Asueto en casa (Quelt -Atani)

-Hasta hace un par de meses una sopa mía habría estado mucho peor -Dijo soltando una risita baja, porque había requerido de algunas clases para aprender a cocinar bien.

Cuando llevaba la mitad de la pieza de pollo sintió su estómago revolverse un poco y optó por apartar la taza.

-Bueno... Supongo que podría pagarle la fortuna que le paga a esa mujer a un mejor sanador, fuera de las hierbas, su remedio fue: "Vomita de nuevo si lo necesitas". ¿Es que no hay formas mágicas más rápidas y efectivas para curar una enfermedad? Porquee duele menos el estómago, pero no quiero vomitar de nuevo... Y todavía tengo fiebre -Terminó de decir apoyando el dorso de su mano en la frente para comprobar lo último dicho .

Soltó una risita dulce y lo miró con curiosidad. Realmente se le había notado en un par de instantes esa desesperación de la que había hablado.

-No hay problema, me siento mucho mejor que en la mañana a decir verdad... -Y en realidad, gran parte de ello se debía en especial a las atenciones de Quelt, a sentirse cuidada y protegida por alguien de nuevo. Eso era lo que le había devuelto el calor al cuerpo.- La verdad es que no hay problema con la sanadora, los cuidados posteriores al tratamiento suelen ser más efectivos -Dijo antes de encogerse de hombros.

Lo miró lavar los platos y no pudo evitar sentir la sensación de ser un poco inútil ahí sentada, pero no se sentía perfectamente bien todavía. Lo miró y adoptó una expresión pensativa.

-No lo sé Quelt, generalmente cuando estoy aquí dentro sólo limpio o me dedico a practicar lo que aprendo de cocina -Esbozó una amplia sonrisa- ¿Qué se supone que hace la gente normal en su casa?

Ella lo miró con verdadero interés cuando mencionó los libros, aparte de los pequeños lugares en el pueblo, no había ido a alguna biblioteca que fuera privada.

-¿En qué habitación está que no la he visto- Estaba casi indignada de no haberla descubierto. Era una casa enorme y algunas puertas seguían bajo llave, pero no recordaba haber visto libros, a menos que fuese un estante con cubierta y que eso imposibilitara su visión.

-Parece que no... -Admitió ella mientras se pasaba una mano por la nuca, sólo para observar un instante después como la cargaba de nuevo.

Llegando a la penúltima puerta recordó que la razón habua sido esa, que era una puerta imposible de abrir para ella y que sin embargo él había abierto con mucha facilidad.

-¿No te cansa cargarme luego de tanta escalera? -Preguntó antes de abrir los ojos con sorpresa a la habitación- ¡Wow! ¿Has leído todos estos libros? -Preguntó mientras veía la impresionante colección

Atani se acercó a algunos estantes mientras lo escuchaba hablar, mientras intentaba buscar un libro con el título en el lomo en algún idioma que pudiera leer.

Lo miró y pensó en los otros sitios donde había visto cosas amontonadas, incluyendo la caverna. Dio un par de palmaditas suaves a su estómago todavía un poco inflamado y lo miró de reojo.

-¿Con qué propósito?... Es decir... Libros no es lo único que amontonas, podrua decirse que es algo que haces también con algunos otros objetos, hasta con mencionar la caverna ¿Es que te gusta mucho coleccionar cosas Quelt?

Lo escuchó hablar y sintió como sus palabras de estaban conectado con las deducciones que ella tenía en mente, sólo y sin familia...

Tomó una butaca y se sentó casi frente a él mientras apoyaba los codos en sus rodillas.

-No son tonterías Quelt... ¿Nunca has pensado que es eso que necesitas llenar? Tienes dinero, una casa enorme, un empleo que te ha dejado esa fortuna, debes tener alguna persona en la que confías... Materialmente hablando lo tienes todo, entonces ¿Qué piensas que le falta a tu vida? Yo comprendí por ejemplo, que no era precisamente dinero lo que necesitaba para salir adelante, sino apoyo, sola no iba a salir de donde estaba, y de una forma y otra tú me lo has otorgado, así que debe haber algo que verdaderamente le falte a tu vida ¿Amigos? ¿Un nuevo empleo? ¿Una compañera? Una de vida, no de empleo, ahí ya estoy yo -dijo con una sonrisa-