Zaniah Neshmet
Los Invictos
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 21, 2017 1:47:06 GMT
Estaba tan sumida en sus propios pensamientos, que no se dio cuenta cuando Eerie se levantó de su lugar para caminar hacia ella, y al momento de levantar su mirada, tan solo el tacto de las manos del pálido lo hicieron presente. Los botones cedieron ante sus dedos, como si lo obedecieran más que a ella, la tela se deslizó con suavidad por sus hombros, dejando ver las miles de pecas, ahora acompañadas de cicatrices pálidas, hasta que sintió el roce de la camisa contra su tobillo, Zaniah respiró profundo, haciendo que sus hombros se movieran ligeramente hacia arriba y hacia abajo con una lentitud temerosa, cerró los ojos cuando Eerie se apartó de ella con la misma agilidad con la que se había acercado, y volvió a tragar saliva con dificultad.
Zaniah a penas estaba recuperándose cuando de pronto el cuerpo del unicornio ya se encontraba sobre ella una vez más, tuvo el instinto de cubrirse con sus brazos con el ceño fruncido y el rostro candente. El pronto despliegue de las mallas hicieron que la mujer se tanteara ligeramente para adelante, obligándola a tomarse de los hombros del pálido, frunció el ceño y lo miró con ojos bravíos, pues es eso lo que estaba esperando que pasara. La mujer se tomó con fuerza del unicornio, sin ser capaz de soltar una sola palabra, intentando cubrirse lejos de la vista del arcano, pegando su cuerpo al de él.
El agua caliente no hizo más que despertar los sentidos que a Zaniah le pedían a gritos liberar, aunque no fuera consciente de ello. Cuando estuvo completamente sentada en la tina, sus labios soltaron un pequeño suspiro, acompañados con un sonido casi imperceptible, el cual, al saber que había provenido de ella, la mujer apretó la mandíbula. Decidió entrelazar sus manos y esconderlas entre sus piernas, para que así, Eerie no notara que estaba temblando. Después de estar algunos segundos en el agua, su cuerpo tan rígido, se relajó de inmediato, aunque miraba a ningún lado, su mente solo lo miraba a él.
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Post by Deleted on Jun 21, 2017 2:19:31 GMT
—Tal vez ahora mismo piensas que todo esto es una manera maliciosa y perversa de aprovecharme de ti—Poniendo una mano sobre su pecho sonrió fingiéndose afectado y guiñándole un ojo al tiempo que tomaba un pequeño recipiente y lo sumergía en la bañera para humedecer los delgados hombros cubiertos de pequeñas marchitas. —Pero te aseguro por mi cuerno, querida mía, que esto no tiene más que un fin curativo ceremonial.
Al agua le siguió la huella de su pulgar que delineo una forma irregular conectando los puntillos bajo su toque, entre el rojo de la piel, apenas tenía que empujar para dejar un destello blanco que duraba un segundo antes de desaparecer de nuevo entre el rojo.—Tu cabeza hacia atrás, preciosa.—Ladró con elocuencia la orden tomándole por el nacimiento del cabello y sujetando el largo cabello para humedecerlo y frotándolo entre los dedos, con el vapor caliente el aroma a flores y a campo se desprendía directamente contra su nariz erizandole los vellos de la nuca y construyendo un hambre hueca en su estomago.
Pero era sólo esta, también estaba la amargura al constatar las marcas físicas de maltratos, abusos y dolor, el sufrimiento es opcional pero los recuerdos no, frunciendo las cejas se concentro en el momento y no en lo que sea que le habían hecho a la chiquilla, borraría cuantas marcas pudiese esa noche. Había formas efectivas que de seguro ella no conocía, recuperado de la sensación de enojo, disfruto de la idea antes de apartarla: el baño, debía concentrarse en el baño.—Desde la antigüedad, ya sea Egipto, Grecia...Roma.—Sus ojos se abrieron mientras se aseguraba de mesajear los mechones oscurecidos por el agua, metiendo la mano en el tarro que llevaba la solución para limpiarla. Le hablaba porque sabía que eso la tranquilizaría a ella le apasionaba saber y a él le apasionaba controlar, físicamente, mentalmente...de cualquier forma, no se enorgullecía de ello pero había tal placer en mantener, en restringir incluso ese pequeño acto a su propio deseo...era egoísta, pero nunca le diría, por eso nunca se lo revelaría.
—El baño obtenía tintes religiosos donde el placer y la riqueza se entremezclaban. Se le llamaba shampoo a los sirvientes encargados de limpiar el cabello, si estuviéramos en Egipto serías una reina, una diosa mortal con legiones de esclavos, uno más sería yo, atento para verter aceites y esencias aromáticas para limpiar la suciedad del mundo...sanandote.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 21, 2017 2:44:52 GMT
Zaniah miró de reojo a Eerie, haciendo parecer que todo el temor que había tenido hace unos segundos había desaparecido por un instante; Las comisuras de sus labios se extendieron un poco, haciendo una pequeña sonrisa en aquellos labios rojo intenso.
--Puedo notarlo --La voz de Zaniah se notó ronca y gutural, cargadas de un deseo desconocido, mientras observaba sus manos, éstas habían dejado de temblar, aunque su corazón palpitaba rápidamente, queriendo escabullirse de su pecho. Inclinó su cabeza lentamente hacia atrás, siguiendo con una delicadeza obediente las manos de Eerie, hasta que vio el techo de la habitación. Al tener la cabeza en esa posición, el cuerpo de la arcana era mucho más visible desde el lugar en el que, el unicornio se encontraba, dejando ver de una manera borrosa las facciones finas de las curvas de la Arconte bajo el agua cristalina, aunque rebelde por el constante movimiento de los muslos de Zaniah.
Las palabras de Eerie decoraron el ambiente del lugar entre los dos, empezando por lugares a los que Zaniah había viajado, pero de todas maneras, nunca le molestaba escuchar sobre ellos de vez en cuando. A pesar de que había visitado los baños de Roma hace muchos años, los datos que el unicornio le nombraba le parecieron interesantes, cerró los ojos, evitando que alguna gota de agua le entrara a alguno de ellos.
Zaniah sonrió, mientras sentía el calor del agua aprisionarla contra su pecho, era relajante, pero el contacto de Eerie contra su pelo le hacían mantenerse despierta, atenta a todas las alertas que su cuerpo le daba.
--¿De verdad? --Soltó con un tono sarcástico en cada una de sus palabras, aunque, a diferencia de como siempre lo hacía, esta vez había una sensación diferente en su tono de voz. Más fuerte, dulce, y sobre todo, provocativo. --No lo veo como un esclavo... --Soltó sin siquiera pensar en lo que estaba diciendo, dejándose llevar por los dedos firmes alrededor de su cabello. Algunos mechones se aprehendieron contra su piel blanca, por lo que, con su dedo índice los hizo a un lado, dejando sus hombros completamente libres.
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Post by Deleted on Jun 21, 2017 3:36:21 GMT
Bajo su mirada atenta, una vez más repaso la forma del cuerpo bajo el agua de la v entre las piernas y del color un poco más oscuro que su pelo, relamiéndose a salvo de la mirada de ella, el deseo siguia rumiando en su estomago y hacia el sur.
Expandiéndose, construyéndose...inflamándose...pero no era tiempo de derramarlo. En su lugar se aclaro la garganta con una sonrisa gutural en la voz. Empujando con el hombro sus cabellos lejos de sus ojos se concentro en apartar con suavidad los de ella de su frente, mirándola desde arriba con tranquilidad. —Soy un esclavo siempre Roja... de muchas cosas.—Un atisbo de dolor se asomo y duro un latido de corazón antes de volver a ser un gesto relajado. Inclinándose tomo un mechón y lo llevo a los labios antes de dejarlo y empezar a embadurnar la sustancia aceitosa para lavarla, masajeandole el cráneo, toco los puntos llenos de tensión que tenía, frotando hasta sus sienes de manera experta. La masa de cabellos se sentía bien entre sus dedos mientras la lavaba, tomando el pequeño botecillo de madera para verter agua sobre este una vez que satisfecho, aclarando y dejándolo libre de cualquier suciedad. — Sólo los sacerdotes lo sabían, transmitidos por el dios Thot. Las doncellas esperaban arrodilladas.
Dejando estar la cascada de risos húmedos y aromáticos fuera de la tina, moviéndose para coger un paño de lino y la cajita con el jabón. — Y no puedo decir que la imagen es tentadora en mi cabeza.—Un parpadeo de ella arrodillada, desnuda y expuesta a la espera con la respiración suave y el corazón hinchado por los nervios, separando las piernas, bombeo su garganta un par de veces.— Mirra, azafrán o canela. Para después cubrir el cuerpo con ungüentos y aceites, y luego ramilletes de flores, para que el delicioso perfume completara los efectos revitalizadores del baño. La ceremonia concluía con un desfile de florales, como símbolo de frescura y belleza. Aunque a mi me gusta el aceite de ricino, mezclado con menta y orégano.
Esta vez estaba hablando de verdad, disfrutando de dejar viajar sus manos sobre ella y la intimidad del encuentro, con la luz naranjada de las velas en una esquina alargando sus sombras y pronunciando las formas a las que lamia. Haciendo considerable espuma entre las manos tomo uno de los brazos de ella, recolocandose a su lado y froto con suavidad el paño, limpiando diligentemente, desde el hombro hasta su muñeca, llevo la mano de ella a sus labios y beso la punta de sus dedos, luego, sonriendo le la palma, un beso casto y el dorso para continuar con la tarea, repitiendo la acción con la otra mano.— Los hebreos, al igual que los egipcios desconocían el jabón. y en su lugar usaban una arcilla. La costumbre de ese momento era guardarlos en cajitas de alabastro o marfil, llamadas: "Las casitas del alma".
Inclinándose sobre la tina sobre ella para frotar su cuello con malicia le sonrió con el rostro oculto por la oscuridad.—No sólo tu cuerpo, estamos tratando tu alma...
Y hundiéndose de hombros bajo la cabeza para depositar un roce de labios contra los de ella, empujando más cerca y más profundo la lengua delineo la boquilla ajena, profundizando una vez más el beso...uno más...
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 21, 2017 4:09:08 GMT
La imagen en su cabeza también se hizo presente en cuanto Eerie terminó de contar a cerca de los sacerdotes, nunca le agradó todo lo que tenía que ver con la religión más hablada por los humanos, por motivos que le encogieron el corazón, mientras la sombra del pasado intentaba clavarle una daga donde más le dolía. No. Estaba disfrutando el momento lo suficiente como para olvidar aquellos días de oscuridad, y en su lugar, volvió a la imagen en su mente, al contraste con las palabras del pálido.
--¿Ah, si? --Dijo la arcana con una sonrisa, por un momento se vio a ella misma, en la posición en la que Eerie comentaba, mirando hacia arriba, esperando a que le dijeran lo que tenía que hacer para complacer a su amo... Zaniah agitó la cabeza, concentrándose en el relato de los antiguos baños de la realeza. Casi pudo oler todos los ingredientes, y el aroma imaginario hicieron que la arcana volviera a cerrar los ojos. Los abrió al instante en cuanto Eerie tomó su brazo para lavarlo, y su rostro se coloreó por el masaje de sus dedos contra los labios del arcano, aguantó la respiración por unos segundos, entreabriendo la boca para dejar escapar uno que otro suspiro. Ladeó la cabeza, hipnotizada por las hábiles manos del unicornio para saber en dónde acariciar, aunque estando con él, el simple cosquilleo de sus manos contra las de él, ponían todos sus sentidos en alerta.
Y después de ciertas caricias y palabras dulces, aquello que Zaniah estaba anhelando desde esa noche, no, desde que se alejó de él aquel día en su hogar, al fin se hizo presente.
Zaniah ya no pudo evitar estar al margen, así que, como si su cuerpo actuara por sí solo, siguió el juego de Eerie, empujándolo con timidez y rudeza al mismo tiempo, saboreando con precisión cada acto de calor sobre su boca. Apoyó su mano húmeda en el hombro del pálido, mientras con su pulgar, comenzaba un recorrido por su cuello, con dirección a su barbilla, moviendo el dedo de una manera lenta, con el mismo nivel de crueldad que él le había aplicado hace rato, haciéndole sentir el delicioso cosquilleo de una pequeñísima probada de su piel contra el de él.
Se separó de aquel beso, mirándolo a los ojos fijamente. --Eerie --Fue lo único que pudo sostener entre respiraciones pesadas, y en otro movimiento, ahora ella se arremetió contra él, uniendo sus labios en otro beso, ladeando todo su cuerpo hacia el borde de la tina.
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Post by Deleted on Jun 21, 2017 5:14:40 GMT
Apenas iba a responder con alguna frase ladina cuando la sintió rodearlo y atraerlo, gruñendo contra su boca el control se tambaleo en el fundo de su mente, atrapado entre los muros de carne entre los que ambos jugaban. Forzando los brazos se inclino más cerca, sin importarle demasiado si se mojaba o derramaba el agua de la tina, ladeando la cabeza, chupo y mordisqueo lo que ella tenía para darle, yendo a la par del hambre con el que le provocaba.
Su lengua lamió el paladar rugoso hasta la parte suave y cada diente en un duelo de lenguas, saboreo el calor y la sensación sedosa que dejaba con cada barrida entre los sonidos húmedos propios del beso y los chasquidos, separándose cuando el aire fue necesario, tan cerca que su aliento desordenado se mezclaba con el de ella, mirándole la boca, los labios hinchados, mojados por el beso le incitaban a dejar aquello y volver a hundirse dentro de la húmeda cavidad. Presionando suavemente una ceja de ella la miro a los ojos con el placer nublandole los ojos, dio gracias a los dioses por que estos siempre fueran negros. Y así le era más sencillo ocultar el crudo deseo— Quien lo diría, tiene una boquilla maravillosa pequeña Roja.
Le sonrió, relamiéndose las comisuras para separarse a regañadientes. Hay que enjuagarte, cielo, ponte en pie...
Le susurró mientras con maestría cogía una palangana de agua cálida y se preparaba para dejar correr esta por el cuerpo de ella limpiándola de cualquier rastro... Y después...
Su mirada atrapo la cama y el placer se aferro a sus piernas, al sur a la electricidad que recorrió su espina apenas mirarla, tensando su centro, empujando el frente de sus pantalones como quería empujarse en ella. —Vamos Roja...
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 21, 2017 5:35:16 GMT
Los labios de Eerie no tenían piedad alguna sobre su presa, una y otra vez su lengua atacaba de una manera salvaje su boca inexperta y temerosa, aunque encendida por los caminos de la pasión. No supo bien seguirle el ritmo, tan solo se dejó llevar, como cuando las aguas del mar no dejan subirte a donde tú deseas, y te satisfaces mucho más, dejándote llevar por las olas hasta la orilla; mientras apretaba su camisa entre sus pequeños y rosados dedos, con aquellos tatuajes simbólicos, libres, al igual que sus deseos. Al momento de que Eerie se separó, soltó un jadeo entrecortado por la excitación, no tuvo palabras para responderle en ese momento, pues a penas si podía tener una correcta compostura, a pesar de que eso ya daba igual en ese punto.
--Ah, si --Se sostuvo del filo de la tina, y se levantó con sumo cuidado, sus piernas temblaban y sus muslos chocaban entre sí por cada centímetro que la Arconte se terminaba de erguir. El agua que pasó por su cuerpo como cascada, hicieron que la parte inferior del labio de Zaniah fuera ligeramente mordisqueado, cuando estuvo segura de que ya no había ni un solo rastro de jabón sobre ella, salió con cuidado del agua, no sin antes quitarse el exceso de ésta, pasando sus manos por su cuerpo con rudeza, para quitar las gotas cristalinas indeseadas.
Se acercó a Eerie cuando ya estuvo fuera de aquel mar de sensaciones, recuerdos e historias.
--Creo que estamos en una situación algo... desequilibrada... --Se atrevió a comentar la mujer mientras observaba la ropa que Eerie llevaba encima, al instante, se tomó algunos mechones de cabello, haciéndolos para atrás, y acarició las plumas blancas de sus orejas mientras desviaba la vista de el pálido, su rostro estaba ardiendo, y la pelirroja se encogió de hombros, aún con ciertas gotitas resbalando por las suaves curvas de la arcana, subiendo y bajando hasta que terminaron en el suelo, o resbalaron por sus piernas.
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Post by Deleted on Jun 21, 2017 6:51:57 GMT
Un gruñido gutural se escapo de su garganta, necesitado y enfurruñado por ello, la ayudo a llegar al suelo olvidándose por completo del ritual estirando los brazos para coger una de las toallas enormes y mullidas para envolverla a ella y frotarla suavemente, de pies a cabeza, quito las gotitas con concentración, sentándose en la orilla de la cama, le restregó los cabellos depositando un beso en su frente y otro en su sien, separándose un momento para mirarla entre la textura abultada y blanca, devolviendole al final la sonrisa.
—Eso lo podemos cambiar en un instante.
Soltó con la voz pastosa de sexo derretido. Empezando por apartar la camisa húmeda a ese punto y dejar al descubierto el pecho fornido y las cuerdas marcadas del abdomen, no tenía demasiado musculo pero estaba bien construido, como ella le había visto en la posada, en su aventura anterior.
Inclinándose, los músculos de su espalda se tensaron cuando se quito los improvisados vendajes de las piernas, las botas y el pantalón apartándolo como si le estorbara de una patada, olvidándose de la prenda por completo. Su cuerpo estaba listo y dispuesto y saltó libre hacia afuera apuntando hacia lo alto, se encontraba caliente y adolorido pero no encontraba más placer que atenderla a ella.
Sus cejas se arquearon con curiosidad gatuna, esperando a ver lo que ella haría.
¿Retiraría la vista de nuevo?, ¿se daría la vuelta?, ¿lo tocaría?, ¡Oh, casi podría rogar por el toque!, por la pequeña mano acunándolo y curioseando alrededor de su longitud. Separando los muslos, la atrajo sobre él subiéndola con placer sobre su regazo, con las rodillas de ella clavadas en el espacio que dejaba en la cama.
Inclinándose un poco la beso de nuevo apenas sobre los labios y la dejo así un momento con un beso casto que repto hacia su barbilla, mordisqueandola hasta que la piel se volvió roja y luego...el cuello un beso abierto, una pasada de lengua, cada vez más abajo, donde el pulso se desbocaba...
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 21, 2017 22:38:28 GMT
El suave tacto de la toalla contra su cuerpo no se comparó con los labios de Eerie sobre su frente, miró hacia arriba mientras recibía con una ligera alegría esos pequeños gestos de cariño por parte del unicornio, sonrió, y sus ojos se abrillantaron mientras se quedaba completamente quieta, a disponibilidad de sus manos.
Dirigió su curiosa mirada hacia él de nuevo, cuando éste iba despojándose de su ropa. Ya lo había visto así un par de veces; en la posada, y en su hogar cuando lo trató de la fiebre, pero aún así, su corazón siguió palpitando con estruendo, fueron tan diferentes esas situaciones, pero ninguna tan apasionante como ese momento. Pronto el unicornio estuvo igual que ella, sin una pizca de ropa que pudiera ocultar algún sentimiento o reacción de ambos, Zaniah observó cada una de las fuertes líneas que contorneaban el cuerpo de Eerie, su piel pálida hacía un juego excelente con su cabello y ojos negros, mientras sus labios se separaban de vez en cuando, paseó con cuidado desde sus ojos, su cuello, hasta la punta de sus pies. No podía evitar pensar que era un hombre bastante apuesto.
Sus ojos se detuvieron a la mitad de todo el cuerpo de Eerie, la parte que desataba los sentidos de los hombres y era la ventana de sus deseos, tragó saliva, volviendo mejor a su rostro, mientras apretaba un poco los puños. El acercamiento de ambos hicieron que Zaniah volviera a su respiración intranquila, a pesar de que su cuerpo se había relajado por el baño que le había dado. Se acomodó de una manera en la que sus caderas golpeaban de vez en cuando las de el pálido, y entonces, sus labios volvieron a unirse, pero ahora, en un delicado y lento beso, Zaniah sintió algo dentro de ella a diferencia de los anteriores choques de labios, éste era... cálido, tierno... y entonces algo en el corazón de la pelirroja le advirtió que no siguiera, ¿Qué era? ¿Qué era esa sensación tan desconocida, pero atenta hacia ella?
Ignoró todos sus sentidos, acomodando con cuidado sus manos en los hombros de Eerie, mientras su mano se encaminaba hacia su nuca, acariciando algunos cabellos negros, sumió sus dedos en su cuero cabelludo, acariciando, jugando, experimentando.
El beso sobre su cuello hicieron que Zaniah ladeara su cabeza mientras cerraba los ojos, haciendo que su cuerpo pusiera total atención a los labios del pálido, el roce húmedo de su lengua provocó que la Arconte soltara un suspiro, enlazando con un poco más de rudeza sus dedos al cabello de Eerie, apretando sus piernas contra el torso pálido. Abrió los ojos para mirarlo, con ojos encendidos del delirio que desbordaba el cuerpo de la arcana.
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Post by Deleted on Jun 22, 2017 1:13:10 GMT
—Te gusta mirar, huh—Murmuró con la voz grave como de piedras molidas inclinándose para capturar una vez más la ansiosa boquilla, su mano se movió contra el cuerpo de ella al tiempo que se le escapaba un siseo de placer al sentir sus uñas clavadas en la piel de su nuca. Con parpados pesados recorrió la clavícula fina con la lengua y bajo a su pecho. Masajeando con las yemas de los dedos la masa de piel moteada, recorrió la forma de la areola rosada, delineandola para empujar el guijarro endurecido en el que se había convertido la punta del pecho por la excitación y el ambiente. Bajando la cabeza con la mirada enfocada en un ceño fruncido, producto de la lujuria, lo tomo en la boca, empujándolo con la lengua, lavó el pico y se permitió ir tan lejos como para sujetarlo entre los dientes, atendiendo con una de las manos el otro pecho hasta que estuvieron llenos y sonrojados por sus mimos.
—Preciosa...—Sonrió contra la piel de su abdomen, delineando con la lengua y besó un camino de motitas castañas, siguiendo hacia el sur. No necesitaba demasiadas palabras, mientras jugaba con su ombligo pellizcando la piel de su vientre entre mordiscos empujo un dedo al sur. Explorando su carne suave, separando los rizos húmedos para encontrar el punto donde sabía que podía golpear para causarle estremecimientos.—Y aquí también...muy bonita. Levantando la cabeza de su pecho, su cabello se restregó un poco antes de subir de nuevo, buscando lamer su lengua y profundizar el beso con exigencia y dureza. Hacia mucho tiempo que deseaba hacer eso, se sentía enojado, seriamente molesto desde que ella había corrido y lo había provocado, podía incluso tenderla sobre sus rodillas y palmearla hasta que llorara y luego la calmaría como ahora, con los dientes, con sus brazos y la lengua. Gruñendo contra su boca una vez más empujo su entrepierna a frotarse desesperada contra las sabanas, echas una bola desordenada entre los dos.
Ella lo necesitaba lento y suave, no tenía que ser un genio para saber que jamás había hecho eso...con mesura, la acariciaría, la saciaría y grabaría cada pequeña parte que la hacía sentirse bien. —Me gusta esto.—Susurró entre besos—La piel delgada sobre tu cuello, tu codo...en tus rodillas y sobre tus costillas... Con habilidad jugueteo con sus dedos abriéndola, frotándola.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 22, 2017 3:06:10 GMT
--Me... gusta curiosear...--Al fin soltó algo entre tantas caricias, con la voz quebrada por el placer. Siguió con su cabeza relajada, tomando los cabellos de Eerie hasta que llegó a un punto especial de la arcana, la caricia hizo que el cuerpo de Zaniah se llenara de un escalofrío el cual recorrió desde la punta de sus pies hasta su cabeza, su cuerpo estaba ardiendo, su corazón desbocado y su cabeza enredada. El impacto de los labios contra sus pechos hizo que la mujer apretara sus dedos en el cuerpo de Eerie con fuerza, ya no lo soportaba más, no podía contenerse, y tantos cosquilleos de su ser salieron en un jugoso y pequeño sonido de sus labios, parecido a un pequeño quejido, mientras intentaba contenerlos, estos no hacían más que desobedecerla, saliendo en gemidos ásperos y cortados.
Pero estos no cesaron, y mucho menos cuando decidió aventurarse a las partes más sensibles de la arcana, el dedo de Eerie exploró sin temor alguno, mientras la mujer sentía la humedad que no podía controlar contra él, su rubor creció por la excitación y la vergüenza, el beso no hizo más que permitir que los sonidos se entremezclaran con los labios de el unicornio. Levantó la mirada, directamente a los cóncavos negros, y el fuego en su interior, aquel que se encendía cuando el peligro estaba cerca, chispeó en un color distinto, uno más oscuro, pero salvaje, y como lo había hecho aquella vez, se aventó hacia él, besándolo en los labios, tumbándolo hacia atrás hasta que el cuerpo de Eerie fue aprisionado contra las sábanas y el cuerpo de ella, sus manos soltaron el cabello negro para acomodarse con fiereza a sus mejillas, haciendo que su cadera cayera sobre las de él rápidamente.
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Post by Deleted on Jun 23, 2017 5:41:59 GMT
Su cuerpo se movía cada que ella exhalaba los sonidos del placer, llenando la habitación de los sonidos propios del acto. El sudor se mezclaba entre sus cuerpos cada que se frotaban, desesperados por tratar de meterse en la piel del otro. Eerie dejo escapar una risa grave y profunda al escucharla, terminandolo con un gemido sofocado sobre la pequeña boca de ella. Duro, estaba dolorosamente extendido mientras se movía hacia el sur, incorporando un segundo dedo, le dio vueltas separandola, acariciándola como si se tratara de un pequeño animalillo, que emitía sonidos de placer y dolor bajo su toque, la observo bajo las pestañas, disfrutando de la decadencia y de su cabello esparcido sobre las sabanas, de los risos que al secarse se enroscaban y se le pegaban a la piel. Sorprendido, un nuevo brote de risa iba a escaparsele sin embargo con el roce de su vientre contra su sexo sólo consiguió maldecir. —¡Por mil demonios!—Arrulló con censura en la voz apretando los ojos para besarla atrapándola contra su cuerpo la acuno para amoldarla y poder frotarse contra ella, entre sus muslos. Dejando el rastro de humedad que le delataba.
—Necesito...—Boqueó olvidándose por un momento del papel del seductor y del amante más allá de ella. Sus ojos eran duras piedras de deseo clavados en las de ella como el falo que se agitaba entre los dos. Tanteo las mejillas de su culo y la elevo para frotarla diligentemente contra su centro irritado y lloroso. Empujándose contra la piel caliente y húmeda de su monte. —¡Dioses te necesito tanto!
Agregó con el aliento atascado en la garganta empujando el cuello hacia arriba para otro beso, capturando su lengua, la castigo chupándola dentro, disfrutando de la sensación lustrosa y cálida, la dejo caer sobre el colchón y se posiciono entre sus muslos, dejándola ver.
—Tócame un poco Roja...aquí puedes hacerlo aparte de mirar—Sonrió gatuno llevando la mano de ella a la cabeza en forma de champiñon para que lo explorara, cada vena y el calor que ella encendía mientras que seguía trabajando en ella. La arconte era pequeña y él quería ser tierno y bueno con ella, el mínimo rastro de dolor, eso le daría.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 23, 2017 6:14:19 GMT
La maldición de Eerie sobresaltó de una manera extraña a la arconte, pero después siguió con lo mismo, besándolo, aprisionando su cuerpo caliente contra el de ella, pasando sus pequeñas manos por su mentón y cuello delicadamente.
Zaniah levantó la mirada, escuchando a Eerie esas palabras que jamás creyó que saldrían de él, su rostro se empalideció por unos segundos por el asombro, pues todo el semblante neutral y seductor se había esfumado en unas palabras impacientes y roncas, la fricción en contra de ella hizo que soltara un gemido antes de sentir el calor de las sábanas en su cuerpo, y observó a Eerie desde lo bajo, ordenándole mientras su mano se movía sin consentimiento alguno, pero con curiosidad.
El tacto fue húmedo, áspero y extraño, la arcana recibió un escalofrío mientras su mano seguía cada rastro del miembro del unicornio. Tragó saliva mientras su corazón volvía a bombear sangre con rapidez, frunció el ceño, no sabía exactamente qué hacer, por lo que decidió aprender de sus sentidos, quienes eran los que estaban perdidos, pero la guiaban al mismo tiempo.
La arconte movió su dedo contra la punta húmeda y cálida, haciendo pequeños círculos, para después repasar su mano por toda la longitud, hasta llegar a los cabellos rizados del arcano, hizo el mismo camino, pero de regreso, lentamente, con toda la paciencia del mundo, y miró a Eerie, esperando su reacción, de una manera tímida y sumisa.
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Post by Deleted on Jun 24, 2017 2:47:22 GMT
—¡Dioses Zaniah!—La expresión se le atasco en la garganta y todo su mundo se redujo a la mano de ella y al dolorosamente duro falo atendido, que se sacudió de placer como un animal zalamero estimulado por el tacto. Separando los magros muslos la atrajo más cerca de él, trazando perezosos círculos alrededor de su espalda mientras que su frente con el diamante en ella descanso contra la cima de la cabeza ajena, disfrutando del brillo de excitación en sus ojos. Con los parpados caídos, una lánguida sonrisa se formo en su boca apartándole con delicadeza el cabello del rostro y jugando con un rizo suelo. Si hubiera querido posiblemente no hubiera podido hablar, no más allá de ladrar y pedir.
Inclinándose para besarle el cuello y mordisquear la piel sensible hasta dejarla irritada se separo de ella un poco.—Justo ahí pequeña, ah...y si haces un tubo con tu mano...si, así, más fuerte, no lo romperás si eres un poco más ruda desde la base hasta la empuñadura...
Las ordenes/peticiones eran de alguna forma desarticuladas, con la respiración pastosa que agitaba las aletas de su nariz conforme lo empujaba al borde. Estaba literalmente en sus manos, más allá de lo que ella podía llegar a imaginar. Y la bruma del placer y el temor se entremezclaban mordiéndole el cuello y las extremidades. ¡Lo que ella podía hacerle!, era mejor si no se daba cuenta, si se dedicaba a atenderla y a saciarla...con su mente cansada su cuerpo le seguiría. Una gota decoro la punta de la cabeza en forma de flecha, coronandola como si quisiera premiar a la arconte por el esfuerzo. Eerie sentía las pelotas tensas y pegadas al cuerpo y los músculos de la espalda tensos y empapados del sudor.
Rodando sobre ella la aprisiono debajo, entre sus muslos y sus brazos, rodeándola. En ese momento era ella era suya, el mundo podía desaparecer, ¿y que importaba?, ahora existía para él nada más que ella. Aprisionándola dejo que sintiera su peso, disfrutando maliciosamente de lo bien que se ajustaba a su cuerpo, de lo mucho que disfrutaba su tamaño, y el roce de su piel, el calor y su aroma. —Lo haces maravillosamente, demasiado debería decir—Susurro contra su oído, mordisqueando la piel que rozaba las plumas y frotando estas delicadamente con un dedo.—Y eso, querida mía viniendo de un crápula vividor como yo es el más grande de los cumplidos...
Ajustándose su pesado miembro descanso sobre su monte, frotándola entre las sombras, disfruto del calor que casi fundía sus centros. —Ahora...que es el placer sin un poco de dolor.—Murmuró como escusandose, besandole las mejillas y la punta de la nariz, al tiempo que de a poco se adentraba en ella, como un guante, el calor amenazando con fundirlo y debilitar su control, pero basto una barrida de labios y la boca de ella dispuesta a recibirle para mantenerse en el borde. —Shhh, pasará pronto mi niña, y te prometo que te haré sentir tan bien que lo olvidarás...
Venciendo la resistencia fue al fondo hasta la empuñadura calmándola a ella, una mano se adentro entre los dos para estimular el pequeño botón de placer, el punto especial, masajeandolo con el pulgar no se movió. La otra mano la acariciaba sobre las pecas, en los pechos y la piel sobre los huesos, llenando la de mimos y palabras dulces entre los besos.
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Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
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Post by Zaniah Neshmet on Jun 24, 2017 3:13:03 GMT
Los gemidos de Eerie hicieron que Zaniah siguiera sus órdenes sin respingar, rodeando el miembro del pálido con su mano, la movió más fuerte cada vez, mientras su rostro si dirigía al punto de quiebre de el unicornio, a pesar de no saber si lo estaba haciendo bien o no, el mismo toque de sus pequeñas manos parecían poner tan extasiado a él como a ella, Zaniah mordió sus labios, escuchando las entrecortadas palabras de Eerie, las cuales producían un tipo de excitación a la arcana.
Zaniah soltó un respingo cuando decidió ponerla contra las sábanas por completo, y la arcana acomodó sus brazos por encima de su cabeza, invitando al arcano a hacer lo que quisiera con ella, entrelazó sus manos, como si estas estuvieran atadas a la cabecera, mirando con los labios entreabiertos, incapaz de contener los jadeos. Eerie olía a ceniza, jabón, y al mismo olor de ella sobre su piel, nunca había sentido nada igual, lo que la asustó en un principio, ahora no podía dejarla tan fácil. Cuando acercó sus labios a sus orejas, juntó ligeramente los muslos debido a la deliciosa tensión que eso le provocaba.
--Eerie... --Dijo mientras el unicornio se iba acomodando, poco a poco entre sus muslos, tragó saliva con dificultad mientras su respiración se agitaba. --C-con cuidado... --No podía evitar que su voz sonaba un poco más lenta de lo normal, casi susurrando, pues no tenía las fuerzas suficientes para aclararla.
Zaniah apretó la mandíbula mientras se retorcía un poco bajo el pálido cuerpo, golpeando sus caderas contra las de él de vez en cuando, sintió como se resbaló de una manera tan sencilla, que Zaniah aguantó la respiración, acariciando sus labios rojos contra los suyos.
--¡Agh! --El grito proveniente de su garganta debido al dolor y a la excitación se hizo presente, mientras sus ojos se cristalizaban por las pequeñas lágrimas.
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