E3: Luz propia. (Abierto) 2/3

El festival del cortejo era sin duda alguna un evento bastante llamativo y de naturaleza optimista para todos los habitantes de Mirovia, sin embargo no era extraño encontrar a uno que otro arcano que simplemente no gozaba del todo aquella festividad y ese era el caso de Christian. Desde que el evento había empezado no había parado ni un momento, sus servicios fueron solicitados más de lo que sus dedos podían contar y vaya que era pesado, entre llevar arreglos florales de aquí a allá, hasta transportar diversos tipos de arcanos a la ciudadela la pobre dragona terminó exhausta y como no, llena de sudor por tanto trabajo.

Después de mucho pensarlo, la dragona declinó cualquier trabajo en el cual necesitara salir de la ciudadela o entregar algo muy pesado, preocupándose mas por el desgaste físico que su cuerpo y alas habían tenido que por el dinero que podía haber ganado. Fue asi como despues de un breve viaje hasta Draconia para cambiar sus ropas y refrescarse un rato, volvió a tomar un último trabajo que la mandrendian ocupada durante el resto del dia. Una linda florista le había encargado el vender rosas a todas aquellas parejas de enamorados que pasaran cerca de ella y vaya que le fue bien, pues la chica llevaba casi la mitad de su mercancía vendida. Varios hombres se le acercaron a lo largo del día, algunos para comprarles flores y otros para invitarla a bailar, cosa que rechazaba cada vez que podía, excusándose con ellos diciendo que tenía que trabajar. No el porqué de la insistencia de algunos caballeros, quizás era por el ambiente en el que se desenvolvia el festival o tal vez el Vestido que aquella florista le había dado junto con las flores, fuese lo que fuese empezaba a cansarse un poco.

El arcano de cabellos de plata dio vueltas por todo el festival, observando cada cosa que llamaba la atención de sus grandes ojos violetas. Paso tras paso, se maravillaba con cada cosa que se encontraba en ese lugar. Los olores de todas las cosas que allí se encontraban, tenían encantado (y algo confundido) su sentido del olfato.

Paseo de puesto en puesto, observando las deliciosas comidas que se vendían, y también quedaba maravillado con las decoraciones. Su andar delicado no desaparecía, ni cuando se sorprendía, y ese día no seria la excepción. Dio unos pasos más y se detuvo, aun manteniendo esa gracia propia de un cisne. Sus ojos se fijaron en algo, más bien en alguien. Ese alguien, entre muchas flores, quien era la razón de que ese día estuviera usando un listón amarillo y no uno rojo.

Como una diva de las de más alto nivel, se encaminó hacia la dragona. Aunque ella le hubiera roto parte de su corazón, el jamas lo haría notar. -Pero miren quien esta aquí. Hola Chris...- A pesar de que quisiera notarse superado y ser un maldito, le tenía aprecio a la chica, así que solo la miró con dulzura. Al percatarse de la presencia de la otra, le sonrió dulce, solo para caerle bien. Su cacería del día eran hombres, pero si no conseguía nada, podía probar con otra chica.

Al ofrecerle una flor, se planteó que tanto la necesitaba poniendo una mueca de boca torcida y enarcando una ceja en cuestión.
Y tras un solo segundo, tomó su monedero estando a punto de completar la compra cuando algo sucedió.

De Pronto se acercó al puesto una chica (Aparentemente) con un largo vestido y una todavía más larga cola que podrían estar usando como atracción para los niños en otro lugar, lo cual dejó fascinada a la Kitsune que desvió su atención de Chris para admirar la monumental extensión que estaba tan adornada como un árbol de navidad.

-¡Que Cola!! -Exclamó a viva voz con estrellas en los ojos- ¡Que clase de Arcano tienes que ser para tener una cola tan larga?! -Preguntó con los manos haciendo dos puños bajo su notoria sonrisa. Las 9 colas de la Kitsune no dejaban de moverse como una fogata detrás de ella.

Para fortuna de chris, el entusiasmo de keyko era muy contagioso, por lo que el ambiente tenso que la rodeaba se fue aligerando poco a poco y una sonrisa mas casual apareció en su rostro. Las colas de la kitsune no paraban de moverse de un lado a otro y aquel movimiento era bastante llamativo, mas que nada por el intenso rojo de aquellas extremidades. Pero debía ser 100% honesta, nada era mas llamativo que aquel chico en su forma fated, cosa que ni Chris había visto nunca, tanto su tamaño, como su vestimenta y su usual manera de andar eran simplemente encantadoras a la vista.

-No lo dudo ni un segundo- soltó el comentario al aire mientras reía un poco. Tomo una de sus rosas, la mas grande y vistosa que tenia, extendiendola hacia el chico -Toma, es para ti- no sabia si aquel gesto podría considerarse como romántico pero simple y sencillamente chris quería darle una de sus muchas flores. -Y no me olvide de ti, toma keyko- extendió una segunda flor hacia la kitsune -Y no te preocupes, no me debes nada- después de su buena racha hasta ahora, se podía dar el lujo de perder dos simples flores.

La serpiente marina tomó la flor y se quedó en silencio por unos segundos, admirando su belleza, como si fuera la primera vez que agarraba una flor. Sus mejillas amenazaron con teñirse de un tono carmín, y su corazón parecía agitarse por el romantisismo de la acción de la otra. Con una pequeña, y muy sutil, sacudida de cabeza, sacó esos pensamientos de su mente. Aún cuando tenía demasiados sentimientos encontrados, le pareció descortés hacerle daño a la flor, por lo que la puso en su cabello, para adornarse un poco más.

Después de lo que pareció una eternidad, y en lo que las otras hacían intercambió, se dio cuenta que no tenía nada para darle. Sentirse en deuda con la otra, era algo que no estaba en sus planes, por lo que pensó una solución rapida. Cuando las otras terminaron de platicar, tomo a la dragona por las mejillas, y le dio un tierno beso en los labios. -Me pareció un precio justo por una flor tan bonita.-

-Mejor no lo hagas porque si no todos volaremos hasta...

Pero no pudo completar aquella frase.

Impacto, eso fue lo que se reflejó en el rostro de la Kitsune al ver a las dos chicas besarse frente a ella. Tanta fue su sorpresa que al verlo lanzó un enorme grito de asombro en una pose dramática digna de una obra musical.

-Uohhh!!!!

Tan pronto como se separaron, Keyko se echó a reír sin malicia, entre aplauso y vitoreo, agradecida por haber presenciado tal hazaña.

-Eso si es tener valor! -Declaró alzando su pulgar una vez más y mostrando su amplia sonrisa. Ahí su mente comenzó a entrelazar el hecho de que estaba en un festival donde arcanos cortejan a otros arcanos, por lo que ese no sería quizás el primer ni el último beso que presenciaría durante la noche. Y de solo pensarlo se sentía ansiosa de ver que tipo de estrategias tenían las distintas razas para enamorarse entre sí, pero descartaba la idea de bailes folclóricos de apareamiento. 

El entusiasmo de Keyko solo la ponía más nerviosa, no era del todo normal que se emocionara tanto por un simple beso, aunque eso mismo tendría que plantearse la dragona pues no sabia que decir o qué hacer en ese tipo de situaciones. Las cosas con Zealand estaban algo tensas y lo sabia muy bien, pero Chris no tenía la culpa... o bueno, no toda la culpa -También la falta de decencia es la clave principal- cruzó los brazos y su semblante cambio, podía sentirse cierta agresividad fluyendo de la chica e incluso su tono de voz fue sustituido por uno más grave, no del todo pero la diferencia era notoria para los más observadores.

Christian no queria estar ahi, no sabia como manejar aquello y para su suerte Avara estaba más que dispuesta a darle una mano. Su mirada bajó hasta toparse con aquel vestido que portaba, haciendo inmediatamente una mueca de asco -¿Que diablos traes puesto?- dijo sin considerar que había personas extremadamente cerca que podían escucharla. Chris no era de vestidos y avara ni se diga, los odiaba con toda su alma por ser demasiados sugerentes y poco prácticos a la hora de luchar.