Paz (Privado)

Escuchando atento, el gran león asintió. "¿Cómo se siente el viento en tu pelo?" Luego de decir eso, desajustó las placas de su hombro derecho y luego del izquierdo, exponiendo la ropas de tela que llevaba debajo. Se subió las mangas para mostrar el pelaje al cachorro. "Como verás, yo estoy cubierto de pelaje. ¿Cómo pasas de donde estás tu a donde estoy yo?" Miró al muchacho con atención mientras volvía a ponerse la parte de la armadura.

El Arcano asintió. Se cruzó de brazos, veía la lujuria en el rostro de Wolfeimer pero le quitó importancia. Entendía el joven estaba en una etapa hormonal, estaba creciendo, era un cachorro. Se concentró en el asunto en el que se encontraban y volvió a hablar. "Meditación, rezos, cantos, ejercicios. Todas esas son formas de encontrarse con uno mismo. Tienes que encontrar la forma que buscas adoptar dentro de ti, ya que la posees. Y sacarla" El león hablaba con seguridad y lentitud, con su profunda voz generando vibraciones en el aire. "¿Piensa el lobo en que debe respirar y respira? ¿Lo hace el dragón?" Su peculiar forma de hablar casi siempre llevaba acertijos dentro, y sabía Wolfeimer ya lo había descubierto.

Proteger. Esa era una palabra importante. "Liberaste tu yo interior para pelear por algo que querías proteger. ¿Qué sentiste mientras ocurría?" El felino mantuvo la postura, simplemente mirando al muchacho, que parecía no haber entendido la pregunta. "Más que lo que hacen o no, lobos o dragones, leones o castores, hablo de la naturalidad de la respiración. Uno solo lo hace, porque está dentro de nuestro yo". 

Manteniendo los brazos cruzados, ladeo la cabeza sorprendido por el comentario del chico. "No me duele nada cachorro, no te preocupes. Los árboles mantienen sus ramas en la mejor postura para que sus hojas tomen el sol". Alzó la mirada al cielo y luego la bajó al pasto. "Piensa en que el pasto no sabe que debe crecer cuando recibe el sol, pero lo hace. ¿Cómo sabe tu cuerpo que ha de transformarse en lobo?"

El león volvió a asentir. En sus ojos se veía la paciencia que emanaba. "La otra noche, con Raymond. Tu cuerpo tenía frío, pero no se transformó en lupus, ¿no?" Mientras decía eso, miraba a Wolfeimer de arriba a abajo. Al llegar su mirada al suelo. Se agachó y tomó una brizna de pasto. Sin cortarla, la acarició suavemente, y luego clavó sus garras en la tierra alrededor. Un poco de agua emanó del agujero. "La tierra se nutre del agua. El sol le brinda calor. Y así crece el pasto. Tu eres tierra. ¿Cual es tu agua, y cual es tu sol?"

Sabía se acercaba a la respuesta que el cachorro necesitaba, por lo que pacientemente volvió a mirar al lobo a la cara. Esperaba poder ayudarlo.

El león negó esta vez con la cabeza. "No hablo de gente, sino de procesos. Entiendo la gente es necesaria para crecer, fuerte como el pasto. Pero céntrate en tu transformación. Siéntate" El Arcano se arrodilló en el suelo y se puso en una postura de meditación. El barro manchaba levemente las grebas de su armadura, pero no parecía importarle. "Respira, siente".

El león miraba al cachorro con la misma calma. "¿Lo es? ¿Le duele a las aves volar?" La sabiduría del ser era amplia, pero seguía siendo un pastor intentando enseñarle a forjar a un bibliotecario. Rascó su barbilla pensando en lo que decía Wolfeimer, pensando en lo que el muchacho mostraba en su rostro, en sus movimientos, en su voz. Algo había ahí que bloqueaba o permitía su transformación.

Omega se encontraba buscando animales para cazar y comerlos, pero empezó a escuchar una voz conocida que llamó su atención, era Wolfeimer, el amable licántropo que le había acompañado hace unos días. Notaba como este tenía una charla con una gran figura peluda que parecía tener rasgos de León, además de estar cubierto de pelo.
Al ver que Wolfeimer estaba mirando de forma temerosa a la criatura con rasgos de león, se alarmó, pensando que corría peligro su conocido ante la precencia de tan majestuosa criatura; por lo que se acercó lenta y sigilosamente a ellos preparándose para proteger a Wolfeimer, sin embargo, mientras más se acercaba, notaba como la apariencia de Wolfeimer cambiaba. Rápidamente se dio cuenta de lo que pasaba, Wolfeimer estaba sufriendo una metamorfosis.
Recordando las platicas que tuvieron supo que él aún no controlaba las transformaciones.
Omega notaba el sufrimiento y miedo en el rostro de Wolfeimer, por lo que no dudó en tratar de ayudarlo.

Trató de calmarlo gritando con una voz calmada pero imponente:

-No te asustes, deja que fluya.
No pienses en el miedo que te provoca, solo deja que pase, como cuando respiras. No lo notas pero siempre respiras, sin embargo, si piensas en que debes respirar, se dificulta la respiración. Relájate y deja que el lobo te consuma.-

Mientras lentamente seguía acercandose pero dejando un espacio suficiente por una potencial amenaza de tanto de Wolfeimer perdiendo el control como del desconocido león.