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Post by Kravla Thelnak on Sept 11, 2017 16:48:16 GMT
- ES PERFECTO.
Ups, el caballo se había asustado un poco con la energía que la orco profesó al escuchar "comida" y "acampar". No tenía absolutamente ninguna prisa por llegar a Templo del Verano, no, no; la comida era más importante. La mujer buscó en su mochila una frazada que tendió en el piso para que pudieran sentarse y sacó también un cuenco de madera que utilizaba de plato y de taza cuando era necesario, pero generalmente prefería beber agua directo de su cantimplora. Por lo demás, sacó el odre, bebió un trago y le ofreció agua a Van, que debería haberse cansado arreglando el carro. También se acomodó al lado del selkie, dispuesta a ver y aprender cómo iba a preparar el pescado.
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Post by Van Feris on Sept 13, 2017 19:38:24 GMT
La respuesta también sorprendió al selkie. No pudo evitar, sin embargo, soltar una risita despu´se de que pasase el shock inicial. Entonces asintió y buscó en el carro, sonriendo al comprobar que su bolsa de provisiones ahí seguía. De ahí sacó una pequeña sartén de metal. Además, empleó unos de los pequeños leños que estaban amarrados dentro del carro de madera y los colocó en la tierra, comenzando a hacer un fuego con paciencia. Tomó también un poco del agua de Kravla, agradeciéndole con la cabeza.
-Sabe mucho más rico preparado que crudo, la verdad - dijo el chico, obviamente refiriéndose al pescado. - Además, nosotros tenemos las mejores recetas. ¡Te va a gustar mucho!
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Post by Kravla Thelnak on Sept 14, 2017 17:11:15 GMT
Kravla tomó el agua de vuelta y la dejó a un lado. Estaba decidida a prestar atención a lo que hiciera Van y tratar de aprender aunque sea algo nuevo, aunque la cocina nunca fue su fuerte. - No me gusta cocinar -confesó.
Agachada sobre los materiales, los examinó mientras que el pescador hacia el fuego. Los leños pronto comenzaron a humear y prenderse, presagiando la fogata que no tardó en nacer. Era pequeña, pero solo la querían para cocinar, no para calentarse durante toda la noche. Serviría su propósito.
La orco tomó la sartén que el joven había traído y la examinó por lado y lado antes de entregársela a Van. - ¿Qué hay que hacer?
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Post by Van Feris on Sept 18, 2017 19:42:59 GMT
- A mí siempre me ha gustado - confesó el chico, sonriéndole. Era la verdad. Desde pequeño, cuando sus abuelos pusieron el negocio por primera vez, adoraba ver a su abuela cocinar los pescados que hasta esa fecha siempre habían comido crudos. Era una experiencia impresionante el poder generar sabor y emociones a través del alimento que era tan necesario para los arcanos.
Van recibió la sartén con una mano extendida y se arrodilló junto al fuego. Improvisó una pequeña estructura con unas rocas que estaba npor ahí y colocó la sartén a un lado. Entonces se acercó al carro para tomar un par de pescados y usar la estructura de madera como soporte. Ahí, con su cuchillo, comenzó a limpiarlos. - Pues hay que deshacerse de todo lo que no se come - dijo, haciendo referencia a sus acciones. - Supongo que es parecido a lo que harías al cazar para comer, ¿no?
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Post by Kravla Thelnak on Sept 20, 2017 3:01:09 GMT
- Supongo que sí se parece a cazar -respondió sonriendo. Nunca había visto la cocina de esa manera, a decir verdad. Si de verdad era tan así, entonces tenía que ser divertida, o más divertida que la cocina que la orco conocía. Tampoco era una gran fanática de la caza, pero sí le gustaba más que encerrarse a cocinar. La cocina al aire libre era, en definitiva, más interesante que la normal...
El tiempo pasaba y el hambre de Kravla aumentaba. Trató de distraerse observando el paisaje, pero todo se veía igual por todas partes. Un montón de hojas y árboles por ahí, otro montón de hojas y árboles por allá... ugh. Un segundo. Creyó ver que algo se había movido entre las hojas. Le dio un codazo a Van para avisarle, pero no alcanzó a decir nada, interrumpida por un fuerte rugido.
GROAAAAAAAARRRRRRRRRRG
¿QUÉ HABÍA SIDO ESO?
No sabía si acaso habían hecho demasiado ruido o si el olor de la pila de pescados estaba comenzando a fortalecerse con el calor, pero algo
se había sentido atraído por el lugar en donde estaban. Kravla literalmente corrió hasta donde estaba su lanza, preparada para atacar a lo que se que viniera. Joder, se había asustado. Estaba sudando y todo. Miraba sobre todo en dirección a Van y su caballo preocupada porque nada malo le pasara a ellos...
Fue justamente por eso que no vio al gran oso que la atacó por el costado. - ¡AAAAAAARGH! -Su lanza salió volando de su mano, pero aún así consiguió seguir luchando contra el oso. Los orcos eran grandes y duros, no iba a ser tan fácil derrotar a Kravla Thelnak. Eso, y no quería que se comieran a su nuevo amigo-. VAN, CORRE.
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Post by Van Feris on Sept 21, 2017 23:39:08 GMT
Todo pasó demasiado rápido. En cierto momento, el selkie se encontraba cocinando tranquilamente y charlando con Kravla. De pronto, sin embargo, un fuerte rugido anunció la llegada de una enorme criatura. Al ver al enorme oso, el caballo relinchó y salió corriendo una vez más, mientras que el selkie, atónito, miraba que la lanza de la orco salía volando. Pero era una gladiadora, ¿verdad? ¿Podría con esto?
Al observar la escena, el chico supo que sería incapaz de correr y dejarla ahí. Después de todo, ya eran amigos. También se percató de que el oso estaba completamente concentrado en ella, por lo que, sin pensarlo dos veces, desistió de la orden de su nueva amiga y se lanzó hacia la lanza tirada en el suelo. La tomó con ambas manos haciendo su mejor esfuerzo para extender la punta hacia adelante, y se lanzó en dirección al costado de la criatura con la intención de atacarlo y, con algo de suerte, que la lanza lo atravesara de algún modo o por lo menos lo espantara.
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Post by Kravla Thelnak on Sept 22, 2017 2:35:12 GMT
Van Fenris oficialmente acababa de ganarse el respeto vitalicio de Kravla Thelnak con ese acto de valentía.
El oso gruñó de dolor al sentir la punta de la lanza clavándosele en el costado y un hilo de sangre comenzó a correr en medio de su pelaje marrón, pero a la confusión de haber sido herido le siguió la furia ciega del dolor. La bestia se torció, todavía sollozando de rabia, y se dio una vuelta para poder atacar al selkie, pero también le dio espacio suficiente a Kravla como para agarrarlo de una pierna y morderlo con fuerza, lo que lo hizo caer al piso y volver a gruñir. Las mordidas de orco podían llegar a ser letales, pero desgarrarle la piel a un oso tampoco estaba mal.
Aprovechó el momento para salir de debajo del oso y correr hasta Van y ponerse frente a él, arrebatándole la lanza. El oso no tardaría en volver a levantarse, más lento pero igual de molesto. La bestia cargó contra la gladiadora y el pescador, dispuesto a lanzar cuantos garrazos fueran necesarios con tal de obtener el pescado que tanto quería.
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Post by Van Feris on Sept 22, 2017 2:59:04 GMT
De nuevo, todo sucedió en un santiamén. Por un momento, el chico pensó que tal vez la herida provocada habría sido suficiente para intimidar y asustar al oso. Sin embargo, no había sido así. Ahora, la criatura lo atacaría a él, y el chico no pudo hacer más que cubrirse la cara y esperar lo peor. Entonces, Kravla lo mordió y, para sorpresa de Van, logró distraerlo lo suficiente. En cuanto la criatura cargó contra ellos, el chico decidió intentar algo. Cerró los ojos y aclaró la garganta, para liberar una tonada muy particular. Era aquella canción de cuna que le cantaba su madre en su lengua de origen, la cual inmediatamente comenzó a retumbar entre las hojas como si de magia se tratase. El chico no lo había hecho mucho, pero sabía que era posible que fuera suficiente para dormir a la criatura. O eso esperaba.
Habilidad Usada: |
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Post by Kravla Thelnak on Sept 22, 2017 3:39:27 GMT
Orco y oso estaban listos para matarse cuando la acción fue interrumpida por aquella voz tan bonita. Kravla volteó a ver a Van, confundida y extrañamente calmada, y el oso se quedó como pegado. Ninguno de los dos entendía lo que estaba pasando, ni tampoco comprendían las palabras que el peliazul estaba pronunciando de forma tan melodiosa y tranquilizante. La gladiadora creyó perderse en el tiempo, detenida en un espacio de paz...
Pero sacudió la cabeza y logró recuperar el control sobre sí misma, por lo que volvió a esgrimir la lanza y, justo cuando iba a cargar contra el animal, se detuvo abruptamente. Ahora el oso estaba tan tranquilo como un gatito pequeñito y tierno, de esos que son bebés. Observó atónita cómo el oso avanzaba pesadamente hasta la caja con pescados, sacaba un par, se los comía y se ponía a dormir al lado. ¿Qué acababa de pasar?
Se volteó a ver a Van. - ¿Cómo hiciste eso?
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Post by Van Feris on Sept 22, 2017 15:45:19 GMT
Una sonrisa de complicidad gobernó la expresión de Van. Levantó los hombros e inclinó la cabeza mirando a la orco. - Canté - indicó, como si la otra no lo supiera. La verdad era que también vino como un poco de sorpresa para él, ya que nunca había tenido que usar su voz para eso. De todos modos, sabía que contaba con esa habilidad. Varios de los selkies que había conocido lo hacían. Era una práctica común de su madre y abuelos cuando tenían que escapar alguna criatura grande en el agua.
- No es raro. Los selkies también tenemos nuestros propios trucos, como podrás ver - dijo, sonriendo, antes de voltear a ver al oso dormido y posteriormente a la lanza. - Creo que ensucié tu lanza y atraje un oso con mi pescado. No te traigo la mejor suerte, ¿no?
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Post by Kravla Thelnak on Sept 24, 2017 20:08:20 GMT
- Me gustan esos trucos -le dijo a Van mientras que volvía a observar incrédula al oso. Era tan extraño solucionar un ataque sin violencia... bueno, igual los selkies eran pequeños. No se imaginaba a Van pelando de verdad con un oso, o con nada que no fuera un pez, pero era un joven valiente y su canto había sido bastante impresionante. Kravla sonrió, contenta de haberse hecho un nuevo amigo tan genial.
Se limpió la boca, se rió de la "mala suerte" de Van y fue a su lado para poder darle unas palmadas amistosas en el hombro. Quizás él también necesitaba un amuleto de la suerte, no sería la primera vez que la orco tenía que acompañar a un ser acuático a buscar uno. - ¡No me traes mala suerte! Solo tú tienes mala suerte. O el día trae mala suerte. No sé... estamos vivos, eso es bueno. Puedo limpiar mi lanza luego, vamos por tu caballo y larguémonos de aquí.
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Post by Van Feris on Sept 27, 2017 18:16:25 GMT
Van sonrió. No era una oportunidad común el poder demostrar sus habilidades de selkie. Eran bastante únicas y efectivas, por lo menos a su parecer, pero lo cierto es que su vida pacífica no lo hacían tener que combatir con frecuencia. Supuso que, de todos modos, aquello del pescado cocinado tendría que esperar. Lo mejor sería alejarse de ahí en caso de que estuvieran atrayendo a alguna otra bestia peligrosa de la selva misteriosa que les rodeaba. Además, el caballo había huido. De nuevo.
- Normalmente tengo buena suerte - dijo el selkie, levantando los hombros. Se estiró y asentió a la orco. - La verdad es que hasta ahora no ha estado nada mal el día, ¿no? Algo raro seguro, pero nada mal. - comenzó a emprender su camino a pie en dirección al caballo. Por suerte, se le veía un poco más allá. Ahora no había escapado tan lejos.
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Post by Kravla Thelnak on Oct 3, 2017 1:48:43 GMT
Van tenía absolutamente toda la razón. - Nada mal -repitió después de él. En otro momento le contaría la historia de sus "amuletos de la suerte", ahora lo importante era encontrar al caballo.
Ambos arcanos avanzaron al mismo paso, sin mayores preocupaciones, hasta donde este estaba reposando. Parecía tener un temple bastante duro o una mentalidad bastante floja, porque otra vez estaba tirado sobre un montón de hojas de palma y flores coloridas y exóticas. Kravla ya lo consideraba su amigo también, así que fue hasta él y le acarició el hocico al equino. Ojalá no le molestara el olor a sangre de oso.
Volvió a mirar al selkie y esperó a que este viniera a buscar a su caballo para que pudieran avanzar, pero una pequeña duda la asaltó en el momento. Ver al caballo le recordó al lanzazo que Van había dado al oso. - ¿Sabes pelear o solo cantas cuando tienes un problema?
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Post by Van Feris on Oct 8, 2017 1:52:18 GMT
Van sonrió cuando Kravla se le acercó al caballo. La verdad, parecía que no le era difícil generar vínculos con animales, y le pareció que tendrían eso en común. Claro que el oso no era uno con el que se quisiera relacionar ninguno de los dos, pero el caballo era otra cosa. Se acercó cuando la orco le miró, y levantó los hombros.
- No suelo pelear. Ni cantar, la verdad. Casi no lo he hecho y es la primera vez que lo uso para salvar mi vida - admitió el arcano acuático. - Sé pescar, con lanza y con caña, y no tengo mala puntería, pero la verdad es que no tengo práctica de pelea. En el agua es otra cosa, claro. Te sorprendería lo mucho que duele la mordida de una foca. |
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Post by Kravla Thelnak on Oct 8, 2017 21:15:10 GMT
Kravla asintió con la cabeza al escuchar que Van sabía pescar con lanza. Apoyó su una de sus manos encima de uno de los hombros del selkie, le dio un par de palmadas amistosas y dejó su mano ahí, sobre su amiguito cantante y pescador. - Si sabes pescar con lanza, puedes aprender a atacar con lanza -le sonrió agresiva al escuchar lo de las mordidas de foco-. ¡Te sorprendería lo mucho que puede aguantar un orco!
Echó un vistazo alrededor, a la selva. Si seguían aparados allí, haciendo ruido, era probable que otra cosa saliera a atacarlos. - Ya vámonos -sugirió, aunque por como lo dijo parecía más una orden que cualquier cosa-. Se va a hacer tarde.
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