Cytka Niraj
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Yo doy hasta lo último de mí por los que amo
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Post by Cytka Niraj on Jun 9, 2017 19:05:05 GMT
La misma noche en que Cytka había tenido el encuentro tan apasionante con Zadquiel el kirin se encontró con una gran noticia al llegar a su campamento. Ya desde hace mucho buscaba un lugar para asentarse de lleno, pues necesitaba un cuartel general para volver al final del día después de las cansadas semanas de trabajo vagando en Shangri lax buscando heridos. Esa noche recibió una carta con las escrituras de su nuevo hogar que había estado tramitando desde hace un tiempo, no podía haber estado más feliz. No le tomo mucho mover todas sus cosas a casa, sin embargo le tomo varios días acomodar todo de una manera que le gustara. Cytka era desordenado en extremo, pero en su desorden había cierto orden caótico que solo el entendía y quería que el interior de su hogar reflejara. No había tenido oportunidad de contactar a su pareja, apenas pudo comentarle vagamente lo que ocurría, todo el ajetreo le había dejado sin tiempo y sin energía. Pero anhelaba volver a verlo, pensaba en el cada día, por ello se esforzó mucho en terminar su mudanza en el menor tiempo posible. Así, en la noche del último día de mudanza mando un mensaje al arconte.Sentía vuelcos en el estómago por la idea de reencontrarse con él y la emoción apenas le dejo dormir, ese día sería un gran día para el kirin, quería que fuera perfecto y se aseguraría de ello. Se levantó temprano y fue a la ciudad a comprar ingredientes frescos para una rica cena, no estaba del todo seguro cual serían los gustos de Zadquiel en cuanto a comida, así que consiguió algo básico: pan, frutas, un buen pedazo de cordero y cerezas para hacerle te. Llevaba el cabello blanco radiante y bien peinado, a la par este desprendía un fuerte aroma a flores silvestres que captaban las miradas de algunos transeúntes en el mercado, su belleza extraordinaria seguro los tenia encantados (?).(OOC: Dibujarlo con el cabello recogido era demasiada tentación tenia que hacerlo (??)) Quería lucir presentable para la llegada del pelirrubio. Era raro para el preocuparse por como lucia, pero ya admitía que todo asunto que tratara sobre Zadquiel le hacía actuar raro. Faltaban algunas horas para que el arconte llegara, así que para hacer tiempo paseaba con lentitud y elegancia por la zona residencial cercana a su hogar. Con las bolsas de compras en las manos y algo distraído por la emoción.
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Post by Zadquiel Leyre on Jun 11, 2017 4:18:48 GMT
La noche anterior Cytka le había mandado un mensaje para que ambos pudieran verse en la reciente casa de este, mentiría si no dijera que saltó de emoción y le sonrió a la pantalla de la tableta, ya que en estos últimos días no habían tenido mucho contacto debido a que el tiempo del otro estaba ocupado por las tareas de mudanza, entonces sin poder verlo o hablar con el Kirin, sintió que sus dias se volvieron largos y monótonos, pensando todo el tiempo en él y extrañandolo de una manera casi estúpida porque parecía una niñita enamorada. También mentiría si no dijera que casi no durmió por estar esperando que el sol apareciera, así por fin podría verlo. El problema llegó cuándo despertó y notó que se había quedado dormido, iba a morir. Corrió a ducharse y apenas pudo peinarse cuándo salió de su hogar, no era de las mejores impresiones que llegara tarde a la casa de su pareja, porque eso era, su pareja aunque aún no hubieran formalizado nada. De pronto sus pies se cernieron en el suelo abruptamente, se le ocurrió que no podía llegar a la casa del otro sin nada en las manos, estaban festejando la mudanza de Cytka y eso ameritaba un regalo, aunque fuera pésimo para ese tipo de cosas.
Llegó a las calles del mercado, mirando cada puesto o tienda apresurado, no se le ocurría que llevarle hasta que cruzó con una pequeña floreria. El Kirin solía tener un aroma encantador a flores, por lo que pensó que quizás sería un buen regalo de su parte para conmemorar la nueva casa. Entró observando cada arreglo floral o maceta distinta, preguntándose cuál de todas podría llevarle pero su vista se fijó en una maceta con una flor de loto y sus ojos detallaron por el gran logro de haberla encontrado antes que nadie. Iba a acercarse para verificar el precio y sus condiciones, hasta que una voz interrumpió sus acciones. - ¿Buscas flores para tu novia? - Una mujer lo miraba interesada apoyada en el mostrador, a la vez que sus labios se curvaban en una sonrisa traviesa. - Veo que te fijaste en esa flor acuática, no está en venta pero podríamos hacer un trato... - Se acercó lentamente hasta él y con un dedo tocó su pecho, moviendolo en círculos allí. - Son 300 mirvos, bonito. - Zadquiel abrió sus ojos entre una mezcla de asombro e indignación, eso era demasiado para una maceta pequeña con agua, pero la flor lo valía y más si era para Cytka, ademas era su flor favorita, por algo llevaba un tatuaje de la misma en su espalda. Soltó un suspiro pesado y asintió irritado, la mujer dió saltitos en su lugar y volvió detrás del mostrador para recibir su pago. Luego de pagar y con una mueca disgustada estaba apuntó de salir pero la muchacha volvió a dirigirse a él. -Debe ser una mujer afortunada - Rodó los ojos al ver de nuevo esa sonrisa pícara y se dispuso a salir de ese lugar,- estafadora.
Estaba caminando hacia la dirección que el Kirin le había acotado, la maceta era pesada y supuso que era por el agua, pero de todas formas podía llevarla sin problemas. Estaba ansioso por volver a tener a Cytka en sus brazos y llenarlo de cariño, no era una persona afectivo ni mucho menos detallista pero el pelirosa provocaba nuevas cosas en él y si el dragón era feliz, él también lo era.
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Cytka Niraj
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Post by Cytka Niraj on Jun 11, 2017 7:28:49 GMT
El kirin no era de las personas que se acercaba a la gente solo porque sí, pues era respetuoso del espacio ajeno, pero entre los transeúntes pudo notar una flor muy particular en una maceta muy particular y eso petrificó al joven en su lugar como si hubiera visto un fantasma. Sus ojos se abrieron en sorpresa ¿Lotos tan lejos de los cuerpos de agua? Era algo que le sorprendía y deseaba saber de dónde había provenido tal flor. No reconoció al pelirrubio de inmediato, pues lo había visto de espalda. Considerándolo como un extraño se le acercó lentamente por detrás.-"D-Disculpe..."-hablo con tono bajo y algo apenado, con la vista fija en aquella maceta y moviéndose poco a poco para ponerse de frente al joven -"¿Puedo preguntarle dónde compro esa flor? E-Es que no son muy comunes por a-"- mientras hablaba fue poco a poco levantando la mirada, vaya fue su sorpresa al encontrarse aquellos ojos tan conocidos al final. Sintió que se quedo sin aliento cuando dio un suspiro de sorpresa y que sus mejillas estaban calientes por el rubor. No esperaba que fuera Zadquiel, se supone que lo vería en un par de horas claro que no estaba preparado.-"¡Z-ZADQUIEL!"-exclamó con sus ojos rosas iluminados notoriamente, se abalanzó hacia el sin dudarlo y sin soltar sus bolsas de compras, apretándolo fuertemente por haberle extrañado tanto. Aquel abrazo era más bien un sandwich con bolsas y una maceta bien apretadas en medio de dos panes humanos, Cytka apenas alcanzó a colocar su cabeza en el pecho del pelirrubio para escuchar sus latidos. No era el mejor abrazo del mundo pero el kirin era feliz. Cuando una pizca de realidad pudo llegar a su mente se apartó de él-"¿P-Pero q-que haces aquí? S-Se supone que te vería en unas dos horas más"-miro al joven de arriba a abajo, como si su presencia ahí fuera algo imposible. <<Ay dioses no voy a alcanzar a limpiar, tengo la casa patas arriba, aún no he preparado la comida, ¿debería haberme arreglado más? ¿y si olvido nuestra reunión y ahora lo estoy hostigando?>> muchos pensamientos y cosas por hacer se revolvían y se reajustaban dentro de su plan mental, se sintió tan abrumado que se sostuvo la frente con una mano como si le estuviera dando fiebre. -"uggh..."-sacudió la cabeza para deshacerse de todo ese tren de dudas, mirando a Zadquiel para buscar un poco de tranquilidad en sus ojos. -"N-No pasa nada, me alegra mucho v-verte de nuevo..."-dedico una sonrisa tranquila pero dulce a su pareja, aún no estaba del todo acostumbrado a la idea de que aquel arconte era su pareja, así que no tenía idea de cuál era el modo correcto de hablarle o comportase. Ya un poco con la mente fría desvío su atención a la maceta en sus manos.-"Para...¿Para qué es ese loto?"-dijo señalando a la flor mencionada.
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Post by Zadquiel Leyre on Jun 13, 2017 1:40:37 GMT
Caminaba sin prisa por las calles cuándo sintió que alguien le llamaba y giró sin esperarse encontrar a un Cytka avergonzado frente a él, aunque este aún ni lo notará. Abrió sus ojos en grandes, sintiendo que la respiración se le cortaba, acompañada de una opresión en el pecho por la sorpresa de encontrarse al Kirin sin ni siquiera imaginarlo, en ese mismo momento el pelirosa cayó en cuenta de su presencia y exclamó su nombre a la vez que lo apretujeaba contra si en una especie de abrazo extraño, él aún no reaccionaba. El otro se alejó pareciendo algo aturdido por el momento, haciendo que el Arconte se preocupara cuando tomó su frente como si estuviera mareado, pero a continuación le dedico una de esas sonrisas que siempre lograban tranquilizarlo. Antes de contestar las preguntas de su pareja, corrió su mirada detenidamente por el cuerpo del contrario. El Kirin sacaba a relucir su belleza de una manera casi imperceptible, normalmente era hermoso a sus ojos y ahora no era la excepción, por lo que no se contuvo y sostuvo la maceta a un lado para poder aproximarse al otro. No era de muestras de afecto en público, pero la imagen frente a él lo tenía embelezado. Se acercó a la frente del pelirosa, posando sus labios un tiempo en esta, antes de separarse y sonreirle con cariño. - Estás hermoso. - Comentó casi por descuido. Siguió mirando a Cytka un tiempo hasta que empezó a recordar las preguntas anteriormente dichas - Estaba comprando unas cosas...- Hablaba al mismo tiempo que colocaba su propia mano en la frente contraria, comprobando que su pareja no estuviera enferma o algo por el estilo, ya que su reacción anterior le había dado esa sensación. En la última palabra recién recobró el sentido y su mirada viajó con temor hasta la maceta a un costado, el regalo ya no sería tan sorpresa y tampoco se lo daría en el lugar adecuado pero no importaba, mientras que a Cytka le gustara. - Esto es para ti.- Tomó al objeto en sus dos manos y extendiendosela al más bajo para que pudiera verlo mejor. .
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Cytka Niraj
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Post by Cytka Niraj on Jun 13, 2017 3:21:06 GMT
Las palabras dulces de zadquiel le tomaron por sorpresa como no se tiene una idea. Es verdad que se arregló para él, pero que le reconociera su belleza de aquel modo tan inesperado era demasiado para su pobre corazón. No ayudaba nada aquel dulce beso en la frente que solo hizo que se estremeciera. Cuando se apartó de él, miro al suelo apenado. Trato de revolverse el cabello pero olvidaba que lo tenía recogido así que solo se limitó a sobarse la nuca-“G-Gracias…s-significa mucho”-hablo en un tono bajo pero dulce.-“¿Cosas? Pero dije que yo iba a cocinar, conseguí de todo porque no estaba seguro de que te gustaría”-levanto un poco sus bolsas para que las mirara. Cuando escucho lo de aquella flor se quedó perplejo, miro a Zadquiel con los ojos bien abiertos-“…¿Qué?…”-pregunto con mucha pena en un hilo de voz, en verdad no se creía que aquella maceta era para él. Extendió la mano para acariciar los pétalos con delicadeza, como si quisiera darse cuenta que aquella flor era real. –“P-Pero y-yo…y-yo no tengo nada para ti…dioses, y-yo…”-se apresuró a decir, trato de tomar la maceta pero al sentir el peso de esta mejor no lo intento, si la tomaba con la poca fuerza que tenía podría caerse y no quería eso. ¿Qué tenía que hacer? Estaba demasiado perplejo y sin habla, así que recurrió a lo que siempre parecía funcionar desde que conoció a zadquiel: decir lo que sentía –“Me encanta...es bellísima”-su sonrisa comenzó a hacerse más grande poco a poco, para encontrar la mirada nuevamente del arconte. Se empezó a acercar a él, tomándolo de las mejillas para que su cara estuviera a su altura y plantándole un suave beso en una mejilla. No estaba del todo confiado para besarlo en los labios, pero de haberlo estado lo haría sin duda. La flor le recordaba tanto a su hogar y a su familia, por ello le provocaba tanto sentimiento, además de que era un regalo del arconte para el eso la hacía el doble de especial. –“Muchas gracias…Me asegurare de darte algo también p-pronto…”-le reafirmo antes de separarse del joven.-“Ya que nos encontramos, caminemos a casa”-dijo algo entusiasmado y mucho más calmado, caminando un poco para que el pelirrubio le siguiera.
(OOC: LAS IMAGENES ME MATARON demasiado hermosas)
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Post by Zadquiel Leyre on Jun 13, 2017 21:08:06 GMT
Aceptó gustoso la pequeña muestra de afecto y empezó a caminar al lado de Cytla tranquilamente, al parecer el Kirin llamaba mucho la atención porque era notable las distintas miradas que se posaban en la figura del dragón, y algunas ni siquiera disimulaban. No es que fuera posesivo ni celoso, no claro que no; solo quería cubrir al más bajo para que nadie pudiera verlo además de él. Eso provocó que quisiera rodear a Cytka con sus brazos o al menos cargar sus bolsas, pero la maceta se lo impedía así que solamente caminó a su lado un poco más apegado. - Pensé que tardarías más tiempo en acomodar tu casa...- Explicó distraído mirando por donde caminaban, en caso de que volviera a visitar a su pareja, claro si este volvía a invitarlo. Sentía curiosidad de como sería y conociendo a Cytka, su hogar tendría un toque hogareño. - Aunque siendo sincero, empezaba a extrañarte así que es mejor así.- Se encogió de hombros y soltó ese comentario como si fuera lo más normal del mundo, el secreto era que cuándo el Arconte se comprometía con alguien, llegaba a ser dulce y hasta incluso cabarelloso, pero nunca se percaraba ese detalle y los comentarios salían con naturaleza. - ¿Qué piensas cocinar? - Pregunto entusiasmado por la idea de ayudar a Cytka a cocinar y por almorzar juntos, definitivamente parecía una niñita enamorada. - Quizás podría ayudarte.- Al mirarlo sonrió encantador. Las prendas que traía el Kirin y su cabello recogido lo tenían embobado, pensando en lo suertudo que era al estar con el pelirosa. - ¿Tenías calor? - Movió sus cejas de arriba a abajo con una sonrisa pícara, haciendo alusión a los hombros descubiertos de su pareja. - Es una lastima, yo ni siquiera tuve tiempo de peinarme... Pero no estoy tan mal cierto? - No creía verse tan desalineado, a pesar de que su cabello era una jungla y su vestimenta se ajustaba a su marcado cuerpo, pero prefería escuchar la opinión de Cytka. Ooc: GRACIAAAS El de Cytka también uwu
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Cytka Niraj
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Post by Cytka Niraj on Jun 14, 2017 5:11:28 GMT
El kirin caminaba igualmente de manera tranquila, con cierto paso elegante al andar pero sobre todo cerca de su acompañante. El no notaba las miradas ajenas, estaba demasiado concentrado en escuchar y mirar a Zadquiel, tenía aquella sonrisa ligera en el rostro tan característica en el.-"Normalmente me hubiera tardado una eternidad, pero me esforcé para acomodar todo. Terminaba exhausto todos los días, por eso no te contacte antes"-explico con cierto tono de orgullo, en verdad se había esforzado y por lo menos se lo reconocía un poco. Escuchar que el arconte le había extrañado lo puso a sonreír torpemente, todo eso para él era emocionante, el que alguien le extrañase y el extrañar a alguien. De verdad disfrutaba esto de estar enamorado-"P-Por lo mismo trate de apurarme, quería que vinieras a verla lo más pronto posible"-miro al suelo de nuevo, al no poder revolverse el cabello prefirió mover los dedos de forma nerviosa. Aunque no lo parecía Cytka era muy ansioso la mayoría del tiempo, y mucho más ahora que Zadquiel se había convertido en una persona tan importante para él y que lo tenía tan cerca. Ante la cuestión sobre si iba a cocinar le dedico una mirada decidida y una sonrisa algo picara-"Planeaba cocinar un poco de cordero, n-no es muy difícil pero apreciaría mucho tu ayuda. Sería lindo"-inconscientemente poso una de sus manos en el antebrazo del pelirrubio, como una forma de decir que apreciaba su ayuda, devolviéndole la sonrisa igualmente y riendo ligeramente. ¿Dónde había quedado el arconte de Shangri lax, tenso y serio? El kirin se sentía ciertamente especial por haber descubierto aquella faceta del pelirrubio. La pregunta sobre si tenía calor le desconcertó un poco, lo que provoco que ladeara la cabeza -"¿Huh? ¿Porque lo dices?"- siguiendo la mirada del contrario dedujo que hablaba por su aspecto-"A-Ah N-No, no es porque tuviera calor. Me gusta usar este tipo de ropa, es c-cómoda y p-pensé que...mi cabello se vería menos desaliñado si lo recogía..."- se apresuró a decir, no quería admitir del todo que su cambio de imagen era debido a él, no estaba seguro de cómo lo tomaría Zadquiel por eso mejor se escudó con una excusa. Escuchar a zadquiel hablar sobre su aspecto le extraño, se apresuró para reafirmarle que no se veía mal-"C-Claro que no, te ves..."- fue ese el momento en que cayó en cuenta como lucia su pareja, su corazón comenzó a latir fuertemente y no pudo ocultar el rubor en su rostro. Aquella ropa tan ceñida al cuerpo le provocaba, le hacía recordar aquel momento en la cascada. De verdad le gustaba como lucia, se quedó viendo un poco más a su compañero antes de responderle –“...M-Muy bien"-fue lo que atino a decir igualmente apenado, manteniendo su mano en el antebrazo de su pareja sin soltarlo.
-"Ven, es por aquí"-Comenzó a guiarlo por un callejón lleno de enredaderas, empezando a alejarse de la zona residencial principal. No tardaron mucho en estar rodeados de bosque y arbustos, siguiendo un camino de tierra cubierto de césped. Después de seguir caminando por lo que aparentaba ser una ruta no muy clara el peliblanco se detuvo al llegar a un claro despejado-"Aquí es"-declaro por fin, señalando la vivienda en el centro de aquel claro. Tenía un estilo japonés antiguo, no era una gran mansión pero tampoco era una casa pequeña ni sencilla. A su alrededor había muchas plantas coloridas que la ocultaban un poco de la vista, rodeada igualmente de un pequeño arroyo que se podía cruzar con un puente sencillo.-“Sé que queda algo lejos, pero es lo más parecido a mi hogar…por eso me gusta mucho”-dijo por fin con cierto toque de nostalgia en sus palabras, desde la primera vez que vio la casa sabía que era la que quería. Estaba apartada de todo el bullicio de la ciudad y a su vista era segura: justo como el bosque de las hadas. Además aquel semblante japonés le conectaba mucho a sus raíces. Lo guio sobre el puente, entre las flores hasta la puerta que abrió cortésmente. –“Pasa, siéntete en tu casa”-
El interior de la casa era fresco con las ventanas abiertas. Todo estaba bien iluminado tanto por la luz exterior como varias lámparas tenues, había una cocina sencilla, una sala bastante amplia con una mesita y varios sillones, y un corredor que daba a otros 3 cuartos. Lo que más destacaba entre todo eran los preciosos adornos florales. Los había en toda la casa: mesas, repisas, el techo, ningún lugar estaba a salvo de las macetas coloridas. Algunas desentonaban un poco por la bizarra mezcla de colores, además de que varias parecían desbordarse de sus contenedores pero a Cytka solo le importaba que recibieran suficiente luz para estar sanas. El peliblanco se apresuró a la cocina con paso rapido, casi aventando las bolsas para por fin descansar de su peso. –“¿Qué te parece?”-dijo por fin, esperando la opinión de su pareja
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Post by Zadquiel Leyre on Jun 14, 2017 12:50:31 GMT
El lugar donde se encontraba la vivienda del Kirin era hermoso, apartado y tranquilo, rodeado de un paisaje extenso. El aire que se respiraba era puro y estaba acompañado por el aroma del ambiente. Caminó con dificultad por el camino de tierra, mirando la distintas vegetación y flora, admirando em paisaje junto con el riachuelo, maravillado por la cantidad de colores y la sensación pacífica que emanaba de solo estar allí. La casa era incluso mejor, pequeña, iluminada y acogedora; perfecto para el dragón. El estilo japonés de la estructura y la decoración fue lo que más le fascinó, ya que el también mantenía lazos con la cultura asiática de parte de sus abuelos. Podría decir que dentro de la casa también había un bosque, debido a tantos arreglos florales y las puertas conectadas con la naturaleza, le recordaban a esas cabañas solitarias pero bien cuidadas en menos de la nada, rodeada de sólo naturaleza, tanto que parecía fundirse en ella.
- Vaya... Es hermoso - Pronunció distraido mirando el diseño del techo y el suelo. - Si que sabes elegir bien el lugar. Tienes razón, es casi como estar en el bosque. - Admitió exagerando un poco, pero realmente el lugar se asemejaba bastante. El Arconte no era mucho de quedarse en su hogar, porque este era muy solitario y frío, por eso mayormente pasaba los días en distintas lugares sin preocuparse por el tiempo, era el lado positivo de tener alas y trasladarse a cualquier lugar considerablemente rápido. Por esa razón, estaba tan familiarizado con el aire libre y cabañas pequeñas, debido a que pasaba más tiempo explorando que en su propia residencia. - Oye, ¿dónde dejo esto? - Preguntó por la maceta que aún sostenía, que hasta ahora no había notado el dolor en sus brazos por cargarla tanto tiempo. Imaginó que era insignificante regalarle una flor con tantas que habitaban en el mismo ambiente, a pesar de haberla comprado inicialmente teniendo en cuenta los gustos del contrario. El pensamiento de que la próxima tendría que conseguir una flor nunca antes vista para su pareja, le hizo reír disimuladamente.
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Cytka Niraj
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Post by Cytka Niraj on Jun 14, 2017 23:12:23 GMT
-“Me alegra mucho el que te guste”-le expreso con alegría en su tono, una corriente de alivio recorrió todo su ser pues en verdad esperaba la aprobación de aquella persona tan importante para él. Dejo atrás la cocina para poder estar cerca de Zadquiel de nuevo, mirándolo atentamente mientras hablaba-“De hecho mi antiguo maestro de medicina me facilito el lugar…el conoce mis gustos supongo”-se balanceaba un poco sobre su lugar, siguiendo la vista de Zadquiel que recorría la casa. Cytka ya no estaba del todo nervioso, aquel ambiente familiar le daba un poco más de confianza y seguridad, algo que no se daba mientras estaba allá afuera en mirovia. Cuando Zadquiel pregunto sobre donde colocar la flor el kirin se apuró a tratar de tomarla-“¡Oh!, permíteme”-con algo de esfuerzo pudo sostenerla sin que se le cayera, miraba de lado a lado algo desesperado buscando un buen sitio. Camino rápidamente con un paso algo cómico hasta la mesita de la sala-“La voy a poneeeeer…aquí. Para poder verla siempre”-la deposito con cuidado, suspirando cuando pudo descansar de su peso. Le daba pena ser débil, pero al menos tenía otras virtudes como su habilidad para curar a los demás.-“Podemos comenzar a cocinar si gustas…o si quieres descansar también sería perfecto...lo que gustes hacer primero”-volvió hacia Zadquiel, mirándolo atentamente esperando su decisión
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Post by Zadquiel Leyre on Jun 15, 2017 1:09:44 GMT
Cytka se tambaleó por el peso del objeto y él se apresuró hasta llegar a su lado, pero el otro ya había recobrado la compostura situando la maceta en la mesa de la sala. - Sabes podría haberlo hecho yo.- Dijo sonriendo enternecido por el esfuerzo del Kirin. Estiró un poco sus músculos de la espalda, levantando sus brazos para desesperezarse. - No hay problema, podemos empezar ahora.- Habló al mismo tiempo que se aproximaba a Cytka para robarle un pequeño besito y al final volver hacia la cocina, esperando las instrucciones para cocinar. - Estoy a tus órdenes. - Expresó de buen humor por la situación, esperando las indicaciones del animalito.
Ooc: Es poquito pero es porque no sabe cocinar y espera que Cytka le diga que hacer xD
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Cytka Niraj
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Post by Cytka Niraj on Jun 15, 2017 20:20:42 GMT
El beso le tomó de sorpresa pero no le desagrado, todo lo contario, tuvo que ocultar su cara con las manos para retomar la compostura y entender mejor la situación. Ahora tenía pareja y estaba en su casa, tenía que dar la mejor impresión de la vida costará lo que costará, o al menos así lo veía él. Camino a la cocina para encontrarse con Zadquiel-"¿A m-mis órdenes dices? Tentador...”-quiso seguir el humor con el que parecía comportarse su pareja, aunque ya dándose cuenta de lo que dijo volvieron los colores a su rostro –“A-Aaah…O-Olvida que dije eso"-respondió algo apenado, buscando instintivamente darle un abrazo a Zadquiel para ocultar su rostro, sentir el calor de alguien más liberaba su ansiedad fácilmente, siendo solo efectivo si era Zadquiel quien le abrazaba. Se apartó un poco para mirar al arconte y sonreírle con dulzura-"Eres mi invitado así que yo me encargo de lo más pesado"-le indico con alegría mientras sacaba las cosas de las bolsas, si del kirin dependiera se encargaría de todo para que su pareja descansase, pero el pelirrubio había demostrado un entusiasmo por cocinar juntos que le conmovió. De uno de los cajones saco una olla de metal llena de papas, al igual que la maceta esta era pesada lo que provocaba un andar rápido de Cytka para colocarla cuando antes en la mesa.-"Estas papas ya están cocidas, solo e-em hazlas puré y le hechas condimentos...también lava todo esto y después lo cortas"-colocó una lechuga, tomate, zanahoria y unos frascos con los condimentos para el puré, además de indicarle con la mano una olla con agua apartada. Trataba de darle lo más simple a Zadquiel, no conocía sus habilidades para cocinar y no quería abrumarlo con muchas cosas que hacer, eso no sería cortes de su parte.-"¿Qué más? Hmm..."-miraba aquella pila de verduras pensativo. Chasqueo ligeramente los dedos cuando recordó el detalle más importante-“¡Claro! ¿Si puedes calentar agua para el té?”-señalo hacia una estufa rudimentaria con fuego ardiendo debajo.-“Todos los utensilios están ahí arriba, si no encuentras algo yo te ayudo”-señalo finalmente a una repisa elevada en la pared. Cuando Cytka termino su explicación no pudo evitar dar algunos saltitos por la emoción que lo invadía, miraba al contrario con una cara digna de un joven enamorado -"Yo me encargo de la carne, ¡Entonces manos a la obra!”-exclamo como si fueran a ir a la guerra, a veces Cytka exageraba un poco pero podía darse el lujo de ser así con él. Dicho esto se apartó a otra parte de la cocina para comenzar a cortar la carne.
(OOC: Como cuando uno no sabe cocinar pero google llega al rescate :,D)
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Post by Zadquiel Leyre on Jun 16, 2017 2:47:33 GMT
Sonrió con ternura por el entusiasmo visible del Kirin, era tan adorable. Escucho atentamente todas las explicaciones, asistiendo concentrado en las tareas que le tocaban, las cuáles parecían relativamente fáciles. - ¡Fuerza! - Exclamó siguiendole el juego a su pareja, a la vez que levantaba su puño a la altura de su pecho para enfatizar en la intención de bromear junto al dragón. Buscó los utenzillos que necesitaria y lo primero que hizo fue aplastar las papas, lo que le tomo un considerable tiempo ya que no deseaba que quedará ningún grumo, un defecto de él era ser perfeccionista. Tan sumido estaba en la simple tarea que no había hablado hasta en ningún momento, aunque no hacia mucho falta ya que el silencio no era para nada cómodo. Después de pisar bien las papas y cerciorarse una vez más de que la hubiera hecho bien, empezó con los condimentos. Era muy precavido con cada especia que echaba dentro de la olla para después empezar a mezclar y finalmente probarla alcanzando un buen poco a su boca, no estaba mal aunque si se sentía algo salado... Quizás podría pasar desapercibido, no? Se dispuso a lavar las verduras faltantes, pasando por el lugar en donde se encontraba Cytka, tomandolo de la cintura para no chocarlo y en parte porque quería tocarlo un poco. Lavo las verduras y las llevo de nuevo al lugar inicial, para empezar a picarlas en una tabla ya preparada en la cocina. Al terminar las hizo a un lado y frunció el ceño por la deformidad del corte en las verduras, pensó en su abuela quien nunca le permitía poner un pie en la cocina. - Ahora entiendo porque mi abuela no me permitía entrar el la cocina...- Se encogió de hombros y se dirigío para empezar a calentar el agua para el té. - ¿Quién te enseñó a cocinar? - Preguntó por curiosidad y porque el Kirin parecía ser muy habilidoso en esa área.
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Cytka Niraj
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Post by Cytka Niraj on Jun 17, 2017 7:48:08 GMT
Que el arconte le siguiera el juego en serio le motivo, mientras trabajaba en su estación mantenía una sonrisa decidida y confiada. Comenzó por prender fuego a otra estufa rudimentaria, colocando sobre ella una especie de bandeja honda en el cual agrego la carne. Vertió un buen chorro de aceite encima que lleno el ambiente con un sonido fuerte al quemarse, al igual que unas cucharadas de miel y fragmentos de algunas especias. El kirin revolvía todo con una cuchara y aunque la carne salpicaba un poco él no se inmutaba, siempre permanecía aquella sonrisa delicada y tierna mientras estaba concentrado en su labor. Zadquiel podría estar callado, pero Cytka era todo lo contrario. Murmuraba cosas inentendibles regularmente, era probable que se repitiera a si mismo los pasos para la elaboración de la carne a medida que los hacía. Además tarareaba fragmentos de canciones con dulzura, a veces despacio, a veces subía de intensidad, cambiando regularmente de canción sin completarlas nunca. –“…Yo soy la voz en el viento, en la lluvia al caer ~ …"-empezó con cierto tono rápido, quedándose callado un poco-"...Sin embargo las aguas nunca cambian, fluyendo como el tiempo ~…”- continuó con otra canción y una melodía más suave, seguida por otro tiempo de silencio y murmullo antes de seguir -"...esta vez, todo es diferente. Veo en ti la luz..."-canto esa parte justo cuando sintió las manos del arconte en su cintura, colocando una de las suyas sobre las de él, queriéndolo sentir igualmente un poco el calor de su pareja. Cuando este se alejó le recordó que no estaba del todo solo, por lo que se ruborizó ligeramente, tallándose las mejillas tratando de ocultarlo. Al escuchar a Zadquiel hablar se acercó a ver cuál era el problema, sonriendo ligeramente al ver las verduras -"No están nada mal, en verdad"- tomo la zanahoria cortada para agregársela a la carne y acercó unos platos regulares para poner la lechuga y el tomate en ellos-"¿No tienes práctica en la cocina? Entonces t-tal vez puedas venir a ayudarme más seguido...sólo se cosas básicas, p-pero si quieres podría enseñarte con gusto..."-comentó algo nervioso, realmente era una excusa más para seguirlo viendo. Notando la pregunta tuvo que hacer memoria -“Mi padre. El prefería que mamá se encargará del té en vez de la cocina...me comenzó a enseñar formalmente a los...¿60? Más o menos..."-respondió al ir sacando vasos de los cajones, acomodando ya lo necesario para comer.-"Recuerdo que antes de que me enseñara trate de preparar huevos revueltos. Me levante temprano para cocinarlos ¡quedaron horribles!"-soltó una pequeña carcajada ante el recuerdo-"Pero no me lo dijeron en ese entonces, solo se los comieron. Creo que aún recuerdo la expresión en sus...rostros"-fue bajando la intensidad de sus palabras, quedándose callado e inexpresivo un rato mientras revolvía un poco más la carne que ya casi estaba lista-"En fin...¿C-Como vas? ¿Necesitas ayuda?"-volvió a su tono de siempre, acercándose a Zadquiel, cosa que aprovechó para abrazarle suavemente por detrás -"Cuando esté lista solo hay que servirla y poner las bolsas de té...conseguí de cereza para ti"-hundió su rostro ligeramente en la parte del pelirrubio donde el cuello se conecta con el hombro, el lugar preferido que extrañaba.
(OOC: disculpa la tardanza ;v;)
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Post by Zadquiel Leyre on Jun 18, 2017 15:50:32 GMT
Era agradable oír a Cytka murmurar o cantar canciones distraído mientras cocinaba, le daba cierto aire acogedor y cálido al momento, era una de las tantas virtudes que veía en el Kirin. Cuándo comentó sobre ayudarlo a aprender a cocinar le parecía una buena idea porque podría pasar mas tiempo junto a Cytka y también podría cocinarle al otro para demostrarle el cariño que le tenía, aunque no estaba seguro de sus habilidades culinarias, pero el intento lo valía y sería más fácil aprender con la ayuda del Kirin. Un pedazo de zanahoria había quedado en la mesa, por lo que la mordiqueaba a la vez que el otro respondía su pregunta. Estaba sonriendo por lo que contaba su pareja, hasta que volvió a notar ese ligero cambio en el ambiente y el rostro contrario. Antes había visto ese cambio radical en su pareja, pero nunca encontraba el momento adecuado para tantear esa situación. Aceptó el abrazo del otro colocando sus manos en el agarre apretando firmemente, tratando de darle fuerzas sin que supiera la razón o aunque el dragón volviera a sonreir, el seguía queriendo reconfortarlo por un instinto protector. - Estoy bien, cariño. - Tomó una de las manos del pelirosa y la llevo hasta sus labios, para depositar un pequeño y rápido beso sobre ella, recargando su cabeza hacia un costado, buscando mayor contacto entre ambos cuerpos. - ¿De tu padre aprendiste a cocinar y de tu madre a cantar? - Rió en voz baja y ronca, no levantando su tono de voz para no romper la tranquilidad formada entre ellos. Viró su cuerpo para quedar frente al del contrario y sonreirle dulce al mismo tiempo que acunaba las mejillas rosas del dragón - ¿No hay nada más que hacer?- Movió sus manos de lado a lado, jugando con el rostro del otro para ver sus expresiones mientras lo hacia. A veces solía ser infantil pero lo que más disfrutaba era picar al pelirosa porque le encantaban sus expresiones, de hecho todo en Cytka le encantaba. - ¿Qué vamos a beber, bonito? - Sonrió con malicia mientras levantaba sus cejas en un gesto subjetivo. - Espero que no quieras embriagarte en la segunda cita...- Encarnó sus cejas bromeando, algo común en él - Debería fijarme en la carne - acarició su mejilla suavemente y lo soltó su agarre. Ooc: No importa, no te preocupes
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Cytka Niraj
Junior Member
Yo doy hasta lo último de mí por los que amo
Posts: 93
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Post by Cytka Niraj on Jun 19, 2017 4:07:44 GMT
El cuerpo del kirin reacciono estremeciéndose ante las dulces muestras de afecto del contrario, todo aquello era abrumador y encantador a la vez, apenas se estaba acostumbrando pero como le fascinaba aquel cariño y cercanía.-“Y-Yo no sé cantar”-declaro mirándolo fijamente ahora que lo tenía de frente. Dándose cuenta de la escena en la que se encontraba no pudo evitar sonreír con dulzura, su pareja lucia radiante y le trataba con tanto cariño, era mucho mejor de lo que había imaginado que sería estar con alguien. El tacto de Zadquiel en sus mejillas las volvió más coloradas y aquel movimiento juguetón le provoco ternura, Cytka se acostumbraba a aquellos mimos. Inflaba los cachetes y sacaba un poco la lengua para tratar de aparentar disgusto, aunque sin mucho éxito porque terminaba riéndose dulcemente. –“!O-Oye! N-No, ya es todo, en cuanto termines de apachurrar mi cara t-te serviré con gusto”-decía divertido mientras rodeaba el cuello de Zadquiel con sus brazos para tenerlo un poco más cerca. Su pelo se esponjo notablemente al escuchar la palabra bonito dirigida hacia el –“Y-Yo no acustumbro a beber, s-si me hubieras dicho que te gustaban esas cosas te hubiera conseguido una botella”-sugirió pensando que hablaba en serio, antes de notar que bromeaba. Cuando lo noto le sonrió igualmente-“En otra ocasión tal vez tengas más suerte, encanto~”-hablo en tono algo coqueto dando un ligero toque en la nariz del contrario, remarcando la palabra suerte esperando que el pelirrubio entendiera la referencia. Cuando este se despegó del contacto se apresuró hacia donde estaba la carne, tratando de bloquear el paso a Zadquiel con los brazos extendidos–“No,no,no permíteme, tu siéntate y relájate que yo me encargo”-lo tomo de los hombros con delicadeza para conducirlo hasta la silla correspondiente, volviendo a la cocina para sacar la carne del fuego. Preparo dos platos donde coloco en cada uno la carne por un lado y las verduras que su pareja había picado junto con el puré de papa del otro lado, agregando algunas especias más para decorar. Con ambos platillos en las manos se encamino a la mesa para servirlos, junto con un par de cuchillos y tenedores de metal.-“Para ti, cordero con miel…”- hablo con suavidad antes de volver a la cocina para traer la jarra de te rosa y vasos, que lleno y coloco a su lado –“…y te de cereza, espero lo disfrutes. Gracias por la ayuda, en verdad”-le dio un suave beso en la mejilla como agradecimiento antes de tomar asiento frente a su pareja.-"Cuentame, ¿Que has hecho estos dias?"-trato de crear conversacion antes de degustar su comida
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