E3: Hilos rojos y amarillos (Cerrado)

Izark siempre fue una persona de andar apresurado, había desarrollado aquello en su infancia al vivir dentro de una grupo de nómadas que pocas veces descansaban, eso en conjunto con sus largas piernas lo hacían dar largas pisadas. Era rapido si, pero de nada le servía tomando en cuenta que era demasiado alto y vistoso, sin embargo el manto oscuro que cubría la ciudadela estaba ayudando bastante. No miro atras en ningun momento y solo se detuvo cuando sintió que estaba lo suficientemente lejos, por un momento había olvidado el por que nunca salía de la mansión, las multitudes no eran de su agrado y le creaban demasiada incomodidad y tensión. Si conocía a las personas no había ningún problema pero el estar rodeado de tanta gente extraña y ser el objeto de múltiples miradas fijas en conjunto con aquellos pequeños comentarios sobre el simplemente lo destrozaban. Después de la baja masiva de su imperio quedó demasiado traumatizado y eso ni siquiera Jago lo sabia, el clan no crecía simple y sencillamente porque Izark no quería pasar por una desgracia otra vez, si eso volvía a pasar el vástago simplemente no podría seguir adelante.



Después de mucho caminar, volvió a encontrar un lugar aislado y perfecto para el, podía ver a una que otra pareja pasando por ahí pero estaba seguro de que ahora nadie iba a molestarlo. Se recargo contra la pared de un edificio, cruzo sus brazos, suspiro y su mirada cayó -¿Que diablos estoy haciendo aquí?- se cuestionó con una mano frotando su rostro con pesadez, la imagen de Zaniah llegó a su mente para quedarse, un sentimiento de culpabilidad lo invadió recordando que había dejado sola a la joven, pero a su parecer ella estaba mucho mejor acompañada ahora. Su mirada se topo con aquel listón rojo que Jago tanto insistió en que llevara, soltó una risa pesada y negó con la cabeza -No creo que haya segundas oportunidades para alguien como yo- dejo el listón en su brazo y recargo pesadamente su cabeza sobre aquella pared.

Izark escucho aquella voz familiar, abrió los ojos un momento y observó a Zaniah caminar en dirección a el -No tienes idea de cómo las odio- dijo refiriéndose a las multitudes. -Disculpa por dejarte tan de repente- decidió sentarse en aquellas escaleras que tenía a un lado, solo para que la diferencia de estaturas no fuera tan evidente y siendo completamente sincero, Izark quería mirar directamente a la joven. El silencio se hizo presente por varios minutos, no quería tocar ese tema pero en vista de la situación era mejor dejar en claro unas cuantas cosas.

-Me disculpo por lo que presenciaste aquella vez en la tableta arcana- a pesar de haberse posicionado solo para observar a la chica, su mirada se encontraba perdida -Tenías razón, no estabas obligada en ningún momento a decirme el tipo de relación que tienes con el señor Velfast- apretó fuerte los puños, odiaba sentirse tan minusculo y aun mas reconocer que se había equivocado, sin embargo, se sentía bastante bien el hablar sobre cómo se sentía con Zaniah. Su mirada volvió a posarse sobre la chica esperando su respuesta, sus ojos mostraban a otra persona, alguien mucho mas débil y con un gran corazón.

Musito una pequeña risa desde el fondo de su garganta al escuchar lo último -Supongo que es verdad- últimamente sus oídos se habían llenado de elogios por parte de todo el mundo, pero Izark no sentía que cumplía con todos aquellos adjetivos, solo era un hombre preocupandose por si mismo y nada mas, tanto sus sirvientes como sus hijos eran un simple extra, de hecho el los necesitaba mucho más de lo que podían llegar a pensar. -Es gracioso, vine aquí sin ninguna intención de buscar algo en especifico y sin embargo te encontre a ti- su mirada se clavó fijamente en ella.

-Eres una buena chica Zaniah y me agradas demasiado- Poso su mano sobre el hombro de la chica, lo cual fue bastante placentero, no había tocado de esa forma a nadie en décadas, por un momento su corazón se encogió y recordó sus días como un simple humano, tan débil, lleno de sueños y más importante... Vivo. -Y es por eso que te libero de la deuda que tenías conmigo- no estaba del todo seguro si era una buena idea, pero ya estaba hecho y no podía dar marcha atrás -Solo no te metas en mas problemas niña- totalmente libre de tensión y completamente confiado, Izark se acercó a la joven y plantó un pequeño beso a un lado de su cabeza, riendo un poco cuando volvió a acomodarse en aquellas escaleras. 

Al sentir como la arconte tan cerca, el cuerpo del vástago se estremeció por completo y de forma casi instintiva rodeo con sus propios brazos a la chica, recibiendo gustosamente en su cuello mientras el hacía lo propio posando su cabeza contra la de ella. Inhalo profundamente embriagándose con el olor que ella emanaba, era dulce y extrañamente relajante para él, lo cual causaba que el vástago no quisiera soltarla ni alejarse nunca de el, pero la misma joven fue quien se separó apenas unos centímetros solo para que sus miradas volvieran a encontrarse.

Volvió a musitar una risa ante el comentario de la chica -Me agrada como suena eso- una de sus manos descansaba en la espalda baja de Zaniah, mientras que la otra subía hacia su rostro, acariciando sus mejillas -Puede que en algún momento te llame para que entretengas a los niños, les gustaran tus orejas- roso la punta de sus dedos con el contorno emplumado de sus largas orejas imaginando por un momento todas las travesuras que harían los niños de la mansión junto a la arconte.

El lenguaje corporal de la chica era fácil de leer y a Izark le fascinaba lo que había logrado. Alejo sus manos permitiendo así que Zaniah se relajara un poco, pues la notaba algo "incomoda". Cuando la joven se quitó aquel listón rojo del brazo, Izark observó el propio e hizo lo mismo -Supongo que si- ambos listones se dejaron llevar por la suave brisa nocturna hasta perderse en la obscuridad. Recargo un poco su espalda y codos en los escalones que tenía detrás, con la mirada al cielo suspiró, sentía como si se hubiera desecho de un gran peso.

-¿Cómo terminaste involucrada con Velfast?- desde el primer momento en que aquello se había mencionado por medio de la tableta arcana, Izark quiso saber todo, le causaba demasiada curiosidad e intriga -Disculpa la pregunta tan directa, me causa curiosidad- no quería dar una imagen equivocad a la chica, solo quería saber.

Escuchó atentamente las palabras de la chica como si su vida dependiera de ello, sin mirarla directamente ya que sus ojos se encontraban viendo un punto muerto en el cielo comenzo a recordar sus días en la Velfast. Los primeros años fueron bastante tranquilos, pero en el fondo Izark no podía soportar la idea de vivir bajo el mando de otra persona y fue por eso que en cuanto vio una oportunidad decidió tomar lo poco que poseía y largarse de la mansión junto con sus hijos, volviendo a reconstruir poco a poco sus vidas.

-Interesante- fue lo único que dijo el vástago después de todo el discurso que la arconte le había dado -Aveces me veo tentado a regresar a el y aprender todo lo que pueda, por algo es el lord de Reapergate- se sentía bastante seguro diciéndole eso a la joven, jamás en su vida se atrevería a contarle tal cosa a sus hijos y mucho menos a sus sirvientes -Pero un rey no se doblega completamente ante otro- se fue incorporando quedando sentado correctamente, con la espalda recta y la mirada hacia adelante -Si algun dia tienes algun problema, no dudes en acudir a mi Zaniah- palmeo la espalda de la chica al ver como esta abrazaba sus propias rodillas y suspiraba.

A pesar de estar rodeados por el silencio y la oscuridad el ambiente seguía siendo agradable, al menos para izark y llegado a este punto no sabia si disfrutaba demasiado de la compañía de la arconte o era por culpa de aquel hechizo que dominaba toda la ciudadela. También cabia la posibilidad que la poca o ya de plano nula actividad arcana del lugar le brindarán una sensación de serenidad y seguridad que el tanto anhelaba, fuese lo que fuese el vástago se sentía ligeramente contento y eso no pasaba todos los días.

-Es una buena pregunta- dijo mientras se incorporaba lentamente poniéndose de pie junto a aquellas escaleras, la diferencia de tamaños entre ambos era bastante notoria, cosa que a Izark le parecía bastante "adorable". -¿Acaso Velfast nunca te dijo que un vástago no puede distinguir ningún sabor más que el de las cenizas en los alimentos y bebidas?- ya era la segunda vez que Zaniah le ofrecía algo para tomar y le parecía extraño que no supiera aquel dato tan importante teniendo en cuenta que trabajaba para Lysander. 

-Nadie te pidió que corrieras tras de mí- soltó una risa mirando de reojo a la joven. A lo lejos y gracias al silencio del lugar donde estaban, la Musica del evento principal se escuchaba en todo su esplendor. Izark extendió su mano hacia la chica, una gran sonrisa en el rostro mirándola directamente a los ojos -¿Bailas?- dijo simple y directo justo como solo el sabia serlo.