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Post by Deleted on Jul 20, 2017 6:24:19 GMT
—Ouch—Siseó el unicornio tras el breve impacto eléctrico que viajo por todo su cuerpo y fue a parar directo a su cuerno. Trayendo un torrente de sensaciones viejas sobre casa y sobre momentos distantes, la sonrisa ladina afloro de nueva cuenta de sus labios luego de la pequeña descarga. Estremeciéndolo los vellos de su nuca se erizaron, disfrutando del momento. —El hilo no, tu Roja.
Agregó despegando las pestañas para parpadear y volverse a acostumbrar a la tenue penumbra que los embargaba en Reapergate como una segunda piel. Sosteniendo el preciado objeto entre los dedos pálidos y largos, sus ojos siguieron el breve balanceo hasta que se quedo quieto donde debía. Atendiendo la orden apretó la boca y observo con curiosidad lo que ella hacía sobre ese hilo que mencionaba sin querer pensó en las moiras, principalmente en la que cortaba el hilo. Estrechando los ojos volvió a concentrarse en la cabecilla pelirroja.
Atendiendo de nueva cuenta a sus palabras.—De eso me doy cuenta, Nona, siempre estamos rodeados de mariposas.—Susurro lo último maravillado por la acción y el hilo magico, pensando en un montón de ideas, atropos, como la mariposa como otra de las hermanas destino, su mente corto el torrente de conocimientos de golpe al probar en los labios lo que ella le ofrecía. Lamiendo malicioso la punta de sus yemas, apenas un toque de la lengua antes de sonreirle con travesura oscura oculta en las comisuras.
—Muy bueno, como el azúcar—Le sonrió dulcemente a la explicación asimilando y al mismo tiempo tomándole el pelo, era un buen alumno, uno de los que te poner de los nervios pero igual uno bueno. Enarcando una ceja negro cuervo continuo a la escucha, mirando lo que hacia y como lo hacía. —Una conexión especial, huh...—Susurró arrastrando las palabras pensativo, tomando como referencias la capacidad de sus poderes, no creía que algo así podría salir de él pero seguro sería suficiente.
—No confió en los absolutos, ni siquiera en los perfumes...los concentrados siempre llevan alguna clase de desequilibrio y falta de fascinación —Balbuceó hundiéndose de hombros intentando imaginar aquel hilo con los ojos clavados en el bizarro caldo que se cocía en aquella vasija. —A veces lo más difícil es aceptar que no hay nada por hacer, en especial si es alguien que siempre puede hacer algo...
Ciertamente su cuerno se calentó al sentir aquel torrente de energía al ponerse rojo el cristal, su cuerpo se sacudió como si bajo su piel estuviese una pequeña colmena, que acabo muriendo con el corte de la unión, desapareciendo algo, recordó al viejo pino cembro y sus dos brazos y tuvo que tomarse su propio tiempo para desperezarse del recuerdo, en aquel momento no era más que eso.
La sensación de un contacto. Estuvo perdido en su mente a punto de desgranar el pasado cuando la presencia de la arconte lo trajo de vuelta, parpadeando, saliendo de su ensoñación la miro asintiendo ante su regalo, sin saber para que la emplearía, ya encontraría una forma o una necesidad, guardándola dentro de su capa la olvido por un momento. Se encontraba, sin aceptarlo, turbado por ese instante y no podría apreciar su valor aunque quisiera, en su lugar asintió y dio las gracias con sobriedad. Inclinando la cabeza como un gran felino al verla practicar el vinculo que con anterioridad él había establecido, negando con la cabeza al ver que se ponía pálida y se tambaleaba un poco.
Debía cuidar lo que hacia delante de ella, porque era demasiado lista...
Aquella pregunta le hizo fruncir el ceño y al ver la prenda caer una sonrisa ladina se estampo en su boca, comenzando a devolverle un tanto de la realidad que antes se le escapaba. Solo bastaba concentrarse en el calor del agua y el valor arrastrándose sobre su piel, en el brillo en la piel de ella y en la oferta que golpeaba en sus oídos, incluso aunque su cuerpo estaba entumecido, pronto pasaría si seguía sujeto a esta realidad que era la suya.
—Siempre quiero hacerlo primero—Soltó comenzando a desnudarse para reunirse con ella en la bañera ahora vacía.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 20, 2017 17:44:51 GMT
La mujer no dijo nada ante la mirada perdida del unicornio y sus movimientos cortados y pasmados, sabía que en cuanto el cristal se había coloreado de color rojo, ella le había transmitido sensaciones de dolor, haciendo que el unicornio tuviera sus propios recuerdos, asemejando las de ella. No lo había hecho a propósito, solo que aún no lograba esconder cosas que sus palabras podían, más su cuerpo no. Por eso había cortado el hilo tan pronto, a pesar de que quería seguir hablando sobre él, bueno, así era mejor, no quería llenar las almas de ambos con recuerdos desagradables.
Sonrió ante la respuesta de Eerie, poniendo los ojos en blanco, con el rostro ligeramente coloreado. Esperó a que se sentara en la tina para comenzar, tomó uno de los enormes baldes de agua ahora caliente y vació hasta llenar la mitad de la tina, con eso sería suficiente. Buscando el banquillo que el hombre había utilizado para sentarse, se detuvo, miró la espalda del arcano, pálida, desnuda, y relajada, aunque aún con pequeñas partes de tensión debido a lo ocurrido, Zaniah frunció los labios mientras acomodaba las cosas al lado de la tina para que fuera más fácil de tomar, le dirigió una última mirada de picardía, y haciendo a un lado el banquito, la arconte se metió a la tina, tras el unicornio. Acomodó sus piernas de tal manera que los muslos tocaron cada lado del torso del unicornio.
―Cabeza hacia atrás ―Ordenó la mujer en un siseo seductor mientras iba guiando al unicornio con sus pequeñas manos, hasta que éste quedó ligeramente recargado en el cuerpo de ella. Zaniah tomó el mismo enjuague con el que había lavado su cabello, lo frotó un poco en sus manos, y encaramó sus dedos de una manera delicada en el cabello de Eerie. Cuando el jabón se hizo una espuma blanca en el negro cabello del arcano, Zaniah comenzó a masajearlo, desde el nacimiento, haciendo un movimiento circular hasta la nuca, pasó sus dedos tras sus orejas y en las sienes, lo miró desde arriba, sintiendo el cuerpo contra ella y el olor a hierbas frescas.
La mujer lo miró por unos segundos, y aprovechando la cercanía, le plantó un beso en la punta de la nariz.
―Por el portazo ―Bromeó mientras seguía con su trabajo de lavarle el cabello, pensando en algún hecho histórico, alguna historia o simplemente una anécdota, la cual pudiera contar mientras le lavaba.
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Post by Deleted on Jul 20, 2017 22:09:04 GMT
Disfruto del toque como un gran felino, con el placer atascado en la garganta, abandonándose a las lenguas invisibles y cálidas que se restregaban contra él, disfrutaba del baño caliente estirando el cuello por encima de la superficie de madera que guardaba el calor, teniendo especial cuidado de no rozar las mordeduras del clavo en las orejas de la tina. Haciendo como le pidiera ella, dejo que le tocara el pelo, que lo alizara entre los dedos y lo embadurnada para limpiarlo. El área rapada enviaba relámpagos de placer hacia su cuerpo al rozar con los cabellos rígidos las manos, frotándolo en un trance hipnótico. Su punto débil era la nuca, y no pudo evitar lanzarse un tanto al frente y estremecerse al sentirla jugar ahí.
Con ojos cerrados, dejaba a su cuerpo apropiarse y beber de las sensaciones, de la huella de ella, del roce de los picos de sus pechos contra los omóplatos, o las piernas que se apretaban suavemente contra sus costillas. Sus dedos perezosos trazaban círculos en las rodillas de ella, enrojecidas.
Apenas sintió la huella húmeda de su respiración y el olor florar y a sol de la arconte, sacando una mano del agua, acuno los cabellos ajenos, sin aplastar las delicadas plumas, una ceja negro cuervo se arqueó. —Si quieres besarme, sólo besame y no tomes escusas, Roja.
Soltó inclinando la cabeza hacia atrás para lamer la separación de sus labios, introduciéndose en el camino conocido y cálido, tentándola. Dentro y fuera. Se burlaba de ella.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 20, 2017 22:51:17 GMT
El silencio carcomió las palabras de la arconte, tragó saliva ante las palabras del unicornio, mientras su rostro se volvía un poco más caliente cada vez, escuchando su voz aterciopelada, y al sentir la mano sobre su cabello, no se movió. La punta de la lengua sobre sus labios solo hizo que el corazón volviera a desbocársele, haciendo perderse de nuevo a la arcana entre sus pensamientos y las manos de él, en sus rodillas, en su cabello tan cerca de sus orejas… aquellas que eran tan sensibles ante el tacto del arcano.
Zaniah tomó un poco del agua entre sus manos para enjuagar su cabello, intentando que ninguna partícula de jabón cayera más allá de su frente, pasó su mano húmeda por la frente del arcano, quedándose en la misma posición, cerrando los ojos. Sus manos viajaron por su rostro hasta sus mejillas, y decidió adentrarse de nuevo ante sus labios, acarició con su labio inferior el de Eerie y lo besó, sintiendo el calor emanar cuando ambas paredes chocaban. Algunos mechones de cabello rojizo se resbalaron de por detrás de su oreja, cayendo directamente en los hombros de Eerie, haciendo pequeños rizos, en cuanto hicieron contacto con la piel mojada.
Después de un momento se separó con una pequeña sonrisa. ―Aún no he terminado ―Dijo con un pequeño aire de travesura mientras se iba irguiendo, separándose de los labios de Eerie, tomó el jabón entre sus manos y lo frotó una y otra vez contra las palmas hasta formar una consistencia espumosa, y después, se dispuso a pasar sus manos por la espalda del arcano, haciendo que la piel del unicornio se viera mucho más pálida a como era. Aprovechando la posición en la que la arcana se encontraba, acercó su rostro para besar su nuca, acariciando con sus labios las partes rapadas, mientras sus manos se movían por toda su espalda, sus brazos y su pecho. Al acercarse a su oreja, le propició una pequeña mordida, solo para seguir el camino de besos por su cuello.
―Es usted... delicioso… ―Inquirió la arconte con una sonrisa mientras daba una mordida a su hombro, y llenaba de jabón su pecho y su abdomen, intentando que sus dedos hicieran pequeños círculos, sintiendo cada parte marcada de su torso.
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Post by Deleted on Jul 21, 2017 2:33:16 GMT
A punto de contestar la corriente de agua barrio sus palabras, haciéndolo apretar los labios y unir las pestañas a la espera de que el agua terminara de lavar los rastros de la espuma y la suciedad. Estirando las piernas como un enorme gato se agito disfrutando de acariciarse así mismo mientras el beso continuaba, apenas un roce mientras se acomodaba para beber más de ella. Profundizando el beso, estirando el largo cuello hacia ella, y lamiendo los labios, cada pequeña parte hasta que se separaron para continuar con el juego del baño. Frunciendo el ceño de inmediato para escudriñar el rostro de ella, Estaba avergonzada, roja como su pelo, no hacía falta ser muy listo para leer sus emociones en su piel, ella se empapaba como con él, y era tan claro lo que pasaba por su cabeza que no tenía que escucharlo de sus labios.
Esperando con una mueca de reto se recostó contra ella, dejando que le lavara en prolongados círculos, donde sea que quisiera ir. La mordida lo sobresalto, arrancando el aire de sus pulmones.—Roja—Rugió arrastrando la palabra estrechando los ojos, aguijoneados por el pinchazo de la lujuria, dura contra su nuca, donde la lengua daba pequeños toques, con el calor de su saliva o las manos que se aferraban a su cuerpo. Un poco de movimiento de sus manos que encaminaba en de sus labios, le dejo libre acceso para que atormentara la piel que quisiera.
—¿Y que harás al respecto, pequeña Roja?—Su voz ronca hizo eco junto al susurro de ella en la alcoba.—Si puedes hacer algo, aunque me gusta también así, si alguien pudiera morir del sonrojo esa serías tu y yo no lo discutiría.
En silencio la trajo de nuevo, sobre su boca.Cortando su aliento con el suyo.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 21, 2017 5:24:26 GMT
El gruñido proveniente de la garganta de Eerie debido a la excitación arrancó una sonrisa en los labios rojizos de la arcana ―Eerie ―Dijo por lo bajo con sus labios pegados a su oreja, recogió un poco del agua de la tina para enjuagar el cuerpo del pálido, quitando la espuma del camino, donde tan solo los dedos fueron los únicos que tomaron su lugar. Zaniah siguió mordisqueando la oreja del arcano, y besando su nuca, con una sonrisa maliciosa y las pestañas rojizas entrecerradas.
―Se me ocurren un par de cosas ―Susurró la arcana, con la voz temblorosa. Abriendo mucho los ojos, sintió como era atraída hacia el unicornio y sus labios volvían a juntarse en uno solo, Zaniah cerró los ojos, disfrutando el contacto de ambos labios, mientras acariciaba con cuidado su cabello color carbón.
Volvió a separarse de él, tomando un poco de aire, se levantó un poco, solo para acomodarse en frente de él dentro de la tina, moviendo un poco de agua en el camino fuera del utensilio, se sentó sobre sus muslos, rodeando su torso con sus piernas y lo miró en silencio, con la respiración entrecortada y el rostro candente. Acomodando sus manos en el pecho pálido, volvió a acercarse a él, buscando sus labios con desesperación pero timidez, como si todavía no lograra acostumbrarse por completo a aquel tipo de contacto. Los labios de Zaniah se apoyaron con ternura sobre los de él, besó su labio inferior cerrando los ojos, y apretó los puños sobre su pecho, moviéndolo ligeramente para atrás en cada movimiento de cabezas.
Se separó de él con una pequeña sonrisa y los ojos brillantes.
―Creo que ha quedado limpio ―Dijo mientras veía de un lado a otro el cuerpo del arcano ―A menos que me haya olvidado de algo. ―Zaniah se quedó en silencio por un momento mientras veía las gotas de agua caer por las mejillas de Eerie, apretó los labios, y sin poder resistirse demasiado, volvió a abalanzarse sobre él, uniendo sus labios en uno, la mujer lo abrazó con fuerza, moviendo sus muslos, chocando sus caderas contra las de él, mientras sus ojos permanecían cerrados y el agua se movía de un lado a otro debido a los movimientos de ambos.
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Post by Deleted on Jul 23, 2017 5:08:41 GMT
Se sentía un tanto como un juego, como un niño y como un sultán en los poderosos baños, pensó en Selim, pero no esperaba más muerte trágica que la del orgasmos, y no era quien perseguía sino el perseguido, lo que le resultaba sumamente estimulante y placentero. Con un sonido gutural semejante al ronroneo de un gato se limpio el agua de los ojos con las manos para mirar mejor el borrón rojizo en el que a ratos se convertía la arconte.
Extendiendo una lobuna sonrisa de suspicacia, examinaba cada pequeño acto, y le gustaba ver el contraste de sus manos vagando por su pecto y su abdomen, en especial cuando comparaba el color rosado saludable de su piel con el suyo alabastrino y un tanto cenizo y el calor que se resbalaba como el agua y el tamaño. Se dejo hacer, disfrutando del roce de los cabellos, enroscando uno en el dedo indice le dio vuelta antes de dejarlo ir tras apretarse amorosamente a su dígito. Girando la cabeza tomo la boca que se empujaba contra la de él, sofocando una risa grave mientras que sus manos la sostenían, rodando dentro, entre el sabor caliente y la sensación dulce y resbalosa de la lengua contra la suya.
Un chasquido y un par de sonidos acuosos se separo por ella, con el corazón ronroneando y furioso y la boca irritada por el roce. —No completamente limpio, Roja—Agregó a duras penas, sin ser capaz de pensar realmente, ¡Por el amor de los dioses!, era un varón no se necesitaba demasiado para que su capacidad de hablar se evaporada, sumido en esa autofuria interna, atrapo con gusto la sorpresa del peso extra de la arconte.
—¡Maldita sea!—Gruñó de nuevo tomándola con cierta agresividad, gustoso de enterrar sus dedos en su carne, frotándose contra ella, intentando a tientas fundirse en ella, una vez más y saldrían...una vez más.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 23, 2017 7:36:12 GMT
Había una cierta satisfacción en la mente y cuerpo de Zaniah al escuchar soltar aquellas palabras arrastradas y esas maldiciones sofocadas, le gustaba probar cosas nuevas con el arcano, y que éste tuviera alguna reacción al hacerlo. Por lo que, aceptando las manos agresivas de Eerie, se dejó llevar por los labios pálidos.
Paredes blancas y rojizas, con pequeños atisbos de rosa.
Zaniah maniobró sus manos por el cuello del arcano hasta que sus dedos se posicionaron entre detrás de las orejas y sus mejillas, saboreando las paredes que la aceptaban y al mismo tiempo, la incitaban a seguir buscando una manera de entrar. La arconte restregó su cuerpo mojado contra el del unicornio, sintiendo los pinchazos de la excitación recorriendo su piel, ¡Ah, no había sensación más deliciosa! Sus caderas obedecieron las grandes manos pálidas, dejándose guiar por donde quisiera, aunque su boca, rebelde y quisquillosa, se separó del arcano, dejando con las respiraciones y jadeos entrecortados a cada uno de los arcanos. Su lengua viajó hasta su cuello, donde, con la misma agresividad de los dedos pálidos, besó el cuerpo mojado, encaramando sus dientes de vez en cuando, mostrando un poco de enrojecimiento en el lienzo pálido.
Su mano derecha acarició los pectorales, seguido por su abdomen hasta llegar a ese punto sensible del arcano, dispuesto a entrar en ella, mientras con la mano izquierda, entrelazaba los dedos en los suaves cabellos limpios negros, y lo jalaba un poco hacia atrás, para tener acceso libre a su cuello.
―Hazlo… ―Ordenó la mujer, entre jadeos de súplica y gruñidos imperativos, levantando la mirada, observando por última vez los ojos negros antes de volverse a hundir en sus labios.
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Post by Deleted on Jul 23, 2017 22:19:33 GMT
No dijo nada, estaba concentrado en los gemidos y en el placer, la lujuria rodaba entre ellos, salpicándolos. Bajo el agua, a tientas, sus manos hurgaron entre la carne, recorriendo su espalda hasta que se convertía en una suave curva respingada, sentándola en su regazo estiro las piernas para hacerle espacio y maniobrando la separo, permitiendo al agua entrar y lavar a su placer, con lenguas cálidas calmo la irritación de antiguos encuentros pero no los latidos de necesidad en las carnes de ella.
Más cerca, con el cuerpo pegado, los pechos le hicieron cosquillas en las costillas cuando la deslizo abajo, sentándola en el punto firme de su sexo, adentrándose con una estocada, sin arrullos. No había tiempo, además no quería dulzura, ella exigía y él le daba. Entre vaivenes de cadera, el ritmo se volvía furioso y luego suave, para convertirse en un taladró entusiasta en el agua, empujándola fuera de la tina.
—¡Zaniah!...—Gruñó en su oído ocupándose de acariciarla, con la mano serpenteando donde sus cuerpos estaban unidos, ella era un puño cálido que lo aferraba con fuerzas, deslizándose con glotonería arriba y abajo.
Alzando una ceja ante el reto, no se resistió a estampar una bofetada a las mejillas de su culo, haciéndola saltar. Los juegos de poder en la intimidad adquirían proporciones bíblicas.
"!Dioses!" entre gemidos, llegaban al punto blanco y perfecto del placer, en la cumbre solo quedaba tirarse de cabeza y ya nada importaba.—Roja...
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 24, 2017 5:26:23 GMT
No pudo evitar soltar un pequeño grito de dolor cuando sintió de pronto el miembro de Eerie dentro de ella, apretó los dientes, recargando su frente en la de él, pero cuando empezó a moverse, el dolor desapareció de manera tan abrupta y extraña que Zaniah por un momento no supo que hacer, por lo que tan solo acomodó las piernas de una manera más cómoda, y para que pudieran moverse uno contra el otro libremente. Pronto las electrizantes pulsaciones fueron parte de ella, haciendo que se acumularan en su pecho y salieran en gemidos jubilosos, pero deseosos de que el unicornio le diera más. Solo un poco más. Antes de llegar a la dulce ceguera de la excitación.
Ciertamente, no se esperaba la palmada, por lo que un gritito salió de su garganta en conjunto con el brinco, el cual no hizo más que sacudir las caderas de la arcana, provocando que la excitación creciera mucho más en su cuerpo, y los labios rozando las plumas blancas, hacían que su mente se nublara, quedando tan solo a merced de sus manos y sus palabras. Intentó mover sus caderas hacia él, componiendo un ritmo entre los dos, para que el choque de los cuerpos fuera más intenso por cada embestida que Eerie le proveía.
La mujer tomó las mejillas del arcano entre sus manos y se hundió en él, juntando las paredes suaves y mojadas, entre gemidos, Zaniah susurraba el nombre del arcano sobre sus labios, dejándolo barrido en un tono entrecortado. Volvió a tomar el cabello, acariciando con sus dedos la parte rapada y lo jaló un poco hacia atrás, sin lastimarlo, y lo besó en el cuello, saboreando por última vez la piel grisácea.
El desemboque llegó de pronto, deteniendo abruptamente las caricias, y Zaniah se separó de él, irguiendo su espalda hasta donde podía, haciendo su cabeza hacia atrás y sosteniéndose de los bordes de la tina, y lo único que salió de la cumbre del placer, fue unas cejas ceñidas y unos labios entreabiertos, el orgasmo fue momentáneo, dulce y placentero, haciendo que Zaniah, al terminar, cayera contra el cuerpo de Eerie, exhausta. Su respiración intranquila duró algunos segundos, pero su corazón no podía dejar de palpitar con rapidez.
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Post by Deleted on Jul 25, 2017 6:04:50 GMT
El ritmo de las estocadas era marcado por el agua que se estrellaba en sus estómagos, demasiado ocupados para notar que la vaciaban y que ya estaba fría a esas alturas. Aferrándose a la delgada espalda Eerie la sujeto en el lugar, sacándola usando sus propias manos y clavandola contra él. Le gustaba el placer que daba el poder manejar de aquella manera el cuerpo ligero, suave y carnoso de la arconte. Podía asaltar su boca y bajar hasta encontrarse con los picos de sus pechos, podría embestir dentro de ella de frente o darle la vuelta para enterrarse hasta la empuñadura, meciéndose sobre ella, cubriéndola.
Eso era algo de su favorito, observar a su amante siendo consumido y cautivo bajo su cuerpo, como si de él dependiera cada pequeña parte y cada exhalación. Su cuerpo se volvía una parte más de si mismo, y el placer se elevaba aun más alto. Con el sonido del placer su hambre se callaba y se preparaba para lanzarse de cabeza en una pequeña muerte.
Los músculos tensos y las pelotas cerrándose contra su cuerpo eran el camino al éxtasis, lamiendo una gota de agua que chapoteo a los labios de ella, dejo que lo manejara, dándole parte del control que ella parecía necesitar, que a ella le gustaba tener. Y se abandono a su interior al orgasmo que se bombeaba en el centro de su cuerpo y lo recorría con pequeños relámpagos.
Frunciendo el ceño, balbuceo algo y se dejo ir apretando los dientes con una expresión mitad dolor y mitad concentración perdido en el mundo blanco, cuerdas de semilla se mezclaron con los jugos de la pelirroja y el agua, aletargandolo. Dándole un beso en la frente le sonrió.
Media hora más tarde, sin olvidar nada de lo que llevaban y con una sensación de plenitud en el cuerpo, abandonaron la pequeña y oscura habitación.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 26, 2017 4:27:54 GMT
Las botas negras volvieron a sonar en los pasillos, un paso delante del otro, con uno que otro temblor en los tobillos y un dolor en los muslos. Nada que no pudiera soportar, pero que llenaban de ardor en el pecho y mejillas de la arconte.
Zaniah levantó la mirada hacia el frente. El ungüento había estado listo poco después de que se había puesto a secar, y afortunadamente había servido a la perfección, pues ahora, cada una de las cicatrices de su espalda, su cuello y su pecho habían desaparecido por completo, la arconte se alegró de alguna manera que la recepcionista tocara su puerta en el momento en el que Eerie le ayudaba a untar partes a las que la arconte no alcanzaba del todo; Y antes de volver al ciclo que ninguno de los dos podía negarse, la mujer tras la puerta les avisaba que su tiempo se había terminado desde hace unos minutos. Sabía bien lo que pasaba dentro, y por esas razones, no quiso ser tan obvia, con tal de que volvieran alguna vez.
Antes de salir de la habitación, Zaniah le había otorgado una porción del ungüento, pues le había sobrado demasiado. Duraría un buen tiempo. Mientras bajaban las escaleras, el rostro de la arcana se mostró brillante, y una pequeña sonrisa discreta afloró sus labios, aprovechando de que Eerie no la veía. Pagó la parte que le correspondía, y ambos salieron de la posada, el aire tan frívolo de la ciudad pegó contra su rostro, acostumbrada al calor de la habitación y de los cuerpos, Zaniah tuvo un pequeño escalofrío. La ciudad les regresó la mirada de una manera oscura y expectante. Miró a todos lados por un momento antes de caminar con las manos dentro de los bolsillos de su gabardina.
―¡Ah! ―Zaniah se detuvo de pronto ―Casi se me olvida ―Extendió la mano para tomar la de Eerie, y acomodando sus pequeños dedos rojizos hecho puño, lo puso sobre la palma extendida del unicornio ―Se me pasó darte tu recompensa ―Le sonrió traviesa.
En la mano de Eerie, se posaba un anillo de plata pura, con grabados hechos a mano, y donde, justamente en medio, una joya de color rojizo intenso se postraba ante la vista del pálido.
―Absorbe las malas vibras y las maldiciones ―Explicó Zaniah moviendo su dedo por los grabados ―Funciona incluso estando en el bolsillo de su portador, cuando brille de un color rojo puro, verás que ya ha hecho su trabajo en alejar los malos espíritus de ti, si hay demasiadas vibras desagradables alrededor, se tornará de un color rojo oscuro, y si se torna de un color negro, significa que alguien te ha echado algún hechizo, pero después de eso, comenzará a hacer su deber, le he agregado esos símbolos de aquí para mayor funcionalidad. ―Al terminar, la arconte se separó del unicornio, aunque a una distancia agradable, que le permitiera sentir el calor emanar de él contra ella.
Zaniah se encogió de hombros fingiendo indiferencia. ―Quizás te sirva alguna vez ―Dicho esto, metió sus manos de nuevo en los bolsillos, no sin antes estirar los guantes hasta que estos se ciñeron a sus dedos. ―¿Y ahora que, pálido? ―La mujer lo miró desde abajo, con la sonrisa y mirada curiosa de siempre.
―¿Vas a explicarme lo del Jezabel, o prefieres que ahora yo te enseñe algunas cosas?
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Post by Deleted on Jul 28, 2017 2:38:30 GMT
El unicornio miro el anillo en su puño, ladeando la cabeza, parecía un sabueso a punto de dar la alarma tras haber encontrado algo valioso, relamiéndose se tomo su tiempo de pasar un cigarrillo a su boca, chupándole la vida, haciendo brillar el puntito iridiscente. —Que es esto...—Agregó levantando hacia el cielo en un intento de verlo más claro, con solo la luz naranjada de las antorchas que aumentaban el brillo carmín de la gema.
Sopesando su peso, lo hizo rodar en su mano y examino con gesto critico las palabras talladas, admirando el trabajo.—Un buen ata, Roja...no podría poner objeciones a esta pequeña pieza.
—Danke, pequeña dama.
Asintió metiéndoselo al bolsillo que fuera de plata lo hacía un arma defensiva contra algunas criaturas así como el hierro lo era con él, guardándolo para cuando lo necesitara, cada cosa tenía un tiempo, un lugar y un porque, y el del pequeño anillo no había llegado. Esperaría dormido entre sus prendas como muchos otros. Con una suave reverencia estiro la mano para revolverle el cabello como si se tratara de una niña pequeña, apurando el paso entre el viento frío que se colaba entre los callejones.
En su lugar una ceja se arqueo ante sus preguntas, pareciendo que sopesar las respuestas. —¿Qué es lo que deseas enseñarme, Roja?, estas entusiasmada, lo que un poco de placer hace a las personas, me sorprende verlo en ti...—Arrulló con malicia cuidando sus espaldas, consciente de los escondrijos y las posibles amenazas. —Me va bien cualquiera, si quieres mostrarme algo y si quieres saber...en ambos casos las expectativas son peligrosas
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Jul 28, 2017 3:29:18 GMT
Observó cada uno de los movimientos del unicornio, a pesar de que se mantenía en silencio, esperaba que le gustara. Al final, una sonrisa de satisfacción adornó sus labios, mientras dirigía su rostro hacia otro lado, nunca le había dado algo mágico a alguien sin esperar una buena paga o por lo menos algo a cambio, bueno, aunque a decir verdad, lo negara o no, los trueques entre la arconte y el unicornio eran presentes; Un cigarrillo, un Jezabel, un hilo, un anillo… un beso. Zaniah cortó sus pensamientos de tajo cuando sintió la mano de Eerie despeinar su cabello, la arconte soltó un gruñido, mientras intentaba tomar su brazo con el rostro ligeramente enrojecido.
―O-oye ―Se quejó la mujer mientras lo miraba con el ceño fruncido, intentando peinar su cabello de nuevo en el par de trenzas ahora desarregladas.
El rostro de la joven se tornó rojizo, y Zaniah agradeció de que algunas partes de Reapergate fueran más oscuras que otras. Se aclaró la garganta mientras se acomodaba la gabardina mientras volvía a erguirse, fingiendo total serenidad.
―Si bien recuerdo, hace un tiempo mencionaste que deseabas aprender a utilizar una espada ―Zaniah miró sus manos enguantadas ―Así que, estaba pensando en un pequeño trato ―La mujer observó a Eerie por el rabillo del ojo, con una pequeña sonrisa, sabía que al unicornio le gustaban los juegos, y aunque no era nada del otro mundo, le gustaba hacer parecer las cosas un tanto más interesantes ―Yo te enseño a usar la espada, y tú me enseñas a usar el Jezabel, ¿Qué dices?
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Post by Deleted on Jul 28, 2017 15:29:38 GMT
La sonrisa en los labios del pelinegro fue verdadera, junto al toque de excitación que pinceleó sus rasgos, con la burla escondida en las comisuras, se inclino hacia ella después de soltar el humo como si fuera un espíritu que ha sido invocado. El negro se trago el bicolor de su mirada al tiempo que asentía. —Veo que has aprendido bien, pequeña Roja. "Quid pro quo", en esta vida no hay nada más verdadero que eso... Tarareó de buen humor irguiéndose de nuevo. El intercambio era parte de su esencia y que alguien se prestará inocente a hacerlo le entibiaba las entrañas con predisposición. Tomando el pitillo de papel para darle un golpecito y hacer caer las blancas cenizas volvió a sonreír involuntariamente. —Por fortuna ambas lecciones pueden mezclarse. Pero primero lo primero, ningún héroe puede empezar la verdadera senda del conflicto sin una espada que sea el reflejo de su alma. Mirándose las manos, sus ojos viajaron al espadín de ella y de vuelta al frente a punto de salir de la ciudad eternamente oscura. —En mi cabeza ha ganado un nombre es que debemos ir al siguiente paso..."porque la idea del caballo existió antes que el caballo mismo, pensada mucho antes en los cielos"...demos a luz a mi querida Vorpel. -FINITO-
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