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Post by Zerachiel Cinderbreath on May 16, 2017 3:37:40 GMT
En ese momento Zerachiel empezó a perder su compostura, dado a que la valquiria había reposado todo este tiempo sobre su regazo, su virilidad había estado recibiendo un constante masaje constante de parte de la generosa y suculenta retaguardia de la dama, razón por la cual este había empezado a crecer y se ahora encontraba incómodamente aprisionado en su pantalón. Mientras que el arcano intentaba ignorar el clamor de libertad de su miembro, empezó a notar como la voz de Sirnava se tornaba progresivamente más libidinosa, y sus caderas comenzaban a mover de una manera provocativa, arremetiendo sin reparo contra la mano que estaba explorando el interior de su intimidad.
Eso revitalizó de alguna extraña manera su concentración y empezó a menear sus manos en un ritmo similar a las caderas de la joven, tal cual un fiero movimiento de pistón, el cual parecía estar mandando a su compañera a un estado de locura temporal. Comforme su boca no era capaz de articular palabras por el momento, sus ojos le daban a entender sin ninguna duda que estaba en un estado de éxtasis y que aun no tenía suficiente, así que haciendo caso a sus deseos el arconte continuó arremetiendo contra la privacidad de la joven sin freno alguno, la cual en respuesta intentaba usar todos sus músculos para atrapar y masajear sus dedos. Dicho ataque perduró por un buen tiempo, hasta que repentinamente la dama se detuvo y empezó a temblar salvajemente tal cual hubiese sido impactada por un rayo, esto acompañado por un gemido de igual volumen y finalmente desplomarse.
El arconte se recostó aun con la joven valquiria sobre su abdomen, para evitar que esta cayera ya que aparentemente había perdido el control de su cuerpo. Aunque su intimidad seguía estremeciéndose en cortos intervalos, la fuerza que aprisionaba sus dedos finalmente había dado tregua. "Este es el momento" pensó para sí mismo, en lo que con una de sus manos siguió acariciando el vientre, torso y pechos de la joven en un vago intento de asegurarse que estaba bien, mientras que la mano que recién había recuperado su libertad rápidamente se dio a la tarea de liberar su miembro de la ajustada prisión en la que se encontraba.
Una vez liberado de la claustrofóbica prenda, la virilidad del arconte pareció levantarse de un salto y apuntar a los cielos, antes de finalmente ceder a la gravedad y caer dejando un arco de una viscosa sustancia atrás, y terminar reposando entre el muslo y la intimidad de la chica. La sensación de la piel de la joven contra su miembro era sumamente distinto a lo que había podido apreciar hasta el momento con sus manos, esto reavivó las intenciones primales que habían iniciado todo ese extraño y placentero episodio; la sensación era demasiado exhilarante y quería... no, necesitaba sentir más. Así pues el arcano tomó su miembro, el cual para este punto se encontraba completamente erecto, y empezó a estimularlo lentamente con su mano mientras frotaba la cabeza de este contra la intimidad de Enlynn, intentando buscar la ruta que habían tomado sus dedos en el pasado.
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Post by Enlynn Sirnava on May 17, 2017 17:18:16 GMT
Aquella estimulación llegó a un punto en el que el cuerpo de Enlynn fue consumido en su totalidad por una devastante ola de sensaciones. Desde la punta de sus pies, cuyos dedos se enrollaron con fuerza hasta su garganta, la cual se anudó en placer tras que su columna la recorriera un electrizante toque que haría eco a lo largo de sus terminaciones nerviosas. Aquello la privó de pensar con claridad por algunos momentos, dejándola en completa merced de saborear los sentimientos que le invadían y aún resonaban débilmente en su carne. Tras algunos minutos pudo regresar a sus cabales, y sentir la cálida mano del arconte acariciar sus delicadas curvas. Sus dedos se paseaban curiosos por la suavidad de su ombligo y abrían paso hasta sus pechos, los cuales reaccionaban con los roces sutiles deseando por más. Con sus pequeñas palmas, presionó la mano del arcano contra su pecho y continuar degustando la excesiva sensibilidad que le había proporcionado aquel orgasmo a su piel en general.
Por otro lado, un suspiro escapó de su boca y la sensación de pesadez repentina presionó su pecho, al sentir una extremidad presionarse contra su intimidad- húmeda y expectante. Su instinto dictaba una sola cosa, lo cual provocó que su corazón se acelerara y sus caderas respondieran meciéndose débilmente para recibir dicha invitación. Aunque estaba dubitativa y la incertidumbre invadiera su ser, su cuerpo estaba preparándose sin considerar los deseos propios de la cabeza de la valquiria, en los cuales surgían atropelladamente decenas de incógnitas sin respuesta. “¿Es acaso este el momento?” “¿Será un simple deseo carnal, o algo más?” “¿Qué pasará después de esto?” Eran unas cuantas preguntas que le atribulaban. Al intentar buscar una respuesta por sí misma, sus caderas se movían de manera que acomodaran el miembro del varón en la entrada de su entrepierna, pero al presionar contra este, no podía penetrar con efectividad y terminaba deslizándose en el exterior de su apertura, acariciando incidentalmente las zonas más sensibles del mismo. Como efecto colateral, los generosos muslos de la dama intentaron aprisionar en posición la virilidad de Zerachiel y repetir la anterior acción, únicamente para obtener el mismo resultado pero ahora estimulándolo con la suavidad de sus piernas y con la ayuda de fluidos que danzaban por la zona.
Sus pensamientos, en contra parte, se habían posicionado en algún punto en el tiempo de convivencia del pasado, con el arcano que estaba por deflorarla en el presente. Registró acciones que quizás no marcaron ninguna diferencia en aquel entonces, pero dada la situación en la que estaban ahora, podrían indicar una pista importante sobre la relación de ambos. Recordó momentos en que fue atendida por Cinderbreath al regresar herida y ajetreada por una pelea con algún arcano o criatura feral, y la atención y cuidado tan especial con la que fue recibida ella por parte del otro. Recobró la memoria del momento que iniciaría la costumbre de dormir en el pecho del arconte, la cual fue una consecuencia de uno de los incidentes anteriormente mencionados- al ser atendida, sus heridas limpiadas y suturadas, su cuerpo bañado en un manantial y su cabello trenzado para mayor comodidad, llevándola entre sus brazos y proporcionándole el calor que él expedía, para que ella pudiera recobrar la temperatura. Aquella noche la valquiria había logrado dormir confortablemente en el pecho del otro, dejando de un lado el dolor de sus heridas. Los días consiguientes a ese, fue servida como una princesa, recibiendo un trato especial con respecto a tratamiento y comidas respectaba hasta su total recuperación. No había que indagar demasiado para analizar que todo aquello debía de nacer a raíz de un sentimiento de aprecio y cariño que ella había tachado como simple compañerismo y caballerosidad en aquel entonces.
Poco a poco la tensión en su pecho empezó a ceder, y una única pregunta ahora amarraba el corazón de Enlynn. Su cadera detuvo el estímulo rítmico que proporcionaba a la intimidad de ambos, y con extremidades temblorosas se levantó lo suficiente como para voltearse, ahora quedando en una posición donde su pecho se presionaba contra el abdomen de este, otorgándole una mejor vista al metálico rostro de Zerachiel. Humectó sus labios en anticipación y rodeó los costados de la cabeza del arconte con sus palmas, instándolo a que se clavara en su mirada. La valquiria siempre se caracterizaba por ser directa y hasta algo densa cuando tocaba un tema, y aunque el palpitar de su corazón era casi audible, aquello no fue excepción para sus personalidad -¿Acaso tu me quieres?- preguntó, con un tono dulce y una mirada cariñosa, acotando al tema del amor y no simple deseo. Era importante para ella conocer aquella respuesta, puesto que empezaba a sospechar que aquellas sensaciones que se aglomeraban en su pecho era un aprecio más fuerte que simple compañía o lealtad, y la necesidad de correspondencia era latente. Su figura en contraste, no perdía el pequeño baile que invitaba al otro a que la hiciera suya, estimulándolo con las caricias de sus muslos, intimidad la naciente de sus glúteos, empujándolo al borde de la desesperación.
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Post by Zerachiel Cinderbreath on May 18, 2017 0:15:30 GMT
La repentina iniciativa de la valquiria para intentar complacerlo tomó al arconte por sorpresa. Los muslos de la joven que ahora se hallaban envueltos sobre su virilidad le enviaban corrientazos placenteros con cada roce, al parecer ella había notado sus intenciones y estaba intentando usar sus piernas para guiarle hacia su intimidad.
Zerachiel no sabía cómo responder ante tal esfuerzo por parte de Enlynn, hasta ese punto se había dejado guiar por sus instintos, pero su inexperiencia finalmente estaba empezando a hacerse notoria ahora que estaba recibiendo aquellas placenteras sensaciones, dejando así que la joven liderara la acción mientras sus manos se enfocaban en los pechos de esta, la valquiria parecía estar tomándose la libertad de acariciar toda la longitud de su miembro en aquellos intentos, frotándolo energéticamente contra su entrepierna.
La cabeza del arconte parecía darle vueltas en anticipación de lo que vendría después, mientras que al mismo deseaba que aquella figura frotándose contra su masculinidad no se detuviera nunca, pero como si le hubiese leído el pensamiento, la valquiria se detuvo y con su tembloroso cuerpo se dio la vuelta finalmente, quedando abdomen contra abdomen. Ahí estaban de nuevo, aquellos ojos que parecían decirle todo antes de que la chica pronunciara palabra alguna, mirándole fijamente con una combinación de deseo y... algo más.
Mientras que el cuerpo de la valquiria se movía nuevamente de manera lasciva, deslizándose sobre su virilidad con un indudable deseo de que este se hundiera en sus profundidades, su rostro y aquellos ojos bañados en oro parecían contar otra historia, su mirada se había pasado en este punto de deseo a algo más profundo, en aquel mar dorado se reflejaba una avalancha de sentimientos idéntica a la que había estado reprimiendo en su pecho, y como por arte de magia y con sorprendente facilidad Enlynn fue capaz de darle un nombre a aquella emoción.
"¿Acaso tu me quieres?"
Todo tenía sentido para el arcano ahora, ¿cómo era posible que un concepto tan simple le hubiera evadido por tanto tiempo? hasta la fecha había intentado racionalizar aquel deseo de distintas maneras, pero nunca había entretenido la idea de tomar la ruta romántica. Dada la naturaleza de su crianza, aquel tipo de experiencias era una de las muchas cosas que pensó que nunca llegaría a probar ya que todas las habilidades que había pulido durante su vida habían sido enfocadas para su profesión y la guerra; cosa por lo cual pensaba que tener alguna relación que no dependiera de aquellos elementos era simplemente imposible, puesto que esos actos eran reservados para aquellos que habían pulido sus habilidades sociales durante en el trayecto de su existencia y eran capaces de crear vínculos duraderos con otros arcanos.
Para Zerachiel el haber formado lo que consideraba una camaradería que se había convertido lentamente en amistad, era algo que consideraba más que suficiente para alguien como él, pero el escuchar aquellas palabras resonar en el interior de su cabeza le hizo evidente cuanto había reprimido aquellos deseos y frustraciones durante tantos años. En este momento notó que había hecho una pausa más que dramática desde que la valquiria había musitado aquella dulce pregunta, así que el arcano trató de controlar aquel torrente de emociones y responderle de la manera más clara posible.
-No- respondió en un tono seco mientras acariciaba la cabeza y espalda de Enlynn, e inmediatamente pudo notar como por un momento la joven se congeló y su mirada intento alejarse de la suya, asi que rápidamente tomó su rostro con sus manos para impedir esta última acción. -Yo te amo- pausó nuevamente como si intentara leer el lenguaje corporal de la joven antes de continuar -En este momento no podría considerar una vida sin tu presencia- al notar como el semblante de Enlynn se volvía más receptivo, finalmente soltó su rostro y volvió a acariciarle antes de continuar su discurso -Honestamente, sacrificaría todo lo que tengo si eso me permitiera extender este momento para siempre-
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Post by Enlynn Sirnava on May 18, 2017 2:15:28 GMT
Esas palabras eran mayor a lo que estaba preparada en escuchar. Primero el vuelco preliminar que dio su corazón en la prontitud en que asumió que fue rechazada, y luego el impacto de sentimientos que estaban fuertemente envueltos en aquellas directas palabras, que jamás pensó escuchar de su compañero, puesto que era sumamente reservado en general. Dejó un suspiro escapar, el cual le provocó que perdiera el aire momentáneamente en sorpresa junto a su pecho que se estrechó en gozo absoluto.
Se sentía aturdida, pero no de mala manera. Muchas cosas estaban sucediendo al mismo tiempo, revelaciones y experiencias innovadoras que apenas y estaba saboreando a como la cordura le permitía. Amor espiritual y carnal, enlazados en un momento tan preciso, tan único y tan... íntimo. Algo así debió de ser lo que unió a sus padres, y a los padres de sus padres. Esa correspondencia entre dos seres que confían sus vidas en uno al otro, ese deseo tan puro y transparente, una sensación de plenitud, paz y éxtasis, enlazados de una forma tan armoniosa y perfecta. El cuerpo de Enlynn se detuvo para procesar las sensaciones que le invadían y agitaban su percepción del mundo, para recobrar su compostura y acostar su mejilla sobre el pecho del otro, escuchando su palpitar y musitando con certeza sus sentimientos -Sólo dame tu corazón y protege el mio, y haré que este paraíso perdure por siempre- la arcana depositó un beso, sentando así una promesa sincera y eterna en el corazón del otro. Sus dedos en contraparte acariciaron con suma suavidad las comisuras del rostro metálico de su amante, abriéndose paso hasta las palmas del otro. La diferencia de tamaño en sus manos era considerable, pero aún así sus tersos dedos bailaron hasta entrelazarse unos con los otros, y establecer un agarre inseparable.
En el otro extremo, las caderas de Enlynn temblaban al sentir que aquel pronunciado estímulo que inconscientemente sus muslos había otorgado al otro, habían guiado al miembro del arconte a la entrada de su intimidad, el cual reposaba expectante de una invitación para adentrarse. El cuerpo de la valquiria reaccionó ante aquel indudable deseo y la espalda de la misma se arqueó, empujando su cintura de tal forma que la virilidad finalmente pudo penetrar la superficie, colocándose en posición correcta para iniciar un placentero recorrido. Deslizó tímidamente más las caderas hasta sentir que sus paredes eran apartadas para albergar aquel tamaño, pero un forcejeo era evidente para poder continuar dicho trayecto. Las manos de la arcana presionaron con fuerza su agarre y tomó aire, intentando relajarse. La diferencia de tamaño era muy pronunciada, por lo que los movimientos de ambos debían ser cautelosos.
Sirnava levantó la mirada vidriosa hacia Zerachiel, algo nerviosa pero aún deseosa, e intentó nuevamente unirse a él. El nuevo forcejeo logró que el miembro de su querido penetrara hasta un punto donde sintió la sensación de que algo dentro suyo estaba rasgándose. No había dolor pero era una sensación que le causó cierta incertidumbre, por lo que le pidió a Cinderbreath que le ayudara, utilizando sólo su mirada como ruego. Sus piernas se habían paralizado pero el interior de su intimidad invitaba fervientemente a que el otro, de una vez por todas, entrara y la marcara como suya.
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Post by Zerachiel Cinderbreath on May 20, 2017 16:40:45 GMT
El arconte estaba nuevamente estupefacto por la facilidad con la que Enlynn podía decir las cosas que para él aún eran incógnitas a las que no podía darle nombre siquiera, mientras que al mismo tiempo se encontraba totalmente embelesado por la sensación de alegría que recorría su ser al ver que a pesar de todo lo que sus experiencias de vida le indicaban, finalmente había hallado a la criatura indicada para compartir su corazón, así mismo sabía que iba a registrar en su memoria este momento como una de las sorpresas más gratas de toda su vida.
¿Las otras sorpresas? esas seguramente se revelarían més adelante en el sendero que sus vidas habían tomado desde ese instante.
-Puedes tomar este corazón que palpita ahora por ti y todo el resto de mi ser si es necesario- respondió el arcano luego de que el beso de la damisela marcó su pecho, justo a tiempo para notar como la joven valquiria había empezado a forcejear para darle la bienvenida a su virilidad en un intenso de hacerse uno. Aquella sensación era algo que no podía describir, aunque a duras penas había empezado su camino a las profundidades de la joven, estas se estremecían con la presencia de su miembro, ondulando lascivamente como si no pudiera esperar para devorarle. La entrepierna de su ahora amada estaba llena de contrastes; mientras podía sentir la inmensa presión de las paredes de su intimidad aprisionando avariciosamente su miembro, estas eran inexplicablemente suaves y cálidas- no, de hecho dichos contrastes parecían no limitarse a eso. Podía apreciar como el lenguaje corporal de la joven que parecía estar levemente adolorido al batallar con el diámetro de su masculinidad, aunque era acompañado por una avariciosa sonrisa que se dibujaba en el rostro de la valquiria, conforme aquellos ojos con destellos de ámbar fisgoneaban intermitentemente con un tinte lujurioso el avance de su carne contra la del otro.
Eso fue suficiente para que a Zerachiel le diera vueltas la cabeza, aquella escena hacia que los instintos más bajos de su ser le gritaran prácticamente que empujara sus caderas de un golpe y se dejara perder por completo en el interior de su amada. Mientras combatía aquel impulso los ojos de la valquiria se clavaron repentinamente en los del arconte, como si hubiesen escuchado los aullidos de sus impulsos, su mirada claramente le indicaba que estaba bien, que no había necesidad de reprimirse, que ella deseaba con la misma desesperación que sus cuerpos se unieran por completo. El arcano ahora embriagado por oleadas de deseo procedió a abrazar a su amante fuertemente, como si temiera que esta fuese a desvanecerse en el aire y todo el éxtasis del momento fuese un sueño. Como era de costumbre una de sus manos instintivamente empezó a acariciar la cabeza de la joven, mientras que la otra delineó su camino bajando por la espalda de esta hasta posicionarse firmemente en su cintura. Guiado por su intuición que había llenado su mente de lujuria, lo único que el arconte pudo decir en aquel momento fue -Es hora de hacerte mía- e inmediatamente con un pulso lento pero firme empezó a empujar el aparentemente delicado cuerpo de la joven provocando que su virilidad se hundiera en la intimidad de esta. A los pocos momentos de haber iniciado aquel acto, pudo sentir como su miembro había encontrado con una barrera que le impedía continuar y en lo que su paso lento pero implacable logró penetrar y sobrepasar la misteriosa defensa, pudo sentir como aquellas profundidades retumbaban de manera descontrolada sólo para fijarse en el rostro de su amante y ver como este se había retorcido en una evidente expresión de dolor.
Inmediatamente el pánico invadió su corazón, en el calor del momento el arcano había cedido a sus instintos de enterrarse en lo profundo de su compañera, pero con sólo haber comenzado tal viaje ya había logrado lastimarla. No tardó mucho en notar como los ojos de la joven se habían cristalizado momentáneamente y luego le dieron paso a lágrimas, "¿hice algo mal?" pensó inmediatamente el arcano mientras que por reflejo trato de retirar su miembro, acto que fue detenido por la misma intimidad de la chica, que se tensó como nunca antes al notar el intento de tomar el camino de vuelta. -¿Estás bien?- preguntó como si esperase ser reprendido -Te he lastimado, ¿no?-
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Post by Enlynn Sirnava on May 23, 2017 21:41:24 GMT
Su petición fue concedida y su ahora amante se abrió paso en su interior, apartando su carne para dar cabida a la del otro. Aquella acción fue lo suficientemente lenta para que Enlynn tuviera la capacidad de saborearla conforme sus sentidos se empapaban de un placer que nunca antes había sentido, o siquiera imaginado que existiese. Las paredes de la intimidad de la valquiria se estremecían, ajustaban y estrechaban al toque de aquel bienvenido invitado, que derrumbaba sin precedentes toda barrera que intentase detenerle. De un momento a otro sintió que algo dentro suyo se rasgó, y aunque la sensación fue apenas perceptible, un sentimiento electrizante atravesó su columna. Aquellos orbes dorados dejaron escapar unos pequeños y delicados hilos salados a lo largo del contorno de sus mejillas, denotando así una primitiva noción de dolor. No obstante, ante el cuestionamiento de su preocupado compañero al respecto, jadeó para liberar un dulce gemido, y reconfortar las acciones del otro con una resquebrajada sonrisa. No podía hablar con claridad en ese momento, pero su cuerpo era suficiente para expresar sus deseos e intenciones. Ante el reflejo de Zeraquiel de retirarse de aquella unión, el cuerpo de la arcana reaccionó, aprisionándolo fervientemente.
Las manos de Sirnava usaron los brazos del arconte como ancla de apoyo, para retomar el camino que había interrumpido el atribulado corazón del otro. Estableciendo una conexión visual que se suspendida en ocasiones por visibles expresiones faciales de gozo, la dama empujó de una forma más apresurada sus caderas contra las de su amante, clavando la masculinidad del otro en sus profundidades. Un leve quejido escapó entre gemidos, pero el placer obtenido por aquella acción arrebataban la mente de la mujer alada. Su corazón estaba acelerado y sus necesidades carnales finalmente habían despertado, gracias al amor sincero de Zerachiel. Una cosa que marcaba de forma profunda el ser de Enlynn era el ideal que sus padres habían marcado con respecto a relaciones y el ideal del amor. Curiosamente, ella había sido el resultado de la unión de un Arconte y una Valquiria, pero lo que era impresionante era que, a pesar de tantas guerras, misiones, altercados, incidentes y tribulaciones, ambos se mantenían fuertes e inamovibles con respecto a su lazo amoroso. Un amor tan puro, fuerte y desafiante era algo que la joven deseaba, aunque no había considerado aún. Al menos no hasta en aquel momento. Se había entregado en corazón y cuerpo a su compañero de misión, el cual la convirtió finalmente en una mujer.
Un último esfuerzo fue lo que se necesitó para marcar la unión completa de aquellos dos seres. El interior de la intimidad de Enlynn reaccionaba gustoso y sobreestimulado ante el vasto toque y espacio que ocupaba la virilidad de Cinderbreath en sus adentros. La garganta de la arcana se hallaba anudada al estar inundada de sensaciones tan excitantes y placenteras que apenas estaba comprendiendo, por lo que al intentar obviar la unión de sus cuerpos con un mensaje verbal, este se tradujo en jadeos y gemidos, los cuales traducían en una sinfonía dulce de éxtasis. Tomó un entrecortado respiro, y sus caderas inconscientemente empezaron a dar un baile circular en el miembro de arconte, como si estuviese intentando degustar el sentimiento, con el propósito de prolongarlo y aumentarlo. Las uñas de la valquiria se enterraron en los brazos del otro, pero sin llegar al punto de lastimarlo. Generaban una presión que daba pistas a la intensidad de aquel sentimiento placentero el cual desesperadamente deseaba seguir experimentando. Los interiores de la arcana ondeaban en un patrón estimulante que acariciaban, ajustaban y masajeaban el miembro del otro, incidentalmente causándole un placer similar a su compañero. Prontamente, el baile de aquellas caderas se convirtió en un movimiento de pistón- lento pero profundo, con sus paredes aún otorgando aquella lasciva danza carnal. La expresión de Enlynn había sido consumida por una de placer y locura, sus delicadas facciones denotando ternura y sus ojos exudando deseo, deseo porque el otro investigara su cuerpo de manera pasional, develara sus secretos y la llevara gustosamente a conocer nuevas sensaciones.
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Post by Zerachiel Cinderbreath on May 30, 2017 23:49:34 GMT
Zerachiel se encontraba atónito en medio de toda esta situación, con su virilidad ahora enterrada en las profundidades de la carne de su amante, estaba siendo bombardeado por lentas pero poderosas oleadas de placer con cada movimiento de la joven, las delicadas y cálidas paredes parecían acariciar a su miembro incitándole a que moviera las caderas e intentara ir mas allá, y sumado a esto estaba la expresión de su amada valquiria, la cual parecía estar perdiendo la cordura por el placer y dolor que le provocaba tal experiencia.
El arconte tampoco es que estuviera manteniéndose muy bien en sus cabales como para juzgar a su alada amante "¿cómo era posible que esta joven pudiese hacer que su corazón quisiera tratarla como el tesoro más preciado del mundo, pero a la vez despertara los instintos más salvajes en su cuerpo, incitándolo a poseerla usando toda su fuerza y ver cuánto más se podría distorsionar el lujurioso rostro de la chica al propinarle más placer... y dolor?" esta era la interrogante que le estaba dando vueltas en su cabeza en ese instante, y entre más se entrelazaban sus cuerpos en aquellos movimientos apasionados, mas sentía que era su deber el averiguar la respuesta de la última parte de la incógnita.
"Ciertamente él le amaba y no era su intención lastimarla, pero ella parece disfrutar de aquellas sensaciones así que ¿quién era el para negárselas?" fue el vago intento de racionalizar las acciones que estaba a punto de tomar por parte de su ahora debilitada cordura, la cual no podía mantener su pasión a raya por un segundo más. El arcano prontamente flexionó sus brazos y empezó a acariciar el cuerpo de su amada con tremenda fuerza para disfrutar lo tersa y elástica piel de la chica, empezando por su cuello y abriéndose paso lentamente por todo su cuerpo hasta que finalmente reposaron en el trasero de la lujuriosa valquiria.
Los ojos de su amante se clavaron en los suyos, y si bien en su situación actual no era capaz de articular palabra alguna, aquella mirada acompañada por una sonrisa que desbordaba pasión, el rostro de la joven se mostró mucho más excitado por la anticipación cuando las manos del arcano apretujaron con fuerza las asentaderas de la valquiria. En este punto el rostro de Enlynn se había tornado en una expresión de súplica, implorándole que perdiesen el control juntos.
Así pues el arconte finalmente dejó que su líbido tomara las riendas de sus acciones, y con sus manos aseguradas en el posterior de su amada, empezó a sacudirlas en un violento movimiento de pistón sobre la longitud de su miembro, provocando así a su amante a que liberara gemidos, quejidos y ruidos de manera descontrolada, cosa que alimentaba más sus intenciones de seguir taladrando aquella mina de placer, por consecuencia haciéndole aplicar más fuerza al movimiento de pistón y aumentando progresivamente la velocidad de estos embates en las profundidades de la intimidad de su pareja.
Al poco tiempo de haberse encontrado en aquel obsceno círculo vicioso, Zerachiel acompañaba a la valquiria con lo que parecían gruñidos y demás sonidos guturales que se sincronizaban con cada arremetida de su virilidad. Ambos arcanos en este punto se encontraban empapados en una mezcla de sudor y brisa marina, las cuales se desprendían en forma de gotas con los salvajes movimientos de la pareja y cuyos húmedos sonidos complementaban los libidinosos aullidos de ambos amantes.
Después de estar retorciéndose por un buen tiempo, embriagados por el placer que la unión de sus cuerpos les propinaban, Zerachiel sintió que aun no usaba la fuerza suficiente para hacer de su compañera su mujer, así que rápidamente abrazó a la joven y cambiaron de posición. Ahora que la joven valquiria descansaba sobre el piso de la tienda y el arconte estaba encima de ella, finalmente era hora de sumar el peso de su cuerpo a las salvajes arremetidas que le había estado propinando a las profundidades de la joven.
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Post by Enlynn Sirnava on Jun 18, 2017 23:12:21 GMT
Aquella posición exponía su intimidad y cuerpo de manera completa hacía su amante, dejándola a completa merced de dicha situación pasional. Su pareja había sido consumido por la lujuria, y se podía notar por los movimientos pujantes y vigorosos del mismo, aparte de la postura dominante y el abrazo cautivador que hacía que la suave figura de la valquiria se perdiera entre la carne del otro. La arcana no era excepción ante aquel descontrol- ella también había sucumbido a los deseos, pasiones y sentimientos desenfrenados a raíz de esos actos, y más importante aún, la conexión de ambos corazones.
La forma en que sus profundidades eran invadidas forzosamente causaba que desde lo más profundo de su garganta escaparan gemidos y sonidos que nunca antes había pronunciado. Paralelamente, aquel manojo de sensaciones se intensificaban al escuchar a su propio compañero dejando gruñidos escapar, los cuales señalaban que ambos se encontraban disfrutando equitativamente de aquella experiencia.
Ambos se habían entregado el uno al otro, haciendo aquella velada en una experiencia nueva que sería guiada por sus instintos más allá de su sentido común.
-Zerachiel yo...- mencionó con suma dificultad entre respiros y voz entrecortada. Un calor crecía dentro de su cuerpo y la llevaba cada vez más y más a un punto de éxtasis puro, donde sentía que perdía más y más el control de sus sentidos. Sus piernas instintivamente abarcaron los costados de su amante, y sus pies intentaron amarrarse, pero sin éxito debido a la vasta echura de aquel cuerpo masculino. En su forma fated era tan solo la mitad del tamaño y grosor del otro, por lo que la diferencia de estatura era sumamente pronunciado. Tanto en aspectos físicos como en líbido. Las pequeñas alas de la mujer empezaron a temblar en anticipación, al igual que sus piernas y caderas se estremecían con aquel son de pistón que recibía por parte del arcano.
Las paredes de sus profundidades comenzaron a sujetar y estremecerse ante la inminente ola de pasión que estaba a punto de arremeterla.
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Post by Zerachiel Cinderbreath on Jun 28, 2017 23:00:32 GMT
Ahora que había tomado una posición más favorable, el movimiento de pistón del arcano había ganado más velocidad, si bien no entendía del todo el por qué, sabía que quería hundir su masculinidad en lo más profundo del cuerpo de su amada, y plantar en ella su semilla.
El arconte había empezado a embestir de una manera aparentemente violenta la intimidad de su amante en este punto, el sonido del rugido de las olas y el crujir de la madera que alimentaba la fogata del campamento era ahora ahogado por los gemidos de la joven valquiria, y los gruñidos ininteligibles del arconte, acompañados por el rítmico golpeteo del choque de sus cuerpos poseídos por la pasión.
Una vez Zerachiel sintió que la intimidad de Enlynn se estaba empezando a estremecer de una manera similar a la de hace unos momentos cuando había alcanzado un clímax, procedió a abrazarla fuertemente en preparación de lo que sentía que sería su ultima ráfaga de ataques para acompañarla en aquel éxtasis. El arconte se dejó ir momentáneamente, haciendo uso de toda su fuerza para aprisionar a su pareja y empezó a arremeter su intimidad sin reparo alguno, al punto que sentía que iban a terminar haciendo una cueva en suelo si continuaban con esto por mucho tiempo.
Y finalmente su virilidad le mando un mensaje inminente, la esencia de su pasión carnal estaba a punto de hacer erupción.
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Post by Enlynn Sirnava on Jul 23, 2017 3:09:43 GMT
La constancia y desenfreno de aquella lujuria finalmente eclosionó una ola de sensaciones sin par, que provocaría que la joven valquiria se aferrara al cuerpo del otro, al mismo tiempo que el aire en su pecho abandonara sus pulmones. Primeramente, su intimidad aprisonó la del otro de la forma más estrecha posible, ocasionando una serie de masajes entrecortados y eléctricos que se traducían en sus extremidades estremeciéndose de forma descontrolada. El corazón de la mujer estaba acelerado y golpeaba las paredes de su torax como un tambor, consumido completamente por el éxtasis y el sentimiento de deseo que había florecido en su vientre.
Habiendo recuperado un poco la fuerza en sus músculos, y el aire en su garganta, plantó un beso en el pecho de su compañero, y con sus palabras acarició la piel del otro conforme sus labios rozaban su pecho -Antes daria mi vida por nuestra causa, si ameritaba sacrificarme en su lugar lo hubiera hecho en un parpadeo... pero ahora- respiró profundo, usando un tono dulce y enamorado -entregaría mi vida por ti, por simple amor- confesó, dislumbrando completamente sus verdaderos sentimientos hacia el otro. Era cierto que habían compartido un vasto manojo de años uno junto al otro, unidos mayoritariamente por una causa y creado un lazo inquebrentantable de compañerismo. Sin embargo, las cosas habían tomado un rumbo y todos esos sentimientos que siempre estuvieron ahí se revelaron, dislumbrando todas las señas que siempre estuvieron antes sus ojos, pero no se habían atrevido a mencionarlas. Enlynn se había entregado en cuerpo y corazón al otro, y aquel acto había sellado su unión en aquella cálida noche.
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