Nothing to worry about {Privado} {Zaniah - Santoris}

El tacto de Zaniah sobre su herida era suave y delicado, dolía pero comparado al momento exacto en el que la quemadura se hizo eso no era nada. Tantos sucesos y en tan poco tiempo, aquel día que pintaba ser uno más del montón terminó en algo bastante interesante. Entre sus planes de diversión no se encontraba dañar su propio cuerpo por ningún motivo, pero tenía que ser sincero y si debía repetir lo ocurrido ese día lo haría con gusto.


Negó lentamente moviendo su cabeza de un lado a otro mientras posaba una de sus grandes manos sobre el hombro de la chica –Se nota que no sabes nada acerca de los vástagos jovencita- aquel error no se iba a cometer dos veces, quizás ella no había escuchado su réplica cuando Abdon tuvo la misma idea y si bien era frustrante repetirlo, tendría algo de consideración con la dama.


-Contrario a otras razas de arcanos, el cuerpo de los vástagos funciona de diferente manera- se levantó de la cama y comenzó caminar por toda la habitación –Solo dejemos que el pasar del tiempo actué sobre esta herida- se detuvo frente a una gran ventana dejando correr a un lado las cortinas y fijando su mirada en la lúgubre y privilegiada vista que tenía de Reapergate

Aunque inmerso entre la fresca brisa que se colaba por aquella ventana y la bella vista panorámica que tenía enfrente, podía escuchar el revólver de las sabanas y como el cuerpo de la chica se movía por la superficie de la cama justo detrás de él. Dio un rápido vistazo solo para asegurarse de que todo estaba bien y fue sorprendido por la figura reveladora de la arconte. Los segundos pasaban y como si fuera la cosa más natural del mundo, Izark no desvió su mirada en ningún momento, ni tampoco perdió su semblante serio.


Viendo las dificultades que Zaniah tenía al moverse e importándole muy poco sus réplicas, el vástago se acercó hasta ella con pasos lentos pero firmes, ofreciéndole su brazo como apoyo en cuanto estuvo lo suficientemente cerca –Eres mi invitada, ¿Qué clase de anfitrión sería si no cuido de ti en este estado?- Abrió el cuarto de baño justo a unos pasos de la cama y regresó a ella.

Dejando a la joven en el cuarto de baño, Izark se apresuró hasta su ropero buscando algún tipo de prenda la cual ella pudiera usar. La gran mayoría de prendas con las que el vástago contaba eran ostentosas y oscuras, por lo que se demoró un par de minutos en hallar algo de acuerdo a la medida de Zaniah. Todo lo que pudo encontrar fue una vieja bata de tela gruesa que fácilmente le cubriría los pies a la pequeña arcana, pero al menos seria de ayuda para combatir el frío de la noche.

Ya con la prenda en mano y esperando pacientemente justo al lado del baño, volvió a ayudar a la chica regresándola a la cama –Dejó de ser un problema en cuanto asesine a esos ladrones- le mostró la prenda a los ojos y la dejo a un lado de la cama –Espero que esos detalles se pierdan en su memoria- no quería tener que dar explicaciones de más a las autoridades correspondientes –Tiene suerte que yo no duerma mucho- musitó una pequeña risa sentándose de nueva cuenta en una silla cercana.

Suspiro ligeramente ante la pregunta por parte de la arconte -Cazando- dijo mientras mantenía sus brazos cruzados y, después de varios segundo de mirar el vacío infinito frente a él, se dignó a corresponderle la mirada la Zaniah con media sonrisa -Tengo mi propia reserva, pero no es lo mismo- trago saliva y con la boca cerrada comenzo a acariciar sus colmillos con su lengua -Hay algo especial en tomar la sangre directamente de un cuerpo en agonía- por un momento creyó sentir sed, una muy intensa y dolorosa sed que le oprimía el pecho, pero era solo el recuerdo de los cadáveres del bosque que regresaban a su garganta.

-Deberías dormir- palmeó suavemente la frente de Zaniah con un par de dedos y mostrando una gran sonrisa. Sus ojos comenzaban a pesar y su cuerpo poco a poco le pedía reposo, pero era normal después de un día tan ajetreado como lo había sido aquel. 

Al percatarse que la arconte había caído en un profundo sueño decidió Salir de la habitación y pasar el resto de la noche en su oficina. Leyendo de nueva cuenta cientos de papeles cuyos datos conocía ya de memoria, apuntado una que otra cosa referente a los sucesos recientes.


Cerró los ojos apenas unos cuantos minutos a lo largo de la noche y en cuanto su vista se veía en completa obscuridad, miles de imágenes del pasado regresaban a atormentarlo de nueva cuenta. Algo agitado y un tanto perturbado, decidió no volver a cerrar los ojos en lo que restaba de la noche. Su reloj interno en conjunto con el ajetreo del exterior le indicaron que el día había llegado, dejo a un lado y en orden todo su papeleo tomando una pequeña botella de sangre que escondía en su escritorio, se puso en marcha hasta su habitación en donde había dejado a la arcana.


Cuando llego a la puerta, varias sirvientas esperaban afuera de esta. Izark toco varias veces y espero unos cuantos segundos antes de entrar –Buenos días- saludo cordial a la joven. Las mujeres entraron a la par de su amo y comenzaron a ordenar todo el lugar, la cama fue tendida y algunas manchas en el piso fueron limpiadas con rapidez, ignorando completamente la presencia de la arconte.

Siguió a la chica hasta el pasillo con los brazos escondidos en su espalda baja -Hace mucho que no tengo uno- dijo el vástago sin tomarle mayor importancia a su condición. -Espero que su estancia en la residencia Santori haya sido plena- bajó la cabeza, justo como el buen anfitrión que era, escolto a la dama hasta el recibidor, dando por hecho que tenía mejores cosas que hacer que seguir siendo una víctima en su castillo.

-Fue una noche interesante Zaniah- la pequeña botella que hasta ahora solo contaba con la mitad de su capacidad fue vaciada entre los labios del vástago y dejada a un lado por el mismo, justo sobre una pequeña mesa con una flor en medio -Espero volver a verte por aquí en el futuro- las puertas se abrieron en todo su esplendor, dejando entrar la fría brisa de Reapergate causando un eco tormentoso dentro de la mansión.