Explorar y trabajar (Atani-Quelt)

En cuanto el mercenario observo a la chica bajar del árbol alzó la voz- NO espera, no te acerques Atani -Podía sentirlo la realidad a su alrededor empezaba a distorsionarse y el calor que nacía en su cuerpo era impresionante definitivamente debía alejarse de Atani, aunque la chica parecía llamarlo con un gesto de sus manos, Quelt aún podía verla en paños menores aquella visión le causa un pequeño impulso de ir hacía ella pero haciendo un esfuerzo mas que sobrehumano termina de caer al suelo y trata de caminar alejandose del árbol donde aún ella se encuentra.

El mercenario seguía mareado y confuso al punto en que se tuvo que apoyar del tronco de un árbol para intentar respirar mejor y no perde el control, para desgracia su compañera de trabajo en vez de alejarse hacía todo lo contrario podía escuchar aquella voz pero distorsionada a manera de que en vez de preocupación Quelt la oía como un llamado, un suave llamado a estar con ella. El mercenario se aferraba al tronco cuando escucho los pasos de ella, instintivamente giró la cabeza y la vio allí de pie y el calor que sentía fue mayor, giro completamente y se acerco con pasos erraticos hacía ella, una vez cerca el olor de la dama inundo las fosas nasales del Queltzatl, la tomo por los hombros y reposo su rostro en su cuello aspirando aquel delicioso aroma, en aquél momento un ruido mas allá de los árboles se escucho para ambos. El hombre giro con los ojos abiertos no permitiría que fuese lo que fuese aquello le quitara a su hembra, tomo a la elfa y la colgo en su hombro mientras la mitad inferior de su cuerpo se transformaba a su forma serpiente.

El viaje duro algunos minutos el mercenario se movia de manera apresurada entre los árboles y ramas esquivando todo tipo de obstaculos, parecía conocer bien el camino siguiendo el río llegaron hasta una caída de agua subiendo por una parte del risco escalo con la chica a cuestas hasta llegar a una abertura, era la entrada a una cueva cuya entrada parecía bloqueada por una puerta de madera bastante sencilla, era el escondite perfecto puesto que había maleza que disimulaba la entrada y desde abajo era casi imposible notar la apertura. Luego de abrir la puerta dejando ver lo que era la residencia del mercenario una cueva de buen tamaño y con algunos muebles y sobre todo Oro, montañas y montañas de monedas de oro y objetos de valor acumulados por la mayoría del espacio, el mercenario deposito a la chica cerca a un grupo de cojines y telas que parecía ser la cama y luego se dirigio a la puerta saliendo y cerrando trás de si asomandose a ver si algún otro depredador les había seguido, tardo unos minutos antes de volver a entrar a la cueva y quedarse mirando a la chica.

El mercenario se acerco hasta la chica nuevamente su cuerpo de serpiene rodeo a la muchacha como si estuviese intentando atrapar una presa la parte superior aun humana tomo por atrás a la chica rodeandola con los brazos pegando su rostro contra la nuca de ella subiendo por su rostro y su cabello aspirando nuevamente aquél aroma tan sus pupila se expandía al sentir el contacto con la chica, una bifida lengua paseo por todo el largo de la oreja de la elfa estaba algo sudada por lo que tenía un sabor salado. Sus manos se deslizaban del abdomen de la chica subiendo hacía lugares mas delicados a pesar de que veía a la chica de una manera su tacto le notificaban una sensación rasposa de la ropa de la chica, sin darse su cuenta se encontraba asi mismo jalando la camisa de ella intentando arrancarla o romperla.

El mercenario sintió de repente el golpe en el rostro le causo dolor al mercenario, este dolor le hizo sentir un dejo de sentido común "¿Donde estoy?" Pensó mirando a su alrededor se trataba de su cueva, "¿Por qué estoy semi transformado?" Poco a poco recupero su forma humana mientras se frotaba la nariz, miro a su alrededor y al mirar al tesoro observo a la elfa sosteniendo una flecha entre sus manos- ¿Atani? -Pregunto confundido aunque trato de dar un par de pasos sintió nuevamente el calor en su cuerpo, debía ignorarlo debía no hacerle caso a sus bajos instintos apretaba los dientes mientras en su lucha cayo de rodillas al suelo apoyando sus manos contra el suelo.

El mercenario en medio de su lucha interna se puso de pie nuevamente al ver que la chica se había movido de lugar, empezo a caminar hacía ella con pasos erraticos trastabillando un par de veces pero sin caer, podía verla tan senxual y aún mas con la distorcionada imagen que la toxina de las frutas causaba en él, alzo una mano hacía su dirección- A... Atani -Dijo en un tono de voz casi suplicante mientras se acercaba más a ella, no sabía que sentía en aquellos momentos si era culpa de la toxina o no su mente estaba sumamente nublada y perdida pero sus instintos estaban a mil, incluso podía sentir el sabor salado de la piel de ella en su boca todavía, se acercaba cada vez más simplemente eso hasta que intento apoyarse en ella con la mano estirada.

La chica se alejaba de él quizás aquello era una señal quizás lo que ella decía era otra cosa pero solo podía escucharla llamandole como una invitación la chica se movía entre el tesoro como si aquél quetzalt no lo conociera de cabo a rabo el mercenario se oculto detrás de una de las pilas esperando a que la chica hiciera el siguiente movimiento en cuanto escucho las monedas el mercenario salto en dirección a la chica intentando rodearla con los brazos y taclearla.