So Lonely (3/4)

Se sobresalto un poco cuando una tercera persona apareció pero esta vez del agua!, ¿la habría seguido?¿Y si su padre lo había enviado?, como sea, alguien más la había escuchado cantar, estaba muy apenada. -Hola Nidel- sonriendo tranquilamente mientras que por dentro le preocupaba lo que le fuera a decir.

Miro a Kouhei una vez más, le provocaba cierta curiosidad y ternura, era muy lindo, su sonrisa nunca se borraba de su rostro, aunque le daba pena siempre trataba de verse amigable. -¿Porqué no vienes Kouhei?- riendo ligeramente, quería verlo de cerca. Al escuchar aquellos alagos del gran arcano sus mejillas se enrojecieron automáticamente, desviando su mirada algo avergonzada. -Era yo la que cantaba- río algo nerviosa, diciendo esto con el fin de que los demás también oyeran. Pasándose el cabello detrás de la oreja sonrió gustosa al saber el nombre de éste, temía que fuera a ignorarla como la gente solía hacerlo. -Corina, por si no lo escuchaste- recargando su rostro en su mano, mirando contenta a los arcanos que estaban con ella, había pasado mucho desde que había sido notada de esa manera.

Decidió acercarse un poco tras escuchar la invitación de la sirena. Y se sentó en el suelo, tratando de no llenarse de arena.

Estaba tratando de socializar un poco, pues era una sitación de la que no podía huir, además que parecían ser unos buenos arcanos. Así que respondió a la pregunta del joven pelirojo. No con palabras, ya que no quería volver a tartamudear, pero se quitó su mochila-caja para abrirla y dejar ver su contenido.

Dentro de ella había una gran cantidad de dibujos, máscaras, esculturas y prendas hechas por él. Tenía miedo de la reacción que podrían tener los demás, así que se escudó detrás de la caja, dejando a la vista la mitad de su cara sonrojada.

Sintió un gran alivio al ver que Nidel no venía por encargo de su padre (o eso quería creer), al tomar un roca como asiento, de alguna manera podía sentirse protegida, su padre siempre le cuenta sobre los cazadores que rondan por la zona, pero seguro era una mentira para no subir al arrecife. -En mis ratos libres soy florista- a pesar que eso le resultaba un poco difícil, le gustaba mucho porque podía ser un pretexto perfecto para salir a explorar en todo el océano. Miró cómo Kouhei y Boher se acercaban también, sonriendo ante tal acto sin despegar su rostro de su mano.

La expresión de Corina se hizo de asombro, estaba fascinada con lo que estaba viendo. Abrió sus ojos más de lo normal pudiendo contemplar aquellos ojos rosas y azules,despegandose un poco más de la roca para poder ver mejor. -¿T-tú los hiciste?- mirando al pequeño zorro con esos ojos llenos de sentimiento, sonriendo emocionada, eran cosas bellísimas, agitando sus manos por aquella euforia, las cosas en la vida terrestre eran muy bonitas.

Volteó a ver a Boher después de haberlo escuchado, las sirenas no suelen subir a la superficie porque la mayoría prefiere quedarse en el fondo, no suelen ser tan curiosas y prefieren quedarse a salvo si no se camuflaban entre los terrestres con su forma sellada. -Bueno...- pensó en su respuesta unos segundos. -¡Mirar cosas nuevas!,además de explorar territorios fuera del mar, pero eso a mi me da un poco de miedo- a pesar de ser una sirena muy curiosa vivía con el temor de todos los monstruos que habitaban fuera de Aqualia, su padre bien se lo decía. También había peligro en los mares pero eso le constaba, en cambio la tierra era algo totalmente desconocido para ella,eso implicaba más temor aún.

El zorro asintió con su cabeza para responerle a la sirena. Bajó su rostro completamente para que fuera tapado por su caja. La reacción de la chica le pareció muy bonita, se veía que le gustaban las cosas que él había hecho.

Metió la mano en uno de los pequeños cajones de su mochila para sacar un broche para el canello con una flor hecha de tela con unos colgantes con cuentas de colores. Se acercó aún más a la orilla de la playa, aún escudándose en su caja, para extender la mano con el broche y entregárselo a Corina. -E-es para ti... //////-

Por un momento se detuvo a pensar que tal vez los otros 2 arcanos también querrían recibir algo. Así que volvió a buscar entre los cajones para sacar un brazalete con cuentas en forma de peces y estrellas de mar para el tierno tritón, y un collar de caracolas marinas para Boher.

-T-tengan algo ustedes también /////- dijo extendiendo ambos brazos con los pequeños regalos, apuntando a la dirección en la que estaba cada uno.

Pensó un poco la respuesta del tritón, ¿Cómo que ahogado? -¿Te refieres a que te sientes sofocado?- preguntó en un tono más de preocupación que de curiosidad. Era curioso cómo cada mente era diferente, sólo el sabía porqué se sentía así en el mar inmenso.

Kouhei le parecía muy tierno, tenía bastante talento. Sólo vio cómo se acercaba más a la orilla del mar con su caja, al ver el hermoso broche no pudo creerlo, mirando sorprendida el regalo aún sin tomarlo. -¿De verdad?- una sonrisa llena de emoción adorno su rostro. Tomandolo con ambas manos como si se tratara de algo frágil, -Es muy bonito- mirándolo con sumo cuidado, pensó en qué podría darle de vuelta, tenía que haber algo, sólo era cuestión de pensar... -Gracias- mirando una vez más a Kou, sus mejillas se colorearon en un santiamén. Poniendolo cerca de una de sus coletas, sin duda sería su cosa favorita.

Todos lucían contentos por los regalos que el pequeño Kitsune les habia dado, sólo que algo la sacó de su momento, había escuchado unos ruidos entre los árboles de la costa, mirando unos segundos aquellos plantios, parecía ser sólo su imaginación, ninguno de los demás lo había percatado tampoco, o eso quería creer. -¿Na-nadie más lo oyó?- preguntó con algo de preocupación, seguro y era su mente que le jugaba una broma.

De golpe, Kouhei se sonrojó completamente. Su cara estaba como un tomatito por el comentario de Corina. Le gustaba que le dijeran cosas lindas (como a todo el mundo), pero se le dificultaba a la hora de responder a ellos. Le daba tanta pena que se bloqueaba, pero temía que al no decir nada, el contrario se sintiera incómodo y quisiera retractarse. -T-Tus lindas palabras son más que suficiente- dijo el zorro, tras tener esa abertura para dar una respuesta y mostrando lo poco que le gustaba que alguien le debiera algo. No se sentía bien al tener gente endeudada con él y viceversa.

Kouhei se había calmado un poco con lo que le dijo la sirena, pero la actitud que había tomado Boher lo hacía regresar a sus nervios. Podía sentir como había un aura de sensación incómoda para él que emanaba de ambos arcanos. -¿E-en serio no pasa nada?- preguntó a la vez que comenzaba a sudar un poco. ¿Qué podía haber sido aquello que llamó la atención de Corina y de todos?