Razones de la Locura (Priv Skye - Khorial) (Cerrado)

Había pasado un largo tiempo, por fin su ceguedad se había marchado y dejado una Skye totalmente cuerda. Su cuerpo tenía ansias de volver a Khorial. ¿Cómo la habría pasado? ¿Se encontraba bien? Los nervios y la adrenalina estaba completamente en su cuerpo, no podía decir que no había ningún rastro de una muchacha totalmente tranquila y calmada. Hacia un par de días volvieron a hablar para quedar para cumplir su promesa, lo deseaba con ansias como una niña pequeña al recibir la flauta de su padre. Claro estaba que no se había olvidado de tomar dicha arma entre sus mandíbulas y nadar con ella resguardada entre sus fauces y sostenida por la lengua bípeda.

Su enorme cuerpo no detuvo mucho tiempo el movimiento de su cola. Dolía cuando ejercía un movimiento que no acostumbraba, logró hacer ciertas paradas para descansar y verificar como se encontraba. No era algo que se vaya a soltar, pero cuando el agua atravesaba le dolía lo suficiente para lograrle sacar unos quejidos dolorosos. Durante el lento y casi doloroso viaje, comenzaba a preguntarse cómo debía comer… Ella no solía usar ningún instrumento extra, sus manos y dientes eran los únicos que debían trabajar. Aunque nunca comía en su forma fated ya que vivía todos los días en su forma real, era algo habitual que no podría encajar muchas veces en el mundo un poco más "civilizado" que ella. Logró ubicarse, por fin estaba en la boca del Gran Lago, algunos peces coloridos se podían observar, no tardó en subir un poco su cuerpo conociendo que comenzaba a estrecharse logrando también que sea una profundidad que su cuerpo no soportaba.

Por fin había logrado llegar, antes de salir completamente del agua había dejado la espada fuera de su cuerpo para poder tomarlas con las manos luego. Aquel cuerpo enorme comenzó a achicarse lentamente tomando una compostura más humanoide. Las manos se apreciaban, mantenían el carácter gentil y delicado que siempre, una de estas poseía una pequeña marca oscura en el pliegue de la unión de su pulgar con la mano, similar a la que tenía en la aleta pectoral. Resto del cuello constaba de las mismas heridas aunque ahora su cuello tenía una especie de collar de líneas diagonales que se disparaban de cualquier parte del mismo. Lucían más oscuras ya que eran profundas a pesar de que tomaron una forma más superficial. Sin mas tardo se arrastró un poco sobre el pasto que nacía alrededor del lago y apareció con dicha espada en sus manos.

Al escuchar la voz de Khorial simplemente dejo escapar una risa divertida mientras se deslizaba sobre la tierra persiguiendo aquel olor tan "delicioso" que salía de una canasta.  - Pues hace mucho tiempo vimos un cielo casi parecido… - aquellas palabras sonaban tan tranquilas pero a la vez extrañamente tenía una angustia una tonada casi dolorosa. - Es un gusto verte Khorial… - comentó con un tono materno a pesar que no era madre de nadie… solo tomaba aquella postura por haber mal herido a alguien quien tenía aprecio y estaba aun preocupada por su salud física y mental después de todo lo sucedido.

No tardó en acercarse cada vez más aunque mantuvo una cierta distancia entre ellos. Aun no comprendía del todo porque lo había hecho, aunque esperaba que el ajeno tomara dicha espada de sus manos. Sonrió con cierto jubilo aunque tembló una de sus comisuras al notar aquel quejido, aun dudaba de que si había hecho bien alguno, no debía echarse hacia atrás. Asintió cuando observo como miraba la espada que tenía entre sus manos. Ante las escapadas del ajeno mantuvo la espada en una cueva de la superficie ya que temía que dicha herramienta se oxidará. Sabía con perfección que el agua era de cierta manera hostil contra los metales pero sabía que tardaba aquel proceso de oxidación mas no quería darla en un estado erróneo.

No tardó en dejar sus manos ligeras para que Khorial tomara dicha propiedad, sonrió de manera sutil al ver como volvía de cierta forma a su propietario. Se aproximo un poco más dejando escapar una risilla a lo mencionado. Aquella promesa, la estaban cumpliendo. El corazón le iba a mil sentía una gracia y calma al poder cumplir dicha promesa, por fin lo que había deseado no se rompió como una vez había ocurrido hace tiempo atrás. No podía dejar escapar una risa nuevamente al ver como estiraba la manta y decía tal comentario. - Pues mejor así, se podrá saborear mejor.- Se aproximó con cierta cautela por su alargada cola pesada, pesaba alguna toneladas por culpa de la misma y lograr mover la tela era algo sencillo. Simplemente dejo escapar un suspiro casi de angustia al ver dichos elementos que esperaba ver.

Cuando se acerco un poco más escuchando aquellas palabras dejo escapar una risa. - Sentarme, echarme… cualquier cosa - musitó divertida mientras los cuernos comenzaban a contraerse al punto de desaparecer y dejaba ver unas piernas desnudas o parte de esta por la tela marronada. Parecían tan delicadas, al punto que ambas estaban con unas horribles puntos en los tobillos. Antes de darle la oportunidad nuevamente a su cuerpo para usar sus pies apoyó una de las manos al suelo conociendo que el doblar de sus rodillas era torpe, y podría caer de frente a todo lo delicioso que se le presentaba. Jaló de la falda para poder acomodarse mejor. No estaba sentada como el chico más bien estaban ambos pies aun similando lo que haría su larga cola; ponerse del mismo lado acostados y una mano afirmada en el suelo para mantener un equilibrio. - Es raro usar las piernas nuevamente... pero se me hacen bonitas. - comentó dejando escapar una risa boba.No tardó en sentir mejor el aroma de la comida, olía de maravilla. Cuando vio dicho "platos" dejo escapar un suspiro. - Anda~ mira lo que has traído… Me siento algo mal por haberte casi obligado a cocinarme…. -

La mano libre acariciaba un poco el tobillo del mismo, las marcas profundas eran visibles, se podía ver con claridad que realmente fue una herida completamente profunda y dañina para su piel. No tardo en alzar la vista al escuchar aquellas palabras tan claras y divertidas del ajeno. La risa volvió a identificarse, no podía ocultarlo pero lo intento haciendo con su mano llevándola ahora a sus labios. No tardó en escucha un suspiro y la voz nuevamente mientras dejaba dichos manjares en su plato correspondiente. - Tienes razón…. Muchas gracias.- comentó mientras acercaba un poco el plato con dicha carne y algunas nuevos trozos de comida que desconocía. Decidió tímidamente tomar el primero que parecía fácil de tomar entre sus manos. La voz del muchacho volvió a resonar y simplemente dedico ciertas palabras la mujer.- Pues hay que probar…-

Una textura blanda suave, sus dedos inspeccionaron dicho pedazo para luego separar la masa y ver como esta se separaba suavemente como si se tratara de las nubes. No tardó en llevar un pedazo a su boca y masticar al principio con cierta delicadeza, averiguando que era. Tenía un sabor demasiado delicioso a pesar que era como una masa que se deshacía en su paladar antes de masticar. Dejo escapar un dulce suspiro ante este nueva comida, realmente estaba disfrutando demasiado que no veía las acciones ajenas aunque después de un tiempo de saborear el pan recordó que tenía dichos elementos frente a ella. La pregunta del millón ¿Cuál era el tenedor y cuál la cuchilla? Su vida marina la separaba completamente a conocer estas herramientas para no utilizar sus manos, vivió eternamente con su padre en las aguas así que vivió de una forma más natural, clásica. En simples palabras, formas cavernícolas.

Simplemente se dedico a observar a Khorial, mejor dicho sus manos ver como tomaba ambos elementos y como niña pequeña lo imitó para poder cortar un poco de la carne, aunque le abrió el interés la otra comida, así que, no tardo en clavar el instrumento con 4 picos en el hongo y llevarlo de una a su boca la cual esperaba abierta y así comerlo. No tardo en masticar, tenía otra textura, era más lisa y más dura que el anterior, el sabor era otra cosa completamente del pan. La comida tenía un sabor agradable, sus papilas gustativas comenzaban a recibir otros sabores distintos que nunca había alcanzado. Llevaba mucho tiempo comiendo las carnes de animales marinos como otra especies que desconocía completamente de otros sabores, fue sorprendente verse a ella misma comiendo con cierta gracia hasta que tuvo que cortar la carne. No era que no podía simplemente quería usar sus manos y dejar que su boca trabajara como hacía siempre mas no debía verse mal.

Tomó con fuerza el tenedor y el cuchillo (cosa que aun no comprendía del todo porque se habían inventado, pero que más le daba.) Al notar que no debía usar fuerza para cortar la carne, ya que el cuchillo se deslizaba con tal facilidad que trozó la carne. Pincho con dicho elemento contrario para llevar el pedazo a su mandíbula, que no tardo en dar ciertos mordiscos y que provocó que dejara escapar otro suspiro ante los sabores. Esta carne era distinta, estaba cocida a punto que no sangraba (no estaba acostumbrada a las carnes totalmente cocidas), no se enfoco mucho en eso sino al gusto que lograba que su boca llevará otra vez ambos utensilios para cortar otro pedazo que nuevamente se dirigió a la boca ajena. Era imposible que no dejara escapar suspiros embriagantes de su boca, disfrutaba de los distintos sabores que contenía la misma carne, sabía que no es únicamente cocinada. Tenía cierto sabor que lograba que las mejillas ajenas se tornaran rosadas. ¿Qué opciones había que Skye supiera que dicha comida llevaba aquel jarabe que desconocía y era llamado comúnmente vino? Ninguna, y su cuerpo era muy débil a este, logrando que comience a emborracharse sin saberlo. Sin espera alguna para cortar, agarró el cuchillo y lo clavó en la carne para elevarlo a la altura de sus labios y comenzar a dar mordiscos. Al escuchar dicha pregunta, tragó fuerte el pedazo de carne y comenzó a mover lentamente la mano aun con el cuchillo para contestarle con cierto hipo que apareció ante algunas mordidas. - ¿Qué crees tu~? Me duele la cola de la mordida, el cuello me la paso bien, es muy divertido.- un hipo se atravesó en su respuesta.- hace cosquillas~ - rió y dejo el cuchillo con la carne sobre el plato para luego golpearse varias veces en la cara.- Me siento mareada… - comentó haciendo cierto berrinche que lograba quitarla de su papel de mayor. Sacudió frenéticamente la cabeza.- A pesar de todo sabe muy bien la comida… -sonrió con cierta gracia. El vino hizo efecto pero debía mantenerse tranquila y dejar de dar bocados continuos por el efecto instantáneo.

La cabeza de la peliverde le daba vueltas, las mejillas estaban comenzando a tomar un color más suave ya que había dado un respiro, bueno varios, para tratar de mejorar su estado aunque iba a mantenerse un rato más así. Había bajado al vista y un poco la cabeza para enfocarse en algo estático, la carne lucía tan bien pero había surgido algo en ella que la mareó de golpe. Cuando escucho la voz de Khorial solo alzo un poco la cabeza para verle. - Soy de aguas, no sé si recuerdas. En mi vida tome vinos… o bebidas así…- comentó casi molesta, volviendo a llevar sus manos a las mejillas masajeándolas suavemente.

Sonrió con cierta pena aun embobada volviendo a bajar la vista manteniéndose tranquila para no dejar que el hipo salga nuevamente, cosa que desapareció. Cuando el pelinegro le menciono aquellas palabras simplemente levantó un poco la cabeza pero aun mirando a dirección del piso. Se podía escuchar con claridad las palabras, el tono que se escapaba arrastrándose con ellas, no tardó en levantar la cabeza completamente viendo como mencionaba a la madre ajena. Luego las palabras salían cual agua se filtraba entre sus dedos al nadar o hacer una cuenca para limpiarse el rostro cuando se encontró con aquella mujer de palabras tan claras y encantadoras. Todas las acciones del mismo, lograron que se mueva lentamente hacia él, las lagrimas solo se resbalaban al mencionar aquellas palabras, tan dolorosas, tan crudas.

No quería esperar más sus rodillas caminaron, o se arrastraron por la manta cuando había dejado salir tal grito de molestia y ocultaba su rostro. Había llegado algo tarde para el momento, pero simplemente se lanzó a abrazarlo. Sus manos rodearon el cuello del ajeno y se aferraba a él. Respiró hondo tratando de negar que las lagrimas comiencen a salir, dejar que el único con derechos de llorar era él. No quería hablar se quedo así con él un tiempo hasta que dejo escapar el aire y volvía a abrir sus ojos con cierta lentitud ya que los había cerrado cuando se había lanzado hacia él. - Khorial… no soy quién para decirte que… la venganza no se lleva por el primer impulso. Es ahí donde caes, donde te dejas presa de la ira, del odio… uno que no puedes escapar.- le dolía la garganta, sentía que le ardía. Un recuerdo aparecía lo trataba de ocultar, "déjalo oculto" se decía hacia sí misma. - Puede traerte la condena de muerte… no puedo decirte que está mal que reacciones así, yo también… racioné así hace tiempo… pero esa es otra historia. Pero tienes… tienes que intentar pensar con calma, pedir ayuda… si tanto deseabas matarlo antes debías fijarte tus estados. Si yo hubiera sido tu padre… no te dejaría ni respirar. - se separó lentamente de él, dejando ver una sonrisa que comenzaba a ser afectada por la lastima y el dolor. - Te seguiré repitiendo que fue la peor decisión pero la mejor para que continúes viviendo, mejorándote… para poder hacer tu venganza de la mejor manera. - sus manos que estaban en la espalda ajena se habían deslizado hasta los hombros. - Vive tu hoy, vive tu mañana… para poder hacer lo que debes hacer. No malgastes tus días… -

Había hecho cosas sin el permiso ajeno pero no importaba, quería apoyarlo de alguna extraña forma, aquella que ella misma se sintiera a gusto con sus acciones. Aun sus manos se quedaron aferradas de manera sutil en los hombros del ajeno hasta que hablaba y volvía a acercarla para abrazarla. No debía romper en llanto aunque su corazón sintiera tanto dolor y pena, aunque dejo esos pensamientos logrando que las lagrimas no caigan por dichas palabras que le dieron cierta seguridad a sí misma. Rió igual ante aquel comentario para luego darle un golpe en la frente del mismo por decir una broma posible de mal gusto para ella.


- Tienes, razón no hay que desperdiciar este manjar. - comentó alegremente volviendo a su lugar para poder continuar con cada sabor que le provocaba cada bocado de todas las comidas presentes en su plato. No tardo en terminar, entre los mordiscos de la carne trato de mantener cierto margen para poder no volver a marearse, cosa que si pasaba y debía detenerse muchas veces de golpe, no por ello lo aparto. Logró terminar de comer todo saboreando los últimos bocados que ingresaron con degustación a la boca, masticándolos. Aquella voz logró que levantara un poco la cabeza casi sonrojada por ella misma, podría totalmente confundirse el ajeno a que el jarabe tan extraño que contenía la carne volvía a afectarle. - Pues… no mucho. - apartó la vista ahora llevando ambas manos casi a su regazo, ya que había cambiado de posición completamente.


Inmediatamente alzó la cabeza con los iris brillantes, como si hubiera enfocado su vista en la presa perfecta para clavar sus dientes. Las palabras eran tan interesantes y no tardó en dejar escapar una respuesta casi acompañada del movimiento frenético de su cabeza.- Si, ¡por favor! - al notar aquel tono tan agitado y animado simplemente llevó ambas manos a la boca ocultándola y dejando escapar consigo una risa. - Perdona… me emocione al escuchar tu pregunta… y si por favor. - realmente parecía una niña emocionada. Habían pasado 288 años que nunca usaba aquella forma, únicamente la usó para no sentir un dolor estomacal por la jungla que, gracias a esto, logró conocer a Diana y ayudarle a mantener la calma para poder mantener su forma sellada.

Cero palabras, casi se le dificultaba por si misma pararse en sus dos piernas. ¿Por qué no podían simplemente imitar el movimiento de las orugas? Era muy ridículo y no era muy formal que se diga. Los sonidos tenues de los cubiertos y platos siendo acomodados por parte de Khorial lograron sacarla de esa pregunta tan tonta. Cuando hubo un primer tacto sus ojos por la sorpresa que se había llevado, esquivó con mucha fuerza hacer un contacto visual con el chico. Sus manos sintieron la tela de la ropa contraria que caía por los hombros, por costumbre estas se aferraron para luego, con la nueva acción que llevaba a cabo el contrario tener un pequeño y minúsculo espasmo ante el susto ante el nuevo tacto que hacía para ayudarla. Sus piernas torpemente respondían ante la conmoción pero solo fue un breve tiempo el cual logró apoderarse de su capacidad oculta de "mantenerse firme".

Una vez logrado esto, rió ante el comentario de Khorial refiriéndose a la estabilidad. Mantenerse en pie era un punto necesario para proseguir con la caminata, encontrar tu eje es difícil y más si tu vida era marina y nunca usar aquella forma que desprecias o no sientes alguna "atracción" de "usar". Ladeó la cabeza en el momento que advirtió como buscaba un punto fijo para ir y comenzar el "entrenamiento". Paso saliva, sentía los nervios estallar, algo había cambiado a bien y era donde estaban las manos, que podía Skye describir como robustas pero con aquella gracia gentil, de su cintura pasaron a los brazos logrando que sus ojos se elevaran lo suficiente para encontrarse con los contrarios y murmurar un "si". Caminó con lentitud, agradecía que fuera tan paciente, se sentía como un ciervo recién nacido, torpe, lenta pero sobretodo entusiasta por poder aprender algo "nuevo". Cada tanto imitaba al ajeno pero intercalado, miraba hacia abajo para ver sus pies avanzar, sonreía y lo hacía notar con una risa divertida pero le estaba provocando cierta vergüenza hacerlo ahora. Sentía el calor y la picazón en sus mejillas, se sentían arder por el momento que pasaban mas se le hacía un buen tiempo.

No tardaron en llegar hasta la roca, los ojos de la peliverde brillaban más de lo normal, se podía ver cierto signo de victoria y satisfacción por lograrlo. Dejó escapar cierta risa divertida mientras el agarre nervioso iba tranquilizándose hasta llegar el punto que no había tanta fuerza disponible en las yemas de los dedos. - Esta bien, creo que podré hacerlo más segura. - comentó con cierta seguridad en sí misma y en los pasos, parecía que los ánimos estaban en buena disposición para que la dragona se sintiera motivada a continuar y más con aquella sonrisa dibujada en el rostro por su esfuerzo. Lentamente se volteaban los puestos, ahora su espalda rozaba con la roca la cual estaba fría mas no le importo mucho. Respiró hondo y trago saliva con mayor seguridad en sí para despegar la planta del pie de la tierra y extender lo requerido, aquel primer paso independiente sin ser guiado con anterioridad por el ajeno. No tardó en guiñarle y dejar escapar una voz divertida y casi "competitiva". - ¿Un poquito más rápido? P-pero que mantenga lo lento. - agregó después de preguntar aquello, se sentía algo apresurada sobre la marcha, pero tenía aquel carácter o esa idea por cómo le enseñaba su padre ciertas cuestiones.

De cierta forma, estaba algo nerviosa de estar tan apegada al muchacho, veía muy poco de él los rayos de la luna iban sutilmente rodeando la figura del mismo. No había logrado percibir aquel sonrojo ya que sus ojos no estaban acostumbrados al brillo de la luna en aquel volteo, con suerte había sentido como aquellas manos tuvieron un cierto problema en volverse a colocar en su cintura, con mucho cuidado comenzó a caminar. De manera lenta pero con aquel pedido, sus pies se sentían ciertamente pesados, cada uno parecía acumular cierto peso en la planta del pie o tal vez en la rodilla, no sabía dónde estaba el peso pero ciertamente sin mucho rodeo, cada vez que levantaba uno de los pies el otro pie ganaba bastante fuerza sin mucho esfuerzo. Aun no comprendía del todo como aquellas extensiones funcionaban, ya que a pesar que sentía un leve peso en la pierna que se levantaba la otra tenía más peso en la parte de las caderas o el muslo mismo, de todas formas, aun no comprendía mucho solo sabía que al levantar una pierna tras la otra el peso desaparecía ya que estaba más concentrada en caminar y no pisar a Khorial (a pesar que estaba descalza).

El momento tenía algo que provocaba cierta nostalgia en ambos, a pesar que la muchacha de largos cabellos estaba llevándolo más a la caza y a los cuidados que su padre le dio en su momento. Su padre solía tener aquellos momentos que se mostraba en su forma fated, aquella en la que su enorme cuerpo desaparecía y solamente se dejaba ver aquella cola alargada y rojiza cual sangre que brotaba de las presas. Solían muchas veces tener aquella cercanía, aquella en donde ambos nadaban juntos, Skye no era una arcana que temiera a lo desconocido, se animaba y tomaba valentía en acercarse a las criaturas más peligrosas. Aquella vez que se le había presentado una ballena azul o un cachalote el miedo le había vencido, eran criaturas de gran tamaño y que daban esa idea amenazante a pesar de su belleza. Lyosharik no tardaba mucho en enseñarle que las criaturas marinas mas grandes a pesar de presentar aquel tamaño muchas veces no eran el equivalente de su peligro, en aquel momento la peliverde comprendía por completo y perdía el miedo logrando acariciarlos o jugar con ellos luego a pesar que tuvieran que migrar o simplemente volver a las profundidades donde nuevas cicatrices en el cuerpo del cachalote sufría por aquellos tentáculos de los calamares.

El momento que traía aquel aire nostálgico se había quebrado por un simple tropiezo, su mente que aun navegaba ante el jovial recuerdo había el mundo exterior mediante aquel sacudón sacarla para darle noción de lo que ocurría. En el momento que se había concentrado en su presente, la visión que tuvo fue más que nada una caída ralentizada, logrando así asustarse cuando escucho el golpe sordo del muchacho que había "amortiguado" su caída con la espalda. - O, moy bog! ty v poryadke?!* - llegó a mencionar casi asustada dejando sus manos aun apoyadas en los hombros ajenos. En el momento que se dio cuenta que había hablado en su lengua natal simplemente sus mejillas comenzaban a quemar, a sentir como quería ocultarse al punto que notó la posición que se encontraban, separó sus labios por unos instantes para decir que significaba más no salían, simplemente bajo la cabeza en el hueco del cuello ajeno. - este… Pregunté si estabas bien…. - murmuró algo nerviosa y preocupada por él. - Y-yo… pues estoy bien… - respondió ahora asomándose lentamente dejando ver aquella notoria franja roja cual aquel fruto. Se mordió el labio aun mirándolo al punto que tuvo retirar aire para hacer que su pecho se achicara y hacer "disimuladamente" un movimiento para quedar más cómoda sobre el ajeno a pesar que no era la idea, pero su pecho la presionaba bastante por primera vez.

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*[RUS] = "Oh mi dios, ¿estás bien?"