Denard Fantôme
Los Grises
El pasado es solo una sombra que yo mismo puedo pisotear
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Post by Denard Fantôme on Jul 1, 2017 3:46:41 GMT
La noche sombría había decidido ser parte de los pasos del detective, mientras metía una mano a su bolsillo para sacar una pipa de madera, sin detenerse, sacó una latita circular de su bolsillo, dejando mostrar el tabaco en conjunto con otras hierbas aromáticas, para que le diera un sabor picante o dulce, dependiendo del comprador. A Denard le gustaban las cosas que te punzaran la lengua con ardor, como el tabaco fuerte y los casos espeluznantes.
Su tableta arcana había sido abarrotada de mensajes de los habitantes de Reapergate, pues últimamente ha habido avistamientos de ataques en las partes más sombrías de la ciudad, y de vez en cuando en el bosque de los susurros. Lo cual no se le hacía raro, pues era normal que ciertos ataques ocurrieran todas y cada una de las noches en Reapergate y sus allegados.
Pero estos casos eran raros en especial.
Denard sacó una libreta de cuero negro de entre su saco morado oscuro, mientras movía su pipa de arriba a hacia abajo con sus labios, dejando escapar humo por su boca y su nariz. Sacó una pluma de pavo real, anteriormente mojada con tinta.
“Ataques desconocidos, los arcanos victimados, si es que llegan a vivir, terminan con horrendas marcas sobre su piel, las cuales no pueden ser removidas a pesar de todos los tratamientos químicos o médicos que se le ofrezcan” El grifo comenzó a mover su tinta de un lado a otro después de terminar de escribir una conclusión después de algunas preguntas hacia los habitantes de Reapergate. Clavó la punta en el papel, dejando una gota de tinta en la libreta.
―No hay un rostro contundente del atacante ―Susurró para sus adentros, y se detuvo de pronto, sin quitarle la mirada de encima a su mano, para dejar pasar a un par de mujeres con largos vestidos platicando entre ellas con una que otra risita. El detective ni siquiera levantó la mirada, cerró la libreta de golpe hasta que estuvo completamente solo de nuevo y dirigió su rostro hacia el frente.
¿Por dónde podría empezar? Denard caminó lo suficiente como para llegar a una posada, la cual brillaba de un color rojizo por la luz de los faroles del exterior.
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Post by Robin Fitzalon on Jul 1, 2017 5:02:46 GMT
-¿Entonces que dices preciosa?, ¿Aceptas el reto?- decía una clase de mafioso que la miraba al otro lado del escritorio fumando su pipa. Bien tenia entendido que últimamente estaban pasado cosas extrañas en los rincones mas peligrosos de la ciudad, pero eso no era novedad para ella, frunció su ceño ante tal cuestionamiento, podía sentir como si eso fuera una clase de juego o algo por el estilo. Lo dudo unos momentos, ¿Que le aseguraba que no perdería tiempo con tonterías?, el hombre se percato de aquella reacción, solo sonriendo de lado mientras sacaba algo de los cajones. -Mira- Dejando caer un pequeño saco de autenticas piedras preciosas. -Todo esto sera para ti- Robin torció la boca, solo levantando su mirada hacia aquel sujeto. Aquellas piedras bien quedarían en un collar...O en una casa nueva. Si bien eso era un trabajo para un detective, entonces tenía que estar muy desesperado para buscar su ayuda. -Tu no eres como los demás, puedo confiar en ti- aquellas ultimas palabras sonaban mas a una suplica. Odiaba que le suplicaran.
-Esta bien- poniéndose de pie mientras tomaba su arco y flechas y las acomodaba detrás de ella. -No puedo esperar mas de ti bonita- dijo el hombre mas que aliviado, ella solo sonrió forzadamente y prosiguió a salir del lugar.
Camino a paso constante, mientras se llevaba una mano a la nuca y se masajeaba esta, lo mejor seria comenzar en cuanto antes. La luz de la casa apenas la ayudaba a alumbrar aquella calle, cuando la silueta de un hombre se posaba al lado de una de sus lamparas, entre mas se acercaba mas familiar le parecía, cuando se dio cuenta de que se trataba de aquel sujeto detective segun recordaba(que por cierto no recordaba su nombre). Antes de pasar frente a el su paso se hizo mas rápido, esperaba que no la haya notado.
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Denard Fantôme
Los Grises
El pasado es solo una sombra que yo mismo puedo pisotear
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Post by Denard Fantôme on Jul 2, 2017 4:35:04 GMT
Sabía que no sería trabajo sencillo adentrarse en tan oscuros lugares de Reapergate solo para hablar con un testigo. Ese lugar estaba plagado de ratas, criminales que, aún por muy pormenores que fueran, no podía dejar que lo atrasaran en su investigación, el detective se quedó bajo la luz de las lámparas para ubicar su alrededor, no estaba demasiado lejos del lugar de encuentro.
Miró hacia la izquierda, donde un par de hombres jugueteaban de una manera demasiado estúpida un par de cuchillos curvados, de esos de color blanco, los más baratos en el mercado negro por cierto. Ambos hombres voltearon con lentitud al sentir la mirada inquisitiva de Denard, éste frunció los labios, los conocía. Un trío de hermanos que trabajan para saquear a pobres viajeros curiosos, bueno, ahora eran dos, pues él mismo había mandado a pudrirse bajo un sótano al mayor. Miró hacia un lado, evitando demasiado el color anaranjado de la luz, si salía de ahí de una manera demasiado obvia, sería puré de pájaro en unos cuantos minutos. Denard pensó, ¿Qué podía hacer? Necesitaba llegar a tiempo para que el testigo no se sintiera demasiado abrumado, y en el peor de los casos, se fuera.
Una llamarada de idea se le vino a la mente en cuando escuchó unos pasos nuevos, observando a la mujer que se acercaba, sonrió de una forma ladina y audaz, como un zorro, mientras detectaba la silueta que se acercaba, la reconoció al instante debido a su agudeza sensorial*. Era la mujer que se había encontrado en varias ocasiones, la cual le había salvado de un ataque de esos seres de la oscuridad. Se quedó parado, esperando a que pasara, y cuando estuvo a una distancia exacta, se bajó los escalones, rodeando sus hombros con su brazo.
--Querida, te estaba esperando, se nos hace tarde --Dijo en una voz medio alta mientras forzaba a la arcana a continuar caminando, alejándose del par de miradas curiosas a algunos metros. Denard dio una vuelta en una esquina, para detenerse un poco y voltear hacia afuera, al ver que no los seguían, soltó un suspiro. ¿Por qué seguía yendo a ese tipo de lugares? Para eso estaba Boher. El Grifo peinó su cabello hacia atrás, enfocándose ahora en la mujer, posiblemente molesta a su lado, y siguió caminando, para evitar que lo dejara hablando solo.
--Disculpe mi atrevimiento --Acomodó una mano en el pecho, con una sonrisa --Eras una buena oportunidad, sin ofender --Se excusó, sacando el humo por los labios. --Pero como dicen las malas lenguas, demasiadas coincidencias, forjan el destino.
*Agudeza Sensorial: Vista Su sentido de la vista es más avanzado, detectando cada detalle hasta 8 veces más que el ojo del arcano promedio. |
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Post by Robin Fitzalon on Jul 2, 2017 4:58:58 GMT
Justo cuándo creyó que lo había esquivado un brazo pasó sobre sus hombros, aquella voz que le hablaba tan llena de confianza no le agradaba, mucho menos viniendo de él. Mirándolo con algo de desagrado y enojo, ya con ésta eran dos veces que la tocaba. Volteó hacia atrás, dónde al parecer provenía de lo que el hombre huía. ¿Acaso huía de los hermanos esos? Aquellos sujetos la conocían muy bien, eran muy molestos por cierto.
Estaba apunto de reaccionar poco pacífica cuándo el por suerte la había soltado. Su mirada no pudo ser más que de molestia, su ceño fruncido lo decía todo. -No me digas que escapabas de ese par- mirándolo mientras seguía su paso, diciéndolo con una ligera sonrisa, podía entenderse que eso le causaba mucha gracia. Pero por otra parte aún podía sentir la sensación de su mano sobre ella, una molestia que la perseguiria un rato. -Las malas lenguas suelen equivocarse- sabía que lo que él decía podía ser cierto, pero con ella no funcionaba así.
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Denard Fantôme
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El pasado es solo una sombra que yo mismo puedo pisotear
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Post by Denard Fantôme on Jul 2, 2017 5:17:06 GMT
Denard le sonrió de una manera despreocupada. --Si tuviera el tiempo para meterme en líos, posiblemente no lo haría --Después de todo, aún tenía asuntos que atender con ese par. Pero eso era harina de otro costal, un costal sucio sin importancia.
--Quien sabe, ¿Se puede saber el motivo a su visita? -- Sabía que había sido demasiado directo con su pregunta, pero también estaba consciente de que Robin era una mujer inteligente, no podía hacer lindos versos poéticos, en los que le explicaba de manera redundante, cosas que hacía y que no, las cuales, en realidad, no tenían ningún sentido, más que para sacar información de una manera elegante, así que, simplemente, no le importó. Denard arqueó una ceja, relajando más el paso, para dedicarse a escuchar a la elfo en lo que él llegaba a su destino, y para disfrutar el tabaco de su pipa, el humo revoloteó a su alrededor como mariposas, y luego desaparecieron, hasta ser una nada en la noche. Normalmente, las personas que iban a Reapergate sabían bien el por qué querían ir a ese lugar, pues no era una ciudad a la que quisieras simplemente ir de paseo, había demasiada oscuridad, peligros y sobretodo, secretos.
--Estoy más que seguro, que nuestro "casual" encuentro, no ha sido por nada --Denard creía en la suerte, la desgracia, y en todas esas cosas que una vidente podía decir con tan solo una falsa bola de cristal, a pesar de que el detective era un hombre de ciencia y lógica, su curiosidad como detective, lo llevaba por muchos caminos interesantes.
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Post by Robin Fitzalon on Jul 2, 2017 5:56:15 GMT
Estaba segura que cuándo volviera a ver al par de hermanos, no pararian de hacer bromas al respecto. ''Robin, la amargada, vista por última vez doblando en la esquina con un hombre por la noche, jajajaja!'' Ya sentía aquellas voces en su cabeza.
Escuchó la pregunta del hombre, ¿Qué diantres le importaba?,su expresión facial lucia bastante tranquila, sólo seguía caminando. -Voy a dejarle mi carta a San Nicolás- mirando de reojo al caballero que la seguía por un lado. También una curiosidad surgió en ella, ¿El qué pretendía hacer?, si lo analizaba un poco, siempre se lo encontraba por estos rumbos, siempre peligrosos (estaba llegando a pensar que talvez la estaba siguiendo, pero sonaba muy disparatado, así que sólo quedaba cómo sospecha.) -¿También tú?- si bien preguntaba por curiosidad, podía ser también disfrazado como pregunta por educación, o de alguna manera para tener algo de conversación. Ya cómo quiera verlo él.
No podía creer que aún existieran arcanos creyentes de esas tonterías, bueno talvez sí, todos en esa patética ciudad parecían ser igual de idiotas, pagándoles a adivinas y videntes para que sólo les llenen ese vacío o resuelvan esas dudas con mentiras. -¿Qué te hace creer eso?- no pudo evitar alzar una ceja algo desconcertada, soltando una risa seca mientras preguntaba. Ella creía en otras cosas...Que no valía la pena explicar.
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Denard Fantôme
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Post by Denard Fantôme on Jul 3, 2017 2:14:59 GMT
--Lo dudo --Denard miró un poco el tabaco de su pipa, y volvió a poner la boquilla entre sus labios pálidos. --San Nicolás solo recibe cartas de los niños que se portan bien, y para serte sincero, querida... --El detective la miró con una muestra de reojo grisácea y brillante, aunque con un pulido frío y seco. --...Ninguno de los dos carga con esos requisitos.
Denard se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. --Meras suposiciones mías --Dijo en un tono arrogante, y sonrió de una manera brusca, pero orgullosa, pues sus suposiciones la mayoría de las veces estaban en lo correcto.
--Han habido avistamientos de ciertos ataques sospechosos en la ciudad y en los alrededores --Musitó en un tono grave, mientras observaba a su alrededor, con paso firme, haciendo que el tacón de su bota sonara con eco en los callejones, al igual que el ronco de su voz. No tenía ningún interés en informarle sobre todo el caso de una vez, pero esperaba despertar cierto interés en la elfa para que, si sus suposiciones iban por el buen camino, lograra hacer algo de provecho para ambos.
--¿Sabes algo de eso? --Preguntó sin dirigirle la mirada, escondiendo el tono severo de su voz que siempre imponía a la hora de un interrogatorio, a uno más suave, y de un cierto modo, con cierto grado de preocupación. |
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Post by Robin Fitzalon on Jul 3, 2017 3:25:45 GMT
Escucho la afirmación que el detective estaba diciendo,si bien tenia razón, no podía evitar sonreír de lado ligeramente mientras su mirada seguía firme en el camino, debería sentirse afortunado por ver a una mujer tan especial sonriendo. Limitándose a sacar aire por la nariz de alguna manera para evitar sonreír de mas.
''Suposiciones tuyas...'' si bien el solo estaba suponiendo, ella también iba a suponer su puño en su cara. Temía que cualquier cosa que pasara con el, ella resultara envuelta en aquello.
La voz de Denard era la única cosa que sonaba junto el tacón de sus botas entre las calles que estaban solas, el aire era un poco denso pero no tanto como para ser una completa molestia, aun así era algo frío, eso no seria problema para ella. Escucho con atención lo que estaba diciendo, esas palabras hacían un buen eco sobre su cabeza, ya que en los últimos días eso era lo único que se hablaba entre comerciantes en el mercado negro. Su ceño se frunció de manera casi automática, junto un poco sus labios como si eso la ayudara a recordar mas rápido. -He hablado con algunos arcanos que resultaron heridos por merodear en los alrededores- hizo una pausa para lograr refrescar su memoria. -Supuestamente fueron atacados por ''algo'' que no lograron atrapar- Talvez tenía más información que no lograba recordar por el momento, pero si había algo que se le había quedado grabado: ''Olor a descomposición'' -Tengo entendido que olía como a podrido, no me dijeron nada más- mirándolo por unos instantes antes de regresar su vista hacia enfrente. -Mi misión es ver lo que está pasando por esos lugares y llevar una prueba conmigo- podía apostar lo que sea a que él iba para lo mismo, sólo que se contuvo a decir otra cosa.
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Denard Fantôme
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Post by Denard Fantôme on Jul 3, 2017 3:45:12 GMT
La sonrisa de Denard al ver los labios de Robin formar una pequeñísima curva, desapareció en cuanto la elfo daba su propia versión de la historia. Acomodó una mano en su barbilla, pensando mientras la pipa no dejaba de sacar humo medio transparente.
Ambos arcanos siguieron caminando por las largas y panteoneras calles de Reapergate, donde cada edificio susurraba a tus espaldas, cosas que no podías entender, pero por alguna razón, te advertía del peligro en el que estabas enredado.
--Entiendo --Denard peinó su cabello hacia atrás, dejando ver las marcas blancas brillar bajo la luz de las velas. --Al parecer los rumores se han extendido mucho más rápido de lo que pensé --Si estaban hablando de lo mismo, lo cual, parecía ser lo más factible en esos momentos, no había tiempo que perder. El detective se paró en seco, haciendo que su saco negro aún rozara sus rodillas, debido al rápido descanso de sus piernas.
--Venga conmigo --Musitó el detective con una sonrisa a medias, dejando más la seriedad retozar en su rostro --Usted necesita pruebas, y yo necesito apoyo por esta noche --Normalmente le gustaba actuar solo, pero algo dentro de él, incluyendo las circunstancias y su irremediable superstición, le decían que no debía de ir solo, no esta vez. Se quedó parado al inicio de unas escaleras de madera, exactamente en frente de una puerta negra del doble de su tamaño. Denard miró hacia arriba por unos segundos, y una enorme mansión oscura le regresó la mirada, la sombra que proyectaba, daba la impresión de que fuera aún más noche.
Denard sacó un reloj de mano de oro de su chaleco. --En unos minutos, vendrá un hombre, con el que tengo que hablar, con información que puede traer a su favor, y si pregunta, entonces, ¿Qué es lo que gano yo con eso? Sería tan solo una buena compañía --"Y alguien que sabe pelear a larga distancia" Dijo para sus pensamientos. Desde hace algunos años, había dejado de lado utilizar a la gente, ahora, intentaba negociar, para que ambas partes salieran ganando.
--Puede irse, o quedarse, completamente su decisión. |
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Post by Robin Fitzalon on Jul 3, 2017 4:52:24 GMT
-No eres el único que esta metido en estas cosas- dijo mientras miraba su mano llena de pequeñas vendas que cubrían partes de sus dedos, heridas causadas por el filo de las plumas que tocaban su piel, ya estaba adaptada a ignorar ese dolor, si bien no habían suficientes detectives buenos, todos se mantenían al tanto de las noticias, y si realmente les interesaba su trabajo se la pasarían en el mercado negro fingiendo ser amigos de los mercaderes si querían sacar al menos buenos casos con respuesta. La propuesta de Denard la dejo pensando unos segundos, estaba acostumbrada a trabajar a solas, pero la misma experiencia le decía que no podía hacerlo esta vez, si quería ir al ojo del huracán ocupaba compañía. Antes de decir algo habían llegado a una mansión terriblemente grande, o al menos así lucia de noche.
Miro al hombre sacar su reloj y luego vio a su alrededor, asegurándose de que nadie los estuviera siguiendo, o si algún delincuente se aproximaba, pero no había nadie a su alrededor, solo eran ellos dos. A veces no se terminaba de acostumbrar del todo a las calles vacías sin pensar que hay alguien detrás de la pared. No sabia si confiar completamente en el y sus palabras, lo miro mientras entrecerraba los ojos en forma de sospecha. Si lo pensaba de la forma en que le beneficiara aceptaría...y eso era lo que haría, en cualquier caso de que le estuviera viendo la cara, se encargaría de hacérselo pagar. Torció su boca y desvió su mirada a otra parte, le costaba dar respuestas aprobatorias directamente. Suspiro mientras negaba ligeramente con la cabeza ''Es increíble que estuviera haciendo esto...'' -Esta bien, te acompaño- su voz ahora era mas suave, pero aun así podía sentirse la severidad en aquellas palabras.
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Denard Fantôme
Los Grises
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Post by Denard Fantôme on Jul 3, 2017 19:40:44 GMT
La blanca sonrisa de Denard fue perceptible aún entre tanta oscuridad.
―Excelente ―Se dio la media vuelta, dándole la espalda a la elfo, y abrió su saco con delicadeza. Dentro había una daga, una pequeña cajita donde guardaba su tabaco, y muchas otras cosas más que le podrían servir en un futuro, dentro de pequeños bolsillos secretos.
Pero su mano se movió hacia su guante, de donde sacó una pequeña llave de color plateado, con una insignia de un escudo con espadas entrecruzadas. Denard metió el artefacto dentro del cerrojo, el cual cedió sin presión alguna. El detective se hizo a un lado, abriendo la puerta.
―Después de usted.
En cuando dejó a la mujer pasar, Denard se quitó el saco negro para colgarlo en un perchero de caoba, dejando mostrar su saco con finos detalles dorados, y su camisa holgada blanca, con un par de gemelos en las mangas, de fénix de oro.
La entrada de la mansión estaba decorada con miles de cuadros de diferentes pinturas, y retratos de personas en todos lados. Sobre una gran chimenea, el retrato de un hombre con las manos una encima de la otra, enguantadas de blanco, y un traje fino, con cabellos grisáceos, miraban con pesadez a cualquiera que se atreviera a pasar en frente de él. Una a una, las luces de la sala de estar se fueron encendiendo, dejando mostrar dos sillones de terciopelo rojo y una mesita de madera en medio de ellos, con vista a una ventana de casi un metro de altura, con grabados en las esquinas de metal.
Era una mansión preciosa. Haciéndote olvidar por completo que estabas en una ciudad tan lúgubre como Reapergate.
―Ponte cómoda ―Denard se acercó a la ventana con el reloj en mano ―No tardará en llegar, ¿Té? ―Volteó hacia Robin con una facción seria en el rostro. Como si ignorara por completo todos los lujos en los que estaba rodeado. |
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Post by Robin Fitzalon on Jul 4, 2017 1:37:42 GMT
Denard había abierto la puerta de aquella mansión, haciéndole una invitación a pasar, asintiendo ligeramente en forma de agradecimiento.
Al entrar miles de cuadros llamaron su atención, el sitio en si era particularmente extravagante para su gusto (podría creer que estaba muy adelantado a su época), todo lucia tan lujoso y lleno de detalles, no se molesto en decir algo al respecto. Pero un cuadro en especial le causaba cierta sensación extraña, la mirada del hombre en el la sentía muy pesada, por lo que solo desvió su mirada a otra parte mientras seguía al grifo. Todo este hermoso lugar solo le recordaba que también podía tener una morada así de lujosa, pero consideraba que era demasiado, Robin prefería invertirlo en otras cosas.
-Que humilde- le decía a Denard con sarcasmo mientras tomaba asiento en uno de aquellos sillones de terciopelo y dejaba su arco y flechas a un lado suyo. Era curioso el como la presencia de ella contrastaba con su alrededor. El cabello estaba pareciendole una molestia, por lo que se agarra una media coleta con unos pequeños mechones de cabello decorando su rostro. -Gracias- Agradeció volteando a ver al hombre que parecía ignorar la cuna de oro en la que estaba, era normal pues era su hogar después de todo.
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Denard Fantôme
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Post by Denard Fantôme on Jul 5, 2017 18:14:45 GMT
Denard soltó una pequeña risa, delicada, pero inesperada mientras entrelazaba sus dedos. --Mi maestro me la dio cuando murió --En sus palabras se notó un cierto grado de oscuridad; rencor, odio, ira... y una pizca de cariño el cual jamás sería olvidado. No la miraba, pues sus ojos estaban clavados a la ventana, observando la oscuridad. --Nunca la uso en realidad, más que para ciertas cosas... pero me gusta mantenerla en buen estado, por su recuerdo.
El detective dio algunos pasos lejos de la elfo, dirigiéndose a una de las cocinas de la mansión, y mientras preparaba el té, se puso a pensar las verdaderas razones. A veces le gustaba alejarse de todo por un rato, y sentir la codiciosa soledad en una casa tan grande, cuando la oscuridad inundaba su corazón, entonces sus pies volvían al mundo real, donde pertenecía. No había nada más. Ni iba a decir nada. Después de un rato, llegó con una bandeja de plata, con el símbolo de la familia grabado justo en medio: Un lobo, con mirada desafiante, pero lleno de pequeños detalles hermosos.
Dejó la bandeja en la mesita en frente de Robin, dejando el azúcar y las tazas de porcelana con cuidado alrededor de la tetera, tomó una toalla blanca con detalles rojizos, y apunto de tomar la tetera para servirle, tocaron la puerta, de una manera desesperada.
--Debe ser el testigo --Murmuró el detective, acercándose a la puerta con pasos lentos pero seguros, moviendo su mano con cuidado hacia la daga en la funda de su pierna. Abrió la puerta, con la daga bajo la manga en cualquier caso.
Un hombre se le abalanzó encima, mientras gritaba cosas incoherentes, temblando, intentando sostenerse de las ropas del detective.
--Por un cara... --No terminó la palabra, pues había una dama presente, se limitó a chasquear la lengua, intentando sacarse el hombre de encima.
--¡Ayuda! ¿E-es usted, no? ¿Aquí es donde tenía que venir? |
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Post by Robin Fitzalon on Jul 5, 2017 21:02:53 GMT
Parecía una historia que había leído en los libros alguna vez, de esas en dónde aparecen los familiares muy lejanos que mueren y les heredan todo a otros que no tenían idea de su existencia. Lo miró por unos momentos mientras el explicaba la situación de su hogar, realmente no le estaba prestando atención, se quedó imaginando varias situaciones en dónde Denard se viera envuelto y no pudiera resolver nada. Sólo reía mentalmente.
Siguió con la mirada al hombre junto a la bandeja de té, justo cuando el iba a servirlo el llamado a la puerta sonó desesperadamente. Un hombre se abalanzaba sobre el grifo que creía creer que estaba ebrio, pero al analizarlo mejor se dio cuenta que no era así, lucía más...asustado. Su ceño se fruncio al notar tal acto, ¿Ese era el famoso testigo del que hablaba?, No pudo evitar ponerse de pié y acercarse lentamente hacia ellos, llevándose una mano a su cinturón, buscando con esta la daga que siempre portaba hasta por fin encontrarla.
Decidió ponerse algunos pasos detrás de Denard, lo suficientemente cerca de ambos por si algo más se presentaba.
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Denard Fantôme
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Post by Denard Fantôme on Jul 12, 2017 19:34:42 GMT
―Cálmese, por favor ―Dijo en un tono cortés y tranquilo, miró hacia atrás, donde Robin se encontraba, tomó al hombre del brazo rodeando su hombro. ―Ayúdame a llevarlo al sillón ―Indicó con una mirada seria a Robin. Cuando ambos arcanos pudieron cargar con el hombre, y lo acomodaron en el sillón, el rostro de aquel arcano se calmó al instante.
―L-lo siento, yo… llevaba horas sin poder encontrar el camino… ―Se excusó tras su comportamiento, mientras frotaba su brazo izquierdo, el cual, la manga estaba llena de rasguños.
―No se preocupe por eso ―Denard tomó asiento en el sofá de enfrente después de haberle traído una taza de té al arcano, éste la tomó con cuidado, y dio un sorbo, calmando su respiración agitada. ―Ahora supongo que le gustaría hablar.
―¿Q-quien es ella? ―Apuntó a Robin, asustado, pues no recordaba haber nombrado a ninguna mujer.
―Es una cazadora que acabo de contratar ―Mintió Denard, mirando de reojo a Robin con una media sonrisa, asumiendo el enojo que eso le traería a la elfo, a pesar de eso, sabía que aquello calmaría al hombre delante de ellos.
―B-bueno… ―Comenzó el arcano, dejando la taza sobre la mesa ―Supongo que varios arcanos le han comentado sobre cosas tan extrañas que han sucedido a los alrededores ―El hombre miró a todos lados, asustado, como si temiera que alguien o algo lo escuchara u observara.
―Y usted ha estado en esa situación ―Dijo Denard, al notar el brazo del inquilino.
―S-son tan grandes como un árbol… y más fuertes que un toro…
―¿Los ha visto?
―No, para mi fortuna y su desgracia… pero si los he sentido… ―El hombre levantó la manga de su camisa, para mostrar una horrenda marca negra ―Madamme Gyula me ha dicho que no saliera, pero… p-pero, es que ha estado aterrorizando a todos y y-yo… yo creí… |
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