Abraham Shelley
Los Invictos
El pasado por más que se deje atrás, te alcanzara.
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Post by Abraham Shelley on Aug 31, 2017 17:57:15 GMT
Mirovia, la última opción y salvación de los Arcanos, un lugar que Abraham esperaba no tener que llegar, quedarse en aquel mundo que mostraba únicamente odio a los de su especie, pero que por algunas personas descubrió que aun en un mar de odio se pueden encontrar islas en las cuales la belleza y la paz se pueden contemplar.
Pero la tormenta había llegado y arrasado con aquellas islas.
Se iba a ahogar, su vida iba a acabar, pero…
—Hmmmm— Se había quedado adormilado, era mediodía y para llegar hasta los límites exteriores del Bosque de las Hadas había preferido viajar de noche.
Llevaba solo un año en Mirovia y los siete primeros meses los ocupo para curarse de sus heridas que aun como cicatrices en su cuerpo y rostro se podían llegar a observar, un recordatorio que por más que huyas del odio en algún momento este te envolverá y ahogará.
Pero por eso estaba allí, ocultándose de los propios Arcanos al desconfiar de ellos y el hecho de que temía al verlos como otras criaturas, aun cuando serian sus semejantes, los observaba con cierto recelo.
Una vida entre los humanos que exterminaron o bien atraparon a todos los de su especie y semejantes hizo que terminara conviviendo solo con aquellas criaturas que alguna vez admiro, pero ahora solo lograba recordar vagamente de aquella forma pues su imagen, fresca por el dolor que siente cada vez que intenta dormir, les a desfigurado en criaturas abominables, más terroríficas que la pesadilla más siniestra que se pudiera llegar a desear.
Pues fue así, a fin de cuentas, que en el año que lleva de habitante en Mirovia ha intentado evitar por todos sus medios y tácticas a otros Arcanos, pero hoy, hoy se encontraba vulnerable pues admiraba algo que lograba cautivarlo y alejarlo de sus recurrentes pesadillas o tormentosos recuerdos.
Un girasol.
La flor más grande que la gran mayoría de otras flores crecía con un tallo grueso y largo, lo suficientemente fuerte para sostener la gigantesca flor y sus innumerables semillas que eran rodeadas por sus grandes pétalos amarillos.
Sus gruesas y grandes hojas oscilaban con el viento que penetraba al Bosque de las Hadas mientras Abraham con su parasol de cuero negro se cubría de los rayos del sol que caían sobre él.
Hipnotizado como una luciérnaga con una lampara, sus ojos se mecían con el mover del girasol, vulnerable, visible, completamente distraído una leve sonrisa se dibujaba en sus labios, mas, su aspecto era algo deplorable, pues usando la misma y única ropa con la que había llegado a Mirovia esta se podía ver aun manchada por sangre vieja y seca, remendada torpemente en cortes que tenía y arrugada, pero limpia, él lo que a olor uno se refería.
Así que aquel porte que bien debería tener un ser de su especie, un vampiro, aquella elegancia característica de su especie se perdía en aquel aspecto de vagabundo herido.
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Martina
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Post by Martina on Sept 2, 2017 8:18:12 GMT
La elfo caminaba lentamente adentrándose al bosque de las hadas. A pesar de haber escuchado tanto sobre él, se había tomado demasiado tiempo en decidir visitarlo. Había logrado cumplir su meta de abrir su propia tienda en la ciudadela y finalmente las cosas parecían marchar bien. Tenía un par de clientes ocasionales y ganaba lo suficiente para salir adelante cada mes, pero no deba confiarse. Poco a poco empezaban a salir obstáculos y se dio cuenta no podría continuar con su vida tranquila si no hacia algo al respecto.
Había preparado un nuevo atuendo para su pequeña excursión llevando consigo a su grimorio Parma. Dentro de él había hecho algunas anotaciones y marco páginas con recetas que podrían ayudarle en su trabajo. Flores, plantas y raíces que podía encontrar y que volvería ingredientes para usar en sus proyectos. Continuaba caminando con su libro en mano, esperaba poder encontrar plantas similares a los dibujos de las paginas, aunque si debía ser honestaba no estaba completamente concentrada, ella venia de una comunidad de elfos al norte, rodeada de árboles enormes y viviendo muy en armonía con la naturaleza. El cambio experimento al mudarse a la ciudadela fue grande y el estar de nuevo en un bosque le creaba un sentimiento de paz y nostalgia.
Sus pasos se hicieron más lentos al notar algo a lo lejos.. una figura obscura cuyos colores destacaban con el resto. No pudo evitar sentir curiosidad y comenzó a acercarse muy sigilosamente, había un extraño aroma que le causaba una sensación de inseguridad, pero no estaba segura de que podría tratarse. Llego a estar lo suficientemente cerca para notar se trataba de un hombre con un parasol - “……………..”- guardo silencio unos segundos ante la extraña escena frente a sus ojos - “….hola?” -fue lo primero se le ocurrió decir en un tono muy bajo e inseguro.
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Abraham Shelley
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Post by Abraham Shelley on Sept 2, 2017 21:53:40 GMT
Abraham se a tal punto concentrado en la figura y los pétalos de los girasoles que estaba observando que ignoraba completamente la presencia de la elfo, de hecho se encontraba tan sumido en aquellas flores que parecía casi estar soñando despierto.
Un campo de girasoles, inmenso hasta donde la vista pudiera llegar, un horizonte amarillo donde una casa sencilla de dos pisos sobresalía sobre toda aquella quietud, donde el viento al soplar hacia mecer las caras de aquellas grandes flores que miraban al sol como los espectadores de un concierto.
Eran los recuerdos que tenía Abraham en su mente hasta que una voz le interrumpió.
Se dio media vuelta para mirar a la elfa, pero aquello lo hizo como un salto, casi alterado, como si de improviso aquella imagen en su mente se viera derrumbada y no fuera capaz de soportarlo.
El parasol que llevaba sujeto en su mano se resbalo de sus temblorosas manos, Martina fue capaz de ver el terror, el pánico en los ojos color miel de aquel hombre al notar como aquel objeto se alejaba de sus manos como si fuera su propio corazón.
—¡No no no no no!— Repetía mientras, de forma torpe por su conmocionada mente intentaba atrapar el objeto, pero el cual cayo delante de Martina en un pequeño riachuelo, pero de aguas rápidas, el cual les separaba.
Abraham intento atrapar aquel objeto, pero apenas se acercó a unos metros a Martina se detuvo en seco, parecía dudar, bastante de hecho, pero a su vez se podía ver en sus ojos, en su rostro la necesidad de recuperar aquel parasol que se empezaba a alejar rápidamente de ellos por aquel riachuelo.
Era tal su atención a aquel objeto que llegaba a ignorar el ardor por el sol en su piel.
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Martina
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Post by Martina on Sept 3, 2017 0:27:42 GMT
Con mucho cuidado vuelva a colocar su libro dentro de la bolsa colgaba de su cintura. Había escuchado rumores sobre creaturas extrañas en el bosque al igual que diferentes arcanos viviendo en ellos. Era muy pronto para asumir se trataba de alguien peligroso aunque sus sentidos le decían debían andar con cuidado.
Retrocedió unos pasos cuando aquella persona se dio vuelta de manera tan súbita. Se trataba de un hombre, sus prendas se veían en mal estado y parecían estar cubiertas de sangre. No tuvo tiempo de sacar conclusión al ver su expresión, la elfo se quedó petrificada al ver su expresión de pánico y no estaba segura cómo reaccionar o que debía hacer. Acaso algo le había ocurrido? No estaba segura si aquel hombre necesitaba ayuda.. o si ella estaba en el lugar equivocado en el momento incorrecto.
La elfo había crecido en un ambiente muy tranquilo y este tipo de situaciones eran nuevas para ella, pero la cortesía era algo le habían enseñado desde joven y casi como un reflejo natural se inclinó intentando atrapar el parasol el cual cayó bastante cerca de ella. - “ .. !” - Las palabras del hombre la alarmaron como si él estuviera sintiendo algún tipo de dolor al perderlo. Termino hundiendo sus pies, ignorando que su calzado se mojada, dentro del riachuelo para perseguir y alcanzar aquel parasol. Era un elfo, sus movimientos eran rápidos y pudo alcanzarlo, se da prisa y camina rápidamente de regreso hacia el hombre casi tropezando colocando el parasol encima de él, este aun en manos de ella.
- “..A-aquí esta!” – le dice. Muy mente tenia tantas preguntas pero la expresión de miedo él le mostro la detenía. – “ L-Lo e recuperado.." – lo miraba atentamente, no le importaba fuera muy obvio esta mirándolo fijamente.
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Post by Abraham Shelley on Sept 3, 2017 6:37:56 GMT
Abraham no podía quitar sus ojos de encima a su parasol el cual se alejaba por el riachuelo temiendo perderlo de vista no quitaba sus ojos de su preciado parasol, temía perderlo para siempre o que en el riachuelo se llegara a romper, pero entonces pudo ver como la elfa con notoria agilidad sumergió sus pies dentro del riachuelo y llegar con su agilidad, por mucho, superior a la suya, pudo alcanzar en un abrir y cerrar de sus ojos su parasol.
Martina pudo observar como el alivio y la tranquilidad empezaba a aparecer en los ojos del vampiro el cual apenas tuvo oportunidad tomo su parasol, sacudiéndolo con cierto cuidado, pero colocándolo nuevamente sobre si para cubrirse del sol.
Algunas gotas aun parecían quedar en el parasol las cuales caían sobre el pelo y piel algo roja por su exposición al sol, pero Abraham parecía ignorarlo.
—Lo siento— Se disculpo con suave voz, una galante, una que no ocupaba hace mucho tiempo, serena, suave y tranquila como educada.
Casi parecía degustar aquellas palabras con cierta delicia.
—Muchas gracias y lo siento si llegue a asustarte, soy… soy Abraham— Extendió su mano, la cual mostraba una cicatriz en su palma, parecía ser una V atrapada en un círculo.
Martina ignoraría su significado, pero aquella marca fue usada por los humanos para identificar a los de la especie de Abraham, una marca llena de odio y dolor.
Aquella mano se mantuvo extendida mientras una leve sonrisa aparecía en aquellos labios un tanto pálidos, no por que fuera su color pues se notaba en el mover de su cuerpo, en su mirada la falta de energía como unas leves ojeras que de igual modo decoraban su cansado semblante, pero fuera de aquello, parecía menos alterado e incluso, quizás, algo feliz de, aunque fuera un encuentro muy sorpresivo para él, conversar con alguien desde que había llegado a Mirovia.
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Martina
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Post by Martina on Sept 3, 2017 21:34:02 GMT
Sujetaba el parasol, aun mojado, por encima de aquel hombre, no comprendía sus motivos pero parecía tratarse de un objeto de mucho valor para esa persona. Su piel mostraba enrojecimiento, se veía doloroso. Escucho su voz la cual era suave dándole a entender que empezaba a sentirse calmado.
“ No, descuide.. Yo fui quien lo sorprendió” - el se encontraba atendiendo sus asuntos cuando Martina solo se acercó sin aviso, debió haber tenido al menos la cortesía de ver si no lo estaba interrumpiendo. – “ Mi nombre es Martina, un gusto” - miro como le extendía su mano y no pudo evitar notar la cicatriz, esta tenía una marca demasiado peculiar.. Casi hecha a propósito. Decide solo darle su propia mano para saludarlo, era una cortesía.
“ Se encuentra bien? “ -le pregunta esperando su respuesta aclarara un poco toda la situación, su postura y las marcas en la ropa. No podía preguntarle directamente. – “ Caminaba por este sendero y no pude evitar acercarme , espero no haber interrumpido algo“
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Abraham Shelley
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Post by Abraham Shelley on Sept 4, 2017 4:18:55 GMT
Estrecho la mano con cierta delicadeza, con cortesía para luego separarlas y sujetar también con ella su parasol el cual había dejado ya de gotear, aunque aún el aspecto húmedo permanecía en el cuero negro de esta.
—Bueno, no negare que me sorprendiste, a decir verdad, creo que fue muy notorio— Su sonrisa iba creciendo con cada palabra, realmente estaba disfrutando hablar con aquel arcano.
¿Hace cuánto que no hablaba debidamente? Quizás décadas pues los humanos que le tenían cautivo realmente nunca le hablaron, más bien insultaban.
—Y si, me encuentro bastante bien, no te preocupes por ello— Podía notar la preocupación en su voz, aunque fuera de forma leve, pero lo que más noto fue su mirada y el cómo observaba sus prendas un tanto maltrechas y sus cicatrices.
—No te preocupes por ellas— Sonrió —Son de hace mucho tiempo, ya no duelen.
“Excepto una”- Pensó.
—Pero si me permite es ahora mi turno de preguntar ¿Qué le trae hasta aquí? Yo, por mi parte, solo quería saber si las cosas que decían de este lugar y poseía miles de flores que contemplar, solo… no esperaba encontrar girasoles.
Movió su cabeza quedando de perfil a la vista de Martina, sin notarlo nuevamente se quedó observando un girasol para pestañar rápidamente y nuevamente prestarle atención a la elfa y su respuesta.
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Martina
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Post by Martina on Sept 4, 2017 16:12:48 GMT
Con cuidado sujeto su mano unos segundos y gentilmente le pasa el parasol. La elfo levanto la mirada una última vez hacia aquel parasol de color negro, a simple vista parecía tratarse de un objeto normal pero a juzgar por la forma en la que reacciono al perderlo debía tratarse de algo valioso. El verlo sonreír poco a poco desvanecía sus nervios y podía hablarle de forma más natural.
El había confirmado sus heridas eran del pasado así que no habría necesidad de volverá preguntar por ellas de otra forma seria descortés de parte de ella . Él había tenido la amabilidad de aclarar sus dudas así que haría lo mismo – “ Vine a conocer el bosque, es un área aun no conozco y quería familiarizarme con ella. “ –llevo una mano a su mejilla y miro a su alrededor, había notado el girasol.. el mismo el observaba antes de sorprenderlo. Omitiría por el momento que buscaba plantas y raíces para usarlos como ingredientes.
- “ .. No crei ese tipo de flor fuera capaz de nacer en un bosque” -le dice con un poco de asombro, en cuanto el hace mención a los girasoles, era una planta que requería mucha sol, el que hayan sido capaces de crecer en un lugar rodeado de árboles significaba eran especiales. … ahora quería una.
Sacudio un poco su cabeza y volvio a concentrarse en la persona en frente de ella - " ah- perdon. No me e presentado, mi nombre es Martina"
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Abraham Shelley
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Post by Abraham Shelley on Sept 4, 2017 20:17:38 GMT
—Tu nombre me recuerda a una variedad de Dahlia, una flor muy bella— Pronuncio apenas escucho su nombre con una tranquila sonrisa, ya estaba del todo calmado y a gusto con la extraña, aunque ahora podría decirle conocida.
—Mi nombre también tenía un significado… o referencia, pero ya la olvidé, tiendo a recordar más cosas sobre las flores que sobre si mismo— Rio débilmente como si aquello le pareciera cómico y de hecho, así era.
—Y los girasoles son flores… y lo bello de las flores como toda planta es que no importa donde llegue su semilla, si son fuertes y se les cuidan florecen aun si están rodeado de una tierra muerta… una isla en una tempestad— Lo último pareció decirlo casi para si mismo.
—… ¿Puedo… acompañarte? Es decir, se me hace grato tener a alguien con quien al fin conversar y también quiero conocer el bosque, pero me parece tan extraño que no quiero perderme— Era algo absurdo, pero en realidad Abraham temía de esta tierra y de sus habitantes, pero Martina le daba un aire de tranquilidad como aquel que ve en una pradera bajo el sol de la primavera a una margarita.
—¿Puedo?— Volvió a preguntar esperando su respuesta mientras su parasol se movía levemente por el viento.
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Martina
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Post by Martina on Sept 5, 2017 2:59:00 GMT
Camino un poco acercándose al girasol aun con la mirada fija en aquella persona. –“ De verdad? ~ Yo no he pensado mucho en el significado de mi nombre” - quizás de niña lo haya hecho, pero desconocía bastante de las plantas, el saber su nombre podría estar relacionado con una flor era algo agradable y quizás la primera vez lo escuchaba. Sonrió un poco al escucharlo hablar, sus palabras parecían esconder un significado detrás de aquellas explicaciones acerca de las flores.
Llevo sus manos hacia atrás, pensando sobre su propuesta. Él también la había sorprendido , el encontrarlo de esa manera en el bosque pero.. Alguien que se expresara de esa manera sobre las plantas no podía ser tan malo, cierto? Ella era una persona positiva y veía el lado bueno de la mayoría de las situaciones así que no veía razón para no hacer lo mismo esta vez. Además ella buscaba plantas y el parecía saber sobre ellas, no había comparación ya que ella no podía distinguir una flor de otra sin ayuda de un libro.
Entrecerro los ojos sonriendo – “ De acuerdo ~ Pero tengo una pequeña condición “ -se llevo su mano cerca de su propio mentón - “ No me has dicho.. como debería llamarte? “ -le pregunta ya que el no se había presentado o dado algún nombre para que ella usara al referirse a el. " Si no me das un nombre tendre que buscar uno yo misma" -dice bromeando un poco.
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Post by Abraham Shelley on Sept 5, 2017 4:30:19 GMT
Que raro, juraba haberle decido el nombre ¿Oh quizás entre sus palabras y los sucesos se le hayan podido olvidar?
Aun así, dependiendo de lo que hizo que olvidara que si le menciono su nombre sonrió agradablemente ante la propia idea que Martina le dio.
—¿Y porque no me pones un nombre? Yo te llamare Dahlia, ahora te toca ponerme el nombre de una flor ¿Qué te parece?— No lo hacía por molestar, quizás por mera inocencia, una pequeña dosis de aquella inocencia que hace tanto tiempo no observaba en alguna persona y Martina parecía ser una criatura tierna y dulce de la cual no tendría por que temer.
Miro el girasol y por un momento creyó que Martina se interesaba en ella, pero si entraban al bosque y los rumores eran verdad quizás se interesarían en otras muchas flores que quizás podrían encontrar.
Aun cuando sentía que su cuerpo le pesaba y su mente no estaba del todo despierta, su deseo de volver a ver un verdadero jardín era mayor a todos sus males.
Deseaba ver los colores de los pétalos temblar con la brisa del viento, las gotas de agua caer de sus hojas mientras recorren tímidas sus tallos, escuchar el sonido de las ramas crujir, el pasto ser aplastado.
El sonido de la verdadera vida y quizás, felicidad que hace tantas décadas extrañaba.
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Martina
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Post by Martina on Sept 6, 2017 4:31:12 GMT
Su naturaleza la hacia una persona bastante relajada, solía bromear cuando se le daba la oportunidad, era su forma de lidiar con situaciones algo serias. A juzgar por la apariencia de la persona frente a el se esperaba una respuesta seria, que el le dijera su nombre. Su mirada no oculta su sorpresa al ver le estaba siguiendo el juego. Además el tenía su propio apodo para ella…esto..esto no había pasado antes?! Normalmente era ella quien le pedía a sus conocidos usar apodos para ella, era una forma de mostrar confianza, no se había topado con alguien que le diera un apodo.. y el de una flor.
Se quedo en silencio unos segundos llevándose la mano al mentón, el había elegido una palabra de algo el conocía , asi que ella decía hacer lo mismo. Pero Martina no era muy lista en comparación con otros elfos.. su falta de seriedad era algo que chocaba con sus familiares en casa. De pronto se le vino algo a la mente que conocía.. agujas, costuras e hilos. “…Hem.” -dijo nada mas. – “ Te llamare Hem ~ pero no te dire que significa aun” -le dice llevándose el dedo índice a sus propios labios. Martina se sabía de memoria todo lo relacionado con lo que más le gusta.. Coser. Aquella palabra eligió por el era un tipo de costura con agujas, bastante resistente capaz de mantener las cosas en su lugar, parecía apropiado para el. Queria esperar un poco y conocerlo mejor, no queria malinterpretara la intencion detras de ese nombre.
“ Bueno, creo entonces podemos ponernos en marcha? Esto solo es la entrada del bosque y pensaba recorrerlo un poco mas”
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Abraham Shelley
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Post by Abraham Shelley on Sept 6, 2017 19:29:04 GMT
—¿Hem?— No pudo evitar no pronunciar aquel apodo pues lo desconocía completamente, le sonaba, pero era tan lejano a la vez que parecía que los recuerdos que podrían traerle aquella palabra simplemente se encontraban enterrados en su memoria tan profundo que no era capaz si quiera de desenterrarlos de sus tumbas.
Pero le gustaba, por alguna razón aquel nombre con el que le bautizo Martina o, mejor dicho, Dahlia.
—Bien pues Dahlia— Sonrió dulcemente al decir su apodo —Veamos que cosas puede ocultar este bosque— No podía negarlo se encontraba sumamente feliz ante la idea de entrar a un jardín, uno silvestre, salvaje, natural y hermoso.
Dahlia pudo notar entonces como Hem le acerco su brazo de forma galante, le estaba proponiendo que se sujetara de el para dar aquel paseo, como una dama y un caballero que juntos salen a pasear al parque bajo la luz de la primavera, con el aroma de las flores de los damascos y ciruelos.
Una pequeña muestra de confianza por parte del vampiro.
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Martina
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Post by Martina on Sept 7, 2017 4:05:49 GMT
Ella asintió, lo observo esperando una respuesta a la sugerencia de apodo. No hubo ninguna queja u objeción, parecía incluso había sido de su agrado. Se sentía bastante contenta la elección fue correcta.. Aunque no podía evitar pensar si había algún motivo en especial por el cual esta persona no quisiera dar su nombre real. Quizás conversando un poco más el se sentiría en confianza de decírselo.
Se detuvo al ver este le ofrecía el brazo, un gesto de un caballero. Era algo poco usual tomando en cuenta en donde se encontraban, ella era un elfo este tipo de ambiente era natural para ella, era ágil y podía moverse fácilmente si era necesario. A simple vista Hem se veía como un caballero perteneciente a alguna ciudad, seguramente el no tendría mucha experiencia en un lugar como un bosque , en caso de presentarse algún problema ella podría asistirlo mas fácilmente si estaba cerca.
“ De acuerdo” -le dice aceptando su brazo. Aun no sabía que tipo de persona era la que tenía a su lado. – “ Estas en el bosque buscando algo en particular? E escuchado hay plantas pueden ser valiosas para un boticario”
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Post by Abraham Shelley on Sept 7, 2017 6:23:29 GMT
—Solo quiero ver flores y quizás llevarme una o dos— Su sonrisa se volvió cálida al sentir como tomaba su brazo. Hem resonaba en su mente como un eco que se ahogaba en lo profundo del mar, pero el cual lentamente iba resonando cada vez más fuerte en su mente, pero aun así el significado le resultaba desconocido. —Y quizás de estar en época, brotes, semillas que pueda plantar— Acabando de responder las preguntas de Dahlia se dispusieron a empezar el paseo por el bosque. Los segundos pasaron raudos seguidos de los minutos detrás suya y parecía que Hem desde que había entrado al bosque había permanecido en silencio, no parecía importarle pasar de largo de margaritas, tulipanes, rosas o jazmines que tentaban a la vista con sus hermosos y variados colores. No se detuvo y no dejo que se detuviera Dahlia a ver aquellas bellas flores hasta que de improviso se detuvieron ante un claro. Las flores permanecían cerradas a falta de la luz que por los árboles que les rodeaban se veía obstruida, el viento soplaba débilmente por entre las ramas de estos y filtrándose por la ropa de la pareja que miraba en silencio aquella triste escena. Hasta que el sol se posiciono correctamente y los primeros rayos de sol penetraron en el bosque. Los capullos morados de las flores que habían permanecido ocultos para la vista de ambos se abrían al sentir el cálido tacto de la luz y la fragancia a lavanda de aquellas flores empezó a florecer como los colores del bosque. El aroma de los árboles de cipre se combinó en una danza de aromas con el del tejo y la secuoya, una fragancia débil que acompañaba al de las flores en un exquisito perfume. Era tan simple la escena, pero a su vez aquella simpleza de colores, tan plana, pero a su vez viva, acompañada del susurro de las ramas de los árboles, el cantar de los gorriones, la sonata del grillo y la calidez del sol sobre su piel hacían de la escena hermosa. Hem permanecía en silencio con su parasol cubriendo su rostro de la luz del sol, pero bajo aquella sombra las lágrimas corrían por sus ojos.
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