Conociéndonos mejor. [Priv. Zealand-Chris] +18 (Finalizado)

—Me alegra cariño— dijo mientras le dedicaba suma atención al cuello del chico, lamiendo, mordiendo y succionando todo a su paso. ¿De donde rayos venia tanta lujuria? No tenía ni idea pero le gustaba. tantos años alejada de interacción arcana habian creado en la chica una coraza dura de agresividad e indiferencia, sólo para esconder a una dulce chica falta de amor... Y pasión.

Al sentir las manos del chico sobre ella decidió tomarlas y alejarlas sólo para terminar ella con el trabajo. Se despojo de aquel camisón que zealand le había dado, mostrando su figura bien formada y femenina la cual sólo portaba un par de vendas sobre los pechos para cubrirlo y ya, no había nada más que escondiera las curvas de Chris. —Claro, pero ¿Donde?— dijo besando los labios del chico y separándose para dedicarle una mirada coqueta —¿Tus labios?— volvió a depositar un pequeño beso sobre la boca de zealand —¿Tu cuello?— beso su cuello —No es justo que yo haga todo el trabajo— soltó una risa mientras aún besaba su cuello.

Christian se dejó querer y ante las caricias proporcionadas por zealand pequeños gemidos salían de su boca. Si bien ahora estaba más consciente de lo que pasaba, el alcohol en sus sistema evitaba que actuará como normalmente lo hacía y al mismo tiempo le brindaba una gran seguridad en esa situación tan erótica.

Cuando el chico mordió su clavícula, un fuerte y repentino gemido salió desde su garganta, las mejillas de Chris se tornaron rojas y sólo soltó una risita —Lo siento— dijo escondiendo su rostro en el cuello de su acompañante —Soy muy nueva en esto así que es muy probable que escuches eso muchas veces— refiriéndose a los gemidos.

El paseo que daba la boca del chico por todo su cuerpo provocaba más y más gemidos, también se podía escuchar una que otra risita. La mezcla de sensaciones era demasiado intensa, incluso si sólo eran besos, era la primera vez que la dragona se mostraba de esa forma alguien.

—Solamente tu— tomo el rostro de Zealand ente sus manos y junto sus labios una vez más —y creo que mis padres cuando naci— se separó del beso y miro hacia arriba como tratando de recordar algo, aveces la chica podía ser muy random.

Volvió a la realidad al sentir los labios del chico sobre su abdomen, un escalofrío le recorrió la espalda y volvió a gemir pero esta vez fue más sorpresa que excitación. —Gracias... Supongo— si había algo que la dragona no estaba acostumbrada a escuchar eran cumplidos, ahora que los conocía le empezaban a gustar bastante.

El cambio de posiciones la tomo por sorpresa, por un momento se paralizó un momento y se sintió completamente indefensa ante Zealand, quien posó su cabeza contra su pecho. Su ritmo cardíaco se había estabilizado pero aún así sentía el fuerte palpitar dentro de ella, instintivamente abrazo la cabeza del chico pegándolo aún más a ella.

Por un momento todo fue calma, acariciaba el largo cabello del chico con suma delicadeza y dulzura, como si todos sus problemas se fueran al igual que el cabello de Zealand entre sus dedos, su pecho subía y bajaba con calma y su corazón palpitaba fuerte. Sentia que en cualquier momento se quedaría dormida, la paz de aquella escena la arrullaban poco a poco, cerró los ojos un par de segundos y se vio devuelta a la realidad por los dulces labios del chico.

-Digo lo mismo, es la primera vez que siento algo como esto- ¿A qué se refería con todo esto?, a las sensaciones de su cuerpo, a los sentimientos, a la comodidad, toda la experiencia que Zealand le estaba brindando era tan nuevo para ella, se sentía como una cria de nuevo

Iba a responder aquellas palabras tan dulces del chico pero sus labios se encargaron de silenciar cualquier respuesta que tuviera. Podía sentir la lengua del chico intentando entrar, fue ahí donde abrió ligeramente la boca para darle libre acceso. Los segundos pasaron y la sangre de la dragona comenzo a hervir al igual que su cuerpo, las sensaciones que le provocaba el roce de sus lenguas era demasiado intenso. Estaba semi desnuda y aun asi tenia demasiado calor, sus manos subieron hasta las vendas que cubrían sus pechos y con la ayuda de sus garras rompió aquella pequeña prisión, los senos de la dragona eran voluminosos y suaves, una vez estuvieron libres se dejaron notar de sobremanera. Ahora chris estaba un poco mas calmada, abrazaba los hombros de Zealand mientras seguían con aquel beso.