Enzo
Los Grises
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Post by Enzo on Jun 19, 2018 3:14:05 GMT
Frotó sus manos frente al fuego sintiendo el frío de su piel disiparse poco a poco ante el calor de la fogata. Le daba gusto que la chica no estuviera negada de visitar un lugar que tal vez podría traerle malos recuerdos, consideraba que era algo digno de admirarse. -Es muy valiente de tu parte que no tengas miedo de volver- comentó, dándose la vuelta para caminar al lado de la cama. Al lado, sobre la pared había un pequeño perchero sobre el cual colgó su túnica que estaba empapada; el agua escurría de la tela a la arena, dejando gotas oscuras por la humedad. Se agachó frente a la cama para sacar de abajo una cobija que se hallaba cuidadosamente doblada; de un color claro, tejida a mano. La colocó sobre el regazo de la joven, ofreciéndosela para que se arropara. -Las noches son frías- dijo con una sonrisa.
La fogata apenas e iluminaba sus rostros, el cielo afuera se veía oscuro, sólo las estrellas eran fuente de luz ya que la luna se había ocultado detrás de una gran nube de momento. -Te espera un largo y emocionante día mañana- agregó sintiendo el peso del silencio entre ambos. Frotó sus propios labios con sus dedos aún fríos, apretando sin tener más palabras qué decir. -Sino necesitas algo más... estaré afuera. Llámame si tienes alguna molestia, soy de sueño ligero-. Sin decir más caminó hasta la puerta de la choza, dispuesto a tomar su lugar para descansar.
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Lorelei
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"There are infinite paths in the sea and inside the books in the knowdeldge"
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Post by Lorelei on Jul 2, 2018 0:56:41 GMT
Se quedó mirando al muchacho, ella no era para nada valiente, ella solo era demasiado curiosa y si lo pensaba mejor creí que eso sería la liberación que necesitaría para librarse de sus pesadillas ¿Pero lo sería? No lo sabía con certeza pero le gustaba pensar que sí. -Gracias- Susurró en un hilo de voz casi inaudible. -Espero todo vaya bien, no sé como sea el adentrarme en el barco- Rió algo nerviosa mientras acomodaba su cabello y se sentaba en la cama aún pensando en aquél barco. Tomó la cobija, saliendo enseguida de su hilo de pensamientos. -Oh! Gracias- Sonró mientras desdoblaba la cobija y se cubría con ella, observándola con detalle. -Es hermosa, muchas gracias-
Sentía el calor de la fogata llevarse la sensación de frío de su cuerpo debido al agua. -Eso espero, la verdad no sé que pensar con respecto a eso, la verdad espero que sirva de algo y pueda conseguir algunas cosas interesantes- Sé quedó pensándolo por unos momentos, habían tantas posibilidades que simplemente le era imposible poder recordar algo en concreto ¿Pero valía la pena pensarlo justo en ese momento? No, ya qué iría al barco... y más aún con la ayuda de Enzo, pero simplemente la curiosidad le ganaba por mucho.
-¿Sueño ligero eh? De todos intentaré no molestarte, necesitas descansar tu también, me he sobre extendido allá fuera- Le sonrió con dulzura mientras empezaba a deshacer la larga trenza de cabello, mirándole de reojo. -Será un gran día mañana así que tu también necesitas un buen descanso- Al terminar con su cabello se enderezó y movió su mano con suavidad. -Buenas noches joven Enzo, que descanse- Sin más, se acomodó en el camastro cubriéndose con la cobija tejida dejando su cabello de lado, para dejar al hombre descansar.
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Enzo
Los Grises
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Post by Enzo on Jul 17, 2018 22:44:24 GMT
Caminó hasta la puerta pero se detuvo al escuchar la voz de Lorelei, anclándolo a responderle con una sonrisa a sus palabras. No se dio el egoísmo de decir nada más puesto que no deseaba robarle ya más descanso. Sería un día pesado al amanecer, no sólo en cuestión física sino que también se abrirían probablemente heridas olvidadas en el corazón de la sirena. Como la arena que descubre los rastros de un navío perdido y abandonado, era así tal vez lo que ocurriría dentro de la mente de la mujer. La miró hasta que se acomodó finalmente a descansar y así, cerró la puerta, tomando al fin su lugar sobre la hamaca.
Se recostó por un instante sin cerrar los ojos, mirando a las estrellas que cubrían su cuerpo como un manto luminoso de pequeños astros curiosos. ¿Podría recordar Lorelei? Y si lo hacía... ¿se arrepentiría? De poder él olvidar... definitivamente lo haría... Esperaba con todo su corazón que los recuerdos de la mujer no fueran tensos ni pesados...
Poco a poco sus ojos fueron cerrándose, arrullándose entre la brisa del mar y el sonido de las olas rompiendo en la orilla. Pronto su mente quedaría en silencio.
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