Zaniah Neshmet
Los Invictos
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Post by Zaniah Neshmet on Sept 19, 2017 0:24:04 GMT
La caja que traía en las manos nunca había sido tan liviana.
Zaniah observaba el objeto que portaba en sus manos, hecho de madera, recubierto de una pintura de un color chocolate oscuro, casi negro. Donde, en la tapa, cuatro amatistas decoraban las esquinas, y justo en medio, una espada atravesaba una luna, Zaniah observó su mano izquierda la cual estaba enguantada por el cuero negro.
Los tacones de las botas cafés hacían eco por las paredes rocosas de Reapergate, tan vacías y misteriosas como siempre. Pero a aquello, Zaniah ya se había acostumbrado, pues la ciudad oscura se había convertido casi como su segundo hogar, entre el mercado, el castillo y de vez en cuando las visitas a la mansión Santori.
Y aquello último, le ocasionó una extraña presión en el pecho.
Zaniah subió las enormes escaleras, observando los alrededores, se detuvo en la entrada y observó la bolsa que traía en el hombro; Medicinas, algunas verduras, frutas y carne envuelta en aquellas hojas de plátano que les daba un sabor especial, inclusive Zaniah se había atrevido a meter unos cuantos juguetes de madera y dulces de chocolate, vainilla y frutillas del bosque, Zaniah sonrió a medias, pensando en los niños del orfanato, en las familias que los abandonaron o sufrieron la maldición de la muerte, a pesar de que Izark le había platicado sobre ellos, Zaniah no se atrevía a entrar a ese lugar, no sabía el por qué, pues en realidad los niños no le disgustaban, e inclusive, Niwre a veces se portaba como uno.
La mujer miró hacia la puerta, sosteniendo la caja de madera con la otra mano, y dejando de pensar en su alrededor, tocó la puerta con los nudillos unas tres veces, dio algunos pasos hacia atrás y esperó.
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Post by Deleted on Sept 19, 2017 2:43:17 GMT
Izark Santori era un hombre muy serio la gran mayoría del tiempo, sarcástico como el solo y cuando la situación lo requería muy agresivo. Un hombre cuyo semblante hacia palidecer a casi cualquiera y aquello era algo de lo cual estaba orgulloso. El respeto era bueno si, pero no había nada que diera más seguridad en el hombre que el miedo que podía provocar. Incapaz de ser ligeramente “dulce” con los demás, con el tiempo había aprendido a portarse de manera completamente neutral con cualquiera que se le acercaba. Sin embargo había excepciones y las del vástago eran los niños de su orfanato.
Su inútil corazón parecía dar pequeños latidos cuando los pequeños estaban cerca de él y su agobiada alma descansaba al escuchar sus risas. Los más pequeños del clan habían aprendido con el tiempo a cómo tratar con el vástago, era paciente con ellos pero en ningún momento se aprovechaban de eso, en resumen, eran buenos niños. Y si algo caracterizaba al hombre muy aparte de su apariencia hostil y personalidad fría, era que por sobre todas las cosas, apreciaba y recompensaba la obediencia y devoción.
Justo aquella tarde debía atender varios asuntos referentes a convenios que tenía con uno que otro arcano a las afueras de Reapergate. Justo antes de siquiera salir de su oficina fue interceptado por 3 pequeños que buscaban la atención del vástago. El asunto con ellos era que de alguna u otra forma podían recordar la fecha de sus cumpleaños, casualmente el día de hoy, y le pedían esperanzados al líder del clan salir de la mansión y explorar junto con el como regalo de cumpleaños. Lo delibero demasiado pero al final acepto, con un par de cuchillos escondidos en su vestimenta y la compañía de sirvienta de confianza emprendió el rumbo junto con los pequeños a territorio desconocido para ellos.
El recorrido había sido tranquilo y el momento grato, de vuelta a la mansión dos de los pequeños habían sucumbido al cansancio y como toda una profesional, aquella mujer de mirada vacía y piel oscura terminó por cargarlos el resto del camino. El vástago caminaba justo detrás de ella, con el tercero de los niños cargándolo sobre sus hombros y un extra que no esperaban encontrarse en su travesía, un bebé. El chico sobre los hombros de Izark fue el primero en notar la presencia de la arconte y de inmediato comenzó a señalar y gritar –Hay alguien afuera de la casa- la inocencia que desprendía aquel pequeño le hacía recordar todas las etapas de sus propios hijos, tiempos perdidos que no iban a regresar jamás.
Conforme se iban acercando, tanto su sirvienta como el vástago reconocieron a Zaniah, ambos con reacciones completamente diferentes. Él bebé comenzó a removerse entre los brazos del vástago generando pequeños ruidos que interrumpían la tranquilidad del ambiente y también delatando su ubicación. Izark simplemente dibujo media sonrisa en su rostro y se acercó aún más a la arconte –Es un placer verte de nuevo Neshmet- el pequeño observaba a la chica desde las alturas y con los ojos bien abiertos, mientras que su acompañante se limitaba a observar toda la escena con un semblante serio.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Sept 19, 2017 3:34:54 GMT
Mientras esperaba, Zaniah se balanceó de adelante hacia atrás, poniéndose de puntillas, y luego sobre los talones, no se atrevió a tocar una segunda vez, había que ser pacientes, la mujer miró sus manos, y con cuidado, revisó los vendajes que había debajo del guante, se quedó en completo silencio, uno en el que se sumió en sus pensamientos, y vagó en el pasado, en uno tan cercano, que los 200 años atrás no podían atraparlo.
El grito del niño hizo que pegara un brinco, y se hizo algunos pasos hacia atrás, pegando su espalda contra la puerta, su corazón palpitante se sacudió en su pecho con ferocidad hasta que divisó a los tres arcanos acercarse. Zaniah tragó saliva y suspiró aliviada.
―Igualmente ―Miró de reojo a la sirvienta, recordando con cierto grado de acidez lo que le había dicho el día que visitó la mansión con la licántropo ―Señor Santori ―Sonrió con amabilidad.
―He traído las medicinas y la comida que ha pedido, las verduras son frescas y la carne lista para ser preparada ―Se quitó la bolsa del hombro, y metiendo una mano entre la tela, sacó un dulce de chocolate de los que traía y un pequeño caballo de madera. ―Y algunas cosas extras, los campesinos suelen hacer pequeños bazares cerca de la ciudadela ―Zaniah extendió el dulce y el juguete hacia el pequeño.
―Al parecer alguien tiene buenos pulmones ―Masculló en tono de broma, mirando al niño en los brazos de Izark.
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Post by Deleted on Sept 19, 2017 4:27:31 GMT
La mujer no pudo evitar sonreír abiertamente al escuchar las palabras de la arconte, estaba más que claro que sus advertencias habían sido tomadas en cuenta y muy a pesar que aquella chica no le cayera del todo bien, le gustaba la obediencia al igual que su amo. El vástago por su parte estaba muy complacido y prueba de ello era que su semblante se había suavizado al ver su mandato realizado por la joven –Siempre puedo contar con tu excelente trabajo- tuvo que agacharse ligeramente para que el pequeño pudiera alcanzar aquellos regalos.
Las puertas de la mansión se abrieron e Izark y compañía no demoraron ni un segundo en adentrarse –Vaya que si- dijo el vástago mirando al infante entre sus brazos –De no haber sido por eso nunca nos hubiéramos percatado de su presencia en el bosque- su humor cayó ligeramente recordando el lugar y las condiciones en las que aquel niño fue encontrado. –Yo mismo recibiría lo que has traído esta noche- se giró ligeramente quedando frente a la arconte –Pero como puedes notar, tengo los brazos un poco ocupados al igual que Nirka- movió su cabeza en dirección a su sirviente –Así que si no es mucha molestia- volvió a ladear la cabeza, indicándole así a la chica que los siguiera
Nirka llevó a los pequeños durmientes escaleras arriba, perdiéndose entre los pasillos de la mansión y dejando “solos” a Izark y la invitada. El vástago siguió caminando hasta el umbral de una habitación cercana a la entrada, con él bebe aun en brazos y el otro pequeño jugando con los regalos de Zaniah. Al entrar a la habitación, Izark se inmediato se instaló sobre uno de los muebles más cercanos, el chicos bajo de los hombros del vástago y tomo asiento justo a un lado suyo, mirando de reojo a Izark, al bebé y también a la arconte.
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Post by Zaniah Neshmet on Sept 19, 2017 4:47:38 GMT
Zaniah sonrió al observar que el niño había aceptado su regalo, y tomando la caja con sumo cuidado, siguió a Nirka e Izark dentro de la mansión, su semblante cambió a uno más serio cuando el vástago mencionó la manera en la que habían encontrado al pequeño.
Antes de que siguieran avanzando, Zaniah dejó la bolsa en un lugar lo suficientemente alto para los niños, pero a la vista en el pasillo principal, por si Nirka volvía y pretendía hacer algo con los víveres que acababa de traer, así pudo tomar la caja con ambas manos y continuar su camino. La habitación era tranquila y el olor a madera con piel de los sillones se hizo presente, era un lugar agradable.
La arconte dejó la caja negra en una mesa alta y se quedó de pie, observando a los niños.
―Pareces estar hecho para esto ―Soltó Zaniah, poniéndose en cuclillas, observando al pequeño arcano en frente de ella, sonrió satisfecha, el regalo le había gustado. Zaniah acercó su dedo al caballito de madera, y éste, como si de pronto cobrara vida, el caballo comenzó a galopar solo alrededor del niño, dio un pequeño saltito, y poniéndose sobre las patas traseras, alzó las delanteras y las movió, soltando un sonido parecido a un relincho, solo que más pequeño. Cuando Zaniah chasqueó los dedos, el caballo volvió a ser rígido y sin vida como antes.
―¿Cómo te llamas? ―Le preguntó al pequeño, mientras se sentaba en el suelo con las piernas entrelazadas.
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Post by Deleted on Sept 26, 2017 3:16:07 GMT
Los ojos del pequeño brillaron con suma ilusión al ver aquel juguete moverse por si solo. Lo siguió con la mirada hasta que volvió a caer inmóvil en sus manos. Le sonrió abiertamente a Zaniah, con las mejillas ligeramente sonrojadas y manteniendo ese brillo inocente en sus ojos -Dan- dijo el pequeño intercambiando un par de miradas con el vástago antes de siquiera hablar.
Nirka apareció de nueva cuenta por el umbral de la puerta, esta vez con las manos vacías y un aura más serena. Se acercó a su amo, quien después de darle unos últimos vistazos al pequeño entre sus brazos se lo entrego a la mujer. El bebé parecía tranquilo con aquel cambio, incluso Nirka desprendia mucho más calor que el propio izark y esto parecía gustarle mucho. -Dejemos que el amo Santori se ocupe de su invitada- hablo la mujer mientras caminaba fuera de la habitación.
Dan afirmó repetidas veces con la cabeza, levantándose de aquel mueble, observando a ambos arcanos y haciendo una pequeña reverencia para luego salir corriendo de la habitación, justo como lo haría un niño después de una travesura. Izark sonrió y soltó un suspiro al ver esto, poniéndose de pie de igual manera -acompañame- le dijo a la arconte y se dirigió sin ninguna prisa escaleras arriba hasta una enorme puerta que resaltaba entre las demás, su oficina.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Sept 26, 2017 17:22:49 GMT
―Dan ―Repitió mientras miraba al niño con una pequeña sonrisa ―Es un buen nombre ―Cuando Nirka apareció en la habitación, Zaniah se puso de pie, observando a la ama de llaves con cierto interés, al bebé parecía gustarle sus brazos, quizás porque el pequeño escuchaba un corazón vivo dentro de la sirvienta. Movió la mano de un lado a otro, despidiéndose del muchachito simpático, por alguna razón, esperaba que le gustaran los regalos que había comprado para ellos.
Tomó la caja entre sus manos, y se dispuso a seguir a Izark, mientras caminaba, no dijo ni una sola palabra, tan solo pensaba, aunque sí se dispuso a observar a su alrededor con aquella mirada curiosa que parecía nunca quitársele de encima. La puerta era imponente, pero eso no le quitaba lo hermosa. Zaniah se mantuvo detrás del vástago, observando sus movimientos.
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Post by Deleted on Sept 26, 2017 19:38:24 GMT
Las puertas se abrieron dejando ver qué aquella habitación era aún más grande de lo que parecía. Libreros en las esquinas, un par de ventanas que daban al exterior, varios muebles como sofás individuales, sillas de madera y mesas del mismo material adornaban todo el lugar y justo en el centro, un escritorio rectangular de madera oscura llena de hojas, tinta y plumas. -Un gran trabajo como el tuyo merece una gran recompensa- el vástago tomo asiento justo detrás de aquel escritorio -Pero antes que nada- señaló una de las sillas con la palma abierta invitando a la arconte a tomar asiento -La caja entre tus manos me genera mucha curiosidad- poso sus codos sobre la mesa y entrelazo sus dedos.
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Post by Zaniah Neshmet on Sept 26, 2017 22:21:45 GMT
Zaniah observó con los ojos muy abiertos la oficina de Izark, era un lugar precioso.
―No hay nada que agradecer ―La mujer tomó asiento ―Pensé que a los niños les gustaría.
La mujer miró la caja en sus piernas y acarició la tapa con la yema de sus dedos, la caja susurraba, llamaba y pedía a gritos susurrantes que se contaran todos sus secretos. Zaniah sonrió ante la curiosidad de aquel vástago, a pesar de su naturaleza fría y desinteresada.
―La caja de Pandora ―Soltó en un tono grave mientras acomodaba la caja en el escritorio ―Supongo que conoce la leyenda, la cual dice que Zeus, al enterarse que el fuego de los dioses había sido regalado a los hombres, planeó una tiranía venganza…
Zaniah acomodó las manos en la tapa, la cual brillaba cada vez que las palabras de la arconte salían de sus labios. ―Crearon entonces una hermosa mujer llamada Pandora, Afrodita le dio la belleza, Hermes la elocuencia, Atenea la sabiduría, Apolo la música… Pandora le fue presentada a Epimeteo, en conjunto con otro regalo de Zeus, una caja, que jamás debía ser abierta… y así, ignorando la promesa que Epimeteo le había hecho a Prometeo de jamás recibir regalos de los dioses, deslumbrado por la belleza y gracia que irradiaba Pandora, tomó ambos regalos y escondió la caja bajo llave.
>>Pero, Pandora no pudo con la curiosidad, y tomando la llave mientras Epimeteo dormía, se escabulló hacia la caja, y sin poder contener más la necesidad de saber qué es lo que se encontraba dentro, la abrió ―Zaniah abrió la tapa de un jalón, dejando que varias sombras, susurros y gritos se escaparan, arrastrándose por las paredes, por los sillones, rodeando a Izark, sin embargo, la arconte prosiguió con la historia ―Pandora no pudo ver lo que había dentro de la caja, porque de ella habían escapado ya todas las desgracias y males del mundo; enfermedades, sufrimiento, guerras, hambre, envidia, ira… ―Las sombras envolvieron a Izark ―Pero había una cosa más en la caja…
De la caja pareció haber salido una pequeña luz de color blanco, pero antes de poder escapar, Zaniah la cerró ―Pandora ya no pudo más, y antes de que lo último no pudiera escapar, dejó la caja y huyó… ―Zaniah observó la caja con seriedad ―Desde ese momento, se sabía que, tanto arcanos como seres humanos estaban condenados… pues lo único que no pudo escapar de esa caja, fue la esperanza ―La mujer abrió la caja, tomando una pequeña joya del fondo de color blanco ―Pero, incluso de los más terribles daños, siempre se conserva la esperanza… ―Aquello último lo soltó como un suspiro perdido.
Cuando terminó el relato, las sombras volvieron a su lugar dentro de la caja, y allí se apretujaron hasta que se volvieron siete frascos de distintos colores.
Zaniah miró a Izark por unos segundos y después sonrió ―¿Le gustó la historia? ―Se sentó en el sillón, dejando la tapa a un lado para que Izark pudiera ver los frascos. ―La caja de Pandora fue abierta hace muchos años, por lo que las maldades puras ya no pueden ser soltadas por el mundo, pues eso ya ha pasado… ―Zaniah se recargó en el asiento ―Pero, se pudieron hacer pócimas, hechas con pequeños pedazos de los males en el mundo… pociones de enfermedad, de sufrimiento, de ira, de envidia, de guerras, pereza... de lujuria… ―Zaniah se volvió a levantar para alzar cada pócima, dejando ver las etiquetas con cada uno de los siete nombres.
―Los frascos estaban dispersos por el mundo… ―Zaniah rascó la palma de su mano ―Acabo de conseguir la ira ―Señaló el frasco rojo ―Aunque se me hizo muy caro, ni siquiera es la verdadera caja de Pandora.
Zaniah observó a Izark. ―¿Qué piensa?
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Post by Deleted on Sept 26, 2017 22:58:50 GMT
El vástago recargo su espalda en su silla mientras mantenía sus codos sobre el escritorio y los dedos entrelazados. Observó a Zaniah con seriedad afirmando con la cabeza ante su pregunta. se mantuvo callado conforme la historia era relatada pero debía admitir que un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo.
Extrañado ante la actitud que había tomado la arconte, Izark frunció el ceño en señal de desaprobación. La caja fue abierta y aquellas sombras oscurecieron aún más la habitación, los gritos eran molestos y el aire que se respiraba era demasiado tenso. Sin embargo, no era nada que el vástago no hubiera visto antes, incluso sus pesadillas podían ser mucho más aterrador as.
Se cruzo de brazos cuando aquellas sombras se acercaron aún más a el, revolviendo un poco su larga cabellera mientras aún se escuchan susurros. Su atencion fue centrada en aquellos frascos de diferente color, aumentando aún más su curiosidad.
Las tinieblas se disiparon e izark no parecía mantener el mismo humor con el que se adentro a la habitación. Se levantó de su asiento aun con los brazos cruzados y camino hasta quedar frente a Zaniah -Eres una caja de sorpresas Neshmet- recargo parte de su cuerpo sobre el escritorio -No estaba al tanto de tus gustos por lo "siniestro"- dió énfasis en aquellas palabras con sus dedos
-Aunque interesante, no es un mundo al que deberías entrar- se inclinó ligeramente y tomo a la chica de la barbilla -Quizas tu seas parte de la caja de Pandora- sonrió abiertamente mostrando sus colmillos.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Sept 26, 2017 23:16:41 GMT
Zaniah mantuvo su mirada fija en Izark, intentando encontrar alguna facción en su rostro que le mostrara lo que pensara de la historia o de las pociones, más no encontró nada, lo que se le hizo ciertamente interesante… le gustaba, aunque no esperaba mucho de él, desde que lo había conocido siempre era tan alejado. La mujer sonrió.
La arconte soltó una risa amarga mientras acariciaba sus manos ―No tiene idea… ―Soltó en un dejo de voz mientras bajaba lentamente el rostro hasta observar el suelo a sus pies… “En realidad no tiene idea” Pensó la mujer con cierto aire de oscuridad. Cuando el vástago tomó su barbilla, el rostro de Zaniah se encendió de un color rosado, y movió las orejas hacia abajo.
―Creo que ya es demasiado tarde, Señor Santori ―Sonrió, mirando fijamente a los ojos del vástago, para luego bajar hacia la dentadura con colmillos. Tragó saliva. ―Quien sabe… ¿Soy alguien prohibida, Señor? ―Ronroneó mientras viajaba por las facciones del vástago, con el corazón golpeteando su pecho.
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Post by Deleted on Sept 26, 2017 23:56:45 GMT
Musito una pequeña risa desde el fondo de su garganta, con la boca cerrada y haciendo un ligero eco en la habitación. -Quizas- dijo el vástago mirándola directamente a los ojos -No parece que seamos de mundos totalmente diferentes- inhalo profundamente, llenando sus inutiles pulmones del olor natural que la arconte desprendia -Sin embargo, pareciera que el destino dijera que simplemente tú y yo... No- se encogió de hombros al terminar su pequeña reflexión, agachandose lo suficiente para tener a la chica a la misma altura.
-Pero me gustan las cosas prohibidas Neshmet y a ti también, ¿O me equivoco?- su mirada se enternecio, colocando sus grandes manos en las mejillas de la chica, acariciando ligeramente sus emplumadas orejas.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Sept 27, 2017 0:24:45 GMT
Zaniah enarcó una ceja debido al comentario a medias de Izark. ―¿Qué…? ―Se quedó en silencio unos segundos, sintiendo contra la sensibilidad de sus orejas los dedos fríos del vástago, la mujer sintió un delicioso escalofrío pasar por todo su cuerpo.
Su corazón palpitó tan rápido como su cuerpo se lo permitía, encendiendo aquella llama tan conocida para ella en su interior, pero ya no brillaba de la misma intensidad, ahora era mucho más fuerte… más exquisita, mas… oscura.
La arconte sonrió, y observó a Izark con ojos sombríos, una pequeña sonrisa se mostró en sus labios rojizos.
―Lo prohibido es algo que siempre estoy buscando… ―Susurró Zaniah.
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Post by Deleted on Sept 27, 2017 0:38:00 GMT
Volvió a reír, está vez se permitió suspirar un poco en el proceso perdiendo por un momento el contacto visual con la mujer. Negó con la cabeza ligeramente, no porque desaprovara la respuesta que había recibido, simplemente la situación me parecía algo graciosa y extrañamente excitante.
Volvió a alzar su mirada hasta toparse con los ojos bicolor de Zaniah, acaricio sus mejillas con una media sonrisa en el rostro Y justo como en el festival del cortejo, unió sus fríos labios con los de la contraria. Está vez no había un hechizo de por medio, aquel beso y tensión entre ellos no tenía ningún tipo de justificación, al menos no una que convenciera al vástago que estaba haciendo algo fuera de su control.
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Zaniah Neshmet
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Post by Zaniah Neshmet on Sept 27, 2017 0:48:54 GMT
No se negó, ni siquiera trató de apartarse, los labios de Izark sabían tan diferente que aquel día en el cortejo… aquella noche había sido amargo, no solo por el hechizo, si no, por todo lo que había sucedido alrededor, los lazos rojos y amarillos eran tan solo excusas, promesas sin sentido y actos de cariño sin valor, lo que a Zaniah le causaba cierto repudio o desinterés. Pero allí no había lazos, aglomeraciones ni hechizos. Tan solo los dos, en un cuarto silencioso y una caja de Pandora abierta a su lado.
Zaniah se atrevió a mover sus labios contra los de él, cerró los ojos y disfrutó el roce de paredes que Izark le estaba entregando, la arconte levantó sus manos poco a poco, con sumo cuidado y pasó los dedos entre su cabello negro, hasta que sus manos se pasearon por sus hombros, la mujer se acercó un paso cerca del vástago y siguió con el beso, un poco más profundo cada vez, por cada chasquido que sus labios producían.
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