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Post by Van Feris on Oct 10, 2017 22:22:40 GMT
El peso de la mano de un orco era en realidad uno muy grande. Sin embargo, el arcano acuático no se molestó, y en su lugar le sonrió a tan peculiar amiga suya. - Supongo que debería intentar aprender. ¡De verdad que me sería muy útil, considerando que normalmente estoy viajando por mi propia cuenta sin amigas capaces de luchar con osos gigantes!
La voz de la orco devolvió a Van a la realidad de su situación. Lo ceirto era que seguían a media jungla húmeda y calurosa, con un carro lleno de pescados que apetecerían a cualquiera ¡Después de todo, eran los mejores de Mirovia! - Tienes toda la razón - asintió el chico, y se dedicó a amarrar al caballo de nuevo. - Prometo que eventualmente te cocinaré.
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Post by Kravla Thelnak on Oct 14, 2017 21:58:33 GMT
- Fue un oso normal. No puedo morder osos gigantes, son... son gigantes -aclaró a su amigo. Pelear contra animales gigantes siempre era una mala idea. Sí, era muy divertido, pero era una mala idea. A menos que fueran animales pequeños, porque entonces sería como animales de tamaño mediano, pero esos eran aburridos; no eran como animales gigantes, solo eran animales normales pero que más normales serían pequeños.
Ayudó a Van a recoger todo y subirlo al carro. De a dos, el trabajo se hacía mucho menos pesado, aunque el sol parecía hacerse cada vez más pesado. Ya en otra ocasión tendrían la oportunidad de compartir un rico pescado cocinado. - Si algún día vas a Draconia, ve a verme pelear al coliseo -lo invitó mientras que cargaba la caja de pescados-, te voy a comprar pescado con lo que gane.
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Post by Van Feris on Oct 22, 2017 14:26:37 GMT
- Bueno, para mí ese era un oso gigante - dijo Van, riendo un poco. En todo caso, le estaba muy agradecido a Kravla. Asumía que el oso hubiera aparecido tarde o temprano gracias al cargamento de pescado, y tal vez no lo hubiera logrado sin ella.
- Me gustaría mucho ir a verte. La verdad es que nunca he ido a un coliseo - confesó, levantando los hombros mientras se dirigía a asegurarse que el cargamento estaba correctamente en su lugar de nuevo. - Ya sabes que lo mismo digo. Si estás por la Ciudadela... pues date una vuelta.
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