E3 - Cookies & Research (Lleno)

Respondió al licántropo -En estos momentos lo que menos busco es privacidad, he decidido salir y estar en contacto con otros arcanos para aprender sus costumbres. Desde mi llegada no he tenido la oportunidad de hacerlo. Pero si se refiere a mi lugar predilecto, el manglar de Shangri Lax ha sido el territorio que mas he disfrutado, es el que mas se parece a mi tierra natal, aunque en el Gran lago de las hadas he encontrado también la paz y tranquilidad que todo cazador busca de vez en cuando- sonrió, el licántropo estaba buscando a alguien entonces ¿Por que habría parado ahí?

Volvió su vista a los comentarios científicos, trató de recordar aquel tiempo en la tierra gélida del viejo continente donde aprendió sobre los licores, y las cervezas, aquella explicación era mucho mas complicada que lo que él había aprendido. Definitivamente los científicos iban mucho mas dentro de los temas al punto que, la tradición verbal sonaba a pura fantasía. Nuevamente volteo a ver al licántropo, tal vez cambiarle el tema le ayudaría a integrarse y dejar de lado esa postura tan apartada.

-Sabes tu algo sobre vinos y licores?- y entonces volvió su atención a los demás -Lo único que sé es que las cervezas, hechas de cebada y trigo en las tierras gélidas del viejo continente, son relacionadas al valor. Dicen que cada maestro cervecero le da un "espíritu" a su bebida y que todas son diferentes en sabor, color y los sentimientos que producen. Mas allá de eso, solo conozco el proceso con el que fermentan los granos y los frutos que hacen los vinos y otros licores- miró su copa, dándose cuenta de que eso no sonaba nada científico, solo le dio algo de risa. Buscó donde estaba la botella de ese licor, le pareció sabroso y esa teoría de las 4 copas sonaba a reto, tomando en cuenta que era un gigante en comparación con los presentes.

-Aquí en Mirovia ¿existe algún licor endémico?- era momento de poner a trabajar los sentidos de cazador y comenzar con las preguntas, dejó la pregunta abierta a todos los presentes.

Asintió ligeramente en respuesta a la presentación de Niku, el cazador, vaya titulo que portaba el Felino, mucho mejor que el titulo que Giselle se había ganado con los años por los humanos y algunos arcanos "La plaga" mención otorgada por el exterminio de varios imperios que acabó manchando sus manos, en los oscuros días donde la sed de sangre por venganza le costó más de un solo cuello.

Claro, el pasado quedó atrás, pero a veces asoma la cabeza para merodear por el presente. Solo lo pensó mientras contoneaba su copa en círculos, haciendo girar el cubo de hielo por el interior.

Parecía que la conversación que mantenían había molestado al licantropo que en la distancia había musitado una queja. No le prestó la suficiente atención para molestarse, para Giselle responder a eso habría sido como si un Mamut se enfadara porque le ha picado un mosquito.

-Mirovia es una tierra de muchos colores -Comentó a la opinión de Sabrina antes de tomar lo último que quedaba en su copa y ponerla sobre la mesa al igual que Sabrina lo había hecho, lo cual notó y dió una risa por lo bajo en simpatía con la sirena. Coincidencias así solo le recordaban lo curiosos que eran los caminos del destino.

-Oh Doctor, Cada arcano tiene distintos apetitos en su ser -Su expresión tentativa y mirada seductora no podían estar más lejos de lo que su lenguaje corporal decía. Para Giselle era tan fácil actuar de esa forma de acuerdo a la utilidad que podía ver en los demás, y la que tenía en mente en estos momentos era aprovecharse de la ocasión para desenredar algunos pensamientos de su mente. Eso... Y rellenar algunas cuantas esponjas con la magia residual de los arcanos que solo bostezarían de vez en cuando, ya sea por las trufas bajo su vestido o la fatiga de trasnochar. Entre las anécdotas de Niku el cazador y las palabras del Doctor Marino, Giselle observaba de reojo al Licantropo, esperando el momento en el que también se uniera a la tertulia que tenía lugar.

Sabrina reía ante la actitud tan juguetona del Doctor; era bueno verlo en otro entorno que no fuera laboral. Le parecía sumamente interesante ver todos los espectros de su conducta, tan nuevos y cambiantes. Se prometió en ese momento salir más de su rutina laboral, al menos una vez al mes. No estaba del todo mal. Ladeó ligeramente la cabeza al sentir que su mentor se agachaba para hablarle en voz baja. Concordaba con sus palabras; aunque pocas cosas hacían que la sirena se sintiera molesta o incómoda, la conducta del chico sí que estaba logrando hacerlo.

Empezó a perder interés en la conversación aunque uno de sus propósitos era el de beber todo tipo de licores, empezó a mirar de reojo los movimientos de baile del Doctor e intentaba imitarlos con poco éxito. -¡Ah! En eso estoy de acuerdo Giselle. Me sorprende mucho lo diferentes que son los arcanos pero incluso en las distintas razas pueden hallarse muchas similitudes en las maneras en que hacemos las cosas, ¿no crees?-. Alzó la mirada para ver a la mujer de pelo multicolor sin perder el repentino "ritmo" (si es que así podía llamársele) que había agarrado con sus pasos tan básicos de baile. De su ojo crítico se había escapado las miradas que esta mujer parecía echarle al Doctor; intenciones ocultas con tintes seductivos que la sirena desconocía por completo.

Al fin parecía que el licántropo se dignaba a integrarse. Sabrina no se sentía ofendida ni tampoco curiosa de su proceder sino del por qué de su actitud tan evasiva pero su insistencia de permanecer cerca de ellos. En minutos, en un acto que parecía fuera de su caracter, el desconocido comenzó a integrarse con aparente facilidad, mostrando un licor que parecía venir de su propia colección. La chica no era gran conocedora de eso más el nombre le parecía como a algo que no debería tomar, especialmente al momento en que notó que le observó con especial atención. Se presentó, cumpliendo con las normas sociales a lo que Sabrina respondió con su nombre y el de su mentor, el Doctor. Se sirvió un poco del vino que se encontraba en la mesa para tener una excusa válida y así no probar de aquél vino que Kaiser tenía entre sus manos. Le dio un sorbo, esperando a ver lo que harían el resto de los integrantes del grupo. -Suena a un vino muy interesante... aunque mencionas los siete pecados capitales... Bueno, esas son creencias religiosas que no todos conocen en Mirovia... Ya muchos somos ajenos a costumbres humanas... Me parece curioso que se hagan vinos con inspiraciones tomadas de esos orígenes... ¿dónde lo conseguiste?- preguntó con curiosidad mas en sus palabras había un tono un tanto suspicaz.

Kaiser esta sorprendido por los comentarios de los presentes como si estuviera interesada en su vino, pero para no dejarle con la duda le responde.-Es una historia bastante interesante.. despues que mi tribu fuese exterminada por esos malditos humanos, había escuchado que existia este lugar..Mirovia.. pero como me dijeron que el que llegaba no se podría ir, no me quedo más remedio que robar 4 botellas de estas... las otras 3 las tengo oculta en un escondite... Luego dirigiendose al felino le explico que a veces se puede usar ese vino como un estimulante, pero a veces que puede variar los resultados.

Pero el paso de Giselle hacia adelante para tomarle el vino le pareció muy sonrojado al Licantropo, jamás había notado la belleza de la arcana... no sabia que raza era.. si era una licantropa o no... pero el rostro de ella pareciera que fuera un angel.... un angel muy sensual.. .-Bueno señorita eso es un punto bien explicado en su punto de vista..

La animación del Doctor Marino a bailar era muy emocionante pero había un problema.-Bueno nosotros somos 5 no? 3 machos y 2 hembras... jejeje yo... supongo que solo 1 se quedara sin bailar.. por lo momentos... asi que.. ¿quien empieza?

Escuchó la explicación del licántropo la cual no satisfizo su curiosidad; estaba bien, no a todos se les daba narrar historias con lujo de detalle. Ya para ese entonces, el peso del vino estaba entorpeciendo sus pasos, sin embargo eso no la detuvo de tomar las palabras del Doctor casi como una orden por lo que comenzó a bailar a su lado. Sus movimientos eran sumamente arrítimicos y con nada de gracia pero su entusiasmo (probablemente) compensaba su mediocridad artística.

Comprendía los propósitos del Festival pero por ningún momento le cruzó por la mente que alguien de los que estuvieran a su alrededor estuvieran ahí con fines de cortejo o fines copulativos como justamente había dicho su mentor. Sonreía mas de pronto podía notársele un gesto de sorpresa al darse cuenta que sus (malos) pasos de baile casi le cuestan derramar el vino por el suelo. -Ah... será mejor que me lo termine- dijo para sí misma, engullendo su bebida. Dejó la copa sobre la mesa y continuó danzando.

-Ah, sí... "Lujuria" sino me equivoco uno de los siete pecados capitales- agregó de pronto. Su estado ligeramente embriagado la hacía un poco divagante para conversar, estando de pronto en sus propias cavilaciones, sin ser totalmente capaz de seguir un orden. -Y... ah... no todos los bailes tienen que ser en pareja- añadió mientras cerraba los ojos y movía los hombros de manera un tanto infantil, sin embargo, tomo las manos del Doctor, para dar vueltas. Por primera vez se divertía de esa manera; ¿por qué no lo había hecho antes?

-¡Es curioso que de todo lo que se pudo haber robado fueron esas botellas!- exclamó entre risas. A este punto sus ideas eran erráticas; decía lo que le venía en mente. No soltaba las manos de su mentor, ni siquiera sabía exáctamente dónde es que daban vueltas puesto que sus ojos se encontraban cerrados por completo.

Su atención se prestaba a los giros que comenzaron a dar Sabrina y el Doctor Marino a riesgo de derribar alguna de las mesas, cosa que Giselle por el momento prefería evitar. Sin que los presentes lo notaran, cubrió su boca entre la botella y su mano y comenzó a recitar un hechizo que se escurrió como un susurro hacia las mesas que se apartaron unos metros para dar espacio a la pareja.

Estaba al tanto de que los presentes deseaban unirse a la danza a la que acababan de ser invitados. Kaiser en particular intuyó que alguien del grupo se quedaría sin pareja, a lo que Niku el cazador con timidez se apartó por su cuenta, seguramente pensando que él sería el rezagado en la pista, Pero eso no iba a suceder nunca. Giselle se relamió los labios, se terminó su copa de vino y se acercó al Licantropo con una mirada asesina y seductora. Quedando entre el gran lobo y el Rakshasa.

-Oh no caballeros, Yo cuento como tres personas (Literalmente) Por lo que bailaré con los dos y al mismo tiempo me quedaré sin bailar -A diferencia de Sabrina que fluctuaba entre la melopea y la claridad mental, Giselle sacaba relucir facetas de ella misma que se vinculaban como una sola entidad dando como resultado el color de sus ojos los cuales ahora parecían alternar entre el rojo, el azul y el rosado.

De movimientos placidos tomó la mano del Licantropo y caminaron juntos hasta el Rakshasa, igualmente tomando su mano y avanzando hasta el centro de la pista donde suavemente comenzaron a bailar.