Asueto en casa (Quelt -Atani)

La palabras de la chica le indicaron que al parecer estaba lo suficientemente bien para hablar eso hizo sonreír aquello significaba que ella estaba lo suficientemente bien como para intentar buscar conversación, aunque las palabras que ella dijo le hicieron avergonzarse un poco. ¿Estaba él preocupado realmente por ella?, trato de analizar sus acciones si bien podía haber estar haciendo eso para alguien por quién se preocupase tambien podría ser por el hecho de que si ella estaba enferma no podría cumplir sus funciones para con la casa, al final alejo aquella discución de su mente.

-Esta bien, convivimos en este hogar los dos al menos deberíamos preocuparnos porque el otro este sano ¿No es así? -Lleno nuevamente el vaso de la chica con agua- Deberías beber un poco más -Observo por la ventana de la habitación quizás el médico siguiera en camino.

El mercenario observaba paciente ella parecía estar bien por el momento, coloco la jarra con agua junto al vaso en caso de que ella quisiera más pudiese servirse por si misma, lo que no esperaba era recibir aquella palabra de gratitud de inmediato y por puro instinto Quelt giro el rostro para ver al suelo. Por lo general solía ignorar los agradecimientos de las personas que ayudaba durante su trabajo pero que ella lo hiciera en aquél momento le había afectado un poco, se reincoporo- Yo... ire a preparar algo de comer, supongo que debere hacer algo caliente y suave para ti -Comento mirandola sin verla directamente a la cara- En todo caso el médico ha de venir en camino, nos aseguraremos de que te atienda antes de que pruebes bocado -por fin la miro a la cara y le dedico una rápida y nerviosa sonrisa, luego salio con cuidado de cerrar la puerta con suavidad y bajo hasta la cocina a ver que podía hacer de desayno.

El mercenario se dirigio a la cocina abrio la alacena y se quedo allí mirando durante un buen rato, ella había propuesto un caldo claro era la solución más rápida y saludable quizás podría agregarle algo de pollo así tendría buen sabor además de ser saludable, se encargo de cortar los vegetales y preparar el pollo picandolo de manera correcta, apenas había colocado los ingredientes en el agua cuando escucho la campanilla de la puerta al asomarse descubrio para buena sorpresa que se trataba del médico una vieja sirena que solía coserle las heridas sin hacer muchas preguntas. Luego de invitarla a pasar la mujer pregunto la situación Quelt le explico todo lo que había pasado y lo que estaba hacinedo en la cocina, luego de que la mujer diera el visto bueno al caldero que empezaba a hervir en el fogón ambos subieron escaleras arriba- Atani, ha llegado la doctora para que te chequee -Comento el mercenario al abrir la puerta dejando así que la mujer entrara para hacer su trabajo, lo primero que hizo la sirena fue mirar a la paciente de arriba a abajo haciendo un par de preguntas mientras colocaba su mano sobre la frente de la chica, luego giro a ver a Quelt- ¿Te molesta si te vas? Es que necesito hacerle un chequeo y ha de estar desnuda para ello -Comento en un tono de voz neutro, el mercenario de inmediato cerro la puerta y sus pasos se escucharon bajando la escalera.

La sirena no pasa desapercibida la mirada entra ambos antes de que el hombre abandonara los aposentos- Es un placer, lo bueno de tener clientes como Quelt es que le puedes cobrar una fortuna -Comenta con una sonrisa algo complice y maliciosa como si fuese un juego o algo divertido, la sirena mira de arriba a abajo- Nada mal -Luego empieza a palpar tu estómago con mucha suavidad tratando de ver si había algún otro organo inflamado- Quelt me dice que vomitaste mucho, estoy casi segura de que comiste algo en mal estado, en todo caso deberías tomar mucha agua y si sientes ganas de vomitar otra vez hazlo quizás pueda quedar algún residuo pero del resto no tengo mucho que hacer aquí para la fiebre la sopa mucha agua y reposo bastarán -Abre un bolso de cuero que parece hecho con la piel completa de un castor y saca un manojo de hierbas secas- Vas a tomar esto antes de comer te ayudara a desinflamar el abdomen quizás sufras de algunos gases pero nada que pueda avergonzar mucho a una dama como tú, eso si el reposo es absoluto no debes volver a salir de la cama excepto quizás para ir al baño, pero en horabuena fuera del susto estas bastante sana -Comenta la sirena quién luego de una despedida parte de la habitación y se dirige a darle instrucciones al mercenario antes de marcharse con la condición de que al menor cambio le llamasen otra vez.

El mercenario observo a la médico irse bueno estaba aliviado de saber que no era algo tan grave, se dedico a vigilar la sopa que estaba en la cocina, al parecer tardaría un poco más en estar lista así que aprovecho de una vez en poner en otro recipiente un poco de agua para hacer la infusión con las hierbas que la sirena le había dado, un rato después en la cocina reinaba un agradable aroma a hierbas, tomo una taza y sirvio la infusión subiendo hasta la habitación de la chica esperaba que ella se encontrara en mejor condición de vestimenta- Atani aquí tengo la medicina de la .... -Se quedo quieto al verla tan vestida y levantada de la cama- ¿Se puede saber que intentas hacer? -Pregunto el mercenario mas sorprendido que otra cosa.

El mercenario la miro de arriba a abajo si bien parecía poder mantenerse en pie por si sola aún era demasiado pronto para que abandonara el reposo- Tomate esto -Comento dandole la taza y saliendo de la habitación cerrando la puerta tras de sí, corrio de un lado a otro acomodando cojines y cobertores de aquí a allá de manera que tenía un pequeño puesto especial para ella en casi odas las habtaciones importantes, el recibidor, la cocina y el comedor una vez termino regreso al cuarto de la muchacha- Ven si vas a bajar al menos recuestate de mi no conviene que te sobreesfuerces -Comento agachandose un poco para que ella pudiese sostenerse, así bajaron hasta la cocina donde el mercenario le ayudo a sentarse en el sitio que le había preparado- Creo que estarás cómoda allí -Comento mientras se alejaba para revisar el estado de la sopa.

El mercenario parecía complacido al oír que la chica estaba comoda, siguio vigilando la sopa hasta que ella hizo la pregunta, giro para verla bien parecía hambrienta y la verdad él tambien lo estaba ninguno había comido nada durante el día y ya habían pasado de las nueve seguramente- Ya casi debe estar, no suelo preparar muchas sopas la verdad casi nunc ales encuentro "cuerpo" -Volvio a la olla y la agito un poco más con un cucharón de madera antes de probar- Bien creo que ya -Busco dos tazones de la alacena y empezo a servir- Se que estas delicada del estomago pero no creo que pase nad asi te sirvo una presa del pollo -Comento guiñandole un ojo a la chica, termino de llenar los tazones y se sento en la mesa de la cocina junto a ella, buscando obviamente la cucharas antes de hacerlo- Aquí tienes con cuidado ha de estar caliente.