda, sosteniendo el rostro contrario mientras el beso cobraba fuerza. Los besos eran exquisitos para el joven, no tenía idea como algo tan sencillo podría significar tanto y provocar tanto. A media que seguían el kirin sentía punzadas en el pecho y estomago que le recorrían el cuerpo como electricidad, las conocía muy bien y sabían que trataban de decirle. El kirin quería hacer algo, necesitaba hacer algo y su instinto le llamaba a gritos para que no se tardará más
Uso toda su agilidad para aplicar presión en uno de los hombros del contrario para ponerlo boca arriba en la cama, el kirin quedando sobre el. Sí, Cytka no era fuerte, pero la maña puede más que la fuerza y en este caso su buen control en manos y pies le permitían realizar aquellas maniobras. Su respiración se iba acelerando poco a poco a la par de que podía sentir la emoción en su encuentro, esas sensaciones eran embriagadoras para un joven que jamás las había experimentado. Y podían apostar que planeaba buscar más de aquello, tenía algo en mente desde que tuvo a Zadquiel en casa: volver a la noche en el lago, quería aquello que aunque extraño le aceleraba el corazón de gran manera.
Su dulce voz lleno el silencio, apenada y tímida como siempre-"N-No quiero ser tosco contigo..."- Comenzó a bajar su camisa un poco por arriba con movimientos nerviosos y rápidos hasta que los hombros del rubio se encontraban descubiertos. Sus ojos rosados brillaban con aquellas pupilas draconicas, que en cada pestañeo parecían debatirse en forma, siendo totalmente redondas un instante y finas al otro. Tragó saliva, como si dudará de continuar o no. Sus ojos de dragón se clavaron una última vez a los profundos azules de Zadquiel-"Pero no me puedo resistir...a ti"- Lo único que pudo apreciarse fueron sus dientes blancos que se volvían colmillos antes de acercase lentamente al cuello contrario. Se detuvo lo suficientemente cerca a la piel para crear expectativa, sentir la esencia del pelirrubio, su aroma, su latir. Era demasiado encantador, hermoso, perfecto, y era todo suyo. Las mordidas no se hicieron esperar, pero a diferencia de aquella noche en el lago el kirin besaba de manera lenta y suave por donde las marcas aparecían, siguiendo el ejemplo puesto por el pelirrubio. Susurro un 'lo siento' apenas audible las primeras dos veces en que mordió con fuerza pero después de eso solo se concentraba en saciar sus ganas de aquello. Llenaba la piel de besos y mordidas por igual, lentas, duras, pasionales, irracionales, llenas de sentimiento. Recorría poco a poco el trayecto hasta el lóbulo de la oreja contraria, levantó un poco el rostro para que él arconte pudiera verlo relamerse los labios con aquella lengua bífida, acto seguido mordió la zona anterior, buscando lamerla lentamente para aliviar cualquier dolor provocado. Mantenía un buen apoyo en los hombros de Zadquiel con las manos para sostenerse, pero a medida que su mente se perdía en el sabor de su pareja se fue cayendo poco a poco hasta estar recostado totalmente sobre el pelirrubio. Sus manos ahora no tenían a donde aferrarse, bajaron por instinto hasta las caderas debajo de él, buscando meterse por debajo de su camisa, acariciando con extraña delicadeza la figura del arconte. Lo único que quería era sentir su piel, sentirlo cerca ahora que le era posible pues sin duda lo había extrañado demasiado. Cuando sintió que le faltaba poco para que su corazón dejara de latir por la emoción dejó su ataque con tanta rapidez como había comenzado. levantó ligeramente el rostro buscando aire, su expresión permanecía perdida y jadeaba ante la conmoción, respirando aún cerca a la piel. Sus ojos se estabilizaban a la forma común y sus mejillas denotaban un rubor muy perceptible. No planeaba disculparse por aquello, no tenía cabeza para ser inseguro, en su radio de pensamiento solo estaban ellos dos y los sentimientos que ambos arcanos vivían.
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Post by Zadquiel Leyre on Aug 30, 2017 23:31:39 GMT
El beso entre ambos arcanos comenzaba a incrementar su intensidad lenta pero constantemente, el arconte comenzaba a sentirse acalorado a pesar de que el ambiente de la habitación era bastante fresco; una vez mas esas corrientes eléctricas recorrían su cuerpo, el tener a Cytka tan cerca... el poder saborear sus dulces labios... el poder tocarlo... todo eso combinado era demasiado para él. Era una sensación embriagadora, algo que le gritaba que no se detuviera y que siguiera adelante, que explorara cada centímetro del cuerpo del kirin, escalando en las sensaciones... que no solo se limitaran a besos o leves caricias.
Sintió un poco de presión en su hombro lo que provocó que este quedara boca arriba en la cama y para la sorpresa del arconte el peliblanco quedó encima suyo, ese movimiento le tomó desprevenido pero no le desagradó en lo absoluto, le devolvió una mirada coqueta dispuesto a ver que es lo siguiente que haría su osada pareja cuya respiración era bastante agitada. La dulce voz de Cytka se escuchó en la habitación, denotaba timidez y vergüenza pero a pesar de todo el no parecía tener intensiones de detenerse lo cual hacia que el arconte lo deseara aún más. Las manos del kirin descubrieron sus hombros lentamente provocando que cada centímetro de piel que entrara en contacto con la del peliblanco ardiera causando a su vez mas corrientes eléctricas que viajaban por todo su cuerpo. Esos hipnóticos ojos rosados que tenían un brillo especial y cuyas pupilas cambiaban indecisas, escuchó las últimas palabras del contrario mientras este de acercaba lentamente hasta su cuello , el arconte sonrió provocativamente mientras respondía con una voz grave y seductora.
- Esta bien~... puedes hacer lo que quieras conmigo... te pertenezco.
Las mordidas en su cuello hacían que el arconte dejara escapar algunos suspiros ahogados, se sentía bien y podía apostar que a la mañana siguiente iba a tener muchas marcas pero no le importaba, sus manos sostenían cintura del kirin mientras intentaba ver su rostro aunque le era un poco complicado por el angulo de su cabeza; sin embargo logró girar lo suficiente para ver al peliblanco relamer sus labios con esa legua bífida, ver eso provocó un impulso muy fuerte en el pelirubio pero se contuvo solo para disfrutar de la mordidas y las lamidas dadas por su pareja hasta que esta se detuvo tan rápido como comenzó, rostro de del contrario se separó del cuerpo del arconte con un notorio sonrojo en sus mejillas acompañado por una mirada perdida.
Zadquiel clavo su mirada en los ojos rosados del peliblanco, los cuales ya no cambiaban, y luego se incorporó quedando sentado sobre la cama para abrazar al kirin a la vez que volvía a besarle con muchas ansias metiendo su lengua y jugando con la de él como si fuera a devorarlo. Tomó firmemente el delicado cuerpo de su pareja para tumbarlo sobre la cama quedando el en la parte superior sin romper ese beso apasionado. Luego de unos momentos separó sus labios respirando agitadamente, mientras miraba el cuerpo del contrario, se veía tan bello... como si con la mas mínimo acción que este hiciera le incitaba a tomar todo de él. Se inclinó apoyando su frente en la unión entre el pecho y el cuello mientras respiraba agitado contra la piel rosada del peliblanco, luego de eso llevó su mano lentamente hacía la parte superior del vestido que este llevaba para deslizarlo hacia abajo dejando al descubierto el pecho del kirin. Se detuvo un momento para intentar hablar entre jadeos esbozando una sonrisa de lado mientras miraba el rostro de su pareja.
-Me es difícil. .. resistirme a mi también...
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Cytka Niraj
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Yo doy hasta lo último de mí por los que amo
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Post by Cytka Niraj on Dec 9, 2017 6:40:21 GMT
El continuo despliegue de caricias y besos entre ambos arcanos comenzaba a elevar la temperatura de la solitaria habitación. Aquel joven peliblanco no objetaba cuando el arconte manipulaba su cuerpo a su antojo, todo su enfoque estaba en el contacto entre labios y piel que erizaba cada fibra de su ser y agitaba su débil corazón. Sus suspiros llenaban la habitación, mezclándose con ligeros gemidos igualmente audibles, sus manos enzarzadas en eterno viaje entre el cuello y el rostro de su amante. El color en su rostro ya no era símbolo de la vergüenza de ceder ante aquellos actos, si no por el estado de agitación que solo crecía a medida que la escena subía de tono. Podía sentir su ansiedad a flor de piel estando debajo del arconte, ponía más ímpetu en aquellos besos, aprovechándose de su lengua para disfrutarlos más. No se molestaba en contener su respiración al separarse, audiblemente agitada. Su peinado había cedido ante todo el juego rudo, quedando sus cabellos blancos libres en movimiento para ser desplegados a lo largo de las sabanas. Sentir el aliento contrario le mandaba señales eléctricas, arqueando ligeramente su espalda ante el calor tan embriagante. La tela de su blusa deslizándose por sus brazos dejo el esbelto pecho color perla al descubierto, el mismo kirin ayudo a quitárselo por completo y apartarlo a un lado. Trago saliva con los ojos fijos en su pareja, expectante pero sobretodo impaciente. En esa habitación se habían profesado palabras nuevas para el joven arcano, promesas y deseos que estaba deseoso de vivir de carne propia, aquí y ahora. La declaración de Zadquiel calaba duro en su corazón y en sus impulsos, solo lo hacían desearlo más cerca, solo para él. Busco la mano del arconte para tomarla con la delicadeza de un caballero, guiándola levemente hasta el pecho delgado del kirin para depositarla ahí, que sintiera como este subía y bajaba de manera casi errática con cada respirar, todo por obra suya.-“No lo hagas…quiero que no te contengas, p-por favor”-profeso en leves tonos. Sus ojos permanecieron perdidos en la mirada contraria, estos redondos e hipnotizados ante tanta profundidad en aquellos azules, a medida que sus propias manos se iban deslizando delicadamente hacia la parte inferior de aquella camisa ajustada que sobraba en toda la atmósfera . Sus manos iniciaron su lento recorrido rozando sin cuidado la piel debajo de la misma hasta llegar a la parte superior, donde por fin pudo ser liberada e igualmente apartada. Aquel día en la cascada el kirin apenas y pudo apreciar bien los detalles del cuerpo atlético de Zadquiel, ahora con la baja iluminación del cuarto y la cercanía se deleitaba con cada curva y línea marcada de aquel ser. Mordió sus labios conteniendo su ligera euforia, pero recordando sus propias palabras desato su siguiente despliegue de afecto: no pienso contenerme. Volvió a enzarzarse con su amante en un beso prolongado mientras sus manos eran libres de explorar todo lo que ahora era suyo, sin pudor ni restricciones, recorrían desde el suave pecho y pezones hasta la espalda baja en una danza llena de ansiedad y deseo. Ningún lugar del torso de su amante estaba a salvo de las suaves caricias y desenfrenados apretones del boticario, en algún momento hasta tuvo el descaro de aferrarse a la parte trasera del pelirrubio, la cual disfruto en ligeros apretones que iban y venían.
En alguna parte estaba el Cytka cohibido y apenado por las acciones tan indecorosas que vivía ¿tan desesperado estaba de calmar sus ansias de amor para dejarse llevar en aquel momento? Si, y Zadquiel tenía la culpa, si es que el arconte amanecía junto al probablemente le llevaría toda la mañana pedir disculpas por su comportamiento indecoroso. Los besos apasionados y las caricias comenzaban a tener clara repercusión en cierta zona baja del kirin, que dejo apoyado su rostro en el hombro de su amor para emitir los audibles suspiros y gemidos desde su garganta. Levanto levemente el rostro mostrándose perdido y rojizo, fijando sus dilatados ojos rosas el los contrarios para llamar su atención, guiando la mirada hacia abajo y volviendo arriba en una súplica silenciosa. El inocente joven de lo profundo del bosque desde luego no estaba tan mal educado como se podría pensar, conocía el concepto de querer a alguien, de desear a alguien y sobre todo el clímax de esos sentimientos en conjunto. Las circunstancias podrían ser algo distintas de lo que se le habían educado, pero el instinto le empezaba a demandar atención a su miembro y no estaba seguro de como otorgársela. Trago saliva y trato de pronunciar el concreto “por favor”, pero entre toda la agitación la súplica apenas se transmitió entre su agitación. Esperaba ansioso, aquella ayuda que penosamente le podría otorgar su pareja.
(OOC: Una disculpa enorme por la tardanza ;v;, y holi )
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Post by Zadquiel Leyre on Dec 10, 2017 22:00:59 GMT
El calor en aquella habitación iba subiendo conforme los minutos pasaban, ambos cuerpos tendidos en la cama con una distancia nula entre ellos sintiendo cada latido, cada suspiro, cada respiración, no había nada que pasara desapercibido para el arconte en esos momentos estando junto a su pareja, sintiendo su cercanía y dejándose llevar por todos sus deseos sin temor a nada. Podía notar que el contrario se hallaba de la misma manera que él, cosa que le aliviaba en cierto modo ya que la última vez que había estado en una situación similar, aquella que había sucedido tanto tiempo atrás y que recién ahora podía entender mejor su "pareja" de ese entonces no había hecho mas que usarlo, pero ahora era todo distinto, el sentimiento era genuino, honesto y no había segundas intensiones por parte de ninguno de ellos, solo que sus acciones reflejaran lo que realmente sentían y que fuera su corazón el que los guiara. Los besos continuaban con bastante intensidad mientras sus lenguas danzaban dentro de sus bocas soltando suspiros mientras ambos seguían unidos por ese beso del cual tuvieron que separase por falta de aire, y en ese momento es cuando notó la hermosa vista justo debajo suyo, con el kirin recostado sobre las sábanas viéndose totalmente irresistible con su hermoso cabello suelto sobre la almohada, su piel, su rostro con sus hermosas mejillas sonrojadas y sus preciosos ojos.
La piel del venado se veía totalmente hermosa, suave y tersa, una sonrisa se vio en el rostro del pelirubio en cuanto su pareja se quitó aquella prenda que llevaba dejándola a un lado para que el pecho de este quedara totalmente descubierto, sus ojos se encontraron con los del kirin mientras mientras que su mano era guiada para que esta finalmente se depositara sobre el pecho de su pareja; podía sentir como el pecho de este se expandía cada vez que este respiraba agitado, por su parte también estaba igual y esa sensación solo hacia que quisiera tocar más, quería recorrer cada centímetro de la piel de ajeno, explorarlo todo y apropiarse de todo, ser la causa de todas las reacciones placenteras que el venado pudiera sentir. Las palabras que llegaron hasta su oído hicieron que sus ojos que hasta ese momento se encontraban recorriendo la piel del contrario subieron de repente para encontrarse con los ojos del contrario, con ese color rosa tan intenso como el color que se desplegaba en su rostro apenas pudiendo sentir como las manos del contrario se encargaban de liberar su torso de toda la tela que lo cubría para dejarlo al desnudo, ni siquiera fue capaz de pronunciar respuesta alguna, solo dejó salir suspiro para luego sonreír de forma coqueta ante el rostro del ajeno. En ese momento decidió hacer lo que el contrario estaba haciendo, su mano se dedicaba a tocar cada centímetro de piel del peliblanco, de la delicada figura que este poseía usando sus dedos para presionar sus pezones mientras acercaba mas su cuerpo al suyo haciendo que ambas pieles entraran en contacto mientras nuevamente sus bocas se unían en un beso apasionado.
Dejó que su deseo carnal tomara completo control sobre sus acciones, sus labios se movían de manera frenética contra los de él volviendo a utilizar sus lengua para jugar con la suya a la vez que sus manos se deslizaban por el torso del ajeno en ocasiones llegando hasta su espalda baja, empujando el cuerpo del contrario contra el suyo como si buscara que ambos se fusionaran en uno solo, toda esta lujuria la cual experimentaba lo tenía dominado y no quería reprimirla, solo deseaba dejarse llevar por el deseo. Su boca no tardó en separarse de la contraria para luego dirigirse al cuello del kirin donde depositó varios besos acompañados por algunas mordidas, quería dejar algunas marcas en aquella piel tan delicada y perfecta, solo deseaba anunciar que aquel ser tan bello, tan perfecto le pertenecía y que a su vez podía decirse que él también podía considerarse como propiedad del ajeno.
Rocío
Los gemidos y suspiros que lograba escuchar eran música para sus oídos por lo que no podía evitar seguir con sus acciones para que el peliblanco dejara salir mas su voz en aquel tono tan embriagado por el placer que estaba sintiendo, hasta que notó como su pareja le estaba mirando con aquellos ojos rosas cuyas pupilas estaban dilatadas y su expresión completamente embobada, era una vista que simplemente no podía resistir mas incluso cuando entendió perfectamente que era lo que el kirin esperaba a pesar de que intentó expresarlo claramente. -Haah... tranquilo... te ayudaré... a sentirte mejor~... - respondió con una sonrisa de lado mientras su mano se posicionaba sobre el pecho del contrario y posteriormente descendía lentamente por este pasando por su abdomen hasta llegar a su entrepierna donde podía tantear perfectamente un bulto debajo de la tela que lo cubría. Dejó salir un suspiro de aire caliente para que luego su mano se aventurara a ir debajo de la tela para llegar a entrar en contacto con el miembro del contrario el cual estaba ya reaccionando demasiado ante todo lo que estaba ocurriendo, sus dedos rodearon el miembro con cubriéndolo casi por completo y comenzando a moverlos de arriba a abajo y presionando la punta de este en ocasiones notando como la humedad en aquella zona comenzaba a aumentar progresivamente con cada minuto que pasaba. Acercó su rostro hasta el oído del kirin para dejar salir un suspiro pesado justo ahí haciendo que su aliento chocara contra la piel del contrario. -Cyt..ka...~.- pronunció en un tono embriagado mientras no dejaba de atender el miembro de su pareja.
OOC: No hay problema, usted sabe que la voy a esperar el tiempo que sea necesario
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