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Post by Izrlo Miéville on Oct 5, 2017 6:37:53 GMT
Un día reluciente, el sol estaba en el punto más alto, la fresca y suave brisa se filtraba por entre las ropas de los transeúntes y arremolinaba juguetonamente los cabellos largos de los arcanos que paseaban o realizaban sus tareas diarias bajo los gratos rayos de luz que templaban sus cuerpos. Aquel día era de aquellos que pocas veces se daban al año, tan raros como el florecer de una flor perfecta o la simetría única de un copo de nieve que se borraba para siempre de la existencia misma, disfrutados por muy pocos, solo por aquellos que desean disfrutar en que cada pequeño detalle contara o los que tenían demasiado tiempo libre como para notar estos fugaces, pero únicos momentos que se daban en su entorno.
Izrlo no era uno de ellos por lo que simplemente ignoraba aquel bello día y solo se preocupaba de sus tareas. La de hoy, encontrar aquella mensajera que le habían comentado que hacía entregas a las Islas Gélidas.
Su mensajero habitual Gabriel se había rehusado a hacer su entrega a aquel gélido lugar por obvias razones, la lejanía, lo dificultoso del camino y por sobre todo, el frio, cosas que Izrlo conocía muy bien pues en una ocasión decidido a explotar toda Mirovia navego en su dirección para encontrarse sumergido en tan heladas aguas que de no ser por la casual de encontrar una corriente marina hubiera muerto en tan gélidas aguas.
Pero ello eran recuerdos viejos y ya podía darse el lujo de contratar mensajeros para entregar sus productos, aunque aun así le gustase llevarlos el mismo por desconfianza o por salir de su propia cueva en las playas de Shangri Lax o ambas razones, fuera el caso hoy se encontraba buscando aquella centauro con cornamenta de reno y de nombre “Irenea”, más el propio Izrlo era bastante llamativo por el simple hecho estar en su forma intermedia, mitad humano, mitad octópodo.
Sus ochos extremidades de un color rojo ladrillo lo movían ágilmente sobre las baldosas de la calle de la ciudadela cerca ya de donde le habían dicho se ubicaba aquella mensajera. Esperaba no haber tomado mal alguna calle para poder así encontrarla.
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Post by Irenea Novkrov on Oct 5, 2017 18:07:02 GMT
La mensajera se encontraba en el mismo lugar de siempre, donde sus clientes estaban seguros de encontrarla ahí, y mientras esperaba, sintió esa briza que la hizo alzar su mirada al cielo. El viento se sentía diferente de una forma especial, por lo que lleno sus pulmones y en un suspiro, dejó ir sus pensamientos para darle algo de descanso a su mente, hasta que sintió un par de tirones en su ropa.
Un pequeño nekomata, sonriente le estiró una carta a la vez que unas monedas ¡Papá dice que a donde siempre!-La centauro tomó la carta, regalandole una tenue sonrisa ¿Por que no guardas eso para ti?-dijo regresandole las monedas- Esta vez el envío va por mi cuenta-Irenea ya conocia tanto al padre como al pequeño, eran clientes frecuentes a los que se podía permitir dar ese tipo de atenciones, sobretodo al pequeño que era el que siempre le entregaba las cartas sin falta, así que quiso darle un premio por ello. Una amplia sonrisa de oreja a oreja, se dibujo en el rostro el pequeño nekomata, quien después de un "¡GRACIAS!" muy efusivo y alegre, salió corriendo feliz. Irenea lo siguió con la mirada, hasta que su atención fue tomada por tan particular y llamativo arcano. Su apariencia le inquietaba un poco, mas sin embargo se mantuvo serena ante su parecencia que parecía dirigirse hacia ella, llevando algo en sus manos.
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Post by Izrlo Miéville on Oct 11, 2017 4:43:57 GMT
Irenea pudo observar que aquello que llevaba el cecaelia era una caja con forma rectangular del largo de un antebrazo, ancho y alto como un puño cerrado, el color de la madera era uno similar al del roble y relucía ante la luz del sol por lo que era claro que aquella madera se encontraba pulida y barnizada. Cuando aquel arcano de joven apariencia y con un par de ojos semejante a dos joyas de jade estuvo frente suyo por escasos metros pudo notar que aquella caja carecía de clavos o tornillos inclusive Irenea era incapaz de observar alguna unión entre las piezas de madera, aunque sí pudo notar pintado en color morado la figura de un pulpo morado enmarcado en la parte superior de la caja con cuatro tentáculos a cada lado de su cuerpo curvados en forma de arco hacia su cuerpo. Si no fuera por la simplicidad del dibujo daría la impresión de que navegaba sobre la madera.
—Buenos días ♪— Sus palabras parecían ser cantadas con su melodiosa voz que resbalaban de sus rosados y suaves labios a su vez que sus verdes ojos observaban a la mensajera con cieta pisca de curiosidad.
—¿Usted será la señorita Irenea, no es verdad?— A la vez que hablaba se podía notar que bajo suyo sus tentáculos se movían rebuscando algo entre ellos —Me recomendaron a usted diciéndome que era una mensajera de lo más capaz— Halago con dulces palabras —Y que bien podría hacer llegar toda correspondencia a todo lugar de Mirovia ¿Aquello es verdad?— Su mirada ahora se mostraba expectante a su respuesta del mismo modo que uno de sus tentáculos al fin encontró lo que rebuscaba bajo suyo. Una bolsa de considerable tamaño en la que se escuchaba tintinear el sonido metálico de los Mirvos.
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Post by Irenea Novkrov on Dec 5, 2017 8:17:50 GMT
Al tenerlo mas cerca, pudo notar que se trataba de un arcano con una apariencia bastante joven, con una forma bastante propia de hablar. inclinó ligeramente su cabeza como respuesta a su saludo sin poder evitar mirar la peculiar caja que llevaba con sigo, la cual despertaba su intriga gracias a su perfecta y cuidadosa elaboracion. Pongo todo mi empeño y dedicación para que cada una de las cartas y paquetes lleguen a su destinatario con bien, siempre y cuando estos no atenten o pongan en riesgo la vida de quien lo recibirá, o se trate de objetos robados. Mis políticas son estrictas... sin embargo dependen de la sinceridad de mis clientes, por lo que si su envió se ajusta a lo que le he mencionado, le aseguro que llegará a su destino. -explicó con su típico tono de voz suave pero firme, desviando su mirada de aquellos hipnóticos ojos, para dirigirlos hacia lo que sus tentáculos hacia, solo por unos instantes y regresar de nievo su mirada hacia el joven que tenia frente a ella.
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Post by Izrlo Miéville on Dec 8, 2017 15:43:53 GMT
—Vaya, no sé cómo alguien podría enviar por correo algo que podría perjudicar a alguien, aun así, eso me da mas confianza para dejarle este encargo— Izrlo acercándole la caja al centauro espero que llegase a tomarlo en sus manos. La caja aun con aspecto solido y pesado era sumamente liviana siendo capaz Irenea de llevarlo con solo una mano si así lo requería y de su interior no parecía emitirse ningún sonido singular pues seguramente el contenido de la caja estaría firmemente sujeto para que en el viaje que le esperaba no chocara con la madera de la caja y el objeto se terminara por estropear.
—Me han dicho que eres una de las pocas mensajeras que toma envíos a la Isla Gélida y tengo un envió muy importante de un cliente que hace poco se mudo allí— Tomando el saco de Mirvos que su tentáculo había sacado le mostro este con una dulce sonrisa a Irenea —El dinero no será un problema, pero pagare un extra si pudieras darle prioridad a mi pedido y salir lo antes posible ya que no sé cuánto tardarías en llegar, pero ya me encuentro atrasado por un día con el envió y hacer esperar a mi cliente muchos…— Un escalofrió recorrió la espalda del cecaelia, el hecho de perder a ese cliente hacia que se le estremeciera no solo el cuerpo si no también sus ingresos.
—El nombre del arcano es Jemaine Clementin y vive en un pequeño pueblo en los limites de la Isla Gélida, su casa es la pintada de rojo la que esta un tanto mas alejadas del resto— Estos detalles más específicos el cecaelia los sabia de antemano por que con sus clientes que siempre les pedían algún pedido por correo sabían que debían dar una descripción para que a los mensajeros o al propio Izrlo que a veces el mismo llevaba sus envíos les fuera mucho más fácil ubicarlos y evitar malos entendidos.
—Entonces ¿Acepta mi encargo?— Con el movimiento de su mano y aquella inocente sonrisa en el rostro del cecaelia hacia sonar el sonido de los Mirvos en la bolsa que su mano sostenía, con aquel dulce aspecto ¿Cómo podría ser que tramara algo malo?
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Post by Irenea Novkrov on Jan 11, 2018 3:27:54 GMT
Por experiencia, prefiero no subestimar la... creatividad de los arcanos y ser precavida-Comentó recordando algunos envíos bastante desagradables y que incluso había tenido que reportar. Antes de tomar la caja la analizo por un par de segundos hasta tomarla con ambas manos; ciertamente le tomó por sorpresa su ligereza y lo hermético que estaba aquella caja, moviendo lo un poco y comprobando que no emitía ningún sonido como si no llevara nada dentro. Eso despertaba su curiosidad y algo de sospecha, pero nada de esto se reflejó en su rostro y sin mas lo metió en el bolso donde estaban los mensajes dirigidos a la isla gélida, aprovechando para sacar un mapa, una hoja y un carboncillo en el cual escribió la dirección que le decía el joven arcano, viendo como agitaba las monedas frente a ella, como si aquello fuera un incentivo para que a aceptar sin dudarlo, o al menos así interpretaba la acción- Por su puesto, si quiere prioridad hay un costo extra, solo necesito que me señale en el mapa la ubicación del pueblo por favor. Hay varios pueblos en los limites de la isla gélida asi que quiero estar completamente segura de a donde debo ir.- La arcana era bastante insípida a la hora de hablar con otros, limitándose solo a decir lo necesario y sin agregar nada mas, y mientras esperaba a que el otro le indicara la ubicación, miró discretamente la caja que resaltaba un poco de entre las cosas en la maleta y regresando nuevamente al cliente. No tenia ningún motivo para sospechar de él pues con su apariencia tan inocente, no podía ni imaginar que que tipo de acciones perversas pudieran pasar por su cabeza y sinembargo, la sensación de inquietud que le causaban sus extremidades y lo viscoso que se veían, le erizaban el cabello de la nuca. El envío llegaría mañana por la tarde ya que hoy mismo parto, así que el precio por prioridad es de 4 mirvos extra al precio normal, que son 5 por envío.
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Post by Izrlo Miéville on Jan 15, 2018 22:05:42 GMT
—Oh ♫— Exclamo con dulce tono el cecaelia el cual se mantuvo observando y escuchando atentamente las palabras de Irenea como sus claros ojos que analizaban de forma tan minuciosa su encargo, esto no preocupaba al arcano el cual se mantenía sereno y con una leve sonrisa en sus labios hasta que le entrego su tableta arcana en la cual le pedía indicar la localización tanto del pueblo como del hogar del individuo al cual debía entregarle su pedido. Pasando un par de segundos el joven le entrego a la centauro su tableta en la cual se indicaba la ubicación del pueblo, cerca de la costa y apartado del resto de pueblo en los límites de la Isla Gélida.
—Allí debería encontrarse el pueblo— Reitero Izrlo el cual tomaba con delicadeza de su tentáculo la bolsa en la cual guardaba los Mirvos, deshaciendo el nudo metió con delicadeza sus dedos en el interior haciendo sonar las monedas al chocar unas contra otras hasta que al fin tuvo en su mano la cantidad mencionada por Irenea la cual acerco a las manos de esta para que pudiera contarlas y cerciorarse a gusto que fuera la cantidad justa.
—Está bien, me parece una buena hora— El precio que ella tomaba era ciertamente un tanto más alto al que estaba acostumbrado a pagar por un envió como tal, pero su necesidad de que aquel encargo llegara a su destino lo antes posibles era ya su prioridad aunque eso disminuyera sus ingresos, no tenía más remedio que aceptarlo por lo que haciendo caso omiso a su tacañería soltó un leve suspiro en lo que miraba a la mensajera, en cierto modo su aspecto aun serio le parecía encantador.
Dándole nuevamente la bolsa a su tentáculo este lo guardo nuevamente debajo suyo a la par que Izrlo empezaba a despedirse.
—Esperare entonces a que me comunique mi cliente que le a llegado su entrega, si ocurre cualquier cosa con el me estoy hospedando en una casa en el centro de la ciudadela, la única casa pintada de rojo y con tres pisos, pregunte por Izrlo Miéville y debería encontrarme— Dejando aclarado esto Izrlo espero a saber si Irenea tenía algo más que decirle y de no ser así el caso se retiraría por donde mismo se le había visto llegar en dirección a dejar un ultimo encargo que tenia en aquella ciudadela.
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Post by Irenea Novkrov on Jan 16, 2018 7:37:28 GMT
La centauro asintió con la cabeza, algo extrañada por el comentario ¿que problema podría tener con aquel paquete? esperaba que ninguno y no tener que buscarlo para remediarlo, pues eso atrasaría su trabajo- Que tenga un buen día y gracias por su preferencia- lo despidió agachando ligeramente la cabeza, siempre agradecía a sus clientes pues era consciente que no era la única mensajera en la ciudad y tampoco la mas rápida.
Esperó algunos minutos mas antes de decidir partir. Primero revisó las provisiones, luego los envíos y los acomodó topándose con la extraña pero impecable caja. La analizó unos minutos tratando de encostran las uniones, luego miró hacia los lados como si estuviera cometiendo algún delito y asegurándose que no estuviera su remitente cerca. Lo guardo de nuevo y sin mas comenzó su viaje, tomando el camino que la llevaría directo hacia la isla gélida, un camino que estaba segura que podría ser capaz de recorrer con los ojos cerrados.
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Post by Izrlo Miéville on Jan 23, 2018 2:11:18 GMT
Un camino conocido, uno que conocía como la palma de su mano, sus cascos resonaban en la tierra en la cual no crecía el pasto por las criaturas y arcanos que transitaban por ellos, el sol resplandeciente detrás suyo iluminaba su sendero, un caminar silencioso donde lo único que resonaban eran sus cascos contra el suelo, uno donde los pájaros no cantaban ni al momento de pasar por un riachuelo este se encontraba tan calmo que sus aguas no entonaban sus tranquilizadoras melodías, el silencio se hacía cada vez más pesado, sus ojos permanecían fijos en el camino, pero el resonar de sus pisadas se iba volviendo cada vez más imperceptible llegando a perderse su sonido.
El mundo había quedado de improviso mudo a la vez que ante sus ojos la nieve empezaba a cubrir en su manto blanco el sereno paisaje y a lo lejos la aldea que le había indicado su cliente al cual debía entregar con premura su caja.
El retumbar de un corazón rompió el artificial silencio que había envuelto a la centauro, pero no era su corazón el que había sido al igual que sus pisadas callados.
El palpitar provenía de su bolso, su resonar iba cada vez más en aumento en contraste al silencio que rodeaba a Irenea, un impulso, no suyo, hizo que su mano entrara en el bolso de los recados de quienes le habían pagado para llegar aquellos presentes a otras personas, sin titubear su mano dio con el objeto del silencio y quizás, con el que había robado el silencio al mundo.
La pequeña caja del cecaelia ahora se mostraba frente a sus ojos, la madera antes sin imperfectos ni unión alguna ahora dibujaba sobre si misma líneas que revelaban sus uniones siendo la más notoria y gruesa la que rodeaba como un botón al dibujo del pulpo morado.
Aquella cálida caja entre sus manos era lo único que sonaba en su mundo, el palpitar de un corazón, el de uno lleno de temor.
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Post by Irenea Novkrov on Feb 28, 2018 20:39:04 GMT
Viajar era una especia de terapia para ella, recorrer largas distancias le permitía darse un tiempo para pensar de forma amena lo que observaba, lo que había vivido, se cuestionaba por lo que su mente había estado tan sumergida en sus propias ideas, que el silencio había pasado desperdiciado hasta que se hizo precinte el sonido de un palpitar. Por un momento creyó que se trataba de algún otro ruido externo, después de que se trataba de su propio corazón pero no era nada de eso y para cuando calló en cuenta, ya tenia aquella misteriosa caja entre sus manos ahora con un aspecto un tanto diferente. "BADUM BADUM" El latido comenzaba a inquietarle y a despertar una indiscutible intriga, ¿que había dentro? sabia que no era correcto abrirlo ¿pero y si era algo malo para quien fuera a recibirlo ? Y si no lo era ¿lo estropearía si lo abre?. Eran demasiadas las preguntas que podían ser respondidas con el mas simple acto, pero los pensamientos contrariados lo bloqueaban. El palpitar se hacia cada vez mas fuerte y ensordecedor para ella y el desespero iba en aumento. Eran solo ella y la caja, nadie mas en aquel blanco camino a quien acudir o que pudiera escuchar, corroborar que no era algo que solo estaba en su mente... No pudo mas y en un acto casi involuntario, presionó el botón que rodeaba el símbolo del pulpo dando un ligero respingo al darse cuenta de lo que había hecho, asumiendo la responsabilidad de lo que sea que fuese a pasar y sus consecuencias.
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Post by Izrlo Miéville on Mar 7, 2018 3:33:57 GMT
La caja se volvía cada vez mas cálida ante el toque curioso de la arcana. El botón suave, cálido ante su tacto semejante a unos suaves labios se hundió la presión y con un silencioso tronar de engranajes húmedos la caja empezó a abrirse.
Las lineas que antes marcaban incontables la superficie de la caja ahora desaparecían para volverse la caja nuevamente una superficie lisa y perfecta, pero pocos segundos transcurrieron luego de eso que desde las orillas del circulo en el cual se encontraba plasmado la figura del pulpo que empezaron a nacer nuevas lineas que iban girando en torno al símbolo en una perfecta espiral cada linea a una misma distancia de la otra, girando en dirección de las manecillas de un reloj, no fue hasta que todas las lineas hubieran tocado un borde de la caja que un nuevo tronar se escucho en el interior de la caja, todo esto transcurriendo en cuatro lentos palpitares.
El sello del pulpo se deslizo ya en el interior de la caja hacia la derecha a su vez que la caja se iba abriendo de una extraña forma. Desde el centro empezó la caja a "florecer" la espiral naciente del sello creado por las lineas ahora iban levantándose entre el tronar de los mecanismos de extraña forma, dividendo sesiones de madera a su vez que la tapa desde el centro se retraía hacia los bordes externos de la cajas, solo tomo cinco palpitares para que Irenea sin poder entender muy bien el como ahora sostuviera entre sus manos no una caja si no una rosa floreciente hecha de suave madera en cuyo centro.
En cuyo centro.
En cuyo centro cubierto por una tela roja con el sello del pulpo se podía observar bajo ella un palpitar.
—Hace frio— Resonó una cálida y dulce voz —¿Por que siento frio?— Cuestiono sin saber Irenea de donde provenía aquella voz ¿Dentro de su cabeza? No parecía escucharse o verse alguien a su alrededor.
—Esta... oscuro... sigue oscuro, pero... pero no es tan oscuro ¿A... alguien la abrió?— Bajo la tela, bajo la tela.
—Hace frio... tengo frio... alguien... alguien quien me escuche— Temerosa, femenina, dulce, hermosa. No solo Irenea estaba curiosa, el mundo parecía confabular también con ella ante la idea de descubrir que era lo que había dentro de la caja que ahora se había convertido en una rosa. Curiosa, como ella, el viento soplo débil y juguetonamente sobre la tela para acabar con el secreto.
Una flor, una rosa en el interior de la caja cuyo capullo cerrado era del tamaño de la propia mano de la arcana y tan roja como la sangre de los enamorados, su tallo era delgado como sus dos pequeñas hojas verdes parecían tan frágiles como un copo de nieve.
—¿Quien eres? ¿Por que abriste la caja?— El palpitar aun resonaba de fondo, mas tranquilo, pero aun persistente en la mente de la centauro que ahora sostenía aquel enigma entre sus manos.
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