El lugar verde (abierto 4/4)

El bosque era el hogar de este kitsune, quien había decidido dar un paseo como recompensa de haber hecho sus horas de trabajo y también para matar el tiempo tomando aire fresco.

Kou tarareaba en el tono más bajo posible una linda canción mientras miraba con una sonrisa los alrededores que ya conocía, preguntándose qué cosa bonita se encontraría hoy. Una vez fue un árbol con flores, en otra ocasión fueron mariposas y de seguro llegaría otra sorpresa más. Pero algo hizo que su calma y felicidad se convirtieran en un pequeño susto que lo haría esconderse detrás del tronco de un árbol. Había visto a la vampira en su camino, despertándole la curiosidad por saber qué estaba dibujando o escribiendo, pero con la pena que le daba hablarle a los extraños, decidió quedarse a observar desde su escondite bobo para tratar de descubrirlo él mismo.

Mientras se movía para ver qué hacía la chica, notó que había alguien más, haciendo que el zorro se ocultara por completo detrás del tronco. Ojalá que ninguna de las 2 lo haya notado o moriría de la pena al tener que salir a saludar.

Reía mentalmente al ver la reacción de la muchacha pero aún así, su exprésion vacía no cambiaba y su cuerpo no se movía en lo absoluto, parecía que estaba cazando una presa. De repente comenzó a arrastrar su cuerpo de manera sumamente lenta, y a pesar de su gran tamaño era difícil poder encontrarla, sacó su lengua y casualmente pudo captar otro aroma no muy lejos de ellas dos, no era animal (uh~ quien será~?) Buscó con la mirada a la vez que iba sacando la lengua de rato en rato y en un buen ángulo pudo notar a alguien tras un árbol (uhm...ya tengo mi objetivo, si decide salir pues bienvenido sea) ya por fin expresó una sonrisa en rostro.

Cuidadosamente salió de su escondite y por haberse movido ahora se encontraba a un costado de la muchacha que acababa de levantarse -hooola~- se fue acercado y mientras seguía avanzando pudo hacer un círculo al rededor de la muchacha con el resto de su cuerpo -me gusta tu cabello- sacó su lengua siseante por un instante -hueles bien~♡- dejó salir una pequeña risa mientras mantenía su mirada clavaba en los ojos de ella.

Se sentía atrapada y mirar directamente a los ojos de la naga no la estaba ayudando. Quería temblar pero no podía, - aquí fue- pensó muy para sus adentros. Como su cuerpo no daba para nada simplemente comenzó a llorar al no saber qué hacer. Nunca había visto a una naga, había escuchado de ellas pero nada más. Volvió a sentir otra presencia tenue cerca, esperaba que alguien saliera a ayudarla.

Gracias - respondió en tono bajo al alago de la naga mientras las lágrimas recorrían su cara mientras sostenía su sombrilla con fuerza. De verdad tenía sus momentos de niña llorona.Trato de dar un paso atrás pero se tropezó con algo y cayó al suelo y la capucha que cubría su cara dejo de cubrirla dejando que la poca luz a del sol que podía atravesar el espesor de los arboles rozara un poco su cara. Volvió a tapar su cara con su sombrilla para poder evitar una herida.

*turnos:
Pu
Amandi
Kouhei
Frits 

La pena de Kouhei de pronto se convirtió en miedo al ver cómo la chica más grande salía de su escondite para rodear a la otra. Lo que ella decía fácilmente lo pudo interpretar como si hablara sobre su próxima comida. Con ese tamaño y todas esas serpientes en su cabeza, era de esperarse tener miedo.

Kou era pésimo escondiéndose, pero esta vez haría su mejor esfuerzo para que la naga no lo encontrara. Su corazón estaba acelerado y se aferraba de la corteza del árbol a la vez que se disponía a salir a ayudar a la vampira, pero de pronto algo le hizo soltar un chillido de zorro asustado, cual perrito al que le pisan la cola. Por suerte, fue un gran alivio al mirar atrás y ver que se trataba de Frits. No pudo evitar soltar un par de lagrimitas para intentar protegerse al abrazar a su amigo.

Al rato, la conversación entre las 2 chicas se hizo más calmada. El kitsune las miró y pensó que lo mejor sería irse para no involucrarse. Sin decir nada, miró al Kirin indicándole que se fuera con él si quería, pero sus sandalias de madera querían acabar con su sigilo. Un paso mal puesto hizo que el zorro tropezara en medio de la vista de aquellas 2. Kouhei se quedó estático y rojo como un tomate. No sabía qué debía hacer.

Pu limpio sus lágrimas rápidamente. Se sintió mal por haber comenzado a llorar sin más y por haberle pisado la cola a la naga. No estaba realmente asustado pues pocas eran las situaciones que la llevaban a tal sentimiento. Vio a la naga retroceder y disculparse. Negó con la cabeza rápidamente- yo soy quien lo siente – dijo en tono suave – tropecé con tu cola y te lastime- sonrió y se levantó limpiando sus ropas y volviendo a colocarse la capucha. El sol la había tocado un poco pero no era nada que no pudiera curarse rápido.

Se acercó a la naga para disculparse y poder observarla un poco más de cerca pero justo en ese momento vio caer a dos personajes que debían ser los poseedores de las otras presencias. Al escuchar al joven de pelo azul hablar tan casual solto una risita.

Hola! - volvió a sonreír en dirección a la naga

Kouhei no dijo nada, se quedó sujeto a Frits como si su vida dependiera de ello. No apartaba la vista de las chicas; aún la grandota le daba algo de miedito, y con más razón cuando esta se levantó con unas espadas enormes en sus manos. El kitsune no pudo evitar volver a chillar otra vez, aferrándose más a su amigo. A Kou le comenzaron a resbalar las lágrimas y estaba paralizado del miedo, sólo sus colas eran capaces de temblar. Pero el peligro de muerte se desvaneció de un segundo para otro, como si no hubiera pasado nada. Eso era bueno, un poco más de temor hubiera hecho que el zorro se desmayara. En cierto modo aliviaba ver cómo la chica se había calmado...por ahora. Kou aún no se fiaba mucho, lamentablemente. Sólo aprovechó ese momento de calma para aceptar la ayuda de la naga para levantarse, aunque su cuerpo temblaba como el de un abuelito.